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Agradecimiento:
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RESUMEN
Podriamos decir que es la ultima voluntad de la persona y por ello nosotros las
personas humanas debemos tener la iniciativa para que se pueda aplicar esta ley
en nuestro Perú, muchas personas partirian al otro mundo sin tanto dolor que te
pueda causar.
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INDICE
Pag.
INTRODUCCION….………………………………………………………………….06
GENERALIDADES……………………………………………………………………08
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA………………………………………….......09.
FORMULACION DEL PROBLEMA…………………………………………………09
OBJETIVOS
OBJETIVOS GENERALES…………………………………………………………..10
OBJETIVOS ESPECIFICOS………………………………………………………...10
CONCLUSIONES…………………………………………………………………….....29
RECOMENDACIONES…………………………………………………………………31
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………..32
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INTRODUCCION
Para poder hablar de Eutanasia, primero habría que definirse por lo menos las dos
nociones: Eutanasia y Derecho a la Vida, por la primera se encuentran
definiciones como las que veremos a continuación:
Algunos autores ven que el concepto o la noción de Eutanasia es demasiado
ambigua, lo que puede llevarnos a entender cosas muy diferentes y hasta
contrarias. Vamos a referirnos a ella:1
Ante esta disparidad de significados, hay que ver la historia del vocablo, mirando
los significados que a lo largo del tiempo ha tenido: En el mundo grecorromano es
"morir bueno", morir bien, el que ha muerto bien. Pero estos tres términos han
recibido diversos significados a lo largo de la historia, miremos primero el hecho
de tener un "morir bueno" (sin dolor):
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2. En la Historia Griega, Hipócrates (S. V a.C.) en su juramento afirma que no dará
medicamento mortal por más que se lo soliciten. Platón, (427-337 a.C.) dice lo
contrario en la república : "Se dejará morir a quienes no sean sanos de
cuerpo".
3. En los Romanos, la práctica es múltiple : Muerte sin dolor por miedo a afrontar
conscientemente el sufrimiento y la propia destrucción (Tácito en sus Anales)
4. Los Estoicos, (Séneca, Epícteto y Marco Aurelio) ven la Eutanasia así :
Séneca : "Es preferible quitarse la vida, a una vida sin sentido y con
sufrimiento". Epícteto predica la muerte como una afirmación de la libre
voluntad.
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GENERALIDADES
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OBJETIVOS
OBJETIVOS GENERALES:
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
Llegar a saber que piensa la sociedad respeto a este tema muy debatido.
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CAPITULO I
MARCO TEORICO
LA EUTANASIA EN EL PERÚ
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La llegada de la modernidad rompe con el pensamiento medieval, la perspectiva
cristiana deja de ser la única y se conocen y se discuten las ideas de
la Antigüedad clásica. La salud puede ser alcanzada con el apoyo de la técnica,
de las ciencias naturales y de la medicina.
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su implementación. Por ejemplo, los médicos durante el régimen nazi hacían
propaganda en favor de la eutanasia con argumentos tales como la indignidad de
ciertas vidas que por tanto eran, según aquella propaganda, merecedoras de
compasión,[cita requerida] para conseguir así una opinión pública favorable a la
eliminación que se estaba haciendo de enfermos, considerados minusválidos y
débiles (Aktion T-4) según criterios médicos. Por eso, ante la realidad de los
crímenes médicos durante el régimen nazi, en los Juicios de Núremberg (1946 –
1947) se juzgó como criminal e inmoral toda forma de eutanasia activa y además
se estableció de manera positiva, es decir expresamente, que es ilegal todo tipo
de terapia y examen médico llevado a cabo sin aclaración y consentimiento o en
contra de la voluntad de los pacientes afectados.
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CAPITULO II
LA EUTANASIA EN EL PERÚ
2.1.- LA EUTANASIA:
La eutanasia es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente
desahuciado con la intención de evitar sufrimientos. El concepto está asociado a la
muerte sin sufrimiento físico. Concretamente podemos establecer que existen dos
tipos de eutanasia. Así, por un lado, estaría la llamada eutanasia directa que es
aquella que viene a definir al proceso de adelantar la muerte de una persona que
tiene una enfermedad incurable. En este caso, a su vez, aquella se puede dividir
en dos clases: la activa, que básicamente consigue la muerte del citado enfermo
mediante el uso de fármacos que resultan letales; y la pasiva, que es la que
consiste en la consecución de la muerte de aquel mediante la suspensión tanto del
tratamiento médico que tenía como de su alimentación por cualquier vía.
Por otro lado, el segundo gran tipo de eutanasia es la llamada indirecta. Bajo dicha
terminología se encuentra aquella que lo hace es intentar paliar el dolor y
sufrimiento de la persona en cuestión y para ello se le suministran una serie de
medicamentos que como consecuencia no intencionada pueden producir la
muerte de la citada persona.
Los médicos son los responsables de ejecutar la eutanasia, por lo general con el
apoyo de los familiares del enfermo en cuestión. Hay casos, sin embargo, donde
el enfermo se encuentra en condiciones de elegir sobre su propio cuerpo y solicita
la aplicación de la eutanasia. Esta práctica, sin embargo, está prohibida en la
mayoría de los países.
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La eutanasia despierta todo tipo de debates éticos. Sus defensores aseguran que
evita el sufrimiento de la persona y que rechaza la prolongación artificial de la vida
que lleva a situaciones que son indignas. Los detractores, en cambio, consideran
que nadie tiene derecho a decidir cuándo termina la vida del prójimo.
Uno de los casos internacionales más conocidos sobre la eutanasia fue la del
español Ramón Sampedro que a los 25 años quedó tetrapléjico por culpa de una
mala caída desde una roca al mar. En una cama vivió desde entonces y siempre
pidió morir dignamente. Él necesitaba ayuda para conseguir dicha muerte e ideó
un plan que le llevó a conseguir su objetivo sin que ninguna de las personas que le
habían ayudado incurriera en delito.
La palabra eutanasia viene del griego, así: eu = bueno, thanatos = muerte. "Buena
muerte" término que ha evolucionado y actualmente hace referencia al acto de
acabar con la vida de otra persona, a petición suya, con el fin de minimizar su
sufrimiento.
El suicidio asistido se puede hacer de dos maneras:
1. Por acción directa del médico.
2. Por orientaciones e indicaciones del médico, mediante las aplicaciones
de drogas o gases mortales.
Esta última hace tan responsable al médico, como cuando se manda
una droga para curar al paciente. Se inventarán multitud de fórmulas,
y máquinas de la muerte. Se han hecho folletos de cómo producir la muerte.
Posiblemente quedará en la conciencia de cada cual, si procede o no.
Pertenecemos a una sociedad, a una familia y nuestras decisiones afectarán
siempre a otros. La autonomía absoluta afectará la integridad propia y la de otros
seres. La autonomía de cada uno podrá tropezar con la autonomía del otro.
Cuando un paciente pide que se termine con su vida, tiene que contar con la
autonomía y la conciencia moral de su médico y de sus seres queridos. No es sólo
establecer un reglamento o unas condiciones para permitir este acto.
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2.2.- LA EUTANASIA EN EL PÉRÚ:
En nuestro país no existe la figura de eutanasia; lo que existe es la ley 29414 la
cual permite que un paciente prescinda de un tratamiento o de fármacos si así lo
requiere con el fin de acelerar su defunción. Sin embargo, si cualquier pariente o
cercano a una persona enferma actúa a favor del fallecimiento de este, aún con el
consentimiento de la persona y con el único objetivo de detener el sufrimiento,
puede tener entre 6 meses hasta 3 años de prisión; esto debido a que existe
dentro del código penal la figura de “homicidio por piedad”. El año pasado el
congresista Roberto Angulo presentó un Proyecto de Ley a la comisión de Salud
del Congreso la cual buscaba despenalizar el homicidio por piedad y permitir la
eutanasia para aquellos pacientes que sufran de una enfermedad terminal.
Nuestro Código Penal, en el título referido a los Delitos contra la vida, el cuerpo y
la salud, tipifica el delito de "Homicidio por piedad", en el artículo 112 del citado
cuerpo normativo; no se utiliza pues el término eutanasia.
El artículo 112 del Código Penal señala lo siguiente:
"El que, por piedad, mata a un enfermo incurable que le solicita de manera
expresa y consciente para poner fin a sus intolerables dolores, será reprimido con
pena privativa de libertad no mayor de tres años".
Tal como señala el Dr. Luis Alberto Bramont-Arias Torres , especialista en Derecho
Penal, nuestra legislación ha tipificado en el homicidio por piedad a la eutanasia
activa, mas no a la pasiva (no prolongar artificialmente la vida de quienes
indefectiblemente están destinados a la muerte, en la medida en que tal
alargamiento sólo traiga efectos de sufrimientos), ni la indirecta (que supone el
adelantamiento de la muerte -que se conoce como cierta- mediante el suministro
de medicamentos que sirven para mitigar el dolor físico del enfermo). Pero, no
obstante tipificar el homicidio por piedad, el legislador lo ha atenuado disponiendo
una pena máxima de 3 años pues brinda vital importancia al consentimiento
expreso y voluntario del enfermo, colocando al que realiza la eutanasia como un
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mero colaborador, por lo que es este acto de colaboración lo que se castiga. Así,
existen tres aspectos fundamentales para concluir que estamos, legalmente, frente
a la figura de la eutanasia activa u homicidio por piedad: el móvil de piedad que es
el que impulsa al autor del hecho, la petición expresa y consciente de la víctima y
la existencia de dolores intolerables que hacen difícil la vida del paciente.
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contenido de la libre decisión del individuo, es decir, el derecho a la
autodeterminación individual, no puede ser un valor absoluto que sustente la
licitud de la eutanasia, serán útiles para sustentar esta tesis.
La tesis plantea que la autonomía individual está limitada, "pues para que una
decisión pueda ser considerada como autónoma no debe estar motivada por un
criterio de acción exterior a uno mismo y no puede vulnerar la ley de tratar a la
persona siempre como fin y nunca como medio". Es decir, la persona no puede
tener la libertad de pedir que le quiten la vida pues estaría yendo en contra del fin
que tiene la autonomía, la cual es el ser humano, y si muere, qué clase de
autonomía puede haber.
Otra razón para no aceptar a la autonomía individual para validar la eutanasia está
en que la voluntad del enfermo se ve limitado por el deber de respeto a lo propia
vida, ya no como la de su titular sino como bien jurídico protegido por el Estado.
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(cuando el mismo lleve a preservar y proteger la identidad personal). Esta
identidad se refiere al conjunto de capacidades racionales. Pero él deja de lado el
cuerpo (el físico) que también forma parte de esa identidad.
Y por último tenemos Singer, a mi parecer el más radical de los tres el cual habla
de tres tipos de eutanasia la voluntaria, involuntaria, y la no voluntaria la primera
sabemos a cuál se refiere; por involuntaria habla de la que se produce sin
consentimiento, el cual se podría haber producido sino que no se le preguntó o
porque se le preguntó y contestó que si deseaba seguir viviendo, esta no tiene
caso plantearla porque como se puede ver es un homicidio propiamente dicho; y
por ultimo está la no voluntaria, la cual dice que estaría justificada por el supuesto
utilizado llamado calidad de vida, aduce que se está en presencia de una vida
humana cuando se presentan las características tales como racionalidad, la
autonomía y la conciencia de uno mismo. "En este sentido, si se está en presencia
de seres que por ciertas circunstancias carezcan de estas propiedades, no sería
injusto matar; es más se debería matar. De modo, acabar con la vida de aquellos
que no pueden elegir entre la vida y la muerte, sería una acción moralmente lícita,
en tanto que ya no estamos en presencia de vidas humanas"
Con estas tesis sobre el derecho a una vida con calidad, se une la tesis por la cual
mantiene que la eutanasia cae dentro del ámbito de autodeterminación del
individuo. Ellos aducen que la capacidad de la autonomía es un referente válido
para afirmar la licitud ético – jurídico de la eutanasia. Califican la decisión
eutanásica como decisión de carácter personal, que incumbe únicamente al
individuo y que se incluye dentro de la esfera que abarca la autonomía, si bien se
pueden apreciar diversos matices en cada una de ellas.
Cada día surgen más voces que están pidiendo una legalización de la eutanasia.
Hasta ahora se ha conseguido en algunos países algo que éticamente es
aceptable. Se ha reconocido el derecho del enfermo a rechazar tratamientos
extraordinarios y poder morir en paz y con dignidad.
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Evidentemente, para varias de las asociaciones favorables a la eutanasia se trata
de un primer paso hacia una situación en la que también se admita la eutanasia
positiva con aquellos pacientes que solicitan que se ponga fin a su vida.
Una serie de objeciones muy importantes en contra de la legalización de la
eutanasia, pero que además deberían ser tenidas en cuenta en los apartados
procedentes. Se dividen estas objeciones en tres apartados: Desde el punto de
vista de los médicos, del enfermo y de la sociedad.
a. Es muy importante tener en cuenta el grave deterioro que puede seguirse
en la imagen social del médico como consecuencia de la admisión de la
eutanasia, que lógicamente sería realizada por medios "médicos". La vocación
del médico se ha entendido siempre como un servicio a favor de la vida; si se
admitiese legalmente la eutanasia se convertiría, en determinados casos, en un
"agente de muerte". ¿Cómo sería la relación médico-enfermo si éste es
consciente que está tratando con una persona que puede poner fin a la vida de
los pacientes? La imagen del médico y su relación con el enfermo se ha
deteriorado ya de forma impresionante en un aspecto muy importante de la
profesión: la "humanidad" en su relación con el paciente.
Es muy difícil además tener una certeza en la prognosis de la enfermedad y en
su curso. La medicina puede llegar a la conclusión de que un enfermo es
irrecuperable, que su enfermedad es absolutamente irreversible y que el
tiempo de vida que le queda es sumamente reducido. Pero todos hemos
conocido casos en que el curso de la enfermedad es absolutamente
inesperado, en que la vida del enfermo se prolonga machismo más de lo que la
medicina hubiera podido esperar, incluso en niveles importantes de
recuperación.
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de los analgésicos de que se dispone hoy. Hay además una dificultad muy
importante. Una hipotética legalización de la eutanasia, solicitada por el
enfermo, puede actuar en forma de coacción moral sobre él mismo. Este
podría verse forzado a pedir una eutanasia, que no desea interiormente, pero
que se resigna a solicitar ante las dificultades que su enfermedad ocasiona
entre las personas que le rodean. Toda enfermedad origina una serie
de gastos, de desajustes en la vida familiar, de sufrimientos entre las personas
que viven cerca del paciente... En una situación en que la "salida" de la
eutanasia es posible, resulta fácil que el enfermo se sienta coaccionado para
pedir que se ponga fin a su vida, aunque no sea ésta su auténtica voluntad.
c. Por parte del enfermo.
d. Por parte de la sociedad. En primer lugar no se ve fácil una ley que regule
la eutanasia y que evite los abusos que pudieran seguirse de ello. Hay que
reconocer que no es sencillo una hipotética legalización de la eutanasia que
tenga en cuenta esta complejidad de matices y que evite los abusos que se
pueden seguir.
Sobre todo, nos parece muy significativo subrayar, una vez más, el "efecto de
ruptura de dique". Los que defienden la legalización de la eutanasia afirman que
se refieren únicamente a aquellos casos en que el propio enfermo pide insistente y
conscientemente que se ponga fin a su vida y a sus sufrimientos. Sin embargo,
creemos que no se puede infravalorar el peligro de pasar de una muerte a petición
a una sin petición; de la eutanasia aplicada a personas que lo solicitan a la
impuesta a enfermos inconscientes. Subrayemos además que los mayores
esfuerzos para exigir la legalización de la eutanasia se hacen en países
técnicamente desarrollados, donde se asiste aun importante y creciente
envejecimiento de la población: donde los ancianos no encuentran su puesto en la
sociedad y se da, para muchos de ellos, una muerte social que precede a su
muerte física. La pirámide de edades de estos países muestra que una base
crecientemente reducida de población activa tiene que correr con los costes
sociales de un número muy importante de pensionistas. El riesgo de una
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eutanasia aplicada coactivamente a las personas ancianas puede ser una
consecuencia importante de una legalización de esa práctica.
La fe del creyente de Jesús le habla de la vida como un don que ha recibido de las
manos de Dios y en el que, puede encontrar la mano de un Dios, "amigo de la vida
y amigo de los hombres", que le guía y le protege. Todos los acontecimientos de
su vida, los alegres y los tristes, los que puede comprender y los que tiene que
asumir no son obra de un destino ciego, sino que detrás de ellos sabe, por fe, que
está la mano de un Padre que siempre nos ama y nos cuida, aunque, a veces,
tengamos que tropezarnos con el misterio de un Dios incomprensible.
El Evangelio nos presenta a un Jesús profundamente humano que sufre la
angustia ante la cercanía de la muerte en el huerto de Getsemaní (texto que ha
sido censurado en algunos papiros antiguos porque presentaba una angustia
extrema de Jesús ante la proximidad de su muerte). Su grito en la cruz, "Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has abandonado", es el resumen de la angustia del
hombre de todos los tiempos ante una muerte que supone un desgarro y un salto
en el vacío? Su palabra final, "en tus manos encomiendo mi espíritu", sintetiza su
aceptación de la voluntad de Dios sobre Él. La muerte de Jesús, con su
dramatismo, es un símbolo de la muerte de todo hombre, que experimenta en el
hecho de morir la ruptura consigo mismo y con los seres queridos, la entrada en
un ámbito misterioso, que ningún ojo ha podido ver ni ningún oído escuchar. Es
el modelo del último acto de desarrollar como un cumplimiento total de la voluntad
de Dios. La vida de Jesús es un arco tendido entre el "aquí estoy para hacer tu
voluntad" y él "todo está cumplido". Este es el ideal al que, como seguidor de
Jesús, debe siempre tender el cristiano en su vida y en su muerte.
Para el creyente en Jesús, el sufrimiento y la muerte no son un vacío carente de
sentido, el grano de trigo tiene que morir para dar fruto, el grano de trigo tiene que
morir para dar fruto, que hay que perder la vida para así ganarla y recuperarla, que
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con sus sufrimientos llena lo que falta a la pasión de Cristo a favor de su cuerpo,
que es la Iglesia.
CAPITULO III
PROCESO DE LA EUTANASIA
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a. Eutanasia activa: Es la acción médica con la que se pretende positivamente la
supresión de la vida de una persona enferma. Una forma típica actual de
eutanasia activa sería la administración de una sobredosis de morfina con la
que se pretende intencionadamente poner fin a la vida y a los sufrimientos del
paciente.
b. Eutanasia pasiva: No se trataría de una acción, sino de una omisión de la no-
puesta en práctica de una terapia médica que podría prolongar la vida de un
enfermo. También sería eutanasia pasiva la decisión de los médicos de
Bloomington de no prestar atención y dejar morir al niño afectado por el
síndrome de Down.
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soliciten". Esto ha sido interpretado habitualmente como una condena de la
eutanasia.
El español y cordobés L. A. Séneca será defensor de la eutanasia en sus
famosas cartas: "No se debe ni querer demasiado a la vida ni odiarla demasiado,
sino buscar un término medio y ponerla fin cuando la razón lo aconseje. No se
trata de huir de la vida, sino de saber dejarla".
La difusión del cristianismo llevará consigo una superación de la eutanasia, un
término desconocido por el Antiguo y el Nuevo Testamento, tanto conceptualmente
como en su contenido. El cristianismo condenará el suicidio y, por tanto, la
eutanasia por un triple motivo:
Atenta contra el amor debido a sí mismo.
Atenta contra la sociedad.
Atenta contra el derecho exclusivo de Dios sobre la vida del hombre.
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legalización de la eutanasia en Gran Bretaña y en algún estado de los Estados
Unidos.
La brutal aplicación de la eutanasia en la época nazi convirtió esta palabra en un
término tabú en los años de la posguerra. Sin embargo, no muchos años después
vuelve a plantearse el tema en relación con el famoso proceso de Lieja contra
el matrimonio Vandeput.
Sobre todo a partir de los años setenta, la discusión en torno a la eutanasia
comienza a ser más intensa. En esta nueva situación inciden varios hechos
concretos, que han sido muy difundidos por los medios de comunicación social.
Hay que citar además algunos documentos considerados como un primer intento
de legalización de la eutanasia.
En primer lugar tenemos que referirnos al famoso Bill of Rights americano
o Carta de los derechos de los enfermos de los hospitales. En este documento, se
cita el derecho "a rechazar el tratamiento en la extensión permitida por la ley y a
ser informados de las consecuencias médicas de su decisión". En esta misma
línea sería lógico situar la ley del estado de California, imitada después por otros
estados americanos, y otros proyectos de ley (por ejemplo, el Caillavet
de Francia): no pretenden legalizar la eutanasia, sino afirmar el derecho del
enfermo a poner límites a los tratamientos con medidas extraordinarias.
Por el contrario, el famoso Manifiesto a favor de la eutanasia, publicado en The
Humanist (1975) y suscrito por varios premios Nobel y otras personalidades
relevantes, da un paso adelante: " Nos declaramos, por razones éticas, a favor de
la eutanasia". El documento afirma que el individuo "tiene la libertad para decidir
razonablemente su propia muerte"; "es cruel y bárbaro exigir que una persona sea
mantenida viva contra su voluntad, rehusándole la liberación que desea".
Finalmente, afirma con solemnidad que, "puesto que todo individuo tiene el
derecho a vivir con dignidad..., también tiene el derecho a morir con dignidad".
En España acaba de constituirse la asociación Derecho a Morir
Dignamente (DMD) que, entre sus objetivos, pretende la legalización de la
eutanasia. Intenta conseguir "la promoción del derecho de toda persona a
disponer con libertad de su cuerpo y de su vida y a elegir, libre y legalmente, el
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momento y los medios para finalizarla". Según su fundador, DMD defiende el
derecho del enfermo a no permanecer en vida por medios artificiales si no existen
posibilidades razonables de recuperación.
3.3.- ALGUNOS PUNTOS A FAVOR Y EN CONTRA DE LA EUTANASIA
Se encuentran, a través de toda la argumentación presentada ciertos puntos a
favor y en contra de la eutanasia, se pueden mencionar entre los puntos
en contra de la eutanasia los siguientes:
La vida como un derecho inalienable, al optar por la eutanasia, estoy
entregando mi libertad y al mismo tiempo acabando con ella, cuestión aún
sin resolver.
Los límites de la Eutanasia : bajo qué circunstancias se debe aplicar ?
cómo legislarla ? aunque aquí se plantean ciertos límites, aún no es claro
cómo aprobarla, bajo qué límites.
Existe una dificultad de toma de posición en el caso de los enfermos
mentales.
Las expectativas : Cómo sé si aquella persona que hizo su testamento en
vida autorizando ésta práctica no se arrepintió en el último momento ?
"mientras hay vida hay esperanza" dice un adagio popular, sin embargo,
hay que analizar y desentrañar aún más el verdadero significado de esta
frase, alguien podría decir, y si al otro día se encuentra la cura contra ésta
enfermedad ?
Podrían aumentar el número de eliminaciones a débiles y personas
subnormales, así mismo, aumentarían las presiones sobre el ejecutante
(medico?) del acto por parte de la familia.
Los mismos ejecutantes podrían ser tomados como verdugos, lo que puede
implicar en una sociedad como la nuestra, una pérdida de confianza en la
persona tratante de mi enfermedad
Podrían aumentar el número de homicidios con máscara de eutanasia, con
el sólo fin de cobrar jugosas herencias
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Podría aplicarse la eutanasia sólo para surtir el jugoso negocio del tráfico
de órganos, lo que muestra que podrían haber intereses económicos y
políticos tras su aprobación.
Podrían disminuir los recursos destinados a la cura de una enfermedad, ya
que podría salir más económico dejar morir a las personas y con ello se
disminuye así mismo, el esfuerzo de investigación en la medicina.
Se puede perder la esperanza de vivir, si como viejos las personas son
dejadas de lado, aisladas en asilos, como enfermos pueden ser eliminados
simplemente.
Deber cívico de permanecer vivo
La decisión que conlleve al acto, es del todo irreversible.
Como vemos, el mar de preguntas que nos arrastra aún es grande, sin embargo,
ya existe una cierta conciencia en nuestro tiempo para que ella sea aceptada de
alguna manera, los valores se han ido transformando poco a poco y ya se está
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llegando, a que algún día, no muy lejano, se apruebe el derecho a una muerte
justa, en los términos aquí planteados. Los individuos están tomando más en serio
su papel dentro de este momento histórico y se comienzan a preguntar sobre
aspectos trascendentales en la existencia del ser. Sin embargo, los riesgos de que
éste individuo sea absorbido y manipulado por el sistema capitalista están
latentes, ya que éste puede manipularlo para volverlo desechable y hasta
productivo en un momento dado.
Aún existen muchos aspectos indeterminados en torno a la Eutanasia, cabe
mencionar algunos como la dignidad humana y la autonomía, el no tomar al ser
humano desde un punto de vista eminentemente biológico, la calidad de la vida y
la libertad de elección Y no hay que olvidar la ambigüedad a la que se puede
llegar con su eventual legalización.
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CONCLUSIONES
2. La prohibición absoluta de matar a los enfermos es, para todos, una fuerza
moral maravillosa e inspiradora, que nos salva a todos, pacientes, médicos
y sociedad, de los efectos perversos de la compasión. De ella nace
la medicina paliativa. Prestar servicios al moribundo, acompañarle en sus
últimos días con los auxilios de la medicina paliativa es una acción
humanamente excelente y de alta calidad profesional. Pero matarle es
robarle uno de los momentos estelares de la vida: una buena muerte
completa la vida, la buena muerte es una de las experiencias más
importantes que se nos dan.
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enfermos y moribundos, es incapaz de descubrir el hondo sentido humano
que puede tener el hecho del morir. En los últimos años se ha creado una
intensa conciencia de que hay que revisar la forma de morir de la sociedad
actual. Se hace necesario crear una sensibilidad nueva y reintroducir el
hecho de la muerte en nuestras coordenadas vitales. Creo que éste es el
auténtico camino para abordar toda la grave problemática de una
civilización que ha aprendido muchísimas cosas, pero que ha olvidado
cómo poder morir humanamente.
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RECOMENDACIONES
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BIBLIOGRAFÍA
EL DOMINIO DE LA VIDA.
Ronald Dwarklin
Editorial Ariel, INGLES, 1994
EL PACIENTE Y SU MEDICO
Horacio Jinich, Volumen 2.
Editorial JGH, México 1998
EL LABERINTO DE LA SOLEDAD.
Octavio Paz .
21
FONDO DE CULTURA ECONOMICA, MÉXICO 1959
INQUIETUD NUEVA, REVISTA CATOLICA.
Javier Sanches Reyes. No. 98
Mexico, 2000
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