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PROCEDIMIENTO Y RECURSOS ADMINISTRATIVOS,

EL DERECHO PROCESAL ADMINISTRATIVO

I. INTRODUCCIÓN.

Los Recursos Administrativos surgen como un remedio a la legal actuación


de la administración. Son medios legales que el ordenamiento jurídico pone
a disposición de los particulares para lograr, a través de la impugnación, que
la Administración rectifique su proceder. Son la garantía del particular para
una efectiva protección de su situación jurídica.
Son denominados Recursos, porque se trabaja con un acto preexistente, es
decir, con una materia procedimental ya decidida, que, en este caso, es un
acto administrativo de efectos particulares.
El Recurso Administrativo es un acto por el que un sujeto legitimado para ello
pide a la Administración que revise una resolución administrativa, dentro de
unos determinados tiempos y siguiendo las formalidades establecidas y
pertinentes al caso, de ahí que la garantía pretende asegurar una posibilidad
de reacción contra las resoluciones administrativas esta se vea limitada por
el hecho de ser la propia Administración la que ha de resolver el litigio
planteado.

II. OBJETIVOS.

A. Objetivo general.
El objetivo de este tema es proporcionar información acerca de los
procedimientos que incurre la administración en los actos y acciones
administrativas, referente a derechos subjetivos o interés legítimos de
los administrados.

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B. Objetivo Específicos
- Establecer las normas que regulas la actividad administrativa y el
procedimiento administrativo del sector público.
- Hacer conocer el procedimiento del ejercicio del derecho de
petición ante la administración pública.
- Conocer las causas que determinan la deficiencia en la gestión
pública de las instituciones.

III. MARCO CONCEPTUAL.


Para tener una buena comprensión del trabajo necesitamos tomar diferentes
conceptos relacionados con el presente trabajo, aquí los siguientes:

Acto Administrativo: Declaraciones de las entidades, que, en el marco de


normas de derecho público, están destinadas a producir efectos jurídicos
sobre los intereses, obligaciones o derechos de los administrados dentro de
una situación concreta.

Acto Jurídico: El acto jurídico es la manifestación de voluntad destinada a


crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas.

Cohecho: Corrupción. Comete delito de cohecho, el funcionario público que


solicita o recibe dinero o cualquier otra dádiva, por realizar un acto que
constituya delito o sea injusto, o por abstenerse de realizar un acto que debe
practicar, al igual que los que con dinero u ofrecimientos corrompen o
intentan corromper a los funcionarios públicos.

Competencia: Conjunto de atribuciones y responsabilidades inherentes o


asignadas a una entidad pública para el ejercicio de sus funciones.

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Decretos: Establecen normas de ejecución de los ordenamientos jurídicos,
resuelven o regulan asuntos de orden general y de interés general.

Descentralización: La transferencia de facultades y competencias del


Gobierno Central y de los recursos del Estado a los organismos inferiores
descentralizados.

Desconcentración: Distribución de las competencias y funciones de las


Entidades Públicas hacia los órganos bajo su dependencia.

Desconcentración Administrativa: Principio organizativo según el cual se


genera delegación de atribuciones y decisiones, desde un nivel de autoridad
superior hacia niveles de autoridad subordinados, de menor jerarquía
funcional o territorial, dentro del ámbito de la misma persona jurídica.

Función pública: : Toda actividad temporal o permanente, remunerada u


honoraria, realizada por una persona en nombre o al servicio de las entidades
de la Administración Pública, en cualquiera de sus niveles jerárquicos.

Funcionario público: Considerase funcionario al ciudadano que es elegido


o designado por autoridad competente, conforme al ordenamiento legal, para
desempeñar cargos del más alto nivel en los poderes públicos y los
organismos con autonomía. Los cargos Políticos y de confianza son los
determinados por la ley.

Niveles jerárquicos: Son los diversos escalones o posiciones que ocupan


en la estructura organizacional los cargos o las personas que los ejercen y
que tienen suficiente autoridad y responsabilidad para dirigir o controlar una
o más unidades administrativas.

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Servicios públicos: Comprende el conjunto de servicios proporcionados por
el Estado, con o sin contraprestación.

Servidor o funcionario público: Para efectos de la Ley, entiéndase por


servidor público al ciudadano en ejercicio, que presta servicio en entidades
de la Administración Pública con nombramiento o contrato de autoridad
competente, con las formalidades de ley.

IV. MARCO TEÓRICO.


El principal problema al que se nos enfrentamos al tratar de definir al Derecho
Administrativo es, que él mismo abarca diferentes áreas y funciones. Algunos
analistas jurídicos consideran que el Derecho Administrativo regula la
organización y funcionamiento del Poder Ejecutivo, otros, que únicamente se
encarga de la administración Pública y de las personas administrativas que
surgen de ella, mientras un tercer grupo señala que el Derecho Administrativo
será aquél que regule las relaciones del Estado con los particulares.
Para Rafael Bielsa: El Derecho Administrativo es un complejo de principios y
normas de Derecho público interno que regula: la organización y
comportamiento de la administración pública, directa e indirectamente; las
relaciones de la administración pública con los administrados; las relaciones
de los distintos órganos entre sí de la administración pública; a fin de
satisfacer y lograr las finalidades del interés público hacia la que debe tender
la Administración.
Para Villegas Basavilbaso: El Derecho Administrativo es un complejo de
normas y de principios de Derecho Público interno que regulan las relaciones
entre los entes públicos y los particulares o entre aquéllos entre sí, para la
satisfacción concreta, directa o inmediata de las necesidades colectivas, bajo
el orden jurídico Estatal.
Para Néstor Dario Rombolá y Lucio Martin Reboiras: El Derecho
Administrativo es aquel que regula las relaciones de los órganos públicos,

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entidades autárquicas o descentralizadas y empresas del Estado, respecto
los habitantes o administrados.
Jorge Fernández Ruiz, da la siguiente definición: El Derecho Administrativo
es el conjunto de normas y principios del derecho público que rigen la
estructura, organización, y funcionamientos de las diversas áreas de la
administración pública de las relaciones de éstas entre sí, así como de sus
relaciones con las demás instituciones del Estado y con los particulares.
Rafael de Pina y Rafael de Pina Vara: Totalidad de las normas positivas
destinadas a regular la actividad del Estado y de los demás órganos públicos,
en cuanto se refiere al establecimiento y realización de los servicios de esta
naturaleza, así como a regir las relaciones entre la administración y los
particulares y de las entidades administrativas entre sí.
Para Agustín Gordillo: La parte del Derecho Administrativo estudia las reglas
y principios que rigen la intervención de los interesados en la preparación e
impugnación de la voluntad administrativa.
García Oviedo: Nos dice sobre el Derecho procesal Administrativo que son
los trámites y formalidades que debe observar la administración para resolver
los reclamos que los interesados formulen.
En si en esta primera parte se pudo observar las definiciones de algunos
autores sobre el Derecho Administrativo. Continuando vamos a las teorías de
algunos autores sobre el Derecho Procesal Administrativo.
Según el procesalista español Manuel de la Plaza, mencionado por Garcini,
El Derecho Procesal, en sentido objetivo, es el que se ocupa de regular el
Proceso Civil.
El Derecho Procesal Administrativo, es la rama del Derecho que tiene a su
cargo la regulación de los procedimientos administrativos. El procedimiento
administrativo está constituido por una serie de etapas que sigue la
Administración, para decidir y resolver las peticiones, reclamaciones o
impugnaciones que formulan los particulares, es decir, puede tratarse de una
petición.

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Se puede establecer que en materia de relaciones jurídicas entre la
Administración y los administrados, implica la existencia legal de un
procedimiento para la resolución, decisión o ejecución de la actividad
administrativa, sea de impugnación o no, razón por la cual ha surgido la
disciplina del Derecho Procesal Administrativo.
Garcini, destaca algunos criterios a efecto de establecer la existencia de las
relaciones que nuestra disciplina tenga con aquel. En cuanto a los criterios
que sostienen la existencia de estas relaciones, tenemos que:
- El Derecho Administrativo al establecer sus procedimientos se inspira
en el Derecho Procesal;
- El Procedimiento Administrativo en muchos aspectos es una
reproducci6n del Derecho Procesal
- El carácter supletorio del Derecho Procesal Civil, cuando no existe la
norma aplicable del Derecho Procesal Administrativo
- El Derecho Procesal se vale del Derecho Administrativo para la
obtención de los medios personales y materiales para los órganos de
Administración de justicia., Con los criterios expuestos por Garcini,
queda bien establecida la existencia de las relaciones que se dan entre
el Derecho Administrativo con el Derecho Procesal y la tendencia
moderna de la existencia de un Derecho Procesal Administrativo.

V. MARCO JURIDICO.
La Constitución Política del Estado. - La cual fue promulgada el 19 de
febrero de 2009, después de un histórico proceso constituyente, es el primer
marco jurídico por ser la norma suprema de la economía jurídica nacional.
Código de Procedimiento Civil. - Este cuerpo legal es la única normativa
legal vigente que se aplica para el procedimiento contencioso administrativo
y que se encuentra estipulada en los Arts. 778 al 781 del referido cuerpo
legal.

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Código Tributario Ley Nº 2492.- En nuestro Código Tributario, se
establecen procedimientos de impugnación de los actos administrativos, por
lo que es parte del marco jurídico; especialmente, en el Título III referido a
“Impugnación de los actos administrativos”.
Ley del Órgano Judicial Ley Nº 25.- Es la norma jurídica que delimita las
atribuciones y facultades de los miembros del Órganos Judicial en nuestro
territorio.
Ley de Procedimiento Administrativo. - El cual define los principios y
directrices que debe seguir los actos administrativos y su eventual
impugnación por parte del administrado que se sintiere afectado en sus
derechos.

VI. DERECHO COMPARADO.


Continuando con el cronograma del trabajo continuamos con lo que es el
derecho comparado, consiste en las diferencias que existe sobre el tema del
Derecho Administrativo y el Derecho Procesal Administrativos en tres países
que se encuentran limítrofes a Bolivia.
A. Derecho Administrativo Peruano.
En el Derecho Administrativo Peruano podemos ver que al igual que
el Derecho Administrativo Boliviano es una rama de Derecho público,
que de igual forma regula la organización, funcionamiento, poderes y
deberes de la administración pública y las consiguientes relaciones
jurídicas entre la Administración y otros sujetos.
En los últimos veinte años el Derecho Administrativo Peruano, ha
experimentado cambios sustanciales al promulgarse entre otras, las
siguientes
Leyes: Estatuto y Escalafón del Servicio Civil, la Caja de Pensiones, el
Régimen De jubilación para las mujeres, la ley de Electricidad, la ley
de Promoción Industrial y la de Derechos de Autor. Estas leyes

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suponen un considerable avance en relación con las leyes anteriores
sobre las mismas materias.
El Derecho Procesal Administrativo peruano se encuentra plasmado
en la Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General.

B. DERECHO ADMINISTRATIVO ARGENTINO


En una definición de lo que podemos decir de sobre el Derecho
Administrativo Argentino podemos ver que al igual que el Derecho
Administrativo Boliviano es una rama de Derecho público.
El cual consiste en los principios y normas del Derecho público
Argentino, el cual se encarga de regular la organización y las
actividades de la Administración Públicas.
La ley utilizada para el Procedimiento Administrativo Argentino es la
Ley 19549 que consta de 34 Art. Y que fue promulgada por el
presidente de ese país.

C. DERECHO ADMINISTRATIVO CHILENO


El Derecho Administrativo Chileno regula la Administración Pública, su
forma de organizarse, gestionar y actuar, así como las relaciones de
aquélla con los particulares. En palabras más sencillas existe una
relación del Estado y de los restantes órganos de la administración
pública con los funcionarios relacionados con este.
La ley Chilena del Procedimiento Administrativo, es la Ley 19880, la
cual fue publicada el año 2003 en la Presidencia de Ricardo Lagos
Escobar, la cual consta de 69 Art.
Llegando a un punto final se pudo observar los distintos Derechos
Administrativos y los Derecho Procesales Administrativos de tres
países limítrofes a Bolivia, en los cuales nos constatamos que este
Derecho se encuentra ligado netamente al Derecho público en su
totalidad, pero cada uno de estos países se tiene su diferente

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modalidad de realizar su Proceso Administrativo, utilizando sus
diferentes leyes.

VII. METODOLOGÍA.
Para poder realizar el trabajo, se tomó distintas herramientas para lograr
nuestros objetivos.
Como parte fundamental el equipo de trabajo se reunió para analizar el tema
planteado, donde se empieza a recolectar la información, acudiendo a
centros bibliográficos e incluso a distintas páginas de internet.
En el largo trayecto de nuestra búsqueda de información fue escasa en
cuanto encontrar referencias bibliográficas en físico (Libros), pero se pudo
encontrar diferentes tipos de libros digitales (PDF’s)
Las herramientas más utilizadas fueron distintas fuentes bibliográficas
basadas en libros físicos y digitales y diferentes páginas de internet.
Estas herramientas nos permitieron desarrollar el tema satisfactoriamente.

A. TECNICAS BIBLIOGRAFICAS
Una de las técnicas más utilizadas ha sido el análisis previo realizado
al tema.

Al momento de realizar las investigaciones en distintas páginas de


internet, no confiando en la fiabilidad de esta, tuvimos que apoyar en
distintos libros para percatarnos de la información adquirida, lo cual
fue de mucha ayuda para el equipo de trabajo.
La comparación de estos nos permitió desarrollar el método
comparativo ya sea tanto para los distintos puntos de vista de autores
sobre el tema, asimismo en cuanto al derecho comparado.

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VIII. DESARROLLO DEL TEMA.
A. Naturaleza de la función jurisdiccional de la administración
pública.
Para entender el ejercicio de funciones jurisdiccionales de la
Administración es necesario hacer una precisión acerca de la
indivisibilidad del poder. Luego de ello, es menester referirse a la teoría
de la separación de funciones del poder. Por otra parte, admitir la
existencia de tribunales administrativos requiere analizar conceptos
propios de la ciencia política, tales como el poder y las teorías que
desde la antigüedad clásica intentan limitar el poder de los gobernantes.
Para entender el ejercicio de funciones jurisdiccionales de la
Administración es necesario hacer una precisión acerca de la
indivisibilidad del poder. Luego de ello, es menester referirse a la teoría
de la separación de funciones del poder. Por otra parte, admitir la
existencia de tribunales administrativos requiere analizar conceptos
propios de la ciencia política, tales como el poder y las teorías que
desde la antigüedad clásica intentan limitar el poder de los gobernantes.

La Administración Pública se encuentra conformada por:


- El Órgano Ejecutivo, que comprende la administración nacional,
las administraciones departamentales, las entidades
descentralizadas o desconcentradas.
- Los Gobiernos Autónomos Municipales en el marco de lo
establecido en la Ley de Municipalidades y la Ley Marco De
Autonomías Y Descentralización.
- Las Universidades Públicas en el marco de la Autonomía
Universitaria

Administración pública.
- Tiene base social.

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- Su fin es el servicio y la utilidad públicos.
- Le Pertenece al campo del Derecho Público.
- Las decisiones la toman un conjunto de personas.
- La estructura es compleja.
- Los programas destinados a los administrados tienen que
cumplirse, aun coercitivamente.

1. El poder es indivisible.
Lo cierto es que el poder es único e indivisible, lo que se divide y
separa son los órganos que ejercen ese poder, así como también
las funciones que se le encomiendan a aquellos. En consecuencia,
sería conveniente hablar de separación más que de división, y
aclarar que se separan órganos y funciones, tiene como objetivo:
Evitar la concentración del poder en una persona o grupo de
personas. - garantizar la libertad. En este sentido, se afirma que
todo órgano que ejerce poder tiende naturalmente a abusar de él,
por lo que es necesario instaurar un sistema de frenos y
contrapesos y asignar porciones de poder estatal (que siempre es
único) a diferentes órganos (Ejecutivo, Legislativo y Judicial y
electoral). De esa asignación surgirá el equilibrio entre fuerzas, lo
cual asegurará la libertad del hombre.

Considerando que la jurisdicción administrativa emana del


mandato Estatal, tiene la facultad de resolver los conflictos
sometidos a su jurisdicción, llevando a ejecución los fallos con
autoridad de cosa juzgada, esa facultad supone la existencia de
ciertos poderes que resultan indispensables para el cometido de
ese fin, entre los que se encuentran.

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2. Poder de decisión.
Es el poder por excelencia que distingue la función jurisdiccional,
la máxima autoridad ejecutiva es juez en tanto decide y no puede
excusarse de resolver los conflictos emergentes de las relaciones
que surgen entre la administración pública y los administrados.
Este poder de decisión se manifiesta formal e intrínsecamente
cuando la máxima autoridad ejecutiva afirma la existencia o
inexistencia de una voluntad de la ley concerniente a las partes o
a los presupuestos procesales o al proceso mismo y, finalmente,
dando la suficiente fuerza imperativa a las resoluciones que se
adopten.

Dicho poder de decisión jurisdiccional se manifiesta cuando la


máxima autoridad ejecutiva aplica la ley al caso concreto,
subsumiendo los hechos al Derecho, ejerciendo el deber de
motivar sus resoluciones, misma que involucra las razones de su
decisión que, a la vez, implica un mandato; es decir, la resolución
es una orden imperativa que debe ser cumplida, pues, caso
contrario, puede ser efectivizada coercitivamente por la
administración.

3. Poder de ejecución
Es el poder que tiene la máxima autoridad ejecutiva para realizar
la ejecución procesal forzada de sus decisiones, toda vez que es
necesario que la jurisdicción administrativa esté dotada del poder
coercitivo necesario para ejecutar sus resoluciones.
El poder de ejecución se refiere a la satisfacción de la obligación
que está inserta en la resolución que emana de los órganos
administrativos.

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4. Poder de instrumentation
Este poder es llamado también de documentación, pues es la
potestad que tiene la máxima autoridad ejecutiva de dar categoría
de instrumento auténtico a la resolución que emite.
Este poder es conocido como la potestad material de conservar y
custodiar el conjunto de documentos que forman el expediente,
esto en virtud de que los escritos presentados por las partes y cada
una de las actuaciones procesales, como ser las pruebas, autos,
resoluciones, etc., adquieren categoría de instrumento público.

5. Poder de coerción.
Se refiere a la potestad que tiene la máxima autoridad ejecutiva de
imponer sanciones a quienes con su conducta obs- truyan o
perjudiquen el trámite normal del proceso.
El poder de ejecución y el poder de coerción se diferencian en lo
siguiente: el primero consiste en ejecutar el mandato de carácter
administrativo, mientras que el segundo gravita en la sanción que
impone la máxima autoridad ejecutiva contra un acto de
inconducta de los administrados.

6. Justicia administrativa
Esta es una de las materias más complejas del Derecho
Administrativo, al punto que no fue expeditiva para los juristas del
pasado; desde entonces, mucho se ha avanzado en la elaboración
teórica y positiva de la justicia administrativa, aunque ningún
tratadista ni Estado puedan afanarse de una construcción
definitiva e irrevisable.
La dificultad surge al momento de establecer la esencia intrínseca
de esta institución, que, siendo incuestionablemente ajena a la
actividad administrativa, tiene una naturaleza absolutamente

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diferente, sustantivándose como la más elevada de las funciones
jurisdiccionales.

En efecto, mientras la justicia común actúa resolviendo en derecho


los conflictos entre los particulares, la justicia administrativa
consiste en resolver las controversias suscitadas por los actos de
la administración. Tal sería una de las razones para que en
nuestros días se abogue por el firme reconocimiento de lo procesal
administrativo.
Si el Derecho procesal es aquella rama del ordenamiento jurídico
que regula el proceso y proceso contencioso administrativo, es
una manifestación del fenómeno procesal; no existe razón alguna
para pensar que las normas jurídicas sobre lo contencioso
administrativo son Derecho Administrativo y no Derecho procesal,
conforme señala el profesor Bielsa.
La expresión exacta atribuible a esta institución sería la de justicia
administrativa, con la que no se denota una justicia que no procede
de la administración, sino una justicia que tiene por objeto la
administración.
Pese a la diferenciación, existen dificultades respecto a su
aplicación, por ejemplo, el órgano administrativo es a veces
juzgador parcial por ser parte interesada, pero siempre está sujeto
a órdenes e instrucciones; la administración carece del
presupuesto jurídico político que da razón de esencia y
justificación de existencia al órgano judicial.
La independencia, por tanto, de este órgano administrativo no
puede estar equiparada a un tribunal judicial, estos aspectos
merecen ser estudiados con la rigurosidad académica que nos
caracteriza, por eso éstos serán tratados en próximos ensayos.

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B. Diferencia entre actividad jurisdiccional de la administración
pública y la justicia ordinaria.
1. Función jurisdiccional
La función jurisdiccional es el poder deber del estado político
moderno, emanado de su soberanía, para dirimir, mediante
organismos adecuados, los conflictos de intereses que se susciten
entre los particulares y entre éstos y el estado, con la finalidad de
proteger el orden jurídico.
La actividad jurisdiccional es una de las formas de manifestación
del poder del estado es mediante el poder jurisdiccional, no
solamente porque el constituyente haya seguido la orientación de
la teoría de la separación e independencia de los poderes del
estado, atribuyendo la función jurisdiccional al Poder judicial, sino
porque la función jurisdiccional es el único medio que tiene el
estado para ejercitar el control de legalidad y de legitimidad para
la legislación y de la administración.

2. Actividad Jurisdiccional de la administración pública.


La Administración Pública es aquella función del Estado que
consiste en una actividad concreta, continua, práctica y
espontánea de carácter subordinado a los poderes del Estado y
que tienen por objeto satisfacer en forma directa e inmediata, las
necesidades e intereses colectivos y el logro de los fines del
Estado dentro el orden jurídico establecido y con arreglo a este.
La Administración Pública se encuentra conformada por:
a) El Órgano Ejecutivo, que comprende la administración
nacional, las administraciones departamentales, las
entidades descentralizadas o desconcentradas.

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b) Los Gobiernos Autónomos Municipales en el marco de lo
establecido en la Ley de Municipalidades y la Ley Marco De
Autonomías Y Descentralización.
c) Las Universidades Públicas en el marco de la Autonomía
Universitaria.

3. Actividad Jurisdiccional de la justicia ordinaria.


El Tribunal Supremo de Justicia es el máximo tribunal de la
jurisdicción ordinaria. La institución está integrada por magistrados
y magistradas que deben ser elegidas mediante sufragio universal.
El Tribunal Supremo de Justicia tiene las atribuciones de
solucionar conflictos de competencias suscitadas entre los
tribunales departamentales de justicia; conocer, revolver y
solicitar los procesos de extradición; tienen competencia de
juzgar al Presidente y Vicepresidente del Estado Plurinacional
por los delitos cometidos en su mandato; designar de las ternas
presentadas por el Consejo de la Magistratura a los vocales de
los tribunales departamentales de justicia; preparar proyectos
de las leyes judiciales y presentarlos a la Asamblea Legislativa
Plurinacional; conocer y resolver casos de revisión
extraordinaria de sentencia.
La Justicia Administrativa se ha convertido en una justicia de
masas, ya que las relaciones de los ciudadanos con la
Administración son múltiples y constantes, por ello se han creado
nuevas instancias judiciales

Por esta razón y por qué el control judicial de la Administración es


estrictamente jurídico, no resulta suficiente para garantizar su
buen funcionamiento ni para resolver todos los conflictos, han

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aparecido instituciones vinculadas al Parlamento, como el
Defensor del Pueblo; otras de carácter interno (auditorias), y se
han empezado a desarrollar también medios alternativos de
resolución de mediación, la conciliación o el arbitraje.
La jurisdicción ordinaria es parte del Órgano Judicial, cuya función
judicial es única y se ejerce conjuntamente a las jurisdicciones
agroambiental, especializadas y jurisdicción indígena originaria
campesina. Se relaciona con estas jurisdicciones sobre la base de
la coordinación y cooperación.

4. DIFERENCIA

Administración Pública es uno de los ejes fundamentales del


Derecho Administrativo, gracias a él los ciudadanos de una
determinada comunidad tienen la seguridad de que los trámites
administrativos desarrollados frente a un organismo público.
Justicia Ordinaria es la única que puede juzgar a los
responsables de hechos, tiene la potestad sobre todas las causas
y pleitos que suceden en un estado, con exclusión de cualquier
jurisdicción especial, ya sea la penal militar o la indígena.

C. Sistema de justicia administrativa.


Son tres sistemas:
1. Sistema judicial: Este sistema confía a los jueces y tribunales
ordinarios el conocimiento y decisión de las controversias
suscitadas por la administración pública.

2. Sistema administrativo: También denominada jurisdicción


retenida; deja la solución de las controversias administrativas en
manos de tribunales especializados de la propia administración,

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aunque dichos tribunales funcionan en forma separada de la
administración activa.

3. Sistemas intermedios: Son una combinación entre el sistema


judicial y el sistema administrativo, basado en el principio de que
los tribunales ordinarios deben conocer las controversias relativas
a los derechos privados, inclusive si es parte la administración
pública.
Para hacer valer sus derechos independientemente de los recursos que
franquea la ley, los administrados pueden ejercitar acciones,
reclamaciones, consultas y denuncias.

1. Acciones.
Acción es el derecho que se tiene a pedir alguna cosa y la forma
leal de ejercitarlo (Cabanellas). Como ejemplos tenemos la acción
por la vía contencioso-tributaria en materia tributaria, la acción de
repetición consistente en solicitar la devolución de pagos
indebidos que hayan hecho al fisco por concepto de impuestos,
intereses o multas pecuniarias.

2. Reclamaciones.
Son las peticiones o reclamaciones constitucionalmente
consagradas en el artículo 24 de la Constitución Política del
Estado, las mismas versan sobre derechos adquiridos, lesionados
o no, sobre expectativas individuales o colectivas

3. Denuncias.
Son las reclamaciones que se pone en conocimiento de la
autoridad competente un acto ilícito que afecta derechos

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individuales o colectivos, o que atenta contra los intereses de la
sociedad.

4. Consultas.
Cualquier persona tiene derecho a formular consultas a la
administración sobre asuntos que le interesan o conciernen.

D. Proceso y procedimiento administrativo.


1. Definición
Para poder hablar del proceso y procedimiento administrativo es
necesario definir los dos vocablos.
La palabra proceso proviene de la voz latina processus que es del
sustantivo del verbo procederé que significa caminar hacia
adelante, marchar de frente, avanzar y progresar. En un concepto
jurídico decimos que proceso es sinónimo de juicio o causa legal.
La palabra procedimiento se la define como conjunto ordenado de
diferentes operaciones los cuales se desarrollan de manera
progresiva y dinámicamente teniendo un objetivo determinado,
desde el momento inicial hasta el instante final.
Podemos decir que el proceso Administrativo se la define como
aquellas causas disciplinarias de los agentes de la administración
por faltas y deficiencias en el incumplimiento de deberes.

2. Los sujetos a procesos administrativos


Generalmente en un proceso judicial común existen tres sujetos:
dos partes y un juez. La parte de demandante que solicita algo al
juez, el demandado a quien se le solicita algo y el juez quien
decide sobre el proceso.

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En el proceso Administrativo no ocurre de la misma manera ya que
solo participan dos sujetos: por una parte, la Administración ya sea
pública o privada y por otro lado los administrados.
El proceso administrativo puede iniciarse por parte de cualquiera
de estos dos sujetos.

3. Objeto del procedimiento administrativo.


El objeto del procedimiento administrativo es asegurar la mayor
eficiencia y tutelar de los derechos de los particulares, participa
con una doble característica:
• Constituye una garantía administrativa porque debe hacer
efectivo el ejercicio del derecho de petición ante la
Administración Pública.
• Constituye una garantía jurídica tutelar de los derechos
individuales a los cuales pueden afectar un determinado acto
administrativo.

4. Obligatoriedad del procedimiento administrativo


Ley No 2341 ―Ley De Procedimiento Administrativo‖ de 23 de
abril de 2002 no se puede dejar de lado a falta de este se debe
utilizar el Código de Procedimiento Civil.
La Administración Pública regirá sus actos con sometimiento pleno
a la ley, asegurando a los administrados el debido proceso.

E. Garantías del debido proceso


En la mayoría de las legislaciones, el debido proceso originalmente se
constituyó como una garantía de derechos constitucionales,
posteriormente la influencia de convenios y tratados internacionales
vino a proteger los derechos de la persona humana con una garantía
procesal y se aplicó en el derecho penal; en la actualidad esta garantía

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procesal se aplica en todas las otras ramas del derecho, entre ellos el
procedimiento administrativo. Decimos que la vigencia de la garantía
del debido proceso se remonta a la actuación interpretativa del Tribunal
Constitucional; ello debido a la inexistencia de una norma clara sobre la
vigencia de esta garantía en Bolivia, por cuanto el debido proceso como
tal no estaba positivada en ninguna norma legal; así que, tanto en la
CPE y el Código de Procedimiento Penal se refieren en forma aislada a
algunos componentes del debido proceso, pero no específicamente con
una garantía al debido proceso. Palabras clave: derechos
constitucionales, convenios, tratados internacionales.

F. Instancia administrativa e instancia judicial


1. Concepto de instancias
Por instancia en derecho procesal, se entiende a cada uno de los
grados jurisdiccionales en que se pueden conocer y resolver los
diversos asuntos sometidos a los tribunales de Justicia. La
mayoría de los sistemas judiciales se estructuran en un sistema
de doble instancia conjunto de actos procesales comprendidos a
partir del ejercicio de una acción en juicio y la contestación que se
produzca sentencia definitiva, se considera a sí misma instancia la
impugnación que se hace respecto de un argumento jurídico.

2. Instancia administrativa
La expresión instancia tiene la connotación de estado procesal, es
decir: primera instancia, única instancia, última instancia, etc. Y en
el ámbito jurídico tiene el significado de petición o demanda.

Es la primera vía para resolver una controversia frente al


cumplimiento o infracciones de parte de los funcionarios públicos.

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La instancia administrativa es una pretensión del administrado o
contribuyente (dentro del procedimiento administrativo) con el
objeto de prevenir el inicio de un acto administrativo desfavorable.
A su vez es el conjunto de actos, plazos y formalidades que tienen
por objeto la iniciación y el fin del proceso administrativo.

3. Antecedentes históricos de la instancia administrativa


La participación en alguna manera del administrador en el
procedimiento de elaboración de los actos administrativos para
vigilar que con ellos no se lesionan sus derechos constituyen un
verdadero derecho consistente en permitir que terceros se
opongan a que un acto administrativo se realice en forma definitiva
por afectar sus derechos creados y se la califica como
procedimiento de oposición la existencia del procedimiento de
oposición constituye a nuestro juicio el antecedente de la figura de
la instancia administrativa. Cuando la definimos como pretensión
dentro del procedimiento administrativo que tiene como objeto
prevenir el nacimiento o inicio de un acto administrativo
desfavorable para el administrar, el primero es un derecho de un
tercero en tanto que la segunda lo es del propio administrado
coinciden ambas figuras hacer formadas de control de la legalidad
del acto administrativo dentro del procedimiento administrativo
para antes del nacimiento del acto administrativo definitivo.
La figura de la instancia administrativa constituye el medio de
defensa en sentido amplio el cual tiene como finalidad prevenir la
actualización de un acto administrativo desfavorable.
La figura de la instancia administrativa tiene como finalidad en
algunos casos la posibilidad de desvirtuar los hechos asentados
en las actas de visita auditoría exhibiendo en algunos casos
pruebas documentales y en otro tipo de pruebas con las

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excepciones propias de materia administrativa según la regulación
respectiva.

4. Instancia judicial
Petición que las partes (públicas o privadas) pueden hacer al juez
en el curso de proceso.
Es cuando ya existe una controversia contenciosa y se debe
dirimir el conflicto ante una autoridad del órgano judicial.

G. Proceso y procedimiento.
En el lenguaje común, existe una diferencia clara entre los conceptos
de “proceso” y “procedimiento” ; el “proceso” implicaría una serie de
actos o fenómenos que se suceden en el tiempo, mientras que el
“procedimiento” es un método, un esquema, una forma de hacer las
cosas. En el lenguaje técnico-jurídico, sin embargo, despliegan un
significado distinto, aunque se mantienen algunas conexiones con el
lenguaje común. A primera vista, pueden parecer sinónimos, pero hay
algunos matices que los distinguen y pueden cobrar una cierta
importancia. Por una parte, la palabra “proceso” se reserva para el
ejercicio del poder jurisdiccional, pero no para otras instituciones
jurídicas que presentan una cierta similitud. Por ejemplo, una multa de
tráfico se tramita por medio de un procedimiento administrativo en el
que se suceden una serie de actos en el tiempo, se aportan pruebas si
es necesario, se hacen alegaciones, etc., pero no puede hablarse de
proceso administrativo, salvo que el sujeto sancionado decida impugnar
la resolución ante el orden contencioso-administrativo, una vez haya
agotado la vía administrativa. En el marco de la actuación jurisdiccional,
el proceso es lo mismo que el litigio o el pleito, esto es, un determinado
conflicto o controversia entre dos o más sujetos (las partes) que, una
vez ejercitada la acción, resuelto por el poder judicial aplicando el

23 - 60
Derecho. Desde esta perspectiva, podría decirse que el proceso no es
otra cosa que el ejercicio y contenido de la actividad jurisdiccional en un
supuesto concreto. En cambio, el procedimiento se refiere en principio
a la sucesión ordenada de actos procesales a través de los cuales el
proceso se sustancia, es decir, se manifiesta, toma forma, se lleva a
cabo; se refiere por tanto a la manifestación externa y formal del
proceso. Si se utiliza el esquema metafórico del continente/contenido,
el proceso sería el contenido, mientras que el procedimiento sería el
continente. De la misma manera, un contrato, en sí mismo (contenido),
no es más que un acuerdo de voluntades, que puede manifestarse o no
a través de un documento escrito (continente); un despido es la
extinción unilateral de un contrato de trabajo (contenido), que puede y
debe tomar forma a través de una “carta de despido” (continente).
Desde otra perspectiva, más cercana al lenguaje común, el
procedimiento se identifica a veces con las reglas de procedimiento, es
decir, con el esquema abstracto en torno al cual se articulan y ordenan
los distintos actos procesales: así, por ejemplo, puede establecerse que
en primer lugar, el actor formule la pretensión en un escrito llamado
demanda, que después, el juez deba decidir si la demanda es admisible
o no, etc. Cada uno de los actos procesales debe realizarse en el
momento procesal oportuno, es decir, en la fase fijada en abstracto en
las normas de procedimiento. Por ejemplo, el juez no puede inadmitir la
demanda durante el juicio oral ni puede dictar sentencia en la fase de la
contestación a la demanda; tampoco las partes pueden proponer
testigos cuando el asunto está visto para sentencia. Esto es así por
razones de orden lógico y necesidades organizativas; de hecho sucede
en cualquier actividad humana que se organice en torno a un esquema
ordenado de actos que se suceden en el tiempo (nadie espera que los
novios inauguren el baile antes de comenzar el banquete de bodas o
que el cliente de un restaurante pida la cuenta antes de que le sirvan la

24 - 60
comida). Pero, además, en el marco del proceso, es especialmente
importante que todos los actos se realicen de manera ordenada para
garantizar la igualdad de las partes y el principio de audiencia. Estos
factores son los fundamentos de la preclusión. La preclusión consiste
en la imposibilidad de realizar un acto procesal determinado cuando ha
transcurrido el momento procesal oportuno o el plazo previsto por el
ordenamiento para su realización. Por ejemplo, hemos visto que en el
seno del orden social, la excepción declinatoria debe plantearse en el
acto del juicio, en el momento de la contestación a la demanda. No tiene
sentido que el demandado plantee la incompetencia del órgano judicial
que está enjuiciando el asunto cuando éste ha quedado visto para
sentencia, o cuando se está interrogando a un testigo.

1. Tipos de proceso

a. Proceso declarativo y proceso ejecutivo:


En la actividad jurisdiccional incorpora dos actividades
íntimamente relacionadas pero que pueden separarse a
efectos analíticos: juzgar y hacer ejecutar lo juzgado.
Cada una de estas actividades se corresponde con un tipo
de proceso. Los procesos declarativos o procesos de
cognición (“cognición” significa “conocimiento”) son aquellos
en los que el órgano judicial conoce, es decir, juzga, un
conflicto concreto, dictando una resolución que responde a
las pretensiones planteadas mediante la aplicación del
Derecho. Una vez que el órgano judicial se ha pronunciado
formalmente, se espera que los destinatarios de la resolución
la cumplan voluntariamente, pero ello no siempre sucede así
(por ejemplo, puede suceder que el empresario se niegue a
readmitir a un trabajador o que la empresa demandada

25 - 60
desaparezca del mercado). En estos casos, la parte afectada
por el incumplimiento puede emprender un proceso ejecutivo
(o de ejecución). Nos ocuparemos del proceso ejecutivo más
adelante de manera que en este tema nos referiremos
exclusivamente al proceso declarativo, salvo que se indique
otra cosa. Algunos procesalistas mencionan un tercer tipo de
proceso llamado proceso cautelar; consiste en una serie de
medidas vinculadas a un proceso principal y destinadas a
asegurar la eficacia de éste (por ejemplo, una prisión
provisional en el orden penal o un embargo preventivo).

b. Las modalidades procesales.- Como sucede en otros


órdenes jurisdiccionales, en el orden social existe una gran
diversidad de pretensiones posibles (por ejemplo, no es lo
mismo impugnar un convenio colectivo que reclamar unos
salarios dejados de percibir); ello puede implicar que las
reglas de procedimiento sean distintas, para adaptarse a
diversas situaciones. En nuestro ordenamiento procesal
laboral existe una “modalidad de procedimiento” de carácter
general, que se llama “proceso ordinario”, así como una serie
de modalidades especiales que se adaptan a la especificidad
de algunas materias, y se denominan “procesos especiales”
(se utiliza aquí la palabra “proceso” de manera relativamente
impropia como sinónimo de “modalidad procesal”). El
proceso ordinario regula el núcleo básico de las reglas de
procedimiento en el orden social y opera siempre en
ausencia de regulación específica. Así pues, de un lado, se
tramitará por el proceso ordinario cualquier materia que no
esté referida en la regulación de los procesos especiales (por
ejemplo, una reclamación de cantidad, o una extinción

26 - 60
indemnizada del contrato de trabajo a iniciativa del trabajador
fundada en un incumplimiento del empresario); de otro lado,
los procesos especiales se limitan a establecer algunas
especialidades, de manera que supletoriamente rigen las
reglas del proceso ordinario; por esta razón, podría
argumentarse que no constituyen modalidades procesales
en el sentido más estricto del término, sino que más bien se
establecen algunas peculiaridades en función del objeto del
proceso. se resumen las distintas modalidades procesales,
que se verán a lo largo del curso.

2. Principios del procedimiento administrativo


La doctrina y la legislación han desarrollado una serie de principios
y caracteres que informan al procedimiento administrativo y tienen
por finalidad el resguardo de la legalidad objetiva y la protección
de los derechos subjetivos de los administrados, en la tramitación
de las actuaciones administrativas del Estado.

a. Oficialidad
La Administración Pública, aún en los casos de inactividad
de parte de los administrados o de desistimiento, tiene el
deber de impulsar de oficio el procedimiento, como así
mismo de averiguar e investigar la verdad material u objetiva
más allá de la verdad formal que expresen las pruebas
presentadas por los particulares.

La Ley Nº 2341 de Procedimiento Administrativo, en su


Artículo 4 incisos d) y n), expresamente reconoce los
principios de verdad material y de oficialidad, al establecer
que la Administración Pública investigará la verdad material

27 - 60
en oposición a la verdad formal que rige el procedimiento
civil, y que está obligada a impulsar el procedimiento en
todos los tramites en los que medie interés público.
El Artículo 46 de la Ley Nº 2341, establece que el
procedimiento administrativo se impulsará de oficio en todas
sus etapas y se tramitará de acuerdo con los principios
establecidos en la ley.

b. Informalismo
Implica que al administrado se le debe exentar o dispensar
la observancia o cumplimiento de ciertos requisitos o
formalidades no esenciales y que bien pueden cumplirse
posteriormente.
Este principio traduce la regla jurídica in dubio pro actione en
virtud a la cual, la formalidad administrativa ilimitada no prive
a los administrados del ejercicio de sus derechos subjetivos.
La Ley Nº 2341 de Procedimiento Administrativo, en su
Artículo 4 inciso l) expresamente reconoce el principio de
informalismo, por el cual, la observancia de exigencias
formales no esenciales por parte del administrado, que
puedan ser cumplidas posteriormente, podrán ser excusadas
y ello no interrumpirá el procedimiento administrativo.

c. Eficacia
Al referirse al principio jurídico formal de eficacia, Dromi, nos
dice que, como consecuencia de dicho principio, se imponen
reglas de celeridad, sencillez y economía procesal.
Establece, además, que: los principios jurídicos son
comunes en cualquiera de las etapas procedimentales. Es
incorrecto afirmar que son dos procedimientos distintos. Son

28 - 60
dos etapas de un procedimiento único con un solo régimen
jurídico, aunque se distingan momentos y a las etapas se las
llame de distinto modo: de constitución y de impugnación, de
primer grado y de segundo grado.
El principio jurídico de eficacia incluye la abreviación de
plazos, la flexibilidad probatoria, la unificación de recursos y
el establecimiento de las reglas del silencio administrativo en
cuanto a su naturaleza jurídica y efectos respecto de los
administrados.

3. Las características del procedimiento administrativo.


- Es gratuito; El procedimiento administrativo es un servicio
prestado por el Estado, por ello no se aplica tasa alguna,
salvo en los casos expresamente previstos por la Ley.
- Se respeta el conducto regular y el orden jerárquico; Sin
festinar ni demorar trámites; estas situaciones podrían
acarrear nulidad y sanciones.
- Se funda en la simplificación, en la celeridad, en la eficacia,
en la objetividad y en la sencillez de sus trámites.
- Es escrito; El pedido o reclamo se presenta en papel simple,
acompañado de un cargo.
- Economía procesal; Sin prescindir de trámites, documentos
o actos administrativos que son esenciales para lograr la
justa y oportuna solución del reclamo o petición.
- Importancia de la verdad material; Consiste en investigar la
verdad de los hechos ocurridos, con relación al reclamo, sin
contarse con la mera formalidad o indicio que pudiera aflorar
de algún medio probatorio.
- La iniciativa puede ser de parte o de oficio.

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- Derecho de defensa en todas las instancias administrativas,
bajo responsabilidad y pena de nulidad.
- Hay responsabilidad personal y administrativa de todos los
funcionarios que intervienen en el procedimiento.
- Prevalece el interés público sobre el interés particular.
- Impulso de oficio. El impulso procesal debe ser de oficio en
todos sus trámites.
- Es tuitivo; Porque protege y orienta al reclamante o
peticionario.
- Es impugnable; Porque, agotada la vía administrativa y no
estando de acuerdo con la resolución emitida, se puede
recurrir al Poder Judicial mediante una acción contenciosa
administrativa.
- No es necesaria la intervención del abogado; Salvo en la
presentación de un recurso.
- La presentación de pruebas es limitada (instrumental, pericial
e inspección).
- Es de carácter público; Los expedientes deben estar al
alcance de los interesados.
- Es recurrible a dos instancias administrativas, antes de
acudir a la vía judicial.

H. Principios del procedimiento administrativo.


Los principios que rigen al procedimiento administrativo son:
1. Principio de legalidad objetiva.
Según la cual la A.P. debe aplicar objetivamente la ley en defensa
de sus prerrogativas, así como para proteger sus derechos e
intereses de los administrados. Este principió conlleva la
publicidad de procedimiento y el interés de la A.P. debe manifestar
en esclarecer los hechos, aun en el supuesto de desistimiento del

30 - 60
administrado de su acción, cuyo curso debe seguir. Por ello, de
oficio, salvo de que se trate de un beneficio o interés individual.

2. Principio de oficialidad.
Se opone la impulsión y la instrucción de oficio del procedimiento
de parte de la A.P. dado el interés público que reviste todos sus
actos y teniendo en cuenta que los administrados no podrían
mover a la A.P. si esta no lo hiciera obligada por la ley. Por su
puesto que el impulso inicial, la acción, corresponde al particular
interesado, aunque hay casos en la A.P. debe actuar de oficio
desde el comienzo, cuando conozca sobre la irregularidad o
falencia administrativas.
Para la instrucción de oficio corresponde a la A.P. averiguar los
hechos y obtener las pruebas, independientemente de lo que
hagan los interesados particulares en esta materia.
La Administración Pública, aún en los casos de inactividad de
parte de los administrados o de desistimiento, tiene el deber de
impulsar de oficio el procedimiento, como así mismo de averiguar
e investigar la verdad material u objetiva más allá de la verdad
formal que expresen las pruebas presentadas por los particulares.
La Ley Nº 2341 de Procedimiento Administrativo, en su Artículo 4
incisos d) y n), expresamente reconoce los principios de verdad
material y de oficialidad, al establecer que la Administración
Pública investigará la verdad material en oposición a la verdad
formal que rige el procedimiento civil, y que está obligada a
impulsar el procedimiento en todos los tramites en los que medie
interés público.
El Artículo 46 de la Ley Nº 2341, establece que el procedimiento
administrativo se impulsará de oficio en todas sus etapas y se
tramitará de acuerdo con los principios establecidos en la ley.

31 - 60
b. Principió de la verdad material.
Este principio significa que la A.P. debe escudriñar los hechos
reales hayan sido o no alegados y probados por el administrado y
no a tenerse solamente a la verdad formal que aparece de las
pruebas aportadas por las partes, como ocurre en materia civil.”
En el caso de que los elementos de juicio que los interesados
suministran al órgano resolutorio no sean suficientes para dictar
una resolución adecuada, deberá aquel de oficio, procurárselos,
de suerte que llegue a una exacta determinación y al conocimiento
y comprobación de los datos a tomar en consideración”.

c. Principio del informalismo


Consiste en la no existencia de ciertas formalidades en beneficio
del administrado, y no de la administración, teniendo en, mente la
ampliación de lo favorable para que aquel pueda hacer valer sus
derechos. El Articulo 1 de la ley 19549 de procedimientos
administrativos de la república argentina recoge a si este principio:
“excusación de la inobservancia por los interesados de exigencias
formales no esenciales y que puedan ser cumplidas
posteriormente”. A propósito, el Art. 81 de la reglamentación de
esta ley previene que “los recursos deberán proveerse y resolver
cualquiera que sea la denominación que el interesado les dé”. Por
su parte, el tribunal supremo de España declaro en 1992 que “las
reclamaciones producidas en vía gubernativa no están sometidas
a formalidades precisas, debiendo interpretarse su contenido con
espíritu de benignidad”.
Implica que al administrado se le debe exentar o dispensar la
observancia o cumplimiento de ciertos requisitos o formalidades
no esenciales y que bien pueden cumplirse posteriormente.

32 - 60
Este principio traduce la regla jurídica in dubio pro actione en virtud
a la cual, la formalidad administrativa ilimitada no prive a los
administrados del ejercicio de sus derechos subjetivos.
La Ley Nº 2341 de Procedimiento Administrativo, en su Artículo 4
inciso l) expresamente reconoce el principio de informalismo, por
el cual, la observancia de exigencias formales no esenciales por
parte del administrado, que puedan ser cumplidas posteriormente,
podrán ser excusadas y ello no interrumpirá el procedimiento
administrativo.

d. Principio del debido proceso


Este principio deriva de la garantía constitucional instituida en el
Art. 16 de la C.P.E., que declara que se presume la inocencia del
encausado mientras no se pruebe lo contrario, que el derecho de
defensa es inviolable; del derecho a ser asistido por un defensor y
a no ser condenado sin haber sido oído, etc.

e. Principio de no pago de costas judiciales


Contrariamente a lo que ocurre en la administración de la justicia
ordinaria, el administrado no debe pagar costas judiciales en el
Principios de la Administración, cualquiera que sea el resultado de
su acción (demanda o recurso), en aplicación de la gratuidad que
solo obliga al administrado a pagar honorarios de abogado, papel
sellado y timbres de ley.

f. Principio de eficacia
La misma eficacia que la A.P. debe imprimir en todos sus actos,
debe presidir la aplicación de los Pr. A., por tratarse, reiteramos,
de asuntos de interés público. Este principio supone los de
celebridad, sencillez y economía en los trámites administrativos;

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los que en la exposición e motivos de la ley de Pr. A. de España
se clasifica como verdaderas normas jurídicas y no como simples
enunciados programáticos.
Al referirse al principio jurídico formal de eficacia, Dromi, nos dice
que, como consecuencia de dicho principio, se imponen reglas de
celeridad, sencillez y economía procesal.
Establece, además, que: los principios jurídicos son comunes en
cualquiera de las etapas procedimentales. Es incorrecto afirmar
que son dos procedimientos distintos. Son dos etapas de un
procedimiento único con un solo régimen jurídico, aunque se
distingan momentos y a las etapas se las llame de distinto modo:
de constitución y de impugnación, de primer grado y de segundo
grado.
El principio jurídico de eficacia incluye la abreviación de plazos, la
flexibilidad probatoria, la unificación de recursos y el
establecimiento de las reglas del silencio administrativo en cuanto
a su naturaleza jurídica y efectos respecto de los administrados.

I. Los recursos administrativos:


Recurso Administrativo para Manuel Osorio, nos dice que son los, que
cada uno de los que los particulares pueden interponer contra las
resoluciones administrativas y ante los propios organismos de la
Administración. Tales como el de reposición o reconsideración y el
jerárquico, que se interponen dentro de la vía administrativa y hasta
agotar la misma para luego proseguir con el trámite contencioso
administrativo.
Para el profesor Cassagne, el recurso es toda impugnación en término
de un acto administrativo o reglamento con el fin de que se revoque,
modifique o sea saneado.

34 - 60
El profesor Rubén Correa Freitas, señala que para que haya un recurso
administrativo, es necesario que haya un acto administrativo contrario a
la Constitución o a las leyes, decretos o reglamentos o éste sea
inconveniente o inoportuno.
Por su parte el profesor Roberto Dromi, señala que el recurso en su
concepto general, es el medio por el cual se acude a un juez o a otra
autoridad con una demanda o petición para que sea resuelta, y en
sentido restringido, es un remedio administrativo específico por el que
se impugnan solamente actos administrativos a objeto de defender
derechos subjetivos o intereses legítimos.
El profesor argentino, refiere que el recurso administrativo tiene por
finalidad impugnar un acto administrativo, dando lugar a un
procedimiento en sede administrativa, a fin de que se le lo revoque o
modifique con el objeto de restablecer el Derecho subjetivo o interés
legítimo lesionado por dicho acto.

1. Clasificación de los recursos administrativos


El recurso de reconsideración, denominado también, de reposición
o de revocatoria, que interpone el administrado ante la misma
autoridad administrativa a objeto de que ésta reconsidere su
decisión y la modifique o revoque.
El recurso jerárquico, que interpone el administrado ante el
superior jerárquico de la autoridad administrativa que emitió el acto
administrativo impugnado, a objeto de que aquél, haciendo uso de
sus facultades de dirección y control, propias de las relaciones de
jerarquía y subordinación, lo modifique o revoque.
El recurso de revisión, que interpone el administrado ante el mismo
superior jerárquico, contra un acto administrativo firme, irrecurrible
o inimpugnable, por causales específicas previstas en la ley.

35 - 60
J. Instancia judicial el Derecho Procesal Administrativo.
Debemos comenzar señalando que el 23 de abril de 2002 se promulgó
la Ley Nº 2341 de Procedimiento Administrativo publicada en la Gaceta
Oficial de Bolivia Nº 2390 de 25 de abril de ese año, que surgió con el
objeto principal de establecer las normas que regulan la actividad
administrativa y el procedimiento administrativo del sector público;
hacer efectivo el ejercicio del derecho de petición ante la Administración
Pública; regular la impugnación de actuaciones administrativas que
afecten derechos subjetivos o intereses legítimos de los administrados
y, regular procedimientos especiales.
Al año siguiente, el 23 de julio, se emitió el Decreto Supremo Nº 27113
que aprobó el Reglamento a la Ley Nº 2341 de Procedimiento
Administrativo, extendiendo su ámbito de aplicación al entonces “Poder
Ejecutivo, que comprende a la administración nacional, las
administraciones departamentales y las entidades desconcentradas y
descentralizadas” (sic), así como a las Empresas públicas y sociedades
de economía mixta que deben sujetarse a dicho Reglamento para el
ejercicio de la función administrativa.
Esta evolución en la legislación administrativa a través de la
sistematización de las normas jurídicas que hasta el presente regulan
el desenvolvimiento de la Administración Pública en Bolivia (en sus
niveles nacional, departamental y municipal), pone de manifiesto la
necesidad de profundizar los estudios acerca de la naturaleza y
alcances de la disciplina jurídica denominada Derecho Procesal
Administrativo.
Esta disciplina, básicamente, puede ser entendida como aquella rama
del Derecho Procesal que tiene por objeto y fin la protección de los
derechos de los administrados frente a la Administración Pública (en
sede administrativa), así como mantener la eficacia del Derecho
Administrativo a través de la función jurisdiccional (en sede judicial).

36 - 60
Es decir, el Derecho Procesal Administrativo, como disciplina jurídica,
es un conjunto de normas debidamente ordenadas, sistematizadas y
jerarquizadas cuyo objeto específico es garantizar el ejercicio de la
función jurisdiccional administrativa.
Conviene recordar que la emisión de un acto administrativo y/o una
resolución administrativa que se considere contraria al ordenamiento
jurídico o que vulnere determinados derechos de los administrados
involucrados en un procedimiento (normal o sancionador), faculta a los
afectados a utilizar como medios de impugnación los denominados
recursos administrativos, que, de acuerdo al ordenamiento jurídico
vigente, pueden ser el Recurso de Revocatoria y el Recurso Jerárquico,
ambos de carácter no jurisdiccional.
Sin embargo, estos recursos administrativos generalmente son del
conocimiento de la misma autoridad que emitió el acto o la resolución
impugnada o, en su lugar, pasan a conocimiento de la Máxima
Autoridad Ejecutiva de la entidad pública, quien, en la mayoría de los
casos, determinado(a) por sus tendencias políticas, sus criterios
subjetivos o sus intereses particulares, no actúa con la imparcialidad y
la justicia que amerita la situación.
Por tanto, es el proceso contencioso administrativo a cargo de un juez
competente, independiente e imparcial, el medio de control
jurisdiccional por excelencia sobre los actos y resoluciones ilegales de
la Administración Pública.
De esta forma, es notable la importancia jurídica, política y social de la
función jurisdiccional administrativa porque, mediante ella, el Estado
cumple en última instancia con la obligación de administrar justicia
“plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones” (artículo
115.II constitucional).
Dicha importancia, se manifiesta en las normas de la Constitución
Política del Estado (CPE), artículo 232, que establece los principios que

37 - 60
rigen la Administración Pública; de la Ley Nº 2341 de Procedimiento
Administrativo, su Reglamento y, actualmente, la Ley Nº 620 Transitoria
para la tramitación de los Procesos Contencioso y Contencioso
Administrativo, de 29 de diciembre de 2014.
Esta última tiene por objeto crear en la estructura del Tribunal Supremo
de Justicia (tsj) y de los tribunales departamentales de justicia salas
especializadas en materia Contenciosa y Contenciosa Administrativa, a
cuyo efecto establece con claridad sus atribuciones específicas y
determina que para la tramitación de los procesos contenciosos y
contencioso administrativos se aplicarán los artículos 775 al 781 del
Código de Procedimiento Civil (Decreto Ley Nº 12760), hasta que sean
regulados por Ley, como jurisdicción especializada, conforme establece
la Disposición Final Tercera de la Ley Nº 439 de 19 de noviembre de
2013, que aprobó el nuevo Código Procesal Civil.
Ahora bien, de acuerdo al criterio del tratadista Héctor Jorge Escola,
podemos señalar que, si se acepta la existencia de un proceso
administrativo y, como natural consecuencia, de un procedimiento
administrativo, cabe preguntarse si existe una disciplina jurídica que
tenga por objeto sistematizar sus principios y en caso afirmativo, cuál
ha de ser su denominación.
Tal disciplina efectivamente existe asegura y efectúa el estudio de los
principios generales y de las normas que regulan el proceso y los
procedimientos administrativos, fijando las diversas relaciones y
aplicaciones que de ellos surgen, correlacionándolos, con arreglo a
métodos sistemáticos y procurando fijar sus requisitos, contenidos y
efectos.
Esa rama del derecho es el derecho procesal administrativo, que puede
ser definido diciendo que es aquella disciplina que tiene por finalidad el
estudio de las normas que regulan el desenvolvimiento jurídico-formal

38 - 60
del accionar de la administración pública, para el logro de sus fines
específicos.
Ciertamente, ésta constituye una nueva disciplina sobre la cual se ha
escrito muy poco casi nada en Bolivia. Así, por ejemplo, el autor
boliviano que por primera vez propugnó la necesidad de hablar de esta
disciplina en Bolivia fue el doctor Max Mostajo Machicado, quien produjo
una importante obra sobre Derecho Administrativo, publicada hace
aproximadamente una década.
En ella señaló que el Derecho Procesal Administrativo es la rama del
Derecho Público que estudia e investiga los principios, fundamentos, la
jurisprudencia y los preceptos normativos adjetivos que disciplinan la
experiencia jurídica administrativa, en cuanto a la actuación y
exteriorización de la voluntad de la administración pública, su
impugnación, la eficacia y las formas de actuación de los administrados
en su relación con los órganos administrativos (Cfr. Max Mostajo
Machicado.

K. El proceso contencioso o administrativo - caracteres.


El proceso contencioso administrativo, constituye la vía jurisdiccional
de control de los actos de la administración pública, en el que las partes,
en igualdad de condiciones, ante autoridad imparcial, hacen prevalecer
sus derechos y pretensiones, e impugnan las resoluciones judiciales.
Antes de referirnos al Contencioso Administrativo Boliviano, nos es
pertinente revisar el contencioso administrativo en la legislación
española, argentina y mexicana, a objeto de verificar si el
procedimiento de aquel resulta uniforme al que se ha configurado en
estos países.
1. ESPAÑA
La Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa española, norma el recurso

39 - 60
contencioso administrativo en las pretensiones que se deduzcan
en relación con la actuación de las Administraciones Públicas
sujetas al Derecho Administrativo (General del Estado, de las
Comunidades Autónomas, de las entidades que integran la
Administración Local, de las entidades de derecho público que
sean dependientes o estén vinculadas al Estado, las
Comunidades Autónomas o las Entidades Locales ) así mismo en
relación a los actos y disposiciones en materia de personal,
administración y gestión patrimonial, sujetos al derecho público,
adoptados por los órganos competentes del Congreso, del
Senado, del Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas, del
Defensor del Pueblo, de las Asambleas Legislativas de las
Comunidades Autónomas y de las instituciones autonómicas
análogas al Tribunal de Cuentas y al Defensor del Pueblo, los
actos y disposiciones del Consejo General del Poder Judicial y la
actividad administrativa de los órganos del Gobierno de los
Juzgados y Tribunales, y en relación a las actuaciones de la
Administración electoral.
El recurso contencioso administrativo, procede en las
pretensiones relativas a contratos administrativos, actos de
preparación y adjudicación de contratos administrativos de las
Administraciones públicas, actos administrativos de control o
fiscalización dictados por la Administración concedente, respecto
de los dictados por los concesionarios de los servicios públicos, en
casos de responsabilidad patrimonial de las Administraciones
públicas.
El Procedimiento contencioso administrativo, establece las etapas
procesales siguientes: presentación del recurso, emplazamiento al
demandado, admisión del recurso, demanda, medidas cautelares,
contestación, alegaciones previas, pruebas, conclusiones,

40 - 60
sentencia, recurso de súplica, recurso ordinario de apelación,
recurso de casación, recurso de casación para la unificación de
doctrina, recurso de casación en interés de la ley, recurso de
revisión.

2. ARGENTINA
La Ley 12.008, vigente desde el 1 de junio de 1999, de la Provincia
de Buenos Aires, norma el proceso contencioso administrativo en
los casos originados por la actuación u omisión de los órganos de
la Provincia, los Municipios y los entes descentralizados, en el
ejercicio de funciones administrativas y regidas por el Derecho
Administrativo, en controversias que tengan por objeto la
impugnación de actos administrativos de alcance particular o
general, ordenanzas municipales, las que se susciten entre
prestadores de servicios públicos o concesionarios de obras
públicas y usuarios, las que versen sobre la responsabilidad
patrimonial de la Provincia, los Municipios y los entes públicos
estatales, las relacionadas con la aplicación de tributos
provinciales o municipales, las relativas a los contratos
administrativos.
La Ley establece un procedimiento judicial en el que las partes
deben probar sus pretensiones, a saber: demanda, subsanación
de defectos, contestación, excepciones (de incompetencia del
tribunal, de impersonería del demandante o del demandado, de
litispendencia, de defecto legal en el modo de proponer la
demanda, de cosa juzgada, de transacción, conciliación y
desistimiento del derecho, de falta de legitimación para obrar en el
demandante o en el demandado, de prescripción), reconvención,
medidas cautelares, contra cautela, eventual suspensión del acto
administrativo impugnado, determinación de los hechos y de la

41 - 60
prueba, período procesal probatorio, formulación de alegatos,
sentencia, recurso de aclaratoria, recurso de reposición, recurso
de reconsideración, recurso de apelación, sentencia en recurso de
apelación, recursos extraordinarios.
La Ley Nº 189, de 13 de mayo de 1999, Código Contencioso
Administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, norma el procedimiento judicial de las causas contencioso
administrativas cuando se trate de actos administrativos definitivos
de alcance particular, actos administrativos de alcance general, de
las autoridades administrativas de la Ciudad de Buenos Aires,
específicamente de la administración pública centralizada,
desconcentrada y descentralizada, como así mismo de los
órganos legislativo y judicial de la Ciudad de Buenos Aires, en
ejercicio de la función administrativa y los entes públicos no
estatales en cuanto ejerzan potestades públicas otorgadas por ley.
La Ley establece un procedimiento que comprende las etapas
procesales siguientes: demanda, excepciones previas
(inadmisibilidad de la instancia, falta de personería, defecto legal
en el modo de proponer la demanda, litispendencia, cosa juzgada,
transacción, conciliación y desistimiento del derecho, prescripción,
arraigo) contestación, reconvención, rebeldía, medidas
precautorias, incidentes, eventual suspensión de la ejecución del
acto administrativo impugnado, fijación de los hechos y de la
prueba, período probatorio, formulación de alegatos, sentencia,
recurso de reposición, recurso de aclaratoria, recurso de
apelación.

3. MÉXICO
La Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, de
México, de 1 de diciembre de 2005, modificada en diciembre de

42 - 60
2006, regula los juicios contenciosos administrativos federales que
se promuevan ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y
Administrativa, en contra de las resoluciones administrativas
definitivas que establece la Ley Orgánica del Tribunal Federal de
Justicia Fiscal y Administrativa, y contra los actos administrativos,
Decretos y Acuerdos de carácter general, diversos a los
Reglamentos.
El Procedimiento, prevé las etapas propias de un proceso judicial
de hecho, en que las partes habrán de probar sus pretensiones, a
saber: demanda, contestación, medidas cautelares, eventual
suspensión de la ejecución del acto administrativo impugnado,
incidentes (de incompetencia, de acumulación de juicios, de
nulidad de notificaciones, de recusación, de reposición de autos),
período procesal probatorio, formulación de alegatos, sentencia,
recurso de reclamación, recurso de revisión.
A su vez la Ley del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del
Distrito Federal mexicano, de 21 de diciembre de 1995, que norma
el procedimiento de los juicios contenciosos administrativos que
se promuevan ante dicho tribunal, establece las etapas propias de
un proceso judicial de hecho, a saber: demanda, contestación,
eventual suspensión de la ejecución del acto impugnado, período
procesal probatorio, improcedencia y sobreseimiento, audiencia
de desahogo de pruebas ofrecidas, formulación de alegatos,
sentencia, recurso de reclamación, recurso de revisión.

4. BOLIVIA
Nuestro país, no dispone de una Ley de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa y Tributaria, para el conocimiento y
resolución de las demandas emergentes de la actividad
administrativa y tributaria estatal.

43 - 60
a. El Proceso Contencioso y el Proceso Contencioso
Administrativo, en impugnación de contratos y
resoluciones del Poder Ejecutivo.
La anterior Constitución de 1967 reformada a julio de 2005,
en su Artículo 118º atribución 7a., respecto de las
atribuciones de la Corte Suprema de Justicia, estableció dos
tipos de causas contenciosas: las que resulten de los
contratos, negociaciones y concesiones del Poder Ejecutivo
(Presidente de la República y Ministros de Estado, según el
Artículo 85 constitucional), y las que dieren lugar las
resoluciones del mismo, es decir resoluciones de alcance
general, a saber: decretos supremos, resoluciones supremas,
resoluciones ministeriales.
En ese sentido, y ante la ausencia de una norma legal
específica de la jurisdicción contencioso administrativa, el
Código de Procedimiento Civil, de 6 de agosto de 1975, en
sus Artículos 775 y 778, norma el procedimiento del proceso
contencioso resultante de los contratos, negociaciones y
concesiones del Poder Ejecutivo, y el procedimiento del
proceso contencioso administrativo a que dieren lugar sus
decretos y resoluciones supremas, en caso de existir
oposición entre el interés público y el privado y lesiones al
derecho privado de la persona.
La Ley Nº 1455, de 18 de febrero de 1993, de Organización
Judicial, en su Artículo 55º numeral 10, le atribuye a la Corte
Suprema de Justicia en Sala Plena, el conocimiento de dichos
procesos.
Al normarse el proceso contencioso y el proceso contencioso
administrativo, en el Código de Procedimiento Civil Boliviano,

44 - 60
que exige el agotamiento previo de la vía administrativa, se
estableció su procedencia únicamente en contra de los actos
bilaterales (Art. 775) y decretos supremos y resoluciones
supremas, del Poder Ejecutivo (Art. 779), debiendo tramitarse
en la vía ordinaria de hecho o de puro derecho (Art. 777), y
de puro derecho (Art. 781), respectivamente, ante la Sala
Plena de la Corte Suprema de Justicia.
Toda vez que por disposición constitucional y legal, ambas
causas contenciosas, son de competencia de la Corte
Suprema de Justicia en Sala Plena, y no de los Jueces y
Cortes Superiores de Distrito, los procesos contenciosos
aplicables a dichas causas, son de conocimiento y resolución
en única instancia ante el máximo tribunal de justicia, y no
disponen de una segunda instancia de revisión jurisdiccional,
como la generalidad de los procesos ordinarios del orden
interno civil, laboral, social, familiar, tributario, como tampoco
consultan las instancias de apelación y revisión, que
consignan los procesos contenciosos administrativos de la
legislación comparada analizada.

b. El Proceso Contencioso Tributario, en impugnación de


actos administrativos tributarios unilaterales de alcance
particular.
La Ley Nº 1340, de 28 de mayo de 1992, Código Tributario,
que en su Artículo 182º crea la jurisdicción contencioso
tributaria para el conocimiento de las demandas que se
interpongan con ocasión de los actos de la administración o
de los distintos entes de derecho público por los cuales se
determinen tributos en general, así como de las relaciones
jurídicas emergentes de la aplicación de decretos y normas

45 - 60
tributarias en general, estableció un procedimiento
contencioso tributario ante el Tribunal Fiscal de la Nación y la
Corte Suprema de Justicia, que contempla: demanda,
subsanación de demanda, suspensión de la ejecución del
acto impugnado, contestación, excepciones procesales
dilatorias (falta de personalidad en el actor, falta de
personería en el representante del actor, litispendencia,
obscuridad en la demanda, falta de competencia del tribunal),
excepciones procesales perentorias (vencimiento del plazo
para presentación de la demanda, cosa juzgada,
reconocimiento de crédito sobre la obligación objeto de la
demanda, acogimiento a la opción de recurso administrativo
de revocatoria, incidentes, medidas precautorias, término
probatorio, alegatos en conclusiones, sentencia en primera
instancia, recurso de apelación, recurso extraordinario de
nulidad, recurso extraordinario de compulsa.
La Ley Nº 1455, de 18 de febrero de 1993, de Organización
Judicial, en su Artículo 300º dispuso la eliminación del
Tribunal Fiscal, previsto en el Artículos 185º de la Ley Nº 1340
Código Tributario, y en su Artículo 157º B) 1, atribuyó
competencia a los Juzgados Administrativos, Coactivos
Fiscales y Tributarios, para el conocimiento y resolución, en
primera instancia, de los procesos contencioso-tributarios por
demandas originadas en los actos que determinen tributos y
en general, de las relaciones jurídicas emergentes de
aplicación de las leyes tributarias.
En ese orden, la referida Ley Nº 1455, de Organización
Judicial, en su Artículo 109º numeral 1) atribuyó
competencias a las Salas Sociales y Administrativas, el
conocimiento en grado de apelación de las sentencias de

46 - 60
primera instancia de los jueces administrativos, coactivos
fiscales y tributarios, en las causas contencioso-fiscales y
contencioso-tributarias, y en su Artículo 60º numeral 1) faculta
a la Sala Social, Minera y Administrativa de la Corte Suprema
de Justicia, a conocer en recurso de nulidad o casación, los
autos de vista dictados por las Cortes Superiores de Distrito,
en causas administrativas, sociales, mineras, coactivas
fiscales y tributarias.
Como se podrá advertir, el proceso contencioso tributario
regulado por la Ley Nº 1340 Código Tributario, con las
modificaciones introducidas por la Ley Nº 1455 de
Organización Judicial, a diferencia del proceso contencioso y
del proceso contencioso administrativo, normados
impropiamente en el Código de Procedimiento Civil,
constituye un proceso judicial ordinario en el que las partes
tienen derecho a producir pruebas, a objetar la del contrario,
y ejercen el derecho a la segunda instancia a través de los
recursos de apelación y de nulidad.

c. El Proceso Contencioso Administrativo, en impugnación


de actos administrativos unilaterales de alcance
particular.
Posteriormente, el contencioso administrativo, no solo es
aplicable a los contratos, y resoluciones de alcance general.
Del Poder Ejecutivo (Presidencia y Ministerios de Estado),
sino también a los actos administrativos de carácter particular
de entidades públicas que no integran la administración
central del Poder Ejecutivo, así lo disponen los Artículos 141º
y 142º de la Ley Nº 1488, de 16 de abril de 1993, de Bancos
y Entidades Financieras; el Artículo 23 de la Ley Nº 1600, de

47 - 60
28 de octubre de 1994, del Sistema de Regulación Sectorial
(telecomunicaciones, electricidad, hidrocarburos,
transportes, aguas); el Artículo 45 de la Ley Nº 1700, de 12
de julio de 1996, Forestal; el Artículo 28 de la Ley Nº 1715, de
18 de octubre de 1996, del Instituto Nacional de Reforma
Agraria; el Artículo 66, de la Ley Nº 2027, de 27 de octubre
de 1999, del Estatuto del Funcionario Público; el Artículo 143
de la Ley Nº 2028, de 28 de octubre de 1999, de
Municipalidades; el Artículo 70 de la Ley Nº 2341, de 23 de
abril de 2002, de Procedimiento Administrativo.
Sin embargo, el procedimiento aplicable, sigue siendo el
mismo que para los decretos y resoluciones del Poder
Ejecutivo, previsto en los Artículos 778 a 781 del Código de
Procedimiento Civil, es decir, ante el máximo tribunal de
justicia, sin posibilidad de etapa probatoria y sin segunda
instancia de revisión jurisdiccional.
A objeto de descongestionar la labor de la Corte Suprema de
Justicia en Sala Plena respecto de las demandas
contencioso-administrativas, el Artículo 10 de la Ley Nº 3324
de 18 de enero de 2006 que incorporó el numeral 22 en el
Artículo 103 (atribuciones de Sala Plena) de la Ley Nº 1455
de Organización Judicial, y atribuyó competencia a las Cortes
Superiores de Distrito en Sala Plena, para el conocimiento y
resolución de los procesos contencioso-administrativos
señalados en la Ley de Municipalidades, correspondientes a
los Municipios de todo el Departamento o Distrito Judicial.
A partir de esta modificación, las demandas contencioso-
administrativas en contra de resoluciones y ordenanzas
municipales, no son más de conocimiento y resolución de la
Corte Suprema de Justicia, en Sala Plena, y se trasladan a

48 - 60
las Cortes Superiores de Distrito en Sala Plena,
manteniéndose el procedimiento previsto en los Artículos 778
a 781 del Código de Procedimiento Civil, en única instancia
ante dicho tribunal judicial, sin recurso ulterior de apelación,
casación o nulidad.

d. El Proceso Contencioso Administrativo como vía de


control de legalidad de decretos y resoluciones de
alcance general.
Siguiendo con nuestra revisión del proceso contencioso
administrativo, no tributario, tenemos que la Ley Nº 1979, de
24 de mayo de 1999, en su Artículo Sexto, dispuso la
aplicación de los procesos contenciosos administrativos, por
las autoridades judiciales competentes, cuando se impugnen
decretos y resoluciones que se consideren ilegales por su
oposición a una norma superior, salvo que la contradicción
acusada se refiera de manera directa a una o más
disposiciones de la Constitución Política del Estado, en cuyo
caso se aplicarán los procedimientos, constitucionales
regulados en la Ley N° 1836 del Tribunal Constitucional.

A partir de esta ley, el contencioso administrativo, no solo se


acciona en caso de oposición entre el interés público y el
privado y por lesiones o perjuicio al derecho privado de la
persona, como lo establece el Artículo 778 (procedencia) del
Código de Procedimiento Civil, sino también como un
mecanismo de control de legalidad de decretos y
resoluciones.

49 - 60
e. El Proceso Contencioso Administrativo, en materia
tributaria y la Jurisprudencia Constitucional.
Con la publicación de la Ley Nº 2492, de 2 de agosto de 2003,
Código Tributario Boliviano, que elimina el proceso
contencioso tributario e incorpora el proceso contencioso
administrativo, se inaugura el debate respecto de la
constitucionalidad o no del proceso contencioso
administrativo, principalmente por su aplicación a las
controversias entre la Administración Tributaria y los
Contribuyentes, en ocasión de los actos administrativos
tributarios de determinación de obligaciones tributarias e
imposición de sanciones.
El Tribunal Constitucional, mediante Sentencia Constitucional
0009/2004, de 28 de enero, emergente del Recurso Directo o
Abstracto de Inconstitucionalidad del 1 de septiembre de
2003 por el que, entre otros, se demanda la
inconstitucionalidad de los Artículos 143º, 144º y 147º
referidos al Recurso de Alzada, Jerárquico y Proceso
Contencioso Administrativo ante la Corte Suprema de
Justicia, respectivamente, de la Ley No.2492 Código
Tributario Boliviano del 2 de agosto de 2003, declaró, entre
otros, la inconstitucionalidad de los Artículos 131º y 147º
referidos al Proceso Contencioso Administrativo en materia
tributaria.
En entendimiento del Tribunal Constitucional, la supresión de
la impugnación judicial del acto administrativo tributario
mediante el Proceso Contencioso Tributario, lesiona la
garantía constitucional (derecho humano) del Debido
Proceso, toda vez que el Proceso Contencioso Administrativo
es una vía de puro derecho en única instancia de control de

50 - 60
legalidad del acto administrativo tributario, en tanto que el
Proceso Contencioso Tributario es una proceso de hecho en
una vía de impugnación directa y alternativa a los
Procedimientos Administrativos Tributarios que tiene su
fundamento en el derecho de contradicción del contribuyente,
a ser oído en igualdad de condiciones, a defenderse, alegar,
probar e interponer los recursos que la ley procesal prevea.
La Sentencia Constitucional 0009/2004, al diferenciar el
proceso contencioso administrativo y el proceso contencioso
tributario y atribuirle a la primero la calidad de vía de control
de legalidad, y al segundo, caracterizarlo como una vía de
impugnación directa y controversial que admite los recursos
procesales previstos y por ende la segunda instancia,
expresa:
Al respecto cabe aclarar que el fundamento expresado por el
Presidente del Congreso Nacional, en el alegato presentado
a favor de la Ley impugnada, no es atendible, toda vez que el
proceso contencioso administrativo previsto por el Art. 131,
dada su naturaleza jurídica, no reemplaza al proceso
contencioso – tributario, el que, como se tiene referido
precedentemente, difiere de aquél en su naturaleza jurídica,
su finalidad y objetivo, así como en su propia configuración
procesal; pues entre tanto aquél es una vía de control de
legalidad, éste es una vía de impugnación directa y
controversial del acto administrativo tributario, el primero es
una que requiere del agotamiento de las instancias
administrativas, el segundo es una vía directa y alternativa a
los procedimientos administrativos tributarios; mientras aquél
se tramita como un proceso de puro derecho y en única

51 - 60
instancia, éste se tramita como un proceso de hecho
admitiendo los recursos previstos en el ordenamiento.
Por efectos de la Sentencia Constitucional 0076/2004, el
procedimiento del proceso contencioso tributario previsto en
la abrogada Ley Nº 1340, es restituido definitivamente el 2 de
agosto de 2005, y es el que actualmente se aplica en los
procesos contenciosos tributarios, de conocimiento de los
Jueces Administrativos, Coactivos Fiscales y Tributarios,
Salas Sociales y Administrativas de las Cortes Superiores de
Distrito, y Sala Social y Administrativa de la Corte Suprema
de Justicia procesal. En ese orden, las normas previstas por
el Art. 147 de la Ley impugnada, que son concordantes y
conexas con el Art. 131, también son incompatibles con la
Constitución, conforme se tiene referido y fundamentado
precedentemente.
f. El Proceso Contencioso Administrativo y la
Jurisprudencia Constitucional
Sin embargo, no obstante de declarar e identificar, en la
Sentencia 0009/2004, la inconstitucionalidad del proceso
contencioso administrativo en materia tributaria (Art. 131 Ley
Nº 2492 Código Tributario Boliviano), por las violaciones al
debido proceso, falta de etapa de producción de pruebas, y
además por la ausencia de recursos procesales judiciales
(apelación, casación), el Tribunal Constitucional no efectúa
precisiones doctrinales, respecto del proceso contencioso y
contencioso administrativo previstos en los Artículos 775 y
778 del Código de Procedimiento Civil, del proceso
contencioso administrativo previsto en el Artículo 55º numeral
10 de la Ley Nº 1455 de Organización Judicial; en los
Artículos 141º y 142º de la Ley Nº 1488, de 16 de abril de

52 - 60
1993, de Bancos y Entidades Financieras; en el Artículo 23
de la Ley Nº 1600, de 28 de octubre de 1994, del Sistema de
Regulación Sectorial (telecomunicaciones, electricidad,
hidrocarburos, transportes, aguas); en el Artículo 45 de la Ley
Nº 1700, de 12 de julio de 1996, Forestal; en el Artículo 28 de
la Ley Nº 1715, de 18 de octubre de 1996, del Instituto
Nacional de Reforma Agraria; en el Artículo 66, de la Ley Nº
2027, de 27 de octubre de 1999, del Estatuto del Funcionario
Público; el Artículo 143 de la Ley Nº 2028, de 28 de octubre
de 1999, de Municipalidades; en el Artículo 70 de la Ley Nº
2341, de 23 de abril de 2002, de Procedimiento
Administrativo, cuyo procedimiento aplicable resulta ser el
mismo que en materia tributaria (segundo párrafo del Art. 131
Ley Nº 2492 Código Tributario Boliviano), es decir, el
procedimiento judicial consignado en los Artículos 778 a 781
del Código de Procedimiento Civil vigente.
En relación al derecho a la segunda instancia, como elemento
del debido proceso, el Tribunal Constitucional en su
Sentencia Constitucional 0022/2006, de 18 de abril, de 2006,
expresa.
Al respecto, corresponde señalar que uno de los elementos
que compone el debido proceso es el derecho a la segunda
instancia consagrado en normas internacionales que
conforman el bloque de constitucionalidad, como la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, integrada
a la legislación interna mediante Ley 1430, de 11 de febrero
de 1993, que en la norma de su Art. 8.2 inc. h) dispone que
toda persona tiene “Derecho de recurrir del fallo ante juez o
tribunal superior”, garantía judicial que al ser parte del debido
proceso, se constituye en irrenunciable para las personas,

53 - 60
pues, sobre la base de la falibilidad humana, constituye la
garantía de que la imposición de una sanción pueda ser
revisada, para enmendar los errores de hecho y de derecho
que pudieron haberse cometido, y que en caso de ser
imposible su revisión pueden ocasionar daño y afectar los
derechos de las personas.

En el caso concreto en análisis, las normas cuestionadas,


establecen un procesamiento administrativo en única
instancia, para sancionar a los funcionarios de la Policía
Nacional que infrinjan el régimen disciplinario y cometan las
faltas calificadas como graves, previstas en el inc.”D” del Art.
6 del Reglamento de Faltas Disciplinarias y sus Sanciones de
la Policía Nacional, estipulando de forma expresa que los
fallos del Tribunal Disciplinario Superior son definitivos e
inapelables, lo que vulnera el derecho a una segunda
instancia, que es parte de un debido proceso; por tanto,
dichas normas cuestionadas vulneran el derecho al debido
proceso consagrado por el Art. 16 de la CPE, por lo que
deben ser declaradas inconstitucionales y expulsadas del
Reglamento de Faltas Disciplinarias y sus sanciones de la
Policía Nacional; empero, corresponde aclarar que en el caso
del inc. a) del Art. 31, sólo deben ser expulsadas del
ordenamiento jurídico la frase “en única instancia”,
subsistiendo el resto de dicha norma, que debe ser entendida
como la atribución de la competencia de procesar y sancionar
a los miembros de la Policía Nacional, concedida al Tribunal
Disciplinario Superior”.

54 - 60
5. Situación Constitucional Actual
La Constitución Bolivia vigente, de 7 de febrero de 2009, no
atribuye al Tribunal Supremo de Justicia, competencia para el
conocimiento y resolución de los procesos contenciosos, abriendo
la posibilidad que la norma legal pertinente reconfigure el
procedimiento del proceso contencioso administrativo boliviano, y
lo adecúe a la doctrina, a la legislación comparada y al actual
procedimiento del proceso contencioso tributario, como proceso
ordinario de hecho o de puro derecho, que consigne período
procesal probatorio, consulte el principio de la segunda instancia
jurisdiccional, y se aplique a demandas contencioso-
administrativas, incluyendo las tributarias, en relación a actos
administrativos unilaterales de alcance particular, resoluciones de
alcance general, contratos administrativos, procedimientos de
contrataciones públicas, actos administrativos estables
declarados lesivos al interés público, actividad administrativa de
los órganos judicial y legislativo.
Respecto al derecho a la segunda instancia jurisdiccional judicial,
la actual Constitución Política del Estado, en su Artículo 180
parágrafo II, reconoce y garantiza expresamente el principio de
impugnación en los procesos judiciales, con lo que estaría
dispuesta y garantizada, desde el orden constitucional, la
aplicación de la segunda instancia en los procesos contenciosos
resultantes de la función administrativa estatal.
A la fecha, en la Cámara de Senadores, con Informe Nº 007/08-
09, de 25 de junio de 2008, de recomendación de aprobación de
la Comisión de Constitución, Justicia, Policía Judicial, Ministerio
Público, Derechos Humanos y Régimen Electoral, del Senado
Nacional, se tiene un proyecto de ley de la jurisdicción
contencioso-administrativa y tributaria, que consulta la doctrina, la

55 - 60
legislación comparada, la jurisprudencia constitucional en relación
al proceso contencioso en materia tributaria, y el procedimiento del
proceso contencioso tributario.

El proyecto de ley, en su Artículo 5 señala que la demanda


contencioso-administrativa es admisible contra los hechos
administrativos, los actos administrativos, los actos administrativos
declarados lesivos, los reglamentos administrativos, los contratos
administrativos, y establece un procedimiento judicial contencioso
administrativo que comprende las etapas procesales siguientes:
demanda, medidas precautorias, eventual suspensión de la
actuación administrativa impugnada, subsanación o rechazo de
demanda, admisión de demanda, contestación, calificación del
proceso, sentencia, recurso de reposición, recurso de apelación,
recurso de casación.

En cuanto a la legitimación activa, y ya coincidiendo con la


legislación de Estados autonómicos o federales, dotados de
distintas administraciones públicas, en su Artículo 18, dispone que
estarán legitimados para interponer demanda en la jurisdicción
contencioso-administrativa: las personas naturales o jurídicas
privadas que hubiesen sido afectadas en su derecho subjetivo o
interés legítimo; los sujetos pasivos o terceros responsables de la
obligación tributaria; la administración pública autora de actos
lesivos al interés público; la administración pública respecto de
cualquier conflicto derivado de los contratos que celebre; las
entidades autónomas y descentralizadas que hubiesen sido
afectadas en su derecho subjetivo o interés legítimo por la
actuación de otra administración pública.

56 - 60
IX. CONCLUSIONES.
Ante la creación de las leyes del procedimiento administrativo, estas eran
reguladas por un número exagerados de procedimientos en cuanto a
términos y plazos, que provocaba un cambio entre las relaciones de la
administración y los particulares. Como rama del Derecho Público, que tiende
a regular, las relaciones del Estado y los gobernados por su propia
naturaleza, en cuanto a reglamentos y leyes que requieren de una constante
adecuación en base a los avances tecnológicos que se van dando en la
sociedad. El acto administrativo, se clasifica de acuerdo con el criterio relativo
a la naturaleza del acto administrativo y de la voluntad o voluntades que
intervienen en la formulación del acto; de acuerdo con el criterio derivado de
la relación que guarda la voluntad creadora con las leyes de orden público.

El Derecho Administrativo como ciencia encuentra su fundamento y esencia


en el fin que persigue, el interés general tanto en su dimensión colectiva como
individual, mediante la correcta aplicación de sus principios superiores, de tal
forma que el principio tiene un carácter supra legal y es incluido en una
norma, se trata de una regla que se convierte en un mandato de optimización
para los operadores jurídico administrativos, es esencial porque de ahí viene
nuestra administración publica la cual se encarga de ver el bienestar de la
sociedad por medio de distintos aspectos, uno de ellos son los contratos
administrativos celebrado por una autoridad del Estado.

Los sistemas nacionales de control de la administración, han venido


transformándose en razón de la globalización, al internacionalizarse los
ordenamientos mediante la celebración de tratados y la influencia ejercida
por los organismos internacionales como el Banco Mundial, a través de sus
regulaciones sobre la aplicación de los recursos financieros, la facultad
reglamentaria del Poder Ejecutivo quedar sujeta a controles más adecuados.
observando el exceso en el ejercicio de la misma, en razón de la creación de

57 - 60
normas administrativas que permiten un margen desmedido de
discrecionalidad. Ha ganado importancia los controles en la administración
municipal especialmente el ejercido mediante la revisión de cuentas.

En la legislación comparada se pudo verificar que el tratamiento que se da al


derecho administrativo en otros países, se lo hace con la implementación de
Juzgado especializados en la materia o de un ente especializado, con lo cual
se logra que las mismas causas no se concentre en un solo juzgado dándole
a las partes intervinientes la misma posibilidad de presentar pruebas en el
desarrollo del mismo y si estas lo consideren necesario apelar el fallo del
mismo a un ente superior con lo cual se da cumplimiento al principio de
debido proceso. Después de haber realizado este estudio del proceso
administrativo en el derecho boliviano, con una comparación con los países,
nos hemos dado cuenta del inmenso campo de trabajo que se abre ante
nosotros y el cúmulo de remedios qué se requiere aportar al funcionamiento
de los órganos de control en Bolivia

El control es el primer elemento presente en la función administrativa, es uno


de los instrumentos qué permite hacer más eficaz la función administrativa
con el fin de satisfacer el interés público, como medio para mantener la
administración dentro los límites precisos de la legalidad y la regularidad
técnica, para moderar a los órganos de la administración a fin de prevenir la
arbitrariedad. Tener cuidado de no introducir controles excesivos, pues una
rigidez extrema del control podría alterar el equilibrio y la coordinación que
deben existir entre la actividad de control y las otras funciones de la
administración, que puede desembocar en una inmovilidad de la
administración. Para emprender esta tarea debemos aprender las
legislaciones extranjeras; sin embargo, en todo caso debemos evitar cometer
imitaciones que no tendrían ninguna efectividad en la práctica.

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Cada órgano administrativo tiene competencia frente a sus iguales en el
territorio que se le asigne, en virtud de la cual a cada órgano de la
Administración se le atribuyen competencias en una o más materias, donde
la jerarquía atribuye la competencia a los órganos respecto de sus superiores
o inferiores. El acto administrativo dictado por órgano incompetente por razón
de la jerarquía es revocable. Si ejerce un órgano incompetente existiría un
vicio en este elemento y se produciría lo que se conoce como exceso de
poder, se requiere que los titulares del órgano no estén incursos en las
causas de abstención y recusación previstas en la Ley para garantizar la
objetividad de su actuación.

El Procedimiento Administrativo de Bolivia no señala los derechos de la


persona la garantía del debido proceso, porque esta norma procedimental
data del 23 de abril de 2002 y entró en vigencia el 23 de junio de 2003, no
alcanzo un desarrollo pleno en la aplicación en todas sus instituciones; sin
embargo para el ejercicio pleno de la garantía del debido proceso debe
considerarse el Art. 16 de la Ley de Procedimiento Administrativo, este
artículo contiene los elementos componentes del debido proceso y su
aplicación en el procedimiento administrativo.

Los antecedentes jurisprudenciales en el procedimiento administrativo rige el


principio de informalismo, que excluye este procedimiento la exigencia de
requisitos formales, su consagración en la Ley de Procedimiento
Administrativo y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, puede
expresarse con carácter enunciativo y no limitativo, no es preciso calificar
jurídicamente las peticiones, los recursos pueden ser calificados
erróneamente interpretándose conforme la intención del demandante y no
según la letra de los escritos, tiene la obligación de corregir evidentes
equivocaciones formales, la equivocación del destinatario tampoco afecta la

59 - 60
procedencia de la petición, si no consta la notificación del acto impugnado
debe entenderse que el recurso ha sido interpuesto en término.

X. RECOMENDACIONES
Al realizar el presente trabajo monográfico se pudo establecer que existe una
clara tendencia a usurpar funciones que le son propias al Órgano Judicial sobre
la resolución de controversias entre la Administración Pública del Estado y los
Administrados que somos todos, ello resulta vulneratorio al mismo ordenamiento
jurídico nacional, en desmedro de los derechos de los que habitamos Bolivia, en
ese sentido la recomendación va dirigida a que exista iniciativa ciudadana que
surja de los movimientos sociales y cívicos de la ciudades de nuestro país para
restablecer el derecho que tiene todo habitante de este país, cuando vea
vulnerados sus derechos e intereses legítimos pueda acudir a tribunales
especializados que sean imparciales y que en última instancia definan los litigios
y controversias frente a una Administración Pública que cada vez cree tener la
facultad de administrar ese valor tan supremo como es la justicia.

BIBLIOGRAFIA.
Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos Material SAIA Derecho
Administrativo II. Universidad Fermín Toro.
http://raquelsue2003.blogspot.com/2010/11/vicios-de-los-actos-
administrativos.html
Derecho Administrativo quinta edición ampliada y actualizada, Pablo Dermizaki
Peredo
Apuntes para la reinvención del Derecho Administrativo Boliviano. Segunda Edición
actualizada y complementada. La Paz, Bolivia: Editorial Jurídica Temis, 2004,
página 539).
Cfr. Max Mostajo Machicado

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