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1 El proceso de hominización
Segundo tema
La cultura
2. 1 El proceso de hominización
Bibliografía
Beals, Ralph L. y Harry Hoyer
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Comas, Juan
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Jacob, François
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FRANçOISE VATANT
Lectura obligatoria
Leakey, Richard E.
1982 Orígenes del hombre, México, Conacyt.
Cenozoico, era de
Cuaternario
[ Post-glaciar
u Holoceno
Pleistoceno
25 000 años
1 millón
25 000 años
1 millón
[
los mamíferos * Plioceno 11 millones
Mioceno 16 millones
Terciario
Oligoceno 12 millones
Eoceno** 2 millones 59 millones
Mesozoico, era de
los reptiles
Secundario
[ Cretácico
Jurásico
Triásico
70 millones
25 millones
30 millones 125 millón
[
Pérmico
Carbonífero
Paleozoico, era de Devónico
Primario
los peces Silúrico
Ordóvico
Cámbrico 25 millones
Inorgánico
Reino: vegetal
Vida
Protozoos
Reino: animal
Invertebrados
Grado: metazoos (pluricelulares)
Australopitecidos
Familia: homínidos (antropomorfismo)
Fósiles
Especie: Homo sapiens
Subespecie: Homo Sapiens Sapiens
Cuadro 6
Uno de los árboles genealógicos de nuestra especie
^
50 000 Homo Sapiens o
Homo Neandertalensis Cro-Magnon
110 000 ^ ^
huellas de culto
a
uro
300 000
an
a la muerte
fric
pea
aa
ram
0.7 millones
1.5 millones
} Agujero negro en el transcurso del cual desaparecen todos los ho-
mínidos excepto el género HOMO (Homo Ergaster).
2.5 millones
} Homo Habilis - Homo Rudolfensis - Homo Ergaster + Australopitecidae
Robustus: los primeros salieron de África y a partir de 1.7 millo-
nes utilizan el fuego.
3 millones
} Glaciar (desaparecen los Australopitecidae).
Fuente: a partir de Pascal Picq Michel Serres y Jean-Didier Vincent, Qu’est-ce que I’Humain? [2003:54-60].
Figura 1
Ejemplos de los dos tipos de campos de relación: a, b, c: campo facial prácticamente exclusivo; pez
de natación rápida (atún), pájaro velero (pelícano de Bassan), mamífero caminador (gacela); d, e, f:
campo facial y manual combinados; pez de fondo (rubio), rapaz (autillo), omnívoro prensor (oso).
Fuente: Leroi-Gourhan [1971(1965):36].
Figura 2
Diferentes tipos funcionales. Columna de la izquierda: armazón craneana en sus relaciones con la
posición y la dentadura. Columna central: la mano. Columna de la derecha: la posición en la actitud
de prensión. a) Ictiomorfo: suspensión en medio líquido, ninguna movilidad cervical, dentadura larga
homodonta. b) Anfibiomorfo: reptación en plano, movilidad lateral de la cabeza, dentadura larga,
homodonta. c) Sauromorfo: reptación semirrecta, libertad cervical, la dentadura está equilibrada
en la mitad anterior del edificio craneano. d) Teromorfo prensor, liberación temporal de la mano,
dentadura heterodonta. e) Pitecomorfo: liberación de las manos en posición sentada, pulgar oponible,
columna vertebral liberando la parte posterior del cráneo. f) Antropomorfo: liberación total de las
manos, posición vertical, despegamiento mecánico de la bóveda craneana.
Fuente: Leroi-Gourhan [op. cit.:40 y s].
Figura 3
Abertura del abanico cortical. En la hiena (1), el cierre de la bóveda craneana es total. En los otros
sujetos, los constreñimientos alcanzan su máximo en el macizo frontal y el macizo iníaco (i). La
liberación de la bóveda (en negro) en el perro Zulú (2) se hace sobre la sola reducción facial y la
ausencia de cerrojo frontal a costa de los senos y del equilibrio dentario. La flexión del piso cerebral es
muy débil y el sector temporo-parietal sufre una abertura reducida. En el colobo (3), el gorila (4), el
paleantropo (5) y el Homo Sapiens (6), la reducción de la base y la flexión progresiva del piso acarrean
una abertura cada vez más amplia de la región media, correspondiendo al córtex de la motricidad
voluntaria y a las zonas de asociación.
Fuente: Leroi-Gourhan [op. cit.:78].
Figura 4
Cerebro del gato (a), del macaco (b), del chimpancé (c), del australantropo (d), del sinántropo (e),
del hombre de Neandertal (f) y del Homo Sapiens (g). 1, 2, 3: áreas somatomotrices; 4: motricidad
voluntaria; 5, 6, 7, 8, 9: áreas motoras extrapiramidales; 41, 42, 43: áreas auditivas; 44: área de
articulación verbal. A pesar de la imprecisión de detalle de los moldes endocraneanos, los antrópodos
fósiles (d, e, f) muestran unas proporciones categóricamente humanas.
Fuente: Leroi-Gourhan [op. cit.:80].
Figura 5
Imagen cortical de la motricidad voluntaria en el macaco (a, según Woolsey) y en el hombre (b,
según Penfield y Rasmussen). En el mono, obsérvese la importancia de las imágenes de la mano
y del pie, sobre todo del pulgar en relación con la cara. En el hombre, se observa la reducción y la
enorme importancia de la mano y de los órganos del lenguaje (parte baja de la cara, lengua, laringe).
El cerebro del macaco está figurado de perfil, el del hombre en sección.
Fuente: Leroi-Gourhan [op. cit.:85].
Figura 6