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CREENCIA

251
Hay oposición en la producción cultural, configurado por dos momentos: el arte puro y el arte
comercial. La creencia se reproduce en las luchas entre defensores de definiciones antagónicas de la
producción artística y de la identidad misma del artista contribuyen de forma determinante a la
producción y a la reproducción de la creencia, que es a la vez condición fundamental y un efecto del
funcionamiento del campo.

252-253
Una propiedad muy general de los campos consiste en que la competencia por el envite oculta en ellos
la colusión a propósito de los propios principios del juego. La lucha por el monopolito de la legitimidad
contribuye a la reafirmación de la legitimidad en cuyo nombre se ha entablado: los conflictos últimos
sobre la lectura legítima de Racine, de Heidegger o de Marx excluyen la cuestión del interés y la
legitimidad de esos conflictos, al mismo tiempo que la cuestión, realmente extemporánea, de las
condiciones sociales que las hacen posibles. En ellas intervienen los protagonistas.

Creación es la expresión visile de la creencia tácita y que constituye sin duda el obstáculo principal
para una ciencia rigurosa de l aproducción de valor de los bienes culturales.
Esa ciencia mira al productor apaerente pero no mira al creador del creador.

, 255,
Al subir del creador al descubridor como creador del creador, no hemos hecho más que desplazar la
preginta inicia y falta determinar de dónde viene al marchante del arte el poder de consagrar que se le
reconoce. SU capital simbólico está inscrito en la relación con los escritores y los artistas que defiende
y cuyo valor en sí mismo se define en el conjunto de las relaciones objetivas que los unen y los oponen
a los demás escritores

259
A la inversa de los objetos fabricados de valor venal simbólico escaso o nulo, la obra de arte, como,
como los bienes o los servicios religiosos, amuletos o sacramentos varios, sólo recibe valor de una
creencia colectiva en tanto que desconocimiento colectivo, colectivamente producido y reproducido.

277
La ruptura que hay que llevar a cabo para fundamentar una ciencia rigurosa de las obras culturales es
por lo tanto algo más y otra cosa que una mera inversión metodológica: implica una verdadera
conversión de l amanera más común de pensar y de vivir la vida intelectual, una especie de époche de
la creencia comúnmente otorgadas a las cosas de la cultura y a las maneras legíticas de abordarlas.

339, 406, 409, 426, 428, 483-485.

doxa
276
Sin duda porque están protegidos por la veneración de todoas aquellos que han sido dirigidos, a
amenudo desde su más tierna juventud, a cumplir los ritos sacramentales de la devoción cultural, los
campos de la literatura, el arte y la filosofía oponen obstáculos enormemes, objetivos y subjetivos, a la
objetivación científica.
278
Los hombres cultos están en la cultura como en el aire que respiran y se precisa una gran crisis (y la
crítica que la acompaña) para que se sientan impulsados a transformar la doxa en ortodoxia o en dogma
y a justificar lo sagrado y los modos consagrados de cultivarlo. De lo que se desprende que no resulta
fácil encontrar una expresión sistemática de la doxa cultural, que, no obstante, aflora sin cesar por
doquier.

, 290, 293, 422, 450, 454, 474, 477

illusio
34
Illusio no como ilusión de realidad
65
En la base del funcionamiento de todos los campos sociales, trátese del campo literario o del campo
derl poder, está la illusio, la inversión en el juego.
253,
La producción y reproducción permanentes de la illusio, adhesión colectiva al juego que es a la vez
causa y efecto de la existencia del juego, podemos dejar en suspenso la ideología carismática de la
creación.
260
En la relación entre los habitus y los campos a los que están más o menos adecuadamente ajustados
según sean más o menos completamente producto de ellos se engendra lo que constituye el fundamento
de todas las escalas de utilidad, es decir la adhesión fundamental al juego, la illusio, reconocimiento del
juego y de la utilidad del juego, creencia en el valor del juego y de su envite que fundamentan todas las
donaciones de sentido y de valor particulares.

337, 338, 340, 341, 400, 406, 409, 425, 485.

apuesta

Investidura/consagración

255.

el principio de la eficacia de los actos de consagración reside ene l propio campo, y nada resultaría más
vano que buscar el origen del poder “creadro”, esa especie de maná o de carisma inefale, alabado sin
desmayo por la tradición, fuera de este espacio de juego que se ha ido instituyendo progresivamente, es
decir en el sistema de relaciones objetivas que lo constituyen, en las luchas que en él se producen, en la
forma específica de creencia que en él se engendra.

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