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JUSTICIA ALTERNATIVA EN EL PROCESO PENAL

ACUSATORIO.

La justicia en sus diferentes acepciones, lleva en su


esencia resolver y dar claridad a una determinada
controversia o discrepancia social, pues como decía
Santo Tomás de Aquino “justicia es la constante y
perpetua voluntad de dar a cada quien lo suyo”.

Hoy en día esto es así en el Estado Mexicano, pues


nuestra legislaciones y en particular la ley penal de a
mano del derecho, busca en todo momento el respeto a
los derechos humanos, garantizar principios
fundamentales enmarcados constitucionalmente y
asentar la verdad legal.

Esto es, de manera preventiva, incentivando a la


solemnidad, o bien, a través del poder punitivo del
Estado ejercido por autoridad jurisdiccional, es decir,
alternando siempre entre la beneficios y consecuencias
para la sociedad.

Álvaro D´Ors, ha definido al derecho como “iuris dictio” –


lo que resuelven los jueces- . Se trata de una definición
atrevida que exige a los jueces la prudencia- procul
videre- .

Es lógico que la definición del derecho en la ley, por


parte de los órganos administrativos o de gobierno y, en
las sentencias, en razón de las decisiones de los jueces.

Esta posible realidad coloca al juez ante una disyuntiva:


someter la ley al caso concreto, interpretándola o,
adecua los hechos a la ley, ajustándolos, pues es en
parte, el verdadero concepto de justicia: ajustar.

Sin embargo, en las máximas de experiencia de la


sociedad, en especial la mexicana, ha sido necesario
promover diversas adecuaciones a las reglas
sancionadoras, pues de vital importancia se torna el
privilegiar la libertad de las personas en aras de tutelar
la vida y al tiempo de despresurizar las cárceles de por sí
sobre pobladas en la actualidad, es regresar al viejo
principio de “ojo por ojo y diente por diente”,
posiblemente válido, únicamente, si se trata de una ley
justa.

Sin embargo, la jurisprudencia se convierte, entonces, en


la “interpretación de la letra de ley “. Esa justicia fría ya
había sido superada, con una cultura que se consolida en
estos últimos dos mil años, por el cristianismo, que pone
la atención más en la caridad, el amor, la comprensión,
la solidaridad, que en la justicia o, en su caso, en la
justicia social y/o epiqueya.

Es por ello que a partir de la reforma constitucional del


18 de junio del 2008, las leyes preverán mecanismos
alternativos de solución de controversias y que, en la
materia penal regularán su aplicación, asegurarán la
reparación del daño y establecerán los casos en los que
se requerirá supervisión judicial, a manera de ejemplo de
aduce la siguiente figura jurídica:

El Código Nacional de Procedimientos penales en el


capítulo III artículo 191 define lo siguiente;

ARTICULO 191.

Por suspensión condicional del proceso deberá


entenderse el planteamiento formulado por el ministerio
público o por el imputado, el cual contendrá un plan
detallado sobre el pago de la reparación del daño y
sometimiento del imputado a una o varias de las
condiciones que garanticen una efectiva tutela de los
derechos de la víctima u ofendido y que en caso de
cumplirse pueda dar lugar a la extinción de la acción
penal.

El nuevo sistema de justicia penal contempla ante la


ocurrencia de delitos, respuestas distintas o alternativas
al proceso judicial, a la sentencia y a la pena.
Lo importante, según la actual norma, no es castigar
sino re-solver el conflicto social que subyace a los
delitos y dar soluciones satisfactorias a las necesidades
de integración social que manifiestan los agraviadores
con su conducta y a quienes sufrieron daños por la
comisión de aquellos.

Esta finalidad del sistema penal, que debe de conocer el


diseño y funcionamiento de todos los mecanismos
procesales que operan dentro del mismo, se concreta, en
el caso de la suspensión condicional del proceso,
decidiendo excepcionar el deber estatal de perseguir
todos los hechos punibles y;

Otorgando al Ministerio Público y al propio imputado la


facultad de solicitar al juez no continuar con un proceso
cuando se trata de hechos que no revisten mayor
gravedad ni trascendencia social y, a éste, la de declarar
terminado el conflicto ocasionado por el delito sin llevar
a cabo el juicio.

La aplicación de este instrumento implica la renuncia al


juicio, a la imposición de penas en su-puestos concretos
y bajo ciertos requisitos o condiciones y a la cárcel como
respuesta a la comisión de ilícitos.

Con ello es que el Código Nacional es el primero en


México y en la doctrina que concibe este supuesto como
mecanismo alternativo de solución de controversia;

Sin embargo las normas no han cambiado e igualmente


exigen como condición la vinculación a proceso tal y
como procede en lo establecido por el artículo 192
del Código Nacional de Procedimientos Penales a
solicitud del Ministerio Público o del imputado con
acuerdo de aquel.

De lo anterior se advierte que la suspensión únicamente


será procedente en aquellos delitos que no se
consideren como graves o en aquellos que no se llegue a
la conciliación, teniendo el objeto de que el Estado
libremente determine en que supuestos debe ejercer su
poder cautelar y en cuales otros no, con la finalidad de
incorporar de forma rápida al inculpado a la sociedad sin
necesidad de recurrir a la imposición de sanciones.

Esta oportunidad en estudio por así llamarla se solicita


una vez que se haya dictado el auto de vinculación a
proceso y hasta antes de que dicte el auto de apertura a
juicio oral, esto con fundamento legal en lo establecido
por el artículo 193 del Código Nacional de
Procedimientos Penales.

Una vez que se ha solicitado la suspensión condicional


de proceso penal se debe realizar un plan de reparación
propuesto por el imputado como un requisito más de
procedibilidad, lo anterior encuentra sustento en el
siguiente artículo.

De igual forma el mismo ordenamiento legal establece


las condiciones a cumplir por el imputado las cuales
deben ser revisados por la Autoridad competente.

Esta salida es condicional por que exige al imputado


plantear un plan de reparación del daño causado por el
delito y plazos para cumplirlo y condicional por las
propias condiciones a cumplir y en caso de que no se
diera cumplimiento al plan de reparación el mismo
Código Nacional señala su revocación.

Por tanto la Suspensión Condicional del Proceso es


aplicable a un grupo definido de delitos por los que
podrían tener sanciones de prisión o reclusión siempre
que esta no exceda de cinco años.

Lo anterior es así pues, es específicamente para delitos


de leve o mediana gravedad, donde cabe una reparación
del daño causado y que lo mejor es ser tratados de
manera oportuna, ágil y con resultados rápidos a lo que
también se deberá tomar en cuenta la gravedad de la
infracción antes de presentar la solicitud ante el Juez de
Garantías para que admita su procedencia.
Por lo anterior se colige que la Suspensión Condicional
del Proceso tiene su base, en los principios de
proporcionalidad y de racionalidad de los establecidos en
la Constitución frente a un hecho delictivo;

Primordialmente que sea cometido por primera vez, de


escasa importancia y gravedad, donde se harán los
arreglos necesarios para restaurar la paz social.

Además de lo anterior, satisfacer la reparación del daño


al ofendido sin privar al que delinquió a cambio de darle
una oportunidad de adecuar su conducta en la sociedad
ya que durante el curso de su aplicación, la persona que
ha sido sometida a la suspensión continúa viviendo en el
seno familiar y comunidad organizando su vida conforme
a las condiciones descritas por el Juez.
CENTRO HIDALGUENSE DE ESTUDIOS
SUPERIORES

ESPECIALIDAD EN DERECHO PENAL

Que imparte:
Lic. JUAN CARLOS LÓPEZ BERRIOZABAL

Tema:
TRABAJO FINAL MÓDULO lll

Título:
Suspensión Condicional del Proceso.

Alúmno:
Jazhiel Barrrientos Rezza

Mayo/ 2018

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