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Un combustible fósil es aquel que procede de la biomasa producida en eras pasadas, que ha sufrido
enterramiento y tras él, procesos de transformación, por aumento de presión y temperatura, hasta la
formación de sustancias de gran contenido energético, como el carbón, el petróleo, o el gas natural.
Al no ser energía renovable, no se considera como energía de la biomasa.
Se llama combustibles fósiles a los hidrocarburos (petróleo y gas) y al carbón. Estos recursos se
formaron a partir de materia orgánica proveniente de plantas, microorganismos, bacterias y algas,
que mediante la fotosíntesis transformaron en energía química la energía electromagnética del sol.
Esa materia orgánica, acumulada hace cientos de millones de años en el fondo de lagos o mares con
muy poco oxígeno, luego fue cubierta por capas sucesivas de sedimentos. Así, la corteza terrestre
funcionó como una gran “cocina geológica”.
La mayor parte de la energía empleada actualmente en el mundo proviene de los combustibles
fósiles. Se utilizan para combustible de motores, para la generación de electricidad, para
climatización de ambientes, para cocinar, etc.
Los combustibles fósiles son cuatro: petróleo, carbón, gas natural y gas licuado del petróleo. Se han
formado a partir de la acumulación de grandes cantidades de restos orgánicos provenientes de
plantas y de animales. Sus restos se acumularon en depresiones como fondos marinos o lacustres,
donde quedaron fuera del alcance de los microorganismos descomponedores aerobios. Allí fueron
cubiertos por capas de sedimento. La presión y la temperatura crecientes transforman
progresivamente esos restos orgánicos en petróleo, carbón y gas, que pueden permanecer in situ o
migrar a través de las rocas, separarse, acumularse o incluso escapar a la atmósfera. Los
combustibles fósiles son recursos no renovables ya que al contrario que otros recursos de origen
biológico, como la leña, el carbón vegetal, el biodiesel, no se pueden reponer a corto plazo. La
quema de grandes cantidades de reservas de combustibles fósiles no es consistente con limitar el
calentamiento global a dos grados centígrados.
Los combustibles fósiles son la fuente de energía primaria más utilizada por las sociedades
modernas. Actualmente, el petróleo y el gas cubren casi el 90% de la demanda energética argentina.
La humanidad conoce la existencia de los combustibles fósiles desde hace miles de años. Sin
embargo, no fue hasta la invención de la máquina de vapor y el desarrollo de la Revolución
Industrial que se comenzó a utilizar el carbón en cantidades significativas. Posteriormente, con la
invención del automóvil y el motor de combustión interna, el petróleo se convirtió en la principal
fuente de energía para el transporte terrestre y marítimo, a la vez que posibilitó el desarrollo de la
aviación. En la actualidad, junto con el gas natural, el petróleo se ha convertido en el recurso
energético fundamental de las sociedades y todavía no se han encontrado fuentes alternativas para
reemplazarlo, a pesar de que por ser un recurso no renovable en algún momento se va a agotar.
Petróleo
Carbón
Lignito: poder calorífico en torno a las 5000 kcal/kg, con más de un 50 % de carbono (casi un 70%)
y mucha humedad (30%). Se encuentra en minas a cielo abierto y por eso, su uso suele ser rentable.
Se emplea en centrales térmicas para la obtención de energía eléctrica y para la obtención de
subproductos mediante destilación seca.
Hulla: tiene alto poder calorífico, más de 7000 kcal/kg y elevado porcentaje de carbono (85%). Se
emplea en centrales eléctricas y fundiciones de metales. Por destilación seca se obtiene amoniaco,
alquitrán y carbón de coque (muy utilizado en industria: altos hornos).
Antracita: es el carbón más antiguo, pues tiene más de un 90% de carbono. Arde con facilidad y
tiene un alto poder calorífico (más de 8000 kcal/kg). La presión y el calor adicional pueden
transformar el carbón en grafito.
A través de una serie de procesos, se obtienen los carbones artificiales; los más importantes son el
coque y el carbón vegetal.
Gas natural
El gas natural está compuesto principalmente por metano, un compuesto químico formado por
átomos de carbono e hidrógeno. Se encuentra bajo tierra, habitualmente en los mismos yacimientos
en los que se almacena petróleo. Se extrae mediante tuberías, y se almacena directamente en
grandes contenedores de aluminio. Luego se distribuye a los usuarios a través de gasoductos. Es
inodoro e incoloro, por lo que antes de distribuirlo se mezcla con metilmercaptano, una sustancia
que le da un fuerte y desagradable olor. De este modo, es fácil detectar cualquier escape de gas.
Producción de hidrocarburos en la Argentina
En el país se producen alrededor de 32 millones de metros cúbicos de petróleo y 40 mil millones de
metros cúbicos de gas por año, los cuales son transportados por las redes de ductos y los sistemas de
transporte hasta las refinerías y plantas de tratamiento de gas emplazadas en distintos puntos del
país. Estas son las que se encargan de producir los derivados que luego son distribuidos para su
comercialización.
Hidrocarburos no convencionales
El desarrollo de los recursos de petróleo y gas requiere de varias etapas que, si bien están
relacionadas, cuentan con procesos y equipamiento diferentes. Estas etapas se agrupan
generalmente en dos grandes áreas, que se denominan upstream (exploración y producción) y
downstream (transporte de materias primas, refinación del petróleo crudo y tratamiento del gas,
distribución y comercialización de los productos).
Los combustibles fósiles no son renovables, por lo que se agotan progresivamente las reservas,
dificultando su extracción y afectando a su precio.
Son recursos de gran valor económico, y su distribución geográfica no es homogénea, por lo que su
explotación puede originar o catalizar conflictos.