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El constitucionalismo actual no sería lo que es sin los derechos fundamentales, junto aquellos
que consagran la forma de Estado y las que establecen el sistema económico son decisivas para
definir el modelo constitucional de una sociedad. Los derechos fundamentales son la principal
garantía de los ciudadanos pertenecientes a un Estado de derecho, en el que el sistema jurídico
político se orienta al respeto y la protección de la persona humana. Los derechos fundamentales
se presentan en la normativa constitucional como un conjunto de valores objetivos y al mismo
tiempo como el marco de protección de situaciones jurídica objetivas.
El término “derechos fundamentales”, droits fondamentaux, aparece en Francia por el año 1770
posteriormente condujo a la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, de 1789, la
expresión llegó a Alemania tras la constitución de Weimar de 1919, posteriormente la actual ley
fundamental de la república Alemana promulgada en 1949.
En los siglos XVI y XVII se amplía una nueva teoría de los derechos naturales por parte de
teólogos y juristas, destaca la tarea de Victoria y Cansas asentando las bases para el
reconocimiento de la libertad y dignidad de todos los hombres, Suarez y Gabriel influyen en el
pensamiento humanista de Grocio, con Locke la defensa de los derecho naturales a la vida, la
libertad y la propiedad.
Posteriormente en pleno siglo XVIII, Rouseau concibió la formulación más célebre de a teoría del
contrato social después para Kant todos los derechos naturales se compendían en el derecho a
la libertad, en cuanto esta pueda coexistir con la libertad de los demás según la ley universal.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, se sustituye el término clásico de los “derechos
naturales”, por el de los derechos del hombre, esta nueva expresión rebela la aspiración del
iusnaturalismo iluminista por constitucionalizar, o sea, por convertir en derecho positivo.
La constitución de Méjico de 1917 se considera como el primer intento de conciliar los derechos
de libertad con los derechos sociales, superando los polos opuestos del individualismo y del
colectivismo, pero el texto constitucional más importante y el que mejor refleja el nuevo estatuto
de los derechos fundamentales es la Constitución Germana de Weinar de 1919, como
inspiración, esta se refleja en nuestra constitución republicana de 1931, así como en la mayor
parte dl constitucionalismo, tras el término de la segunda guerra mundial, en el caso de la
constitución Francesa de 1946, de la constitución Italiana de 1947 o de la ley fundamental
(Grundgesetz) de la república federal Alemana de 1949. Así, las constituciones de Grecia 1976 y
España de 1978, han tratado de establecer un marco de derechos fundamentales integrando lo
mismo por las libertades públicas tendentes a garantizar las situaciones individuales que por
derechos sociales
Los derechos fundamentales aparecen por como la fase más avanzada del proceso de
positivización de los derechos naturales en los textos proceso que tendría su punto intermedio de
conexión en los derechos humanos.
3. 2. Para evitar inconvenientes con esta tesis, los derechos humanos, suelen venir
entendidos como un conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histórico,
concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humanas las cuales deben ser
reconocidas positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel internacional. En tanto con la
noción de los derechos fundamentales s tiende a aludir de aquellos derechos humanos
garantizados por el ordenamiento jurídico positivo, en la mayor parte de los casos de su
normativa constitucional.
3. 3. Según los profesores Antonio Fernández Galiano y Gregorio peces Barba. Este
último sostiene que los derechos fundamentales no alcanzan su plenitud cuando: 1. Una norma
jurídica positiva, normalmente con rango constitucional o de ley las reconoce; 2. De tal norma se
deriva un conjunto de facultades o derechos subjetivos, y 3. Los titulares pueden contar para la
protección derechos. Su planteamiento es objetado por Fernández Galiano, al negar cualquier
virtualidad jurídica a aquellos derechos humanos no reconocidos por la legislación positiva. De
ahí que estime preferible asentar los derechos humanos antes que en el estricto orden jurídico
positivo, en un orden superior objetivo que pueda ofrecer un fundamento de carácter universal y
al que pueda apelarse en todo tiempo y lugar. Fernández Galiano, con independencia que en el
curso de su argumentación utilice como sinónimos los términos, “derechos naturales”, “derechos
humanos”, y “derechos fundamentales”, se está refiriendo a los derechos humanos, como noción
prescriptiva de uno de los valores de la persona humana enraizado en una normatividad
suprapositiva, que deben de ser reconocidos y garantizados n el ejercicio por el derecho positivo.
Peces Barba desde una perspectiva dualista, dice que los valores, al servicio de la persona
humana, con el derecho de los derechos fundamentales, se refiere a la inserción de esos valores
en normas jurídico positivas.
La tesis de los profesores Fernández Galiano y Peces Barba no se hallan tan distintas, puesto
que se da un acuerdo entre ambos al entender los derechos humanos como una categoría
previa, legitimadora e informadora de los derechos fundamentales, y que los derechos
fundamentales son una categoría descriptiva de los derechos humanos positivos en el
ordenamiento jurídico. Se desprende de ambos planteamientos la aceptación de los derechos
fundamentales, tienen su fundamento en un sistema de valores previo: el orden objetivo y
universal de una axiología ontológica, en Fernández Galiano; la filosofía humanista de signo
democrático, en Peces Barba.
RESUMEN
El concepto de los Derechos Humanos es impreciso, pero ello no es una dificultad, sino es más
como una característica misma de los derechos humanos. El problema del concepto de los
derechos humanos no es una cuestión estéril o irrelevante, sino que tiene una íntima relación con
sus procesos de garantía, protección e interpretación de los mismos, por ello la búsqueda del
concepto y fundamento de los derechos humanos toma relevancia en su proceso de positivación
legislativa como su interpretación y aplicación judicial. El problema adquiere importancia vital
sobre lo que concierne a la interpretación jurídica.
Los derechos humanos son el pilar básico a través del cual debe de ser interpretado todo el
ordenamiento jurídico. El punto de partida de la doctrina de Haberle es que el contenido de la
constitución es, en su mayor parte indeterminado, por lo que la constitución vive de la
interpretación, se distinguen do tipos de interpretación, la primera en sentido estricto, es una
actividad consciente dirigida a la comprensión y aplicación de la norma; la interpretación en
sentido amplio, comprende de cualquier actualización (ejercicio del derecho constitucional).
Existe una interrelación entre concepto y fundamento de los derechos humanos, buscar el
fundamento de los derechos humanos es a su vez indagar y averiguar un concepto posible de los
mismos, vamos a emplear las palabras fundamento y fundamentación como sinónimo de
justificación, por ello, “fundamentar los derechos humanos equivale a dar razones a favor de
dicho figura socio-jurídica y, sobre todo, responder ante posibles objeciones y dudas que vayan
surgiendo”.
La cuestión del concepto y fundamento de los derechos humanos, se encuentra en gran parte,
con el problema, de cómo los derechos humanos pertenecen a un orden axiológico confuso. La
primera cuestión consiste en contemplar cómo los derechos humanos pertenecen a tres
normativas diferentes pero entrelazadas: ámbito moral, jurídico y político, y en ese sentido
hablando de una tridimensionalidad del derecho como hecho social, valor y norma, defendido por
los filósofos del derecho Luis Recasens, Legas y Lacambra y Miguel Reale.