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Contrato de Mediación

Concepto de que proporciona el Diccionario Jurídico Mexicano (1994), de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación:) Contrato en virtud del cual se ofrece una recompensa a una persona,
si ésta logra que se lleve a cabo un negocio jurídico en los términos y con las características
pactadas.

La mediación en negocios mercantiles, es considerada como un acto mercantil conforme al


artículo 75 fracción XIII del Código de Comercio, a pesar de lo cual este ordenamiento no
regula dicha actividad, ni tampoco el contrato de mediación, sin embargo, la doctrina ha
aceptado desde hace tiempo la existencia de tal figura y la ha diferenciado de figuras afines,
y, ya Jacinto Pallares hacía notar que se trataba de un acto de comercio, en su Derecho
mercantil mexicano, publicado en 1891.

La actividad del mediador está dirigida a lograr la celebración de algún negocio jurídico, y
en tal sentido el mediador es independiente de las partes que llevan a cabo el negocio y no
las representa. Aunque la mediación puede llevarse a cabo en forma espontánea por alguna
persona, y cualquier persona puede actuar como mediador, es común que quien está
interesado en la celebración de algún negocio solicite la intervención de algún mediador,
cuando esa relación de mediación deriva de un contrato; se habla de contrato de mediación,
que podría intentar definirse como aquél en virtud del cual se ofrece a una persona el pago
de una remuneración, si logra que se lleve a cabo algún negocio determinado.

A la mediación puede acudirse para cualquier negocio lícito. El mediador no queda obligado
a llevar a cabo acto alguno, es libre para actuar o no, pero análogamente, la persona con quien
celebró el contrato de mediación es libre para celebrar o no el contrato encomendado; en ese
sentido quien solicita los servicios de un mediador no queda por ello obligado a celebrar el
contrato con persona alguna presentada por el mediador.

Es función del mediador el tratar de lograr la celebración del negocio, pero sin que esté
obligado a actuar; por eso suele decirse que la mediación es un contrato de resultado, en tanto
el mediador tiene derecho al pago de la mediación si logra la celebración del negocio, pero
sin que esté jurídicamente obligado a llevar a cabo acto alguno.

Para que el mediador tenga derecho a la remuneración acordada se requiere que:


a) el negocio se celebre entre las personas puestas en contacto por él;
b) el negocio celebrado responda a las características previstas en el contrato de mediación;
c) el contrato se concierte dentro del plazo previsto en el contrato de mediación, en caso de
existir tal plazo, lo cual es muy frecuente, y
d) que la celebración del contrato haya sido causada por la actividad del mediador.

Desde luego, los requisitos anteriores deben entenderse dentro de las prácticas de los
negocios, por lo que las variaciones en cuanto al tipo de contrato y peculiaridades del mismo,
deben estimarse a la luz de la práctica de los negocios más que al de un rígido criterio jurídico,
pues muchas de esas variaciones pueden resultar de la actividad del mediador para tratar de
obtener el acuerdo entre las partes.

Artículo 6 fracc. I Ley del Corredor publico

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