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RECONOCIMIENTO Y EJECUCIÓN DE LAUDOS ARBITRALES EN COLOMBIA


PROFERIDOS POR TRIBUNALES INTERNACIONALES

Presentado por:
JUAN CAMILO MORA CUESTA
CENON GUILLERMO MORA SEPÚLVEDA

UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL CÚCUTA


FACULTAD DE DERECHO, CIENCIA POLÍTICA Y SOCIALES
PROGRAMA DE DERECHO
DIPLOMADO EN ARBITRAJE Y NEGOCIOS INTERNACIONALES
CÚCUTA, COLOMBIA
2018
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RECONOCIMIENTO Y EJECUCIÓN DE LAUDOS ARBITRALES EN COLOMBIA


PROFERIDOS POR TRIBUNALES INTERNACIONALES

Presentado por:
JUAN CAMILO MORA CUESTA
CENON GUILLERMO MORA SEPÚLVEDA

Trabajo de grado para obtener el Título de Diplomado en Arbitraje y Negocios


Internacionales.

Asesor Disciplinar
Dra. CINDY CHARLOTTE REYES
Abogada – Docente Investigadora

UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL CÚCUTA


FACULTAD DE DERECHO, CIENCIA POLÍTICA Y SOCIALES
PROGRAMA DE DERECHO
DIPLOMADO EN ARBITRAJE Y NEGOCIOS INTERNACIONALES
CÚCUTA, COLOMBIA
2018
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RECONOCIMIENTO Y EJECUCIÓN DE LAUDOS ARBITRALES EN COLOMBIA

PROFERIDOS POR TRIBUNALES INTERNACIONALES

Juan Camilo Mora Cuesta


Cenón Guillermo Mora Sepúlveda

Resumen

Con la expedición de la Ley 1563 del año 2012 se expidió el denominado “Estatuto de

Arbitraje Nacional e Internacional” para ser aplicado en todo el territorio nacional, cuyas

pretensiones principales radican en fomentar y regular el proceso de arbitramiento como una

herramienta alternativa para la resolución de los conflictos en Colombia y a nivel

internacional.

De igual forma y como foco principal de este proyecto, se quiere dilucidar acerca del

reconocimiento de los Laudos Arbitrales proferidos a nivel internacional, así como de su

ejecución en Colombia, dentro del desarrollo del marco normativo de la ley 1563 de 2012, la

cual brinda y regula los requisitos para el reconocimiento del laudo arbitral en el país y el

posterior trámite que este debe seguir para ejecutarse, es decir; el camino que se debe seguir

para la materialización de los mismos.

Con este fin, se ha decidido realizar la división de este proyecto en dos grades temas

como son 1) el reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales en el ordenamiento jurídica

internacional y nacional 2) el arbitraje como mecanismo alternativo de solución de conflictos

en Colombia, y 3) reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales proferidos en procesos de

arbitraje internacional.
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Palabras claves. Estatuto de Arbitraje Nacional e Internacional, Laudo Arbitral,

Reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales, resolución de conflictos.

Abstract

With the issuance of Law 1563 of 2012, the so-called "Statute of National and International

Arbitration" was issued to be applied throughout the national territory, whose main

pretensions lie in promoting and regulating the arbitration process as an alternative tool for the

resolution of conflicts in Colombia and internationally.

Likewise and as the main focus of this project, we want to elucidate about the

recognition of the International Arbitral Awards, as well as its execution in Colombia, within

the development of the normative framework of Law 1563 of 2012, which provides and

regulates the requirements for the recognition of the arbitral award in the country and the

subsequent procedure that it must follow to execute, that is to say; the path that must be

followed to materialize them.

To this end, it has been decided to divide this project into two broad areas, such as 1)

the recognition and enforcement of arbitration awards in the international and national legal

system 2) arbitration as an alternative dispute resolution mechanism in Colombia, and 3)

recognition and enforcement of arbitral awards made in international arbitration proceedings.


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Keywords. Statute of National and International Arbitration, Arbitral Award, Recognition and

enforcement of arbitral awards, resolution of disputes


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INTRODUCCIÓN

El proceso arbitraje internacional tiene su génesis en el momento en que una de las

partes se encuentra domiciliado en diferentes estados al momento de celebrarse el acuerdo

contractual, o cuando las partes carecen de la confianza para desarrollar el proceso en el

Estado de residencia y consideran que sea un tribunal de arbitramento en el exterior quien

dirima un conflicto, o la controversia se presenta en lugar diferente al del domicilio de las

partes, o el asunto afecte intereses del comercio internacional.

Entendiendo su desarrollo en un ámbito internacional, es menester analizar el retorno

del derecho al país y como la legislación incorpora el resultado obtenido al sistema legal y

normativo para ejecutar su fallo, es decir; el laudo arbitral, respetando los contenidos y

acuerdos de los tratados internacionales sobre arbitramento y las estipulaciones pactadas por

las partes.

Uno de los aspectos más interesantes de la Ley 1563 de 2012 radica en su intención

por regular todos los aspectos procesales, y todas las aristas y componentes tanto del proceso

arbitral nacional como del proceso arbitral internacional. Por lo tanto, esta norma realiza un

esfuerzo considerable para dotar a aquellos operadores y funcionarios que intervienen en este

proceso, para no solo garantizar el debido proceso, sino que además se asegure una tutela

jurisdiccional efectiva en tratándose de la aplicación correcta del proceso arbitral en

Colombia.

Cada actuación del escenario social y comercial se desarrolla en el marco de una

relación contractual, circunstancia que ha permitido al arbitraje hacer presencia y tomar


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importancia en los escenarios de la resolución de conflictos, bien sea desde los tribunales de

arbitramento nacionales o los internacionales, dependiendo de la naturaleza de la relación

contractual que se ha creado con anterioridad y la dimensión de los intereses pactados. Es por

ello que cada día se hace más frecuente el uso de tribunales de arbitraje a nivel internacional,

en aras de garantizar una imparcialidad superior a los tribunales de corte nacional, y al

legislador no haber limitado esta opción los nacionales pueden decidir emplear dichos

tribunales de arbitraje. (Gaviria, 2012)

Empero, la controversia realmente inicia cuando el laudo proferido por el tribunal de

arbitramento en el exterior debe reconocerse y ejecutarse en otro país y la parte que no resultó

beneficiada con el laudo arbitral, utiliza todos los medios procesales y las instituciones

jurídicas, a fin de negar su validez en el ordenamiento jurídico nacional, por lo que se hace

realmente necesario identificar las condiciones que permiten su reconocimiento y ejecución en

el territorio nacional.

Problema de Investigación

¿Cómo opera en el ordenamiento jurídico el reconocimiento y la ejecución de los

laudos arbitrales proferidos por tribunales internacionales?

Metodología de la Investigación

Mediante el desarrollo del presente proyecto de investigación, el cual se ajusta a los

elementos estructurales de la investigación de tipo cualitativo y documental, toda vez que la


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pretensión principal del grupo investigador es la de realizar la recopilación y análisis; así

como de un estudio integral, de elementos conceptuales, diferenciales, legales, doctrinarios, y

jurisprudenciales relacionados con el objeto del presente proyecto de investigación y su

problema de investigación, como es el de determinar cómo opera en el ordenamiento jurídico

el reconocimiento y ejecución en Colombia de los laudos arbitrales proferidos en procesos

arbitrales de corte internacional.

Dentro de los objetivos específicos planteados en la presente investigación se plantean

los siguientes: 1) Examinar en el ordenamiento jurídico internacional y nacional como está

consagrado el reconocimiento y ejecución de los laudos arbitrales en Colombia, 2) Analizar la

naturaleza del arbitraje y el laudo arbitral y 3) analizar el reconocimiento y ejecución de los

laudos arbitrales proferidos en procesos de Arbitraje Internacional

Esquema de la Resolución del Problema

Para responder al objetivo general y los objetivos específicos, así como el de resolver el

problema planteado en la presente investigación, se plantea el siguiente esquema:

1. El reconocimiento y ejecución de los laudos arbitrales en el ordenamiento jurídico

internacional y nacional en Colombia.

2. El Arbitraje como mecanismo alternativo de solución de conflictos en Colombia.

2.1. El Laudo Arbitral.

3. Reconocimiento y Ejecución de los laudos arbitrales proferidos en procesos de

Arbitraje Internacional

3.1.Reconocimiento de laudos arbitrales.


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3.2.Ejecución de laudos arbitrales.

1. El reconocimiento y ejecución de los laudos arbitrales en el ordenamiento

jurídico internacional y nacional en Colombia

El arbitraje Internacional ha logrado tener un alto consenso a nivel internacional,

logrado por el empleo de la ley Modelo UNCITRAL, la cual se erige como base para la

conformación de los diferentes marcos legales en la comunidad internacional; circunstancia

que ha permitido el dinamismo internacional del arbitraje, al tener un sustento normativo

homogéneo

Se acciona el arbitraje en un contexto internacional cuando se presentan las

siguientes situaciones; primero, cuando las partes que celebran el negocio jurídico se

encuentran domiciliadas en diferentes países, estas firman un acuerdo de arbitraje en búsqueda

de solucionar los conflictos venideros de la ejecución del contrato que realizan, esto en el

entendimiento que al encontrarse gobernados por marcos normativos diferentes es bueno

establecer el lugar del arbitraje y las condiciones del mismo

Segundo, cuando parte de la ejecución o sustento del negocio jurídico se realiza

fuera del país donde se encuentran domiciliadas las partes, entendiéndose que el lugar donde

se desarrolle la controversia será el espacio indicado para la resolución de la misma

Tercero, cuando la controversia alcanza intereses del comercio internacional,

entendiendo con esto que el caso requiere una análisis amplio y concreto del tema, y al ser un

contrato comercial internacional se le debe dar la mayor interpretación posible.


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Una vez definido el accionar del ámbito internacional, debemos tener en cuenta los

requisitos de forma para establecer el arbitraje, tal como la necesidad inicial de la constancia

por escrito del acuerdo de arbitraje donde una parte demuestra la existencia del acuerdo sin

que la otra lo niegue.

Los laudos de arbitraje proferidos en el exterior serán reconocidos en Colombia por

la autoridad judicial competente a solicitud de la parte que se encuentre interesada, en el

entendido que este es el resultado del tribunal de arbitraje en el exterior escogido por las

partes, el cual según la convención de Nueva de York, nace a la vida jurídica nacional por

medio de la ley 39 de 1990, la cual obliga a los estados al reconocimiento de los laudos de

arbitraje proferidos en el extranjeros, determinando su ejecución y cumplimiento, entendiendo

que se dejan planteadas circunstancias donde el estado puede rechazar el reconocimiento de

los laudos extranjeros, cuando el debido proceso del arbitraje se vea vulnerado, o cuando se

vea necesario proteger las normas de orden público de la legislación donde se pretenda el

reconocimiento del laudo arbitral. (Acero, 2013)

El marco normativo del arbitraje en Colombia se desarrolla en base a los criterios

establecidos en la ley Modelo UNCITRAL, la cual ha permitido unificar los criterios para el

no reconocimiento de los laudos extranjeros, partiendo del acuerdo de partes del arbitraje, los

laudos que no hayan nacido de un pre acuerdo de partes, carece de validez, ya que las partes

se obligan de forma voluntaria y no sometida, en el entendimiento que el arbitraje es un

mecanismo alternativo de solución de conflictos, donde la voluntad contractual es la

formadora del vínculo jurídico, pero no por no tratarse de justicia ordinaria carece de garantías

para su desarrollo, toda vez que el debido proceso debe respetarse en el desarrollo de todo el

proceso de arbitraje como medio para el reconocimiento del laudo arbitral.


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Como quiera que la ley 1563 de 2012 reconoce la existencia tanto del arbitraje

nacional como del arbitraje nacional, es necesario responder a una serie de interrogantes e

inquietudes de gran validez en la ciencia del derecho, la cual radica en establecer cómo opera

el reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales en el marco de un proceso arbitral de corte

internacional.

Es importante identificar el cuerpo normativo a nivel nacional e internacional en

relación al reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales.

A nivel internacional se cuenta con el instrumento conocido como la Convención sobre

el Reconocimiento y la Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras del año 1958, el

cual pretende realizar unas consideraciones y fijar un norte para el reconocimiento y la

ejecución de laudos arbitrales en procesos arbitrales internacionales en los estados miembros

de esta convención.

En tal sentido, lo que se quiere lograr es los laudos arbitrales extranjeros puedan ser

reconocidos y ejecutados en la jurisdicción donde se soliciten los mismo y, por tanto, que los

estados miembros adopten las medidas necesarias tendientes a evitar que dichos laudos

arbitrales sean discriminados y por consiguiente no se proceda a su reconocimiento.

Para una mejor ilustración se debe imaginar que, dentro de un proceso arbitral

internacional, es decir; en un país distinto a Colombia, se profiere un laudo arbitral, el cual

tiene la calidad de ser extranjero, y una de las partes pretende lograr el reconocimiento y su

posterior ejecución en Colombia.

En este sentido, lo que busca la Convención es que exista un cuerpo normativo que

permita dicho reconocimiento y ejecución, entendiendo la importancia del arbitraje


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internacional, como un instrumento a nivel mundial de administración de justicia y resolución

de conflictos.

En relación a los objetivos que perseguía la Convención de Nueva York se ha señalado

lo siguiente: “Este tratado multilateral tiene una marcada tendencia de interpretación a favor

del (i) reconocimiento y ejecución de los acuerdos arbitrales y; (ii) el reconocimiento y

ejecución de los laudos extranjeros, siendo un instrumento internacional que abarca estos dos

importantes temas. Adicionalmente, al ser un tratado corto, tiene la virtud de ser de fácil

consulta.” (Organización de los Estados Americanos, 2016, p. 67)

Dentro de esta convención se establecen una serie de requisitos sencillos para solicitar

el reconocimiento y su posterior ejecución, como quiera que lo que se busca es que no existan

obstáculos o impedimentos en dicho reconocimiento. Estos requisitos son: 1) original del

laudo y 2) el original del pacto arbitral y; lógicamente una demanda en la que se solicite el

reconocimiento y la ejecución del laudo arbitral internacional.

En tal sentido, la convención se convierte en una especie de instrumento garantista, ya

no que no establece una ritualidad compleja para que se logre el reconocimiento y la ejecución

de laudos arbitrales extranjeros. Por otro lado, lo que pretende es que los estados miembros

legislen en favor de este reconocimiento.

Con todo esto, se ha considerado a la Convención de Nueva York como un

instrumento de amplia relevancia internacional a la hora de proteger los laudos arbitrales

internacional, y en este sentido se ha señalado: “La Convención de Nueva York constituye sin

duda uno de los instrumentos estelares en materia de derecho internacional. El éxito y

aceptación de este instrumento han permitido que el arbitraje se haya desarrollado con éxito y

haya logrado altos niveles de aceptación por parte de la comunidad internacional como
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mecanismo de solución de controversias mercantiles de carácter internacional. En la

actualidad, la Convención ha sido ratificada por 144 países, de todos los sistemas jurídicos,

económicos y sociales del mundo.” (Londoño Arango, 2010, p. 9)

Entonces, cuando un juez colombiano por seguir un ejemplo es puesto en

conocimiento frente a una demanda de reconocimiento y ejecución de un laudo arbitral

internacional debe realizar el test propuesto antes por la Convención y determinar los

siguientes aspectos: 1) que se trate verdaderamente de un laudo internacional y 2) el lleno o

cumplimiento de los requisitos establecidos en la convención como son la presentación de una

demanda, el original del laudo arbitral y el original del pacto arbitral.

Este es considerado como el primer examen que debe aterrizar un juez de

conocimiento, para luego realizar un segundo test en relación con el ordenamiento jurídico

interno, y la verificación de la existencia o no de causales que permitan o denieguen este

reconocimiento y su posterior ejecución.

En relación al tema precisado antes, se ha señalado lo siguiente respecto a los aspectos

primarios a considerar por un juez frente al reconocimiento de un laudo arbitral internacional

donde se señala: “El primero de ellos surge de la interpretación de la Convención de Nueva

York, la cual, en sus artículos IV y II exige únicamente a la parte interesada en demandar el

exequátur del laudo internacional que aporte la prueba de la existencia del laudo y de la

cláusula compromisoria que dio origen al arbitraje y al laudo. En este sentido, ninguna otra

condición es requerida en este primer estadio del test.” (Correa, 2008, p. 20)

Este es uno de los primeros escenarios contemplados por la convención de Nueva

York, frente al tema del reconocimiento y ejecución de laudos internacionales en el país donde

se solicita dicho reconocimiento y ejecución. No obstante, esta convención también plantea


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unas causales que permiten denegar el reconocimiento y la ejecución de dichos laudos;

causales que fueron tomadas como base para el estatuto de arbitraje de la ley 1563 de 2012.

Una vez abarcado el tema del reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales

internacional a través del derecho internacional como es la Convención de Nueva York, es

necesario abordar esta figura en la ley 1563 de 2012.

Es necesario precisar que la actual norma en vigencia es la ley 1563 de 2012 o estatuto

de arbitraje nacional e internacional, el cual prevé el reconocimiento y ejecución de laudos

arbitrales internacional en Colombia, en el cual se denotan fuertes semejanzas frente a la

Convención de Nueva York, como son los requisitos para su reconocimiento y las causales

que permiten denegar este último.

Dentro de la sección tercera se da inicio al compendio normativo del arbitraje

internacional dentro de la ley 1563 de 2012, el cual en su capítulo noveno prevé el

reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales en relación al arbitraje internacional.

Esta norma, es el componente fundamental para el reconocimiento de laudos arbitrales

en arbitraje internacional y dentro de sus requisitos al igual que la Convención de Nueva York

se establecen que: 1) se realizará mediante solicitud de la parte interesada, 2) deberá aportar el

laudo arbitral en original o copia.

En este sentido, la legislación colombiana opta por seguir el faro garantista pretendido

a través de la Convención de Nueva York y al igual que esta última, no establece una gran

cantidad de requisitos para solicitar el reconocimiento de los laudos.

Por otra parte, también considera la existencia de una serie de causales o motivos que

posibilitan denegar el reconocimiento del laudo arbitral, siguiendo con los lineamientos

establecidos en la Convención de Nueva York, por lo que prácticamente la ley 1563 de 2012
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toma literalmente dichas causales y las incrusta dentro de esta norma y, por ende; se

encuentran dentro del ordenamiento jurídico interno colombiano.

Como se infiere, el estado colombiano a través de su órgano legislativo ha optado por

establecer un cuerpo normativo acorde al articulado y los objetivos de la Convención de

Nueva York a fin de brindar las herramientas que permitan el reconocimiento y la ejecución

de los laudos arbitrales internacionales.

2. El Arbitraje como mecanismo alternativo de solución de conflictos en

Colombia.

Partiendo del concepto de arbitraje como un mecanismo alternativo de solución de

conflictos, en el cual las partes de una controversia o conflicto acuden a un Tribunal de

Arbitramento, con el fin de encontrar una solución; entendiéndose que existe una libre

disposición de las partes en el marco de una relación contractual, la cual se rige bajo los

principios de imparcialidad, celeridad, igualdad, idoneidad, oralidad, contradicción y

publicidad; y de esta forma establecer condiciones justas dentro de un proceso reglado para las

partes, y que se genere un nivel de confianza para las mismas.

Uno de los principales elementos que otorgan génesis a la utilización del arbitraje

como mecanismo alternativo de solución de conflictos, radica en la existencia de un

compromiso o de una clausula compromisoria mediante la cual las partes de un determinado

conflicto, o en aras a buscar una solución a un eventual conflicto deciden voluntariamente

acogerse a la decisión de un tribunal de arbitramiento.


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A pesar de que la legislación en Colombia contempla el reconocimiento de los laudos

de arbitraje proferidos en el extranjero, entendiéndose que estos son equivalentes a una

sentencia judicial y su resultado es la de administrar justicia, así el laudo arbitral haya sido

proferido por un tribunal de arbitramento en el exterior, existe un procedimiento previamente

establecido por la ley para que se produzca dicho reconocimiento y ejecución en este país. Sin

embargo, también existen unas causales que se encuentran taxativamente establecidas en la

ley, las cuales permiten denegar dicho reconocimiento y por ende que estos laudos no puedan

ser ejecutados.

En tratándose del elemento de la cuantía, se observan las de mayor y menor cuantía,

siendo de mayor las pretensiones patrimoniales superiores a 400 S.M.L.M.V y menor a los

inferiores. El legislador define según ley 1563 de 2012 en su artículo 1 el arbitraje de la

siguiente manera “Artículo 1°. Definición, modalidades y principios. El arbitraje es un

mecanismo alternativo de solución de conflictos mediante el cual las partes defieren a árbitros

la solución de una controversia relativa a asuntos de libre disposición o aquellos que la ley

autorice.” (Ley 1563, 2012)

Como se puede apreciar, la ley reconoce en el arbitraje la calidad de mecanismo

alternativo de conflictos, mediante la cual las partes de un determinado conflicto se someten

de forma voluntaria a la decisión de un tribunal de arbitramiento. Empero, esta autonomía no

es absoluta, ya que las partes solo pueden acordar dirimir sus diferencias a través de un

proceso arbitral en asuntos de los cuales las partes puedan disponer libremente o cuando sean

autorizados de forma expresa por la ley.

Los Laudos Arbitrales son el resultado o la decisión a la que llegan los tribunales de

arbitraje tanto en un ámbito nacional como internacional a modo de sentencia, el cual puede
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ser en derecho, en equidad o técnico, siendo requisito que en las ocasiones donde una de las

partes sea una entidad pública por motivos de la celebración de un contrato estatal deben de

proferirse en derecho, por el interés público de la entidad, pero dejando esta circunstancia de

lado, el laudo es el resultado de un proceso ya establecido entre las partes, en el cual se definió

las calidades de los árbitros y procedimiento que se debe realizar, según los parámetros

establecidos por las mismas partes.

Previo a descender sobre la institución jurídica del Arbitraje en Colombia, es menester

traer a colación palabras de la Honorable Corte Constitucional, en donde el cuerpo colegiado

mediante Sentencia C-330 de 2012 expresa: “Las características básicas han sido ampliamente

examinadas en la doctrina constitucional, en los términos que se sintetizan a continuación: (i)

Es un mecanismo alternativo de solución de conflictos, por medio del cual, las partes invisten

a los particulares de la función de administrar justicia. (ii) Se rige por el principio de

voluntariedad o libre habilitación. El artículo 116 de la Constitución Política define el

arbitramento con base en el acuerdo de las partes, que proporciona su punto de partida y la

habilitación para que los árbitros puedan impartir justicia en relación con un

conflicto concreto.” (Sentencia C-330, 2012)

Como se puede apreciar, y tal como se ha hecho mención antes, el proceso arbitral

tiene su génesis a través de un acuerdo de voluntades, mediante el cual las partes de un

determinado negocio o a través de una relación contractual, deciden dirimir sus diferencias y

conflictos a través de un tribunal de arbitramiento, es decir; evitando el aparato jurisdiccional,

y sometiéndose voluntariamente a las decisiones de árbitros, quienes se caracterizan por ser un

tercero neutral e imparcial.


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Siguiendo con el actual hilo de argumentación, se tiene que los árbitros son

particulares que son investidos transitoriamente con las funciones propias de la administración

de justicia, y sus decisiones poseen la fuerza vinculante propias de las sentencias proferidas

por jueces de la república, y por tanto tienen la característica de ser ejecutables.

Sin embargo, y entendiendo que el proceso arbitral tiene su génesis a través del

acuerdo de voluntades entre las partes de un determinado conflicto, también es cierto que el

proceso arbitral tiene como fuente primaria la Constitución y la ley. En este sentido, es

importante señalar las palabras la Honorable Corte Constitucional, en donde el cuerpo

colegiado mediante Sentencia C-330 de 2012 expresa:

“El sustento de la justicia arbitral es el reconocimiento constitucional expreso de la

decisión libre y voluntaria de las partes contratantes de no acudir al sistema estatal de

administración de justicia sino al arbitraje para la decisión de sus disputas, la

habilitación voluntaria de los árbitros es, por lo tanto, un requisito constitucional

imperativo que determina la procedencia de este mecanismo de resolución de

controversias. También ha señalado que la justificación constitucional de esta figura

estriba no sólo en su contribución a la descongestión, eficacia, celeridad y efectividad

del aparato estatal de administración de justicia, sino en que proporciona a los

ciudadanos una opción voluntaria de tomar parte activa en la resolución de sus propios

conflictos, materializando así el régimen democrático y participativo que diseñó el

Constituyente” (Sentencia C-330, 2012)

En este orden de ideas, la carta magna reconoce al proceso arbitral como una

institución de orden constitucional, ya que no solo es concebida como una forma de

administrar justicia, sino que, además; tiene el deber de proteger y garantizar, los derechos
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fundamentales y las libertades de las partes de un determinado proceso. De igual forma, la

carta magna ha expresado que el arbitraje es un mecanismo que coadyuva a la correcta

administración de justicia en materia de descongestión, celeridad, imparcialidad y que

persigue como fin último la tutela jurisdiccional efectiva de los derechos sustanciales objeto

de controversia.

Sin embargo, el hecho de que las partes se sometan de forma voluntaria a un proceso

arbitral para dirimir sus conflictos, no quiere decir, que al mismo no le sean aplicables los

principios, las reglas y los derechos característicos de todo proceso sometido a través de la

administración de justicia tradicional. Por el contrario, el proceso arbitral es considerado como

un proceso que debe respetar los derechos fundamentales de las partes como el debido

proceso, el derecho a la igualdad, a la legalidad, inter alia, los cuales permiten al proceso

arbitral una correcta administración de justicia, en la que se pretende adoptar una decisión de

fondo, es decir; un denominado laudo arbitral, el cual deberá garantizar la tutela judicial

efectiva de los derechos sustanciales del contradictorio.

El argumento antes esgrimido, es reforzado a través de la Sentencia C-330 de 2012 en

donde la Corte Constitucional afirma: “se trata de un proceso, puesto que los particulares, al

administrar justicia como árbitros, deben materializar, dentro de la lógica propia del arbitraje y

atendiendo a sus especificidades, los derechos fundamentales al debido proceso, de defensa y

de acceso a la administración de justicia, respetando el marco trazado por el legislador. Por

ello, el arbitramento se concibe como un proceso que garantiza los derechos de las partes

enfrentadas, mediante un conjunto de etapas y oportunidades para discutir argumentos, valorar

pruebas, controvertir la posición de la otra parte e incluso controlar las decisiones de los

árbitros” (Sentencia C-330, 2012)


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Como puede observarse, el arbitramiento no solo es reconocido como un simple

proceso jurisdiccional, sino que también, conlleva al respeto y garantía de todos los aspectos

procesales propios de cualquier tipo de proceso ventilado ante la administración de justicia

tradicional de Colombia. Por tanto, el arbitraje debe observar tanto el cumplimiento de normas

de orden sustancias como de orden adjetivo o procesal. En este sentido, el arbitraje se erige

como un verdadero proceso jurisdiccional a través del cual se administra justicia, dotado de la

fuerza vinculante que permite su posterior ejecución.

Otro de los puntos álgidos de todo proceso arbitral, radica en la aplicabilidad de

medidas cautelares, dada su calidad de proceso excepcional y alternativo de resolución de

conflictos. Este punto en relación con las medidas cautelares se abordará a continuación.

2.1.El Laudo Arbitral.

El laudo arbitral es considerado como aquella decisión proferida por el tribunal

arbitral, y que permite dar por terminado el conflicto sucinto entre las partes. Por tanto, el

laudo arbitral de cierta forma es un equivalente a una sentencia proferida por un Juez de la

República, dada la calidad de proceso jurisdiccional que ostenta el arbitraje en Colombia.

Los laudos arbitrales sólo son de única instancia ya que no tienen un grado jerárquico

superior, contra ellos sólo proceden el control de legalidad de los mismos, teniendo en cuenta

que el legislador con el propósito de garantizar los principios procesales, determina las

actuaciones que deben desarrollarse en el respeto de las partes y sus derechos, además que al

cesar el arbitraje los árbitros detienen su actuación, acabando ahí su presencia en la

problemática.
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En este sentido, Guzmán (s.f.) afirma que: “La decisión del árbitro o Tribunal Arbitral,

denominada laudo arbitral, es inapelable, definitiva y obligatoria para las partes, tiene el valor

de cosa juzgada y se ejecuta como una sentencia. Ello significa, como veremos más adelante,

que el laudo arbitral resuelve la controversia de manera definitiva, sin que exista mecanismo

alguno de impugnación del fondo de la controversia. La evaluación de los hechos y la

aplicación del derecho por parte de los árbitros no puede ser materia de nueva evaluación, ni

en una segunda instancia arbitral, ni ante el Poder Judicial.” (Guzmán, 2007, p. 106)

Como ya se ha mencionado con anterioridad, el laudo arbitral decide de fondo la

controversia y pone fin al proceso. Adicionalmente, es considerada como una decisión

definitiva, la cual cuenta con los recursos establecidos en la ley, y como quiera que tiene la

fuerza vinculante de una sentencia, puede ser exigido y ejecutado en Colombia, en

concordancia con el trámite establecido en el ordenamiento jurídico interno.

A su vez, la Honorable Corte Constitucional en la multicitada Sentencia C-330 de

2012 establece que: “el arbitramento termina en un laudo arbitral que produce los efectos

propios de las sentencias judiciales”. Entonces, dada su condición equivalente de sentencia

judicial, el laudo arbitral goza de la fuerza necesaria para su reconocimiento y ejecución en

Colombia, en relación con el arbitraje internacional. (Sentencia C-330, 2012)

3. Reconocimiento y Ejecución de los laudos arbitrales proferidos en procesos de

Arbitraje Internacional

Una vez abordado el tema de la naturaleza del proceso arbitral, de las medidas

cautelares, y del laudo arbitral, en el que se ha descendido sobre los efectos de este último,
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como quiera que estos se asemejan a los de una sentencia judicial; es menester abordar el tema

del reconocimiento y ejecución en Colombia de los laudos arbitrales proferidos en sede de

arbitraje internacional.

Continuando con este hilo conductos, es procedente afirmar que la ley 1563 de 2012

en su sección tercera y en tratándose específicamente del arbitraje internacional, establece la

procedencia del reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales internacional.

Por lo tanto, el estatuto de arbitraje colombiano contempla dentro de sus disposiciones

normativas, el reconocimiento de dichos laudos y su posterior ejecución. Sin embargo, dicho

reconocimiento no es absoluto, toda vez que se encuentra limitado por las causales que de

forma taxativa establece el ordenamiento jurídico interno, y consecuentemente su ejecución se

encuentra limitada en relación a dicho reconocimiento.

3.1 Reconocimiento del laudo arbitral.

Como ya se expresó antes, la ley 1563 de 2012 establece la forma, el trámite y los

requisitos para el reconocimiento en Colombia de laudos arbitrales proferidos en sede de

arbitraje internacional.

En este orden de ideas, la ley 1563 de 2012, en su artículo 111 establece el proceso que

se debe seguir para el reconocimiento y ejecución de los laudos proferidos en el exterior de la

siguiente forma: “Artículo 111 Reconocimiento y ejecución. Los laudos arbitrales se

reconocerán y ejecutarán así:

1. Un laudo arbitral, cualquiera que sea el país en que se haya proferido, será ejecutable ante

la autoridad judicial competente, a solicitud de parte interesada.


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2. La parte que invoque un laudo o pida su ejecución deberá presentar el laudo original o

copia de él. Si el laudo no estuviere redactado en idioma español, la autoridad judicial

competente podrá solicitar a la parte que presente una traducción del laudo a este idioma.

2. Los laudos dictados en arbitrajes internacionales cuya sede sea Colombia se considerarán

laudos nacionales y, por ende, no estarán sujetos al procedimiento de reconocimiento y podrán

ser ejecutados directamente sin necesidad de este, salvo cuando se haya renunciado al recurso

de anulación, caso en el cual será necesario su reconocimiento.

3. Para la ejecución de laudos extranjeros, esto es de aquellos proferidos por un tribunal

arbitral cuya sede se encuentre fuera de Colombia, será necesario su reconocimiento previo

por la autoridad judicial competente.” (Ley 1563, 2012)

Para analizar esta figura como es el reconocimiento de laudos arbitrales

internacionales, es necesario desglosar la norma a través de los siguientes aspectos: 1) si bien

la ley 1563 de 2012 prevé el reconocimiento de laudos arbitrales internacionales, lo cierto es

que, existen una serie de causales señaladas en la misma norma que facultad al juez de

conocimiento denegar dicho reconocimiento; 2) que para lograr el reconocimiento de los

laudos arbitral es necesario que este reconocimiento sea solicitado por la parte que pretenda la

materialización de esta figura y 3) la ley establece unos requisitos fundamentales pero

sencillos a la hora de realizar dicha solicitud de reconocimiento.

En síntesis, y como uno de los requisitos que de forma taxativa establece la ley 1563

de 2012, se establece que, para el reconocimiento de laudos arbitrales en Colombia, este

reconocimiento debe ser solicitado por la parte interesada, es decir; por la parte favorecida en

el proceso arbitral. Entonces, resulta plausible inferir que el reconocimiento de laudos


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arbitrales proferidos en sede de arbitraje internacional no es automático, sino que la parte que

desee su reconocimiento debe desplegar su accionar y solicitar dicho reconocimiento.

En todo caso, la norma no contempla un reconocimiento automático, por lo tanto;

aquellos laudos arbitrales proferidos en el exterior no serán reconocidos en Colombia, y

mucho menos ejecutables hasta tanto la parte interesada proceda a solicitar su reconocimiento.

Los laudos arbitrales que Colombia reconocerá son aquellos que se encuentren

contenidos en la ley, los tratados, convenciones, protocolos y actos de derecho internacional

suscritos y ratificados, entendiendo que, para su trámite, la parte interesada deberá presentar la

solicitud ante autoridad judicial competente, quien admitirá y correrá traslado por 10 días a las

otras partes; contando posteriormente con 20 días para decidir una vez vencido el traslado.

El proceso de reconocimiento se tramitará en única instancia y contra este no procede

recurso, esto según los lineamientos del artículo 115 del estatuto de arbitramento

internacional, procediendo a la ejecución del laudo de arbitramento, ya que los laudos son

definitivos, frente a este trámite solo procede el recurso de nulidad. (Ley Modelo de la

CNUDMI, 1985)

Otro de los puntos de amplia relevancia en relación con el reconocimiento y ejecución

de laudos arbitrales internacionales, radica en que para que pueda ser ejecutado, es requisito

sine qua non y de forma previa, se haya logrado el reconocimiento de los mismos, por la

autoridad competente en Colombia.

En otras palabras, la parte interesada no solo debe iniciar y tramitar el reconocimiento

de dicho laudo arbitral, sino que posteriormente debe adelantar su ejecución, una vez se tenga

el reconocimiento de la autoridad competente. En conclusión, para que sea posible la

ejecución de un laudo arbitral, es menester acreditar el requisito de su reconocimiento.


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Sin embargo, este reconocimiento no es absoluto, ya que la misma ley 1563 de 2012

establece las causales o motivos para denegar el reconocimiento de laudos arbitrales

proferidos en sede de arbitraje internacional.

En esta línea, la legislación Colombiana ha previsto unos casos en los que deniega el

reconocimiento del laudo arbitral, partiendo de la petición de la parte accionada al manifestar

que el acuerdo de arbitraje estaba afectado por una incapacidad, que la parte accionado no

pudo defender sus derechos por falta de notificaciones en el actuar procesal del arbitraje, que

el arbitraje trata sobre un tema que no está contemplado en el acuerdo arbitral, que el

procedimiento arbitral no se ajustó al acuerdo arbitral y que el laudo se encuentre anulado o

suspendido.

Seguidamente, y por parte de la autoridad judicial, en los casos que compruebe que la

controversia no era susceptible para ser ventilada en proceso de arbitraje o, que vaya en contra

del orden público internacional colombiano, encontrándose varias condiciones restrictivas de

la acción; lo cual indica que si bien el arbitraje nace de la voluntad de las partes de resolver

una futura controversia sin acudir a la justicia ordinaria en un acuerdo de partes, este debe

superar un control de legalidad que permita identificar que lo actuado se encuentra dentro de

los parámetros jurídicos establecidos.

Dicho de otro modo, si un acuerdo arbitral, un proceso arbitral y un laudo arbitral

proferido en el extranjero, que se halle inmerso dentro de las causales para su denegación, este

no podrá ser reconocido por la autoridad competente del país. Por tanto, si la contra parte

demuestra haberse encontrado en una situación de discapacidad al momento de celebrar el

acuerdo, este podrá ser denegado. A su vez, cuando el tribunal excede su competencia al

proferir un laudo arbitral sobre aspectos que sean acorde al compromiso celebrado entre las
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partes. En este sentido, y en el primero de los casos, puede existir una violación a los derechos

de las partes, al derecho al debido proceso. En los siguientes, se puede asemejar a la falta de

competencia o la extralimitación de las funciones del tribunal de arbitramiento.

De igual forma, si la autoridad competente para conocer la solicitud de

reconocimiento, dentro de su examen de legalidad, observa que el laudo arbitral no puede ser

reconocimiento, ya que el asunto objeto de este laudo no es susceptible de arbitraje o que de

su ejecución posterior se contraríen normas de orden público internacional de Colombia. Por

tanto, estas causales se aprecian como objetivas del ordenamiento jurídico interno colombiano

y deben ser valoradas por la autoridad competente para conocer acerca del reconocimiento de

laudos arbitrales internacionales.

Una de las grandes críticas, que presuponen una dificultad al momento del

reconocimiento de laudos arbitrales proferidos en sede de arbitraje internacional, radica en la

oscuridad de la norma cuando establece como causal para denegar el reconocimiento al orden

público internacional de Colombia.

Por lo tanto, y en relación a este tema, es menester realizar una interpretación

sistemática de todo el ordenamiento jurídico, a fin de determinar el orden público

internacional de Colombia. En este sentido, (Acero, 2013) expresa los siguiente: “Ya se ha

mencionado la dificultad que conlleva definir exactamente qué es el orden público. Sin

embargo, la excepción al reconocimiento de laudos extranjeros por violación al orden público

ha encontrado límites doctrinales y jurisprudenciales” (Acero, 2013, p. 19)

En conclusión, la autoridad competente debe realizar un riguroso examen de legalidad

y de constitucionalidad del laudo arbitral proferido en el exterior, a fin de determinar su

concordancia o contradicción con normas de derecho público internacional de Colombia.


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3.2.Ejecución de Laudos Arbitrales.

Una vez se haya logrado el reconocimiento del laudo arbitral por parte de la autoridad

competente en Colombia, se puede afirmar, que se ha cumplido con el requisito previo

establecido en la normatividad colombiana para que sea procedente la ejecución de dicho

laudo arbitral. De esta forma lo establece el artículo 111 de la ley 1563 de 2012, que establece:

“…Para la ejecución de laudos extranjeros, esto es de aquellos proferidos por un tribunal

arbitral cuya sede se encuentre fuera de Colombia, será necesario su reconocimiento previo

por la autoridad judicial competente.” (Ley 1563, 2012)

La convención de Nueva York se establece como el instrumento para el

reconocimiento y ejecución de los laudos arbitrales que profieren los diferentes estados que la

conforman, siendo la legislación Colombiana un desarrollo normativo basado en los principios

de la convención, de hecho simplificando ciertos requisitos y manteniendo los criterios para el

rechazo de los laudos extranjeros, entendiendo que estos son los únicos que requieren el

proceso de reconocimiento, ya que los laudos nacionales no necesitan realizar dicho proceso,

ya que al encontrarse en el desarrollo de la jurisdicción nacional se entendería como estos se

desarrollan acordes a las normas locales establecidos, no teniendo que realizar un control de

legalidad para su ejecución. ya que por su naturaleza ya la ley los autorizó desde la libre

disposición de asuntos que se puedan resolver por arbitraje, que establece el Código de

Comercio.
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El arbitraje en Colombia no ha logrado desarrollar la libertad de actuación como

mecanismo alternativo para lo solución de conflictos, ya que hay varios temas que han sido

restringidos al desarrollo del proceso de arbitraje, siendo la Corte Constitucional quien ha

fijado varias limitantes, en casos como en la resolución de conflictos laborales cuando ya han

surgido conflictos con el empleador. El magistrado Humberto Sierra Porto en su sentencia C-

.330 de 2012 establece dicha restricción, de igual forma el magistrado Manuel José Cepeda en

su sentencia C-035 de 2008, prohíbe la inclusión de cláusulas compromisorias en contratos de

adhesión en materia laboral, entendiendo la tendencia a excluir el área laboral del mecanismo

del arbitraje.

Una vez el tribunal de arbitramento ha proferido el laudo arbitral, a solicitud de parte

ante autoridad judicial competente se podrá proseguir con su ejecución, presentando su

original o copia.

En el caso de Colombia, cuando el laudo fuera proferido en el extranjero y se

encuentre en un idioma diferente al español se solicitara su traducción y se realizará su

posterior reconocimiento, cuando se trate de un caso de arbitramento internacional pero la

sede fue Colombia se considera como un laudo nacional no siendo necesario el proceso de

reconocimiento para ejecutarse directamente, con la excepción de casos donde se haya

renunciado al recurso de anulación donde sí será necesario el reconocimiento del mismo.


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Conclusiones

A partir de la Convención de nueva York de 1958 se establece un instrumento fundamental

para abordar el tema del reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales internacionales, ya

que la misma busca que los estados parte legislen en favor de dicho reconocimiento y

ejecución, y a partir de este se logre unanimidad y garantía a los procesos arbitrales

internacionales y las decisiones que de estos se profieran.

En relación con el arbitraje internacional, la Ley 1563 de 2012 siguiendo la

normatividad establecida en la Convención de Nueva York, establece la posibilidad del

reconocimiento de laudos arbitrales internacionales a través de una solicitud de parte así el

aporte del laudo arbitral en original o copia.

Pero son varias las circunstancias que se pueden desarrollar al iniciar un proceso de

arbitraje en el cual dos legislaciones jurídicas diferentes se encuentran desarrollando sus

respectivos derechos, encontrando que, a pesar de la naturaleza voluntaria del acuerdo de

partes en la cláusula compromisoria, carece de validez si esta no paso su respectivo control de

legalidad en la legislación donde se pretende hacer cumplir o reconocer.

En relación al reconocimiento de laudos arbitrales internacionales la ley 1563 de 2012

inserta dentro de esta norma las causales de denegación de dichos laudos, consagrados en la

Convención de Nueva York, dentro de la cual se destacan dos grupos: las causales
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demostradas por la parte contra quien se pretende la ejecución del laudo arbitral y las causales

comprobadas por la autoridad judicial de conocimiento en relación al test de legalidad frente

al ordenamiento jurídico interno.

Igualmente cabe destacar que para la correcta ejecución de estos laudos arbitrales

primero debe lograrse el reconocimiento de los mismas, pasando por el análisis de legalidad

mencionado anteriormente en el artículo 112, donde se evidencian dos formas en las cuales se

podrá negar el reconocimiento de un laudo arbitral internacional, bien sea a instancia de la

parte contra la cual se invoca el laudo, en donde deberá probar ciertas causales, o cuando la

ley judicial compruebe que ese asunto no es susceptible de arbitraje o cuando el

reconocimiento o ejecución del mismo sean contrarios a la ley Colombiana.


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análisis crítico a partir del derecho comparado. Bogotá, Colombia: Universidad de los Andes.
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materia de arbitraje internacional. Obtenido de
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Congreso de la Republica. (12 de Julio de 2012) Ley 1563 de 2012. Ley de Arbitraje. D.O.:
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