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200823014
Octubre 2010
morfología
La Suite Barroca
En los primeros años del siglo XVII, la técnica consistió en adaptar una
misma sucesión melódica de una danza a las demás, es decir, con la debida
métrica y carácter podía transformarse el motivo de una allemanda en una
courante, pavana, galiarda, etc., por el hecho de ajustar sus intervalos
melódicos a los ritmos de las danzas. Vemos así una especie de suite que va
de lo propio (sucesión) a la variación, basada en transformaciones rítmicas.
Las danzas tenían una forma binaria simple, es decir, dos secciones
más o menos iguales. Una suite estaba compuesta de unos diez movimientos.
Solía comenzar con un preludio. La primera danza podía ser una allemande, de
ritmo rápido; luego una courante y una zarabanda; una bourrée, de tiempo
moderado, y así sucesivamente, para finalizar con una danza viva, como la
Giga (danza). La suite tuvo su apogeo con Händel y Johann Sebastian Bach
durante el siglo XVIII. Al finalizar el barroco, la suite fue una forma musical
sofisticada que mezclaba distintas tonalidades, contrastaba materiales
temáticos presentándolos al inicio de la pieza y reexponiéndolos en su final.
Anuncia, en definitiva, el origen de la sonata, que reemplazará a la suite como
género instrumental en la segunda mitad del siglo XVIII. En resumen, la suite
es la unión en una sola obra de varias danzas de distinto carácter y ritmo, con
el que consigue dar el sentido dramático de “contraposición”, típico del Barroco.