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Las pasiones y las palabras.

Sobre la teoría política


de Aristóteles
José Pablo Martín [Conicet - Universidad Nacional de General Sarmiento]
[josepablomartinb@gmail.com]

Resumen: Como en la psicología del individuo, en la


pólis se encuentran dos principios contrapuestos, las Las pasiones
pasiones y la ley. En los animales gregarios existe
también el factor político que lleva a trabajar a muchos  

L
por un fin común. Pero en el hombre hay una diferencia
en su actividad política, es decir, la ley que proviene de
as pasiones humanas
la razón y que no se puede expresar sin palabras. Por
ello Aristóteles, a diferencia de Platón, otorga una
son uno de los facto-
función constructiva a los sofistas, como técnicos de la
retórica que es necesaria para establecer la ley en la
res de la corrupción
ciudad. La política es la ciencia superior que articula la
ética y la retórica para que los hombres en la ciudad
política, según un tó-
puedan llegar al fin último, la felicidad. No hay, para pico platónico que
Aristóteles, un fin exterior metapolítico, que pueda
satisfacer separadamente los componentes superiores retoma Aristóteles.
de la psyché humana.
En su análisis de la
Palabras clave: Aristóteles - Platón - política - retórica
evolución política de
Passions and words. On Aristotle’s political theory Atenas en el siglo anterior señala un
Abstract: As on a person’s psychology, there are in the caso paradigmático: los males co-
pólis two opposing principles, passions and law. In gre-
garious animals, there is also a political factor that leads menzaron a causa de la afección ho-
many individuals to work for a common purpose. But in
man there is a difference in his political activity, i.e., the mosexual de Tésalo, hijo de Pisístra-
law that comes from reason and cannot be expressed
without words. For this reason, Aristotle, unlike Plato, to, por el joven Armodio (Constitu-
gives a constructive function to Sophists, as experts on
rhetoric, which is necessary to establish law in the city. ción de los Atenienses 18. 2). Ya Ho-
Politics is a superior science that articulates ethics and
rhetoric in order that men in the city can reach the ulti-
mero había puesto el rapto de una
mate goal, happiness. For Aristotle, there is not an ex-
ternal metapolitical objective, which could separately
mujer como inicio y causa de la gue-
satisfy the upper components of the human psyche.
rra de Troya (Ilíada 2. 161 et passim).
Key words: Aristotle - Plato - politics - rhetoric La atracción sexual, la pasión más
fuerte entre hombres y animales (In-
vestigación sobre los animales 571b),
constituye sin embargo un factor na-
tural, necesario y previo respecto de
la formación de la ciudad. Otras pa-
siones, como la concupiscencia de

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bienes y la agresividad, pertenecen en de las partes del alma: la parte racio-
cambio a la política de modo estruc- nal debe gobernar, las partes impulsi-
tural. El problema subyacente en toda va y apetitiva deben obedecer. Lo
discusión sobre los regímenes políti- contrario significaría la ruina de la
cos radica en la formación de clases ciudad. Esta correlación de partes del
de la pólis con intereses diferentes, en alma y funciones políticas las com-
cuanto poseen grados diferentes de parte Aristóteles con su maestro Pla-
riquezas y otros bienes. La concupis- tón. Pero de este principio común sa-
cencia por aumentar indefinidamente can uno y otro conclusiones opuestas.
los bienes, en los ricos, y por conse- Platón, en Leyes (835c 1-8), saca una
guirlos alguna vez, en los pobres1, es conclusión favorable a la monarquía,
la topografía donde se debe desplegar tomando como supuesto que la ra-
cualquier investigación y cualquier cionalidad del monarca virtuoso ten-
teoría política. En el polo opuesto de drá el poder necesario para poner en
las pasiones se coloca, según Aristóte- orden las pasiones de la plebe. En
les, la ley, que es la que constituye la cambio Aristóteles razona en sentido
ciudad. La ley es definida en varios contrario: los muchos, en la demo-
pasajes como un ordenamiento ra- cracia sometida a la ley, sabrán evitar
cional carente de pasión, o “intelecto que las pasiones de un monarca do-
sin deseo” (ἄνευ ὀρέξεως νοῦς) (Po- minante conduzcan el gobierno hacia
lítica 1287a 32). La ley, que es univer- su corrupción (Política 1286 a 24-35).
sal, cumple en la ciudad la función de La ciudad no puede confiar excesiva-
la racionalidad, del noûs; en cambio mente en la virtud de uno solo, por-
las pasiones, que son de lo singular, que nadie tiene garantizado el auto-
cumplen en la ciudad la función de la control de las pasiones. En este senti-
sensibilidad. Tenemos un reflejo en la do escribe Aristóteles: “Es convenien-
ciudad de la estructura antropológica te depender de otros y verse impedi-
do de hacer lo que a uno le parece, ya
que el poder (ἡ  ἐξουσία) de hacer lo
1 Véase el análisis de los regímenes según las que se quiere no puede reprimir lo
posesiones de bienes en el libro V de Polí-
tica. Cfr. KRAUT y SKULTETY (2005) para
malo que hay en cada hombre” (Polí-
los temas más discutidos como la esclavi- tica 1318b 38-1319a 1)2. El régimen
tud, la libertad, la ley y la democracia en la
Política de Aristóteles. Para un acerca-
miento exhaustivo a la obra completa, cfr. 2 Todas las traducciones de fragmentos son
DÜRING (2005). El libro de OÑATE Y ZU- propias, sobre la base de las versiones de
BÍA (2001) es también un tratado comple- los traductores más difundidos de la obra
xivo de consulta insoslayable para el lector de Aristóteles, cuyos nombres figuran en
contemporáneo de la obra aristotélica. la bibliografía.

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óptimo para Aristóteles no prevé una bre. La enfermedad, en cambio, con-
clase de ciudadanos que mande y otra siste en la anarquía psicológica den-
que obedezca, sino una comunidad tro del individuo humano, cuando el
donde todos mandan y obedecen al- horizonte ilimitado de la razón se au-
ternativamente. De cualquier manera senta de su deber y deja esa ilimitada
queda abierta la pregunta si en prin- apertura al deseo, pasión que en otros
cipio es mejor el gobierno de uno o el animales es limitada por la naturale-
gobierno de una asamblea. za. Dice así Aristóteles: “el deseo de lo
Intentemos reflexionar sobre esta placentero (ἡ τοῦ ἡδέος ὄρεξις) es in-
diferencia: ¿una asamblea popular es saciable y absoluto para el que no usa
menos corrupta que un monarca?, la razón y el ejercicio del apetito (ἡ 
¿una asamblea deliberativa autárqui- τῆς  ἐπιθυμίας  ἐνέργεια) aumenta la
ca es más o menos sabia que un legis- tendencia natural y si los apetitos son
lador ennoblecido por la sabiduría? grandes e intensos desalojan el racio-
Aristóteles no decide quién es más cinio” (Ética Nicomaquea 1119b 8-
corrupto, si una asamblea o un mo- 11). Lo que ocurre en el individuo
narca, porque tal decisión depende de particular, puede ocurrir también en
la facticidad. Sin embargo responde la ciudad. Pero mientras Platón había
sobre cuál de los dos es ‘más corrup- colocado la figura del sabio y del vir-
tible’, en el orden de lo probable, y la tuoso para que tenga la función de
respuesta es clara: más corruptible es razón en la ciudad, Aristóteles coloca
un hombre solo3. Funda esta respues- la ley, no a un hombre. Esta ley, por
ta la afirmación general de que a todo otra parte, puede ser la ley de la natu-
hombre, por naturaleza, corresponde raleza, la ley no escrita o consuetudi-
tener pasiones4. Las pasiones son una naria, puede ser la ley escrita como
dimensión constitutiva de la antropo- decisión autárquica de la ciudad. Pe-
logía, no una enfermedad del hom- ro en todo caso las pasiones, en parti-
cular el deseo –ὄρεξις–, serán siem-
pre parte constitutiva del hombre y
3 “Cada uno tomado individualmente es in- deberán estar presentes en la cons-
ferior al mejor, pero la ciudad se compone
de muchos y como un banquete al que
trucción de la ciudad. El νοῦς en la
contribuyen muchos es mejor que el de ciudad será la ley, pero el modo de ser
uno solo, por eso juzga mejor muchas ve- y de actuar de esta ley tiene diferen-
ces una multitud (ὄχλος) que un individuo cias, y estas diferencias son correlati-
cualquiera” (Política 1286a 28-35).
4 “Aquello en que no está presente en abso-
vas de las diversas formas posibles de
luto lo pasional (τὸ  παθητικόν) es mejor gobierno, formas que serán mejores o
que en lo que es innato (συμφυές)” (Políti- peores en la medida en que articulen
ca 1286a 18).

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con eficacia la justicia y los deseos, la confunde esta tardía clasificación
razón y las pasiones. aristotélica? ¿Cómo podremos salvar
a los politólogos de la ingrata tarea de
Las palabras ponerse a estudiar hormigas? Una
respuesta inicial la encontramos en el

L
as colonias que forman otras es- libro Política, donde dice: “La razón
pecies de animales –una colme- por la cual el hombre es un animal
na digamos– están constituidas político (πολιτικὸν  ὁ  ἄνθρωπος 
en base a los impulsos y apetitos de ζῷον) más que cualquier abeja y que
los miembros, pero el Aristóteles vie- cualquier animal gregario, es eviden-
jo nos sorprende, en sus investiga- te: la naturaleza no hace nada en vano
ciones biológicas, diciendo que algu- (οὐθὲν γάρ μάτην ἡ φύσις ποιεῖ) y el
nos animales son “más políticos” hombre es el único animal dotado de
(πολιτικώτερον) que otros (Investi- palabra” (Política 1253a 7-10). Sin
gación sobre los animales 589a 2). En duda el uso de πολιτικός aplicado a
otro lugar, después de haber distin- los animales no cubre la acepción
guido los animales gregarios de los plena del término cuya raíz y defini-
solitarios, agrega todavía dos distin- ción se refiere a pólis, pero en el con-
ciones más, en estos términos: texto aristotélico debemos reconocer
Políticos, son los animales que actúan que no se trata aquí de una metáfora
en vistas a un fin común, lo que no es sino de una analogía.
el caso siempre con los animales gre- Podemos expandir el tratamiento
garios (τὰ  ἀγελαῖα). Tales (=políti- aristotélico en estos términos: los
cos) son el hombre, la abeja, la avispa, animales que merecen la denomina-
la hormiga, la grulla. Y entre estos, al- ción de políticos son aquellos capaces
gunos tienen jefe, otros no lo tienen.
de organizar una obra en común te-
Entre los que tienen jefe están las gru-
niendo un mismo fin para dicha ac-
llas y la especie de las abejas. Entre los
que no tienen, las hormigas y muchos
ción, en otras palabras, que son capa-
otros (Investigación sobre los animales ces de ejecutar una misma obra con
488a 7-14). división de funciones de trabajo. Al-
gunos de estos animales lo hacen
No basta ser gregario ni es necesa-
guiados por apetito instintivo, otros,
rio tener jefe para pertenecer a la ca-
la hacen por medio de palabras. A es-
tegoría de animales políticos. Según
tos últimos, les llamamos hombres.
estas definiciones, lo que hace falta
En los hombres no se ha perdido el
para serlo es llevar adelante una “ac-
ordenamiento orgánico que abraza a
ción que sea común” (κοινὸν ἔργον)
los animales, que se comportan según
y dirigida a un mismo fin. ¿No nos

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las leyes de la naturaleza, pero, su los textos que he citado anteriormen-
misma naturaleza los ha dotado de te, podríamos agregar a este proyecto
un órgano más complejo que produ- de articulación también los textos
ce un desdoblamiento en el interior biológicos y zoológicos de Aristóteles.
de su psiquis: el deseo y el lenguaje. Pero lo que me interesa ahora anali-
La dimensión política humana se re- zar más de cerca, es la articulación
laciona también y necesariamente necesaria de la Retórica en este pano-
con la capacidad de dictar y escribir rama de lo político, en cuanto hemos
leyes, procedimiento que está basado descubierto que en algún momento
en la técnica de las palabras. Todas de la articulación, lo que especifica la
las ciencias que tratan sobre palabras política humana es la facultad de usar
y construcciones simbólicas pertene- palabras. Dejando de lado por ahora
cen, en algún sentido, al campo de la la consideración de otras partes de la
política. ciencia que tendrían el mismo dere-
Una teoría política en Aristóteles, cho que la retórica para interactuar
entonces, no podrá dejar de articular con la política, como todas las partes
todas las ciencias que tocan la cues- del Órganon y la Poética.
tión política. Esta articulación ha sido
ya muy tratada y discutida en el caso La retórica
de la conjunción de ética y política,
cuestión que ha sido zanjada por el uando Aristóteles escribe su tra-
mismo Aristóteles, quien declara que
la ética es una parte de la ciencia polí-
tica, y que la política es “suprema y di-
C tado sobre Retórica, hace una
observación crítica hacia los tra-
tadistas anteriores, Isócrates y Gorgias
rectiva en grado sumo” (κυριωτάτης  en especial, en el sentido siguiente: los
καὶ  μάλιστα  ἀρχιτεκτονικῆς) de las tratadistas sobre retórica se habían li-
ciencias sobre la praxis (EN 1094 a-b). mitado a la discusión de solo una de
Pero también debe ingresar a esta ar- sus partes, la que tiene por función
ticulación la psicología o teoría de convencer a los jueces en el ejercicio
anima, en cuanto es la que considera de ataque o defensa, es decir la retórica
la constitución de la psiquis en los ‘forense’, pero en esta discusión ha-
animales y en el hombre, con sus je- bían omitido la parte “más política”
rarquizadas funciones y facultades, (πολιτικωτέρας) de la retórica, es de-
entre las que figuran las dos que ge- cir, la deliberativa, que sirve para pro-
neran la lucha del campo político: la
razón y los deseos. O en otros térmi-
nos: las pasiones y las palabras. Por

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ducir las leyes (δημηγορική)5. Los so- dirime como factible o no, obligato-
fistas habían estudiado esta notable rio o no, en sentido universal para la
actividad de la ciudad griega, descu- pólis. La segunda, de los abogados en
briendo que las palabras son un ins- los tribunales, se refiere al pasado, no
trumento excepcional de ataque y de- interesa a los que juzgan sino a terce-
fensa, y habían desarrollado técnicas ros y su asunto toca lo justo y lo in-
que tenían como función, según la justo pero no tiene un sentido univer-
crítica de Aristóteles, mover las pa- sal. La tercera es la epidíctica
siones de los jueces6. La crítica es con- (ἐπιδεικτική –expositiva– y no
sistente en el sentido de que la pala- ἀποδεικτική –demostrativa–, que
bra de los pleiteros no se pone al ser- pertenece a la ἐπιστήμη)8; esta espe-
vicio de toda la ciudad, sino dentro cie expositiva tiende a convencer al
de la ciudad para bien de alguna de público de que algo es bueno o malo,
sus partes. su tiempo es el presente aunque acce-
Cuando Aristóteles enumera el soriamente usa el pasado y el futuro,
total de las partes de la retórica, resul- y, sin cubrirla toda, en ella cabe nues-
tan tres7: la deliberativa de la asam- tro concepto de publicidad. Su lugar
blea, la forense de los tribunales, y la es también la plaza, ἀγορά, no ya
epidíctica o expositiva de la plaza, como lugar de asamblea política sino
que hoy podríamos llamar ‘publicita- como lugar del mercado y de la ora-
ria’. La primera tiende a producir le- toria ciudadana.
yes y disposiciones de la asamblea, se Debe notarse que de estas especies
refiere al futuro, interesa a todos los de retórica dos coinciden completa-
que hablan o escuchan y su asunto se mente con dos de los tres poderes del
sistema político que estudia Aristó-
teles9: el legislativo y el judicial. El
5 Véase en Retórica 1354b 24, el término
compuesto con las raíces δῆμος y ἀγορά,
restante, el poder de gobierno o eje-
vocablo que usa Aristóteles solo en cutivo, que Aristóteles ubica en los
Retórica. ámbitos de la administración del te-
6 “No conviene inducir al juez a la ira o a la soro y en la conducción del ejército,
envidia o a la compasión, pues sería igual a
torcer la propia regla (κανών) de que uno
no pertenece a la retórica porque por
se ha de servir” (Retórica 1354a 24-26). su naturaleza no exige convencer a
7 “De modo que es preciso que existan tres
géneros de discursos retóricos: el delibera-
tivo (συμβουλευτικόν), el judicial 8 Cfr. BERTI (2008: 23-36).
(δικανικόν) y el epidíctico (ἐπιδεικτικόν) 9 Cfr. Aristóteles, Política 1297b -1298 a. La
(Retórica 1358b 7-8). Cfr. GARVER 1994; división de los tres poderes puede verse ya
esp. el cap. V, “Why Reasoning Persuades” antes en Platón, cfr. Hipias Mayor 304a y
(pp. 139-171). República 353d.

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alguien o que alguien sea convencido, por lo general de la parte del que ha-
sino admite la decisión soberana se- bla, por ejemplo para vender aceitu-
gún lo legislado y susceptible de ser nas o para promover una guerra con-
examinado por los jueces. Por otra tra los persas; en el caso de la retórica
parte, una de las formas de la retóri- legislativa, en cambio, el interés o la
ca, la epidíctica o expositiva, no for- pasión de los que pueden convencer y
ma parte de la actividad política, ser convencidos es común y univer-
aunque esté en la pólis, porque no se sal, es el interés del δῆμος.
refiere a la acción común de la pólis. La política es ciencia de lo posible,
No es superflua la siguiente observa- en el sentido de factible. En este con-
ción cuantitativa: las dos terceras par- texto es mejor decir ‘factible’ y no ve-
tes de la retórica coinciden con la teo- rosímil u opinable. Dentro de la ciu-
ría de los tres poderes políticos; y las dad, la ley no es algo opinable, pero la
dos terceras partes de esta teoría ley surge de un proceso de confronta-
coinciden con la retórica. ción de opiniones, y este proceso tie-
La Retórica es ‘política’ por una ne sus pautas. Tiene pautas lingüísti-
razón ‘técnica’. Porque es esencial en cas, pues la forma de la deliberación
la administración del poder de la pólis consiste en una eurística de proposi-
el manejo técnico de las palabras. Y ciones entre las que se elige una que
habiendo tres especies de retórica –la al final vota la mayoría. El juicio lin-
que vende aceitunas en la plaza, la güístico deja su marca hasta en la de-
que convence a los jueces y la que de- nominación de una de las formas del
libera sobre las leyes–, esta última, poder: la judicial. En griego κρίνειν,
que es la superior, coincide plena- como en castellano ‘juzgar’, tiene en-
mente con el más importante de los tre sus múltiples sentidos uno grama-
tres poderes de la ciudad, el legislati- tical, básico, y otro extendido, para
vo. El ejercicio legislativo es el resorte referirse a la sentencia de un tribunal.
superior de la política porque la ley es ¿Por qué esta expansión de acepcio-
el punto de referencia universal y nes? Porque siempre juzgar significa
común de todos los ciudadanos. El definir entre una proposición y su
ejercicio legislativo es al mismo tiem- contradictoria. También sobre la base
po la forma superior de la retórica, lingüística se apoya la dimensión re-
porque si definimos la retórica como tórica, porque con proposiciones se
técnica de la persuasión, en el caso de gana la persuasión de los que ejercen
la retórica jurídica el interés es sola- el poder, es decir, de los que toman
mente de una de las partes; en el caso decisiones referentes a la ciudad. La
de la retórica epidíctica, el interés está retórica es la forma donde se organi-

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za la materia de las pasiones. Y aquí tradas permanentemente por los de-
pasiones no puede tener un sentido seos, expresión de lo pulsional y lo
despectivo, pues la pasión fundamen- apetitivo. Esta es la razón por la que
tal, el deseo, tiene entre sus objetos la la retórica no puede ser considerada
vida feliz en la ciudad. Dice Aristóte- una técnica política por Platón, en su
les: “porque el hacer las cosas bien es polémica con retóricos, como Isócra-
un fin y esto es lo que deseamos. Por tes, o sofistas como Gorgias, porque
eso la elección es o intelecto deseoso tal retórica es un remedo enfermizo
(ὀρεκτικὸς  νοῦς) o deseo inteligente del lógos como discurso débil que no
(ὄρεξις διανοητική) y tal principio es capta lo universal y permanente.
el hombre” (EN 1139b 4-5). El políti- Aristóteles le abre a la retórica la
co, entonces, no tiene que reprimir el puerta que Platón le había cerrado, es
deseo, sino llevarlo a término. La po- decir, abre la puerta para que la retó-
lítica podrá verse, entonces, también rica pueda ser considerada una ‘téc-
como una discriminación polémica nica’, para que sea admitida como
de deseos contrapuestos. Y en esta ta- una disciplina en la educación del
rea de discriminar, la retórica no es ciudadano, y en última instancia, pa-
meramente una parte subordinada de ra que se le reconozca su pertenencia
la ciencia. a las ciencias. La razón de esta admi-
Debemos profundizar un poco sión hace referencia a su funcio-
más sobre la distinción de la ciencia, nalidad específica en el orden polí-
que se ocupa de lo verdadero, respec- tico. Y como tal, la retórica está en la
to de la retórica, que se ocuparía se- lista de las ciencias subordinadas a la
gún Platón, de lo opinable. Verdad y política, junto con la economía y la
opinión pueden aquí jugar un papel estrategia10. Si nos preguntamos qué
de polaridades excluyentes, con la división de las especies de la ciencia
subordinación de la política y de la correspondería a la retórica, debemos
retórica a la ciencia. Esa subordina-
ción está expresada por lo general en 10 Si distribuimos las ciencias subordinadas
el pensamiento de Platón. El filósofo según los tres poderes políticos, la
asamblea y los tribunales tienen la
debe ser rey porque solo la ἐπιστήμη ‘retórica’ como técnica específica, y el
puede llevar las riendas de la opinión, poder ejecutivo tiene como saberes la
como el νοῦς conduce los corceles de ‘economía’ para la administración del
las pasiones. En este caso tendríamos tesoro y la ‘estrategia’ para la conducción
de la guerra. Sin embargo, las cuestiones
un concepto de ‘retórica’ colocado en fundamentales de la guerra, como la
un terreno en el que las palabras, ór- decisión de guerra y paz, pertenecen
gano de lo racional, pueden ser arras- preferentemente a la asamblea, cfr. Política
1298a 4-33.

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conceder que no es una ciencia teóri- nante puede denominarse aristotéli-
ca, tampoco es por sí misma ciencia camente la ‘dialéctica’, y si conside-
práctica, sino es ciencia técnica, vale ramos por otra parte la retórica, fron-
decir, productiva de un resultado ex- teriza en cuanto técnica que sirve a
terior al sujeto productor. Trata de las ciencias prácticas, ambas dispo-
un proceso cuyo resultado no se pue- nen del ‘universal’, τὸ καθόλου. Uni-
de lograr sin conocer reglas. El resul- versal que es indispensable para que
tado prototípico del trabajo retórico, haya arte y para que haya ciencia. Pe-
son las leyes orales y escritas, y tam- ro se trata de universales de distinta
bién, en un nivel más abajo, las sen- naturaleza. Si colocamos la ciencia en
tencias judiciales. Esto nos aclara la el campo de lo inteligible y universal,
relación con la política, y por qué el por una parte, y la política y retórica
adjetivo πολιτική puede atribuirse a en el campo de lo particular y sensi-
la retórica. ¿Qué relación guarda en- ble, por otra, no nos queda más re-
tonces con el otro orden de la ciencia, medio que expulsar a los sofistas de la
la especulativa o teórica, que sin duda ciencia y de la política, como hace
Aristóteles coloca en el lugar más ex- Platón. Pero si consideramos que el
celso? La relación no estriba en una objeto de la ciencia política no es
subordinación completa de la retórica siempre lo meramente opinable, sino
frente a la ciencia y al sabio, como en lo factible, es decir lo que se refiere a
Platón, sino que se encuadra en una la acción humana que se enfrenta a
distinción de campos, porque ambas alternativas posibles, entonces la re-
son ciencias pero con objetos distin- tórica y la política se encuentran en el
tos, y ambas se relacionan con la na- terreno de un universal de naturaleza
turaleza humana, pero de modos dis- diversa del científico, el universal de
tintos. la ley. Este universal no es deductivo,
Está claro que esta discusión debe no hace falta extraerlo de una ciencia
ser encuadrada en la sistemática divi- superior, porque él mismo, en su
sión de las ciencias que propone Aris- proceso de constitución, crea su dig-
tóteles, es decir: las ‘teóricas’ que no nidad epistémica. Es clara la expre-
buscan nada fuera de sí mismas, las sión aristotélica: “el fin de la política
‘prácticas’ que buscan un resultado no es el conocimiento (γνῶσις), sino
que no se distingue del que la tiene, la acción (πρᾶξις)” (1095a 6). Una
las productivas o ‘técnicas’, que bus- ley es un universal elegido. No es
can un resultado que se distingue del producto de la naturaleza, sino de la
que la ejerce. Si consideramos las deliberación, pero este deliberar, está
ciencias teóricas, cuyo método domi- en la naturaleza del hombre. No lo

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descubre el hombre por la dialéctica, ra y jefe. Se relaciona con las tec-
sino lo produce por discusión de al- nologías porque todas las técnicas re-
ternativas, consideración de ventajas ciben sentido en la ciudad y aportan
y desventajas, y finalmente, por vota- sus servicios a las actividades de la
ción entre opciones, procesos en los ciudad, constitución, gobierno, justi-
cuales es invalorable la presencia del cia, conservación, nutrición, educa-
retórico como técnico de lo lingüísti- ción, sanidad, defensa y ocio, y al
camente posible y de lo políticamente mismo tiempo, promueve el sostén y
factible. Aristóteles mantiene la ma- la interrelación de todos ellos. Y por
yor jerarquía del trabajo dialéctico último, se relaciona con las ciencias
frente al retórico, pero no los con- teóricas, porque con ellas comparte
funde. Se mantiene de alguna manera principios dialécticos y lógicos; con-
en el horizonte platónico, pero alcan- tribuye a la consecución de los fines
za importantes novedades: permite intermedios y de los últimos. El co-
que la retórica de los sofistas ingrese nocimiento de la biología, como parte
en el edificio de las ciencias, aunque de la física que a su vez es parte de las
con notables modificaciones de los ciencias teóricas, permite conocer es-
supuestos de la sofística. ¿Dónde está tructuras análogas que se encuentran
la modificación principal? En la afir- en el hombre.
mación de que en el razonamiento Conviene ahora reflexionar sobre
político retórico se encuentra algo la relación que guarda la política con
universal, de lo que pueden sacarse la ciencia que Aristóteles considera
conclusiones para la deliberación. superior entre las ciencias teóricas, es
decir con la filosofía primera o teolo-
La política gía. No es este el lugar para estudiar
la relación del último capítulo, el 10,

L
a política entonces, para Aristó- del libro Lambda de Metafísica, don-
teles, no puede consistir en una de se concluye el tratamiento del
rama independiente del co- primer motor o del Dios que es inte-
nocimiento, circunscripta a ciertos lecto y acto puro. Pero hay un detalle
asuntos propios de la pólis, sino que, en ese libro que podemos poner en
sin negar las distinciones y las jerar- correlación con lo que estamos di-
quías de los objetos propios, la polí- ciendo. Cuando Aristóteles presenta
tica encierra una circularidad que la teoría del ente inmóvil, inmóvil
abraza las ramas principales de las porque es tan perfecto que no tiene
demás ciencias. Abraza todas las espacio para moverse hacia ninguna
ciencias prácticas como su ordenado- dirección, se pregunta ¿cómo puede

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un ente inmóvil ser el primer mo- En este mundo sublunar, para
viente o motor? La respuesta es que la sorpresa de todos, estamos también
perfección divina “mueve al modo de nosotros. Somos un caso atípico de
lo deseable (τὸ ὀρεκτόν) y de lo inte- especie, pues teniendo todos los nive-
ligible (τὸ νοητόν)” (Metafísica 1072a les de funciones y facultades de plan-
26). Este es el motor universal de la tas y animales en el máximo nivel, te-
física celeste, de la física sublunar y de nemos además la puerta abierta al
las inteligencias. Y observamos que mundo del intelecto y de la elección.
en los términos ‘deseable’ e ‘inteligi- Formamos además ciudades, por na-
ble’, ὀρεκτόν y νοητόν, están señaladas turaleza. La pólis no es una opción ni
las dos instancias que componen la una excepción cuando de hombres se
tensión política: la pasión y la razón. trata. Es parte de su naturaleza11. Y
¿Y cómo podemos vislumbrar que esto ocurre porque el fin del indivi-
estos dos carriles del movimiento duo humano y el fin de la ciudad
universal tengan una relación especí- coinciden. El fin de ambos es la feli-
fica con el movimiento de la pólis? La cidad, la felicidad es lo más racional y
idea de Aristóteles sobre el mundo lo más deseado. Leemos en Ética a
entero es que se compone de niveles Nicómaco que todas las cosas las ele-
de entidad cercanos gradualmente a gimos por causas de otras, excepto la
la perfección del primer motor. Los felicidad, puesto que ella misma es su
astros reflejan por siempre y con solo fin. “Pareciera que la vida feliz (ὁ 
el movimiento local en sus esferas, la εὐδαίμων  βίος) lo es conforme a la
máxima perfección posible para la virtud (κατʹ  ἀρετήν)” (EN 1177a 1).
materia. La naturaleza sublunar pro- Y en Retórica:
duce también un sinnúmero de enti-
dades que llamamos específicas y que
reflejan diversos niveles de perfección
orgánica, es decir, los organismos de 11 “El hombre es un animal social (πολιτικὸν 
las especies vegetales y animales man- ζῷον) por naturaleza. Y el insocial (ὁ 

tienen en el ser diversas configura- ἄπολις) por causa de la naturaleza y no


por causa del azar es un bruto, o un ser
ciones de perfección, según patrones superior al hombre” (Política 1253a 3). Es-
inteligibles e inmanentes a cada uno. ta es la frase famosa que se suele traducir
Esos niveles de inteligibilidad perma- como “el hombre es un animal político”,
necen también eternos, pues los indi- versión inexacta, como se explicará más
adelante, ya que ζῷον responde más fiel-
viduos nacen y mueren pero las espe- mente a “ser viviente” y πολιτικόν a
cies permanecen, pensaba Aristóteles. “hombre que vive en la pólis”, en una co-
munidad política, ‘en sociedad’ en defini-
tiva.

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Sea pues la felicidad (εὐδαιμονία) un ción de pólis, como los niños mien-
buen vivir con virtud (εὐπραξία  μετʹ  tras lo son, los esclavos, las tribus
ἀρετῆς), o una suficiencia de vida dispersas, etc.
(αὐτάρκεια ζωῆς), o la vida más agra-
dable con seguridad, o un vigor
(εὐθενία) de cosas y cuerpos, con po-
El hombre
der de guardarlos y disponer de ellos.
Todos están de acuerdo en que una de

A
ristóteles termina de construir
estas cosas o la mayoría son la felicidad
(1360 b 14-18).
una correlación circular entre
los términos que componen su
Esta felicidad no se puede obtener definición del hombre: ζῷον,
fuera de la ciudad, entre otras cosas, λογικόν, πολιτικόν. Exigiéndonos al
porque las virtudes que conducen a extremo, no basta la definición ‘ani-
su fin al hombre feliz son virtudes de mal político’, porque tendríamos qui-
un conciudadano. Y si en la cúspide zás que incluir a las abejas, cosa que
de la acción humana Aristóteles colo- desaparece cuando agregamos
ca la vida teorética o filosófica, no es- λογικόν. Este razonamiento no pue-
tá indicando una fuga de la comuni- de ser anulado con la observación de
dad, sino en todo caso es el señala- que cuando Aristóteles atribuye el
miento de la máxima posibilidad a la predicativo πολιτικόν a los animales
que algunos miembros del cuerpo so- estaba escribiendo biología y usa len-
cial acceden. Pero no significa esto guaje metafórico. Pero esta objeción
que los demás miembros de la comu- desaparece si leemos lo que dice el
nidad no puedan lograr la felicidad, texto mismo, y si tenemos en cuenta
porque en los momentos de ocio feliz que en los tratados políticos, como el
en la ciudad todo hombre inteligente pasaje de Retórica citado anterior-
tiene la posibilidad de participar de la mente, recuerda y resuelve la cues-
contemplación de su naturaleza, de tión. El hombre es político en cuanto
su vida, de la vida de sus familiares, vive en una comunidad lingüístico-
amigos y conciudadanos, de la honra política.
de su ciudad en el tiempo. Queda Tampoco bastaría definir al hom-
como problema, percibido por el bre como ζῷον  πολιτικόν, porque
mismo Aristóteles y no resuelto, có- aunque Aristóteles no se ocupe en
mo pueden cumplir su fin individuos decirlo explícitamente, podría haber
que tienen la estructura humana en el un animal inteligente con lenguaje
nivel biológico, pero que no pertene- por encima de la especie humana,
cen a la categoría de ciudadanos por- como hay en la mitología héroes, se-
que no están articulados en la defini- midioses y dioses que son autárqui-

50 José Pablo Martín / Las pasiones y las palabras…


cos en una vida solitaria, pero un objeto nuevo y especial respecto de
hombre no podría serlo pues no esta- otros objetos descubiertos por la filo-
ría en el sendero que lo lleva al cum- sofía, sino más bien en relacionar en
plimiento del fin de la naturaleza. La una consideración circular y dialécti-
idea se desprende de un texto que no ca el resultado del encuentro de tres
sería superfluo leerlo cada tanto. Dice realidades que pueden estudiarse in-
Aristóteles en el primer libro de Polí- dependientemente: ζῷον, λογικόν,
tica: πολιτικόν. Es decir, la construcción
de ciudades en su alma y en su cuer-
Pero la palabra es para manifestar no
solo lo justo sino también lo injusto po (las leyes y las murallas), la biolo-
(καὶ τὸ δίκαιον καὶ τὸ ἄδικον). Y esto gía en su progreso desde el animal
es lo propio del hombre frente a los aislado hacia el animal gregario y más
demás animales: poseer, él solo, el sen- allá el político, y finalmente la lin-
tido del bien y del mal, de lo justo, de güística en todas sus especies, espe-
lo injusto y demás percepciones; la cialmente la poética y la retórica. Los
participación comunitaria (κοινωνία) planteos de Aristóteles han sido supe-
constituye la casa y la ciudad. Por na-
rados y desactualizados en casi todas
turaleza, pues, la ciudad es anterior a la
sus partes por el decurso hasta nues-
casa y a cada uno de nosotros, porque
el todo es necesariamente anterior a la tros días de las realidades que estudia,
parte. En efecto, destruido el todo ya pero nos puede interesar todavía su
no habrá ni pie ni mano, a no ser con perspectiva epistemológica, especial-
nombre equívoco <…>. Así pues, es mente cuando buscamos con ardor la
evidente que la ciudad es por naturale- multidisciplina, con cierta nostalgia
za, y que es anterior al individuo. Por- de aquella época en que la misma ex-
que si cada uno por separado no se presión ‘multidisciplina’ no tenía sen-
basta a sí mismo, se encontrará de ma-
tido.
nera semejante a las demás partes en
Aristóteles presenta una teoría
relación al todo. Y al que no puede vi-
vir en comunidad (κοινωνεῖν), el que política enraizada en su contexto ate-
no necesita nada por su propia sufi- niense del siglo IV a.C. En ella se ana-
ciencia, no es miembro de la ciudad lizan las grandes realizaciones y los
sino una bestia o un dios (1253a 15- grandes problemas del siglo anterior,
28). el de Solón y Pericles y de las victorias
sobre Persia, en ella palpitan las anti-
La teoría política nomias de la guerra del Peloponeso y
se pueden sentir ya las tendencias

S
egún lo que acabamos de ver, la
complejas que se abren con la época
teoría política de Aristóteles no
alejandrina, cambio de época en la
consiste tanto en estudiar un

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historia de la humanidad. Pertenece a los proyectos, del comercio, en fin,
una cultura que por primera vez pro- los de la casa donde el hombre nace.
nuncia y piensa las palabras claves En segundo lugar, construye las aso-
con que nosotros también hablamos ciaciones mayores, los ejércitos, los
de ‘cuestiones políticas’. sacerdotes de polifacéticas divinida-
Aquella experiencia histórica es- des. En tercer lugar, construye las
tuvo marcada por una contradictoria grandes narraciones que ubican a los
experiencia humana, que, después reinos e imperios en un punto se-
supimos, es una experiencia padecida miótico definido de la historia del
por casi todos los pueblos. Consiste mundo, entre el sol, la tierra y los
en la reflexión teórica y práctica del océanos. En cuarto lugar, la palabra
saber respecto de la comunidad polí- humana da un giro de autonomía y
tica como uno de los ámbitos más autoconciencia inusitado en la ciudad
propios y apreciados por nosotros los griega, donde ella misma se dona en
humanos; pero al mismo tiempo, libertad a cada uno de los que se con-
consiste en la reiteración de cambios sideran ciudadanos y del acuerdo dia-
convulsivos en la sociedad política lógico surgen leyes lingüísticas dadas
que corrompen las estabilidades lo- al hombre por los hombres de la ciu-
gradas o acordadas u obtenidas por dad. En quinto lugar, y en concomi-
las armas. Esta experiencia de que, tancia íntima con el momento ante-
por una parte, el hombre no puede rior, la palabra humana quiere con-
comprenderse a sí mismo sin una re- vertirse en productora de cuerpos de
ferencia definitoria a una comunidad literatura que expliquen y desentra-
a la que pertenece, y de que, por otra ñen la sustancia del mundo y toda
parte, esta referencia es violentamen- realidad posible, provocando además
te problemática porque muestra mu- discusiones interminables en infini-
chas posibilidades y pocas estabilida- dad de idiomas. Uno de los campos
des, es el contexto de la teoría política donde esta última pretensión de la
griega; no parece que las cosas se ha- palabra humana se introduce es el
yan modificado en otros momentos. llamado campo de las ‘cuestiones po-
En este contexto la palabra hu- líticas’12. También los griegos usaron
mana tiene múltiples funciones. En
primer lugar es la que construye ató- 12 Sobre las cuestiones políticas sería un títu-
mica, molecular e histológicamente lo más correcto al libro de Aristóteles Polí-
tica –Πολιτικῶν–, puesto que en griego se
los acontecimientos más elementales trata de un genitivo plural neutro y no es
de la ciudad, como el de la procrea- sustantivo sino adjetivo. Aunque consue-
ción, de la nutrición, de los pactos, de tudinario, es un error referirse a ese libro
como si se tratara de La Política.

52 José Pablo Martín / Las pasiones y las palabras…


otros modos de intervención política opuestas posiciones ante la sofística.
por medio de palabras comunes con Aristóteles considera los niveles de
muchos otros pueblos, como por complejidad biológica, gregaria y lin-
ejemplo la hermenéutica de las pala- güística del hombre como dimensio-
bras dichas por alguna divinidad u nes articuladas de una misma especie
oráculo. Pero, según mis conocimien- natural, llamada hombre. No necesita
tos, en concebir una teoría retórica este hombre desplegar las alas de su
como parte de la política, fueron los máxima dignidad racional recién
primeros. cuando haya salido de la cárcel del
La literatura política tiene la capa- cuerpo. No necesitó este hombre ha-
cidad, teóricamente, de reflejar las ber estado en la morada de los dioses
cuestiones políticas de la ciudad, y para tener ideas de cosas inteligibles
también, prácticamente, de intervenir que un animal nunca puede percibir.
en las mismas. El mismo lenguaje que No necesita un horizonte post mor-
interviene en la producción de los tem para comprender su situación te-
procesos políticos, se convierte en rrestre. El horizonte político, ético y
técnica y ciencia de esa intervención. antropológico que presenta Aristó-
Los primeros que prestaron atención teles es la vida terrestre. Cuando se
a este hecho, a este plus que se le pregunta en qué término temporal
puede dar al manejo de las palabras puede llamarse ‘feliz’ a un hombre, es
por el conocimiento y aplicación del decir, ‘verdadero’ hombre, analiza la
conocimiento atesorados por el análi- posibilidad de que su felicidad se ex-
sis de las reglas de su funcionamien- tienda tras su muerte mediante la fe-
to, fueron los llamados ‘sofistas’. Si el licidad de sus descendientes o en la
lenguaje era un factor de los hechos extensión de su fama, pero Aristóte-
políticos, los sofistas lo convirtieron les descarta esta consideración afir-
en un arma política. Como un agri- mando que ningún cambio de fortu-
cultor con un mejor arado o como un na de los descendientes o de la opi-
guerrero con una mejor espada, así nión de los otros pueda cambiar el
era mejor un abogado o un político sentido de la vida de un hombre ya
después de pagar un curso a un maes- muerto13. Y viendo las cosas desde
tro sofista. Platón, después de Sócra- otra perspectiva, cuando Aristóteles
tes, los enfrenta radicalmente y los analiza la técnica de la deliberación
excluye de cualquier ciudad justa.
La diferencia de espíritu entre las 13 “Sería absurdo si el muerto pudiera cam-
teorías políticas de Platón y Aristóte- biar con sus descendientes y pudiera ser ya
les se ilustra fuertemente en sus feliz (εὐδαίμων), ya desgraciado (ἄθλιος)”
(EN 1100a 27-29).

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sobre las cosas factibles, afirma que desplazamiento de las ideas cuando
no es posible deliberar sobre cosas se desplazan los acontecimientos, en
imposibles. Pone varios ejemplos de un pasaje del final de Política que, sea
cosas imposibles, y una de ellas es la auténtico o interpolado, parece dejar
“inmortalidad”14, tema que había ser- atrás la concepción del poder cir-
vido a su maestro Platón, en el Fedón, cunscripto a la ciudad griega y parece
para resolver el enigma antropológi- abrirse hacia una mentalidad que pa-
co. ra nosotros puede parecer más cono-
Una de las ventajas de la teoría cida, el imperio como depositario del
política de Aristóteles es su ductilidad poder supremo, y el imperialismo
epistémica para incorporar casos y como concepto político. Después de
volver a analizar noticias de constitu- decir que los nórdicos que viven en el
ciones de pueblos y de organización frío son valientes pero no inteligentes
del poder en diversas latitudes. No es y que los asiáticos que viven en el sur
impropio manejar la analogía entre el y el desierto son inteligentes pero son
cuerpo del animal y el cuerpo social y cobardes, agrega:
el cuerpo literario de su legislación (la
En cuanto a la raza helénica, de igual
metáfora del cuerpo en estos tres sen- forma que ocupa un lugar medio, así
tidos se mantiene hasta hoy). Aristó- participa de las características de am-
teles en su época de madurez se dedi- bos grupos, pues es a la vez valiente
có con igual ahínco a coleccionar da- (ἔνθυμον) e inteligente (διανοητικόν).
tos y a analizar estructuras tanto del Por ello vive libre y es la mejor gober-
mundo de la vida animal como del nada y la más capacitada para gober-
mundo de la política, como del mun- nar a todos si alcanzara la unidad polí-
tica (Política 1327b 29-33).
do de la literatura. No son tres intere-
ses, es uno solo. Mucho podemos re- ¿Es Aristóteles o alguno de sus
flexionar para nuestro tiempo en esta editores o copista quien diera el paso
modalidad de relación de la época en de una política de ciudad hacia una
que nacieron las ciencias que cuida- política de la especie humana, gober-
mos en la actualidad. El mismo texto nada por los que más saben gober-
de Aristóteles nos da una muestra del nar?

14 “Puede haber deseo de cosas imposibles,


como por ejemplo, de inmortalidad (οἷον  Ediciones y traducciones
ἀθανασίας)” (EN 1111b 22-23). Sobre las
diferencias entre Platón y Aristóteles sobre BEKKER, I. (ed.) (1831-1870). Aristotelis
la inmortalidad, cfr. GERSON (2006: 55).
Opera. Berolini: Academia Regia Bo-
russica.

54 José Pablo Martín / Las pasiones y las palabras…


GARCÍA VALDÉS, M. (trad.) (1994). Aristó- GARVER, E. (1994). Aristotle's Rhetoric: An
teles. Política. Madrid: Gredos. Art of Character. London: University
PALLÍ BONET, J. (trad.) (1993). Aristóteles. of the Chicago Press.
Ética Nicomaquea. Madrid: Gredos. GERSON, Ll. P. (2005). Aristotle and Other
RACIONERO, Q. (trad.) (1994). Aristóteles. Platonists. Ithaca, New York: Cornell
Retórica. Madrid: Gredos. University Press.
KRAUT, R. y SKULTETY, S. (eds.) (2005).
Bibliografía citada Aristotle’s Politics: Critical Essays.
Lanham, MD: Rowman and Little-
BERTI, E. (2008). Las razones de Aristóte- field.
les. Trad. de H. Gianneschi y M. OÑATE Y ZUBÍA, T. (2001). Para leer la
Monteverdi. Buenos Aires: Oinos. Metafísica de Aristóteles en el siglo
DÜRING, I. (2005). Aristóteles: Exposición XXI: análisis crítico hermenéutico de
e interpretación de su pensamiento. los 14 lógoi de filosofía primera. Ma-
Trad. y edición de Bernabé Navarro. drid: Dykinson.
Instituto de Investigaciones Filosófi-
cas de la UNAM.
Recibido: 18-06-2014
Evaluado: 28-06-2014
Aceptado: 02-07-2014

Circe N° XVIII / 2014 / ISSN 1514-3333 (impresa) / ISSN 1851-1724 (en línea), pp. 39-55 55

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