Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Pero siguiendo adelante con lo anterior, para garantizar aún más ese derecho a
la vida de cada individuo, este debe tener la posibilidad de poder desarrollarse
en la manera en que prefiera (aquí igualmente interviene el desarrollo de los
demás principios aquí presentes), teniendo un campo de elección de oficio lo
más amplio posible.
Así las cosas, esta idea de igualdad ante la ley suele ser contrapuesta con la
igualdad material, en donde se entiende que todos y cada uno de las personas
deben tener absolutamente las mismas cosas, para lo cual se necesita que quien
este en el poder realice una distribución de las riquezas por lo que tarde o
temprano tendrá que quebrantar este principio general para lograr la realización
de este plan.
Es entonces cuando a finales del siglo XVIII en Europa empiezan a surgir ideas de
que ese poder de mando que poseía el monarca en aquel momento debía de ser
limitado y/o contralado de alguna manera. Para ello, se tomó como centro el derecho
a la libertad del individuo, como un derecho fundamental e inherente a su persona,
para que este fuese protegido y garantizado, siendo entonces algo incuestionable
que el más peligroso, y quien más probabilidad tiene de socavar dicha libertad al
individuo, es quien ostente el poder (el estado).
Por ello, se postularon una serie de principios fundamentales (los relatados
anteriormente) los cuales no debían de ser transgredidos por ninguna de las
personas pertenecientes a una sociedad (incluyendo, obviamente, a quienes
estuviesen en el cargo de ejercer el poder), así como los mecanismos de protección
o garantías que debían de estar presentes en casos en donde el estado pudiese
dirigirse en contra de esos valores fundamentales.
Pero a pesar de esto, no basta con que los poderes estén separados y sean
independientes, sino que debe existir un sistema de vigilancia (doctrinalmente
llamado normalmente sistema de controles y contrapesos) en donde cada uno
de los poderes posee mecanismos o herramientas que les permiten controlar la
actuación de otro poder en caso de que este actúe de manera que se pueda
luchar contra el abuso de esa autoridad.
Principio de legalidad. Todos los poderes que conforman al Estado deben estar
completamente sometidos a lo dispuesto en la Constitución y en las leyes
nacidas a partir de esta, es decir, que el poder público solo puede hacer aquello
que se encuentre prevenido en la norma, a diferencia de los individuos comunes
y corrientes, quienes pueden hacer todo lo que les plazca con tal y que no esté
prohibido en dicha norma. De cumplirse de manera efectiva este principio no
solo asegura que el Estado se encuentre sometido a lo dispuesto en la
Constitución y en las leyes, sino que también preserva la seguridad jurídica.
La Constitución, como toda norma jurídica, obliga a todos los individuos a acatar y
respetar todos los preceptos ahí contendidos, pero la diferencia radica en que ella
es la primera, la más importante y fundamental norma de todo un ordenamiento
jurídico (es la lex superior), ya que el mismo nace a partir de ella (es la fuente
primordial de derecho).
Así las cosas, la Constitución nos otorga un sistema de diversos preceptos emanado
o proveniente del pueblo, quien es el titular de la soberanía (poder constituyente),
los cuales van enfocados hacia los diversos poderes creados por dicha Constitución
y a los individuos comunes y corrientes.