Sunteți pe pagina 1din 11

Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

DIPLOMADO GÉNERO ,DESARROLLO Y SUSTENTABILIDAD

Universidad Nacional Autónoma de México

Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias

Cambio climático y desarrollo: reflexiones en torno al surgimiento del calentamiento global


y las alternativas al desarrollo economicista

L.P. Karla Rocio Carrillo Salinas- México

Módulo 1

Cambio climático y desarrollo: reflexiones en torno al surgimiento del calentamiento global


y las alternativas al desarrollo economicista

1
Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

Introducción

A través del presente ensayo, nos proponemos reflexionar en torno al surgimiento y evolución del
paradigma hegemónico de desarrollo económico, en torno al concepto de sustentabilidad a través del
tiempo; y las implicaciones protagónicas que ambos tuvieron en el cambio climático actual. Para
lograrlo, articulamos paralelamente una síntesis de las críticas y las alternativas que tanto “desarrollo”
y “sustentabilidad” han tenido como paradigmas, corpus teóricos y como conceptos.

En el primer apartado se presenta un breve recuento del desarrollo económico como paradigma, sus
objetivos y los efectos económicos y socio ambientales que surgieron como consecuencia a la
concepción de “crecimiento económico infinito”, en un contexto finito. Entre ellos destacamos la
injusticia climática que viven actualmente cientos de personas en todo el mundo, y que está
estrechamente vinculada con la raza, edad, género y clase social.

En el segundo apartado, reflexionamos en torno a la sustentabilidad en relación con el cambio


climático, ya que consideramos es quizá la problemática ambiental más compleja y apremiante, y que
guarda una estrecha relación con otras también complejas problemáticas socio ambientales que son
consecuencia del depredador y extractivo modelo económico y hegemónico, como ya lo hemos
señalado.

En el tercer apartado, ampliamos la mirada en torno a la problemática del cambio climático y el


desarrollo, destacando algunas aportaciones críticas que se han planteado como alternativas al
desarrollo y señalando cuáles son las principales aportaciones para hacer frente al cambio climático
como el reto socio ambiental que hemos destacado a lo largo del ensayo.

Finalizamos con una breve reflexión en la que destacamos la importancia de un abordaje a la


problemática del cambio climático desde la interdisciplina, la complejidad ; los saberes nacidos en
las luchas, principalmente aquellas por territorio, conocimientos ancestrales, prácticas tradicionales;
desde miradas etnobiográficas y con perspectiva de género,sin caer en esencialismos y rescatando las
mejores aportaciones de las críticas al desarrollo, que nos permitan construir un mundo menos feo y
menos injusto, a decir de la pedagogía Freireana.

Contextualizando el desarrollo y sus efectos sociales, ambientales y económicos.

2
Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

La revisión de la historia del pensamiento económico de la humanidad nos permite hacer un recorrido
por las principales teorías económicas y postulados que se desarrollaron a través de los siglos en los
países del Norte global (Europa, Estados Unidos) y que son anteriores a las teorías del desarrollo
económico: los precursores mercanitlistas y fisiocráticos en un contexto de incentivos al comercio y
acumulación de capitales; los clásicos liberales con el nacimiento de la Revolución Industrial, la
ideología del capitalismo y los procesos de industrialización sin intervencionismo del Estado1; el
marxismo como una crítica radical al capitalismo; y al paso de los años la escuela neoclásica con la
teoría de Keynes que plantea que las personas “deben estar ocupadas y mientras lo estén tendrán la
capacidad de consumir y adquirir bienes”; la escuela matemática y ecuacionista que a partir de la
década de los treinta introdujo un sin fin de fórmulas matemáticas y ecuaciones basadas en la teoría
de Keynes; y un nuevo liberalismo o neoliberalismo que promueve capitalismo competitivo,
empresas privadas en mercado libre sin ninguna intervención del Estado y una serie de medidas que
promoverían un aparente y teórico crecimiento ilimitado que al pasar el tiempo, se descubriría a sí
mismo como agotado y como causante principal de degradación ambiental e injusticia y desigualdad
social.

Para iniciar las reflexiones sobre la relaciones que existen entre el cambio climático y el modelo de
desarrollo hegemónico, es importante destacar en qué momento surge el paradigma de desarrollo
económico actual, pero también es importante destacar dos revoluciones que hicieron posible que el
desarrollo existiera no sólo como una teoría, sino como una realidad configuradora de sentidos y
prácticas humanas que cambiarían por completo el rumbo de la historia humana. Estas dos
revoluciones serían: la primera Revolución Industrial que sucedió después de la primera Revolución
Agraria en 1773 en Inglaterra2; y la Revolución Verde (tras la segunda revolución industrial que va
de 1890-1945) .

La Revolución Industrial trajo consigo un cambio de paradigma en la forma de desarrollar las


actividades humanas relacionadas con la economía, la vida cotidiana, la organización social, pero
principalmente en los sistemas de producción. Estos procesos en síntesis fueron: acumulación del
capital, nuevas prácticas en la minería, especialización y división del trabajo (incluida la división
sexual del trabajo y el surgimiento de los ámbitos público y privado para el desarrollo de actividades
económicas). En general, la revolución industrial tras la invención de la máquina de vapor permitió

1
De la escuela clásica liberal destacamos la metáfora de Adam Smith sobre el mercado que sería “como una
mano invisible que asigna y mueve los recursos escasos en forma supuestamente neutral logrando por sí solo
alinear la búsqueda del interés individual con el bienestar de los demás.” (Quiroga,2003:82)
2
La Revolución Agraria originó el éxodo de miles de campesinos a las ciudades en busca de empleo, lo que
contribuyó a la cristalización de la revolución industrial con la máquina de vapor. (García y Bermúdez, 2014:41)

3
Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

el desarrollo rápido y paulatino de los asentamientos humanos, la fuerza de trabajo, el comercio, las
construcciones, el transporte. Además, a partir de esta Revolución se intensificó la extracción de
recursos naturales y transformación del entorno por el “uso intensivo de los motores a vapor, el uso
del carbón como combustible, el uso de máquinas y la construcción de fábricas” (DGDS).

En suma, a partir de ésta la humanidad inició un camino de crecimiento en todos los sentidos:
científico, tecnológico, medicinal, y paradójicamente, lo que planteaban los teóricos clásicos sobre el
derrame económico que visionaba que tarde o temprano llegarían a los trabajadores los frutos del
crecimiento económico, no sucedió. Quedó como evidencia que ni el mercado como una mano
invisible, ni el derrame, traían igualdad y equidad sólo por inercia. Quienes lograron acumular capital,
lograban influir en el mercado y en la vida social, sin superar los patrones de injusticia e inequidad
que la crítica marxista podría sobre la mesa de discusión.

Pasaría el tiempo y tras la Segunda Guerra Mundial (Satrústegui, 2009:8), mientras los países de
Europa y el Norte global trataban de reconstruirse, surgieron las llamadas “teorías y políticas de
desarrollo” que buscan la modernidad, el progreso y el crecimiento económico de los países del
mundo. Para tejerse con congruencia, este paradigma dividió al mundo en dos grandes grupos; los
países modernos y desarrollados, y los países en vías de desarrollo, que a su vez requerirían la ayuda
de los países A partir de entonces, comenzaría a perfilarse la carrera para ser países OCDE y países
No OCDE, jugando bajo las reglas del “jet-set” (Escobar, 1995:13).3

En la carrera del desarrollo para llegar a ser modernos, progresistas y en constante crecimiento
económico surgieron múltiples teorías del desarrollo que buscaban que todos los países fueran
desarrollados, a pesar de que se inventó la categoría de subdesarrollo para los países que nunca
podrían alcanzar a los desarrollados; y surgieron también múltiples críticas al desarrollo. Lejos de
pretender establecer un duro juicio tanto a las teorías como a las críticas, sí queremos dejar claro que,
en nuestra visión, ambas contribuyeron a la degradación ambiental. Unas por promover la extracción
ilimitada de bienes y recursos naturales desde una visión colonialista (racista, injusta) arrasando con
culturas y comunidades; y otras por no lograr detener el tren del desarrollo.

En resumen, y aterrizando este ejercicio de contextualización con el cambio climático, destacamos


que una vez arrancado el tren de las teorías del desarrollo en sus múltiples concepciones, se desató la
Revolución Verde en la agricultura, lo que permitió maximizar la producción de alimentos y bienes
agrícolas en el menor tiempo y espacio posible. Cuando logramos brincar las complicaciones de
abastecimiento de comida, el control de enfermedades, la población mundial aumentó, el número de

3
Teorías: modernizadora, de la dependencia, estructuralista. (Quiroga, 2003:97-99)

4
Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

personas en las ciudades también, y entonces el paradigma del consumismo (que tiene origen en la
teoría keynesiana) se convirtió en un pilar exponencial del desarrollo económico capitalista y
neoliberal. Con el crecimiento poblacional, con la idea imperante de que el crecimiento económico
es “eterno y deseable” y con el fortalecimiento de los valores asociados al consumismo, la demanda
de productos industrializados de todo tipo aumentó, y con ello la demanda de combustibles fósiles
(gas, carbón, petróleo) para satisfacer la demanda4. Con ello, los países subdesarrollados comenzaron
a depender más de los países desarrollados para movilizar sus economías, pero sin poder alcanzar
jamás a los países desarrollados. Además, en esa lógica de dependencia económica, los países
llamados “subdesarrollados” aumentaron el nivel de depredación de los recursos naturales y la
destrucción de ecosistemas.5

Las concepciones clásicas del desarrollo se centran únicamente en el crecimiento económico,


colocando con frecuencia al centro a la economía, sin contemplar otros ámbitos de desarrollo humano
como la cultura y la política, así como las relaciones que los seres humanos establecen con la
naturaleza. Ello tuvo implicaciones en la forma de establecer las relaciones humanas en los países.
Centrando la atención en la economía muchos países dejaron de lado otros factores que influyen en
el bienestar humano.

El sistema que se articuló basado en las teorías desarrollistas, está agotado. Esto quiere decir que a
todas luces se pueden reunir evidencias de que el crecimiento económico ilimitado que plantean, no
es posible y que por el contrario, no trajo consigo la justicia, la equidad y prosperidad social
prometida. Ante la incapacidad de ver la pobreza y la desigualdad, ante la incapacidad de contemplar
todos los factores subjetivos que entran en juego para satisfacer las necesidades humanas y disfrutar
y respetar los derechos de las personas, las concepciones clásicas del desarrollo se niegan a reconocer
que el desarrollo económico neoliberal no puede ser creciendo como un monstruo que se alimenta a
sí mismo en exceso.

A partir de los años ochenta, fue evidente el nivel de degradación ambiental y la incapacidad del
modelo de asegurar las condiciones de vida y desarrollo humano de todos. Surgieron entonces nuevas
nociones de desarrollo económico: frente a la premisa de que el desarrollo es igual a crecimiento

4
Lo que generó el aumento de gases de efecto invernadero integrados a la atmósfera, alterando los niveles
de dichos gases, iniciando el acelere del aumento de la temperatura promedio del planeta .
5
Cosa de la que aún hoy, los países desarrollados suelen utilizar para atacar a los países subdesarrollados,
culpándolos en gran medida de la degradación ambiental, sin aplicar en ellos mismos una mirada crítica donde
hagan visible que fue en primer momento su demanda de bienes industrializados en el marco de las
concepciones clásicas del desarrollo, lo que ocasionó que los países subdesarrollados aumentaran el nivel de
explotación de los recursos naturales.

5
Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

económico, comienzan las críticas que señalan que el desarrollo debe ser crecimiento económico
aunado el bienestar de la población.

Sustentabilidad y cambio climático

Después del panorama general sobre el desarrollo y el cambio climático que planteamos en el
apartado anterior, ocurrió que en la década de los ochenta6, no sólo se articularon críticas al desarrollo
que dieron pie a nuevas propuestas alternativas a éste, sino que desde su mismo interior surgió un
concepto que serviría para replantear el desarrollo desde sus cimientos, pero sin demolerlo; y que a
su vez serviría para alojar una nueva serie de pensamiento alternativo para sustituir el modelo de
desarrollo. Nos referimos al concepto de desarrollo sustentable.

Como se señaló en el apartado anterior, el concepto de desarrollo fue promovido tras la II GM, y fue
adoptado por la economía para señalar el modelo de crecimiento económico deseable para los países
industrializados, y a la par se promovió una idea de justicia social que vendría junto con ese sistema
económico. A partir de entonces los países más industrializados se denominaron “desarrollados” (y
son actualmente los miembros de la OCDE), y a los más pobres como aquellos “en vías de desarrollo”
(y que actualmente no son miembros de la OCDE). Todos se miden con la renta per cápita (Producto
Interno Bruto), por lo que cualquier medio para satisfacer las necesidades básicas, que no genere una
alta renta per cápita, se desecha y no es tomada en cuenta7.(Bermejo, 2014:15)

A pesar de que la degradación ambiental fue palpable en los países desarrollados, muchos ejemplos
de esta degradación se manifestaron en los países subdesarrollados, por lo que desde una visión que
se centra en los recursos naturales, surgió la preocupación por tenerlos o no tenerlos y las
consecuencias que ésto traería para el desarrollo económico y social. Así fue como sucedió que en la
que la Asamblea General de la ONU se promulga la Carta de la Tierra en 1982; y se crea en 1983 la
Comisión Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo, misma que publica en 1987 el documento
“Nuestro Futuro Común” o Informe Brundtland.

A partir de que el término desarrollo sustentable fue planteado en Nuestro Futuro Común surgió una
nueva excusa teórico conceptual para justificar el desarrollo economicista. El Informe definió el

6
Considerando que es a partir de la década de los sesenta que inicia la preocupación por el deterioro
ambiental, con base científica.
7
El concepto de Desarrollo Sostenible desde esta visión, tiene un respaldo político, sobre todo en las
conferencias internacionales y por parte de los centros de poder, pero queda vacío de contenido, lo cual
constituye una de sus problemáticas conceptuales (Bermejo,2014: 9), y al no quedar definido, es ambiguo.

6
Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

desarrollo sustentable como el “desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente
sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.”
Esta concepción integra las dimensiones económica y social en el concepto de desarrollo, y destaca
la dimensión de la sostenibilidad. A partir de entonces, inicia un replanteamiento de las relaciones
entre sociedad, cultura y naturaleza dentro del desarrollo. Contemplando la escasez de recursos, en el
Informe se propone cambiar de sistema económico, y en consecuencia, cambiar las pautas viejas de
desarrollo económico y que abogaba por el cuidado del medio ambiente.

Sin embargo, a partir de la Conferencia de Rio (1992) inicia el proceso que más se critica del
concepto: la ambigüedad que ha dado pie a que se juegue con él según los intereses de quienes lo
retoman en su discurso. Además, el concepto es un oxímoron, como comentó Herman Daly por
primera vez (Redclift,2005:213), ya que el desarrollo desde el enfoque capitalista se concibe como
un crecimiento ilimitado (teoría de las etapas de Rostow), lo cual no es sostenible, considerando
principalmente que los recursos son limitados y que ha traído consigo una creciente injusticia social
y ambiental. Siendo así “un oxímoron cargado de ambigüedad que da pie a la distorsión.”

Sin embargo, valdría la pena destacar que consideramos que esto se debe en gran medida a la
resistencia que hay frente al concepto por su carácter transformador, ya que en el Informe destacan
que la supervivencia del planeta está en peligro, y es prioridad eliminar el riesgo y, por lo tanto la
dimensión ambiental y la sostenibilidad son más importantes que el desarrollo. El informe retoma el
concepto de necesidades básicas, destacando aquellas necesidades de los pobres. Pero los centros de
poder equiparan las necesidades esenciales y su satisfacción, como sinónimo de crecimiento universal
e infinito (Bermejo, 2014: 17)

A partir de entonces, inician una serie de interpretaciones en cadena para el concepto, destacando que
lamentablemente, es el discurso hegemónico en torno al concepto el que se retoma, principalmente
como un retórica por parte de los centros de poder o “jet-set”, quienes integra con resistencia la
variable ambiental sin aceptar los compromisos que conlleva el concepto de desarrollo sustentable.

Una de nuestras principales preocupaciones es que, en medio de dicha retórica, surgieron la economía
verde y el crecimiento verde (después de la Conferencia Río +20). En resumen, ambas proponen que
el crecimiento económico desarrollista y neoliberal puede seguir existiendo tal como se conoce. Para
ello se articularon una serie de medidas políticas y económicas como la del Global Green Growth
Institute, que impulsa el concepto de “Green growth”: “impulsar el crecimiento económico y el
desarrollo mientras que se asegura que la naturaleza continúa proveyendo los recursos y servicios
ambientales en los que descansa nuestro bienestar” (Bermejo, 2014:22-23). A raíz de ello se ha

7
Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

promovido entre la sociedad que basta con adquirir un catálogo de nuevas prácticas ecoamigables
para “salvar al planeta.” Si bien es cierto que es necesario un cambio en los hábitos de consumo y
producción, no es precisamente desde dentro del paradigma de desarrollo económico actual de donde
surgen las voces que podrían transformar la realidad de fondo y generar un decrecimiento, un
desacelere a los patrones conocidos de producción y consumo que han aumentado en gran medida y
en una escala altamente peligrosa, la temperatura global del planeta. Es desde las voces más críticas,
creativas y audaces que se necesita repensar el modelo, pero frenando lo que se ha desarrollado hasta
ahora a escala global por el fomento al libre mercado y a la globalización.

Proponemos tender un puente para el “tránsito pesado” o el caminar constante entre la postura
reformista y la transformista planteadas por Hopwood, Mellor y O’Brien (2005:43-47) para llegar a
un consenso internacional que permita lograr que, desde lo local, y regional, surjan nuevas formas de
organización social y económica que de verdad potencien un desarrollo humano en contextos de
mayor equidad, igualdad y justicia ambiental y climática. Es indispensable tomar con seriedad
aquellas propuestas que se han planteado frente a “los desatinos del desarrollo”, sobre todo para
mitigar con velocidad y en la medida propuesta por los científicos, los efectos adversos de los gases
de efecto invernadero que se han añadido en excedente a la atmósfera a partir de la segunda mitad del
siglo XXI por el desarrollo economicista y neoliberal, basado en el consumo y la extracción de
combustibles fósiles. No bastará una transición energética a “energías limpias y renovables” si se
sigue manteniendo la misma forma hegemónica e injusta de crecimiento económico.

Por ello es importante tejer el diálogo entre la reforma y la transformación, procurando alejarnos por
etapas de la reforma (que sería el instrumento que posibilite el diálogo y consenso inicial para empezar
a organizarnos como humanidad hacia la transformación que requerimos) para alcanzar la
transformación sin caer en el riesgo de que la reforma sea el fin en si misma, ya que no saldríamos
del modelo hegemónico.

Reflexiones finales. Ampliando la mirada sobre el cambio climático desde las alternativas al
desarrollo hegemónico.

Como hemos señalado brevemente en el apartado anterior, consideramos que es indispensable


retomar propuestas alternativas al desarrollo para responder al cambio climático. En los últimos
cincuenta años, se ha generado riquezas inimaginables y acumulaciones de capital sin precedentes,
todo ello en desequilibrio y en un marco de injusticia social y con un impacto ambiental
excesivamente negativo de degradación ecológica. Si permitimos que la economía verde sea el nuevo

8
Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

paradigma hegemónico, seremos testigos de un nuevo sistema de administración y gestión de recursos


ambientales sin cambios sociales y culturales de fondo. Frente a un mercado globalizado, la respuesta
está en lo local, en los conocimientos de las culturas originarias y de las mujeres, quienes han sido
los actores más marginados en el modelo de desarrollo. Proponemos hacerlo sin esencialismos, pero
con toda la fuerza y creatividad que conlleva el respeto a los saberes ancestrales y tradicionales, de
cosmovisiones que sobreviven al colonialismo. Sólo promoviendo formas respetuosas con el
ambiente de “ser humanas y humanos”, alejadas del paradigma dominante del consumismo y
producción industrializada, se podrán generar cambios de fondo que impacten a largo plazo en la
mitigación del calentamiento global y sus devastadoras consecuencias tanto para animales humanos
como animales no humanos.

Es indispensable no sólo retomar sino ir dando fuerza a todas las alternativas que contemplan desde
una mirada intercultural formas más respetuosas de relacionarnos entre animales humanos y no
humanos con la naturaleza, contemplando el bienestar, la calidad de vida, la igualdad, la urgente
justicia social en relación con la sustentabilidad ambiental. Es detener a esa mano invisible que
planteaba Adam Smith y que se convirtió en un monstruo alimentado por la desigualdad y la injusticia
climática.

Las posturas críticas al desarrollo inclusive se alejan del desarrollo. ¿Qué es lo que queremos
sostener? ¿Qué es aquello que debe ser sustentable?

Si el crecimiento “infinito” con sus prácticas económicas extractivistas, políticas públicas, y valores
sociales tuvo como consecuencia la actual crisis socio ambiental, sería necesario frenar ese
“crecimiento” , tal como lo propone el paradigma alternativo de decrecimiento sostenible o
Sustainable Degrowth (Martínez , 2008), ello permitiría articular una base sobre la cual tender las
siguientes fases del nuevo andamio para construir el mundo articulando instrumentos legales,
vinculantes de nuevas políticas públicas ligadas a transformaciones de fondo tanto en hábitos de
producción, como de consumo. Sería como señala Boaventura De Sousa (2010,12): “imaginar desde
dentro del propio capitalismo hacia el futuro.”

En ese proceso podríamos recuperar la postura del PNUD con el enfoque de desarrollo humano de
Amartya Sen (Cejudo, 2007) que entiende las capacidades como una forma de libertad, una condición
básica para garantizar los derechos y como un indicador de desarrollo reinterpretado como las
oportunidades para elegir y hacer que tenemos les seres humanes.

Si rescatamos las nociones de la propuesta del Buen Vivir (Gudynas y Acosta,2011), podemos
comprender que efectivamente el desarrollo y el progreso se volvieron hegemónicos como una

9
Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

imposición cultural que en muchas ocasiones operó con el exterminio de comunidades enteras,
resaltando como se señala desde las Epistemologías del Sur y los enfoques culturalistas de la
sustentabilidad ambiental (De Sousa,2010), que el desarrollo es una forma de colonialismo. Es
necesario y sabio, recuperar sin esencialismos la experiencia cultural de las actividades humanas y
seríamos testigos del desmantelamiento del enfoque globalizador y homogeneizador del desarrollo,
potenciando proyectos y formas de organización local que pudieran incluso atender de la misma
forma (local) las problemáticas más apremiantes de cada contexto, abonando a la resolución de la
crisis socio ambiental actual.

Es reconstruir el mundo atreviéndonos a construirlo de una forma menos fea, menos injusta,
atendiendo a las cosmovisiones que no son hegemónicas y que en muchos casos potencian relaciones
más armónicas con la naturaleza; restableciendo una justicia ambiental con valores de solidaridad,
reciprocidad, equidad de género. Reconociendo que la naturaleza podría ser sujeto de derecho, como
propone el buen vivir, como un paradigma contundente que nos impulsaría al respeto a la naturaleza
sin caer en la dicotomía “naturaleza vs ambiente”.

Sería, tomando prestadas las reflexiones finales de otro ensayo de la autora que aquí expone: ser lo
suficientemente audaces creativos e innovadores para integrar toda propuesta y acción colectiva que
posibilite y concrete la sustentabilidad tan ambigua que, por pertenecer al futuro, nos cuesta tanto
trabajo apropiarnos.

Bibliografía

Bermejo, R. (2014)Del Desarrollo sostenible según Brundtland a la sostenibilidad como Biomimesis Bilbao,
Hegoa pp. 9-24

Cejudo, R. (2007). Capacidades y libertad: una aproximación a la teoría de Amartya Sen [Versión
electrónica]. Revista Internacional de Sociología, 65(47), 9-22.

De Sousa Santos, B, (2010). Descolonizar el saber, reinventar el poder. Uruguay: Editorial Trilce.

Diplomado Género Desarrollo y Sustentabilidad (DGDS),2019. México:CRIM-UNAM

Escobar, A. (1995). El desarrollo sostenible: diálogo de discursos [Versión electrónica]. Ecología Política, (9),
7-25.

Escobar, A. (2005). El posdesarrollo como concepto y práctica social [Versión electrónica]. En Mato, D.
(coord.) Políticas de economía, ambiente y sociedad en tiempos de globalización. Caracas, Venezuela: Facultad
de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Central de Venezuela, pp. 17-31.

10
Discursos y prácticas sobre el desarrollo: enmarcando el desarrollo y la sustentabilidad

García, M. Elena y Bermúdez, G (2014). Alimentos Sustentables a la Carta. De la Tierra a la Mesa. México.
CONABIO-CALMIL.

Gudynas, E. y A. Acosta. (2011). La renovación de la crítica al desarrollo y el buen vivir como


alternativa. Utopía y praxis latinoamericana, 16(53).

Hopwood, B., M. Mellor y G. O'Brien. (2005). Sustainable development: mapping different


approaches. Sustainable development, 13(1), 38-52.

Martínez, J. (2008). Decrecimiento sostenible: París, abril del 2008. Ecología política: cuadernos de debate
internacional, (35), 51-58.

Quiroga, R. (2003). Naturaleza, culturas y necesidades humanas. Ensayos de transformación. México-Santiago


de Chile: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente-Universidad Bolivariana.

Redclift, M. (2005). Sustainable development (1987–2005): an oxymoron comes of age. Sustainable


development, 13(4), 212-227.

Satrústegui, K. U. (2009). Desarrollo, subdesarrollo, mal desarrollo y posdesarrollo: una mirada


transdisciplinar sobre el debate y sus implicaciones.

11

S-ar putea să vă placă și