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La vida del joven abogado Andy Beckett (Tom Hanks) cambia cuando descubre

que vive con VIH y por ello es despedido de la firma de abogados para la que
trabaja. Entonces, decide contratar al abogado Joseph Miller (Denzel Washington)
para que le defienda durante el juicio debiendo luchar no solo contra la opinión
que tiene la sociedad sobre dicha enfermedad, sino también contra sus propios
prejuicios sobre la homosexualidad.
Para el caso, Andy es llamado a la oficina de sus jefes, donde estos le dicen que
debido a su "incompetencia", será despedido.
Andy desea demandar a su antigua firma, Whyant Wheeler, por despido injusto,
explicando la versión de la firma: Andy es un abogado mediocre, incompetente y
agresivo. Pero la verdadera razón, fue víctima de discriminación por lo
anteriormente expuesto, alegando que ha sido saboteado, que no había razón
para decir que era un incompetente debido a su gran capacidad y dedicación, sino
la verdadera razón era que había sido echado por su enfermedad.
En jurisdicción del estado colombiano, se puede dar a entender que este tipo de
acasos puede llevar a la violación de los derechos del trabajador, así como
también en la que la Corte puede alegar tomando en el caso expuesto en la
película como uno real que esa entidad vulneró los derechos fundamentales a la
vida, la salud, el trabajo y el mínimo vital, al no mantener el contrato de un
funcionario con VIH sida. Esto se ampara en la sentencia T-513-2015 (protección
a los trabajadores con VIH-SIDA), la sentencia T 1083 del 2007 (Estabilidad
laboral a los discapacitados) y la ley 361 de 1997 en su articulo 26 (que establece
a la no discriminación a una persona con discapacidad en un ambiente laboral)
Por esta razón, la Corte Constitucional podría ordenar a la alcaldía el reintegro del
trabajador en iguales o en mejores condiciones de las que se encontraba.
la excepción de circunstancias extremadamente inusuales, es contra la ley que
alguien te despida por tener VIH o que te pregunte si tienes VIH durante el
proceso de contratación.
El estatus de VIH de una persona no debe dictar lo que esa persona puede o no
puede hacer en el empleo. Esto se debe determinar a partir de las cualificaciones
de la persona, sus talentos y compromiso con el empleo. Algunos empleados con
VIH pueden requerir ciertos ajustes para poder desempeñarse bien en un
determinado trabajo, otros pueden nunca experimentar limitación alguna que
afecte su habilidad para trabajar. Cuando los asuntos de salud afectan la habilidad
para trabajar de una persona, se aplican las mismas reglas acerca de cómo
manejar la situación, independientemente de si la persona tiene VIH o no.
La Corte Constitucional estableció que los portadores de VIH sida gozan de una
estabilidad laboral reforzada, por lo que solo pueden ser despedidos por causas
objetivas que no tengan que ver con su enfermedad y tras una autorización del
Ministerio de Trabajo.
Esto se encuentra amparado por la sentencia t-513-2015 que expone “la
estabilidad laboral reforzada para los trabajadores portadores del VIH/SIDA“
La cual expone que - La jurisprudencia constitucional ha concluido que la
efectividad de la estabilidad laboral reforzada de las personas que padecen el
virus del VIH/SIDA se traduce en la garantía de permanencia en su empleo como
medida de protección especial ante actos de discriminación, la cual se concretiza
en la obligación que tiene el empleador de (i) demostrar una causal de despido
objetiva y (ii) acudir al Ministerio de Trabajo para que autorice la desvinculación
laboral de los trabajadores portadores del virus. Este Tribunal en diferentes
pronunciamientos ha sostenido que esta garantía no opera de manera automática
por la simple existencia del Virus de Inmunodeficiencia, sino que es “necesario
probar la conexidad entre la condición de debilidad manifiesta y la desvinculación
laboral, constitutiva de un acto discriminatorio y un abuso del derecho”-
si no se logra probar la relación de causalidad entre la terminación del contrato y la
condición del trabajador, se desdibuja el concepto discriminatorio, situación que
torna improcedente el amparo constitucional
T - 1083 del 2007: Los pacientes con VIH-SIDA son sujetos de especial protección
constitucional debido al carácter de su enfermedad y al estado permanente de
deterioro médico al que están expuestos; calidad que los hace merecedores de un
“trato igualitario, solidario y digno ante las circunstancias de debilidad manifiesta
en que se encuentran.”
la ley 361 de 1997 en su artículo 26: En ningún caso la discapacidad de una
persona, podrá ser motivo para obstaculizar una vinculación laboral, a menos que
dicha limitación discapacidad sea claramente demostrada como incompatible e
insuperable en el cargo que se va a desempeñar. Así mismo, ninguna persona en
situación de discapacidad podrá ser despedida o su contrato terminado por razón
de su limitación discapacidad.

El decreto 1333 del 2018 expresa que tiene por objeto reglamentar el
procedimiento de revisiones periódicas de las incapacidades por enfermedad
general de origen común por parte de las EPS, el momento de calificación
definitiva y las situaciones de abuso del derecho que generen la suspensión del
pago de esas incapacidades.

Las normas contenidas en el presente decreto aplican a las Entidades Promotoras


de Salud (EPS) y las demás Entidades Obligadas a Compensar (EOC), a los
aportantes, los cotizantes, incluidos los pensionados que realizan aportes
adicionales a su mesada pensional, y a la Administradora de los Recursos del
Sistema General de Seguridad Social en Salud (ADRES).

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