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La acción del estado inca puede ser estudiada en su relación con los aspectos siguientes:
- La vida económica;
- La vida familiar;
- La vida religiosa; y ,
- El orden público (Trimborn)
El estado estableció una serie de obligaciones sobre las comunidades. Ellas se relacionan
con:
De este modo, algunas tierras contribuían con maíz, otras con chuño, otras con
quinua y así sucesivamente. Había lugares donde debían darse tantas mantas como
indios Vivian allí casados; y en otros se tributaba tantas camisetas como
tributarios había. Provincias especiales entregaban lanzas, otras hondas y las
demás el resto de armas. La cuota de ciertas provincias consistía en tantos miles
de indios puestos en el Cusco. Hasta la tributación de maromas para llevar las
piedras hallábase especializada. Las cosas más ricas y de valor oro, plata, piedras
preciosas, ropa fina, las entregaban para la fiesta del Raymi los caciques.
2. Mitimaes.
3. Yanacunas corrientes.
4. Artesanos. Eran estos los que trabajaban en labrar ropa fina, oro, plata, en
hacer vasos de barro y de madera y otros oficios. Ellos no ponían “más que el
trabajo de sus manos”; lo demás corría a cargo del inca o del culto o de los
señores, según en servicio de quien estaban.
5. Niños para sacrificios, especialmente del sexo femenino.
Todos los que incurrían en las comisiones o excesos mencionados al disminuir el volumen
y la intensidad del trabajo, resultaban defraudadores del estado. El delito fue así no solo
un pecado por implicar una contravención a los mandatos del hijo del sol, sino también
una defraudación.
Se impuso al pueblo la obligación general del trabajo. El trabajo inútil fue considerado
preferible al ocio. Nadie estaba obligado a hacer más de lo posible; pero nadie tampoco
menos de lo señalado. La miseria fue evitada y se quiso evitar también la ociosidad; y por
eso, cuando aparecieron los primeros mendigos después de la llegada de los españoles,
los indios los recibieron con repudio, desdén o buria.
Junto con todas las obligaciones del estado. Hay que distinguir aquí entre la asistencia
social a cargo de la colectividad agraria como por ejemplo el cuidado de ancianos,
inválidos, ciegos, mancos, ausentes, viudos, etc.; y la asistencia social a cargo del estado
central con motivo de hambrunas, pestes, sequías, heladas, etc., para lo cual servían los
productos en los almacenes o depósitos.
Pero no solamente con motivo de esas catástrofes se debió producir la intervención del
Estado. Debió estar a cargo de los funcionarios oficiales el reparto de tributos a otras
regiones que necesitaran. Así al ejercer esa función de intercambio, la acción estatal debió
reemplazar al comercio propiamente dicho Castro y Orteaga Moreion dicen tenia esta
orden inga para hacer mercedes que los valles de yungas los tenia combinados con los de
la sierra de manera que chinchaisuyo estaba con collasuyo y del tributo de collasuyo
contribuía repartía a chinchasuyo porque los unos carecían de lo que los otros tenían. Y
de esta manera eran sus dadivas tenidas en mucho”.
En general la movilización de las riquezas se efectúo durante la época de los incas, más
que por el trueque, por la vía de donaciones tributos y repartos de tributos.
De la suma de los tributos se realizaba del Estado y de ella salía solo aquello destinado al
sostenimiento de la familia imperial de los funcionarios del ejército y de los trabajadores
públicos el resto quedaba como reserva.
- Patriarcalismo
- Endogamia
- Compra de la novia
- Matrimonio obligatorio de los tributarios comunes
- Monogamia o semimonogamia de los mismos
- Castigo de la desfloración, el rapto y el incesto, salvo el inca
- Protección a la viuda y a los huérfanos.
- Sucesión hereditaria patriarcal con cierta libertad de los jefes para testas.
El estudio detenido en este sector de la acción del estado, es ajeno al presente libro. Basta
recordar la imposición del culto patriarcal del Sol, inicialmente pertenece al ayllu inca y
convertido más tarde en objetivo del estado. La propagación de este culto no implico por
cierto la destrucción de cultos “huaca” (cultos locales); dichos cultos fueron agregados a
la religión imperial. Así como en las regiones vecinas se impuso la construcción del
palacio y del templo del Sol, así también, las imágenes de las huacas fueron en lo posible,
transportadas al Cusco.
La idea de un Estado de los dioses refleja, entre los incas como entre otros pueblos, la
constitución terrenal. Concepción monárquica de la religión con su superdios, que implica
un avance hacia el monoteísmo.
La religión del Inca trajo una organización análoga a la administración estatal. El Sumo
Sacerdote ejercito la jurisdicción sobre todo lo relacionado con la religión.
Cabe distinguir las medidas adoptadas en relación con la seguridad militar del imperio y
las medidas conducentes a la pacificación e incorporación de los súbditos.
Posible es ya, después de todo este largo recorrido intentar una síntesis final sobre el
Estado Inca.
Estado no es lo mismo que gobierno. Cometen un error quienes a toda organización con
una autoridad directora otorgan el nombre de Estado. No es posible colocar sobre el
mismo plano a los reyezuelos de tribus primitivas de África, Oceanía o de las selvas
americanas, y a las entidades refinadas potentes y orgánicas que en la edad
contemporánea rigen la vida de los principales países del mundo.
El problema del origen del Estado tiene una faz doble; el origen de la autoridad o el
gobierno de las colectividades humanas y el origen del Estado en su concepto moderno.
Se prescindirá aquí del problema señalado en primer lugar punto de confluencia de las
más variadas teorías.
Por ello se coloca en plano distinto al de las grandes monarquías orientales antiguas, con
las que tantas semejanzas tienen desde otro punto de vista. No vivió despreocupado del
pueblo, como los grandes imperios sangrientos, el asirio o el persa. Y aun en la China, en
su época de paternalismo imperial o el Egipto, pese a la mezcla que también tuvo de
nutrida burocracia y preponderante agrarismo, no conocieron en esa forma la obligación
general, la reglamentación de la producción, el reparto según las necesidades, el ahorro,
con la superproducción para los casos de emergencia, la extirpación, o disminución de la
miseria y del hambre en casos de invalidez. Mientras los demás Estados usaron la vida
económica general y únicamente para los fines de tributación, los incas hicieron de esa
tributación la base de vida económica general. En ese sentido, fue proporcional la
situación de la gente, colocada en los estratos ínfimos de la vida social de los incas menos
abandonada o menesterosa que las de las gentes colocadas en plano análogo, no solo
entre los estados antiguos, sino aun entre los Estados más modernos. Y como ese
descuido de tipo occidental se ha prolongado en el tiempo y al producir con caracteres
vastos, la desocupación y la miseria ha engendrado el más grande problema de nuestra
época, no han faltado quienes han unido al Estado Inca con los tipos más flamantes de
Estados, de tipo socializado de “economía dirigida” o de “autarquía”
Sin embargo, desde otro punto de vista, el Estado de los Incas estuvo al nivel histórico
asiático. El Tahuantinsuyo fue como por ejemplo China, una fuerte trabazón de familias,
regida por un soberano, sin el concepto permanente u orgánico de las instituciones en sí,
una masa en el fondo “anarquista” que cayó en la disolución, al privársele de la persona
que era su centro moral. El mero dominio ordenado por los lazos de sangre y profesión,
sobre la estructura servil tributaria, no es un Estado en el sentido más estricto aunque
desarrolle considerablemente un aparato burocrático. Faltó, por otra parte a los Incas el
concepto de soberanía externa, la delimitación de la comunidad política como la
expresión de voluntad colectiva, al lado de otras comunidades con los mismos derechos
y aspiraciones pero de distinta contextura espiritual. Más bien, como ocurrió en el antiguo
Oriente y aun en Europa misma durante una época anterior a la idea moderna del Estado,
solo conoció un centro, un todo político con existencia real, al cual de un modo u otro
había que anexar lo demás, ya que fuera de él solo había barbarie; y por ello solo fue una
zona de dominio y no pudo surgir la información de opositores en contrapunto, la
definición nacional en medio de las asechanzas, celos, rencores, rivalidades y guerras del
extranjero. Y además de tener esta ausencia de soberanía externa propiamente dicha, los
incas, no concibieron, como nunca fue concebido en el mundo antes de la edad moderna,
el Estado, como algo enteramente frente a este. Por el contrario, Estado y sociedad
estuvieron ligados y la jerarquía administrativa se basó según el número de centenares o
decenas de padres de familias.
II. CONCLUSIONES
Las comunidades agrarias o ayllus habían sido una organización democrática.
El estado se manifestaba su accionar sobre las relaciones en la vida económica,
la vida familiar, la vida religiosa y el orden público.
Los incas, como se ha dicho, en vez de destruir el ayllu, lo mantuvieron,
afianzaron o utilizaron. Lo más probable que, además, lo implantaran en
algunas religiones.
Poseía diversas medidas de someter pacíficamente y mediante la
incorporación voluntaria.
Los Incas, concibieron al Estado en su moderno sentido de órgano divisor del
trabajo, frente al cual tiene el individuo deberes ineludibles y exactos pero del
cual, a su vez, recibe beneficios y privilegios.