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40 | IDEAS & DEBATES

Fotomontaje: Carmen Torrieri

A propósito de El final de la modernidad judía de Enzo Traverso

Los intelectuales
judíos y el giro
conservador de la
historia
Gastón Gutiérrez
Comité de redacción.

Imágenes Kissinger en 1973, miembro del gobierno de Ni- el Holocausto. Desde entonces, asistimos a un
El libro comienza con el relato de una imagen xon, firmando el tratado de paz con Vietnam. declive conservador y a una resolución reac-
reveladora: León Trotsky y Karl Radek asisten Allí un judío podía representar la contrarre- cionaria de la “cuestión judía” cercenada en
en 1917 a una reunión en Brest-Litovsk como volución, el napalm y los golpes de Estado en la conformación del Estado colonialista de Is-
representantes de la revolución rusa, escan- América Latina. Trotsky y Kissinger, arquetipos rael; produciendo, a su vez, la aparición de una
dalizando a los diplomáticos del imperialismo del judío revolucionario y del judío contrarre- “cuestión palestina” que reproduce las mismas
alemán, no tanto porque la política bolchevi- volucionario, serían característicos de dos pe- condiciones parias que eran propias de aque-
que desnudaba la diplomacia secreta entre los riodos históricos muy diferentes en donde el lla. Como señala el autor: “La modernidad ju-
Estados imperialistas, sino especialmente por- lugar del judío se habría alterado notablemente. día, por consiguiente, ha agotado su trayectoria.
que la presencia de dos parias judíos les re- Estos paradigmas antinómicos del intelectual Después de haber sido el principal foco del pen-
pugnaba. Con esta imagen como referencia, de procedencia judía son tomados por Traverso samiento crítico del mundo occidental –en la
Traverso señala que para encontrar un acon- para ilustrar una mutación histórica. época en la que Europa era el centro de éste–.
tecimiento similar en nuestros días habría que Los judíos se encuentran hoy, por una suerte de
imaginar la entrada de una delegación de Al Una reversión paradójica reversión paradójica, en el corazón de sus dis-
Qaeda en una cumbre del G8; allí los “parias” La tesis de El final de la modernidad judía. positivos de dominación”3.
estarían formalmente por fuera del marco ci- Historia de un giro conservador2, de Enzo Tra- El propósito de Traverso es dar cuenta tanto de
vilizatorio. A pesar del agudo contraste entre verso, es que el período de la Ilustración en la aquellos aspectos de un legado crítico de la mo-
la política revolucionaria bolchevique y el is- historia judía, que arranca en el periodo de la dernidad judía que le permitan explicar su rol
lamismo político reaccionario1, el efecto sería Emancipación y el Decreto de la Asamblea Na- activo en el pensamiento de la primera mitad
sin dudas comparable. cional francesa de 1791, y que supuso la sali- del siglo XX, como de aquellos elementos que
El relato siguiente de la introducción del libro da de los judíos de los muros del particularismo llevaron a esta reversión y situarlos en el con-
se sitúa medio siglo después y vemos a Henry para insertarse en el mundo, llegó a su fin con texto de la historia. El interés de Traverso en la
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historia judía está alejado de cualquier preocu- reverso crítico que acompañó el desarrollo ca- Einstein, Schönberg, Adorno o Benjamin. De
pación teológica, es un investigador especialista pitalista durante el tiempo en que se mantuvo la ahí que un lugar destacado de la investigación
en el tema, que aprendió a leer el yiddish pero condición de no-reconocimiento por parte de de Traverso sean las diferentes actitudes intelec-
solo porque la historia judía del siglo XX no es la sociedad. Si repasamos las características del tuales que surcan el fenómeno de la moderni-
más que un “prisma a través del cual podemos pueblo de la diáspora, como el cosmopolitismo, dad judía6. Citando el interrogante de Veblen de
leer la historia del mundo”4. Elaboró su tesis Los la ausencia de lazos nacionales, el carácter ur- por qué “los judíos han aportado más que nadie
marxistas y la cuestión judía (1989) bajo la di- bano, la des-territorialización, el textualismo, a la vida intelectual de la Europa moderna”, Tra-
rección de Michael Löwy (autor por su parte de el manejo del mercado dinerario, la comunica- verso quiere recuperar la figura de los “judíos-
Redención y utopía. El judaísmo libertario en ción, la movilidad y circulación a través de cul- no judíos”, como los denominó Isaac Deustcher,
Europa central) pasando revista a la larga histo- turas diversas y la especialización intelectual y porque ellos componen una voz disonante de la
ria que va del conocido texto de Marx de 1843 la facilidad hacia la abstracción, es difícil ne- modernidad capitalista. Herejes que tienen una
a La concepción materialista de la cuestión ju- gar que éstas mantienen una afinidad electiva larga prosapia, desde Spinoza, Heine o Marx, y
día del joven trotskista belga Abraham León en con la economía mercantil. No por nada en los características comunes: cosmopolitismo, ateís-
1943 (asesinado luego en Auschwitz en 1944). imperios del siglo XIX que contenían diversas mo, inconformismo político y marginalidad
Su tesis describía la historia de la intelligentsia nacionalidades en su seno y eran por lo tanto social. Representantes o herederos de una ilus-
marxista-judía de Europa central y oriental, y el pluriculturales, plurirreligiosos y multilingüísti- tración radical, los “judíos no judíos” se enmar-
final del movimiento obrero judío en Europa cu- cos, la “cuestión judía” pareció adaptarse me- can para Traverso en “la implosión del mundo
yo último acto es la insurrección del gueto de jor a las mismas condiciones comunes de otras judío tradicional y el ascenso del antisemitismo
Varsovia. En este nuevo libro Traverso se propo- opresiones religiosas o nacionales. Por el con- moderno (que) fueron las premisas de su sur-
ne realizar un marco interpretativo del pronun- trario, estos judíos “mercuriales” (extranjeros gimiento, lo que implicaba una doble supera-
ciado giro producido en las décadas siguientes. y móviles) se vieron perjudicados con el auge ción: por una parte el alejamiento del judaísmo,
Los 7 capítulos que lo componen ofrecen una de los nacionalismos “apolíneos” (sedentarios y que se hizo necesario ante la fisura radical que
periodización de esta etapa de la historia judía, guerreros) que protagonizaron la emergencia de se abría entre la tradición judía y la moderni-
que abarca los dos siglos entre 1750 y 1950, y el los Estados-nación, lo que les significó a los ju- dad; por otra, la superación de las identidades y
periodo posterior que se continúa hasta nues- díos volver a aparecer como un cuerpo extraño, las culturas nacionales que rechazaban la alte-
tros días; una tipificación de los distintos mo- cuya posición fue marginalizada nuevamente. ridad judía”. De algún modo para Deustcher es-
dos de “ser judío” prevalecientes en la Europa El término antisemitismo apareció entonces en ta manera de mantenerse vinculado a “lo judío”
moderna, comparando las diferentes trayecto- la historia precisamente en la década de 1880, tenía puntos de contacto con el “marranismo”
rias nacionales de la diáspora judía y los despla- conjuntamente con el auge colonialista, el ra- español y portugués de los orígenes de la mo-
zamientos continentales que tendrán lugar en cismo y el comienzo del imperialismo. Si por dernidad que buscaba sortear las prohibiciones
el siglo XX; la reconstrucción de los diferentes un lado, con la emancipación los judíos fueron de profesar la fe por parte del catolicismo, pero
momentos intelectuales y las oposiciones entre puestos en el centro de la modernidad capitalis- cuando podía volver a convertirse ya no podía
figuras revolucionarias, reaccionarias y republi- ta, el mismo desarrollo de ésta los circunscribió encontrar lugar en la vida confesional por es-
canas en el ciclo de la intelectualidad judía; y, a una minoría con determinadas característi- tar abiertos a una vida cosmopolita. Su judaís-
por último, propone una mirada desde el pre- cas que la hacían susceptible de formar parte mo era existencial y crecientemente adoptaba
sente hacia las metamorfosis de la judeofobia en de la élite, de la cual a su vez eran rechazados perspectivas profanas, seculares o innamentis-
islamofobia como principal racismo de nuestros en la mayoría de los escenarios nacionales. Es- tas (Spinoza). De ahí emergen los primeros “ju-
días. El libro no se presenta como una historia ta semántica ambigua de la condición judía mo- díos no judíos” que anunciaban la salida del
lineal, las piezas que componen cada uno de los derna se desarrollaba a su vez en un contexto culto y la emancipación política. Con el tiempo
capítulos del libro, siguen el método historiográ- producido en el desarrollo desigual y combina- esta figura alejada de su comunidad de origen,
fico de Traverso que intenta ser un aporte a una do de la historia europea del siglo XIX y XX, pero que comparte las penurias de la misma, pa-
historia intelectual inserta dentro de una histo- que sumado al fenómeno migratorio del este al sa a ser vocero de una especie de “cosmopoli-
ria general, compuesta de múltiples influencias oeste, produjo una generación intelectual alie- tismo posnacional” que se traducirá de diversos
y, por lo tanto, alejada de cualquier reduccionis- nada de una consagración adecuada a sus ex- modos en la historia. En los comienzos del siglo
mo textualista. Apegado a los aportes de la his- pectativas en los marcos del sistema. Mientras XIX, como humanismo y democracia radical y,
toria conceptual, Traverso, en parte influenciado que el sionismo buscaba ¨normalizar¨ el pue- posteriormente, como internacionalismo prole-
por su formación en el marxismo, sigue sus pro- blo judío como un Estado, una nación, una so- tario y comunismo7. Desde ya que esa tradición
pias reglas de composición histórica: contex- beranía, serán los mismos atributos propios de compartirá las vicisitudes comunes al movi-
tualización, historicismo crítico, comparatismo esta semántica ambigua, de un pueblo que no miento revolucionario de entreguerras.
histórico, conceptualización y una lectura com- es un pueblo nación, los que, paradójicamen-
prometida desde el presente, que se propone se- te, formarán el sustrato de una posición privi- Una mutación conservadora
guir los preceptos de Walter Benjamin5. legiada para desarrollar el pensamiento crítico. Traverso señala que además del modelo orien-
En los contextos en que pudieron desarrollarse, tal del “judaísmo paria” (exclusión social y
Una semántica ambigua aunque sea parcialmente, renovó el pensamien- política) y del modelo alemán (integrado eco-
La posición con la que Traverso pasa revis- to del siglo en una zaga de figuras compuesta nómicamente, asimilado culturalmente, pero
ta a los distintos componentes de esta historia, apenas por Proust, Kafka, Freud, Chagall, Marx, excluido políticamente) hay que considerar un
considera que la modernidad judía presentó un Rosa Luxemburgo, Trotsky, Simmel, Durkheim, tercer modelo, el de los “judíos de Estado” de »
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occidente, que se conformaron como una éli- llevará a que Arendt se interese por los soviets el antiguo: son sus prácticas religiosas, sus cos-
te en Francia, Italia y Reino Unido y que sirven en Hungría del ‘56 y por Mayo del ‘68. Aunque tumbres, sus indumentarias, sus costumbres ali-
para entender el giro conservador. En Fran- su apego a un prisma generalizado de la “cues- menticias. Para Traverso el dispositivo sólo ha
cia la adhesión al republicanismo fue su marca tión judía” capaz de ser resuelta sin atender a la realizado una “transferencia de objeto, el anti-
y aunque eso no los salvó del régimen de Vi- emancipación social dará un carácter limitado a semitismo, se ha transmutado en islamofobia”10.
chy, se mantuvieron fieles al Estado francés, co- su crítica, entre otras cosas como le señala Tra-
mo podemos ver en la trayectoria de Raymond verso, a través de su incomprensión de la opre- ¿Queda algo del judaísmo crítico?
Aron. En Italia los “judíos de Estado” fueron un sión racial negra en Norteamérica. Traverso culmina el libro reponiendo la com-
aliado importante de la formación del Estado En sentido divergente al ejemplo de Arendt, paración de I. Berlin entre Disraeli y Marx, am-
nacional en oposición a la Iglesia, participaron las trayectorias de K. Popper y de I. Berlin dan bos “outsiders” que quisieron “liderar”, uno a la
en las formaciones de derecha e incluso fueron cuenta de cómo el americanismo y el sionismo, élite aristocrática, el otro al proletariado mun-
parte del régimen de Mussolini hasta 1938. En respectivamente, fueron las variantes mayori- dial. Trayectorias divergentes de la intelectua-
Gran Bretaña el primer ministro Disraeli era un tarias de “asimilación imperialista” de la inte- lidad judía y al mismo tiempo reflejo de los
conservador y nacionalista feroz y protagonis- lectualidad judía consolidando esta mutación dilemas de la intelectualidad en relación con el
ta de la política imperialista hacia las colonias. conservadora de manera definitiva. Otro tanto poder. Si el modelo de Marx fue seguido en la
Comparando las trayectorias nacionales vemos ocurría con los orígenes del neoconservaduris- primera mitad del siglo XX, el periodo poste-
que en todos los casos el ascenso del nacionalis- mo político de la mano de Leo Strauss. Del mis- rior al genocidio abrió la vía al “judaísmo del
mo perjudicó incluso estas vías de integración mo modo, rupturas significativas por parte de orden”. La cuestión judía, analizada por Marx,
por derecha y que el cataclismo de la II Gue- intelectuales de izquierda produjeron la recon- al no desembocar en una emancipación univer-
rra con la barrida nazi por la Europa central, ciliación de la derecha y los judíos, como ejem- sal quedó presa de un reconocimiento confor-
la conquista continental y el genocidio, termi- plifican los intelectuales americanos I. Kristol, mista y en muchos casos incluso reaccionario.
nó desplazando primero hacia EE. UU. y pos- J. Burnham y otros que pasaron de la crítica an- Traverso culmina citando a E. Said cuando de-
teriormente hacia Israel estas tendencias de tiestalinista a un anticomunismo radical y ma- cidió presentarse desafiante ante el periódico is-
integración con el Estado. cartista. Esta mutación se irá consolidando en raelí Haaretz como “el último intelectual judío”.
Para dar cuenta de que ese fenómeno no fue el transcurso de la guerra fría, y estaría muy pre- Conocer la contribución de Traverso sobre este
unívoco, Traverso recurrirá a Hannah Arendt, sente ya en la “Guerra de los 6 días” de 1967, giro de las cosas sólo puede conducir a la con-
porque para él es una figura todavía “entre dos logrando su momento de consolidación en el clusión de que si el antisemitismo se transfor-
épocas”. Del conjunto de producción de la filó- ascenso conservador de los ‘80. Había emergi- mó en islamofobia, entonces la causa palestina
sofa política, Traverso destaca su oposición al do así una intelectualidad judía neoconservado- y por la emancipación del pueblo árabe en su
sionismo y a la formación colonialista del Esta- ra que había transformado el universalismo en conjunto es la herencia del “judío no judío” en
do de Israel. Para ella la cuestión judía no po- occidentalismo. nuestros días.
día encontrar su resolución en los marcos de un
Estado nacional judío, sino en una disociación Y una metamorfosis 1. Ver “Medio Oriente o la geopolítica del caos” de
entre la forma Estado y el contenido de la na- La consecuencia de esto es tanto el declive Claudia Cinatti y “Reseña de Isis el retorno de la Yi-
cionalidad. En esta polémica Arendt reivindica del antisemitismo moderno, como una nueva had” de Juan Duarte, en IdZ 20.
el federalismo de la revolución rusa y la auto- composición ideológica racista bajo la forma 2. Enzo Traverso, El final de la modernidad judía.
determinación de las naciones en su seno, más de la islamofobia. Actualmente el antisemitismo Historia de un giro conservador, Buenos Aires, FCE
allá de que ya constituía un principio pisoteado constituye tan sólo un residuo de lo que fue, ha de Argentina, 2014.
por el estalinismo. Por otro lado, Arendt reivin- perdido legitimidad. Al contrario, se ha exten- 3. Ibídem, p. 13.
dicaba la constitución de un ejército judío para dido una “religión civil” compuesta por la me- 4. Ibídem, p. 17.
pelear en la II guerra mundial pero no apoyaba moria del Holocausto y los derechos humanos 5. Enzo Traverso, La historia como campo de batalla.
la política colonialista en Palestina. A propósi- que aparentemente reina en el mundo occiden- Interpretar las violencias del siglo XX, Buenos Aires,
to de esta cuestión, Traverso va más allá y repo- tal. Las clases dominantes realizan un ejercicio FCE de Argentina, 2012.
ne la lectura de la Naqba (catástrofe) investigada de memoria del genocidio al mismo tiempo que 6. Una constante preocupación de Traverso; ver Gas-
por Ilan Pappe como una limpieza étnica plani- invaden países en Medio Oriente y ponen cen- tón Gutiérrez, “Las ideas y las piedras. A propósito
de ¿Qué fue de los intelectuales?” de Enzo Traverso,
ficada a la que hay que oponerle el punto de vis- tros de internamiento para los sin papeles. La
IdZ 14, octubre 2014.
ta del pueblo palestino y el derecho al retorno al derecha europea ya no levanta el antisemitis-
7. Acerca de las vicisitudes de la cuestión judía y su re-
territorio y la autodeterminación nacional en su mo a riesgo de perder toda posibilidad de inter- solución profana en Marx ver Daniel Bensaïd, “‘En y
propio Estado8. Con sus teorías de la democra- vención pública: “En la Europa contemporánea por la historia’. Volviendo sobre la cuestión judía”, en
cia y del espacio público Arendt mantuvo para el inmigrante asume básicamente los rasgos Volver a La cuestión judía, Barcelona, Gedisa, 2011.
Traverso las características del intelectual “pa- del musulmán. La islamofobia desempeña en 8. Ilan Pappe, La limpieza étnica de Palestina, Barce-
ria”, exiliado, que por “flotar libremente” (Mann- el nuevo racismo el papel que fue antaño el de lona, Editorial Crítica, 2008.
heim) escapa al “hábitus” mental dominante y a los judíos en el antisemitismo”9. El retrato del 9. Traverso, ob.cit., p. 166.
los estereotipos nacionales. Ese inconformismo nuevo paria se construye del mismo modo que 10. Ibídem, p. 167.

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