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Carta a mis

Amiguitos
Enero - Febrero 2000

“Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos,


pues cercano está tu nombre; los hombres
cuentan tus maravillas” (Salmo 75:1)
Queridos amiguitos:
Hace un tiempo, la hermana Claudia Barolin, quien
durante muchos años se ocupó de preparar con gran empeño “Carta a
mis amiguitos”, nos propuso “tomar la posta” en este hermoso trabajo
de aprender más del Señor Jesús y compartirlo con ustedes cada dos
meses a través de esta publicación.“Tomar la posta” es una expresión
que se utiliza en algunas carreras pedestres en las que cada
competidor corre hasta llegar al lugar donde encuentra a otro a quien
le entrega la “posta” (un pequeño objeto), y éste, a su vez, debe
entregarla al siguiente corredor. Nuestra hermana nos ha entregado
esta “posta”, es decir esta labor, que tomamos siendo conscientes de
la importancia que tiene transmitir la Palabra de Dios. Tomamos
delante del Señor la responsabilidad de continuar compartiendo con
ustedes algunas historias y actividades que nos harán conocer más de
la Biblia y su mensaje, que nos habla de nuestro amado Salvador el
Señor Jesús. Pero, nuestra hermana Claudia seguirá con atención la
carrera, es decir, seguirá ayudando con sus oraciones y en todo lo que
sus fuerzas le permitan hacer. El Señor la sostuvo para poder “correr”
todos estos años, a veces sorteando muchas dificultades, pero
alegrándose al saber que ustedes se ocupaban de leer lo que ella
preparaba. Ahora nos toca a nosotros continuar con la tarea. Pedimos
al Señor que nos dirija en todo para que ustedes y nosotros podamos
seguir aprendiendo de Él cada día más. Si ustedes le entregan su
corazón al Señor, respondiendo a su deseo: “Dame, hijo mío, tu
corazón” (Proverbios 23:26), podrán gozar de Su comunión y amor.
El crecimiento lo dará Dios por medio de su Palabra (1.ª Corintios
3:7). Durante el tiempo que pasemos juntos, deseamos que aprendan
cada día más del Señor, que memoricen los textos, ahora que sus
mentes están frescas, para que cuando sean mayores los tengan
atesorados en su corazón y los enseñen a sus hijos (Deuteronomio
6:5-9), como también lo recuerda Proverbios 22:6: “Instruye al niño
en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Que el
versículo: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud”
(Eclesiastés 12:1) sea una realidad en ustedes. También
anhelamos que aprendan a amar la venida del Señor, hecho que
ocurrirá muy pronto; Él mismo nos dice: “Vengo en breve.” Que
su venida nos encuentre preparados. No duden en escribirnos
cuando tengan alguna inquietud espiritual o no entiendan
algo, trataremos de responder sus preguntas a través de la
Palabra de Dios, en la cual leemos: “Lámpara es a mis pies tu
palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105).
Los saludamos con amor en Cristo Jesús.
Jorge y Leonor Arakelian
A mis amiguitos...
Enero
Febrero
2000

Queridos niños:

Aquellos que desde hace algunos años reciben


“Carta a mis amiguitos” no necesitan que les explique el objeto
de esta carta. Pero si entre ustedes hubiese algunos nuevos
lectores, les diré simplemente que una vieja amiga quiere
escribirles algunas páginas especialmente dirigidas a ellos. Esta
amiga trata de explicarles un pasaje de la Biblia o de considerar
con ustedes, a la luz de ella, tal o cual dificultad que pueden
encontrar en el camino. Sobre todo desea que conozcan y amen
al Señor Jesús, a Aquel que dijo: “Dejad a los niños venir a mí y
no se lo impidáis” (Lucas 18:16).
Amiguitos que aún no conozco, puedo decirles que ya
los amo como a todos aquellos cuyos nombres me resultan
familiares, aunque no los conozca físicamente. Si Dios permite
que nos encontremos cada dos meses, espero que aprendan a
amar a esta vieja amiga y que tengan la suficiente paciencia para
leer lo que ella les escribe. Sobre todo oren por ella, como ella
ora por ustedes. El que nos ayuda a escribir es el Señor Jesús,
pero también Él es quien nos ayuda a comprender lo que está
escrito. Por eso ustedes comprenderán cuánto necesitamos que
Él nos socorra. No hay nada que nos acerque tanto entre
nosotros como el hecho de orar unos por otros. Si lo hacemos,
seremos verdaderos amigos que se ayudan entre sí, aunque
nunca nos hayamos visto. ¡Cuántos amigos hallaremos!, pero
también, y sobre todo, ¡cuántas oraciones subirán al cielo!
¡Cuán hermoso es pensar en ello!
Les escribo todo esto al comenzar un nuevo año, para
que lo iniciemos poniéndonos de acuerdo y basados en algo
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firme. Si todos ustedes pudieran estar aquí, cerca de mi,
escuchándome, les pediría que levanten la mano. ¡Imagino
centenares de brazos agitándose alegremente! ¡Qué lindo y qué
fácil sería poder hablarles así! Pero lamentablemente nos
separan muy grandes distancias. Sin embargo, esta vieja amiga
cuenta con la ayuda de ustedes, así como ustedes pueden contar
con la ayuda de ella, y juntos de esa manera, podremos
contemplar al Señor Jesús, ¿no es cierto?
Ustedes saben que todos los placeres y las alegrías de
este mundo vuelan muy pronto. Los días de fiesta que hemos
esperado con tanta impaciencia ya han pasado; pronto también
terminarán las vacaciones. No es muy lindo comprobarlo, por
eso siempre estamos deseando hallar otra cosa con qué
reemplazarlas, como si la felicidad duradera se encontrara en
este mundo. Luego, al pasar los años nos damos cuenta de que
siempre hicimos lo mismo y nunca hemos quedado satisfechos.
Intentar detener y cristalizar los goces pasajeros es como tratar
de encerrar en nuestras manos el agua que corre sin cesar.
Entonces, ¿dónde podremos hallar la felicidad que
anhelan nuestros corazones? Hay que buscarla fuera y por
encima de nosotros. Si todo cambia y desaparece aquí abajo, hay
un lugar donde brilla una luz eterna, un lugar de paz, gozo y
reposo donde nada cambia, donde nada desaparece. «Eso es el
cielo», dirán ustedes. Sí, es la morada de Dios, nuestra morada,
la mía y la de ustedes, si conocemos al Señor Jesús como nuestro
Salvador. Tal vez también digan: «Pero ese cielo está muy lejos,
y todavía tenemos muchos años por delante antes de llegar allá».
Nadie puede afirmar esto último; sin embargo, comprendo sus
sentimientos porque admito que antes yo pensaba como ustedes.
Ahora aprendí que el cielo no está muy lejos de
nosotros, y quisiera que puedan comprender lo que deseo
decirles ¿Quiénes pues habitan en el cielo? Sin duda los ángeles;
hay millares y millares de ellos, atentos siervos para hacer la
voluntad de Dios. Pero cuando en el capítulo 14 del evangelio de
Juan, el Señor Jesús habla con sus discípulos acerca del hogar
celestial al cual llama:“La casa de mi Padre”, agrega: “Vendré
otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis.” ¡Por eso puedo decirles que el cielo no
está lejos! Cuando pensamos en el Señor Jesús lo sentimos muy
cerca de nosotros, ¿no es cierto?; sin embargo, Él está en el cielo.
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Entonces, puesto que Él es quien llena la casa del Padre, puesto
que el cielo es estar con Él y que el gozo en la tierra es tenerlo a
Él, y que Él esté con nosotros, sentimos que la distancia entre el
cielo y la tierra no es grande. Se trata siempre de la misma
Persona, la cual llena los corazones. Él fue todo para nosotros
en este mundo y será todo para nosotros en el cielo. Pero para
que esto sea realidad en cada uno de mis lectores, es necesario
que ellos aprendan a conocer más a este amado Salvador,
mientras están en el mundo.
En Filipenses 3:10, leemos: “A fin de conocerle (a
Cristo), y el poder de su resurrección, y la participación de sus
padecimientos”. Por el momento les pido que recuerden las
cuatro primeras palabras. Conocer a Cristo bastará para llenar
sus corazones de gozo. También será suficiente para darles un
nuevo año feliz y lleno de bendiciones. Solamente ocupándose
de Cristo podrán ser verdaderamente felices. Piensen en el
Señor Jesús; busquen lo que la Palabra de Dios nos dice de Él;
no permitan que pase un solo día sin haber hablado con Él y sin
haber escuchado lo que Él quiere decirles. Que sea también el
Amigo con quien deseen compartir cada instante, Aquel sin el
cual no se animarían a dar un solo paso. Y así, ocupándose de Él,
aprenderán a servirlo y serán niños de quienes se podrá decir,
como decían de los discípulos: “Les reconocían que habían
estado con Jesús” (Hechos 4:13).
¿Se podría desear algo mejor? Dios quiera que lo que
hemos considerado hoy sea una realidad en cada uno de mis
pequeños lectores.

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quel pequeño lleno ayudarlo para que desde
de vida se llamaba Juan. Era el pequeño conociera al Señor
preferido de la casa y se Jesús, el buen Pastor.
comportaba como un travieso Pero su corazoncito no
y tormentoso duendecillo. parecía comprender el amor
Era un hermoso niñito del Salvador; no prestaba
de seis años, de cabellos atención a su Palabra.
ondulados, ojos claros y Cuando sus hermanos
risueños en los que brillaban y hermanas se sentaban a mi
la franqueza, la picardía y la alrededor y oían atentamente
alegría de vivir. De todos los las hermosas historias de la
sobrinos y sobrinas que yo Biblia que yo les contaba,
debía educar, Juan era el que Juan no podía escuchar
más dificultades y penas me tranquilamente ni siquiera
causaba. cinco minutos. Me
¡Se comportaba con interrumpía con una pregunta
tanta picardía! De repente alocada, o hacía cómicas
volteaba mi mesa de trabajo y acotaciones que me
desparramaba lo que había en contrariaban mucho, puesto
ella por toda la habitación; que todos se echaban a reír, lo
luego escondía mis llaves y, cual alegraba sobremanera a
con aire muy serio, me Juan. Sin embargo, había algo
ayudaba a buscarlas por todas que me asombraba: durante el
partes, menos donde culto del domingo, Juan
realmente se encontraban. permanecía muy tranquilo y
Pero, a pesar de sus sereno; podía escuchar la más
travesuras, mi corazón sentía larga predicación sin mover
especial atracción por ese un dedo y mirando fijamente
niño, ovejita negra de mi al predicador. Por mucho
pequeño rebaño, por lo que mi tiempo no pude explicarme
más ardiente deseo era este fenómeno, pero un
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domingo a la tarde encontré la pero Juan parecía muy
clave del misterio. Desde el agitado; miraba constante-
cuarto de los niños me llegaba mente hacia uno y otro lado, y
el eco de una ruidosa bostezaba, hasta que al fin
algarabía. Me acerqué y abrí apoyó su cabeza sobre mi
suavemente la puerta. Sin brazo y se durmió. Yo misma,
embargo, Carlos, el hermano escuchaba las palabras del
mayor de Juan, me vio; salio predicador como en un sueño.
y me dijo: El día era caluroso y pesado, y
—¡Tía Nelly, mira reinaba una profunda calma
cómo predica Juan! que hacía sentir que se
Efectivamente, el avecinaba una tormenta.
hombrecito estaba allí y, muy Cuando terminó la reunión,
seriamente, con el ceño todos volvieron a sus hogares
fruncido, pronunciaba un por el camino más corto. El
discurso; repetía con firmamento resplandecía con
exactitud los movimientos y una luminosidad cobriza; no
las palabras del predicador se podía dudar de que se
que había hablado esa desataría una formidable
mañana. tormenta. Apenas entramos a
Me retiré silenciosa- nuestra casa con los niños, se
mente y contenta de que no oyó un trueno que hizo
me hubieran visto. Hasta el temblar las paredes y vibrar
día de hoy no he olvidado esta los vidrios. Llevé a los
escena, y nunca la olvidaré: Vi pequeños a la habitación
a Juan muy entusiasmado, trasera de la casa, cerré las
predicando con mucho ánimo persianas y encendí la luz,
y con un aire muy serio. ¡Oh aunque el sol recién se ponía.
Juan, mi pequeño tormento, Sin embargo, la luz del cuarto
mi querido Juancito; el buen no era suficiente para impedir
Pastor quería atraerte hacia Él que el vivo fulgor de los
desde temprana edad y relámpagos fuese percibido
refugiarte en Su seno! Pero por nuestras asustadas
¡ay!, fue necesario que Él te miradas.
condujera por un sendero —Tía Nelly, ¿es el fin
penoso y lleno de lágrimas. del mundo? —preguntó
Ese mismo domingo, Carlos con voz temblorosa,
llevé a mi pequeño rebaño a la mientras perdía coraje a
reunión de la tarde para medida que crecía la
escuchar la Palabra de Dios, tormenta.
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—No, querido mío —¡Tía Nelly, mira a
—contesté balbuceando—, Juan!
pero aunque fuera así no Al principio se había
tendríamos por qué tener sentado asustado, pero ahora
miedo, ya que sabemos que parecía haber olvidado
estamos seguros en los brazos completamente el temor a la
de Jesús, como está escrito en tormenta, y correteaba por la
este hermoso himno.¡Vengan, habitación con los ojos
niños, vamos a cantarlo! brillantes de alegría.
Entonces, primero con —¡Juan —gritó
timidez y luego con más Carlos—, siéntate y quédate
fuerza, las voces de los niños tranquilo! ¿No tienes miedo?
se hicieron oír claramente en —¿Miedo? —repitió
medio de la tempestad. el muchachito con audacia—
Cantamos solamente estas ¡Oh, no, no tengo miedo! Me
estrofas: gusta esa hermosa luz azul.
¡Ojalá que vuelva!
Las ovejas de Jesús, —¡Oh, Juan! ¿Cómo
gozan de su ternura, puedes decir algo semejante?
reconocen su voz —exclamaron los chicos en
y le siguen sin cesar; tono de reproche; pero Juan
Aquel que las conduce no escuchaba más, salió
las colma de favores corriendo del cuarto y entró en
pues para siempre el comedor, el cual se
puso su amor encontraba al lado. En ese
en sus corazones. mismo instante resplandeció
un relámpago mucho más
Nada les falta brillante que los anteriores, e
en sus verdes prados: inmediatamente lo siguió un
junto al buen Pastor formidable trueno.
no temen la tormenta. To d o s e s t á b a m o s
Él guarda a sus ovejas, temblando, y esta vez no se
las lleva en su seno, oyó el grito de alegría que
y su consoladora mirada Juan profería cada vez que oía
los colma de regocijo un trueno.
hasta el fin. Como no quería
perderlo de vista, corrí a
De pronto uno de los buscarlo. Pero, ¡qué horror!,
niños me tiró del brazo escuché un grito de angustia
diciendo: tan penetrante que estremeció
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mi corazón y me hizo quedar el momento en que Juan
paralizada. Pero esto duró volviera en sí. ¡Ay!, ¿qué
sólo un instante, pues sucedería cuando el alegre
reaccioné con rapidez y me amiguito despertara y se diera
precipité a la habitación. Allí, cuenta de que no volvería a
vi la ventana abierta de par en ver nunca más, nunca más?
par y a mi pobre sobrinito Llegó el momento
tendido inmóvil en el suelo. solemne. El pequeño, que
......................................... había dormido algunas horas
—No está muerto tranquilizado por una bebida
—afirmó el médico, que diez calmante, despertó. Su padre
minutos más tarde estuvo al y yo estábamos junto a su
pie de la cama de mi querido... cama y pudimos ver las
Yo había dejado a los pobres pupilas quemadas por
niños espantados en manos de el resplandor. Poco a poco, se
la criada, y había corrido bajo abrieron los ojos de los cuales
la lluvia y la tormenta hasta la había desaparecido para
casa del médico más cercano. siempre la vida. ¡Oh, cuánto
—No está muerto, ni habían cambiado! Inquietos y
herido de muerte —repitió el errantes no podían posarse en
médico—, pero el relámpago ningún objeto. El pobre padre
afectó gravemente sus ojos; escondió su rostro entre las
quedará ciego por el resto de manos, mientras de su pecho
su vida. brotaba un profundo suspiro.
¡Ciego para toda la ¡Ay! Por algunos instantes
vida!¡Para TODA la vida! pasaron por mi mente
Mientras estaba culpables sentimientos de
sentada al pie de la cama de mi rebelión, dudando del amor y
querido Juancito, las palabras la bondad de Dios que había
“ciego por el resto de su vida”, permitido que Juan, nuestro
resonaban en mis oídos amado, quedara ciego, ¡ciego
ininterrumpidamente, como para siempre!
el tic tac de un reloj. De pronto, un grito
Av i s a m o s c o n penetrante y desgarrador
urgencia a su padre, que surgió de los labios de Juan.
estaba de viaje, y al día Me incliné sobre él y,
siguiente él llegó muy mientras se erguía sobre sus
temprano para soportar juntos almohadas, pasé mi brazo
el horror de esta terrible alrededor de su cuello.
prueba y esperar con nosotros —¡Tía Nelly!,
7
¿todavía es de noche? —dijo, diagnósticos, diciendo que el
apoyando su mejilla ardiente mal era incurable. ¡Ciego, sin
contra la mía—, ¿por qué no remedio! ¡Ay!, frente a estos
encendiste la luz? Todo está terribles diagnósticos había
tan oscuro, no puedo verte. desaparecido toda la alegría
¡Pobre niño! Mi de la casa; estas palabras nos
corazón estaba quebrantado. sonaban como un tañido
Era pleno día; los dorados y fúnebre. Junto con la pérdida
radiantes rayos del sol de la vista de Juan, también
traspasaban las cortinas desaparecieron todas nuestras
jugueteando sobre la cama y, alegrías. El día que se levantó
como si quisieran burlarse, y retomó su lugar en medio de
iluminaban aquella pequeña nosotros, nos pareció que su
figura blanca que tenía el modo de ser había cambiado
rostro desfigurado y que se por completo. Para él nunca
encontraba frente a mí. más habría saltos de alegría,
—¡Está todo tan ni bromas ni risas. El alegre
oscuro —repitió varias veces, niño de antes se volvió
mientras me asía para sombrío e introvertido.
abrazarme—; es de noche y Todos los que se
mis ojos me duelen tanto! ¡Por acercaban a él pensaban lo
favor, querida tía, enciende la mismo: cuando Juan estaba
luz! lleno de salud era el rey de la
Entonces lleno de casa; ahora que estaba ciego,
angustia (él mismo no sabía el se había convertido en un
por qué) rompió en llanto con tirano. Por compasión, sus
desesperados sollozos. Por un hermanos y hermanas
momento se lamentaba, luego complacían todos sus deseos
se enojaba, y el pobrecito y soportaban todos sus
suplicaba sin cesar que caprichos. Le daban
encendieran la luz. inmediatamente, y sin titubear
Finalmente, nos vimos en la un instante, su juguete
obligación de decirle a Juan preferido, así como todo lo
que había perdido la vista y que él podía desear.
que, en este mundo, no vería Esa situación me
nunca más la luz. angustiaba y a menudo me
Es cierto que antes inquietaba mucho. ¿Qué
habíamos consultado a varios consecuencias sufriría el
oculistas célebres, que muchachito como resultado
coincidieron en sus de todo esto?
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—Yo no quiero ser Había transcurrido un
bueno, tía Nelly; no quiero año, un largo, largo año, desde
amar a Dios, porque mandó la el día en que se había desatado
luz azul para que yo quedara aquella funesta tormenta que
ciego. No, no quiero amarlo. dejó tan tristes consecuencias.
Así resonaban cada Nuevamente se hacía sentir el
día las palabras que calor del verano, y por esas
manifestaban la rebelión del «casualidades», como
corazón profundamente muchas veces sucede en la
herido de nuestro niño, a vida, se anunció que esa tarde,
quien sus hermanos y aunque no era domingo,
hermanas no podían ayudar, habría una reunión.
sino que, por el contrario, Esa tarde iba a hablar
incentivaban aún más su un querido siervo del Señor
espíritu de rebelión. que había recibido un especial
Si Juan todavía no don para llevar a los
amaba a Dios, Dios lo amaba jovencitos al conocimiento
y hacía obrar en él su gracia y del buen Pastor.
no el juicio, aunque el niño no —Tía Nelly —me dijo
lo sabía. Carlos, entrando en el
¡Cuántas personas cuarto—, esta tarde quisiera ir
mayores y con experiencia a la reunión; hoy a la mañana
dudan del amor de Dios vino a la escuela el predicador
cuando Él los hace pasar por que va a hablar y nos invitó.
senderos que a ellas no les ¿No quieres ir con los
agrada! pequeños? (Continuará)

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Caín fue el primer hijo de Adán y Eva, es decir que fue
el primer niño que existió. Seguramente sus padres se sentían
muy felices y satisfechos con él; por eso lo llamaron Caín, que
significa: “adquisición”.
Dios había hecho a Adán y a Eva una promesa acerca de
su descendencia (Génesis 3:15): ésta debía herir la cabeza de la
serpiente, es decir, vencer al diablo. Por eso, ¡qué tristeza
habrán sentido cuando vieron que Caín seguía un mal camino!
En lugar de amar a Abel su hermano menor, Caín sentía
terribles celos contra él.
Caín presentó una ofrenda a Dios, pero lo hizo con
frutos de su propio trabajo. ¡Se sentía muy contento de sí
mismo, creyéndose suficientemente bueno! Pero Dios no
puede aceptar lo que procede del orgullo del hombre.
Abel —cuyo nombre significa “vapor”, “soplo” o
“vanidad”— reconocía que todo lo que tenía provenía de Dios,
y que para adorarlo era necesaria la sangre de una víctima
inocente. Por eso Dios pudo aprobar el sacrificio que ofreció
Abel.
A pesar de la advertencia de Dios, Caín siguió en su
camino de maldad y desobediencia, a tal punto que terminó
matando a su hermano. ¡Qué terrible dolor habrán sentido Adán
y Eva al sufrir la pérdida de su hijo menor y darse cuenta de que
su hijo mayor no era el que iba a aplastar la cabeza de la
serpiente! Pues en el corazón de Caín sólo había maldad; y
únicamente lo que es nacido de Dios puede vencer el mal (1.ª
Juan 5:4). La promesa de Dios fue cumplida solamente por el
Señor Jesús, descendiente de Adán y Eva ( Lucas 3:23-28),
alrededor de 4000 años después.
¡Que nuestro corazón pueda parecerse al de Abel y no al
de Caín (Hebreos 11:4), y que nuestras miradas se vuelvan
siempre hacia nuestro Señor, procurando agradarle en todo!
10
Preguntas para los pequeños
(Enero - Febrero 2000)
Los niños de la Biblia: Caín
Lectura: Génesis 4:1-16
1. Comencemos buscando los nombres de los familiares de
Caín: anótalos en el crucigrama. a
a. Su padre (Génesis 3:21) b
b. Su madre (Génesis 4:...) c
c. Su hermano (Génesis 4:...)

2. a. ¿Qué trabajo hacía Caín ? (Génesis 4:...)

.........................................................................................................
b. ¿Qué trabajo hacíaAbel ? (Génesis 4:...)
.........................................................................................................

3. ¿Por qué Caín se enojó contra su hermano?


(Génesis 4:...)

.........................................................................................................

.........................................................................................................

.........................................................................................................

4. ¿Por qué lo mató? (1.ª Juan 3:12)

.........................................................................................................

.........................................................................................................

.........................................................................................................
11
5. ¿Qué hizo Caín cuando Dios le preguntó: “¿Dónde está Abel
tu hermano?” (Génesis 4:...)

..............................................................................................
..............................................................................................
6. ¡Nunca obres ni contestes como Caín! Por el contrario,
piensa siempre en lo que leemos en la segunda parte del
versículo de 1.ª Juan 3:11 y escríbelo en estos casilleros.

QUE

Nombres y apellidos:..................................................................

Dirección: ................................................................................

Código Postal..................Ciudad..............................................

Provincia......................................País......................................

Fecha de nacimiento: Día.........Mes..................Año.................

Puedes enviar las respuestas a la siguiente dirección:


Carta a mis Amiguitos:
Capitán Cairo 546 (1842) Monte Grande. Buenos Aires. Argentina

Si lo prefieres, puedes enviarlas


vía e-mail a : amiguitos@lecturasbiblicas.org
o por fax al (00 54 11) 4290-1762

12
Preguntas para los jóvenes
(Enero - Febrero 2000)
Los niños de la Biblia: Caín
Lectura: Génesis 4:1-16
1. a) ¿Qué significa el nombre Caín?
(Génesis 4:...)..............................................................................

b) ¿Qué significa el nombreAbel?


( Génesis 4:...) .............................................................................

2. Caín quería agradar a Dios por medio del fruto de su


propio trabajo, pero Abel comprendía que era necesaria
otra cosa para hacer remisión (Hebreos 9:22). ¿Qué se
necesitaba?

........................................................................................................

3. Jehová maldijo a Caín. ¿Qué ocurrió después con él?


(Génesis 4:..)

........................................................................................................

........................................................................................................

4. Los siguientes verbos caracterizan a Caín o sus actos.


¿En qué versículos se los encuentra?

a) Se ensañó en gran manera....................................................


b) Decayó su semblante............................................................
c) Se levantó contra su hermano.............................................
d) Mató..........................................................................................
e) No sé.........................................................................................
f) Salió (o partió)........................................................................
13
5. ¿En qué caso el creyente es llamado homicida, como Caín?
(1.ª Juan 3:15)
................................................................................................................

................................................................................................................

En la epístola de Judas, Caín se menciona junto con otros


dos incrédulos, como un ejemplo que no se debe seguir.
¿Cuáles son sus nombres? (Judas...)

6. ................................................................................................................
................................................................................................................

Nombres y apellidos:..................................................................

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o por fax al (00 54 11) 4290-1762

14
Lee el texto bíblico indicado.

Recorta por la línea punteada o fotocopia


la página central de “Carta a mis amiguitos”.

Responde las preguntas para los niños


o para los jóvenes, de acuerdo a tu edad.

Escribe las respuestas directamente en la


página central (o en la fotocopia).
No olvides escribir tu nombre, dirección
y fecha de nacimiento.

Envía tus respuestas

vv v
Respuestas a las preguntas del bimestre noviembre-diciembre de 1999
Para los pequeños. El rey Josías (2.º Crónicas 35)
1. Necao era un faraón, rey de Egipto (2.º Crónicas 35:20).
2. El faraón Necao entró en guerra contra el rey deAsiria
(2.º Crónicas 35:20,21; 2.º Reyes 23:29).
3. “Dios me ha dicho que me apresure”(2.º Crónicas 35:21).
4. El rey Josías, herido, fue llevado a Jerusalén (2.º Crónicas 35:24).
5. El profeta Jeremías endechó en memoria de Josías
(2.º Crónicas 35:25).
6. “Todos los cantores y cantoras recitan esas lamentaciones sobre
Josías hasta hoy (2.º Crónicas 35:25).
Respuestas a las preguntas del bimestre noviembre-diciembre de 1999:
Para los mayores. El rey Josías (2.º Crónicas 35)
1. No. “Yo no vengo contra ti hoy” (2.º Crónicas 35:21).
2. “El cuarto río es el Éufrates” (Génesis 2:14). “El sexto ángel derramó
su copa sobre el gran río Éufrates” (Apocalipsis 16:12).
3. Para que Dios no lo destruyese (2.º Crónicas 35:21).
4. Las palabras del rey Necao provenían de la boca de Dios
(2.º Crónicas 35:22).
5. El rey Josías murió gravemente herido por los flecheros
(2.º Crónicas 35:23).
6. Los hechos del rey Josías, y sus obras piadosas, fueron conforme a lo
que está escrito en la ley de Jehová (2.º Crónicas 35:26).
15
David
(1.º Samuel 29 y 30)
(Continuación y fin)

David, cegado y herido en su susceptibilidad, insistía


en combatir junto a Aquis; pero finalmente debió someterse y volver
con los suyos a Siclag (capítulo 29). Allí le esperaba una cruel prueba,
la que por fin lograría humillarlo y hacerlo volver a Dios: cuando él y
sus hombres llegaron a Sicalg, encontraron la ciudad quemada; sus
mujeres y sus hijos habían desaparecido. Los amalecitas habían
llegado, habían destruido todo y habían llevado cautivos a todos los
habitantes, aunque sin haber matado a nadie (30:1-3).
David estaba sumamente afligido. No solamente había
perdido todo, sino que además sus compañeros, llenos de amargura, lo
responsabilizaron de sus desdichas y hablaban de apedrearlo (30:4-6).
Cuando en la tierra se lo ha perdido todo, el creyente es impulsado a
volverse hacia Dios, quien nunca deja de responder. En su calamidad
“David se fortaleció en Jehová su Dios” (30:6).
Sintió que era enormemente culpable por haber seguido los
impulsos de su propio corazón y haber buscado y preferido el apoyo
del mundo en lugar de la protección de Dios. Cuando lo reconoció,
inmediatamente manifestó un espíritu de humilde dependencia,
consultando a Jehová por medio de Abiatar el sacerdote: “¿Perseguiré
a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos,
porque ciertamente los alcanzarás”.
Entonces Dios, en su misericordia, respondió ampliamente a
todas las preguntas y dio a su angustiado siervo esta reconfortante
seguridad: “Y de cierto librarás a los cautivos” (30:8).
Los hombres de David encontraron en los campos a un esclavo
de los amalecitas que estaba enfermo y que, por esa razón, había sido
abandonado allí por su amo (30:13). Ese hombre condujo a David y su
tropa hacia el campo donde los merodeadores que habían destruido
Siclag festejaban el éxito de su expedición. David y sus compañeros,
cayeron sorpresivamente sobre ellos y los mataron o los hicieron huir.
Recuperaron a sus mujeres y sus hijos que habían sido llevados
16
cautivos, y se apoderaron de un gran botín. David lo compartió con sus
amigos los ancianos de Judá, y envió presentes a todas las localidades
de Israel (30:26-31).
En esos días los filisteos reñían una gran batalla contra el
ejército de Israel en el monte de Gilboa. Jonatán y dos de sus hermanos
murieron a manos de los filisteos. Cuando los enemigos estaban por
prender a Saúl, éste se quitó la vida. Los israelitas sufrieron una gran
derrota (capítulo 31).
Cuando David se enteró de este desastre, se afligió
muchísimo. La muerte de su amigo Jonatán lo llenó de angustia. Lejos
de alegrarse por la muerte de Saúl su perseguidor, se lamentó por ella y,
lleno de gracia, elogió con una endecha la valentía del rey desaparecido
(2.º Samuel 1).
Poco después, David consultó a Jehová para saber si debía
volver al territorio de Judá. Dios le respondió que lo hiciera y que fuera
a la ciudad de Hebrón. Toda la tribu de Judá lo proclamó rey, y allí reinó
siete años. Después de la muerte de Abner jefe del ejército de Saúl,
David fue reconocido como rey sobre todo Israel y reinó treinta años en
Jerusalén.
No seguiremos a David durante su reinado que se distinguió
por las grandes victorias que obtuvo sobre sus enemigos.
Desgraciadamente, en varias oportunidades este rey cayó en graves
pecados que tuvieron dolorosas consecuencias para él. Pero siempre
fue movido a reconocer sus faltas y a humillarse profundamente
delante de Dios, hecho que le permitió restablecer la comunión con
Jehová cada vez que había quedado interrumpida.
Cuando aún era un joven pastor, David apacentaba las ovejas
de su padre con coraje, solicitud y confianza en Dios. Establecido por
Jehová a la cabeza de todo su pueblo, lo gobernó con las cualidades que
había adquirido en su juventud. Amando a sus hermanos los hijos de
Israel, lleno de celo y de fe, David es una figura de Cristo, el verdadero
pastor de Israel. En la historia de sus sucesores, muchas veces es
recordado y puesto por ejemplo, como alguien que hizo lo recto a los
ojos de Jehová. Cuando, más tarde, Dios anuncia que establecerá al
Mesías como pastor y guía de su pueblo, lo hace llamándolo “David”:
“Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo
David, él las apacentará, y él les será por pastor... y mi siervo David
príncipe en medio de ellos” (Ezequiel 34:23 y 24).
Desde la infancia, queridos niños, tomen sobre ustedes el
yugo del Señor, y aprendan de Él (Mateo 11:29). Cumplan con esmero
las modestas tareas que deban realizar de acuerdo con su edad,
haciéndolas con Él y para Él. De este modo estarán preparados para
servirle en trabajos más importantes que Él, con el socorro de su gracia,
desee confiarles más adelante.
17
Su “Sumatanga”
Si viajamos por las rutas del sur de la India, podremos
ver que en muchos lugares, en el borde del camino, se levantan
unos objetos de piedra parecidos a una mesa angosta y alta. Por
lo general esas mesas están hechas de tres bloques de piedra de
unos 5 cm de espesor; dos de ellos tienen alrededor de 1 m de
altura y 30 cm de largo; el tercero, del mismo ancho, tiene 1,50
m de largo y está colocado sobre los dos primeros. Estos objetos
se llaman “sumatangas”. Se los coloca en el borde del camino
para que los que pasan por allí llevando una pesada carga
tengan un lugar donde depositarla con facilidad, de modo que
puedan hallar un poco de descanso.
Un muchacho de 15 años, llamado Rama, era un coolie,
es decir un peón o criado indígena de las poblaciones tamiles.
Un coolie es un porteador, es decir, alguien que carga y traslada
bultos. Rama se había convertido y conocía al Señor Jesús
como su Salvador. Entre el grupo de coolies de los que formaba
parte, él era el único cristiano. Pero Rama siempre daba
testimonio a los que lo rodeaban. Por la noche, tenía la
costumbre de reunir a sus camaradas coolies para leerles la
Biblia. Rama había comprado esa Biblia en lengua tamil,
invirtiendo todo el dinero que tenía.
Un día le propusieron que volviera a su ciudad de
origen, a muchos kilómetros de allí. Entonces él fue a la oficina
de su patrón a fin de obtener el permiso para salir y recibir el
resto del salario que se le debía.
—¿Qué deseas? —le preguntó su patrón.
—Deseo volver a mi pueblo, al lugar de donde vine
—respondió Rama.
—¿Cuál es tu nombre?
—Vellagen Kangany’s Samuel.
—Pero, ¡yo no veo ese nombre en mis listas!
—respondió el patrón.
—Es mi nombre cristiano, señor; mi antiguo nombre es
Rama.
18
—¡¡Qué!! —exclamó el patrón— ¡¿Te has convertido al
cristianismo?!
—Sí, patrón.
—¡Sinvergüenza!¡Bribón! Tus padres son hinduistas...
¿Qué sabes tú de Cristo?
Rama se asustó mucho por la actitud y las preguntas de
su patrón, pero respondió:
—Patrón, yo soy solamente un coolie tamil, pero
conseguí una Biblia en tamil y la leo.
Y repentinamente, mirando a su patrón de frente, con
una gran sonrisa dijo:
—Ahora yo sé una cosa: Jesucristo es mi
“Sumatanga”. Él me libró de todos mis pecados.
El muchacho recibió el permiso y también su salario, y
luego partió hacia su pueblo. Pero el patrón no podía olvidar las
palabras de Rama.
Un tiempo después, este hombre se enfermó. Como no
podía olvidar las palabras de Rama, quien le había dicho:
«Jesucristo es mi sumatanga», envió a buscar a un cristiano
que conocía y le contó la historia del joven coolie. Este creyente
pudo relatarle que el Señor Jesús murió en la cruz para quitar el
fardo de nuestros pecados. Muy pronto el patrón de Rama
aprendió que también su fardo de pecados había sido cargado
por el Señor Jesús en la cruz, que Él era su “sumatanga” y así
halló descanso para su alma.

19
En tu casa puede haber una biblioteca con muchos
libros. Pero la biblioteca de la que queremos hablarte ahora
no es igual a las demás, pues esta biblioteca ¡es un libro ...
lleno de libros! Ya te habrás dado cuenta de qué libro
hablamos. Se trata de la Biblia. Y deseamos alentarte a
aprender los títulos de los libros del Nuevo Testamento.
Para esto, toma tu Biblia y ábrela en la página donde está la
tabla o índice. Luego, en el dibujo que se encuentra en esta
hoja, escribe el nombre de cada libro siguiendo el orden
correspondiente. ¡Ahora sólo tienes que aprenderlos! Si
memorizas uno por día, en el lapso de un mes los habrás
aprendido todos. Entonces ... ¡manos a la obra!

NUEVO TESTAMENTO
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Mateo

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20
(Continuación y fin)

En el lenguaje
simbólico, la palmera y sus
hojas, las palmas, nos hablan
de victoria y reposo. En los
días de la fiesta de los
tabernáculos —fiesta por
excelencia que celebra las
victorias obtenidas y el reposo saboreado—, debían tomar
“ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras...” para
hacer tabernáculos (Levítico 23:40). Es lo que hicieron los hijos
de Israel cuando volvieron de la cautividad en Babilonia y
dieron cumplimiento al antiguo mandato que habían recibido,
obedeciendo así lo que “está escrito” (Nehemías 8:15).
Mucho tiempo después, cuando oyeron decir que el
Señor llegaba a Jerusalén, grandes multitudes “tomaron ramas
de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!”
(Juan 12:13). Esas ramas son la fiel expresión del apacible
triunfo del reinado milenial que el Señor establecerá muy
pronto en Israel.
El apóstol Juan escribe que vio una gran multitud de
todos los pueblos “vestidos de ropas blancas y con palmas en las
manos” (Apocalipsis 7:9). Ellos representan a los testigos fieles
que vendrán de todas las naciones, que habrán salido de la gran
tribulación y celebrarán la victoria del Cordero.
No podemos omitir lo que la Palabra de Dios dice acerca
de la palmera en relación con la construcción del glorioso
templo de la antigüedad, el templo de Salomón, y del glorioso
templo futuro, el templo milenial. Sobre los muros del templo
de Salomón se encontraban esculpidas “figuras de querubines,
de palmeras y de botones de flores”. Hallamos lo mismo en las
puertas del santuario y las puertas del templo (1.º Reyes
21
6:29,32,35). Estas figuras son elocuentes, pues los querubines
nos hablan de un juicio ejecutado, las palmeras de una victoria
obtenida y las flores entreabiertas, de una nueva estación, de
una primavera que comienza... ¡y qué primavera! Tal fue el
reinado de Salomón: reinado de justicia, de apacible triunfo y de
bendición.
Al final del libro del profeta Ezequiel, en los capítulos
40 y 41, el Espíritu de Dios despliega la visión que da a conocer
cómo será el templo milenial, erigido en Jerusalén: ¡“Jehová-
Sama”, es decir, “Jehová está allí”! (48:35). Por todas partes en
el templo se verán esculpidas figuras de palmeras: en las
paredes, en cada poste, en las puertas, en los postes de las
gradas, en los postes del atrio exterior y del interior, y a los lados
del pórtico. A veces también se mencionan los querubines, que
son la expresión de la justicia perfecta que será ejercida
permanentemente en los días del reinado: “He aquí que para
justicia reinará un rey” (Isaías 32:1). Pero no se habla más de
flores entreabiertas como en los días de Salomón, lo que
representa una bendición que comienza. El reino de mil años
será un tiempo de flores totalmente abiertas. Allí se encontrará
plena bendición.
Aún podemos señalar que en estos capítulos donde
hallamos la descripción de ese maravilloso templo, el profeta
sólo menciona la palmera. No habla del cedro ni del ciprés ni del
olivo, como se lo hace cuando leemos la descripción del templo
de Salomón. Ezequiel menciona solamente, y muy a menudo, la
palmera, el árbol que, por su imponente porte, será durante los
felices días del milenio, y a los ojos de todo el universo, el
símbolo del triunfo de paz de Aquel que será reconocido por
todos como el Rey de reyes y Señor de señores.
v

22
23
María Magdalena

“Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han


llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto” (Juan 20:13).

Copia dentro de los cuadros los nombres de las mujeres que,


como María, tenían una profunda tristeza. Escribe cada nombre
en el casillero correspondiente.

Noemí - Ana - María Magdalena


La viuda de Naín - María de Betania

Ella lo Su hermano Ella no Ella no sabía


Su hijo había
había muerto dónde estaba
perdió todo tenía hijos muerto
el Señor

Juan 20:13 María


Magdalena
1.º Samuel
1:9-11

Rut 1:21

Lucas
7:11-15

Juan 11:32

¡Qué asombro sentirías si vieras ángeles! ¡Cómo los


escucharías si ellos te hablasen! Sin embargo, ni aún los ángeles
pudieron mitigar la tristeza de María. Ella necesitaba a su Señor.
¿Estás convencido de que también tú lo necesitas? ¿Sabes tú
que únicamente Jesús puede llenar tu corazón?
Notarás que Dios da la calma necesaria frente a cada
tristeza según Su poder y amor.
Ninguna circunstancia está fuera de su alcance, y Él
hizo brotar un verdadero agradecimiento y profunda adoración
en el corazón de estas mujeres, cuyos nombres has copiado.

24
Gozo la Santa Palabra al leer,
cosas preciosas allí puedo ver;
Y, sobre todo, que el gran Redentor
es de los niños el tierno Pastor.

Con alegría yo cantaré al Redentor,


tierno Pastor, que en el Calvario
por mi murió. Sí, sí, por mi murió.

Me ama Jesús, pues su vida entregó


por mi salud, y de niños habló:
“Dejad a los niños que vengan a mí,
para salvarlos mi sangre vertí.”

Si alguien pregúntame cómo lo sé:


“Busca a Jesús, pecador”, le diré,
“Por su palabra que tienes aquí
puedes saber que Jesús te ama a ti.”
Carta a mis Amiguitos
Cap. Cairo 546 - (1842) Monte Grande
Buenos Aires - Argentina.
E-mail: amiguitos@lecturasbiblicas.org
Esta es una revista que se envía a todos los que la soliciten. Se sostiene con
las oraciones, las ofrendas y contribuciones voluntarias de creyentes. Para
toda comunicación referente a la publicación, sírvase dirigirse a: Jorge y
LeonorArakelian, a las direcciones indicadas arriba.
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editados en otros idiomas se han traducido con el permiso de sus editores. Derechos de traducción
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