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Magistrada Ponente: Doctora FRANCIA COELLO GONZÁLEZ

El 3 de octubre de 2012, mediante oficio número 1325, del 12 de


septiembre de 2012, se recibió en la Secretaría de la Sala de Casación Penal
expediente contentivo del RECURSO DE CASACIÓN mediante el cual la abogada
Criseida Vásquez Rojas, inscrita en el Instituto de Previsión Social del Abogado
bajo el n.° 45.912, Defensora privada, impugnó la sentencia dictada, el 16 de
marzo de 2011, por la Sala Accidental n.° 28 de la CORTE DE APELACIONES
DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ARAGUA, que declaró Sin Lugar
el recurso de apelación ejercido por la defensa y que Confirmó la sentencia
dictada, el 12 de julio de 2010, por el Juzgado Segundo de Juicio Itinerante del
Circuito Judicial Penal del Estado Aragua, que CONDENÓ a los ciudadanos
NELSON GERARDO PIÑA NIETO y ALEXIS DAVID MARTÍNEZ SANDOVAL a
cumplir la pena de veinticinco (25) años de prisión por la comisión de los delitos de
HOMICIDIO CALIFICADO EN LA EJECUCIÓN DE ROBO AGRAVADO EN
GRADO DE COMPLICIDAD CORRESPECTIVA, previsto y sancionado en el
numeral 1 del artículo 406 del Código Penal, en concordancia con el artículo 77,
numeral 12; 74, numeral 4, y 424, todos del Código Penal; y ROBO AGRAVADO
DE VEHÍCULO AUTOMOTOR, previsto y sancionado en el artículo 6, numerales
1, 2, 3, 10 y 12, de la Ley sobre el Hurto y Robo de Vehículos Automotores, y los
absolvió del delito de PORTE ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO, previsto y
sancionado en el artículo 277 del Código Penal.
El 3 de octubre de 2012, se recibió el expediente en la Sala de Casación
Penal, y se dio cuenta a los Magistrados que la integraban, correspondiéndole el
conocimiento del mismo a la Magistrada Doctora BLANCA ROSA MÁRMOL DE
LEÓN.

Por ausencia absoluta de la Magistrada Doctora BLANCA ROSA MÁRMOL


DE LEÓN, se incorporó a la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia la Magistrada Doctora ÚRSULA MARÍA MUJICA COLMENÁREZ, quien
asumió la ponencia.

Mediante decisión n.° 141 del 30 de abril de 2013, se produjo la admisión


del recurso de casación interpuesto por la defensa de los acusados antes
identificados; en razón de lo cual, el 23 de mayo de 2013, se llevó a cabo la
audiencia oral prevista en el artículo 458 del Código Orgánico Procesal Penal.

El 12 de julio de 2013, de conformidad con el artículo 103, único aparte, de


la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, se reasignó la ponencia al
Magistrado Doctor PAÚL JOSÉ APONTE RUEDA, y en fecha 12 de diciembre de
2013, se reasignó la ponencia a la Magistrada Doctora YANINA BEATRIZ
KARABÍN DE DÍAZ.

El 28 de diciembre de 2014, la Asamblea Nacional de la República


Bolivariana de Venezuela, en Sesión Extraordinaria, realizó la designación de
Magistrados principales y suplentes del Tribunal Supremo de Justicia,
nombramiento publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela n.° 6.165, Extraordinario, de la misma fecha.

El 29 de diciembre de 2014, en virtud de la designación mencionada, la


Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia quedó constituida de la
siguiente manera: Magistrada Doctora Deyanira Nieves Bastidas, Presidenta de la
Sala; Magistrado Doctor Héctor Manuel Coronado Flores, Vicepresidente; y la
Magistrada Doctora Elsa Janeth Gómez Moreno, el Magistrado Doctor Maikel José
Moreno Pérez y la Magistrada Doctora Francia Coello González. A cargo de la
Secretaría, la Doctora Gladys Hernández González y, como Alguacil, el ciudadano
Giovanni Fernández Urbina.

En esa misma fecha, la Magistrada Doctora FRANCIA COELLO


GONZÁLEZ asumió la ponencia de esta causa, y con tal carácter, suscribe la
presente decisión.
El 15 de enero de 2015, se acordó, de conformidad con el primer párrafo
del artículo 458 del Texto Adjetivo Penal, convocar a las partes a una Audiencia
Pública que se celebraría el día 3 de febrero de 2015.

El 3 de febrero de 2015, se llevó a cabo la audiencia oral prevista en el


artículo 458 del Código Orgánico Procesal Penal, con la asistencia del abogado
William Alberto Ramos, Defensor Público Primero ante la Sala Plena y la Sala de
Casación Penal, y la abogada María Cristina Vispo, Fiscal Cuarta del Ministerio
Público con competencia para actuar ante la Sala Plena, de Casación y
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, quienes expusieron sus alegatos;
la Sala, de conformidad con lo dispuesto en el último aparte del artículo 458 del
Código Orgánico Procesal Penal, se acogió al lapso establecido

El 11 de febrero de 2015, en Reunión Ordinaria de la Sala Plena, fue


elegida la Junta Directiva del Tribunal Supremo de Justicia y las de las restantes
Salas de este Máximo Tribunal. En dicha sesión fue elegido como Presidente de la
Sala de Casación Penal el Magistrado Doctor Maikel José Moreno Pérez y como
Vicepresidenta la Magistrada Doctora Francia Coello González. En consecuencia,
en la misma fecha se procedió a la instalación y constitución de dicha Sala,
quedando conformada de la manera siguiente: Magistrado Doctor Maikel José
Moreno Pérez, Presidente; Magistrada Doctora Francia Coello González,
Vicepresidenta; y la Magistrada Doctora Deyanira Nieves Bastidas, Magistrado
Doctor Héctor Manuel Coronado Flores y la Magistrada Doctora Elsa Janeth
Gómez Moreno. Asimismo, se designó como Secretaria (E) a la Doctora Ana
Yakeline Concepción de García y, como Alguacil, al ciudadano Giovanni
Fernández Urbina.

Una vez examinado el expediente, y tomando en cuenta lo expresado en la


audiencia oral y pública, esta Sala pasa a decidir en los términos siguientes:

I
DE LOS HECHOS

Los hechos acreditados por el Juzgado Segundo de Primera Instancia


Itinerante en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Aragua,
fueron los que a continuación se refieren:

Que “… de los órganos de prueba evacuados ante este Tribunal acreditaron


los siguientes hechos: que los acusados NELSON GERARDO PINA (sic) NIETO y
ALEXIS DAVID MARTINEZ SANDOVAL, ut supra identificados, entre horas de la
noche del día 29.04.2004 y de la madrugada del día 30.04.2004 despojaron a
Juan Alberto Aponte Méndez (sic) y a Yolanda Estela Colé Pasquier de un
vehículo marca Jeep, modelo Grand Cherokee, color gris, placas GBN-58DM,
propiedad de la primera de la víctimas nombradas, les quitaron sus celulares y la
vida a través del uso de arma de fuego y dejaron tirados sus cuerpos en la
Hacienda Los Avisperos, vía pública del Sector La Cipa, Tocorón Estado
Aragua…”.

Que “… en cuanto a los autores del Robo del vehículo propiedad del hoy
occiso Juan Alberto Aponte Salazar, para este Tribunal quedó acreditada la
responsabilidad en este hecho de Nelson Gerardo Pina (sic) Nieto y Alexis David
Martínez Sandoval con las declaraciones de la víctima indirecta JUAN ALBERTO
APONTE cuando expresó que recibió la llamada del Teléfono de su papá y le
dijeron Alexis, Alexis y cortaron y que su esposa le dijo porque dijistes que estaba
equivocado si era del teléfono de tu papá. Con la declaración del funcionario
WILLIAM GARCÍA que cuando sobre éste aspecto, además de indicar que con la
información de las llamadas entrantes y salientes de uno de los teléfonos de las
víctimas y el cruce de llamada llegó a la información de donde se encontraba el
vehículo, agregó y así se desprende de su declaración que en la planificación del
robo surgen una serie de personas involucradas entre ellos los hermanos Alex
Moreno y Marcos Moreno apodados los Colombianos, que para el momento del
Robo uno de ellos dos estaba en Colombia y a través del cruce de llamadas se
enteran que uno de ellos se comunicó a Colombia para que viniera porque tenían
un vehículo para venderle, indicando la dirección de la tía como su vivienda, la
cual es posteriormente allanada…”.

II
ANTECEDENTES DEL CASO

El 28 de junio de 2004, la Fiscal Auxiliar Décima Cuarta del Ministerio


Público de la Circunscripción Judicial del Estado Aragua, Abogada Ingrid Reyes
Ochoa, acusó a los ciudadanos Nelson Gerardo Piña Nieto y Alexis David
Martínez Sandoval, por los delitos de Homicidio Calificado en la Ejecución de
Robo Agravado, previsto y sancionado en el numeral 1 del artículo 406, en
concordancia con el numeral 12 del artículo 77, ambos del Código Penal, y Robo
Agravado de Vehículo Automotor, previsto y sancionado en el artículo 5, en
concordancia con artículo 6, numerales 1, 2, 3, 10 y 12, ambos de la Ley sobre el
Hurto y Robo de Vehículos Automotores (folio 284, pieza 1, del expediente).
El 3 de agosto de 2004, el representante de la víctima, abogado Domingo
Navarro Marichal, interpuso acusación particular propia en contra de los
imputados, por los delitos de Homicidio Intencional Calificado en la Ejecución de
un Robo Agravado, tipificado en el numeral 1 del artículo 406 del Código Penal,
por el delito de Robo Agravado de Vehículo Automotor, previsto y sancionado en
el artículo 5, en concordancia con artículo 6, numerales 1, 2, 3, 10 y 12, ambos de
la Ley sobre el Hurto y Robo de Vehículos Automotores, y el delito de Porte Ilícito
de Arma de Fuego, previsto en el artículo 277 del Código Penal (folio 318, de la
pieza 1, del expediente).

El 16 de septiembre de 2004, se realizó la Audiencia Preliminar en la sede


del Juzgado Séptimo de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Estado Aragua, en la cual se admitió totalmente la acusación
fiscal así como los medios de prueba ofrecidos; asimismo, se admitió totalmente la
acusación particular interpuesta por la víctima, así como los medios de prueba
ofrecidos por la defensa de los acusados, y se ordenó el pase a juicio (folio 60,
pieza 2, del expediente).

Por los hechos referidos anteriormente, el 12 de julio de 2010, el Juzgado


Segundo de Primera Instancia Itinerante en Función de Juicio del Circuito Judicial
Penal del Estado Araguacondenó a los ciudadanos Nelson Gerardo Piña Nieto y
Alexis David Martínez Sandoval, a cumplir la pena de veinticinco (25) años de
prisión, por la comisión de los delitos de Homicidio Calificado en la Ejecución de
Robo Agravado en Grado de Complicidad Correspectiva, previsto y sancionado en
el numeral 1 del artículo 406, en concordancia con el numeral 12 del artículo 77,
numeral 4 del artículo 74 y 424, todos del Código Penal; y Robo Agravado de
Vehículo Automotor, previsto y sancionado en el artículo 5, en concordancia con el
artículo 6, numerales 1, 2, 3, 10 y 12, ambos de la Ley sobre el Hurto y Robo de
Vehículos Automotores, y los absolvió por el delito de Porte Ilícito de Arma de
Fuego, tipificado en el artículo 277 del Código Penal (folio 168, pieza 9, del
expediente).

Dichas disposiciones establecen lo siguiente:

Artículo 406. [Homicidio calificado] En los casos que se enumeran


a continuación se aplicarán las siguientes penas:
1. Quince años a veinte años de prisión a quien cometa el
homicidio por medio de veneno o de incendio, sumersión u otro de
los delitos previstos en el Título VII de este libro, con alevosía o
por motivos fútiles o innobles, o en el curso de la ejecución de los
delitos previstos en los artículos 449, 450, 451, 453, 456 y 458 de
este Código.

Artículo 77. [De las Agravantes genéricas de todo delito] Son


circunstancias agravantes de todo hecho punible las
siguientes: (…)
12. Ejecutarlo en despoblado o de noche. Esta circunstancia la
estimarán los Tribunales atendiendo a las del delincuente y a los
efectos del delito

Artículo 74. [Atenuantes genéricas] Se consideraran


circunstancias atenuantes que, salvo disposiciones especiales de
la ley, no dan lugar a rebaja especial de pena, sino a que se las
tome en cuenta para aplicar‚ esta en menos del término medio,
pero sin bajar del límite inferior de la que al respectivo hecho
punible asigne la ley, las siguientes:
(…)
4. Cualquier otra circunstancia de igual entidad que a juicio del
tribunal aminore la gravedad del hecho”.

Artículo 424. [Complicidad Correspectiva] Cuando en la


perpetración de la muerte o las lesiones han tomado parte varias
personas y no pudiere descubrirse quien las causó, se castigará a
todos con las penas respectivamente correspondientes al delito
cometido, disminuidas de una tercera parte a la mitad.
No se aplicará esta rebaja de pena al cooperador inmediato del
hecho”.

Artículo 5. Robo de Vehículos Automotores. El que por medio


de violencia o amenazas de graves daños inminentes a personas
o cosas, se apodere de un vehículo automotor con el propósito de
obtener provecho para sí o para otro, será sancionado con pena
de presidio de ocho a dieciséis años. La misma pena se aplicará
cuando la violencia tenga lugar inmediatamente después del
apoderamiento y haya sido empleada por el autor o el participe
para asegurar su producto o impunidad
Artículo 6. Circunstancias Agravantes. La pena a imponer para
el robo de vehículo automotor será de nueve a diecisiete años de
presidio si el hecho punible se cometiere:

1. Por medio de amenaza a la vida.


2. Esgrimiendo como medio de amenaza cualquier tipo de arma
capaz de atemorizar a la víctima, aun en el caso de que no siendo
un arma, simule serla.
3. Por dos o más personas.
(…)
10. De noche o en lugar despoblado o solitario.
(…)
12. Aprovechándose de las condiciones de inferioridad física o
indefensión de la víctima”.

El 30 de julio de 2010, la defensa de los acusados presentó recurso de


apelación contra el fallo del juzgado de juicio (folio 156, de la pieza 9, del
expediente).

El 16 de marzo de 2011, la Sala Accidental n.º 28 de la Corte de


Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Aragua declaró sin lugar el
recurso de apelación interpuesto por la abogada Criseida Vásquez, en su carácter
de Defensora privada de los acusados Nelson Gerardo Piña Nieto y Alexis David
Martínez Sandoval, y confirmó la decisión del Juzgado Segundo de Primera
Instancia Itinerante en Función de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado
Aragua (folio 33, de la pieza 11, del expediente).

El 21 de septiembre de 2011, la defensa ejerció recurso de casación contra


la decisión dictada por la referida Sala Accidental de la Corte de Apelaciones del
Estado Aragua, con fundamento en lo dispuesto en el artículo 460 del Código
Orgánico Procesal Penal (vigente para la fecha de la interposición del recurso),
dando origen al presente análisis (folio 111, de la pieza 11, del expediente).

Contra este recurso no hubo contestación.

III
FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE CASACIÓN
Ahora bien, el recurso de casación planteado por la Abogada Criseida
Margarita Vásquez Rojas, defensora de los acusados, se fundamentó en los
siguientes motivos de impugnación:

Señala la recurrente lo siguiente:

Que “… [q]uien aquí recurre considera que en efecto esta Corte de


Apelaciones (…) incurre en la Falta de Motivación por errónea aplicación de la
Ley, pues cuando se interpuso el recurso de apelación (…) no se pretendió que
las pruebas aportadas en el juicio oral y público fueran valoradas por esta Corte de
apelaciones, pues de hecho se establece en el escrito fundado que la Juez a quo
se había limitado a enumerar y transcribir de forma ligera las pruebas debatidas en
juicio oral y público…”.

Que “… consideró esta defensa que la Juzgadora en principio ha debido


separar los tipos penales y señalar de manera individual cuales fueron esos
elementos de convicción que apreciados de conformidad a lo establecido en el
artículo 22 del COPP la llevaron a la convicción de la participación de cada uno de
los hoy condenados en los tipos penales atribuidos, llevando de manera clara
circunstanciada y precisa de los hechos y el aporte de las pruebas a su convicción
para determinar la correspondiente responsabilidad penal de mis patrocinados
aplicando de forma clara la norma jurídica en cuestión…”.

Que “… se señaló de igual manera en dicho escrito fundamentado de


apelación contra la referida sentencia que debe demostrarse el ánimo de matar,
debe comprobarse de las resultas de las pruebas del proceso, de modo que y ante
la ausencia de las circunstancias objetivas, debe imperar el PRINCIPIO DE
PRESUNCION DE INOCENCIA, el cual debe ser desvirtuado ante una posible
sentencia condenatoria...”.

Que “…[e]s importante según el sistema de la apreciación razonada de la


prueba o de las reglas de la sana crítica, que el sentenciador ineludiblemente,
entienda que esa apreciación en conciencia no es más que la valoración racional y
lógica según el cual el juzgador debe expresar razonadamente el por qué llega a
determinado convencimiento…”.

Que “… [p]ara controlar esa racionalidad y esa coherencia es necesario que


el juzgador se ajuste a las reglas de la lógica, a las máximas de experiencia y a los
conocimientos científicos, es por eso que tiene la obligación de exteriorizar el
razonamiento probatorio empleado plasmándolo en el texto de la sentencia. Sólo
así se logra demostrar la libertad de ponderación de la prueba que ha sido
utilizada y si esta se utilizó en forma correcta y ponderada ...”.

Que “… en el caso que nos ocupa donde supuestamente el homicidio fue


cometido en la ejecución de un robo no puede aplicársele al sujeto activo la pena
como si se tratare de delitos independientes, dado que el legislador ha
considerado tal circunstancia como calificante del delito de homicidio consideró
esta defensa que la sentenciadora en su dispositiva no aplicó la pena
correspondiente al delito de homicidio calificado en la ejecución de un robo de
vehículo automotor tal y como le correspondía hacerlo lo cual incide en una pena
más favorable y justa…”.

Que “… [p]or ello en la audiencia celebrada en fecha 16 de febrero del


año 2011 vale la pena señalar sobre este particular siete meses después de
dictada la decisión del tribunal de juicio esta defensa nuevamente ratifica en
todas y cada una de sus partes el escrito de apelación en contra de la misma e
insiste en la doble agravación y se solicita se corrija la pena aplicada…”.

Que “… sin embargo y a pesar de ello cuando se revisa el contenido de la


sentencia entonces dictada en ocasión a la interposición de ese recurso observa
esta defensa técnica que sigue persistiendo pero ahora por parte de la Corte de
Apelaciones Sala accidental 28 del circuito judicial del estado Aragua los mismos
motivos de inmotivación por errónea aplicación de la Ley, pues esta corte no
indica de manera precisa clara y circunstanciada las razones de hecho y en
especial de derecho para desapartarse de lo solicitado por quien aquí recurre sólo
enuncia que a las cortes no le está dado valorar las pruebas debatidas en juicio
oral y público y en nada se pronuncia en relación a la pena aplicada…”.

Que “… [p]or otra parte no es pretender subvertir el orden jurídico


establecido porque si bien es cierto que es al Juzgador de instancia a quien le está
dado imponer la pena que estima pertinente no es menos cierto que el cómputo de
la misma es siempre reformable, aun de oficio cuando se compruebe un error o
nuevas circunstancias lo hagan necesario…”.

Continúa la recurrente indicando en el fundamento de su denuncia:

Que “… nuestro legislador prevé en el artículo 406 ordinal (sic) 1, el delito


de homicidio calificado cuando es cometido en el curso de la ejecución de los
delitos previstos en los artículos 449, 45, 451, 453, 456 y 458 de la Ley sustantiva
penal correspondiente, entre otros al robo. Para aplicar el citado supuesto es
necesario que el homicidio se haya cometido en el curso de la ejecución del delito
contra la propiedad, siendo suficiente para considerar la calificativa, que la muerte
de la víctima haya surgido en cualquier etapa del itercriminis, esto es basta que
el homicidio se cometa en el curso de la ejecución de los delitos indicados en la
norma para que exista la relación cronológica entre ellos tal y como ocurrió en el
presente caso…”.

Que cuando “… el homicidio fue cometido en la ejecución del robo de un


vehículo automotor, no puede aplicársele a los sujetos activos la pena como si se
tratase de un concurso real de delitos, dado que el legislador ha considerado tal
circunstancia como una calificante del delito de homicidio…”

Que “… tenemos entonces que en relación a la pena más grave


corresponde al delito de homicidio calificado en la ejecución de un robo agravado
de vehículo automotor en grado de complicidad correspectiva previsto y
sancionado en el artículo 406 Ord 01 del código penal en relación con el artículo
424 Ejusdem le corresponde una pena de quince (15) a veinte años (20) de prisión
cuyo término medio conforme al artículo 37 Ejusdem es de (17) años y seis (06)
meses de prisión que con la aplicación de la rebaja hasta la mitad prevista en el
artículo 424 queda la pena en ocho años (08) y ocho meses de prisión...”.

Por último, la impugnante solicitó que el recurso de casación fuese


admitido, que se declare con lugar, y que la Sala de Casación Penal dicte una
decisión propia con respecto a las penas que han de imponerse.

IV
MOTIVACIÓN PARA DECIDIR

De la revisión del escrito contentivo del recurso de casación, así como de


la sentencia recurrida, la Sala observa que en el presente caso se ha ejercido una
única denuncia en la cual se alegó la falta de motivación, específicamente en
cuanto a la denuncia por violación del principio ne bis in idem (según el cual,
ninguna persona puede ser juzgada nuevamente por un hecho respecto del cual
ya lo había sido), en cuanto a la doble agravación sufrida por sus representados,
quienes fueron condenados por los delitos de Homicidio Calificado en la ejecución
de Robo Agravado en Grado de Complicidad Correspectiva y, además, por el
delito de Robo Agravado de Vehículo Automotor.

Al respecto, la Sala Accidental n.° 28 de la Corte de Apelaciones del


Circuito Judicial Penal del Estado Aragua, cuando resolvió el recurso de apelación
interpuesto en contra del fallo del juzgado en función de juicio, indicó lo que a
continuación se transcribe.

Que “… [a] tal efecto de la revisión minuciosa del presente asunto observa
esta Sala, que fue admitida acusación en contra de los acusados PIÑA NIETO
NELSON GERARDO y MARTINEZ SANDOVAL ALEXIS DAVID, por la presunta
comisión de los delitos de HOMICIDIO CALIFICADO EN LA EJECUCION DE UN
ROBO AGRAVADO y ROBO AGRAVADO DE VEHICULO AUTOMOTOR, en
grado de autor para PIÑA NIETO NELSON GERARDO y en grado de cooperador
inmediato para MARTINEZ SANDOVAL ALEXIS DAVID, en perjuicio de JUAN
APONTE y YOLANDA ESTELA COLE; y por los delitos de PORTE ILICITO DE
ARMA DE FUEGO, y USO INDEBIDO DE ARMA DE FUEGO, ordenándose en
consecuencia su enjuiciamiento por los tipos penales antes señalados…”.

Que “… [e]n ese sentido, cabe destacar que el juez de juicio en atención al
principio de inmediación como pilar esencial de los procesos orales, preceptuado
en el artículo 16 del Código Orgánico Procesal Penal, tiene un contacto directo a
través de todos los sentidos con los argumentos de las partes y la conducta
desplegada por los órganos de prueba al momento de rendir sus testimonios, a los
fines de recibir y percibir directamente el resultado de los actos procesales que se
desarrollan en su presencia y que en definitiva le permiten llegar a la convicción de
los hechos que se acreditan; en el caso sub judice se evidencia que los acusados
fueron condenados solo por los delitos de HOMICIDIO CALIFICADO EN LA
EJECUCION DE UN ROBO AGRAVADO EN GRADO DE COMPLICIDAD
CORRESPECTIVA y ROBO AGRAVADO DE VEHICULO AUTOMOTOR, en tanto
que por los delitos de PORTE ILICITO DE ARMA DE FUEGO y USO INDEBIDO
DE ARMA DE FUEGO dichos acusados fueron absueltos…”.

Que “…[a]l respecto, es de hacer notar que los dos (2) tipos penales por
los cuales fueron condenados los acusados, son el resultado del proceso de
subsunción al cual fue sometida la conducta típica y antijurídica desplegada por
estos, entre la noche del día 29 de abril 2004 y la madrugada del día 30 de abril
2004 en la que dieron muerte a las victimas (sic) y se apoderaron del vehículo en
el que viajaban; y que constituyen el objeto del caso sub examine, quedando
acreditados los mismos, en virtud de los aportes de todos los órganos de prueba
promovidos, y evacuados durante el juicio oral y público, que fueron debidamente
valorados por el Juez a quo…”.

Ahora bien, de la revisión efectuada a las actas del expediente, se observa


que el Juzgado Segundo de Primera Instancia Itinerante en Función de Juicio del
Circuito Judicial Penal del Estado Aragua, en la parte correspondiente a los
fundamentos de hecho y de derecho, estableció lo siguiente:

Que de “… [l]a adminiculación de los órganos de prueba evacuados ante


este Tribunal acreditaron los siguientes hechos: que los acusados NELSON
GERARDO PINA (sic) NIETO y ALEXIS DAVID MARTINEZ SANDOVAL, ut supra
identificados, entre horas de la noche del día 29.04.2004 y de la madrugada del
día 30.04.2004 despojaron a Juan Alberto Aponte Méndez y a Yolanda Estela
Colé Pasquier de un vehículo marca Jeep, modelo Grand Cherokee, color gris,
placas GBN-58DM, propiedad de la primera de la víctimas nombradas, les
quitaron sus celulares y la vida a través del uso de arma de fuego y dejaron tirados
sus cuerpos en la Hacienda Los Avisperos, vía pública del Sector La Cipa,
Tocorón Estado Aragua…”.

Que “… [l]os delitos por los cuales fueron encontrados responsables los
ciudadanos Nelson Gerardo Pina (sic) Nieto y Alexis David Martínez Sandoval,
ambos suficientemente identificados ut supra, son Homicidio Calificado en la
Ejecución de un Robo Agravado en grado de complicidad correspectiva, grado que
no constituye una modificación del tipo penal base imputado sino de la
participación que resultó acreditada en el debate, tipo penal previsto y sancionado
en el artículo 408 numeral 1° en concordancia con el artículo 77 numeral 12, 74
numeral 4 y 424 todos del Código Penal y ROBO AGRAVADO DE VEHICULO
AUTOMOTOR, previsto y sancionado en el artículo 6 numerales 1°, 2°, 3°, 10° y
12° de la Ley sobre Hurto y Robo de Vehículos Automotores, en perjuicio de
quienes en vida respondieran a los nombres de JUAN APONTE y YOLANDA
ESTELA COLE…”.

Que “… [e]l delito de Homicidio Calificado en la Ejecución de un Robo


Agravado es un delito que prevé una pena que va de 15 a 20 años de prisión, que
de conformidad con lo previsto en el artículo 37 del Código Penal Venezolano
Vigente este Tribunal aplicará en su término medio, es decir, 17 años 6 meses, en
virtud de la compensación entre la agravante prevista en el numeral 12 del artículo
77 del Código Penal, y el numeral 4 del artículo 74 ejusdem, por el homicidio
perpetrado en la persona de Juan Aponte, 17 años 6 meses a los cuales se
sumará la mitad por el homicidio perpetrado en la persona de Yolanda Estela
Colé, es decir, 8 años 9 meses, de conformidad con lo previsto en el artículo 88
del Código Penal por lo que la pena a aplicar por el delito de Homicidio Calificado
en la Ejecución de un Robo Agravado en perjuicio de Juan Aponte y Yolanda
Estela Colé es de 26 años 3 meses, pena a la cual se le rebajará una tercera
parte, es decir, 8 años 9 meses, por aplicación del artículo 424 del Código Penal
por lo que la pena en definitiva a aplicar por el Homicidio Calificado en la
Ejecución de un Robo Agravado en perjuicio de Juan Aponte y Yolanda Estela
Colé es de 17 años 6 meses, ahora bien por el delito de Robo Agravado de
Vehículo Automotor este Tribunal impone la pena de 7 años 6 meses, de
conformidad con lo previsto en el artículo 6 numerales 1°, 2°, 3°, 10° y 12° en
concordancia con el artículo 88 del Código Penal, por lo que la pena a imponer a
NELSON GERARDO PINA (sic) NIETO y ALEXIS DAVID MARTINEZ SANDOVAL
por los delitos de Homicidio Calificado en la ejecución de un Robo Agravado en
grado de Complicidad Correspectiva y Robo Agravado de Vehículo Automotor,
previstos y sancionados en los artículos enunciados ut supra, en perjuicio de
JUAN APONTE y YOLANDA ESTELA COLE, es de 25 años de prisión…”.

De la transcripción anterior se evidencia que los hechos que se dieron por


probados en la sentencia del Juzgado de Primera Instancia en Función de Juicio,
ratificados por el fallo emitido por el Tribunal de Alzada, se resumen así: los
acusados sometieron y constriñeron a las víctimas, a las cuales llevaron a un
paraje solitario, las despojaron del vehículo y otras pertenencias y, finalmente, les
dieron muerte al efectuarles varios disparos.

En este sentido, se observa que el Tribunal de Juicio, para condenar a los


acusados, estimó que se estaba ante un concurso real de delitos, acogiendo así la
regla prevista en el artículo 88 del Código Penal, y en ese sentido, en primer lugar,
los condenó a cumplir la pena de diecisiete (17) años y seis (6) meses de prisión
por la comisión del delito de Homicidio Calificado (en la ejecución de un Robo) en
Grado de Complicidad Correspectiva, de conformidad con los artículos 406,
numeral 1, en concordancia con el numeral 12 del artículo 77, numeral 4 del
artículo 74 y 424, todos del Código Penal; asimismo, les adicionó la pena de siete
(7) años y seis (6) meses de presidio por la comisión del delito de Robo Agravado
de Vehículo Automotor, previsto y sancionado en el artículo 5, en concordancia
con el artículo 6, numerales 1, 2, 3, 10 y 12, de la Ley sobre el Hurto y Robo de
Vehículos Automotores, todo en concordancia con el artículo 88 del Código Penal;
por consiguiente, les impuso una pena de veinticinco (25) años de prisión

Debe tenerse en cuenta, al respecto, que la “… adecuación típica es el


proceso mediante el cual un concreto comportamiento humano encuadra dentro
de un tipo penal determinado. Esta es una labor que el juez realiza cada vez que
tiene conocimiento de una noticia criminis, para ver si de ella debe ocuparse el
ordenamiento jurídico penal. (…) En efecto, el objeto de la interpretación de las
normas penales no es otro que el de averiguar si una determinada conducta
encaja o no, dentro de un cierto tipo legal. (...) si la conducta no encuadra en
ninguno de los tipos penales es jurídicamente irrelevante” (Reyes Echandía,
Alfonso: Tipicidad, Editorial Temis S.A, Bogotá, Colombia, 1999, pág. 204).
Ahora bien, una vez hecha esta reseña doctrinal, es necesario realizar un
análisis de los tipos jurídicos mencionados y, en este sentido, debe afirmarse que
la acción de quien quita la vida durante el curso de un robo de un objeto mueble
encuadra en el tipo de Homicidio Calificado, acción que se encuentra descrita y
establecida en el artículo 406, numeral 1, del Código Penal vigente, en relación
con el artículo 458 del mismo texto legal, de allí que deba entenderse que el
homicidio cometido durante la ejecución de un robo constituye un delito autónomo,
es decir, el delito de Homicidio Calificado, previsto en el numeral 1 del referido
artículo 406 del Código Penal, pues el robo es la calificante del homicidio, por lo
que no se está en presencia de un concurso real entre el delito de homicidio y el
de robo, sino ante un único delito: el de Homicidio Calificado.

Se ha establecido, en relación con este punto, que: “… no podría penarse a


un reo por la comisión del delito de robo a mano armada y por el delito de
homicidio calificado, como si se estuviese en presencia de un concurso real de
delitos distintos, cuando el legislador ha considerado que la circunstancia de
cometer un homicidio en el curso de la ejecución del delito de robo a mano
armada, califica el homicidio…” (vid. sentencia de la Corte Suprema de Justicia del
2 de diciembre de 1976, recogida en la obra del Mag. Dr. EZEQUIEL MONSALVE
CASADO: Lecciones de Casación Penal, Editorial Panapo, pág. 890).

En este sentido, observa la Sala que los juzgados de instancia que


pronunciaron las decisiones a que se refiere la solicitante, al momento de dictar
sus fallos, erraron en su juicio pues fue incorrecto establecer que se estaba ante el
supuesto que hace procedente aplicar el artículo 88 del Código Penal (relativo a la
figura del concurso real), debido a que tanto el Código Penal como la
jurisprudencia contemplan de forma clara y precisa que en estos hechos la figura
es la de un delito autónomo (Homicidio Calificado) que ocurre durante la ejecución
de un delito contra la propiedad, y el robo de vehículos es un delito contra la
propiedad.

Efectivamente, el referido artículo 406 del Código Penal, en su numeral 1,


dispone:

“Artículo 406. En los casos que se enumeran a continuación se


aplicarán las siguientes penas:
1. Quince años a veinte años de prisión a quien cometa el
homicidio por medio de veneno o de incendio, sumersión u otro de
los delitos previstos en el Título VII de este libro, con alevosía o
por motivos fútiles o innobles, o en el curso de la ejecución de
los delitos previstos en los artículos 449, 450, 451, 453, 456 y
458 de este Código”. (Resaltado la Sala).

Por su parte, el artículo 458 del mismo Código establece lo siguiente:

“Artículo 458. Cuando alguno de los delitos previstos en los


artículos precedentes se haya cometido por medio de amenazas a
la vida, a mano armada o por varias personas, una de las cuales
hubiere estado manifiestamente armada, o bien por varias
personas ilegítimamente uniformadas, usando hábito religioso o
de otra manera disfrazadas, o si, en fin, se hubiere cometido por
medio de un ataque a la libertad individual, la pena de prisión será
por tiempo de diez a diecisiete años; sin perjuicio a la persona o
personas acusadas, de la pena correspondiente al delito de porte
ilícito de armas”.

Se evidencia que la figura del homicidio en la ejecución de un robo fue


concebida como un delito complejo, es decir, un tipo que reúne dos o más
conductas que conjuntamente consideradas son constitutivas de un delito y cuya
importancia dogmática consiste en resaltar la necesidad de que en tales casos se
den todos los supuestos típicos que la ley demanda por separado en otros tipos
penales.

Al analizar el tipo en cuestión, la doctrina ha concluído en que el dar muerte


ocupa un lugar preponderante con respecto de la apropiación del objeto o bien en
la estructura del tipo de homicidio en el transcurso de un robo, lo cual aparece
corroborado tanto por la ubicación sistemática del precepto, que se sitúa dentro de
los delitos contra las personas, como por la propia redacción de la norma que
establece una relación de subordinación de la acción de apoderamiento de la cosa
ajena a la acción homicida; en tal sentido, cabe señalar que la actuación típica,
tanto objetiva como subjetiva, tiende al robo y no al homicidio, sólo que se llega al
homicidio para lograr el apoderamiento durante un robo; es decir, que entre ambos
hechos ha de existir un vínculo que la doctrina y la jurisprudencia han señalado
en los siguientes términos: que el homicidio debe cometerse “con motivo u ocasión
del robo”. De allí que se entienda que la expresión “con motivo” implica una
relación de medio a fin, es decir, que el homicidio asume la condición de medio
para el lograr el objetivo final que es hacer posible la apropiación del bien u objeto.

Ahora bien, de lo anterior se evidencia claramente que la figura descrita en


el artículo 406, numeral 1, prevé un especial agravamiento de la punición con
fundamento en el homicidio que ha ocurrido con motivo u ocasión de un Robo, y
dicho agravamiento se justifica en la violencia utilizada por el autor dirigida a la
consumación del mismo, que puede terminar en algunos casos con la muerte de la
víctima. De igual modo, están comprendidas dentro de la calificante, las muertes
provenientes tanto de la fuerza o la violencia ejercida por el agente bien sea para
poder facilitar el robo, para cometerlo o lograr el fin, o para evitar que se castigue.

El numeral 1 del artículo 406 del Código Penal requiere que la acción de dar
muerte a otro sea una circunstancia imprevista e incidental en relación con el
delito principal, que siempre será el de robo; y ello es así, porque en nuestro
ordenamiento el delito de homicidio es más grave que el delito de robo, ya que
afecta el bien jurídico de la vida y la legislación penal busca proteger con mayor
fuerza los bienes jurídicos más preciados; por ello se impone una pena más
severa cuando tales bienes son afectados.

En este sentido, la Sala de Casación Penal ha precisado en distintas


oportunidades que si durante el curso de un robo de vehículo automotor se
produce la muerte de la víctima, no puede aplicársele al sujeto activo la pena
como si se tratare de un concurso real de delitos, toda vez que el legislador ha
considerado tal circunstancia como una calificante del delito de homicidio, tal como
en la sentencia de la cual se toma el siguiente extracto:

“El Legislador prevé en el artículo 406, ordinal 1° del


Código Penal, el delito de homicidio calificado cuando es
cometido (…en el curso de la ejecución de los delitos previstos en
los artículos 449, 450, 451, 453, 456 y 458…de la Ley Sustantiva
Penal correspondiente, entre otros, el robo. Para aplicar el citado
supuesto, es necesario que el homicidio se haya cometido en el
curso de la ejecución de un delito contra la propiedad. Ha dicho la
Sala en doctrina que hoy ratifica lo siguiente: …siendo por tanto
suficiente para considerar la calificativa, que la muerte de la
víctima haya surgido en cualquier etapa del itercríminis, esto es,
basta que el homicidio se cometa ‘en el curso de la ejecución’ de
los delitos indicados en la norma para que exista la relación
cronológica entre ellos, tal cual ocurrió en el presente caso…. (vid.
Sentencia 386 del 6 de agosto de 2009, ponencia del Magistrado
Héctor Coronado Flores).

De esta manera, en casos como el que hoy nos ocupa,


donde el delito de homicidio en grado de frustración fue cometido
en la ejecución del robo de un vehículo automotor propiedad de
una de las víctimas, no puede aplicarse al sujeto activo la pena
como si se tratare de un concurso real de delitos (Homicidio y
Robo de Vehículo), dado que el Legislador ha considerado tal
circunstancia (el robo) como una calificante del delito de
homicidio” (Sentencia número. 294 de fecha 21 de julio de 2010).

En este sentido, Bacigalupo y en relación con esto, indicó lo siguiente:


“Como hemos visto, habrá un concurso (aparente) de leyes penales cuando el
contenido de ilícito de un hecho punible ya está contenido en otro y, por lo tanto, el
autor sólo haya cometido una única lesión de la ley penal”, asimismo, citando a
Samson, expresó que “la consecuencia práctica del concurso de leyes reside en
que sólo es aplicable la pena del delito que desplaza a los otros y, además, en la
determinación de esa pena no se deben computar otras violaciones de la ley, dado
que sólo se ha infringido una de las normas aparentemente concurrentes. Esto
último marca una diferencia fundamental con la consecuencia jurídica del
concurso ideal, en el que, como veremos, de acuerdo con el principio de absorción
se aplica la pena del delito más grave, pero teniendo en cuenta que el autor
también ha cometido otras violaciones de la ley penal”(Derecho Penal, Parte
General, Hammurabi, 2009, pp. 570-571).

Siendo así, y en lo que respecta al denominado Concurso Aparente, se


debe partir de que no se trata de que concurran varios hechos delictivos,
simplemente es un conflicto que se presenta entre dos o más normas, ya que una
sola es perfectamente aplicable al hecho investigado, aunque en el hecho
pareciera que pudiesen ser aplicadas otra u otras normas en las que pudiera
subsumirse la conducta desplegada; aquí el problema radica en poder determinar
la norma aplicable y en distinguir estos supuestos de los casos en que exista
realmente un concurso. Lo anterior resulta fundamental, pues en el caso bajo
estudio nos encontramos ante una Subsidiariedad, ya que se trata de una norma
que cede su lugar ante otra que la abarca, y que por ello se aplica
preferentemente.

Bajo estos supuestos, se observa que la controversia es aparente, pues el


hecho investigado se encuentra dentro de varios preceptos jurídicos, pero en la
realidad solo puede aplicarse uno.

En conclusión, y visto los hechos que en instancia quedaron acreditados, se


sigue que en el presente caso la muerte de las víctimas fue cometida durante el
curso del robo del vehículo automotor de una de ellas y de otras pertenencias, por
lo que no puede aplicársele la pena a los sujetos activos como si se tratara de un
concurso real de delitos, ya que el legislador consideró tal circunstancia como una
calificante del delito de homicidio, con lo cual resulto infringido el principio ne bis in
idem; de allí que esta Sala deba establecer la debida calificación jurídica del tipo
penal, con el fin de aplicar una pena justa, como lo es el delito de Homicidio
Calificado cometido en la ejecución de un Robo de Vehículo Automotor,
establecido en el artículo 406, numeral 1, del Código Penal, en concordancia con
los artículos 77, numeral 12, artículo 74, numeral 4, y 424, todos del Código Penal.

Y ello es así por cuanto, a juicio de esta Sala, en el presente caso se


incurrió en el vicio de indebida de aplicación de las normas establecidas en el
artículo 5, en concordancia con el artículo 6, numerales 1, 2, 3, 10 y 12, de la Ley
sobre el Hurto y Robo de Vehículos Automotores, el cual fue aplicado en concurso
con el delito de Homicidio Calificado cometido en la ejecución de un Robo de
Vehículo Automotor, en perjuicio de los ciudadanos Juan Alberto Aponte y
Yolanda Estela Colé Pasquier, motivo por el cual le asiste la razón a la recurrente
en cuanto a la violación por parte de la recurrida del principio ne bis in idem (es
decir, el que prohíbe la doble punición por la comisión de un mismo hecho), toda
vez que en este caso el delito de robo constituye la agravante que califica el
homicidio y el delito de robo de vehículo no puede ser aplicado como un delito
autónomo para ser computado como un concurso de delitos, y al haberse hecho
de ese modo, produjo, como consecuencia, una doble sanción para los acusados.

Ello se evidencia en el fallo del Juzgado de Juicio y el cual fuera ratificado


por la recurrida, en el que se expresó lo siguiente:

“Los delitos por los cuales fueron encontrados responsables


los ciudadanos Nelson Gerardo Pina Nieto y Alexis David Martínez
Sandoval, ambos suficientemente identificados ut supra, son
Homicidio Calificado en la Ejecución de un Robo Agravado en
grado de complicidad correspectiva, grado que no constituye una
modificación del tipo penal base imputado sino de la participación
que resultó acreditada en el debate, tipo penal previsto y
sancionado en el artículo 408 numeral 1° en concordancia con el
artículo 77 numeral 12, 74 numeral 4 y 424 todos del Código Penal
y ROBO AGRAVADO DE VEHICULO AUTOMOTOR, previsto y
sancionado en el artículo 6 numerales 1°, 2°, 3°, 10° y 12° de la
Ley sobre Hurto y Robo de Vehículos Automotores, en perjuicio de
quienes en vida respondieran a los nombres de JUAN APONTE y
YOLANDA ESTELA COLE…”.

De igual modo, indicó la recurrida cuanto sigue:


“Al respecto, es de hacer notar que los dos (2) tipos penales por
los cuales fueron condenados los acusados, son el resultado del
proceso de subsunción al cual fue sometida la conducta típica y
antijurídica desplegada por estos, entre la noche del día 29 de
abril 2004 y la madrugada del día 30 de abril 2004 en la que
dieron muerte a las víctimas y se apoderaron del vehículo en el
que viajaban; y que constituyen el objeto del caso sub examine,
quedando acreditados los mismos, en virtud de los aportes de
todos los órganos de prueba promovidos, y evacuados durante el
juicio oral y público, que fueron debidamente valorados por el Juez
a quo…”.

Como se aprecia, los juzgados de instancia comparten el criterio errado,


según el cual adecuaron una misma acción a dos tipos penales diferentes, como
lo fue haber señalado que la conducta de los acusados suponía un concurso real
de delitos, pues a juicio de éstos, el homicidio fue producto del robo de
pertenecías y bienes diferentes al vehículo que les fue robado.

Precisado lo anterior, y dado que la Sala ha observado un error de Derecho,


procede a corregir la calificación jurídica y la pena que ha de imponer a los
acusados de autos, conforme con los hechos establecidos por el juzgador de
juicio.

La Sala observa que la acción desplegada por los acusados para


ocasionarle la muerte a las víctimas, ocurre durante la ejecución del delito de
Robo Agravado, es decir, que en la comisión de este hecho son atacados varios
bienes jurídicos: la vida y la propiedad, acción que se encuentra descrita y cuya
pena está prevista en el Código Penal, específicamente en el numeral 1 del
artículo 406, el cual se define como Homicidio Calificado, y siendo que durante la
audiencia pública celebrada el 23 de mayo de 2013, la representante del Ministerio
Público consideró que los hechos que dieron lugar a la investigación se subsumen
en el delito de Homicidio Calificado en la Ejecución de un Robo Agravado en
Grado de Complicidad Correspectiva, la Sala declara que es este el tipo en el que
los hechos acreditados deben ser encuadrados. Así se establece.

V
PENALIDAD

En tal sentido, se precisa que el delito de Homicidio Calificado cometido en


la ejecución de un Robo Agravado, previsto y sancionado en el artículo 406,
numeral 1, del Código Penal, prevé una pena de quince (15) a veinte (20) años de
prisión, cuyo término medio, conforme con lo establecido en el artículo 37 del
Código Penal, es de diecisiete (17) años y seis (6) meses, la cual sería la pena
aplicable por la muerte del ciudadano Juan Alberto Aponte; asimismo, el juzgado
de juicio realizó una compensación entre la agravante del numeral 12 del artículo
77 del Código Penal y la atenuante del numeral 4 del artículo 74 del mismo
Código, y de conformidad con lo previsto en el artículo 88 del mismo texto legal,
además se computan 8 años y 9 meses por la muerte de la ciudadana Yolanda
Estela Colé Pasquier, pero dada la aplicación del artículo 424 del Código Penal, a
saber: la circunstancia de haber Complicidad Correspectiva en la comisión del
mismo, dicha pena se rebaja en una tercera parte, es decir 8 años y 9 meses, por
lo que la pena definitiva es de 17 años y 6 meses de prisión.

Por consiguiente, se debe condenar a los acusados Nelson Gerardo Piña


Nieto y Alexis David Martínez Sandoval a cumplir la pena de 17 años y 6 meses
de prisión, por la comisión del delito de Homicidio Calificado cometido en la
Ejecución de un Robo Agravado en Grado de Complicidad Correspectiva, previsto
y sancionado en el artículo 406, numeral 1, del Código Penal, en concordancia con
los artículos 77, numeral 12, 74, numeral 4, y 424 del mismo instrumento legal,
quedando modificada por parte de la Sala la calificación jurídica, así como la pena
impuesta a los acusados. Así se declara.

Para concluir, es necesario indicar que el tipo penal es una figura de vital
importancia, y esta viene precedida de una muy cuidadosa confección dogmática
que se conoce como la teoría del tipo, la cual es el pilar fundamental de la
dogmática jurídico penal y el vínculo entre la parte general y la parte especial; más
aún, la condición ineludible para poder castigar a una persona por cometer un
delito, es que su conducta esté descrita como punible con anterioridad a la
conducta que se pretende castigar, pues no puede existir delito sin tipo, lo cual es
una garantía de la seguridad jurídica y la base sobre la cual se construyó la teoría
del delito.

Por todo ello, es imprescindible respetar los tipos legales bien sea para no
castigar al que no adecua su conducta a la descripción típica, o para castigar al
que sí, y ambos deberes habrán de cumplirse pese a que al juzgador le parezca
injusta una u otra decisión, pues tal falta de aplicación implicaría un desvío del
sendero de la Justicia, ya que la ley es la fuente de Derecho más importante.

VI
DECISIÓN
Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en
Sala de Casación Penal, administrando Justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley, se pronuncia del siguiente modo:

PRIMERO: Declara CON LUGAR el Recurso de Casación interpuesto por la


abogada Criseida Margarita Vásquez, en representación de los acusados Nelson
Gerardo Piña Nieto y Alexis David Martínez Sandoval, contra la sentencia dictada
por la Sala Accidental n.° 28 de la CORTE DE APELACIONES DEL CIRCUITO
JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ARAGUA, que declaró Sin Lugar el recurso de
apelación ejercido por la defensa y que Confirmó la sentencia dictada por el
Juzgado Segundo de Juicio Itinerante del Circuito Judicial Penal del Estado
Aragua.

SEGUNDO: ANULA la decisión dictada por la Sala Accidental n.° 28 de la


Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Aragua, 16 de marzo
de 2011, que confirmó la sentencia condenatoria del juzgado de primera instancia,
SOLAMENTE en lo que respecta a la calificación jurídica y a la pena impuesta.

TERCERO: ANULA el fallo dictado por el Juzgado Segundo Itinerante de


Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado
Aragua, de fecha 12 de julio de 2010, ÚNICAMENTE en relación con la
condenatoria por el delito de Robo de Vehículo Automotor, sancionado en el
artículo 5, en concordancia con el artículo 6, numerales 1, 2, 3, 10 y 12, de la Ley
sobre el Hurto y Robo de Vehículos Automotores, el cual fue aplicado en concurso
con el de Homicidio Calificado tipificado en el artículo 406, numeral 1, del Código
Penal. En definitiva, el delito cometido fue el de Homicidio Calificado en la
ejecución de un Robo Agravado, en Grado de Complicidad Correspectiva,
sancionado en el artículo 406, numeral 1, en concordancia con los artículos 77,
numeral 12, 74, numeral 4, y 424 del mismo Código.

CUARTO: CONDENA a los acusados NELSON GERARDO PIÑA NIETO y


ALEXIS DAVID MARTÍNEZ SANDOVAL, a cumplir la pena de 17 AÑOS y 6
MESES DE PRISIÓN por el delito de Homicidio Calificado en la Ejecución de un
Robo Agravado en Grado de Complicidad Correspectiva, tipificado en el artículo
406, numeral 1, en concordancia con los artículos 77, numeral 12, 74, numeral 4 y
424, todos del Código Penal, quedando modificada por parte de la Sala la
calificación jurídica, así como la pena impuesta a los acusados de autos.

Publíquese, regístrese y bájese el expediente. Ofíciese lo conducente.


Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de
Justicia, en Sala de Casación Penal, en Caracas, a los catorce días del mes
abril de dos mil quince. Años 204° de la Independencia y 156º de la Federación.

El Magistrado Presidente,

MAIKEL JOSÉ MORENO PÉREZ

La Magistrada Vicepresidenta,

FRANCIA COELLO GONZÁLEZ


Ponente

La Magistrada,
DEYANIRA NIEVES BASTIDAS

El Magistrado,

HÉCTOR MANUEL CORONADO FLORES

La Magistrada

ELSA JANETH GÓMEZ MORENO

La Secretaria, (E)
ANA YAKELINE CONCEPCIÓN DE GARCÍA

Exp. 12-314
FCG.

La Magistrada Doctora DEYANIRA NIEVES BASTIDAS no firmó por motivo


justificado.

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