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ENTREVISTA A HÉCTOR LABEL, PRESIDENTE DE ASIBA (ASOCIACIÓN DE PSICOTERAPIA

SISTÉMICA DE BUENOS AIRES)

La visión sistémica en psicología


Por Alfredo Dillon

Terminada la Segunda Guerra Mundial, en la década de 1950, la psicología asiste al


nacimiento de un nuevo enfoque de las relaciones humanas. Se trata de la terapia
sistémica: una corriente que analiza las interacciones en su contexto, que centra su
mirada en el sistema y en las posiciones que los individuos ocupan en él. Los terapeutas
empiezan, entonces, a pensar la familia como sistema: una red de vínculos que tiende a
la búsqueda de un equilibrio dinámico. Los comportamientos de los individuos cumplen la
función de equilibrar o desequilibrar ese sistema; a su vez, sólo son comprensibles dentro
de él.
La terapia sistémica se alimenta de los aportes de varias disciplinas: la teoría general de
los sistemas, la cibernética, la teoría de la comunicación, la física cuántica, el
constructivismo y construccionismo social, la hermenéutica y la filosofía del lenguaje,
entre otras. Todas esas visiones configuran la base interdisciplinaria del paradigma
sistémico, cuyas aplicaciones incluyen la medicina generalista y la ecología.
En esta entrevista concedida a MYRIADES 1, el licenciado Héctor Label, presidente
de ASIBA (Asociación de Psicoterapia Sistémica de Buenos Aires), explica en qué
consiste el enfoque sistémico y algunas de sus implicancias.

–Uno de los puntos de partida del enfoque sistémico es descartar la noción de


causalidad lineal. ¿En qué consiste esta idea?
–En la mecánica clásica por ejemplo, las condiciones iniciales del choque de dos
cuerpos permitían anticipar la situación final. Es decir: si una bola es lanzada en dirección
a otra, la masa, la posición inicial y la velocidad de ambas permiten anticipar su posición
final después del choque. La situación A produce la situación B, ésta produce la situación
C, y así sucesivamente. Pero, en cambio, si se trata de un golpe de una persona a otra, la
situación es más compleja. El solo gesto de iniciar un golpe genera una respuesta en el
segundo sujeto, respuesta que influye en la actitud del primero. Ya no hay solamente
causalidad lineal (causa-efecto); ahora B puede incidir en A. Esto es la causalidad
circular. Las condiciones iniciales ya no determinan lo que sucede con una entidad, y las
relaciones entre la entidad y su contexto se vuelven significativas.

–¿Qué quiere decir que la familia es un “sistema”?


–En los años 50, algunos psicoterapeutas que observaban a sus pacientes identificados
como sintomáticos en el marco de una familia comenzaron a preguntarse si podía decirse
que la familia se comportaba como un sistema, es decir, una totalidad que funcionaba
según reglas particulares de comunicación. Investigaron la comunicación verbal y no
verbal de los grupos familiares, observándolos a través de la Cámara Gesell o de
videograbaciones, y descubrieron que los comportamientos sintomáticos cumplían la
función de equilibrar o desequilibrar el sistema. Pensar la familia como sistema implica
poner el foco de atención en lo que sucede entre sus integrantes, en los patrones de
interacción que se generan entre ellos en el presente, y también en los mecanismos de
autoperpetuación o de cambio.

–¿Las conductas de los individuos pueden estar determinadas por la posición que
ocupan en el sistema?
–Sí, las conductas de los individuos están determinadas por la posición que ocupan en un
grupo humano, aunque ésa no es la única variable que lo determina. Hay estudios
realizados en colegios, en los que se observa que la manera en que un docente trata a los
chicos rotulados como “problemáticos” incide significativamente en la conducta de esos
chicos. De modo similar, la teoría del labeling (etiquetamiento) en criminología describe
cómo un determinado rótulo aplicado a un sujeto se convierte en una profecía
autorrealizada.

–¿Cómo se entiende la identidad en el enfoque sistémico?


–La identidad es identidad en un contexto. Se sostiene en un entretejido de relaciones
y conversaciones que, a la manera de un nicho ecológico, se articulan entre sí. Un
cambio, la pérdida o la inclusión de un integrante significativo de la red social, arrastra al
conjunto.

–¿A qué se llama “equilibrio dinámico”?


–El equilibrio dinámico se relaciona con la noción de homeostasis. Un sistema tiene
límites dentro de los cuales puede fluctuar manteniendo su estabilidad. Los cambios,
dentro de esos límites, producen otros cambios que mantienen el sistema dentro de
determinados parámetros. Por ejemplo: una madre se queja con el padre del
comportamiento de su hijo, el padre confronta con su hijo, la madre se inquieta y lo
defiende, con lo cual deja descolocado al padre, y el hijo se siente avalado para una
nueva “transgresión”. La escena se repite una y otra vez, independientemente de las
condiciones iniciales. De esta manera, los “actores” están como “atrapados” en un guión.

–¿En qué consiste el trabajo del terapeuta sistémico?


–Hay distintos modelos de trabajo en terapia sistémica. Uno de los más difundidos es el
delMental Research Institute de Palo Alto. En ese caso, las primeras preguntas que se
hacen al consultante son “¿cuál es el problema?” y “¿cuáles han sido las soluciones
intentadas?”. Toda la tarea se organiza a partir de esa definición inicial. El cambio se
produce a partir de modificar la forma de interacción del sujeto con su ambiente. En
muchas escuelas, este tipo de proceso se realiza con los distintos integrantes del grupo
familiar.

–¿Qué lugar ocupa la comunicación en este enfoque?


–La comunicación es un concepto central. Cuando ponemos el acento en lo que sucede
entre las personas, estamos ocupándonos de la comunicación (verbal y no verbal).
Partimos de la base de que es imposible no comunicarse y toda conducta es
comunicación. Desde este punto de vista, la mente deja de ser individual e intrapsíquica.

–¿Cómo aborda el enfoque sistémico las cuestiones de género?


–Las cuestiones de género son parte de los condicionamientos del contexto. Las prácticas
sociales en general han puesto a la mujer en un lugar de subordinación durante siglos.
Desde un enfoque sistémico, el contexto define relaciones de poder que es necesario
tener en cuenta. Por ejemplo, una negociación o una mediación en una pareja que no
tenga en cuenta las diferencias de poder entre sus integrantes terminará avalando, en
forma encubierta, la posición del más fuerte.

–¿Se puede lograr un cambio en el sistema a partir del cambio en uno de sus
elementos? ¿O es necesario que todos cambien?
–Se puede lograr un cambio a partir del cambio de uno de los elementos del sistema, pero
ese cambio involucra al resto. Es importante tener en cuenta de qué modo el cambio de
un elemento o integrante puede afectar a los otros. Así, por ejemplo, un herbicida que
dañe al predador natural de una plaga puede provocar un daño mayor que el que viene a
remediar.

Más información
Bateson, Gregory, Pasos hacia una ecología de la mente, Buenos Aires: Carlos Lohlé-
Lumen, 1985.
Minuchin, Patricia; Colapinto, Jorge y Minuchin, Salvador, Pobreza, institución y
familia, Buenos Aires: Amorrortu, 2000.
Sluzki, Carlos, La red social: frontera de la práctica sistémica, Barcelona: Herder, 1996.
Wainstein, Martín, Comunicación: un paradigma de la mente, Buenos Aires: Eudeba,
1999.
Watzlawick, Paul; Beavin, Janet y Jackson, Don D., Teoría de la comunicación
humana, Barcelona: Herder, 1981.

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