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Barranquilla
Autores:
Charles Fontalvo
DIRECTOR:
Rev. Milton Mejía
Barranquilla
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Jurado
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Jurado
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Presidente del Jurado
Introducción…………………………………………………………………………1
1. Justificación………………………………………………………………………….3
2. Marco Teórico……………………………………………………………………….6
2.1 Enfermedades demenciales: contexto clínico de las patologías……………..6
2.2 Cuidadores informales: características y perfil…………………………….10
2.3 Características del cuidador con sobrecarga……………………………….13
2.4 Habilidades de Cuidado……………………………………………………18
3 Planteamiento del Problema………………………………………………………..22
4 Objetivos…………………………………………………………………………...24
4.1 Objetivo general……………………………………………………………24
4.2 Objetivos específicos……………………………………………………….24
5 Operacionalización de Variables…………………………………………………...25
6 Metodología………………………………………………………………………..26
6.1 Diseño………………………………………………………………………26
6.2 Participantes………………………………………………………………..27
6.3 Instrumentos………………………………………………………………..27
6.4 Procedimiento………………………………………………………………28
6.4.1 Análisis de datos………………………………………………..30
7 Resultados31
7.1 Prueba para objetivo 1: Identificar los índices de sobrecarga de
los participantes de acuerdo a las características propias de su
perfil demográfico………………………………………………………….31
7.2 Prueba para objetivo 2: Determinar el nivel de las habilidades de
valor, paciencia y conocimiento de los cuidadores y las
interacciones asociativas existentes entre las mismas……………………...33
7.3 Prueba para objetivo 3: Probar las posibles relaciones entre la paciencia,
el valor y el conocimiento con los niveles de sobrecarga de
los cuidadores………………………………………………………………34
8 Discusión…………………………………………………………………………...35
Referencias…………………………………………………………………………41
Lista de Tablas
Abstract
The aim of this study was to identify the existence of relationships between care skills
(knowledge, patience and value) and the level of overload in a group of informal caregivers
of patients diagnosed with different types of dementia in Barranquilla city (Colombia). The
study was based on an ex post facto design of cross-cutting and quantitative approach,
developed with 50 caregivers evaluated with Overload Caregiver Questionnaire and the
Caring Ability Inventory in a translated and adapted version applied Colombian population.
The results reiterate the profile of the informal caregiver; overload levels ranging from mild
to severe and generally favorable performance skills are also noted. There was a
statistically significant association (p<.05) between the overload level and the level of
knowledge of caregivers.
El presente estudio nace del proceso de acercamiento a una realidad con poco
el aspecto humano y relacional del cuidador del paciente demenciado ha sino mucho
menos abordado. En esta materia, la enfermería como ciencia del cuidado lleva una
amplia ventaja, por lo cual en el estudio presentado a continuación existe una clara y
disciplina cuyo aporte a la tarea interdisciplinaria del cuidado del cuidador ha resultado
sustancial.
identificación de las habilidades de cuidado necesarias para dicha labor por parte del
realizan la tarea.
formal e informal, así como las características de quien cuida, se describen también los
conceptos de la historia del carga y sobrecarga al igual que diversos estudios acerca de
pacientes con un grado progresivo de deterioro, lo cual nos permite tanto conocer dicha
realidad como identificar hallazgos que resultan esenciales para formular estrategias de
en dicha población.
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 3
1. Justificación
con los demás miembros de una sociedad, y en cada etapa se presentan fenómenos
sociales que deben ser objeto de estudio, para que de esta forma la generación siguiente
tenga herramientas con las cuales hacerle frente a las dificultades o adversidades que
senectud, en la cual hay una mayor predisposición de las personas a presentar ciertas
ofrecen al enfermo.
tarea sin opción alguna, puesto que no hay alguien más involucrado en el proceso de
cuidado (Crespo, López, Gómez & Cuenca, 2003), por otro lado, son pocas las veces
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 4
que tienen la opción de escoger. Las personas que asumen el rol de cuidadores
sufrir una gran variedad de dificultades a nivel económico, social, psicológico, afectivo
y familiar (Hoening & Hamilton, 1965, 1967), dificultades que al cabo de un tiempo
de la vida del cuidador, hay factores que en tienen más peso en algunas áreas que en
cuidadores tales como su edad, el género, entre otras, y más sustancialmente, en el nivel
de habilidades que poseen para ofrecer el cuidado, habilidades que resultan necesarias
para poder realizar una buena tarea y hacer frente al riesgo de sobrecarga física y
resultados en un período de tiempo que comprende los último cinco años, ello muestra
para afrontar la tarea encomendada, ello en función que los cuidadores son una
población expuesta a muchas condiciones adversas que afectan su salud física y mental.
En tal sentido, resulta esencial formular estudios que analicen las habilidades de
cuidado de los cuidadores, como factores relevantes cuyo fortalecimiento pueden servir
de elemento protector para la salud general de quien cuida; Nkongo (1990) por ejemplo,
como la demencia.
Por otro lado es también importante resaltar que las falencias y afecciones en
hay duda alguna que el paciente percibe la manera en que está siendo atendido, por lo
cual un cuidador que realice un trabajo con dificultad y poca dedicación, generalmente
se encuentra pasando por episodios de frustración que suele ser proyectada sobre el
paciente, quien la percibe, generándose así un ambiente de mayor hostilidad para éste
deterioros motores y cognitivos que pueda estar presentando. En este sentido, l atención
paciente, sino en la atención del cuidador como actor fundamental del procesos de
laboral, sin que tales áreas de su desarrollo se vean afectadas a la par que cumplen con
2. Marco Teórico
ocurrencia es común en las personas ancianas o de avanzada edad siendo los síntomas
enfermedad de Parkinson.
con aproximadamente 112 años de reconocimiento clínico, aunque sólo hasta 1910 se le
casos, todos con las características y coincidencias suficientes para reconocer que se
(Rodríguez del Álamo, 2010). Esta demencia se manifiesta a través del deterioro
temblores que comprometen las manos, cabeza y tobillos, afectación del control
voluntario de los movimientos los cuales lucen claramente alterados (Woods & Troster,
diversos que afectan distintas regiones cerebrales y vasos sanguíneos. Los síntomas más
incurables, aunque pueden ser controladas mediante cuidados especiales que reducen
algunas de sus manifestaciones, mejorando así la calidad de vida del paciente. Estas
enfermedades tienen como producto un alto nivel de incapacidad que genera demanda
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 9
del cuidado permanente del paciente por parte de otras personas con el fin de evitar que
(Roig et al., 1998; Pearlin, Mullan, Semple & Skaff, 1990), más no las manifestaciones
implica además que las manifestaciones serán cada vez más graves, conllevando a la
invalidez funcional del paciente, razón por la cual éste último se hace gradualmente más
(Schulz, 2000).
Según Rodríguez del Álamo (2010), solo para el caso de los pacientes con
demencia tipo Alzheimer, por lo menos 80% son cuidados directamente por sus
el cuidado formal se refiere al servicio que una persona profesional oferta y que
sobrepasa las capacidades que las personas poseen para cuidar de sí mismas o de los
demás (Del Rey & Mazarrasa, 1995), este cuidado puede darse de dos maneras
va a centrar en este trabajo; este tipo de cuidado alude a un apoyo que se caracteriza por
ser desarrollado por personas de la propia familia o de la red social del paciente, y
quizás el carácter más importante es que se provee de forma voluntaria sin intervención
quien se dedica a ejercer el rol de cuidador informal viene a ser una persona que
familiares, entre otras. De igual forma, quienes en su mayoría asumen el rol de cuidador
son las hijas de la persona que necesita que se le dedique tiempo y atención para su
De acuerdo con Crespo et al. (2003), solo en España, el principal cuidador del
paciente con es una mujer, cuya proporción supera a los hombres en un valor de 4:1;
dicha actividad es desarrollada esencialmente por las hijas (60%) o la cónyuge (30%)
del enfermo. Según datos de la Alzheimer’s Association (2013), en otros países como
quienes aceptan y ejercen el rol de cuidador familiar en la mayoría de los casos son
cada vez. Se observa que en Cuba 17.3% de personas que cuidan son cónyuge del
paciente, 53.2% son las hijas y 14.5% las nueras. En República Dominicana la
conyugue ocupa 21.4% de los casos de cuidadores, las hijas el 42.7% y la nuera 1.9%;
tal información permite observar que si bien existe diferencia en cuanto a la repartición
del rol del cuidador según el familiar en distintos países, sin duda son las mujeres
donde 13.7% de los cuidadores son las cónyuges, 65.5% las hijas y 2.9% las nueras de
los pacientes. Por el lado de Perú las cónyuges ocupan un 13%, las hijas el 40.3% y por
último las nueras con un 1.3%; En México las cónyuges cuidadoras son un 5.8%, las
Colombia quienes ocupan el rol del cuidador son las personas del género femenino en
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 12
están los hijos, luego las cónyuges y por último los hermanos del paciente.
Es de tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, suele ser una sola persona
de la familia la que se ocupa del enfermo, puesto que raramente la familia se une en
o más de sus miembros (Crespo et al., 2003). Las personas cuidadoras gradualmente
preparación general del cuidador. Parece ser que en la medida en que el grado de
Por otro lado, el nivel educativo del paciente también un factor que se debe
cuidado informal, esto de acuerdo con lo encontrado por Otero, García de Yebenes,
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 13
persona que recibe los cuidados se relaciona con el de sus familiares, por lo tanto el
alto: de modo que intentarán al máximo sustituirlo por cuidado formal así como lo
Diversos autores como Roig et al. (1998), estiman que para valorar el rol del
que además de ser persistentes tienden a agravarse con el tiempo (se estima un
enfrentado a un cuadro repetitivo que sólo termina con la muerte del paciente. Esta sola
condición es impactante, dado que los síntomas conducen a que el paciente se torne
totalmente incapaz de valerse por sí mismo, lo cual obliga a que el cuidado sea
cuidado y dedicación que puede durar el tiempo que el paciente sobreviva con la
enfermedad. Ello habla del cuidador como una persona en la que recae tanto la
seguridad y atención del paciente como la confianza de la familia, cuando ésta no puede
Blanco, Figueroa, Pinto & Sánchez, 2006). Sin embargo, a su vez esto implica ciertas
condiciones anímicas especiales, pero sobre todo amerita una atención especial de
quienes —en el ejercicio de esta función de cuidador— dedican gran parte de su tiempo
a una labor que incidirá en su calidad de vida, dado que el paciente requiere atención
permanente, no sólo por sus necesidades clínicas y físicas, sino porque la enfermedad
puede presentar cuadros repentinos en los que la seguridad e incluso la vida del paciente
mayoría de las facultades que pierde el paciente y ello impone una dedicación durante
gran parte del día y de la noche (Pinto, Barrera & Sánchez, 2005), exponiéndole al
agotamiento físico y mental, así como al desgaste familiar (Peinado & Garcés, 1998).
con el fin de conocer cómo afectaba a la familia y la vida doméstica la convivencia con
estos pacientes (Grad & Sainsbury, 1963), posterior a esto la necesidad era otra, la de
vida, tales como la afectiva, psicológica, económica y familiar (Hoening & Hamilton,
distinciones entre carga objetiva y carga subjetiva, en este orden se hace referencia a
los efectos concretos sobre la vida doméstica y a los sentimientos o actitudes hacia la
convivencia con un familiar con problemas de demencia tipo Alzheimer (Stull, 1996).
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 15
entrevista sobre la carga del cuidador (Zarit, Reever & Bach-Peterson, 1980), de
donde emergen las diferentes dimensiones de carga, entre estas se encuentran los costos
directa proporción, la sobrecarga afecta a más mujeres que a hombres, puesto que ellas
se comprometen emocionalmente más que el varón; se conjetura que ello se debe a que
los roles sociales y las normas culturales de género motivan una mayor disposición de
las mujeres hacia el cuidado de los hombres que a la inversa (Ungerson, 1987).
familiar con el enfermo. En relación el primer elemento, algunos autores han señalado
que por lo regular quienes realizan el acto de cuidar suelen ser familiares de mediana
edad (Espin, 2008), es decir, que la mayor parte de los enfermos de demencia son
Continuando con los vínculos familiares, Espin (2008), señala que las parejas de
enfermos de demencia —en particular tipo Alzheimer— padecen menos sobrecarga que
las hijas o nueras y se estima que la sobrecarga es mucho más intensa en la medida en
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 16
que la relación o vínculo familiar entre cuidador y enfermo es más lejana. A ello hay
que añadir que cuando el cuidador tiene hijos o miembros familiares que también
sociales lo cual reduce sus ingresos y sus oportunidades de contacto social (Rojas-
enfermo demenciado precisamente por las limitaciones que esta enfermedad impone al
paciente, hasta el punto de llegar a una situación en donde no se goza de una calidad de
vida suficiente (Giraldo & Franco, 2006), en este sentido, el cuidador se convierte en el
vigía del paciente y es quien debe tomar decisiones por éste, puesto que la demencia
afecta el funcionamiento cognitivo del enfermo, con lo cual es muy probable que la
toma de decisiones, aun las más elementales, se vea afectada, lo que hace más difícil el
manejo del paciente aumentándole presiones al cuidador. A todo esto hay que añadir los
cuales se hacen presentes entre el 50% y el 85% de los casos (Feldman, 2004) —
de ánimo.
último, es en este momento donde se habla de sobrecarga para aludir al estado físico,
(Artaso, Goñi & Biurrun, 2004) sin mencionar el factor económico que de una u otra
esto las condiciones particulares de cada cuidador influyen de manera directa puesto
que la situación no le permite tomarse un tiempo libre para descansar, lo que lo hace
olvidarse de sí mismo, abandonar los hobbies y las actividades que realizaba siendo
poco probable que haya un espacio para el desarrollo de actividades recreativas (Roig et
al., 1998).
como las del individuo demenciado, lo cual también denota la necesidad por parte de
retos para quien cuida, en especial porque la sobrecarga puede ser más intensa entre los
con el fin de prevenir situaciones de difícil manejo y brindar al paciente las mejores
Las habilidades de cuidado son el potencial de cuidado que tiene la persona que
(Barrera, Blanco et al., 2006). Para poder desarrollar óptimamente el rol de cuidador
1990).
y de una actitud favorable para poder atender y proteger al paciente; el valor hace
(Pinto & Sánchez, 2003) frente a la tarea asumida; al respecto de las habilidades de
cuidado hay estudios diversos, por ejemplo, Ávila-Toscano et al. (2010), evaluaron 32
cuidadores de pacientes con demencia en una ciudad del Caribe colombiano, sus
apreciaron más en los cuidadores más expertos, mientras que los jóvenes mostraron
En otro estudio llevado a cabo en la ciudad de Cúcuta (Colombia), esta vez con
para cuidar. Al inicio del estudio 72.5% de los cuidadores carecían de un nivel propicio
frecuente seguido del valor y la paciencia; esto demuestra que los cuidadores per se
efectivo y propicio para mejorar la salud del enfermo, así como para protegerse de la
los investigadores se observó un importante aumento del valor de los cuidadores, por su
con 250 cuidadores familiares, la mitad de los mismos formaba parte del programa de
así mismo, este grupo mostró mayor nivel de paciencia, esta habilidad así como el nivel
adecuadas acciones que les permitan realizar esta tarea, la evidencia al respecto es
contundente, incluso a nivel comparativo entre naciones, Barrera, Blanco et al. (2006),
hallaron resultados muy similares de habilidades, las cuales estaban por debajo de lo
durante el mismo, alrededor del 68 al 74% de los cuidadores carecían de las habilidades
demencia habitan con sus familias y que sus cuidadores se encuentran vulnerables al
ejercicio, de tal manera que resulta necesario observar la habilidad de cuidado de quien
cuida a través del sistema familiar, para que en un futuro sea un método útil para el
desarrollo de las habilidades de apoyo para el cuidador y así afrontar el problema que
Identificar a los cuidadores como parte esencial del sistema del cuidado de la
que es menester brindarle herramientas para mejorar sus habilidades, puesto que existe
se mantenga la salud del cuidador en buen estado y se conserve una buena relación
venido creciendo desde el año 1950, ya en el 2000 el número ascendía a 419 millones y
desde entonces el crecimiento es de 8 millones por año (Pérez, et al., 2013), mientras
que desde 2030 se espera que el crecimiento anual sea de 24 millones (Organización
condiciones perniciosas diversas entre las cuales sobresale la demencia, dado que es
una enfermedad que afecta a la población anciana y cuyo crecimiento también ha sido
significativo; se espera que para el año 2025 el número de personas con demencia en
adecuado dimensionamiento del alto impacto y coste social y económico que representa
la actividad del cuidado informal del paciente demenciado cuando el cuidador carece de
esferas de la vida de los individuos antes mencionados, por un lado el cuidador sufre
toda clase de cambios y alteraciones de u orden normal de vida, y por el otro los efectos
de un cuidado —que si bien puede ser abnegado, pero— sin preparación suficiente,
quien asume el rol de cuidador, específicamente con el área de valores, es decir, sus
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 24
habilidades para cuidar, las cuales, según Nkongho (1990) conforman un conjunto de
atención a otro. Tales habilidades son esenciales a la hora de comprender cómo cuida el
cuidador y cómo el cuidado ofrecido puede tener elementos adversos que le afecten y
4. Objetivos
5. Operacionalización de Variables
Tablas 1 y 2.
Tabla 1.
Operacionalización de la variable habilidad de cuidado.
Variable Tipo de Operacionalización
variable
Es la capacidad de ayudar a otros a crecer y
Habilidad de Cualitativa actualizarse a sí mismo en un proceso de relación
cuidado Discreta con alguien que involucra desarrollo (Nkongho,
1999).
Indicador Nivel de Unidad de medición
medición
Paciencia
Conocimiento Ordinal Grados de satisfacción (Escala tipo Likert)
Valor
Índice de medición Valor
1. Nivel general de habilidad
Alto 148-111 Puntos
Medio 110-74 Puntos
Bajo 73-37 Puntos
2. Nivel de Conocimiento
Alto 56-43 Puntos
Medio 42-28 Puntos
Bajo 27-14 Puntos
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 26
3. Nivel de valor
Alto 52-40 Puntos
Medio 39-26 Puntos
Bajo 25-13 Puntos
4.Nivel de Paciencia
Alto 40-30 Puntos
Medio 29-20 Puntos
Bajo 21-10 Puntos
Tabla 2.
Operacionalización de la variable Sobrecarga
Variable Tipo de Operacionalización
variable
Grado en que los cuidadores perciben que su
Cualitativa salud, su vida social y personal y su situación
Sobrecarga
Discreta económica cambia por el hecho de cuidar a
alguien (Zarit, Cheri & Boutselis, 1996).
Indicador Nivel de Unidad de medición
medición
Cansancio, problemas
Grados de satisfacción (Escala
económicos, preocupación, Ordinal
tipo Likert)
pérdida de control, etc.
Índice de medición Valor
No sobrecarga <47
Sobrecarga Leve 47 – 55
Sobrecarga intensa >55
6. Metodología
6.1 Diseño
con el fin de establecer posteriores asociaciones entre las mismas, sin que se produjera
6.2 Participantes
se seleccionó a personas que cuidaran al menos desde hacía ocho semanas a un paciente
diagnosticado con demencia, los cuidadores debían dedicar al menos tres cuartas partes
del día al cuidado durante mínimo cuatro días semanales, y no debían no poseer
formación en ningún nivel con disciplinas que se relacionaran con el cuidado sanitario.
participantes.
6.3 Instrumentos
cual se registra información personal de los participantes como edad, género, tiempo
dedicado al cuidado, vínculo con el paciente, estado civil, entre otros datos.
ítems cuyos resultados son calificados en escala de respuesta tipo Likert (1=Nunca —
adecuados en sus propiedades psicométricas con una validez de .80 y una confiabilidad
de .84 Barrera, Pinto & Sánchez, 2006b). El CAI consta de 37 ítems a través de los
cuales se evalúa tres escalas cuya denominación se ajusta a las habilidades de cuidado:
conocimiento (14 ítems), valor (13 ítems) y paciencia (10 ítems). Los resultados
permiten clasificar cada habilidad según su nivel de intensidad en alto, medio y bajo.
6.4 Procedimiento
de valoración ética en investigación con seres humanos, de tal forma que los
de la Ley 911 de 2004 y por el Decreto 1090 de 2006, ambos emanados del Congreso
de la República de Colombia.
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 29
de Barranquilla, el cual es un hogar para personas ancianas por medio del cual se
facilitó el contacto inicial con un grupo de cuidadores a quienes se les explicó los
objetivos del estudio con el propósito que autorizaran un encuentro personal con los
información de otros cuidadores a quienes conocían, de manera que una segunda parte
bola de nieve.
A todos los cuidadores se les expuso en la visita domiciliaria los objetivos del
2014.
perfil del cuidador así como el rendimiento de los niveles de sobrecarga y de las
sobrecarga acorde a variables como el género y el estado civil por tratarse de variables
nominales, mientras que las variables cuantitativas (tiempo de ser cuidador, edad, etc.)
valores brutos de las habilidades de cuidado con el fin de identificar posibles relaciones
entre las mismas y finalmente, empleando las tres categorías de cada habilidad de
cuidado (alto, medio y bajo) y las tres categorías del análisis de sobrecarga (no
coeficiente de Spearman.
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 31
7. Resultados
hombres cumpliendo esta tarea, con una media de edad de 46.6 años (DE=11.2), sin
con rangos extremos de edades que oscilaron entre 24 y 74 años. Los pacientes por su
parte, mostraron una media de edad de 78.2 años (DE=9.8) y en su mayoría contaban
con 64 años o más, a excepción de casos atípicos de pacientes menores de 60 años, uno
con 59 y uno con demencia de inicio temprano quien solo contaba con 46 años, por su
parte, el paciente más añoso registró 97 años de edad. En total se observó que entre el
paciente y el cuidador hay una diferencia aproximada de 20 años, siendo los segundos
El tiempo que llevaban a cargo del cuidado de paciente osciló entre 6 y 120
meses con una media de dos años aproximados dedicado a esta tarea (DE=18.8).
Respecto a sus condición civil, 30% (n=15) eran solteros, 48% (n=24) sostenía algún
adicionalmente, 80% (n=40) de los participantes tenía hijos con una media de 1.98
un buen nivel de formación observándose que 26% (n=13) eran universitarios y 38%
(n=19) técnicos o tecnólogos. Entre tanto, 20% (n=10) había culminado el bachillerato,
eran familiares del asistido, 52% (n=26) eran sus hijos, 14% (n=7) eran los padres del
paciente, 10% (n=5) eran cónyuges, 4% (n= 2) eran hermanos e igual porcentaje para
los cuidadores que eran abuelos y para lo que eran nietos, finalmente, 12% (n=6) de los
con un nivel bajo de sobrecarga equivaliendo al 62% (n=31), mientras que el 38%
intensidad; por un lado 18% (n=9) registró sobrecarga leve y por el otro, 20% (n=10)
de estas últimas con sobrecarga es mayor, así mismo, de acuerdo al estado civil,
alrededor de la tercera parte de los cuidadores mostró sobrecarga según fueran solteros,
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 33
cada categoría del estado civil expresó el problema, siendo más intenso entre aquellos
Tabla 3.
Distribución de la sobrecarga de acuerdo al género y estado civil de la muestra
Nivel de sobrecarga
Variable demográfica Total
Sin sobrecarga Leve Intensa
Hombre 55.6% (5) 22.2% (2) 22.2% (2) 100% (9)
Mujer 63.4% (26) 17.1% (7) 19.5% (8) 100% (41)
Soltero 66.7% (10) 26.7% (4) 6.7% (1) 100% (15)
Unión conyugal 66.7% (16) 8.3% (2) 25% (6) 100% (24)
Separado 45.5% (5) 27.3% (3) 27.3% (3) 100% (11)
La Paciencia obtuvo una media de 32.86 (DE=4.7) con valores que oscilaron
entre 9-40, mostrando en sentido general un rendimiento favorable puesto que resultó
con nivel alto en 84% (n=42) de los cuidadores, mientras que el 16% (n=8) restante
valores que oscilaron entre 23 y 56, reportándose con un nivel alto en 62% (n=31) de
El Valor fue la habilidad con menos rendimiento, obtuvo una media de 31.56
(DE=6.1) y los valores variaron entre 15-50, su reporte fue alto en tan solo 6% (n=3) de
la muestra, mientras que 78% (n=39) lo reportó como medio y 16% (n=8) como bajo.
7.3 Prueba para objetivo 3: Probar las posibles relaciones entre la paciencia, el
utilizaron los valores obtenidos en los niveles de cada una de estas variables empleando
Tabla 5.
Correlación entre niveles de las habilidades de cuidado y el nivel de
sobrecarga de los participantes
Nivel de habilidades
Estadístico Paciencia Valor Conocimiento
Nivel
r -.101 -.175 .300*
Sobrecarga
p .487 .224 .034
* p<.05
Los resultados señalan que no existe relación entre la sobrecarga de los cuidados
8. Discusión
nacionales e internacionales (Babarro, Garrido, Díaz, Casquero & Riera, 2004; Llibre,
2002, Moreno, Náder & López de Mesa 2004; Thomas et al., 2006). Los resultados
manifiestan que quien se dedica a realizar la labor de cuidador informal es una persona
en el rango de la mediana edad, quien tiene que lidiar con las necesidades de cuidado
del paciente además de las exigencias de su propia vida, tales como las obligaciones
sociales, laborales, familiares, entre otras (Espín, 2008). De igual forma, en el trabajo
realizado con esta muestra es la mujer quien sigue ejerciendo en su mayoría el rol de
cuidador informal.
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 36
El concepto de cuidar viene desde que nacemos, puesto que quien realiza la
tarea de los cuidados es generalmente la madre, lo que nos hace dependientes de ella
hasta lograr la suficiente edad para ganar autonomía, sin embargo, durante gran parte de
la vida los individuos muestran una necesidad de ser atendidos, cuidados, orientados,
Esta es una situación que ha sido extensible para el cuidado que se ofrece a quienes por
decisiones de las mujeres al ser ellas quienes asumen el rol de cuidadores, esta decisión
trae consigo una serie de riesgos y consecuencias como producto del alto nivel de estrés
al cual se exponen, tales como relaciones difíciles con otros miembros de la familia,
(Augsburger, 2003).
pacientes de muy diversas enfermedades, y sin duda representa un evento que requiere
de vigilancia desde múltiples frentes por cuanto implica bases de orden cultural, así
como efectos de carácter social y sanitario. La consabida polarización del género en los
con el paciente (Ungerson, 1987), lo que le hace dispuesta a asumir con mayor
mujer como principal individuo que asume esta responsabilidad, ello obliga a la
Eguiguren, 2004), asumiendo además la necesaria intervención sobre la mujer con sus
Por otro lado, un hallazgo igualmente llamativo en relación al perfil del cuidador
alcanzados por los participantes, en el caso de la investigación que nos ocupa los
sobresaliendo el personal con estudios técnicos y tecnológicos así como los individuos
conocimiento de quien cuida. Nuestros hallazgos señalan que los cuidadores analizados
entenderse en una relación directa con el nivel de formación, si bien nuestros datos no
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 38
nos permiten corroborar estadísticamente este supuesto, evidencias previas han sugerido
que el nivel de formación del cuidador podría ser una característica esencial para definir
cuidado informal, así como el desarrollo de afrontamiento ante la misma, todo ello en
mostró un índice bajo de respuesta a la misma por lo cual se considera que no padece
esta condición, sin embargo, no deja ser preocupante que 38% de la muestra haya
manifestaciones fueron más comunes entre los cuidadores que cuentan con una relación
conyugal activa, lo que parece resultar lógico en la medida que además de las
pesar de tratarse de una muestra en la que sólo se contó con 9 hombres, 4 de ellos
manifestaron sobrecarga lo que podría sugerir una vulnerabilidad mayor entre los
varones.
último lugar se ubicó el valor, siendo además la única a habilidad con niveles bajos, lo
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 39
cual sugiere que a pesar de poseer un buen nivel de conocimiento de disposición por
expresada, y viceversa. Tales condiciones son importantes pues definen dos cualidades
el cual según Griffin (1993), es primordial que este pueda comprender la etiología,
aumento del nivel de sobrecarga de los cuidadores, sin embargo, desde el sentido
común podría esperarse que tal relación fuera inversa al plantear el conocimiento como
forma como el cuidador percibe el futuro del paciente y el suyo propio frente a la tarea
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 40
conocimiento per se no parece ser suficiente para realizar una buena labor de cuidado,
por lo tanto se requiere que se fomenten habilidades integrales, es decir, que se den la
Ahora bien, es importante reconocer que el presente estudio cuenta con algunas
con todo tipo de demencias, por lo que es posible que la carga emocional varíe
dependiendo del tipo de patología, de igual manera sucede con la etapa de desarrollo de
sobrecarga varíe en función del grado de deterior del paciente. Así mismo, al tratarse de
aporte significativo al estudio del fenómeno, puesto que revelan el estado de las
TITULILLO: Habilidad de cuidado y sobrecarga en cuidadores informales 41
del cuidador, toda vez que demuestran al mismo tiempo la necesidad de considerar las
formación integral para los cuidadores, programas que en un orden ideal de las cosas
Referencias
Andersson, A., Levin, L-A. & Emtinger B. G. (2002). The economic burden of informal
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