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Revista de Ciencias Sociales (Ve)

ISSN: 1315-9518
cclemenz@luz.ve
Universidad del Zulia
Venezuela

Rivas, José Antonio


La politología: Retos y desafíos
Revista de Ciencias Sociales (Ve), vol. VIII, núm. 1, enero -abril, 2002, pp. 48-61
Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28080104

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Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. VIII, No. 1, Enero-Abril 2002, pp. 48-61
FACES - LUZ · ISSN 1315-9518

La politología: Retos y desafíos


Rivas Leone, José Antonio (*)

Resumen
El presente artículo está referido a los retos y desafíos que asume la ciencia política y particu-
larmente el politólogo. Se parte de la idea de que la ciencia política no puede desconocer su diálogo
con el resto de las ciencias sociales y su carácter interdisciplinario. Sin embargo, la moderna ciencia
política día a día asume con mayor rigor científico y crítica su especificidad, y esto se refleja no sólo
en la autonomía que asumen nuestras escuelas y centro de investigación, sino incluso en el quehacer
diario asumido por el politólogo. De manera que apoyados en unos conocimientos y herramientas
bien fundamentadas (autores, grandes obras, diversos enfoques y perspectivas teórico- metodológi-
cas) los politólogos asumimos los desafíos que actualmente se presentan y se desprenden de la
transformación de la política, de sus actores y agencias (concepciones y prácticas) a lo cual se le
agregan los desafíos impuestos por el proceso de globalización y las nuevas relaciones y desigual-
dades, órdenes y actores que surgen a escala mundial, nacional y local.
Palabras clave: Ciencia política, politólogo, globalización, política, América Latina.

Politology: Defiance and Challenges


Abstract
This article refers to the defiance and challenges assumed by political science and
particularly by politology. We begin with the idea that political science cannot reject its dialogue
with the rest of the social sciences or its interdisciplinary nature. However, modern political
science, on a daily basis assumes with ever greater scientific rigor and criticism its specificity, and
this reflects not only the autonomy assumed by our schools and research centers, but also the daily
activity of political scientists. In this way, and based on well defined areas of knowledge and
research toolsb (authors, works, diverse focuses, theoretical perspectives and methodologies)
political scientists assume the challenges they represent and distance themselves from the

Recibido: 01-02-05 . Aceptado: 01-09-27

* Politólogo. Magíster en Ciencia Política. Docente e Investigador del Centro de Investigaciones de Política
Comparada. Postgrado de Ciencia Política. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.
E-mail:joseriv67@hotmail.com

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transformation of politics, actors and agencies (conceptions and practices) to which we also add the
challenges imposed by globalization, new relations, dis-equalities, orders and actors which appear
daily on a local national and world scale.
Key words: Political science, politologist, globalization, politics, Latin America.

Introducción nuestro quehacer politológico, sino que lo


desvirtúan, desde el momento en que asumen
En las presentes notas intentamos plan- entre otras cosas una actitud de genuflexión,
tear una discusión (necesaria por lo demás) renunciando así al espíritu crítico por un lado,
acerca del papel y de los retos que asumen la igualmente “cuando por alcanzar el respeto
ciencia política, y particularmente el politólo- profesional, convierte en fetiches ciertas téc-
go. Creemos de entrada que estas notas están nicas, métodos o formas de conocimiento”
doblemente justificadas. (Marsh y Stoker, 1997: 294).
En primer lugar, por el hecho de que Siendo así, tendríamos en opinión de al-
“los politólogos en Venezuela y en el resto de gunos autores (3), que la tarea y espíritu que
los países latinoamericanos, tenemos el com- ante todo debe guiar la acción del politólogo,
promiso de hacer avanzar la disciplina a fin de no consiste en hablar en nombre del poder polí-
contribuir significativamente con los proce- tico, ni mucho menos a favor de éste con ex-
sos de cambio que se anuncian en cada uno de plícita franqueza, más aún, si no hay méritos
nuestros países para los próximos años”(1). para ello, la demanda objetiva está en asumir
En segundo lugar, diremos que “la ciencia po- una postura de plena libertad y por ende ausen-
lítica actualmente tiene retos y demandas ob- te de compromisos (salvo con nuestra concien-
jetivas, que vienen dadas precisamente por el cia y convicciones) e incluso, si es necesario, el
surgimiento y resurgimiento de una diversi- politólogo debe saber contradecirla, no por ca-
dad de fenómenos y procesos, que por su diná- pricho, sino por convicción y argumentos.
mica misma generan problemas y distorsiones Lo cierto del caso es que la reflexión poli-
e igualmente requieren una propuesta explica- tológica por sí misma es compleja, como lo es el
tiva sensata y viable que debe ser asumida con objeto mismo de estudio (4). De allí entonces,
rigor y crítica por parte nuestra” (2). que las reflexiones y conjeturas que podamos es-
De manera tal que objetivamente con- tablecer en algún momento para su discusión en
tamos con un campo lo suficientemente rico y el plano nacional y regional, relacionadas al rol a
diversificado que requiere como en ningún cumplir por parte de la politología y los politólo-
otro momento de propuestas, tematizaciones gos respectivamente, sus logros y expectativas,
y explicaciones de parte de la politología y de más que conclusiones definitivas, se presentan
los politólogos respectivamente. como propuestas alternativas para el necesario
Reconocemos que las limitaciones debate que nuestra disciplina reclama con cierta
siempre están presentes, sobre todo si asumi- legitimidad, sobre todo en contextos sociales y
mos la cantidad de practicantes e intrusos, que políticos de transición, reordenamiento y cambio
en nombre de la politología no sólo invaden a los que no podemos rehuir ni eludir.

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De manera que si algo no podemos ob- la política, y naturalmente al sinnúmero de


viar en cuanto al papel del politólogo, y su de- efectos que se desprender del poder y de las
sempeño en la docencia, la investigación y las relaciones de dominación.
relaciones transdisciplinarias establecidas Tanto la politología, como los politólo-
con otros saberes y disciplinas, radica en el gos, hace unos cuantos años que logramos
hecho de lograr en estos últimos años, un no- consolidarla como saber y empresa autónoma,
table desarrollo cuantitativo y cualitativo, tan- con un corpus teórico, un método y objeto
to en sus actividades, su institucionalización y bien definido. De manera que la joven polito-
su profesionalización, y respectivamente sus logía y sus profesionales, cuentan con los sufi-
productos. cientes elementos y herramientas para inter-
Apoyándonos en Marcos Kaplan venir en los más diversos escenarios, ámbitos
(1999) (5) haciendo un balance y evaluación y niveles, desde la afinada reflexión teórica,
de la ciencia política, tendríamos que el avan- pasando por el manejo de las principales teo-
ce ha sido desigual, logros, insuficiencias y lí- rías intermedias (teorías de mediano alcance)
mites han estado directamente e indirecta- y el análisis político respectivamente, hasta el
mente condicionados. Sin embargo, debemos abordaje y tratamiento de la coyuntura políti-
igualmente reconocer al interior de nuestro ca, la prospectiva electoral, o el periodismo
gremio, que los desafíos y promesas siguen científico.
estando presentes en nuestro desarrollo y Sin embargo, en un plano de la discu-
quehacer diario. sión asumimos que la ciencia política profe-
sional sigue ocupando un lugar si se quiere
2. El oficio del politólogo marginal en la producción científico–social
latinoamericana. No por ello desconocemos
En un escrito Ramos Jiménez (1991) los pequeños y medianos avances, los logros y
planteaba que si bien es cierto la ciencia políti- espacios ganados e igualmente los desafíos
ca profesional ocupa todavía un lugar margi- establecidos, no sólo a nivel de Venezuela,
nal en la producción científico social latino- sino en el resto de nuestro ámbito latinoameri-
americana, no podemos omitir que asistimos a cano, inundado de fenómenos políticos que
un resurgimiento del interés por los estudios están requiriendo en estos años explicaciones
políticos especializados (6). El resurgimiento y tratamientos de parte de la comunidad cien-
y si se quiere relanzamiento de la politología tífica y profesional, los cuales no pueden ni
es una realidad objetiva que nuestra región ex- deben ser eludidos y omitidos del debate y tra-
perimenta y particularmente la Venezuela tamiento respectivo.
contemporánea. Tendríamos que la ciencia política
Partiendo de esta premisa diremos que como saber y disciplina científica viene cier-
el politólogo es ante todo un profesional, un tamente convirtiéndose en estas últimas déca-
analista de la política que poseyendo una di- das, en el área de conocimiento especializado
versidad de conocimientos, enfoques y pers- imprescindible para conocer e interpretar las
pectivas teóricas como principales herramien- diversas dinámicas políticas que nacional y
tas, se abre paso en al abordaje de los diversos universalmente registramos, dinámicas que
fenómenos y problemáticas que caracterizan a por las características y consecuencias que ge-

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neran, demandan cada vez más, una explica- no puede desconocer su dialogo con el resto
ción sistemática y rigurosa del hecho y fenó- de las ciencias sociales y el carácter interdisci-
meno político. plinario, no es menos cierto, que día a día asu-
Gabriel Almond (1999) en uno de sus me con mayor rigor científico y crítica su es-
más recientes escritos señaló que “la ciencia pecificidad, y esto se refleja no sólo en la auto-
política como disciplina académica tiene un nomía que asumen nuestras escuelas y centros
origen muy reciente a pesar de sus profundas de investigación, sino incluso en el quehacer
raíces históricas. Desde la Antigüedad clásica diario asumido por el docente, investigador,
hasta finales del siglo XIX, la realidad política analista, planeador y decisor político, que gra-
no se constituyó en objeto de estudio de una cias a un corpus teórico sólido, abonado y fe-
disciplina autónoma en sentido estricto; cier- cundo nos permite disponer de un enorme e
tamente la ciencia política ha sido el último ingente caudal de conocimientos, propuestas,
campo susceptible de un conocimiento huma- baterías de hipótesis e información como nun-
no metodológico, riguroso y sistemático” (7). ca antes.
En el mismo orden de ideas parafra- De manera que apoyados en unos co-
seando a Miquel Caminal Badia (1996) ten- nocimientos y herramientas bien fundamenta-
dríamos que la prehistoria y la historia de la das (autores, grandes obras, diversos enfo-
política como ciencia constituyen un largo ca- ques y perspectivas teórico–metodológicas)
mino cuya continuidad de fondo es compati- los politólogos asumimos los desafíos que ac-
ble con las rupturas o giros radicales que han tualmente se presentan y se desprenden de la
sucedido. Más aún, diremos que cuando la po- transformación de la política, de sus actores
lítica deja de ser una actividad exclusiva de y agencias (concepciones y prácticas) a lo cual
unos pocos, cuando se generaliza y se hace se le agregan los desafíos impuestos por el
anónima en decisiones transcendentes como proceso de globalización y las nuevas relacio-
la elección de los gobernantes, surge la nece- nes, órdenes y actores que surgen a escala
sidad de estudiarla y tratarla científicamente, mundial, nacional y local.
partiendo de un objeto y método determinado. Siendo así, no podemos obviar y desco-
Cesar Cansino (1999) con relación a la nocer por lo menos en lo que a la ciencia polí-
evolución de la ciencia política señala que dos tica respecta, que tanto en Europa como en los
aspectos conforman los principales indicado- Estados Unidos (8), el hecho de que la disci-
res del avance de dicha disciplina como lo es: el plina se encuentra en un proceso constante de
nivel de autonomía que detenta la ciencia polí- expansión, superando día a día su estricto
tica con respecto a otras disciplinas asumiendo marco especializado (junto a la sociología y la
su especificidad; y la institucionalización de la economía) ubicándose y perfilándose de
disciplina referido al lugar que alcanza y ocupa acuerdo a Immanuel Wallerstein como la dis-
la ciencia política en la vida académica del país ciplina con mayor futuro y desafíos en el nue-
y contexto respectivamente. vo milenio.
No obstante a estas alturas establecer En opinión de P J Dunleavy (1991) “el
una defensa de esta moderna y noble discipli- avance de la ciencia política es algo indiscuti-
na nos parece que está demás. Sin embargo di- ble, aunque se presenten direcciones inespera-
remos que si bien es cierto la ciencia política das de desarrollo, no parece probable que fre-

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nen el empuje y crecimiento general de la dis- ban existir monopolios de la sabiduría, ni mu-
ciplina hacia una esfera de investigación si- cho menos zonas (parcelas) de conocimientos
multáneamente más unificada y, sin embargo, reservadas a las personas con un determinado
intrínsicamente multiteórica” (9). título universitario. Nuestra disciplina avanza
En el moderno New Handbook of Po- día a día y reconoce igualmente, los aportes
litical Science editado por Robert Goodin y realizados por parte de las diversas discipli-
Hans – Dieter Klingemann (1996) que resume nas, especialistas y latitudes, que han dado su
el estado de la disciplina (The State of Disci- importante contribución para el estableci-
pline) se deja bien claro y delimitado las sub- miento, promoción y desarrollo de la politolo-
disciplinas y áreas del politólogo: gía no sólo a nivel de Europa, sino de nuestro
· Instituciones Políticas; espacio y contexto latinoamericano (10).
· Comportamiento Político; La ciencia política asume día a día su
· Política Comparada; especificidad, cuestión que está íntimamente
· Relaciones Internacionales;
relacionada al desarrollo de una serie de pro-
cesos (la caída del Muro de Berlín, la transi-
· Teoría Política;
ción hacia la democracia en los países de Eu-
· Administración y Políticas Públicas;
ropa del Este, los cambios en la participación
· Economía Política;
política, el replanteamiento del papel del Esta-
· Metodología Política.
do dentro de la dinámica social, la creciente
De manera que de acuerdo a la pro-
interdependencia mundial, etc.) que han gene-
puesta del New Handbook of Political Scien-
rado cambios importantes dentro de las socie-
ce, el politólogo tiene un campo lo suficiente-
dades, estableciendo las bases de una ciencia
mente rico de estudio, que se traduce consi-
política más exigente y más exigida. Esto
guientemente en una formación integral rela-
quiere decir que se está haciendo cada vez ma-
cionada al gobierno, toma de decisiones, la
yor la demanda -y hasta el privilegio- de las
administración publica, y demás áreas que
así llamadas investigaciones “aplicables”. De
constituyen sin lugar a dudas su laboratorio y
allí que se hable de una suerte de “ingeniería
campo natural de trabajo.
política” que evidencia la relación estrecha
En la propuesta de Wallerstein Abrir
que existe entre la ciencia política, la acción
las Ciencias Sociales (trabajo este que resume
política y los propios procesos políticos.
los informes de la Comisión Gulbemkian
En los más recientes planteos respecto
para la reestructuración de las ciencias socia-
a la práctica política y a la política como tal,
les) se deja bien claro la autonomía y prestigio
desde Giovanni Sartori pasando por Gianfran-
que asumen las ciencias sociales y particular-
co Pasquino hasta la propuesta de Alfredo Ra-
mente, la economía, la sociología y la ciencia
mos Jiménez (11), se deja bien claro que una
política como disciplinas y saberes de punta
politología inaplicable sería una contradic-
en la actualidad.
ción puesto que la misma expresión política
Si por un lado, apostamos y defende-
implica ante todo acción práctica concreta, la
mos el papel desarrollado y aportes de cada
moderna politología se presenta en los albores
disciplina, y particularmente por parte de la
del nuevo milenio, ciertamente como una dis-
moderna ciencia política, no creemos igual-
ciplina de intervención, entendiéndola como
mente (de acuerdo con Wallerstein) que de-
ingeniería política, como saber aplicable.

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Siendo así diremos de acuerdo a los so poseyendo el título de politólogo, lejos de


más recientes planteos (12) que hoy en día asumir una postura profesional, terminan pa-
contamos con una politología lo suficiente- sando por meros practicantes y aficionados,
mente desarrollada y rica que, en los últimos que en nombre de la ciencia política, aparte de
años, ha venido retomando el análisis riguroso no asumir una distinción metodológica y epis-
y sistemático de las instituciones políticas temológica del objeto y disciplina (al no dife-
como elementos autónomos (neoinstituciona- renciar la plaza pública y café del aula y audi-
lismo). Hoy el debate teórico-metodológico torio y sentido común del rigor científico), ter-
de la ciencia política en América Latina está minan desvirtuando todo principio con sus
inserto dentro del debate desarrollado en Eu- actuaciones grises y algunas veces genufle-
ropa a partir de la postguerra, particularmente xas, actuaciones estas que quedarán como
sobre la comprensión y explicación del proce- doctrina y legado de lo que nunca se debe ha-
so de construcción e institucionalización del cer.
orden político democrático, orden instaurado Algo que debemos interiorizar de
en América Latina hacia los 80 y que parece acuerdo a las últimas reflexiones del politólo-
ser el más viable para nuestras sociedades. go italiano Gianfranco Pasquino (1997ª) es
Este debate comprende el estudio de variables que la expansión y transformación que hoy
tan importantes como los cambios en la cultu- observamos en la política, demanda y requiere
ra política de los latinoamericanos, los parti- necesariamente una expansión por igual de la
dos y sistemas de partidos, el proceso de pro- ciencia política y por tanto del estudio siste-
fesionalización de la política o la vinculación mático y empírico de los fenómenos políticos.
entre los modos de financiamiento y la organi- En la actual y constante interacción que
zación partidista. caracteriza a la moderna ciencia política, entre
Asimismo, observar y explicar el pro- la redefinición de sus objetos y revisión de sus
ceso de construcción, avances y retrocesos de métodos en contacto directo con las innova-
la democracia en América Latina, particular- ciones en los distintos campos y sectores de
mente en Venezuela, con la instauración de nuestra disciplina, creemos que el análisis po-
nuevas agencias y modos caracterizados por lítico contemporáneo tiende cada día a rein-
una excesiva personalización de la política en corporar en su interior, las contribuciones no
detrimento de las instituciones, constituye en sólo de los autores clásicos y neoclásicos, sino
una época de grandes incertidumbres e inte- las aportaciones de mayor punta por parte de
rrogantes, un tremendo desafío y reto de parte los estudiosos de hoy.
de nuestra ciencia política latinoamericana. Siendo así y de acuerdo con el prolífico
De manera que desconocer a estas altu- Gianfranco Pasquino(1997a: 32-33) diremos
ras la autonomía y status que gozan nuestros que actualmente no somos “mejores” como
estudios de ciencia política, y el trabajo lleva- politólogos que algunos grandes pensadores
do a cabo por los politólogos o cientistas polí- del pasado. Pero hemos adquirido mayor con-
ticos, constituye un acto de injusticia y estre- ciencia de los problemas. En fin debemos ser
chez mental y académica. Reconocemos que más sistemáticos, menos normativos, más
en nuestro gremio y quehacer (como en todo) atentos en la construcción de hipótesis y en la
encontramos algunos profesionales que inclu- formulación de generalizaciones, estos cons-

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tituyen sin lugar a equívocos algunos de los proyección lleva en germen la acción y se nu-
principales retos y desafíos que la ciencia po- tre de una sólida reflexión (Ramos, 1997: 20).
lítica y los politólogos nos debemos plantear. Del politólogo no puede esperarse se de ni el
La madurez y expansión de la ciencia activismo del militante ni la contemplación
política y la de los politólogos no es una cues- del pensador. Si algo debe destacar en su
tión de fetiches o de mera autocomplacencia quehacer diario es un auténtico compromiso
social y académica. La politología moderna de búsqueda de la verdad y de hacer avanzar
persigue ofrecer y dar cuenta de un extenso nuestra disciplina.
campo de análisis y debates, con el único ob- El quehacer politológico oscila de
jetivo y aspiración de avanzar hacia un mejor acuerdo a Ramos Jiménez en su Invitación a la
y mayor conocimiento y tratamiento de la po- politología en tres principales tareas:
lítica, el poder y la toma de decisiones, la evo- · Como profesor, el politólogo no
lución y la transformación del Estado y de la puede limitarse a la repetición infatigable de
democracia, y por supuesto de las relaciones las formulas ´consagradas´ en los manuales
de dominación en su conjunto. Este conforma universitarios (...) el profesor de politología
el status que la ciencia política tiene y asume antes de convencer – tarea del ideólogo – debe
como disciplina científica en el momento ac- buscar la demostración de sus proposiciones
tual. lo cual debe estar libre de ataduras de los com-
Hoy en día somos partidarios de impul- promisos ideológicos (...) además, la enseñan-
sar y revalorizar lo que hace algunos años se za de la ciencia política tiene como presupues-
intentó en parte, como fue la promoción y tos básicos la discusión, el debate y natural-
construcción de una auténtica “ciencia políti- mente la crítica y la reflexión creadora (Ra-
ca latinoamericana” (13) encaminada no mos, 1997: 20).
sólo a una ruptura con los modelos y cercos De manera que si alguna característica
impuestos, sino a producir y dar cuenta de asume el politólogo en su dimensión y ver-
unas realidades que exigen y requieren expli- tiente de docente es la plena libertad y autono-
caciones propias. mía, si partimos del carácter crítico de la disci-
El politólogo tiene mucho por aportar plina y el hecho que toda docencia y la ense-
en cada unos de nuestros respectivos contex- ñanza de la política no será la excepción, no
tos sociales y políticos, situándose en el espa- admiten autoritarismos de ninguna clase y
cio que comunica al hombre de acción con el mucho menos la aceptación de dogmas y apo-
hombre de reflexión, su lugar no es otro que el logías.
de la práctica vinculante entre estas dos posi- · Como investigador, asume otra di-
ciones: una distancia suficiente – nunca sepa- mensión profesional, será aquella faceta y
ración – con el hombre de acción y luego, una ocupación en la que el politólogo se presenta
capacidad para traducir la reflexión en actos como un verdadero “artesano intelectual”. La
de proyección política (14). investigación demanda no sólo dedicación y
Más aún diremos que el politólogo es tiempo, sino la pasión por la verdad (15). Si
ante todo un hombre de proyección. Su queha- bien algo está claro es que el de la disciplina,
cer no se reduce a la acción militante ni a la re- en sus diversas vertientes, sea docencia o in-
flexión por encima del mundo que lo rodea, su vestigación, no puede prescindir de la crítica y

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de la autonomía, por lo cual pudiéramos ha- nocimientos y destrezas que las que maneja
blar parafraseando a Bourdieu que tendríamos normalmente el burócrata y dirigente impro-
bajos estos presupuestos “una ciencia libera- visado.
dora” y revolucionaria, sumiéndola antes que Dentro del análisis político, un área a la
nada como ruptura. que el politólogo no puede descuidar y renun-
Asimismo reconocemos que el politó- ciar lo constituye sin lugar a dudas el periodis-
logo-investigador está convencido y cons- mo político, como un ámbito y espacio de de-
ciente que los resultados de su búsqueda es- liberación, descripción, proyección de las
tán llamados a cumplir una función bien de- ideas, problemas, coyunturas y por supuesto
terminada en el progreso de los conocimien- “la creación de un ambiente propicio para el
tos. Más aún, el investigador está seguro de desarrollo de nuestra conciencia social” (Ra-
que su acción y labor forma parte de una em- mos, 1997: 26).
presa de búsqueda mucho mayor y ambiciosa
que en lo más mínimo se agotará con él. De 3. Los desafíos de la ciencia
acuerdo a los planteamientos de Ramos Ji- política
ménez (1997) lo que define el quehacer del
investigador en ciencia política es el cultivo Difícilmente se puede desconocer que
del espíritu crítico. la ciencia política latinoamericana asume en
· Como Analista de la política, el poli- los finales del siglo y milenio – donde obser-
tólogo tiene la mayor responsabilidad ante la vamos una serie de distorsiones y transforma-
comunidad. Esta es sin duda [según Ramos Ji- ciones en nuestros sistemas políticos y de la
ménez] la tarea a la que están llamados la ma- propia forma y manera de pensar y aprender la
yoría de los egresados de nuestros centros de política – una serie de desafíos objetivos que
estudios especializados. requieren por su magnitud, del trabajo labo-
Asimismo, dentro de la Administra- rioso y explicación de parte de los politólogos.
ción Pública, el cientista político tiene un Tendríamos así en opinión de Gerry Stoker
campo importante de trabajo. Sobre todo si que “la moderna ciencia política exige una
aceptamos por un lado la cantidad de conoci- coherencia lógica, lo cual implica definicio-
mientos y destrezas que éste maneja, y la ne- nes claras y precisas, tanto de los conceptos
cesidad de contar con verdaderos técnicos en principales como de sus correctas derivacio-
el desempeño público y gubernamental que nes, por ello los argumentos y propuestas de-
cada día no sólo demanda más conocimiento ben construirse evitando la incoherencia y la
sino que se complejiza por los propias dinámi- imprecisión” (Stoker, 1997: 15-16).
cas que asume la evolución de la política y del Los procesos de crisis y reordenamien-
propio Estado. to, cultural, social, institucional y político, im-
El politólogo puede con propiedad y pulsan y generan una expansión objetiva de la
destreza, explotar el campo de la administra- disciplina politológica. La ciencia política tie-
ción y particularmente áreas como la planifi- ne un papel fundamental en el abordaje teóri-
cación, gestión, planeación y ejecución de co- práctico y en la explicación social y políti-
proyectos y planes de distinta índole, que al ca. Eric Voegelin (1968) hace algunas déca-
igual que otras cuestiones exige mayores co- das señalaba el hecho de que “la reducción y

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degradación de la ciencia política a mera des- nocimiento que distingue escrupulosa-


cripción de las instituciones vigentes y a la mente entre los valores y los hechos, entre
apología de sus principios ha sido típica de las la teoría y la práctica, entre los medios y
situaciones estables, mientras que su expan- los fines.
sión hacia su plena grandeza como ciencia de La ciencia política actual no puede ol-
la existencia humana, del poder, así como de vidar algunas de las enseñanzas fundamenta-
los principios del orden en general, ha sido tí- les del pensamiento político clásico, en espe-
pica de las grandes épocas de carácter revolu- cial para analizar la génesis y evolución de las
cionario y crítico” (Voegelin, 1968: 10-11). estructuras, para comprender sintéticamente
La ciencia política latinoamericana de el todo social y, sobre todo, para examinar crí-
acuerdo a los planteos realizados hace algu- ticamente las bases económicas y sociales de
nos años por algunos politólogos latinoameri- nuestros sistemas políticos. Ciertamente, sin
canos (16) comprometidos con una visión de estos conceptos y criterios generales no pue-
autonomía y desarrollo de la disciplina, han den abordarse fructíferamente y con un senti-
señalado la necesidad por parte de la ciencia do adecuado las investigaciones concretas
política y de los politólogos de: que postula la ciencia política del fin del si-
1. Entender que la situación de nuestros paí- glo. Igualmente la moderna politología no
ses ha obligado al pensamiento latino- puede jamás agotar su explicación en el empi-
americano a buscar soluciones y alternati- rismo conductista, por el contrario, desde el
vas, más que ofrecer descripciones de anuncio de la revolución y revuelta postbeha-
comportamientos y cuantificaciones, de vioralista, los politólogos vienen adoptando
manera de producir propuestas, explica- unos enfoques progresivamente más diversi-
ciones y alternativas surgidas al calor de ficados y definiendo ámbitos de investigación
nuestra realidades y respectivos contex- (a veces, meras parcelas) cada vez más espe-
tos sociopolíticos; cializados (17).
2. Ir más allá de las grandes teorías, de las En este sentido los latinoamericanos
generalizaciones excesivas y acientíficas, somos afortunados, tanto por poseer como
buscando explicaciones más precisas, sis- nunca antes en la historia contextos políticos,
temáticas y rigurosas de nuestros proce- sociales y económicos de transformación y re-
sos y realidades; ordenamiento, como por la presencia de agu-
3. Nuestra disciplina se plantea con cierta das crisis. De manera que contamos con un
urgencia producir más y mejor, asimilar excelente y abundante laboratorio que deman-
en América Latina las técnicas modernas da, investigación, reflexión, explicación y tra-
de investigación, multiplicar los estudios tamientos sin complejos de ninguna especie.
concretos y procurar hasta donde sea po- La ciencia política reclama legítimamente
sible su control experimental;
ocupar un lugar como disciplina académica
4. La moderna ciencia política deja a un lado
que apegada a un objeto y metodología, persi-
los juicios de normativos y críticos por
gue describir, analizar y explicar de manera
considerarlos que están fuera de lugar, ser
sistemática las relaciones de dominación y los
precientíficas y antifuncionales. Además,
diversos fenómenos que se desprenden de és-
lo que importa no es pensar en alternati-
tas, lo cual requiere un estudio y tratamiento
vas históricas, sino en términos de un co-

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no sólo objetivo sino en la medida de lo posi- Esta constituye la gran paradoja latino-
ble crítico, sin ataduras ni limitantes (18). americana y venezolana, en el sentido que si
La ciencia política latinoamericana ha bien es cierto los problemas que asume el Es-
sido fructífera y no puede por ningún concepto tado y la democracia, demandan por su com-
agotarse en la repeticiones y elogios de las fór- plejidad, cada vez más de la labor y de trabajo
mulas y autores clásicos y consagrados, ellos comprometido y productivo del politólogo,
son un referente obligatorio, pero nuestro ello no se corresponde en la práctica con el
quehacer y demandas objetivas, exigen más. avance de nuestro gremio, en las diversas po-
Estamos de acuerdo con Gonzalo Barrios Fe- siciones de dirección, organización y demás.
rrer cuando dicho autor al referirse a la ciencia Fernando Vallespín (1994) nos señaló
política y a la actividad de politólogo, señala hace algunos años en relación al perfil y cam-
que “el estudio de la política se presenta como po profesional del politólogo, y particular-
un trabajo intelectual de amalgama, que exige mente frente al llamado intrusismo que “más
del politólogo la posesión o dominio de diver- que ninguna otra ciencia, la nuestra tiene que
sas cuerpos de conocimiento que hagan posible vérselas con un objeto esquivo, indelinible,
su comprensión integral” (Barrios, 1997: 180). polisémico y, a la postre inabarcable. Con el
Los procesos de cierto agotamiento y agravante de que no sólo, constituye el centro
declives de nuestras agencias y organizacio- de atención intelectual de quienes nos dedica-
nes políticas, los propios cambios que asume mos a ella “de profesión”, sino que es el ámbi-
la política en esta parte del mundo, la crecien- to en el que, con plena legitimidad, cualquier
te personalización del poder en detrimento de ciudadano puede sentirse cualificado para in-
la institucionalidad democrática, aunado a tervenir” (Vallespin, 1994: 28-36).
otros fenómenos, conforman el principal indi- Cabe advertir que a pesar del intrusis-
cador y denunciante de producir nuevas tema- mo del que somos parte los politólogos, cada
tizaciones, elaboraciones, hipótesis, modelos día más nos abrimos campo y espacio, sobre
y planteos que nos permitan asumir los desa- todo por la demanda objetiva de explicacio-
fíos, y presentarnos al mismo tiempo como nes, análisis y asesoramientos especializados
una de las disciplinas de mayor punta, creci- que den cuente de la complicada realidad que
miento y vanguardia del nuevo milenio como define al funcionamiento del Estado, y la evo-
señalará oportunamente Wallestein. lución y “transformación de la política”(20)
Sin embargo y paradójicamente, tene- en el continente americano.
mos que reconocer de acuerdo con Marcos Nuestras realidades, lo hemos dicho y
Kaplan que los politólogos no llegan a ser y repetido, requieren de una nueva y elaborada
conformar un núcleo relativamente articula- tematización y conceptualización, tanto en
do, constituido en grandes cuerpos o reunidos sus fundamentos como en los métodos de
en instituciones protectoras e influyentes. diagnosis, reclamando un nuevo y reelabora-
Tampoco logran constituirse en grupo de inte- do aparato teórico-conceptual, acompañado
rés o de presión, y menos aún de poder. Dire- naturalmente de una vigilancia epistemológi-
mos que para muchos (lamentablemente) la ca que nos permita la ruptura y distinción en-
imagen y praxis de los politólogos tiende a tre la opinión y sentido común y el discurso
proyectarse como esotérica e irrelevante (19). científico”(21).

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La politología: Retos y desafíos
Rivas Leone, José Antonio ______________________________________________________

No olvidemos que la ciencia política, vas del desarrollo de la sociedad, no abando-


como cualquier otra disciplina del conoci- nando entonces al azar a la intuición de los
miento, no puede basarse únicamente en la operadores políticos.
observación, ... la teoría nos permite colocar De manera que a partir del horizonte
en un primer plano ciertos aspectos del mundo cultural de una determinada tradición de in-
y nos orienta sobre qué investigar, asimismo vestigación encaramos nuestra fusión de hori-
la teoría funciona como un útil sistema de cla- zontes, no sólo con las grandes obras clásicas
sificación y un marco en que situar la observa- que encaminan nuestra producción teórica,
ción de la realidad y finalmente nos posibilita sino con la realidad que observamos día a día
el desarrollo y construcción de modelos (22). (Pinto, 1996: 108-109).
Una cuestión que poseemos los politó- La ciencia política ha pasado a perci-
logos es el contar con una variedad de enfo- birse como una disciplina que poco a poco ha
ques y perspectivas teóricas a la hora de abor- sabido madurar y avanzar desde el punto de
dar un determinado fenómeno o problemática. vista científico y reflexivo como un largo pro-
De allí la posibilidad de examinar los aconte- ceso de debate, discusión e interpretación de
cimientos y procesos desde diferentes ópticas autores, conocimientos, propuestas y una di-
y enfoques conceptuales (23). Nunca hemos versidad de perspectivas y tradiciones de in-
desconocido que “si bien la ciencia política es vestigación, que lejos de debilitarla han servi-
tributaria de contribuciones de éstas y otras do de medio idóneo de discusión y avance de
disciplinas o campos del conocimiento, que un verdadero espíritu y tradición científica de
también se ocupan del análisis político. Hoy la política.
ya no se discute la existencia de una disciplina Dentro de los principales retos que la
científica, cuyo objeto de estudio específico ciencia política latinoamericana se plantea,
está constituido por las relaciones de poder está, el hecho de que “la investigación y la teo-
dentro de la sociedad” (Ramírez, 1998). ría se desplacen más allá de la descripción de
Si algo quedó claro hace algunos años a los fenómenos políticos y se sitúen más en la
nivel de la comunidad científica y en el propio focalización de modelos predictivos acerca
debate actual alrededor de la “ciencia políti- del desarrollo del mundo real” (Alcántara,
ca” viene dado de acuerdo a Gianfranco Pas- 1993). Las cuestiones políticas señala acerta-
quino por el hecho de que “la ciencia política damente Gonzalo Barrios Ferrer (1997: 180)
es el producto de un conjunto de contribucio- son susceptibles de formularse desde distintas
nes, reflexiones y análisis de los fenómenos propuestas conceptuales y metodológicas, lo
políticos madurados cabalmente, en el curso importante en todo caso será diferenciar con
de la experiencia política occidental” (Pasqui- rigor lo político y hacerlo inteligible en su re-
no, 1997a: 12-13). lación con el resto.
En el mismo orden de ideas y parafra-
seando a Norberto Bobbio (24) diremos que el 4. Consideraciones finales
desarrollo real de la ciencia política es guiado,
más o menos conscientemente, por el ideal de Los desafíos que asume la politología
una política científica, esto es una acción polí- latinoamericana y especialmente venezolana
tica fundada sobre el conocimiento todo lo son desbordantes. El compromiso de nuestra
más rigurosamente posible de las leyes objeti- disciplina y la de los politólogos, debe partir

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de una postura y propuesta crítica, y no con- a nuestras realidades sociales y políticas, den
fundir el quehacer politológico y las propues- cuenta de las mismas, particularmente fenó-
tas a desarrollar con un recetario gastronómi- menos como la globalización, la crisis institu-
co, estamos ganados al avance, la discusión e cional de la democracia y del Estado, los pro-
innovación de propuestas, autores y temas que blemas de gobernabilidad democrática, pa-
nos permitan avanzar en un primer lugar, y en sando por el resurgimiento de liderazgos alta-
segundo lugar, nos permitan intentar explicar mente personalizados (neopopulismo) hasta
y en la medida de lo posible dar cuenta de el desencanto generalizado hacia los partidos
nuestras diversas realidades y procesos políti- y la política tradicional, acompañado del des-
cos, algunos ciertamente complejos que van plazamiento (quiebre) de las identidades tra-
desde los efectos de la globalización, la expli- dicionales.
caciones de las nuevas desigualdades, la inte-
Notas
gración latinoamericana, el retroceso institu-
cional de algunos sistemas de partidos como 1. Véase el trabajo pionero de Alfredo Ra-
Bolivia, Perú y Venezuela, la transición mexi- mos Jiménez . El oficio del politólogo;
cana bajo la presidencia de Vicente Fox, el 1991: 10. Escuela de Ciencia Política.
Plan Colombia, la gobernabilidad democráti- Universidad de Los Andes, Mérida, Vene-
ca y el afianzamiento de la democracia como zuela. Además del mismo autor: 1997: 14.
tipo de régimen y ordenamiento político entre 2. Véanse los trabajos de José Antonio Rivas
los más destacados. Leone “La ciencia política en el umbral del
A la ciencia política le corresponde tercer milenio” Diario Economía Hoy.
como ciencia liberadora, ser antes que nada 27/04/1999. P. 8. Además, “El Status de la
una actitud y ejercicio constante de critica, ciencia política” Diario El Globo.
discusión y reflexión, no sólo de la realidad 22/08/00. P. 16 y “El desafió de la politolo-
observada, sino de los propios enfoques, mé- gía” Diario El Globo. 20/10/00. P. 25.
todos y perspectiva de que dispone la discipli- 3. Véanse las propuestas de Gianfranco Pas-
na, para abordar y en la medida de lo posible quino en La democracia exigente. 1997b:
dar cuenta del hecho político. Razón por la 77 y ss. Fondo de Cultura Económica. Mé-
cual la incorporación de nuevas propuestas y xico. Además Max Weber; 1970. Jean Pie-
planteos se convierte en una prioridad para el rre Cot y Jean Pierre Mounier; 1985.
enriquecimiento constante y sistemático de la 4. Así lo observa y propone Gonzalo Barrios
disciplina, por ello los politólogos no pode- Ferrer; 1997: 177 – 178.
mos admitir autoritarismos, ni albergar por 5. Véase Kaplan (1999) “El politólogo y la
comodidad o por lo que sea dogmas de ningu- ciencia política: Retos y dilemas” Revis-
na especie, nuestra saber y crítica no pueden ta de Estudios Políticos. Nº 106. Madrid.
agotarse jamás en una determinada parcela, Pp. 29-44.
centro de poder o ideología particular. 6. Véase Ramos Jiménez; 1991: 10-11.
La politología contemporánea deman- Además Ramos Jiménez; 1997: 29-44.
da una reorientación constante de sus pro- 7. Véase además Albert Batlle (1992) Diez
puestas, tematizaciones y planteos, a fin de lo- textos básicos de ciencia política. Ariel.
grar explicaciones que aparte de aproximarse Barcelona. Pp. 9 – 21.

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8. Hay quienes señalan que en EE.UU. en- 13. Véase Alfredo Ramos Jiménez; 1985.
contramos una cierta distorsión etnocén- Además, Nikolaus Werz “Hacia una bre-
trica producto de una visión “etnocéntri- ve historia de la ciencia política en Améri-
ca” de la disciplina limitada a la narración ca Latina”, En N. WERZ, Pensamiento
de lo que acontece en su propio espacio sociopolítico moderno en América La-
academico. Véanse las consideraciones al tina. Nueva Sociedad, Caracas. Venezue-
respecto aportadas por Fernando Valles- la. Pp. 135-152. 1995.
pin; 1994: Pp. 31 – 32. 14. Véase los planteos hechos al respecto por
9. Véase P J Dunleavy [Voz] “Ciencia Polí- Max Weber; El politólogo y el científico.
tica” en Vernon Bogdanor (Ed). Enciclo- Alianza, Madrid (1970) alrededor de la
pedia de Las Instituciones Políticas. propuesta del político y el científico. Ade-
Alianza, Madrid (1991). Pp. 112 – 116. más, Alfredo Ramos Jiménez; 1997: 19.
10. Alrededor del avance y consolidación de 15. Véase La imaginación sociológica. C
la ciencia política, el desarrollo de las di- Wrigt Mills; 1993, particularmente su
versas escuelas y corrientes, véase parti- apéndice dedicado a “La Artesanía Inte-
cularmente el moderno y compilado tra- lectual” Pp. 206- 236. Además, Jean Gui-
bajo de Robert E Goodin y Hans – Dieter tton; (2000) El trabajo intelectual. Al-
Klingemann; (Ed). A New Handbook of fredo Ramos Jiménez; Ediciones RIALP.
Political Science. Oxford University Madrid, España, 1997: 23 – 24.
Press (1996). Además, David Marsh y 16. Flores Olea, Víctor (1979). “Sobre la cien-
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cerche e paradigmi contemporanei. Germani, Gino (1964). La sociología en
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11. Véase Giovanni Sartori; Ingeniería pectivas. Eudeba. Buenos Aires.
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tigación de estructuras, incentivos y re- en América Latina. Editorial Oasis. México.
sultados. Fondo de Cultura Económica. Kaplan, Marcos (1976). Teoría política
México. 1994. Gianfranco Pasquino; y realidad latinoamericana. Fondo de
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1999. Además, José Antonio Rivas Leo- 17. Véase Víctor Flores de Olea; 1979. José
ne; 1999a. 2000a. Antonio Rivas Leone; 2000a. Además, el
12. Véanse los trabajos de Rosaly Ramírez; reciente trabajo de Cesar Cansino; 1999.
1998. Giovanni Sartori; 1994. Gianfranco También Miguel: Ciencia política, un
Pasquino; 1997a y “La ciencia política balance de fin de siglo. Centro de Estu-
aplicada: La ingeniería política” en Re- dios Constitucionales. Madrid. 1999.
vista Argentina de Ciencia Política. Eu- 18. Los enfoques conforman la principal he-
deba. Buenos Aires. Pp. 13- 29. 1997c. rramienta de la que se vale y sirve el politó-
Giorgio Sola; 1998. Alfredo Ramos Jimé- logo para abordar los múltiples procesos y
nez; 1997. fenómenos que comprometen a la ciencia

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__________________________________ Revista de Ciencias Sociales, Vol. VIII, No. 1, 2002

política. Además, los enfoques permiten Bibliografía citada


asimismo aprender un determinado fenó-
Alcántara Saéz, Manuel (1993). “Cuando habla-
meno y hecho social y político desde va-
mos de ciencia política ¿De que habla-
rias perspectivas y apreciaciones.
mos? Revista Mexicana de Sociología.
19. S obre estos planteamientos y debates véan- Nº 4/93. UNAM. México. Pp. 147- 177.
se los trabajos de Marcos Kaplan; 1999. Al-
Almond, Gabriel (1999). Una disciplina seg-
fredo Ramos Jiménez; Una ciencia política
mentada. Escuelas y corrientes de las
latinoamericana. Carhel, Caracas. 1985 y
ciencias políticas. Fondo de Cultura
1999.
Económica. México.
20. Véase Norbert Lechner; “Las transforma-
Barrios Ferrer, Gonzalo (1997). “El papel de la
ciones de la política” Revista Mexicana
ciencia política y la función del politó-
de Sociología. Nº 1/98.
logo”. Revista Venezolana de Ciencia
21. Véase José Antonio Rivas Leone; “Los Política. Nº 12. Postgrado de Ciencia
politólogos” Diario Panorama. Política – Universidad de Los Andes.
05/07/2000. P. 2 – 6. Además, “La ciencia Mérida. Venezuela Pp. 175-192.
política: Una empresa de ruptura” Diario Bourdieu, Pierre Et Al. (1987). El oficio del so-
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Véase, Gastón Bacherlard; La forma-
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México, Siglo XXI Editores, 1987. Del Pasquino, Gianfranco (1997a). Corso di Scien-
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Comprender El Estado. Introducción a Ramírez, Rosaly (1998). “La ciencia política: El
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véase Gerry Stoker; 1997: 27 – 29. de la politología” Diario El Globo.
23. Véase José Antonio Rivas Leone; “La 20/10/00. P. 25. Caracas. Venezuela.
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