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La ley 1482 de 2011 por discriminación, contempla, multas de hasta $11,4

millones penas de hasta 36 meses de prisión. David Jáuregui Sarmiento -


djauregui@larepublica.com.coviernes, 9 de febrero de 2018

Aunque la Constitución de 1991 estableció que el Estado promoverá las


condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en
favor de grupos discriminados o marginados, solamente hasta 2011, dos
décadas después de su promulgación, se legisló con sanciones punitivas para
quienes cometieran actos de discriminación al interior del país.

Según la ley 1482 de 2011, acto legislativo que garantiza la protección de los
derechos de una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, que son
vulnerados a través de actos de racismo o discriminación, un ciudadano que
sea imputado por esta falta podría recibir hasta tres años de prisión y multas
de $11,7 millones (ver gráfico).

Un acto de discriminación es cualquier acción que agreda verbalmente a una


persona por su raza, nacionalidad, sexo, orientación sexual o color de piel.

De la misma forma, la ley considera agravantes de la conducta si esta se


presenta en un espacio o público, a través de medios de difusión masiva; si
quien la comete es servidor público, si se dirige a niño o niña, persona de la
tercera edad o si el acto discriminativo está orientado a restringir los
derechos laborales.

“En tales eventos el derecho penal interviene en materia punitiva en


lineamiento con la constitución de promulgar la igualdad en todos los
aspectos, para sancionar quien cometa actos de discriminación”, explicó el
abogado penalista y docente de la Universidad Central Hernando Meneses.

Sin embargo, explicó el mismo jurista, que dicha intervención del penal es
mínima porque las sanciones no son representativas, y la pena de prisión que
impone es excarcelable. “Lo que hace el código penal es que la sanción no es
fuerte en el sentido de que un ciudadano pierda la libertad por un tiempo
determinado”, agregó Meneses.

HERNANDO MENESES ABOGADO PENALISTA DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL

“El derecho penal interviene en materia punitiva en lineamiento con la orden


de la Constitución de igualdad de raza, religión, política, etc. para sancionar a
quien cometa actos de discriminación”.

LUIS ERNESTO GÓMEZ LONDOÑO VICEMINISTRO DEL INTERIOR

“Aunque Colombia es un Estado Social de Derecho fundamentado en las


mayorías, la verdadera protección de la democracia está en la defensa de las
minorías, solo así se garantiza la igualdad”.

A pesar de ello, y aunque la misma ley contempla que se puede atenuar la


sanción si el imputado se retracta públicamente o si restituye el servicio
negado por discriminación, el ciudadano quedaría con el antecedente de la
conducta punitiva.

De acuerdo con el más reciente informe de la Fiscalía sobre este tipo de


conducta, entre 2012 y 2016 se registraron 524 denuncias por discriminación
racial, y otras 183 por discriminación de raza, religión, ideología política u
origen nacional o étnico.
En ese mismo periodo, a pesar de la cantidad de denuncias, solamente se
realizaron tres imputaciones por discriminación. El primer condenado por
esta conducta fue el cabildante de Risaralda Fernando Antonio Delgado,
quien se refirió a las negritudes, indígenas y desplazados como un cáncer del
Gobierno.

“Es importante recordar que Colombia es un Estado Social de derecho y la


defensa de las minorías también es obligación constitucional”, afirmó el
viceministro del Interior, Luis Gómez.


Carlos Parra Dussanjueves, 27 de septiembre de 2012


Colombia aprobó la Ley 1482 de 2011, que tiene por objeto
garantizar la protección de los derechos de una persona, grupo de
personas, comunidad o pueblo, que sean vulnerados a través de
actos de racismo o discriminación.

De esta manera, se da desarrollo al Estado Social de Derecho, con


el cual pretendemos identificarnos en medio de la diferencia, a
través de los principios constitucionales fundamentales del
pluralismo artículo 1, el principio de la diversidad étnica artículo 7
y el multiculturalismo del artículo 70 de la Constitución Nacional.

Por esta razón, es necesario que los esfuerzos legislativos


realizados para lograr el objetivo de la igualdad, sean lo más
incluyentes posibles, garantizando la diversidad y el derecho a la
diferencia.

En este contexto, encontramos la Convención Internacional sobre


la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, Ley
22 de 1981, la Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer, Ley 51 de 1981 y la
Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad,
Ley 1346 de 2009, que prohíben la discriminación contra estas
personas.

Sin embargo, la Ley 70 de 1993, por la cual se desarrolló el artículo


transitorio 55 de la Constitución Política, ya consagraba la sanción
de la discriminación racial.

La Corte Constitucional en la Sentencia T-1090 de 2005, ha


definido la discriminación como: “un acto arbitrario dirigido a
perjudicar a una persona o grupo de personas con base
principalmente en estereotipos o perjuicios sociales, por lo
general ajenos a la voluntad del individuo, como son el sexo, la
raza, el origen nacional o familiar, o por razones irrelevantes para
hacerse acreedor de un perjuicio o beneficio como la lengua, la
religión o la opinión política o filosófica”.

Agrega la Corte en el mismo fallo, “que el acto discriminatorio es


la conducta, actitud o trato que pretende consciente o
inconscientemente anular, dominar o ignorar a una persona o
grupo de personas, con frecuencia apelando a preconcepciones o
prejuicios sociales o personales, y que trae como resultado la
violación de sus derechos fundamentales”.

La Ley 1482 de 2011, establece que el Título I del Libro II del


Código Penal tendrá un Capítulo IX, referido a los actos de
discriminación, con 4 artículos que regulan la materia así: 134 A.
Actos de Racismo o Discriminación; 134 B. Hostigamiento por
motivos de raza, religión, ideología política, u origen nacional
étnico o cultural; artículo 134 C. Circunstancias de agravación
y un artículo 134 D. Circunstancias de Atenuación Punitiva.

Por último, la Ley 1482 incorpora el artículo 102 del Código Penal
sobre la apología del genocidio, estableciendo que “El que por
cualquier medio difunda ideas o doctrinas que propicien,
promuevan, el genocidio o el antisemitismo o de alguna forma lo
justifiquen o pretendan la rehabilitación de regímenes o
instituciones que amparen prácticas generadoras de las mismas,
incurrirá en prisión de 96 a 180 meses, multa de 666.66 a
1500 salarios mínimos legales mensuales vigentes, e
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas de 80 a 180 meses”.

En conclusión, debemos generar espacios académicos y culturales


que incidan en un cambio de concepto sobre cómo vemos a los
demás y nos relacionamos con ellos, para crear así una cultura de
la no discriminación, por esto convoco a todos los sectores de
nuestra comunidad, a la socialización de la Ley 1482 de 2011, que
sanciona todo acto de discriminación.

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