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Análisis reflexivo
El día 20 de septiembre del presente año se realizaron múltiples actividades
didácticas que presentaban fines reflexivo-teóricos. En otras palabras, lo planteado por
la docente Fanny Jurado en el curso llamado Seminario de Educación y Derechos
Humanos, da paso al análisis de conceptos y realidades sociales, donde se involucran las
características fundamentales del rumbo y evolución del hombre en sociedad. En
primera instancia, se dieron a conocer las instrucciones respectivas para llevar a cabo la
realización del dibujo de una casa y sus alrededores, tal objetivo era función de dos
subgrupos; la condición más importante consistía en realizar aquel dibujo con los ojos
vendados y no brindar instrucciones de manera oral. Dicho lo anterior y brindando
contexto a la próxima reflexión, es posible llegar al entendimiento del término Tejido
Social como principal elemento inmerso en tal situación.
La vida, más que la posibilidad que da lugar a todas las demás posibilidades, es el
sendero que labramos día a día, parece que aquello que no obstruya nuestro camino,
carece de relevancia; que la desgracia ajena resalta la virtud propia, que años de educación
se reducen en momentos específicos de acción y que el desarrollo y unión social solo la
comparto cuando me beneficia.
Los interrogantes planteados anteriormente fueron elucidaciones muy cercanas al
panorama de las actividades prácticas que se fueron dando durante la fecha ya
mencionada. En secuencia a la primera didáctica indicada, se han integrado una de las
tensiones y brechas entre medios y fines en la sociedad, denominada corrupción. Fueron
mencionadas ciertas cuestiones del día a día que permitían la reflexión y conciencia
misma de nuestro papel en la dinámica social. Dar pasos hacia la corrupción sin
evidenciar e inspeccionar más que nuestras propias conductas, permitió a su vez dar
cuenta de que no hablamos de minorías cuando nos referimos a la condición de ser
corruptos, que el egoísmo y la práctica de la ley del mínimo esfuerzo es lo que conduce
invariablemente a la desintegración o desbalance en la dinámica social.
Todos los seres humanos contamos con una historia diferente que discrepa o está
en correspondencia frente a las demás. Existe seguridad de que no somos los únicos que
sobrellevamos conflictos internos o situaciones contundentes que llegan a condicionar el
pensamiento, las conductas, en sí, la vida. En mayoría, las personas sufren por las mismas
cosas o por variaciones y alteraciones de una misma causa. La actividad siguiente, en
donde unos a otros evidenciábamos la seguridad con la que los demás daban un paso a la
realidad más íntima, brindó la posibilidad de entendernos como parte de un círculo social,
donde unos más que otros parecerían ser quienes destacaban, cuando en la cumbre de la
realidad, en las diferencias está la igualdad.