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LINEA JURISPRUDENCIAL
“TRASLADO DE PRESOS”

CINDY PAOLA ARANDA


SANDRA MILENA LUNA
ROBINSON MEDINA
CARLOS FERNANDO ORDOÑEZ
LEIBER LEONARDO VARGAS

UNIVERSIDAD SURCOLOMBIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS
PROGRAMA DE DERECHO
DERECHO CONSTITUCIONAL COLOMBIANO
SEDE PITALITO
2014
LINEA JURISPRUDENCIAL

 TEMA: TRASLADO DE PRESOS.

El traslado de presos, es un acto administrativo (resolución) emanado por la


autoridad competente para determinarlo, que en este caso es el Director General
del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario INPEC; esta competencia viene dada
por precepto legal enmarcada en el Código Penitenciario y Carcelario o Ley 65 de
1993, en sus artículos 72 y ss.

 ESCENARIO CONSTITUCIONAL.

En Colombia después de la Constitución de 1991, se asumió por esta como modelo


de Estado el denominado Estado Social de Derecho y se desarrolló de este, el modo
de Estado Social de derecho Constitucional. En cuanto el tema de esta línea
jurisprudencial que es el Traslado de Presos, la Corte Constitucional en sus primeros
pronunciamientos dejo claro que entre las personas privadas de su libertad dentro
de las cárceles y penitenciarias colombianas y el Estado colombiano, se desarrollaba
una relación de especial sujeción entre administrados (presos) y administrador (el
Estado) representado a través del INPEC que se traduce en el sometimiento del
interno a un régimen jurídico especial (controles disciplinarios y administrativos
especiales y posibilidad de limitar el ejercicio de derechos, incluso los fundamentales), en
el cual se regulan y modulan derechos y obligaciones; dentro de los controles
administrativo y disciplinarios se encuentra la facultad de trasladar los internos de
un centro de reclusión a otro, los motivos de traslado y las formas de solicitarlos
están reguladas por la Ley 65 de 1993 o Código Penitenciario y Carcelario.

Ya que la ley faculta al Director General del INPEC para determinar el lugar en que
el preso deba purgar su pena; esa facultad de traslado de presos tiene naturaleza
discrecional Y esa discrecionalidad administrativa tiene fundamento en la Carta Y
además se encuentra enmarcada en el Artículo 44 de la Ley 1437 de 2011
(anteriormente en el artículo 36 del Código de lo Contencioso Administrativo).
 PROBLEMA JURIDICO.

¿CUANDO LE HA SIDO NEGADO AUN PRESO LA SOLICITUD DE TRASLADO, PUEDE


EL JUEZ DE TUTELA IRRESPETAR EL PRINCIPIO DE DISCRECIONALIDAD QUE TIENE
EL DIRECTOR DEL INPEC PARA REALIZAR EL TRASLADO DE PRESOS?

NO LO PUEDE LO PUEDE
IRRESPETAR IRRESPETAR
T-193/1994
C-394/1995
T-705/1996
T-605/1997
T-214/1997
T-611/2000
T-274/2005
T-1275/2005
T-1322/2005
T-439/2006
T-537/2007
T-566/2007
T-894/2007
T-412/2009
T-435/2009
T-705/2009
T-844/2009
T-213/2011
T-669/2011
T-830/2011
T-232/2012
T-377/2012
T-750A/2012
T-439/2013
T-002/2014
 INGENIERIA REVERSA

C-394/1995
SENTENCIA HITO

T-1190/2033
T-1275/2005

T-596/1992
T-OO2/2014

T-408/1995

T-566/2007 T-274/2005

T- 290/1993

T-394/1995

T-435/2009 T-193/1994

T-214/1997
 NICHO CITACIONAL

1994 1995 1996 1997

T-193/1994 C-394/1995 T-705/1996 T-605/1997


T-214/1997

2000 2005 2006 2007

T-611/2000 T-274/2005 T-439/2006 T-537/2007


T-1275/2005 T-566/2007
T-1322/2005 T-894/2007

2009 2011 2012 2013

T-412/2009 T-213/2011 T-232/2012 T-439/2013


T-435/2009 T-669/2011 T-377/2012
T-830/2011 T-750A/2012

2014

T-002/2014

 TELARAÑA CITACIONAL
 SOMBRA DECISIONAL

NO LO PUEDE LO PUEDE
IRRESPETAR IRRESPETAR
T-193/1994

C-394/1995

T-705/1996

T-605/1997
T-214/1997
T-611/2000

T-274/2005
T-1275/2005
T-1322/2005

T-439/2006

T-537/2007
T-566/2007
T-894/2007
T-412/2009

T-435/2009
T-705/2009
T-844/2009
T-213/2011
T-669/2011

T-830/2011

T-232/2012

T-377/2012

T-750A/2012

T-439/2013

T-002/2014
 BALANCE JURISPRUDENCIAL

NO LO PUEDE LO PUEDE
IRRESPETAR IRRESPETAR
T-193/1994

C-394/1995

T-705/1996

T-605/1997
T-214/1997
T-611/2000

T-274/2005
T-1275/2005
T-1322/2005

T-439/2006

T-537/2007
T-566/2007
T-894/2007
T-412/2009

T-435/2009
T-705/2009
T-844/2009
T-213/2011
T-669/2011

T-830/2011

T-232/2012

T-377/2012

T-750A/2012

T-439/2013

T-002/2014
 NARRACION

Como se evidencia en el balance jurisprudencial de las diferentes Sentencias acogidas por


esta línea de Traslado de Presos, las decisiones de la Corte Constitucional al principio fueron
en consonancia con respetar el Principio de Discrecionalidad que tiene el INPEC y no
permitir que el Juez de Tutela emitiera decisión en contra de estas resoluciones de traslado
o de negativa a la solicitud del mismo; pero este Principio de discrecionalidad fue moderado
por la Corte en el momento de revisar la Constitucionalidad de la Lay 65 de 1993 o Código
Penitenciario y Carcelario (que a partir de su artículo 72 y ss desarrolla los traslados de
presos), al expresar que en un Estado Social de Derecho no puede haber discrecionalidad
absoluta y que esta tiene que darse con armonía a los principios constitucionales, sin
vulnerar los Derechos Fundamentales y ser congruente con la normatividad que da su
sentido axiológico como lo es el Código Contencioso Administrativo. También la Corte en
varias oportunidades explico que los traslados no eran sanciones al interno, sino que eran
decisiones administrativas que toma el Director general del INPEC, basado en motivos de
seguridad, hacinamiento, y sostenimiento administrativo.

En varias oportunidades la Corte en instancia de Revisión de Tutela, aunque hacia este


pronunciamiento no fallaba en contra del INPEC, haciendo respetar esta discrecionalidad
administrativa (actividad administrativa no reglada).

La Corte siguió con esta postura hasta el año de 1997 en que por primera vez la Corte en
esta instancia no seguía con la línea adoptada y empezó a desarrollar lentamente unas
excepciones a la regla general y siempre teniendo muy en cuenta las condiciones
particulares de cada caso para poder romper con la discrecionalidad que tiene El INPEC para
tomar las decisiones en cuanto a los traslados de los internos, estas excepciones eran
comparadas con los Derechos Fundamentales y las consecuencias jurídicas que tenían sobre
estos el hecho factico de que una persona estuviera privada de su libertad. Es por esto que
hasta las últimas sentencias se respeta este principio del Derecho administrativo pues el
Juez de tutela, pues este solo irrespeta dicho principio como una excepcionalidad a la regla
general que es no ir contra de las resoluciones dictadas por el INPEC, a menos que estas
sean abiertamente arbitrarias o desproporcionadas y vulneren los Derechos Fundamentales
que no son restringidos por la especial relación de sujeción que tiene los presos dentro de
las cárceles o los Derechos Fundamentales de su Familia.
 CONCLUSIONES

El traslado de presos se encuentra consagrado en el Código Penitenciario y Carcelario o Ley


65 de 1993 desde el artículo 72 y ss, la Corte reviso la exequibilidad de esta ley y los artículos
que tiene que ver con el traslado, encontrándolos conforme a la Constitución.
La Corte determinó que no le corresponde al juez de tutela, cuando no se han desconocido
Derechos Fundamentales y no están ni siquiera en peligro, decidir si un acto administrativo es
contrario a la Ley o se ajusta a ella. Este asunto le corresponde a la jurisdicción contenciosa
administrativa. Si se considera que la resolución que ordena un traslado, viola la ley, lo que
debe hacerse es demandar el acto administrativo en ejercicio de la acción de nulidad y
restablecimiento del derecho y pedir, si se estima conveniente, la suspensión provisional.
Pero, eso no quiere decir que no tenga competencia el Juez constitucional para ordenar que
sean tenidos en cuenta determinados derechos fundamentales que al ser omitidos en el
estudio de la petición de traslado obliga a protección por medio de acción de tutela.
Las órdenes de traslado de un recluso, dictadas por el director general del INPEC o, en su
defecto, por los directores regionales, son actos administrativos, y como tal, están sujetos al
control propio de los mismos. Los traslados de los internos “deberán ajustarse a los límites
establecidos en el artículo 36 del Código Contencioso Administrativo, para el ejercicio de
atribuciones discrecionales”. No se puede hacer un uso arbitrario de la facultad de trasladar
de establecimiento a las personas privadas de la libertad.
La acción de tutela sólo procederá si se trata de evitar un perjuicio irremediable, o cuando
la administración impida o dilate injustificadamente el control administrativo o judicial de
las respectivas decisiones. Además son las autoridades legítimas por la Constitución y la ley,
y no los ciudadanos, las que deben indicar el sitio de reclusión, en general No es el juez el
que pueda calificar las circunstancias o el mérito que motivaron el acto administrativo de
traslado, sino las propias autoridades carcelarias, pues son éstas quienes, conforme al
Código Penitenciario, poseen todos los elementos de juicio necesarios para ordenar un
traslado a otro centro de reclusión, que ofrezca mejores condiciones de seguridad, pues
dichas autoridades son quienes cuentan con los criterios técnicos del caso para determinar
tal orden administrativa.
En las Sentencias se deja claro que la seguridad exige a veces que una persona sea
trasladada o destinada a un centro especial, en atención a las circunstancias específicas
que pueden hacer más viable la seguridad en otro sitio; además la disposición busca
proteger al mismo recluso y a los demás internos, con estas disposiciones no se incurre
en extralimitación de funciones. El traslado también se permite que como un “estímulo
de buena conducta” en donde los presos puedan ser nuevamente ubicados en
penitenciarias cercanas a su residencia familiar.
El traslado de un interno de un lugar a otro no constituye un hecho atentatorio de los
Derechos Fundamentales, ya que na vez una persona ha sido detenida o condenada y es
sometida a una medida restrictiva de su libertad, nace, al mundo jurídico, lo que la doctrina
ha denominado una relación de especial sujeción con la administración.
La Corte Constitucional ha manifestado que las facultades de las autoridades penitenciarias y
carcelarias, en punto a la posibilidad de restringir o limitar algunos de los derechos
fundamentales de los internos, deben estar previamente consagradas en normas de rango
legal que regule su ejercicio. Los derechos de los internos se encuentran sometidos a tres
regímenes distintos: (1) algunos derechos fundamentales se encuentran suspendidos (como
es el caso del derecho a la libertad); (2) otros se encuentran limitados (como la libertad de
expresión y el derecho a la intimidad); y, (3) otros derechos tienen plena vigencia (como es el
caso de los derechos a la vida, la integridad personal, etc.).
La protección de los derechos fundamentales no puede reducirse al juicio de legalidad acerca
de la decisión tomada por la autoridad pública correspondiente; es necesario, además, y sobre
todo, confrontar dicha decisión con la Constitución misma. Es de anotar que a pesar de las
circunstancias que impulsen a las autoridades penitenciarias a ordenar el traslado de un
recluso, a un centro diferente al que venía cumpliendo su pena, se encuentran ajustadas a
derecho, se debe estudiar previamente las condiciones personales y familiares que rodean a
los internos, a efectos de no causar una sufrimiento adicional al que ya se ven sometidos,
tanto ellos como su núcleo familiar, especialmente los menores, quienes gozan de un derecho
prevalente. los establecimientos carcelarios deben posibilitar, hasta donde ello resulte
posible, que los internos mantenga contacto permanente con su familia, en especial con sus
hijos menores, a través de visitas y comunicaciones frecuentes, con el fin de preservar la
unidad familiar y velar por el desarrollo armónico e integral de los niños y adolescentes.
La jurisprudencia constitucional ha considerado que no es razonable que las autoridades
penitenciarias y carcelarias dejen de autorizar el traslado de una persona, por ejemplo, en la
siguiente situación: cuando en las circunstancias concretas se somete a las personas a un
‘resquebrajamiento’ de su unidad familiar mayor al que de hecho implica la situación de
privación de libertad.
Es procedente la tutela para ordenar un traslado por razones de salud siempre que así lo
determinen los conceptos médicos disponibles. Sin embargo, en materia de traslados por
razones de salud mental existe una norma especial, el artículo 107 de la Ley 65 de 1993 “Por
la cual se expide el Código Penitenciario y Carcelario”, que establece el procedimiento a seguir
para asegurar la adecuada atención del interno en establecimientos de salud especiales para
su condición. La Corte Constitucional ha ordenado dar aplicación directa a lo dispuesto en la
norma citada siempre que exista una recomendación médica de traslado por motivos de salud
mental.

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