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Reg. nro. 1345/2018
///nos Aires, 24 de octubre de 2018.
AUTOS Y VISTOS:
Para resolver sobre los recursos de casación de fs.
168/190 y 191/199.
Y CONSIDERANDO:
Los recursos de casación deducidos se dirigen contra la
decisión del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional n° 11 que
rechazó in limine el pedido de conciliación efectuado por parte de la
defensa de Alejandro Miguel Oliva, en los términos del art. 59, inc. 6°
CP.
Los recurrentes se agravian de aquella decisión en
entendimiento que el instituto previsto en el art. 59, inc. 6°, CP, a su
juicio se encontraría operativo, y que una decisión contraria a sus
pretensiones implicaría la afectación al principio de igualdad, la
imparcialidad del juzgador, el debido proceso y el principio
acusatorio.
La Sala de Turno consideró admisibles los recursos
obrantes a fs. 168/190 y 191/199, asignándoles el trámite previsto en
el art. 465 bis CPPN.
El juez Gustavo A. Bruzzone dijo:
Un nuevo análisis de la admisibilidad de los recursos a
estudio 1, me persuade que, aunque el recurrente no lo invocó de
manera expresa, para sortear la admisibilidad del trámite del recurso
de casación, sólo resultaría posible asimilar este caso al cuestionable
1
facultad que está expresamente prevista en la regla 18.2, párrafo quinto, de las reglas
prácticas para la aplicación del Reglamento de esta Cámara y que, por lo demás,
encuentra apoyo en la opinión de la doctrina confr. causa 45939/2013, “Emetz, Catalino
David”, rta. 03/09/2015, reg. n° 410/2015; causa 65578/2013, “Pereyra, Gustavo
Ezequiel”, rta. 07/09/2015, reg. n° 425/2015; causa 56600/2014, “Fernández, Jorge
Luis”, 18/09/2015, reg. n° 473/2015; causa 9332/2012, “Fernández, Hugo Ariel y otros”,
res. de 22/12/2015, reg. n° 799/2015; causa n° 750030276/2000, “Sanabria, Ramón
Alfredo”, 09/09/2016, reg. n° 697/2016.
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precedente “Padula”2 de la CSJN. A partir de este precedente, y
aunque no existe en él una afirmación expresa que de cuenta de que
toda denegatoria de un pedido de suspensión de proceso a prueba
fuese equiparable a definitiva, se sentó la idea generalizada de que
ello se debía considerar así.
Habitualmente, en apoyo de esa tesitura se invocan,
además, otros precedentes de la CSJN que han ido en una línea
similar, admitiendo el trámite de recursos contra diversas resoluciones
que denegaban la suspensión del proceso a prueba (v.gr., “Acosta”3,
“Norverto”4), o bien un precedente en el cual se deniega el recurso al
MP fiscal frente a la concesión del instituto, lo que trazaría una línea
de diferenciación entre unos y otros casos (cfr., causa “Menna”5 entre
otros).
Por último, se debe señalar que no se me escapa que
esta Cámara ha visto también revocada, por parte de la CSJN, una
sentencia en la que declaró inadmisible (por falta de sentencia
equiparable a definitiva) un recurso de casación contra la revocatoria
de la suspensión del proceso a prueba (cfr., causa “Viera”)6. No
obstante, ese caso también presenta diversas particularidades que
impide derivar, de él, una doctrina que, por extensión, permita
resolver el presente caso a favor de su admisibilidad.
En definitiva, subyace al planteo que respondemos en
esta causa, una idea de que todo caso en el cual se deniega una
solución remisoria, no sólo cuando se deniega la suspensión del
proceso a prueba, corresponde considerar la sentencia en cuestión
como equiparable a definitiva.
Diversas cuestiones impiden que ese derrotero de la
CSJN pueda ser tenido como un aval en ese sentido. En primer
término, los precedentes citados —en particular el citado caso
2
Fallos: 320:2451
3
Fallos: 331: 858
4
CSJ 326-2005 (41-N) Norverto, Jorge Braulio, resuelta el 23 de abril de 2008
5
Fallos: 320:1919
6
Resuelto el 12 de abril de 2016, en el expediente 40974/2010/TO1/1/1RH1
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Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 1
CCC 9963/2015/TO1/CNC1
“Padula” datan de muchos años atrás, cuando la Corte tenía una
integración diferente de la actual. Además de ello, y tras una correcta
lectura del fallo “Padula”, nada permite afirmar que en su texto se
sostenga que la totalidad de los casos de rechazo de suspensión del
proceso a prueba sean equiparables a sentencias definitivas y, por
tanto, habiliten a las defensas a recurrir en casación esa decisión en el
mismo momento de la denegatoria. En tercer término, porque
tampoco es equiparable de manera directa un precedente en el que se
deniega la suspensión del proceso a prueba con aquel en el cual, como
ocurre en esta causa, se sostiene inaplicable una causal de extinción
de la acción penal.
En definitiva, lo expuesto no hace más que ratificar la
tesitura que, en este tipo de supuestos vengo manteniendo, acerca de
la inadmisibilidad del recurso dirigido contra la sentencia que rechaza
la extinción de la acción penal promovida a tenor del aún no operativo
art. 59, inc. 6, CP.
Por lo demás, con relación a la causal de extinción de la
acción incorporada al art. 59 en su inciso 6°, según ley 27.147, he de
dejar a salvo mi criterio de que la operatividad de este instituto se
encuentra supeditada a la entrada en vigencia de la nueva ley procesal
nacional (ley 27.063), cuya puesta en marcha quedó suspendida con
plazo indefinido, a través del decreto n° 257/2015 del Poder Ejecutivo
Nacional. Deseo agregar, en esta oportunidad, que conforme surgiera
de la deliberación, hago propios los argumentos expuestos por el
querido colega Rimondi en su voto, ratificando mi posición en este
sentido. En función de ello, dado que el nuevo Código Procesal Penal
de la Nación no se encuentra vigente, la aplicación de las normas
penales (art. 59, inc. 6, CP) vinculadas a la ley de forma se tornan, de
momento, de imposible aplicación (in re: Sala de Turno, causa n°
19151/2015, rta. 21/12/2015, Reg. ST n° 1150/15, entre otros). A su
vez, en esos precedentes dejé asentada mi opinión de que los fiscales
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necesariamente debían de tener que contar con una instrucción general
que unificara su actuación frente a la reiteración de posturas disímiles
que planteaban los casos que comenzaron a llegar para resolver ante el
tribunal.
A partir de lo expuesto, se evidencia que el recurso bajo
análisis es inadmisible (art. 463 CPPN).
El juez Jorge Luis Rimondi dijo:
Adhiero en lo sustancial con los argumentos brindados
por el colega Bruzzone, en punto a que la resolución cuestionada por
la recurrente no supera la limitación objetiva prevista por el art. 457
del CPPN, lo que torna improcedente el remedio procesal intentado.
Cabe agregar, además, que desde mi intervención como
juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional vengo sosteniendo que el legislador ha incurrido en una
equivocación, académicamente conocida como “error de libros”, al
incorporar materia vinculada con el ejercicio de la acción penal en el
código sustantivo.7
En este sentido, su regulación (y dentro de ella, más
específicamente, la extinción de la acción penal) integra el conjunto
de poderes que las provincias no han delegado en el gobierno federal,
por lo que la expresa previsión en la ley local es indispensable para la
aplicación del instituto de la conciliación.
En efecto, el inciso 6° del artículo 59, en todo caso,
resulta una norma marco incorporada al Código Penal al sólo efecto
de no restar eficacia a los posibles ordenamientos locales frente a los
diferentes criterios existentes en torno a la disponibilidad de la acción
penal por parte del acusador público. Ello se colige de la exposición
efectuada por el senador nacional Urtubey, en cuanto sostuvo que “…
las provincias argentinas hacen sus códigos y empezaron a admitir
que los fiscales podían dejar de lado la acción cuando se producían
situaciones de reparación, conciliación o el caso de principio de
7
CNACC, Sala 1, causa 50.621/11 caratulada “Gluzman”, rta. 21/4/2017.
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CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 1
CCC 9963/2015/TO1/CNC1
oportunidad. ¿Qué hicimos nosotros? Para zanjar esta discusión y
convertirla en una cuestión casi de gabinete dijimos: pongamos en el
Código Penal esta posibilidad de extinción de la acción, para que
quede claramente en el Código Penal sancionado para todo el país,
como código de fondo, que esa posibilidad de disponer de la acción
exista. Por supuesto que en las condiciones que cada ordenamiento
procesal penal de la provincia disponga. Simplemente, ha quedado
conciliada esta diferencia en cuanto a si tenía que estar en el código
de fondo; lo hemos puesto allí” (cfr. versión taquigráfica de la 4°
reunión 3° sesión ordinaria del 27 de mayo de 2015).
La jueza Patricia M. Llerena dijo:
Sellada como ha quedado la cuestión con el voto de mis
colegas referente al alcance que corresponde otorgar al artículo 59,
inciso 6°, del C. Penal, esto es, a la conciliación como forma de
extinción de la acción penal, ello frente a un concreto acuerdo
celebrado entre el imputado y la parte damnificada, cabe señalar que
tal como lo sostuve en otro antecedente de esta Sala 1 8, cabe escuchar
a la presunta víctima y también al fiscal, extremos que no se verifican
en el presente, ya que el rechazo del pedido de conciliación fue in
limine.
Por ello, entiendo que corresponde hacer lugar al recurso
de casación, anular la resolución impugnada, y reenviar el caso al
tribunal de origen para que continúe con el trámite, sin costas (arts.
59, inc. 6° CP, 465, inc. 2°, 530 y 531, a contrario sensu, CPPN).
Por todo lo expuesto esta Sala –por mayoría
RESUELVE:
DECLARAR INADMISIBLE los recursos de casación
deducidos a fs. 168/190 y 191/199 (art. 444, 465 CPPN).
8
CNCCC, Sala 1, causa nro. 64480/2014 caratulada “Martella, Ricardo Miguel s/ rechazo de
conciliación”, rta. el 28/09/2018, reg. nro. 1239/2018.
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Regístrese, notifíquese y comuníquese (acordada 15/13
C.S.J.N. y Lex 100) y remítase al tribunal de procedencia, sirviendo
este proveído de atenta nota de envío.
GUSTAVO A. BRUZZONE
Ante mi
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