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Santiago, tres de abril de dos mil catorce.

VISTOS:
En estos autos Rol Nro. 27592-2010, seguidos ante el 19° Juzgado
Civil de Santiago, sobre juicio sumario de rendición de cuentas, caratulados
“Astaburuaga Escobar, María Soledad con Astaburuaga Escobar, Manuel
Antonio”, por sentencia escrita a fojas 439 del Tomo II de estos autos, de
fecha doce de diciembre de dos mil doce, se acogió con costas, la demanda
de lo principal de la presentación de fojas 75 y, en consecuencia, declaró
que el demandado deberá proceder a la rendición de cuentas relativa a la
administración del mandato otorgado por la actora, de 1° de junio de 1995,
dentro del plazo de tres días, contados desde que el fallo quede
ejecutoriado.
El demandado dedujo recurso de apelación en contra del fallo de
primer grado y una Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago, por
resolución de ocho de octubre de dos mil trece, que se lee a fojas 199,
revocó la sentencia apelada y, por consiguiente, rechazó la demanda.
En contra de esta última decisión la actora deduce recurso de
casación en el fondo.
Se trajeron los autos en relación.
Y TENIENDO EN CONSIDERACIÓN:
PRIMERO: Que la parte recurrente sostiene en primer lugar que la
resolución impugnada ha sido dictada con infracción al artículo 1437 en
relación con el artículo 2155, ambos del Código Civil, toda vez que
desnaturaliza el mandato inserto en las escrituras de constitución social y de
modificación, señalando que estamos en presencia de un administrador y no
de un mandatario y que, por lo tanto, el demandado no se encuentra
obligado rendir cuenta. Sin embargo, asevera, si se examinan las normas
relativas a la administración de la sociedad colectiva civil, contenidas en los
artículos 2074, 2075, 2076 y 2077 del Código sustantivo, se advierte que
existe una expresa remisión precisamente a las reglas del mandato y, en el
presente caso, dicho mandato le fue conferido por escritura de modificación
social de 5 de junio de 2006, particularmente la cláusula séptima, como lo
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señala acertadamente el fallo de primer grado, al indicar que se encuentra


acreditado que entre las partes existe un contrato de mandato, que es la
fuente de las obligaciones que existe entre las partes de este juicio, de
acuerdo con lo dispuesto por el artículo 1437 del mencionado conjunto
normativo, norma que, afirma, ha sido aplicada equivocadamente.
En el segundo apartado de su libelo la impugnante plantea que se ha
conculcado el artículo 2116 del Código Civil por falta de aplicación y hacer
una errónea interpretación del mandato que se encuentra inserto en las
escrituras públicas de constitución y modificación de la Sociedad
Inversiones Asta Limitada y que sirven de fundamento a la demanda.
Finalmente, la impugnante afirma que se han transgredido los
artículos 2155, 2123 y 2124 del Código Civil desde que se encuentra
acreditado en autos el hecho que entre las partes existe un mandato, el que,
a su juicio, es la fuente de las obligaciones que existía entre ellas y que,
conforme a ese mandato general, ha nacido, en su concepto, respecto del
demandado la obligación de rendir cuenta de su administración, al tenor de
lo dispuesto por el artículo 2155 citado. Añade que el fallo que desconoce la
existencia del mandato y niega lugar a la demanda es nulo por infringir la
norma referida que precisamente consagra la obligación de rendir cuentas y
también los demás preceptos citados a los cuales no les da la aplicación que
corresponde;
SEGUNDO: Que para una acertada resolución del recurso, se debe
tener en especial consideración los siguientes antecedentes:
1°.- Que en autos se ha solicitado que se declare judicialmente la
obligación que sobre el demandado recae, en orden a rendir cuenta del
desempeño del mandato conferido por escritura de fecha 5 de julio de 2006,
otorgado ante el Notario Público de Santiago don Jaime Morandé Orrego,
con costas.
2°.- Que la demanda se tuvo por contestada en rebeldía del
demandado;
TERCERO: Que, los jueces del mérito, han fijado como hechos de
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la causa, los cuales resultan inamovibles por no haberse denunciados la


transgresión de normas reguladoras de la prueba, los siguientes:
a) Según expresa la cláusula primera del pacto social acordado con
fecha 1° de junio de 1995, don Manuel José Astaburuaga Echenique y su
cónyuge, doña Blanca Escobar Tagle constituyeron una sociedad comercial
de responsabilidad limitada, regida a la época por las normas de la Ley Nº
3.018 y modificatoria Nº 6.146, y supletoriamente, por las normas del
Código de Comercio. El nombre de la sociedad fue “Inversiones Asta
Limitada”, y su objeto social estaría constituido en general por la ejecución
de toda clase de inversiones. La administración y/o uso de la razón social
correspondería a ambos socios en forma indistinta.
b) Con fecha 5 de julio de 2006 la mencionada sociedad fue
modificada, cediendo la socia Blanca Escobar Tagle sus derechos sociales a
sus hijos Verónica, María Amalia, Manuel, María Andrea y María Soledad,
todos Astaburuaga Escobar, retirándose de la sociedad doña Blanca Escobar
Tagle. A partir de esa fecha se modificó también la administración social,
en el sentido que ésta sería ejercida por don Manuel José Astaburuaga
Echenique y don Manuel Antonio Astaburuaga Escobar, indistinta o
conjuntamente.
c) Conforme a las escrituras sociales antes individualizadas el socio
demandado en estos autos, don Manuel Antonio Astaburuaga Escobar, no
tiene la calidad de único administrador de la Sociedad de Inversiones Asta
Ltda., pues dicho cargo lo detenta también, indistintamente con él, el padre
de ambas partes y socio, don Manuel José Astaburuaga Echenique;
CUARTO: Que, sentados los presupuestos fácticos precedentes los
juzgadores reflexionan, para decidir rechazar la demanda, que el
demandado no reviste la calidad de administrador por mandato, sino de
administrador por el contrato de sociedad comercial, constituida por todos
los socios: los hermanos Astaburuaga Escobar y su padre, Manuel José
Astaburuaga Echenique. Por lo anterior, sostienen, no le son aplicables al
socio demandado las reglas propias del mandato civil, pues la fuente de sus
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obligaciones se encuentra en el contrato social, y en el estatuto jurídico


contenido en los artículos 2071 y siguientes del Código Civil.
Luego de invocar como norma aplicable al caso sub judice el artículo
2080 de dicho cuerpo legal, hacen presente que la escritura social contiene
en la cláusula décimo tercera modificada, la obligación y reglamentación de
los balances anuales disponiendo que éstos deben confeccionarse al 31 de
diciembre de cada año.
Concluyen los sentenciadores, a partir de tal aserto, que no resulta
procedente pretender la declaración de obligación de rendir cuenta intentada
por la demandante en estos autos, como si se tratara de un mandatario civil
común, pues dicha obligación para el demandado deriva del contrato de
constitución de la sociedad comercial —que ha funcionado como tal en el
tiempo— como así también la forma y circunstancias como debe rendirse.
Agregan que, en todo caso, la expresada obligación pesa no sólo sobre la
persona demandada, sino también sobre el padre y socio administrador ya
individualizado, facultado para actuar indistintamente con aquél.
QUINTO: Que conforme a lo señalado en el motivo primero, las
infracciones de ley denunciadas por la parte recurrente consisten por una
parte en una pretendida errada interpretación del artículo 1437 del Código
Civil que, como es sabido, señala cuáles son las fuentes de las obligaciones
personales y, por otra, las normas del contrato de mandato contenidas
también en el Código Civil, particularmente aquélla del artículo 2155, que
establece la obligación del mandatario de dar cuenta de su gestión;
SEXTO: Que en lo que toca al referido artículo 1437 del Código
Civil, no se divisa de qué manera la I. Corte de Santiago pudo vulnerarlo,
ya que en su fallo de modo alguno niega la existencia de una relación
contractual entre los litigantes. En efecto, la citada disposición trata de los
contratos o convenciones como la primera fuente de las obligaciones, pero
no se refiere a ningún contrato en particular, por lo que la pretensión de la
recurrente de que a las partes las ligaba un contrato de mandato y no de
sociedad, en lo tocante a la disputa sobre que versa el pleito, no tiene
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atingencia en la especie;
SÉPTIMO: Que ahora en lo relativo a la supuesta vulneración de la
reglas del contrato de mandato contenidas en el Código Civil y,
concretamente al artículo 2155 que impone al mandatario la obligación de
rendir cuenta de su gestión, tampoco ésta ha podido tener lugar, desde que,
conforme a los artículos 2071 y siguientes del mismo cuerpo legal y tal
como razonaron los jueces de la I. Corte de Santiago, toda vez que en un
contrato de sociedad colectiva civil se designan administradores, éstos no
son considerados mandatarios y la forma y época en que su administración
es juzgada, resulta de la aplicación del estatuto social y, todavía, si el pacto
social nada expresa en cuanto a la oportunidad de rendir cuenta, ésta deberá
rendirse anualmente, al tenor del artículo 2080 del Código de Bello. Es en
el caso que los socios no hayan designado administradores -evento en el
cual puede estimarse que todos tienen tal calidad- cuando tiene aplicación
lo dispuesto en el artículo 2081 del Código Civil que expresa “No
habiéndose conferido la administración a uno o más de los socios, se
entenderá que cada uno de ellos ha recibido de los otros el poder de
administrar con las facultades expresadas en los artículos precedentes […]”,
supuesto en el cual, por disposición de la ley se entiende que tácitamente
los socios han otorgado un poder recíproco de representación, el que de la
misma manera ha sido aceptado por todos ellos;
OCTAVO: Que a mayor abundamiento, ha de señalarse que en una
sociedad de responsabilidad limitada, ya sea ésta de naturaleza mercantil o
civil, siempre han de designarse uno o más administradores, conforme lo
dispone el artículo 2º de la Ley Sobre Sociedades de Responsabilidad
Limitada, en relación con el artículo 352 del Código de Comercio;
NOVENO: Que por todo lo razonado en las consideraciones
precedentes, el recurso de casación en el fondo intentado en contra de la
sentencia de la I. Corte de Santiago habrá necesariamente de ser
desestimado.
Y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764 y
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767 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación


en el fondo interpuesto en lo principal de fojas 204 por el abogado don
Isidoro Silva Johnson, en representación de la actora, en contra de la
sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, de fecha ocho de octubre
de dos mil trece, que se lee a fojas 199.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Abogado Integrante señor Raúl Lecaros Z.
Rol N° 13.161-13.-
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Nibaldo Segura
P., Patricio Valdés A., Guillermo Silva G., Juan Fuentes B. y Abogado Integrante Sr. Raúl
Lecaros Z.
No firma el Abogado Integrante Sr. Lecaros, no obstante haber concurrido a la vista del recurso
y acuerdo del fallo, por estar ausente.

Autorizado por la Ministra de fe de la Corte Suprema.

En Santiago, a tres de abrile de dos mil catorce, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la
resolución precedente.

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