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En el Kaliyuga, que significa el tiempo donde las tinieblas del alma lo cubren todo, la Minne,

como todas las cosas espirituales, también resulta transfigurada. No en el sentido esencial
claro está, pues al ser la expresión directa del Origen, de su recuerdo en la sangre, mal podría
ser afectada por determinantes espacio temporales. Sin embargo, la Pureza de Sangre ha de
expresarse de diferente manera que en los tiempos dorados, o menos densos, donde lo solar
signaba aparentemente lo fundamental. Pero tal alteración sucede en el exterior: es el Mundo
que ha cambiado y, con ello, su visión de la Verdad. Parecido a cuando damos la vuelta los
binoculares, la imagen se deforma por el cambio de perspectiva y no por la efectiva
trasformación del objeto observado.

¿Qué es, entonces, la Pureza de Sangre en este Kaliyuga? O más bien, ¿cómo se expresa o
reconoce? Antaño, la respuesta quedaba a la discreción de la voluntad expresada sobre el
mundo, es decir, los valores aristocráticos del Espíritu. ¿Pero, ahora que “todas las variantes
están controladas por el Demiurgo”? La Gnosis innata que se encuentra plasmada en la sangre,
esa Verdad oculta, no puede resistir el aire del mundo moderno rezumado por los satanistas
de Dios, la sociedad y su ambiente se tornan insoportables para esa concepción trascendental.
Todo se vuelve, como en un eclipse, pura oscuridad y desasosiego.

La Pureza de Sangre se aparece entonces, como una piedra negra que va hundiéndonos en la
desesperanza y en las sombras más tenebrosas. No otra es la expresión que la “Serpiente de la
Gnosis” va plantando en el interior; como si de un veneno mortal se tratase, significa una
corriente de fatalidad que va cubriéndolo todo. Como una roca que hace todo lo posible por
apartarnos de la felicidad, de la luz, del amor o demás ilusiones. A veces, un apetito por la
autodestrucción que se torna insuperable. Todo esto es al principio inconsciente y conduce, en
la mayoría de las ocasiones, a la desgracia. Pero realmente, una desgracia aún mayor es tener
que vivir en esta superficie plagada por los enemigos del Espíritu.

Pero al contrario de lo que preceptúan los animales de la Creación, entre ellos los cancerberos
de la “Psicología”, la desesperanza por la vida es la mayor bendición que un hombre (o mujer)
puede llegar a sentir, pues sugiere la efectiva presencia de la Minne. El Pesimismo y la
misantropía siempre han sido patrimonio de los seres más puros, por lo menos, en este
milenio de plomo. La Hostilidad esencial es contra el Macrocosmos, y éste comprende también
al Microcosmos. Cuando el Gran Engaño adquiere la máxima densidad posible, todo se
convierte en una vorágine de odio y desesperación trágica para el auténtico gnóstico, y tal
efecto comenzó mucho antes de que éste se supiera tal.

En el Kaliyuga, la Minne tiene el color de la Muerte.

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