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1 i Revista Phifosophice a ‘Vol. 35 [Semestre 1/2003} Valparaiso 05-120) LA “ADAEQUATIO HERMENEUTICA” EN TOMAS DE AQUINO* “Hermencutical Adzequatio? in Thomas Aquinas” FRANCISCO CARPINTERO Facultad de Derecho Universidad de Cadiz Francisco.carpintero@uca.es Resumen 1a Moderniad dsj6 de ldo In complejdad propia de los temas humanos para afirmar lan mos geometricu sew arithmetic: que operaba en un solo plano: e del tenor de las leyes dietades por el poder. El positivmo juridico do la Edad Contcraporines ha se- ‘do este mismo camino, aunque reforzado ~en un plano simplemeateterico y quizé ‘upettuo~ con teoris sore avalide jaridica. Esa visimimperativa del derecho ha sido Ia propia del sentido comin, seguida en Ia Baja Edad Media por Juan Duns y la Eseucla do los Nominales, En cambio, Tomis de Aquino mantuvo que Dios guia el mundo mediante fines que poseen simultincamente uma naturaleza natural y sobrenatural. No sigué la teoria de [a pura natura humana (Seoto, Gereon, ct), que eatendia que el hombre dispone de dos ines, uno humano y ato hacia Dios, De forms consecucnis, mantuvo que la ica en general no nos propone érdenss o mandates, sino que sigue el modo de presente "Hoe et tb faciendum'y no el modo verbal imperative: “Fac hoc!”. Noes Ibre sim plesinte quien usa de ex propio avbitro; on un plano mas amplio y profundo, es libre {ion es el principio de su propio movimiento, deforma que actia espontineameate, ‘no forzado por alguna norma extafa a él mismo. Palabras clave: Modernidad, Positivism juridico, Tomés de Argun. Abstract Modernity left one side the complexity inherent to human issues in onder to assert ‘mos geometricus seu orithmeaicus operating a justone plane: that ofthe contents of laws cnactod by power. The judicial positivism ofthe Contemporary Age bss followed this same pth, albeit reinforced ina simply theoretical and maybe superfuous plane with ‘eoriee regarding legal validity, This imperative view of law bas been that of common sexs followed inthe Late Middle Ages by John Duns and the Nominalist Schoo ‘Ondhe ote band, Thomas Aquinas upheld that God gues the world by way of purposes ‘wit both natural and eupernstural nature. He did not follow the pura natura humana * Recibida en agosto de 2008, 96 FRANCISCO CARPINTERO/ LA “ADAEQUATIO RERMENEUTICA theory (Scote, Gerson, <.) that understood that man has two purposes ove buman and ‘another towards God. in consequenes he upheld tha eties in general doesnot propose ‘orders or mandates, but fellows the present mode: "Hoc est bi facendum" and notte imperative vesbal mode: "Fac hoc. He who follows hiv/ae own judgmertis not simply {fees ina broader and deeper plane, he who isprincple ofhisvher own movement fre, so beishe aes spantancously, ot forced by some rule, foreign to himse\Zherel Key words: Modernity, Legal positivism, Thomas Aquines, L Introduccion Hoy, al hablar de leyes aludimos a normatividades, esto es, a imposi- ciones externas que nos llegan desde alguna instancia que es superior a nosotros desde algin punto de vista que ya esti previsto en el ordenamierto jutidico; lo normal es que el mismo orden juridico determine un criterio de validez que certifique qué normas han de ser consideradas obligatorias para los ciudadanos. El derecho adquiere asf un marcado carter imperativo, ya que desde este supuesto el orden juridico es consideraco como el coajusto de las érdenes 0 mandatos que el superior politico impone a sus sibéitos a través de una regla de reconocimiento del derecho. Esta es, de hecho, nues- tra forma actual de pensar la vida jurica, que se consolidé en la practica alo largo del siglo XIX -no sin haber tenido antes uns laboriosa prepara~ cién doctrinal- y ala que llaramos positivismo juridico, Este positvismo primitivo ba eambiado bastante en el iltimo decenio del siglo XX, pero lo fexpuesto muestra su rasgo mis difercaciador frente a otras explicaciones ela experiencia juridica Come toda época tiene mucho de etaocéotrica, comremos el peligro de proyectar nuestra visién del derecho ~la aludida— Sobre momentos histori- 0s distintos, por lo que siempre estamos bajo la tentacion de erigir a nues- ‘tos esquemas interpretativos de la vida social en la doctrina hermenéutica ‘universal que nos permitira entender la vida del hombre en todas las épo- cas; esta pretensiGn proviene del complejo de superioridad iluminista ~del que aii, guste 0 no, seguimos siendo herederos-, que afinné una imagen el mundo con la pretensién de ser valida para todos los tiempos y todos Jos lugares. Esta imagen del mundo era omnicomprensiva, porque abarcaba por igual ala fisica gue a las ciencias humanas; aplicada al derecho dio lugar al mos geometricus seu arithmericus, de tan grata memoria para los amigos de la figure dl sistema como entidad universalmente explicativa, porque creaba ‘su objeto al mismo tiempo que lo conocia. Este nuevo métedo cieatifico solamente tenia en cuenta e] movimiento por impulsiones, que era el pro- [REVISTA FHILOSOPAICA VOL. 35 SEMESTRE 203] * io dels causes efcientes’ La cause efccae de ls normas © mandatos ‘rile eral lezislador, que creba al corpus de normas, que babia de sr aplicado en un momento posterior a de su ereacié. ato modo de entender Ia vida socal, basada en Ia Sgura creadore del legisladory en los resultados (las nortas,érdeaes © mandatos) de se sctuaién, 6s especialmente facil de entender porgue constitye lo que pudiéramos Lamar imprecisamente la metafsica natural del expty hue ‘mano en el campo de lo juridico. Bergson indicaba algo similar cuando omaba qué la goomiriaconstia la metafsice natural del hombre; de hecho, aiadia 6, ls ciencias ao despegaron hasta que adopiaron figuras eombtricas. Resonocer esc hecho con epi exico implica tene que Sfoater dos dimensiones del mismo problems; una consste es romper este esquema expicaivo basado en la acuaciéa de las eausa efiientes y fas efectos procuidos, siempre descansaado sobre el exquema latino dst sujeto-verbo-complemento directo, oe sujto-verbo-predicado; la ot, més complicada, consistiria en cuestionar los esquemas mas abstractos, de paturaleza geomética si bemos de hacer caso a Berpson~ subyacentes sa mentale que tan bien respoode al sentido comin. Exe sentido coma ‘es especialmente ficil de aplicer y de entender, y por este hecho es el mayor bsticul para entender las filosofiaspricicas no-postvitas \ Todo lo que no padiers cer verficado ena tallero en! laboratovio queda reegado al knbito de les qualtaves secumdarige 0 qualatascccullae. Ds este modo, ot un primer momento el método cientiica se contajo a fo que genéricamente pods sor Fecondusido a le que eonocemes coma moe goomemicus sew arldymetcus. Com: batieren muy expresamente & Ins fnalidades por constitu esas cualidades ocuias 0 secundaria, Ya era s6lo cucstién de tiempo cxpulsar del mbito dela ciencia as formas 6 as cosas hata llegar al completo norinalsmo epistemolégica, Resultaba asi que el fl6sof0 impania su docencia universtari, y conocis fo ue realmente consttia esa docenca, con los derechos y deberes de tos alunos y tos profesores, pero como la forms o la maturaleza de fa docencia viene doterminada por 1s finalidad de esta actividad, c cence no palia habla, en sede eietfca, de to aque eral docencia 2 Livolution eréarice,en “Ocuvres’, PUF, Pais, $* ed, 1991, pig. $33, > Tumis de Aqsive se ooupé de osc tema, el de vinbitdad de i aplicacén de exquc- ras geométioos-ariméticos que algunos guerfan aplicr a efleulo del juse meio ‘en la morly en el derecho, y en otos tomas que no son suscepibles de mediciones e nsturaleza bindmica.Dejé escrito que "Distantia autem natura non coniurgit sine ‘medio: ne ideo in creaturis Inverter princlpiurn, medium, tii, secundum guae tia ‘ponsbot Pyhagoras perfectionem cuiuslibet ereaturee. Et secundum rationes etiam Ihorum trim represetatar in erature detnetio divinam persanaramy,inquibs fis ext media persona, zed sprites sanctus est i quo termina processo personari (Contig tam intr duo extrema ese plura media. Et deo cantingrt gud prineipium et medium et iris dversimode possunt asignar secundum quod ex his omnibue. Prine (lpi, medio et fine, et mule medis,quceda possuntaccipi ut principia et quaedam Iinmedio, et quaedam ut fre drversinede combinando™ Ta 1V Sent, £1, dis, 2,42 98 FRANCISCO CARPINTERO/LA“ADAQUATIO HERMENEUTICA’ El discurso expuesto en este estudio es deliberadamente amplio porque no se limita a le que los teéricos del derecho han entendido por bermenéu- tice juries, si por tal entendemos el paso necesario desde Ia iey general yy positiva al probleme conereto, Esta empresa fue acometida, con énimo Tenovador fente e la tradicién inmediatamente anterios, por algunos fi- 1ésofos alemanes de ia posguerra, tales como Wemer Maiboffer 0 Arthur Kaufmann; més recieatemente ha sido prolongada por Andzés Ollero 0 Giuseppe Zaccharia, También el contemporénco inclusive legal posittvism ze offecido tltimamente una version semozada del positivismo, més cerca- na a estos tebricos de la hermenéutica que no & las versiones mas clésicas que en e! sur de Europa fueron representadas por Bobbio y sus abuodantes iseipulos italiznos y espafioles. Tl. Algunas tesis del positivismo Podriamos intentar la empresa de estudiar las bases ‘cientifcas’ del positivismo, pero este hecho nos levaria demasiado lejos ahora, Las tres tesis més clementales de esta comronte han sido lade afirmar uns sola ins- taccia creadora de las normas, un mundo auténomo ce normas que ba de ser conocido cognitivamente, y que esas normas han de ser aplicadas por Jos jusces sin més indeterminaciones que las que permite la texture abierta dia comunicacién linghitica, Peo considerando este problema en profs: diced, za qué nos lleva esta explicacién? Unicamente @ mantener que quien manda, manda: el positivismo es laideologia del poder, y esta explicacién del derecho viene a ser la deseripeién abstrecta 0 formal de la estructura Jel poder politic sin limitaciones. Para evitar le reiteraciGn de los abusos comietidos en el siglo XX, sus representantes han recurido a incorporar sus explicaciones algunas declaraciones de derechos humanos, de modo que, fizalmente, los grandes defensores de los derechos kumanos, en los aiios'70 y "80 del siglo pasado, han sido paradgjicamente los mism0s po- sitvistes. Tenfa raza Michel Vlley cuando explicaba que estos derechos cran el remedio aportado por los positivistas pare resolver les dificultades aque ellos mismos habian creado. Aunque tambiéa es necesario reconocer que estos derechos poseea hoy tal presigio, que no se puede prescindix de ellos bajo pena de incurrir en una desealiticacion fulminant Preguntaba sobre la finalidad de la antigua explicacién positivist. Hoy, el positivism legal ‘incluyents’ ha vuetoinitiles las explicaciones anteriores, pero doctinalmente siguen hablando de ‘positivism’, lo que segin Pedro Seroaes un despropésito. La hermenéutica positivisa clisica “ Bblatesis de fondo desu obra Filesofia del derecho y paradigms epstemolégicas, ‘México D-F, Eaitorial Poris, 2006, | | i | | | | j i i REVISTA 2MILOSOPHICA VOL 35 (SEMESTRE 2008 %° (asada en poces reglas) ha pasado dc ser un dogme a constituirse en ua problema: en este hecho ya coincidimos los positivistas y los que nunca zEemaos hecho profesién de positivismo. Como ya no interesa el estudio objetivo de ese cosmas autdnomo de normes, las categorias antropolégicas than velo a saltar de hecho al primer plang; el problema consiste en que {os positivistas careced de uns doctrine sobre el homabre que pudiera guiar, rodiante nociones basicas, las relaciones entre las necesidades humanas y cl order juridio. Parece que hoy han tornado el relevo los autores sistémi- 0s que, como Lutrmano, bablan de la dogmétice juridica como una adju- Gicacién abstracta de opciones... Pero es de temer que estas afirmaciones tan generales son tan imprecises como poco operativas; Is agjudicaciones abstractas son el output dc los sistemas, y la doctrina sistémica propone ‘una explicacién que sirve igual para explica el sistema solar, los agujeros negros en el espacio, ola vida de los insectos El biologicismo peculiar de Tomés de Aquino si ofrece bases antropo- l6gicas pare saber algo de lo que podetaos haver en sede juridica. Las eate- oriasfiloséficas del de Aquino han resistido el paso del tiempo; un hecho comprobable cuando vemos que los positivistas han hecho suyas las tesis principales de la jurisprudencia romanista sobre la que teoriz6 Tomsés. Pero mientras que Aquino sabe engarzar su diseurso con observaciones elementa- Jes que él toma desde la observacin dela cotidianidad, nuestos positivistas actuales se debaten apasionaca y anérquicainente ente la valde de las nor- ‘as positvitasy una cantidad desmesurada de derechos humanos que cada uno de ellos encuentra ya vigentes en la Constitucién nacional. Es preferible aquedarse con Toms de Aquino, ya que si todo derecho es una commentatio Juris, para el de Aquino es, ademés, tina commentato personarsm. IIL. Mecanicismo y fines La actimd critica bs de comenzar aludicado a este esquems que insiste en las causes eficientes y on los oftctes producidos por elas. El de Aquino conocia bien las doctrinas mecanicistas basadas en los movimientos por impulsiones o causas eficientes, y las atribuye a los autores materialistas que aparecen en los Didlogos platénices; los lama los antigui naturales y Jos tratd con especial benevolencia, cuando no oon ciesta simpatia. El no acepta sus explicaciones porque entiende que ante los seres humanas se ex- tienden mundos de fines perceptibles por la observacién elemental, porque no exigimos 2 un mosquito que alcance la misma finalidad —su naturaleza, © su modo de ser~ que un caballo. Porque lo que lleva @ les seres vivos desarrollarse es una fuerza interna que opera “con toda la fuerza de su ser”: esta tendencia consttuye, segiin Toms, lo que podemos lamar la naturale- 100 FRANCISCO CARPINTERO LA "ADABQUATIO HERMENEUTICA™ ‘zade cada sor, Las impulsiones mecdnicas deben quedar en su lugar, para ‘explicar los movimientos simplemente mecénicos, siempre violentos, de naturaleza binéanicat Frente a este tipo de movimientos por impulsiones estin los movi- ‘mientos espontineos o naturales, los que cada ser desazrola por si mismo cuando busca lo que ya es suyo de alguna manera, Su tesis més elemental consiste en afirmar que Dios gobiema al mundo mediante fines 0 izclina- ciones’. La unidad existe y es lograda mediante la cooperaci6a voluntaria de todas las partes, de forma que el orden supremo se alcanza mediante las colaboraciones de los distintos fines" Realmente, gun pensador cristiano puede prescindir del forzamiento ‘que Dios ha de ejercer sobre todo hombre? Pues una visién sencilla de las relaciones entre Dios y el hombre indicaria que primero existe cada bom bre, y gue en un momento posterior cada ser humano he de relacionarse ‘con Dios segin normas o regias que no surgen desde la humanidad, sino desde la voluntad o la naturaleza de Dios, Y, sin embargo, el de Aquino rmantiene que todos los movimientos de los hombres —tambiéa los que le llevan hacia Dios~ soa movimientos naturales, esto es, no forzados. Esta naturalidad 0 ausencia de violencia se sigue de la tendencia propia de cada, ser para llegar a lo que él es; pues es libre el ser que es el principio de su propio movimiento” Pero esta negacién (relativa) de Ia libertad humana era negada por la Jdoctrina, bien conocida en tiempos de Tomas de Aquino, de la pura natura humana, que mantiene que el hombre tiene dos fines tltimos, uno natural y otro sobrenatural. De seguirla, resultaria que la espoataneidad natural ‘quedaria reservada para ef hombre natural, de modo que el onden sobre- natural se Ie aiadisia al ser humano desde fuera de él mismo, y asi le vida “Sed rei quae est sum esse, competit este secundum, totam essendl potestaten”: $6, § 260. «No admit las construccions inteloctusls geométrcaso aritmeticas, porque estin bbasadas en Ia simple cantidad. Ba ST, I, q. 78, art. 3, cseribe que “Magnitude ot ‘figura ef hsm, quod dicunair communia sensiblia, sunt media inter sensiilia (per accidens et ensibil propia. Nam sensibilia propia primo at per se immutent ‘Sensum, cum sat quallesaltrantes. Sensiilia vero communia omnia reducurtur ad quantteten”, > usste a indicar momentos desu cba en los que mantiene esta doctrns, vemos que cn ST, 1g 105, ar. 4,explica que Dios mucve per inclinaciones. Légicament, ka ley atara no nos es impussta, porque no resulta deste mandatos, sino desde los fines el hombre, Vease: ST, [lg 90, Ft 2. i salimas del Ambito de la Suma teol6gica, ‘expresa esta mismo en $G § 2965, 0 en §§ 2724-25. La inordinato ed finem viene aludida en EV Sent. LM, dite. 39, 2, art 1. © ST, Ell, q 49, art. 2, > STH él, at 1,oST,1q.21,at 1. EVISTA PHILOSOPHICA VOL 35 (SEMESTRE 209) 101 sobrepatural implicaria una fuerza extrafia que le es impuesta al hombre, y seria violenta para él. Esto no es cierto en la antropologia tomista, porque fn ella los hombres concurren con Dios ~seria el momento de hablar de tuna sinergia!™ ya que Dios nos conduce hacia nuestros fines propios” sin violentarmos, porque el seguimiento de una tendencia natural ¢s siempre ut. ‘cto libre, no una realidad impuesta por una instancia exteme 0 extrafa al mismo ser que se mueve", Esta imbricacién de los datos naturales com los sobrenaturales es nece- satia porque “la filosofia moral se ocupa de todo lo que es necesario para I vida humana”, y Dios es Ta instancia més necesaria para la vida del hombre, La ética solamente puede consistr en a ordenacién de las pesiones segiin los nes humanos', y el derecho ~en mayor medida consistente en ‘ciencia juridica que no en normas~ es un sector de la filosofia préctica. Es facil entender que la Ley Eterna, la ley natural y las leyes positivas hurna- nas son tres planos que se buscan mutuamente, porque poseen ~por decitlo asin fin comin, Desde este presupuesto se sigue que el fin de la moral es el bien hu- mano’, y que los actos adquieren su cuslidad moral segin se ajusten al fin, porque el principiwn de ls moralidad es la ealizacién de cada fin del hombre", No se tata tanto de lo que pudiéramos llamar el fin universal del hombre, como si el ser humano tuviera un solo fin porque su vida respon diera a una sola pregunta: se trata de fos fines plurales del hombre, ya que cada ‘cosa’ exige su propia legalidad. Estos términos pueden inducir a error, porque Tomés de Aquino habla de la unidad, de la tendencia de las partes ‘al todo, y usa otras expresiones similares, como si pensara en wn orden del ser ya dado objetiva y rigidamente, Es preciso matizar esta idea, porque él ro afimma una naturaleza humana completa que nos indique sin dudas cual ce ef puesto del hombre en el cosmos, o Jo que hemos de hacer en cada caso de acuerdo con un orden indudable del ser. Mas bien tiene ante Ta vista una diversidad de fines no siempre facilmente compatibles, puss como explica "8 Es la tess de fondo de estudio de Miche! Bast, La nassance dela lof moderne. La _pensé dei lei de Soint Thomas & Suarez, Parisi PUR, 1980. "SG § 2884 2 §G § 1238, 0 §§ 1873-77, Reitera que es litre quien es “causa su aban L, °9 Maralis philosophic habet considerationen circa omnia quoe sunt necessaria vitae umonae”. CE, § 1538. CE, 92122 STILT 47,20 6 % CE, § 1431, Sobre fines y medios en la tice, Véase, més extensaments In TV Sert LM ist, 24, 4. Sant. 3, ‘Vease: ST. | 102 FRANCISCO CARPINTERO LA “AOAEQUATIO HERMENEUTICA €l Libro del Eclesiastés, uno es el momento de reir y otro el momento de Tora” ‘Tomas se situb ante un ‘mundo’ en movimiento en ei que las causas fi- rales oran las decisivas', y en el que estos movimientos naturales habian de ser seguidos segiin un deber que no es impuesto extemiamente, porque estos ‘movimientos naturales constituyen razones seminales y naturales puesta por Dios®. El ser humano ha de esforzarse, porque la naturaleza solamente proporciona tendencias, no virtudes*. El criterio maximo para entender cl pecado, o para describirlo, es entender que todo pecado constituye una desviacion del fin, deviatio a fine, y sien lugar de esta simple desviacién, cel hombre rechaza su fn iltimo, entonces hay que kablar de aversio a fine” Es patente que los momentos que representan concretamente lo que es til (Jo que es honesto no tienen valor por si mismnos (crterio ex objecto), sino s6lo por su relacién con el fin simultineamente sobrenatural y natural”. Este punto ha sido malentendido hist6ricamente, Al final del siglo XVI espafial, Gabriel Vazquez de Belmonte ~que fue el predecesor inmediato de Luis de Molina y Francisco Suérez rechaz6 ta doctrina ética tomista alegando que, segin Tomés, serie licito adulterar si con ello se consigue un fin bueno, Esta opinién no requiere mas comentarios, porque el de ‘Aquino se mueve en el plano doctrinal que podemos describir como “Lez, natura, beatituda”, que indica el inervamnicnto de todas las realidades hacia Dios. Lo que rechaza es la actinud entre mediocre ¢ insuliciemte de quienes ‘ranquilizan su conciencia adhiriéndose a un supuesto orden metafisico que mostrarie esencies inmutables. E] orden que es preciso alcanzar no es un ordo factus, sino un ordo factivus, sa aucensia de un orden metafisico general, no implica que €l no resonczza la fue- te operatvidad del entero ex objecio, que es ¢] que indica tativaments que existen ‘conducias humanamente buenas o malas por sf examin6 este exteiolargamente en |s Prime pars él Suma Teoldgica y, tas parecer ocasionalmente que lo admit lo ‘Aeseché fnalmente como esquems timo o mis fundante para discriminar el bien delmal % Tinta extensamente este tema en ST, Ig. 105, ar. ¥ ST,Lq.U5,ar2. » CE,§247, 3 $G,§ 3171, ST, Lil, q 20, at. 2. Tn TV Sent, LM, dist 34, qT, are 8 2 SLT g Tans © ST, 1, q.83.an.3. » Véase: F Carpintero et allt, BI derecho subjetivo en su historia, Universidad de (Cadiz, 2003, pp. 214-219. La ley natural, Historia de un concepto controvertido, Maid: Enoveteo, 2008, pp. 166-174 ST, Li, q 55, ar. 4 EVISTAPHILOSOPIUCA VOL 3 (SEMESTRE/ 2000 10s TV. zImperativismo legal? El sentido comiin dominante en las Escuelas europeas durante la Baja ‘Edad Media entendié que para que una conducta pase a ser debida, esto es, para que exisa el deber de obedeceria y no sélo el de seguitla, se precisa ol sandato de un superiog. Los escolasticos de aquella época, con Juan Duns a la cabeza, distingufan entre el costenido de la norma de la ratio debitis ex cl caso do la ley natural, el contenido de esta ley venia dado por fa fez indicans, y ia razén de ser obligatorio tal contenido (ratio debit) se fun damentaba en la ley “imperans seu praecipiens”, que era la otra vertieate de la Jey naturaP*, Las leyes positivas humanas se fundamentaban en Tas voluntades, porque tenian la naturaleza de un contrato de todos con todos, ‘y Scoto suponia incluido el consentimiento requerido en el “hecho de la comunidad”™. “Toms de Aquino entiende que el ltimo fin del hombre es la contempla- cién de Dies, y no se Lega a esta contemplacién simplements obedeciendo <6rdenes: existe demasiada desproporcién entre la simple obediencia a lo imperado, el fin supremo del ser bumano, Por lo general, en sus explica- ciones esti ltiendo la intuiciOn de que exisien demasiadas cosas buenas que reclasnan ser ealizadas y disfrutadas sin nevesidad de reeurrr a normas imperadas. De hecho, explica que el modo verbal que usa la ética no es el imperativo, diciendo “jHlaz-esto!” (Fac hoc.) sino el de presente: “Esto esté para que ti lo hagas”: Hoc est tb faciendum. Si alguien no quiere seguir sus tendencias naturales ¢ incurre en una deviatio a fine, 90 es tanto una persona mala como un tonto 0 necio (el término que usa él es el de stultus) que n0 sabe lo que Ie conviene como ser humano, Esto explica que a veces use indistintamente los términos bumano y moral Su tesis general es que la voluntad no impera”, y que un cominium no es ‘una potesias™, de modo que el “dominium jurisdictionis” que es propio del ‘gobemante no puede scr explicado directamente recurriendo a la voluatad. del que drige la sociedad. Por esto describe o define ala ley humana como una ordenaci6n de la razén, no de la voluntad. Desde luego, la voluntad interviene descartando otras opciones para imponer la que habra de ser ‘seguida, pero esto es asi slo por una razén de eficacia™. % Véase: F. Caspintero, I derecho subjeivo op. cit, pp. 54-69. Le ley naturel, op. cit, pp. 17-132. 2 In Prima, Secundion, Tes et Quartum Sertentinam Quaestionessubilssinae. LLIN, dist XY, q.2, § 10. » ST, Li.g 18, a1 3. ® ST,Hiq Want ® In IV Seat, LL, dist 2,q.1. * ST Hig 17a 1 108 FRANCISCO CARPINTERO /LA“ADAEQUATIO HERMENELTICA™ [A falta de imperatives, jcémo ejerce su causalidad legal aquello que es éeseado sobre el sueto que ha de desearto? No na de desearo porque exista luna ley que ordene tal deseo cosa por lo dems imposibie~ sino porque lo {eseable es una realidad constittiva del hombre, y todos deseam lo que es suyo. Explica que lo deseado se conviertz en causa por el deseo humano"® 1 deseo existe porque el homibre ~como todos los seres- tiende a vivir pplenamente, y consigue esto mediante el apetito o el amor, que en su obra esignan a veces Ia misma realidad. Lo més radical en el ser humano es el apetito®, de forma que el amor es el principium omnis affectionis™. El hombre ama propter similitudinene, esto es, ama alas cosas que esta en 1 mismo plano que él y sus necesidades. Esta tim tesis es malentendida hoy porque tendemos mas a pensar en los derechos de las personas. En cambio, en la cieneia de! derecho propia de aquel momento histéico ~a la {que lamamos Jus Commune estaba especialmente presents la idea de que la nevesidad es el mayor criterio de la justia, de modo que si era necesaio hacer algo, exist dorecho a realizar es0 que la necesidad reclama™. Era ldgico mantener que la necesidad es Ia instancia que da forma no s6lo alos derechos, sino tambin alas potencias humanas”. Y. Nuestro conocimiento es poco fiable Las doctrines de la Edad Moderna sobre la justicia esto es, tas propias de Ia Escuela Moderna del Derecho Natural- nos han acostumbrado a pen ‘sat que existe un orden inmutable de verdad, que se sigue de las naturalezas ‘mismas de las cosas, y que este plano metafisco garantiza la verdad del conocimiento prictico humano. Indiqué que estas teories son recientes, y se jmpusieron fundamentalmente ea le escolésticatardia espafiola, en las plu- mas de Gabriel Vazquez de Belmoate, Luis de Molina y Francisco Sudrez; desde ellos saltaron a los autores conservadores de la Edad Moderna’ ‘Tomés de Aquino no fue tan dogmatico en el momento de afirmar estos mundos nouménicos inmutables, porque él mantenia que el hombre no ® Pecudo, § 296 © Denima, LI, §23. 3 ST, I q 62, ar 4, Mas declaraciones en ST, Iq, 20, art. 1. $G, § 761, STL Zana. » “Procteea, necessarium dplicter intligitarSclices id quod necessarbun sinpi- citer, quod impossbile et alter se haber; e hujusmodl necessarium non subjacet Ihumano judici unde talis necessitas ad legem hurnanam non pertinent”. ST, - 9.954903. > ST, Fl, g.86,ar3. ° -Véase: F. Carpatero, Historia Breve del derecho natural, Mack: Colex, 2000, pp. 167-238, ‘REVISTA ESULOSOPHICA VOL35(SENESTRE 1/208] 105 participa plenamente del conocimiento de la Ley Eterna de Dios”. La ley ‘patural, que es “Ia ley de! hombre” —tal como él indica a veces~ posee una parte inmutable y otra parte cambiante®; la parte inmutable es la propia de farazon “participada”, y la que es menos inmutable es la coustituida por las soluciones ofrecidas pore! trabajo de la raz6n humana cuando ba de hacer Gente a las necesidades; a esta segunda vertiente de la ley natural la lamé laratio essentialiter™ ‘Si el hombre fuera pura naturaleza racjonal podria conocer de una for- ma mas acabada los planes de Dios, pero la compleja neturaleza humana, al mismo tiempo racional y sensitiva, determina que el set bumano haya e contentarse con una triste participatio en la verdad divina’. No puede cexistir entre nosotros una intuicién racional directa de las esencias racio- rales porque todo nuestro conacimiento, incluso el de las realidades més sublimes, principia por los seatidos, y esto determina que Dios no se-n0s, ‘communique per modum similitudinis, sino de otras formas. Explica que & lige la palabra participatio para designar expresamente la poca calidad dst umen divino que nos llega'®. Ademés, la participaciéa de la razén bumena en la razén divine no pesee un cauce o naturaleza nice: existen muchas formas de participaciones“ ‘Tomas de Aquino no present esta doctrina siempre de una forma ro- tunda ni unitaria. A veces indica que et derecho natural es el que brota ox ipsa natura ret”, y entonces bay que admitir la superioridad de! erterio ex » STH, q 91,art 3 # STH 9 97,art “stig Lan 6. © Pecudo, § 687, Se dovtina mis general sobre Ia participaio viene expuesta ea ST, IL @ 91, art 2: “Unde cum omnia quae aivinae providencia subdunna, a lege ‘acterna regulenturet mensurentur ut ex dicts patet; manifestum ext quod omnia (portcipant aliqualiterleger cetera, inguarsia silicet x impressions gjus haben {pclinaiones in proprias acts e fines. Inter aeterasracionalescreaturas excellen- tori quodam modo divinae providentia subjacet Inguaraum et ipsa ft providentioe “parties, sbi ipst ells providers. Unde 2 in ipsa partcipatur rato aetera, por (quam haber naturdem inclnationem ad debian act e fine. Et tals partcipatio legis acternoe in retionalicreturce lex naturals dcitur”. Sobre la pobreza de et partcipaio, eousscseacia dela poca eapacidad de la razba humana, escribe en SG, § 2319: “Lumen autem proadici est quod divinae cognitions principim (..) Lumen cxtem pracdictum malt defi in virrwe a clartatedivink intellects. Im “possibile ext engo quod per hujuamodi lumen ta perfectedivina substantia videatar ‘icut enim vide intellects dias”. © ST, LIL q. 51, art 1, SG, § 80, 3G § 883. © $G,§2265, SG, §2547. 8G, § 685. © SETH, ¢. 63, ant 5 con FRANCISCO CARPINTERG LA “ADAEQUATIO MERME objecto. Lo tuvo muy en cuenta en la Prima pars de la Suma Tealégica, y a veces parece decantarse por él, pero su juicio definitive y mas contextua- lizado en sus largos tratamientos sobre este tema, parece ser el que indica que existen medios distintos ~todos comrectos desde el punto de vista del ex objecto para alcanzat el tltimo fin", En vano buscaremos en su obra un cédigo de derecho natural fandado en lo necesario ex objecto, 0 un 6digo en mayor medida humano pero fundamentado con proximidad en Ja ey natural, l modo del que propuso Luis de Malina, por ejemplo, o al modo de los muchos libros sobre derecho natural que aparecieron en os siglos XVI y XVII. Sin embargo, en sv obra encontramos unos cuarenta proceptos atribuidos directamente ala ley natural ; ‘V1. No conocemos directamente las cosas Toms isu feewntement con los patios y con os extent en realidad no discute con estos tltimas, porque aprecia poco esos hombre tepidae volun, ya qe €l qe parons faeces” i homie con pe siones dies, poste agar a Dis? Responde eliuumente va hone bre on psioncs dies no puede agradr alos loses Suacud soe Piao ef en seasons ambivalent, pero lereproca siompee petandde conozimint det dela es exe mente vin: no a caplca Te ss, pore parteipmos en Dios porel ese, pero 9» por eee Ans, Pin et ln ee oa juino le replica que no existe tal esencia unitaria, i vara desdeuma coma ong nn Paste leraio one ‘Su tesis mas radical en este tema es que no conocemos las esencias de las cosas*, ya que la razén humana es desproporcionada para lo que tiene Qb,Q.22.0n.6 * Veto: Gcrgete dt Hist, Precepesof Mata Lwin theta * ‘Tesis doctoral, inédita, 1962, Saint Louis University, U.S.A. Geter Decl que prefer hombres cba pasion fue, aunque sean mals, ql bo pe ‘Siones débiles. Véase: CE, § 1362. i bs » CEe 1362 2 QD,.Q21 ® CE, §§ 1972-73.E1 de Aquino consideraba que el bic ce 197 oma que bien os un cial rd! de “cada cosa” Enos CE § 94, dejo escrito: “Honor enim et prudentia habent aes : rations non soln propria, prow sel. ratio honor, igure honor cert Sts raven pen ef pr on ‘na ratio Conia in omnibus, ne ec code ration sae ratonen steppes nde gin od depose oro eid cana et * ST, Lq.12, a2 REVISTAPMLOSORHICA VOL. 35 |SEMESTRE 1/200] 10? ‘que conocer’, Est es, no existe en nosotros una sola nocién de la verdad thi del bien que coordine universelmente ambes realidades: Nom est eadem ratio veritas et rationis*, La razin humana es muy deficiente™, y camina fr rastras de las cosas, porque la racionalidad se constituye Gnicamente ceuando consuena (consonat) con elles", El hombre no puede mirar a la naturaleza esperando encontrar en ella una respuesta a sus interrogantes: le paturaleza es demasiado indeterminada para ofiecemos esa soguridad”, ya que ellatinicamente nos proporciona elgo asi como unes ciertos principios, (quaedan principia®. Es Iégico que mantenga que ol orden de las cosas solo lo conocemos tenuemente, fenuiter, que es un hecho que se agrave enel e250 del hombre, porgue e) hombre como persona es irreductible @ la naturaleza®. La naturaleza se ocupa de las personas juridieas © conditiones personarum de los bombres, como es ser padre, comprador 0 heredero, en las que cabe celoular un medio justo; pero la persona como tal es s6lo un homo larvatus que Gnicamente compone “rnateria prima” para las relacio- nes juridicas®, FI intelecto humano posce un cardcter ante todo pasivo, porque recibe ‘sus contenides y sus facultades desde las cosas aparentemente exteriores: Ratio humana non est mensura rerum, sed potius ¢ converso™. Esto 10 lo acepté Juan Duns, que diseaé un hombre armado con sus potencias rocionales y sensitivas, que se elevaba por encima de su entomno, porque el ser humano constituia ante todo una persona; esta visién del ombre ‘mplicaba situar al hombre al margen de s1 medio, abandonado a si mismo como “fa dltima soledad del ser”, como é1 mismo indicaba al comienzo # 8G,§ 2310 % ST Ei, q 93, ant 1 ST Lq Dt, at 3ST. 1.9.79, art 2.86 & STF, g93,an. 1 9.50, ar S © ST,1,6.39, a 3. © Enos IV Sent, 1, 23, art 1, aude al fuerte discusiéa ate los docteres sobre €l significado del término persans. La persona, tal como ls expone Boeco, ¢s un “completum existers in natura insllectual”,Tbidem, at. 2, En este mismo ariculo cexplica que, a causa de ests indeterminacién en sus fanciones socials, “Persona ‘evtem sigrificat hominem larvae, sicut dictum es?” Frangois Conan, pare forme~ Tizar el significado juridico de esto témino ~ que se habia vuelto polémico por las centonces incipientes corrientes jusnturalistas-explicd que “Persone est hie nobis Ihomo commenicationem habers" Para él, el noevo derecho natural que v8 despan~ taba, que se basaba en considerar ls pasiones de los indivuo sislados en l staus natura, “era el derecho del hombre solitaio”. Comentario Juris Civili Libri X. Basel, 1562, L cap. 5, 1. © ST.1il.9. 91, art 3. 108 FRANCISCO CARPINTERO/ LA “ADAEQUATIO HERMENEUTICA™ de su comentario al Libro IIT de las “Sentencias”. Ante la irelevancia de “Io natural” para que et ser burnano se conozea a si mismo, Duns zanjé la uestién afirmendo una ley descendente de Dias a los hombres, que era la Ley del Amor de Dios. Ai ser irelevantes los datos naturales para aleanzar ¢lfin iltimo, ¢] Gnico camino que quedaba abierto pare um cristiano era el ‘mareado por Ia ascética y la mista Toms hizo depender al hombre de su entomo, pues si el hombre posce ta facultad de ta vista es porque ya hay colores que ver. Existe una conna- turalidad reciproce entre el hombre y su entoro que posibilita un cierto ‘conocitniento entre el mundo y el hombre, Pero las esencias puras de las cosas nos siguen siendo inasequibles®, y solamente conocemos algunos accidentes de ella. Estos accidents estin consttuidos fundamentalmente Por los efectos que dejan las cosas tras de st, porque la razén humana no eatiende “lo que” es entendido, sino aquelle (“quo”) por lo que entiende® En otros momentos explica que conocemes el “guia” de las cosas, no el “guid. Un hecho que se debe a la limitaciones que impone la vertiente sensitive humana, y que determina que nuesto conocimiento no sea secu. dumm modu rerun, sed secundum mod intellectus®. Como es l6gico, la tinice verdad es fa que se encuentra en el Intelecto diving” ‘VIL. Potencias, facultades, actos Estas tesis que pueden parecer radicales poseen un trasfondo. A diferen- cia de Scoto y de los filésofes influidos por él, ef de Aquino observa una counaturalidad reciproca entre el oido y los sonidos que oimos, y asf como ‘o existiria Ia facultad de oir sino existieran sonidos, tampoco posecriamos Ja facultad de razonar sino hubiera pensamientos que han de ser pensados. Tomés no acepta la existencia de unas potencias humanas que existan ya dadas abstractament, sin actividades concretas; no sueede que niegue la existencia de la facultad de la vista en el hombre que duerme; él se opone © ta Post, § 461, & De Anima, L 1, Lec, © Q.10, ar. 2. ST, 1, 16, art. 1. En tn IV Sent, Le, dist. 17, ¢. 4 indicaba que “Unde cum naturale sit nbis procedere ex similis ad inteligibla, ex effecibus ‘cousas, ex posteroribs od prioa securchn scrum vee” Mas tatde sala que “Unde non possums verietem divinorum secundum modam saan capers et isee ‘porte quod nobis secundum modum nostrum propanatr Ext autem nobis conne. ‘eral a sensibilibus in inceligibilia vir, eta posteroribus in priord", Op. cha 1, List 34,9.3.an. 1 © 86, § 1558, 8G, §.2183, % STI g. 50,an.2, "STL g 94, art 4 EVISTAPHILOSOPHICA VOL 35 |SEMESTRE 208] 109 a a consideracin abstracta de las potencies, como si cl hombre hubiere de oscer le vista aun cvendo no hubiora nada que ver. Su tess general e ol fos siempre la afrmacign e anterior ala negacie,y fo sfirmativo son los ‘ctos, no las capacidades ulteriores para producicio, Los actos inicemente puedan ser expends deeds a nua fra peewee tas coir Eiones- la causa eficiente no posz> un forma comin para explicar todos lao Ans, nena set sown ua ven oe re gue noes propia de a condicida mara. Reiter que la potencia @t actos natualter prior qu la poten humana, y mis noble qu eli Y siquedaran duces, expla que e! acto es anterior en la potencia incluso fenel tiempo". La razén thtima de esta priosidad amana perece resumnirse fn una tosis bisica: los universes no mueven, sino los singalres en ac- 10 ylo quel interesa a sel movimiento en que consist vida podemos hablar dela vida de un forma ten sbstract’ Lar pots eto oes aetel ol cata paiva dl eee ee Sita pop sina den ste dc aio visceon ns ror nee tun fre sectzoio nde nena sok pu ce nauensaaom ra ote cos $e png ges Eldon a eas cone, ey einen ec inte men pore Chenin tin cn nse ose 58 Fe Ses ead al mundo a prea y completo sa mis preeupecies ee re load coon spt coe bans Sere top fons Ninos cal a oes sate oe i a oe ath pan apr on pnd ede ngin te Stoposo pr nen Doe pour ese esos no ee en el dere nee, > QDVG Siar. Sobre imposed de cui feet emia, QD, Q Bua S615 158 > 56,5128, = 56,6165. PSthg.25 a1 Defi it 18, > cB,§ 1132 = 56,5 2856 St 9.76.27. © Sele g an ho. FRANCISCO CARFINTERO/LA“ADAEQUATIO HERMENEWTICA* sino que ~como quedé indicado~ imicamente reconoce la ley del Amor de Dios que desciende y se edecua para resolver los conflictos humanos. Su propuesta filoséfica de un ens generalissimun que se concreta progresiva- mente, puede ser apliceda también a la hermenéutica juridica, en la que juez solo puede indagar en las exigencias del Amor que puede conocer eductivamente, mediante concreciones, y en las exigencias de las leyes readas voluntariamente por el consenso de los hombres, Es patente que si Ja tarea del jursta consiste solamente en aplicar las leyes, la cfencia juridica ha de ira parar al sector de las ocupaciones sin sentido, tal como él afiem5 expresementet®, Duns mantuvo este visién al mismo tiempo antropolégica y Juridica porque entendia que era indigno del ser humano ser guiado por realidades simplemente naturales, que él entendia que eran necesariamente inferiores a 4) ‘Tomés, desde una perspectiva muy diferente, entiende que el hombre dispone de potencias, pero silo a tenor de los abjetos con los que ha de ‘operat, de modo que tas facultades existen secundum rationes objectorun. Reitera una y otra vez que importan los actes, no las potencies, de modo ‘gue las potencias se econocen por sus actos: polentia cognoscitur per ac- ‘un. Parece dar a entender que la prioridad de los actos sobre las potencias es tal, que éstas no pueden ser separadas de aquellos, de los que dependen. ‘Unas veces explica que las potencias “se especifiean” por sus objetos" y en otras ocasiones que las species dan lugar alos objecta, étos a los actos, ¥ los actos a las potencias™. Las potencias “se convierten” & sus actos™, El busca dar forma intelectual a esa energia por la que cada ser vivo se tmueve segiin lo que es él mismo, mediante operaciones concretas que vie- zen exigidas de algiin modo por el entomo; pues a naturaleza es ante todo ¢l principio imerno del movimiento de cada ser; pero como ba de usar en esta emprese conceptos rigidos, propone sus tess levando hasta sus limites las posibilidades de Is daléctice. No le gusta el excesivo acartonamienta de la palabra vida, y explica que este término implica una ciorta abstraccién, porque asi como la carrera no es més que al acto de correr, la vide no es "Para conocer contextualizadamente esta nagaci, vid. nis estudos: "El desarolto 6 a focultad individual on la Esco'ésica”,en "El derecho subjetvo en su histora” Servicio de Publicaciones dela Universicad de Cédiz, 2003, p. 57-58 .0 El desu. Uo ds Ja dea de itbertad personal en el pensamionto medioval". Porn Universidad Panamericana, México, 2006, pp. 2425 © Denime, Lill, § 42 InIV Seat, 1.1, dist 7,2 © In IV Sent, LI dist 44g ya In IV Sent, LI, dist. 24,2, an. 2 © In TV Sent, Lise 25,92, art * QD.Q 10, a3, © ST,q 29, 08.1 EVISTA PRILOSOFEICA VOL 3 (SEMESTRE 1/2309) m sino el conjunto de los actos de existir"; por este motivo entiende que la palabra esse es més adecuads que la de via", pues ol esse humano no es sino el operare opera vitae", y prosiguiendo esta idea Te pareve exeesiva incluso la abstraccion implicita en el término esse, porque el alma (anime) es el opus vitae”. Por la misma razén propone hablar de intelligere, no de intellectus*, porque el conocimiento on general, y el funcionimiento dela razén, se deben ante todo a la ipsa acmualitas reP™* Desde estas ideas resulta que Is actualidad (el hecho de set) de cada problema hhumano es el centro de la actividad juridica, Ciertamente, exis- ten las leyes generales, que quedan equiparadas a las restantes potencias Jnumanas, que dependon en su constitucién y en sus operaciones desde sus ‘objetos. Las feyes compondrian el subjectum del estudio, poro Ia actualidad 5 cosa distnta del subjectum®, Propone otra vez un esquema més analitco: To que es cuestidn dltima lleva hacia ef movimiento, éste hacia el objeto, ¥ és hasta el acto” VIL £] deductivismo en ta argumentacién juridica El texto contenido en la Suma teolégica, Ll, . 95, act. 4, en el que indica que las leyes de los hombres se deducea desde la ley natural por conclusién remote 0 por una determinacién més proxima, ha tenido une influencia excesiva en el modo de entender la doctrina juzidica tomista. Es- tariamos ante otra versién del ens generalissimum scotista que se desgrana segtin ls exigencias de las circunstancias. Una doctrina que e! mismo To- ‘mis apuntaa en otros momentos cuando explica que cn las leyes humenas «5 preciso proceder desde los primeros principios de la razon prictica basta Iss rogulaciones mas concretas. Sed contra, él afirma que la ley no es sino ‘una aligualis rato juris™ ‘Tomds de Aquino explica que el maestro cuando explica y el disefpulo cuando escucha no entienden lo mismo, porque las species n0 son en. tendidas, sino que ellas constituyen més bien el “guo inelligitur™”. Una tesis acorde con su afirmacion de la incognoscibilidad de las esencias de © ST.L.q.18,at 2.87, 19-20, ar 1.86, 88 » CE, § 1901 CE, § 1843, ” cE, § 122, % $6, §456. % De Causis, § 168 % STLq. 7,207, 7 Ia IV,L, dist 24, ar 1. 9% ST, TEM 57,1 8G, § 1556. ue FRANCISCO CARPINTERO/LA“ADAEQUATIO HERMENEUTICA las cosas. En el derecho existen, ciertamiente, los primezos principios de Ia razén practica, a los que aceedemos a través de la razén participads, pero no exists siempre una conexién necesaria entre estos principios y lag ‘conclusiones que hay que obtener: los principios permanecen en el plano algo informe dela aligualis ratio juris. Tomés entendié que los prineipios no se pueden aplicar siempre “del mismo modo™, y Alberto Bolognettus explicaba en el siglo XVI que, aunque los principios sean los mismos, se aplican seguin distintos pesos y medidas. Tomés afirma que las cosas sélo pueden ser medidas de acuerdo con lo que ellas son, y explica que “dlversa, diversis mensuris™® Se adelanta a la crisis de Ia matemitica y la geometria de finales del siglo XIX y explica que el hombre no dispone de una medida abstracta para calcular le correccién de los silogismos, porque no sabemos lo que es la imelligibitizas™, una idea ya apuntada antes al explicar que la esencia de la verdad no es ia misma que la esencia de la razén, Es una tesis acorde con su vision de la racionalidad, porque é! mantiene que sabemos que estamos cconocicndo cuando conocemos alguna cosa, pero que no sabemos lo que sea conocer o razonar. Existen ciencias exactas, como soa la légica y las ‘matemiticas, pero explica que lo que es univoco en ellas es equivoco en otras realidades™, Quiz por esto no le cvesta trabajo escribir que aquello ue es vicioso para uno porque le es desproporcionado y disconveniente, 80 mismo es virtuoso para otro porque le es proporcionado y convenien- te, En realidad, demostramos desde lo demostrado™, yen las demostracio- res conocemos sin comprender". Sucede que no existen reglas para medir los silogismos™, ya que los silogismos descansan en un praecognitum'®, ‘que os la instancia que les concede valor. Porque los teoremas se mueven siempre por fines™, de forma que lo anterior es salvado por lo posterior", ™ ST, LIL, q. 95, at 2. Sobre la adecuscién de los pricipioe a las eiseunstancies, este: ST Tl, @, 49, 6 ST, g, 96am. 2, ST Lg. 16,9003 "© in Phys, $936, "Ad tertium dicendn quod rato illaprecedit de actibus secundum seipsos consi- deratis. Sic enim, propter diversas homirums condones, contgit quod aligul ats ‘sunt aliguibus vrtosi, tanquam e's proportionai et conenintes,qul amen sunt ais visi tanguam ei nom proportionat”. ST, VIl, 4.94, a4 De Anima, LI, § 25 8G, § 2523. "In Post. § 454 CE, § 1145, In Post, §28 7, 1.g. 60, ar evista PILOSOMICA VOL. 35 (SEMESTRE! 2507) u: asi las causas finales de Jos rezonamtienios constituyen sus verdaderos iene com Sea Ee a gud Seno ops ones 2 ° ‘Su rechazo de los deductivismos pricticos Giaiel eae . principios, es decir, los prin patente ~concluye— que loss CE, § 1248, CB, §1923. CE, § 1348, 1 Desaribe el case como aque yes quae enim sunt ex neces “ST Hlg. 18,ar.4. Ee STL Set Es oie ecm rt sen ace wre Soca ebsolutamente optests: Tn ills eo etiam quce secundum suas nati eee Siac anarmm ncn a ae a Ss cam Ce ret Soe ha acon ahi na "RANCISCOCARPINTER0 /LA “ADAEQUAT:O HERMENEUTICA 2 los casos eoncretos, y desde éstos otra vez a las leyes"", De hecho, 61 mantiene que legislar consiste en. interpretar, [No se quiere engaftar con ia segurided que proporcionan les soluciones files, y es patente que no sigue e! dicho tardoescoléstico que afirma que conelussio sequitur peiorem partem. Alude reiteradamente a la inseguridad ‘moral!”?—que en nuestro caso podemos trasladaria ala poca seguridad juri- dlica-, y explice que ia inseguridad es mayor conforme més concretamos" Opons expresamente lo que es necesario y etemo a Jo que obtenemos ra zonando™. Es tal la diferencia entre el elemento general del que erranca el razonamiento, y la actualidad de la conclusién, siempre menos cierta, {que no duda en afirmar que existen dos intelectas, uno que se ocupa de los principios y otro que trata de las conclusiones"™. En la Quaestio disputata atimero dos parece reclamar para lo individual un status ontologico propio Gistinto de! de los universaies™, Es légico que concluye que las personas Gotadas de una buena inteligencia especulativa © demostrativa, poseen veces escaso sentida comin para ios asuntos pricticos!”, AX. La mutabilidad de las leyes Este es un tema del que me he ocupade més temniticamente en otros ‘momentos™, que susle originar cierto escéndalo evando los estudiosos se dejan llevar unilateralimente por algunas de las declaraciones contenidas en Ja Lf de ta Summa acerca de la formacign y justicia de las leyes humanas ‘cuando son obienicas por conclusién o determinacién desde la ley natural. "= Una tsi esta dom esa exucsiaon SU 9, 49 at 2. Ali esrb, ea un set gue pce ms rp dhs dso 30 que. "pom leerdm gud ote predentin mina sie ed cancion guaion eee, ‘eure oper. goed appr wnascon copitorem Cancacts coon Ligier slogan x uvora rig peste Unde spon ned ‘aio prudent dp! intlion prceen. Quoram ua gle cope “am iverson. Qund pertinence gl ponte sas welch te etal nats cog sint non stim orvraiapeeltvg fe eaam preg lee intl ett, dt I I Bc, ogres am, ik cis print sigs contingents oprebiis poperion slice rors quam spore ete sngeom nso pede ST, I-Hl, q. 60, art. 6. si nebedrastains © Roreenpoc0 Sg 5h, ar Si hing Sean 80377 SpivSeny that 2h an 2, "C8, § 1247, ' Véase loc. cit, an 5 ST ILI, g Sian. 3. Véase: La muabilidad de la ley natural en Tomas de Ae ional di Fdasoia del Disino", LXVH (2000), pgs. 47 tno, e0 “Rivista Taras 30 REVISTA PHILOSOPHICA VOL. 35(SEMESTRE 208) us Pero estos estudiosos debieran tener en cuenta que las decleraciones més rotundas sobre la mutabilidad de la ley natural, que puede cambiar por adicién, cuando se le aiade algun institueién nueva, o por sustraccién, porque alguna instirucign fundada en la ley natural abandonsa este funda- mentacién”, vienen expuestas en esta misma parte de la Suma teoldgica, con notable proximidad topogrifica a los ots textos. Sabemos que el ser humano posce unos primeros principios, bastante in- cieros a veces en sus aplicaciones. Algunos de ellos, como es la prohibici6n ‘de condenar al inocente, fueron considerados intangibles", Pero no todos parecian tan intocables, porque los escolares de aquel tiempo estaban pre~ cceupados por explicar algunos heches afimados comiinmente en su tiempo; por ejemplo, por naturaleza todas las cosas son de todos (communis omnia _possessio), pero hemos introducido la propiedad privada, y esta intoduc- cién ha sido lita; igualmente, la naturaleza constiruye la igual libertad de todos los hombres (omnizen wre libertas), pero existe la esclavitud, y es I= cita. Desde un entomo mis biblico, Dios manda a los egipcios que “roben” los bienes de los egipcios, o bien ordena ai profeta Oseas que mantenga relaciones con une prostituta. El adulterio es siempre condenable, pero Dios permitié el divorcio: ésa no fue una derogacién de ¥ ley natural sino s6lo ‘una dispensa de ella: la pregunta inmodiata sata a la vista: Jos hombres po- demos, si existe causa grave, dispensar el cumplimiento de algin precepto de la ley natural? B1 explice, tn prograracca como contradictoriamente, que “La ley natural es una cierta participacin en le ley etzrna, y por esto es inmutable, ya que partcipe de la inmovilided y de la perfeccién de la raz6a divina que ha instituido la naturalcza humana. Pero la raza humana es cambiante ¢ imperfecta. Y por ello su ley es mutable” Tomas de Aquino mantuvo que ¢s lito derogar la ley natural si existe causa proporeionada; tal cosa sucedia en el caso de la esclavitud, porque segin Ia explicacién clisica romana~ es preferible que los prisioneros = “Respondeo dlcendum guod lex nacurlis potest intellegi mutari dupiciter. Uno ‘modo, per hao quod eligi ei addowa Esk nihil prohibetlagam naturale muta ‘ata enim supra legem naturale superaddia su, ad huenanam vita ula are per legem divinam, quam: per leges humanas. lio modo inteligitr musato Tept na- tarals per modum abstratonis, ut selioa aligud desinot eave do legi naturale, quod _prus fit secundum legem notiralen™. ST, Ell, 9.94, ant. S, Pero abado inmediata- mente: “Er sic quantum ad prima principia legis naurae est enim immuiabile” "Bra una euesiin como dees el que los teblogos dl Baja Edad Media dies sv opinié sabres era listo entegar al nooeate para evita Ia ruin dela ciudad. Todos los que conozco contesuaron que no “Ad primum ergo dicendum quod naturals lex peticipotio quaedam lgis cetera, et ‘deo immobils persevere: quod habe ex immobilate et perfectione divinae rations insttuend nataram, Sed ratio humana mutabils ext et imperfecta. Et ideo gfus lex mutabils ee? ST, Ll, 9. 97, a1 16 FRANCISCO CARPINTERO /LA“ADAEQUATIO HERMENEUTICN™ de guerra sigan vivos, aunque sea en condicién de esclavos, que no que haya de ser saciaton, La rplaBisin que justia nas doogaciones 1 dispensas es la utilitas™, y explica que los cambios reciben su especie 5 dignidad no desde el término “a quo”, sino desde el trmivo “ad quem? (esto es, desde la finalidad que persiguen"®; aunque el témaino utilitas poseia, ¢n la mentalidad que llegé hasta el siglo XVI un sentido algo diferente al actual. Al filo de esta inteligencia de lo que es util, explica que Moisés per- mis 1 divorcio porque el divorcio es preferible a mata ala mujer, ifercacia de los jesuita espafioles que iaauguraron la Modemnida el satan dl dco satel, Tons wo eb an peep cts ellos por el cumplimientoo la objetividad de la moral, Gabriel Vazquez de Belmonte acentué en tal forma la inevitable nevesidad de las insttuciones morales, que su doctrina més parece propia de un exaltado que no de una persona equilibrada. Tomis de Aquino se ocupé de este problema en la Summa contra Genes, LI, eddies todo el aptlo Me fa rao del hombre no es cupli el orden moral. HI sigue su doctina reiterada: que Jas cosas que son distintas reclaman para si medidas distintas™, porque hay que atender ala dversa ratio menswrandi™, La razén humana 6s incierta®* No perdamos de vista Ia tesis mds elemental -ya expuesta- sobre Ia que eposa este problema, que la esencia de la verdad es distnta de la esencia ae ta razén, porque el hombre conoce “ex necessitate sciemtiae, non ex necessitate naturae"™ Este tema ¢s francameate complejo, cuando no oscuro, en su peasar micnto™, porque él mantiene que cuando se dispensa de la aplicacién de "97 1 g 97, ar 4 En STF, g 97, anda ue Ea ST. lg 97, a1 ai ge Ad etm endo recaum in rebut crporai est able ers sonper atone Sse, ane mS retinde lg der none vers oma MPO" Proportionatur una eademque res .. Et ideo talis rectitudo mastatur”. Ee 4d secundum deri uodmtton acipn speion a gen termino a quod, sed a termino ad quem”. ST, 1, q. 45 eee SG, § 2968. ai ern | ST, HL, q. 96, art. 2. DnHV Set et 19,92. © Tacs mie ep ea fs obs oa , ci on ue comine a isa ls Std: “Praca, mowara deer ee crtsina, Sed dtmen mane (atone ener con laa 9.14 “Cahaoes am mint nen prove roa 250, 1054 De bo, ts hbo lps i posit de deogara esa Ader cour ule oa nanan one nooo quoe munquam fallunt, dispensationem recipere non potest. In aliis ‘vero prasceptis, ‘quae sunt quasi concusiones praeceptorum communium, guandogue per horiinent Sepeneonar” Sh el g 97a 8 Sai 5 i REVISTA PEILOSOPNICA VOL 3 [SEMESTRE 1/2009 in tuna ley no se juzge 2 la ley, sino al caso™. Pero él entendi6 expresamente que, ademés del cambio de las circunstancias, fa ley natural es cambiante ‘porque cambian la naruraleza y la razén del hombre" :Par qué, entonces, eomenzé el traericnto de la ley natural en la [Il proponiendo un esquems ante todo deductivo y en la ILII de la Suma, sigue un esquema que es pre- Ferentemente inductive? Aparte de que esta deduccién de los fundamentos de la moral y la justicia es sencillamente cierta para un creyente, al investi- ‘gador le queda la impresién de que el de Aquino, al conceder expresamente tal relevancia a initium de la ley natural en la participatio, quiso oponerse a las pretensiones de los que propugnaban la teorfa de la “pura nattra ho- minis”: 61 propuse la derivacién de los principios basicos de Ja justicia de fas leyes humanas desde la ley natural (que constitufa una participactén en la Ley Eterna) para mostrar que fa justcia det hombre, también en cuanto ‘que hombre, dependia ante todo de la santidad de Dios. ‘Si alguien tiene perplejidades, debe toner en cuenta una advertencia del mismo Tomis: que ¢l funcionamiento de la razan préctica “nom cadit sub discursu neque eligua narratione™ ‘Una solucién elegante ante estas reiteraciones no siempre concordes, cs pensar que no se trata de anular cada una do estas tesis Ia ley natural os derogable, la ley natural no os derogable— oponiéndote Ia tesis contraria, sino de reconocer la verdad relativa de cada una de ellas. X. Los eriterios de la justicia ‘Ya vimos que para él legislar es siempre interpretar. El hombre fa de saber interpretarse a si mismo", El fin de a vida humana —escribe él-esté ST, Hl 9.96.20 6. 1 Sobce la posiilidad del cambio de la uaturaleza bumans, Véase: ST, UI, g. 57, at. 2 Aga eseribe que “Ilfud enim quod est naurale est immustabil, et idem apud ‘mint, Nom enim, invenitur in rebus hurnanisaliuid ale quia omnes regulze juris Thamar in oie casbus defcunt, nec: habert sua virttens ubigue”, La nica idea cw CE, § 1026. CE, § 1025-26, Fol. 152-D y 135. ST 15, g, 97s art 1s Fok. 14 D.ST Kil g 94, ar. 5, '8 CE, § 259, Frangois Conan siadia: “Monuit me ethic Arsttells locus. qu mi non videnur explanari posse, nis duplicem naturam: in lure naterali poswerins, epetats unc, ulti olteram, Jue ils dinar fas naturale were ef propri, (quod ild rato natualis cuique pracecriit, esque cetera. Alteram et securdien fs est quod in uiltate versatur, quod gonus dominic, regna, blla.qud. felon tom insite ius genta yocabinar: quod no tom nota ipsa, qua hominem udicio Constitute tamer iris neturalispors et”. Commentarioram Juris Civils fiéri Basel, 1562, L. 1 cap. 684. +0 rata extonsamente dela operaciones “propiss” del hombre, del mode humana de tener a Dios, Véase SG, § 2022, 2024, 2018, 2057. CE, § 154 ne FRANCISCO CARFINTERO//LAADAEQUATIO HERMENELTION™ Glazo pars todos, pero no siempre conocemes lo medion pare leg a Este hecho no ¢s una nota peculiar de la razon préctica; sabemos que no ‘os esti permitido conocer las esencias de las casas, y que slo nos aproxi- ‘mamos a elas observando sus efectos". Ademis, el ser humano solamente puede conocer aquello que esté en el misma plano que él, de modo que Finalmente se ha decic que esas cosas y el hombre son similares: la similitud y la proporcién coasttuyen el primer fundamento de cualquier conocimien- tol. Los Nominales que segufan a Scoto nunca entendieron este hecho, y hhubieron de hablar de potencias cognoscitivas de los hombres; los autores ‘modernos, nominalistas cuando no fenomenistas, también situaron al set hhumano frente a Jo que aparentemente no es suyo, y hubiecon de establecer Jimitaciones arificiosas en Ios distintos conocimientos. Tomas de Aquino ‘econoei limitacioves, pero sin enjfentarinitilmente al sujeto cognoscente ‘on un universo que seria exterior a él”. La vertiate seasitiva del hombre, gue se inicia con el acto, nos asegura el entconque parcial pero cierto con el mundo aparentemente exterior. ‘Su tema mis bésico en este tema os el que reza que Virtus naturam rei ‘monstrat. La similitud juega tanto hacia delante como hacia ars, por- ‘que no consttuye solamente el fdamento del conocimiento, sino que se ‘rige también como el primer principio para legar hasta nuestro bien, pues cuando el actor bace algo similar a él mismo, entonces se introduce por el camino de la ratio boni'®. Asi lo entendieron los juristas de la Baja Edad Media, que hablaben de encontrar ila aequitas quae in paribus casibus aria jura desiderat Como los preceptos dela ley natural siguen el orden de las inclinaciones naturales del hombre, la inelinatio [hominis] ex natura sua conduce hacia sa similitud que es la base del bien kumano". Conocemos lo que es el hombre por sus inclinaciones, no por una intuiciéa que nos permita penetrar directamente en su esencia. En consecuencia, “el orden de 18s causas [del actuar] ba de seguir el orden de los efectos”, Este hecho otorga al cono- ‘imiento prictico ua fuerte cariz inductive", Esto se ha de decir ante todo de las leyes, que, por tratar de las nevesidades humanas, son realidades que “ST ball.g. 12,20 1 “In Post, § 363, DSEhs S62 ST 16 75,01 Un texto claro sobre a insufcieneis de la xzén bumana, en he del aan b ST1,¢.79, at 2. SG, §1883, "STL. 76,08 1 86, § 925, CE, § 1148, i FE REVISTA FHILOSOPHICA VOL. 35{SEMESTRE 200) ns tampoco podemos conocer directamente, sino solamente por sus efectos: desde el conocimiento de los resultados de la decision adoptada podemos decidir la justicia de esa decisidn segin la ley. Acertaba Alvaro d’Ors cuan- o escribia que el estudio de Ios libros de derecho “se refleren directamente ‘la operaciéa y a0 al ser, es decir, porque toman en consideracién el obra del hombre y 20 la naturaleza, la propiamente fisica o le metafisiea"™. E] fundamento mis bésico y abstracto de le actuacién juridica ya estd se- Falado: aquello que es medio no es otra cosa que su medidal™, Bl hombre ppuede crear medidas jutas porque entre él ~que seria la cause efcieate~ y ‘el efecto que desea obtener, existe una forma cormin'; otra manifestacién 4 esa similitud que enlza al hombre con su entomno y Ie hace conocer to ‘que puede y debe hacer. Una vez asumidas las exigencias mis bésicas de la persona, el erterio més importante es el del bien comin, del que no duda ‘en decir que posee una naturaleza divina’* y que, en cualquier eas0, viene exigido por la Caridad!” Para diferenciar la estructura de la justicie de los fimdamentos de les de- ‘mas virtudes, Tomas usa una terminologia qve parece haber creado él: la de rectum rationis y medium rei, quella fundamento dc Ia justica y ésta de la moral restante, Entenderemos mejor esta distincién con un ejemplo: lo que ‘es demasiado comer para Flaccus, esté bien para Fors; si Flaccus come lo ‘que Forts, estd incursiendo en el pecado de gu la moral se mide a través de este medio tan personalizado, al que llama el “medio de la razén”. El medium rei es distinto: lo que vincule al profesor con sus aluranos en 1a realidad 0 cosa objetiva de la docencia, por lo que uno y otros se podrén ‘exigir lo que venga exigido por las necesidades de la docencia, y nada més; por ejemplo, el profesor no puede exigir a sus alumnos que le bagan favo- res personsles. Pero, en un sentido positive, esto implica que profesores y alumnos tienen en comtin el deber de realizar todo lo que sea necesario para alcanzar el objetivo comin de le ensefianza. Tomas dedioé todo un artcalo dela “Suma teol6gica” a explicar qué es el medium rei*. Sie] hombre hace lo que es propio de él en sus circunstancias, Legard ‘un fin que es simulténeamente delectzble bello y bueno! porque el ser hhumano, al tender al propio fin, tiende a la dlvinam similitudinem'®, No '® Una inoduecién a entudio del derecho. Rialp, Madsid, 1963, pig 9. ‘ud enim quod mensuratr, non vider esse ald guars mensura”. In Phys, § 636. CB, § 101 ST, Lg. 56, © ST TEM, q 47, an. 10 © ST ILI, g 58, a CE, § 159. SG, § 2053 0 FRANCISCO CARPINTERO LA ADAEQUATIO HERMENEUTICA siempre es fici! encontrar estos medios: su busqueda y su descansar en ellos ¢s una cuestién de amistad, amicitia'®. El virtuoso es “ta” medida’ Qué es malo? Lo que nos hace dai, aquello quod nocet"®. ¥ si nosotros, nos preguntamos como en confidencis qué es lo que nos conviene, hemos de atender 2 lo que las cosas dicen de si mismas, del iltimo fin, dela feli- ‘cided Obras citadas de Tomas de Aquino In IV Sententisrum (In Primsm et Secundum Sententirur), on “Opera Omnia", Romae, 1370, VL Compendium Theologiae ad Fratvem Reginaldam, en “Opusculs theologies”, Marie, Torine-Rome, I, 1975, In Librum Beati Dionysi de divinis nominibus Expostio, Marien, Torino-Roma, 1950, Liber de Veritate Cetholicas Fidei contra crores infidelium seu “Summa contra Gentiles”, Marieti, Torino Roma, 1961. In decem libros Ethicorum Aristtelis ad Nicomachum Expesitio, Marie, Torine- Roma, 1964. In Aristotelis bros Peri Hermeneias et Posteriorum Analyticorom, Marit, Torino, 1964. ‘Quaestianes Disputatse, Edizioni Studio Domenicano. Bologna, 1992, CE, LIV, exp. 14 © ST, Fl. 58, at S. Ba CE, § 1803, indica que “Quia vires ef virwosus videntur ‘esse mensura uricuigue homini. In sncquogue anim genere habere pro mensura id (quod est perfectum in genee ito. Unde, cum vires sit propia perfecto hominis, et ‘homo vrmosus st perfectus in specie humana, comvenions es, ut ex hoe aceipiatur ‘mersurain todo huano gener”. SG, § 1955, CE, §139,

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