El Discurso de Angostura es la pieza oratoria más importante del principal conductor
de la emancipación sudamericana respecto del dominio colonial español, el venezolano Simón Bolívar, quien lo pronunció, el 15 de febrero de 1819, ante el Congreso recién instalado en la ciudad homónima venezolana (actual Ciudad Bolívar), asamblea de la cual habría de resultar la creación de la República de la Gran Colombia. En dicho discurso, el Libertador se pronuncia a favor de la democracia, mantiene su preferencia por el centralismo y se inclina por un poder ejecutivo al estilo británico en el territorio nacional. La integración latinoamericana es una idea nacida del calor de la formación de nuestras nacionalidades, es decir, del nacimiento de una conciencia independiente a la impuesta por la metrópolis y enarbolada por un sector importante de los criollos que comienzan a elaborar y a concernir proyectos integracionistas, la moral de la emergencia propia de un continente sometido que reclama por el reconocimiento de su derecho: "un derecho con que la naturaleza lo ha dotado": la libertad. Bien temprano comprendió Simón Bolívar la existencia de un destino común en los países oprimidos por la metrópoli colonial y la necesidad de unir sus esfuerzos para sacudirse del yugo español, en la Constitución de 1811 prohibió la entrada de esclavos, pero no la esclavitud. El discurso de Bolívar en Angostura está lleno de sabias reflexiones, de un insuperable contenido político y filosófico. En otro sentido, para él educar era tan importante como libertar. De lo que se desprende su memorable sentencia: "Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades". Después de desarrollar otros tópicos relacionados con una visión sobre la grandeza y el poderío de la América libra y unida, cierra Bolívar su discurso con la siguiente exhortación al Congreso: " Señor, empezad vuestras funciones: yo he terminado las mías". Tras esto hizo entrega de un proyecto de Constitución, así como del Poder Moral, a fin de que fueran estudiados por los diputados, añadiendo: "El Congreso de Colombia está instalado; en él reside, desde este momento, la Soberanía Nacional. En estos momentos que nuestro país atraviesa una crisis económica le proponemos al Gobierno Venezolano; como órgano de acción y el medio de expresión colectivo, buenas medidas, para garantizar la tranquilidad del pueblo y el asentamiento de la paz dentro del proyecto de independencia, es decir, la felicidad social para así consolidar nuestra república y mantener en ella la tradición edificante del padre de la patria Simón Bolívar.