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Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

Raquel Daniela Montañez Alsina

Laura Daniela Pumarejo García

Universidad Francisco de Paula Santander

Nota del Autor

Raquel Daniela Montañez Alsina, Laura Daniela Pumarejo García, Facultad de

Educación, Artes y Humanidades, Universidad Francisco de Paula Santander

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Educación, Artes y Humanidades, Universidad Francisco de Paula Santander


Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

Contenido
Características Del Paradigma Medieval.................................................................................. 4
La Patrística ......................................................................................................................... 4
Antecedentes .................................................................................................................... 4
Definición ........................................................................................................................ 5
Escuelas........................................................................................................................... 6
Los Apologistas (de apología: ‘defensa’) .......................................................................... 6
Patrística Griega ............................................................................................................... 6
La Escuela Alejandrina .................................................................................................. 6
La Escuela de Cesarea.................................................................................................... 7
Patrística Latina ................................................................................................................ 7
San Agustín ......................................................................................................................... 8
Vida De San Agustín ......................................................................................................... 8
Agustín Maniqueo............................................................................................................. 8
Agustín, escéptico ............................................................................................................. 8
Agustín, cristiano .............................................................................................................. 8
Agustín, obispo................................................................................................................. 9
Teología Agustiniana ............................................................................................................ 9
Gnoseología Agustiniana ..................................................................................................... 10
Antropología Agustiniana .................................................................................................... 10
Ética Agustiniana ............................................................................................................... 11
La Pedagogía de San Agustín ......................................................................................... 12
Principio pedagógico .................................................................................................... 12
Enseñanza agustiniana ................................................................................................ 14
La Escolástica .................................................................................................................... 15
Antecedentes .................................................................................................................. 15
Filosofía Escolástica Alta ................................................................................................. 16
Santo Tomás De Aquino ..................................................................................................... 17
Vida de Santo Tomás ...................................................................................................... 17
Gnoseología Tomasiana ...................................................................................................... 17
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

Teología Tomasiana............................................................................................................ 18
Antropología Tomasiana ..................................................................................................... 19
Ética Tomasiana ................................................................................................................. 20
La pedagogía tomista. ......................................................................................................... 20
La noción de educación ................................................................................................... 21
La formación moral. ........................................................................................................ 22
La formación intelectual. ................................................................................................. 24
Paralelo de San Agustín y Santo Tomas .......................................................................... 25
REFERENCIAS ............................................................................................................... 29
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

Características Del Paradigma Medieval


Rasgos del ‘paradigma medieval’, sin dejar de lado las diferencias esenciales entre
‘corrientes particulares’ de la época medieval:

 La filosofía medieval es una de las primeras grandes síntesis intelectuales entre


diferentes tradiciones. La fuerza y la grandeza del pensamiento medieval resultan
del esfuerzo intelectual para sintetizar conceptos (casi incompatibles) de la tradición
griega (filosofía antigua) y de la tradición semítica (judéo-cristianismo).
 Es una filosofía de la contingencia, en oposición al pensamiento determinista
antiguo. Aunque la sombra de la ‘necesidad fatal’ la persigue todavía, sin embargo
la nueva filosofía quiere conceptualizar la naturaleza contingente del mundo y la
libertad fundamental del hombre como condición sine qua non de responsabilidad y
culpabilidad.
 Como excepción de pocas corrientes judías y musulmanes, la filosofía medieval es
una filosofía cristiana. Esto no significa que reemplazara la teología o que
simplemente racionalizara los fundamentales dogmas cristianos. Más bien es una
‘filosofía dentro de un marco cristiano’; un pensamiento racional que parte de la fe
y vuelve a ella.
 Es una filosofía en textos. El diálogo antiguo es reemplazado paulatinamente por el
‘tratado filosófico’, una exposición sistemática y discursiva de un tema o una serie
de temas específicos. La palabra escrita tiene cada vez más importancia, por las
traducciones y reproducciones a mano.
 Es una filosofía urbano-académica. Los centros de los estudios filosóficos son las
grandes ciudades de importancia política y cultural (París, Colonia, Nápoles,
Oxford, Bolonia), y el marco organizativo se desarrolla desde ‘escuelas formales’
hasta las primeras ‘universidades’.

La Patrística

Antecedentes
 Nacimiento del cristianismo, proviene de los esenios que era una secta judía que
anunciaba el nacimiento del mesías, Cristo.
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

 Después de la crucifixión, hay una separación total del judaísmo y el cristianismo,


debido a la destrucción del templo de Jerusalén. Los cristianos creen que es un
castigo divino y el imperio romano adopta dicha religión.
 En sus inicios el cristianismo fue una recopilación de textos por partes de todas las
iglesias, generando así diferentes doctrinas, y falta de orden eclesiástico.
 Con la unificación de la doctrina, se crea la clase sacerdotal y su jerarquización,
distinguiendo así entre ortodoxos y heterodoxos (herejes), era un modelo parecido al
del mundo helenístico, propiciando su expansión.
 Con el surgimiento del modelo político imperial, se impone la religión oficial del
estado, con la caracterización en que el emperador tenía un carácter divino.
Diocleciano empezó una fuerte persecución hacia los cristianos hasta el día de su
muerte.
 Siendo Constantino emperador, gracias al apoyo de los sectores cristianos, da la
libertad de religión en el Edicto de Milán, luego convoco el concilio ecuménico de
Nicea en donde la religión oficial seria el credo cristiano, debido al carácter
monoteísta del cristianismo, sirvió como justificación del poder absoluto de dicho
emperador.
 Por último, el emperador Teodosio impuso el catolicismo como religión oficial,
persiguió a la religión pagana y estuvo aconsejado por el obispo San Ambrosio

Definición
Se conoce como Patrística (procede del latín patres, padres) al conjunto de
Escritos doctrinales de los primeros siglos del cristianismo, cuya intención era definir el
dogma, unificar las distintas interpretaciones del cristianismo y promocionar la doctrina
cristiana, en la mayoría de los casos exponiéndola en un lenguaje filosófico que la hiciera
Aceptable para las clases cultas del mundo grecorromano.
La filosofía patrística comprende todo el período, desde los primeros
Padres de la Iglesia que buscaban argumentos racionales para la nueva fe cristiana frente a
una filosofía ya establecida, hasta el renacimiento carolingio y su organización de los
estudios. Esta época está bajo la influencia de Platón y del neoplatonismo, y quiere llegar a
la formulación de los dogmas más importantes cristianos.
Es un período de suma importancia para la teología y la filosofía
cristianas, en especial por el encuentro de dos culturas muy diferentes: la cultura griega-
helenística y la cultura judéo-cristiana. Durante cuatro siglos coexistieron los últimos brotes
de la filosofía antigua (platonismo medio y neoplatonismo) y las primeras corrientes
filosóficas elaboradas por pensadores cristianos
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

Escuelas

Los Apologistas (de apología: ‘defensa’)


Se trata de un periodo poco relevante filosóficamente, en el que los
escritos cristianos son fundamentalmente breves apologías que consisten sobre todo en
alegatos jurídicos a favor del derecho de los cristianos a practicar su religión. Estos escritos
son la reacción del cristianismo a las diferentes persecuciones, y a menudo van dirigidos al
emperador o a otras autoridades. En las apologías el cristianismo se justifica y establece
una relación con otras religiones o doctrinas, incluyendo las filosóficas.

Entre los apologistas griegos se destaca Justino (muerto hacia 165),


quien era filósofo platónico antes de convertirse al cristianismo. Según él, toda la sabiduría
de la filosofía griega se ‘cumple en Jesucristo, porque Él es el logos que siempre fue
buscado por la filosofía antigua (todo lo que de verdad se haya dicho, pertenece a nosotros
los cristianos). En este sentido, la filosofía (griega) solamente tiene una función
preparatoria: preparar el camino para la verdad revelada en Cristo.

El apologista principal en el ámbito latino era Tertuliano (ca.150-222), quien


asumió una actitud muy dura e inconciliable contra todo tipo de filosofía (Atenas y
Jerusalén no tiene nada en común) quien no sólo condenó la filosofía griega, sino que
consideró que lo valioso de la verdad cristiana era precisamente su incomprensibilidad y su
absurdidad, declarando que “la muerte del Hijo de Dios es creíble porque es contradictoria,
y resurrección es cierta porque es imposible”, postura esta que suele resumirse en el “credo
quia absurdum”, y que poco más tarde fue declarada herética por la Iglesia.

Patrística Griega

La Escuela Alejandrina
Alejandría, fundada por Alejandro Magno en 331 a.C., se había convertido en el
segundo siglo d.C. en uno de los centros intelectuales, junto con Roma, Antioquía y Atenas
(más tarde también Constantinopla). Tenía una de las bibliotecas más grandes del mundo
(con unos 700’000 tomos) y atrajo a todos los sabios de aquel tiempo (astrónomos,
médicos, filósofos, abogados).

El ambiente intelectual de Alejandría era muy propicio para una penetración muy
íntima de platonismo y cristianismo; la herencia platónica en el mismo seno de la teología y
la filosofía cristianas se debe en gran parte a la labor de estos cristianos platónicos de
Alejandría en el siglo III d.C.
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La escuela catequética de Alejandría dejó de ser apologética, debido al clima de


tolerancia que existía en ese centro de estudios; por lo tanto, los alejandrinos ya no
concibieron filosofía y fe como entidades incompatibles, sino más bien como dos diferentes
maneras de explicitar la única verdad. El platonismo (en la recepción de Filón) era visto
como una concepción filosófica que estaba en mucho muy cerca de las mismas
concepciones cristianas. Así, podemos definir la filosofía alejandrina como un primer
intento de una síntesis de cristianismo y platonismo, es decir, de fe y filosofía

El primer filósofo conocido de la escuela alejandrina fue Clemente de Alejandría


(150-215) interpretó el logos como el Verbo encarnado, es decir, como Cristo. En el logos
están presentes los arquetipos (ideas platónicas), según los cuales fue creado el mundo; así,
el logos es el mediador creativo entre Dios y el mundo.

Orígenes era un estudioso de la filosofía griega, como también de la Sagrada


Escritura. El insistía en la espiritualidad y la unicidad de Dios (Dios es mónada utilizando
terminología pitagórica y neoplatónica). También defendió la preexistencia de las almas
(sin la metempsícosis, reencarnación del alma después de la muerte a otro ser vivo o a otro
cuerpo inanimado en función de los méritos alcanzados en la existencia anterior,), y la
apocatástasis, es decir, la reconciliación final de todos los seres con Dios. Con Orígenes
empieza una tradición larga de dualismo antropológico, menospreciando todo lo que tiene
que ver con el cuerpo y la sexualidad

La Escuela de Cesarea

El epicentro teológico se trasladó de Alejandría, que cada vez más fue considerado
como lugar de herejías, a Cesarea, en Capadocia (hoy Anatolia turca).

Entre los representantes esta San Gregorio Nacianceno quien defendió la


compatibilidad entre razón y fe; la razón tiene la tarea de aportar argumentos de
conveniencia para las verdades reveladas. Él pretendió demostrar la existencia de Dios por
razones filosóficas, y hasta dar argumentos racionales para la misma Trinidad

Patrística Latina

Como figura más importante de la tradición latina encontramos a San Agustín


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San Agustín

Vida De San Agustín

Aurelio Agustín (354-430) nació en Tagaste de África romana; su padre, Patricio,


era pagano, y su madre, Mónica, cristiana, quien ejerció una influencia constante y decisiva
sobre él. Él se dedicó sobre todo a los estudios de la retórica y la gramática, hasta que la
lectura de Hortensius de Cicerón, las tres anotaciones del libro que más le gustaron fueron
la renuncia a las riquezas, la renuncia a los honores, la renuncia al matrimonio, en otras
palabras llevar una vida célibe y ascética, esto le llevó a la investigación filosófica, en
búsqueda de la verdad

Agustín Maniqueo
Poco después de la lectura de Hortensius de Cicerón, San Agustín se declaró
seguidor de los maniqueos. El maniqueísmo es la primera fuente de la filosofía agustiniana,
y siempre quedará vigente debajo de la superficie, aunque San Agustín más tarde
explícitamente renunció a esta secta filosófica.

El maniqueísmo es una religión dualista que cree en la existencia de dos principios,


Luz-Bien y Tinieblas-Mal, que son respectivamente Dios y la Materia que constantemente
se encuentran en una lucha por predominar, principio al cual San Agustín se opuso

Agustín, escéptico
Agustín se desilusiona tanto del maniqueísmo que cae de forma casi inmediata en
un escepticismo filosófico, creyendo que la verdad existe, sí, pero no puede ser conocida y
no hay camino alguno para llegar a ella. San Agustín superará esta etapa pensando en sus
propias capacidades y cualidades, en sus deseos de búsqueda y en el planteamiento del
problema de la fe y la razón. Llega a la conclusión de que para alcanzar la verdad se
necesita la fe.

Agustín, cristiano
Agustín vive entonces ya en Milán, donde acude a escuchar con frecuencia al
obispo católico, san Ambrosio, Agustín conocía a través de San Ambrosio las obras de los
neoplatónicos, sobre todo de Porfirio (Enneada) y de Plotino. Después de haber
abandonado la doctrina maniquea, él reconoció en el neoplatonismo una posibilidad de
pensar el universo sin asumir un dualismo ontológico. El mal, según los neoplatónicos, es
privatio boni, es decir, la ausencia del bien. No tiene entonces sustancialidad, ni menos es
un principio divino. El neoplatonismo va ser el marco filosófico permanente para
reflexionar la fe cristiana.
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

Sin embargo, San Agustín no puede ser denominado simplemente ‘neoplatónico’;


empieza a crear una síntesis filosófica entre neoplatonismo (con fuertes colores maniqueos)
y cristianismo. Esta labor creativa merece por primera vez el título de una ‘filosofía
cristiana’. En 387 se convirtió al cristianismo, y recibió el bautismo.

Agustín, obispo
Agustín regresó a África para difundir la sabiduría cristiana; en 395 es consagrado
obispo de Hipona. El resto de la vida se dedicó a defender y esclarecer los principios de la
doctrina cristiana. Murió en el año 430, mientras los vándalos asaltaban el norte de África y
asediaban la ciudad de Hipona.

Teología Agustiniana
Todas las cosas del mundo tienen en Dios, desde la eternidad, sus correspondientes
"Ideas Ejemplares". A partir de estas ideas Dios ha creado el mundo. Si bien es cierto que
las ideas son eternas, el mundo material ha sido creado y por lo tanto es contingente
(pudiera no existir), ya que tiene su causa en la libre decisión de Dios. La realidad tiende
un orden jerárquico:
 Dios, causa de todo.
 Las almas, que son incorpóreas.
 Los cuerpos que son materiales.

Para explicar la generación de nuevas criaturas a lo largo de la historia sin contradecir la


inmutablidad divina, recurre a las rationes seminales, especie de semillas invisibles de todas
las cosas, creadas de una sola vez y que se desarrollan cada una a su tiempo, haciendo que
el mundo marche por sí mismo sin la necesidad de la intervención divina.

Para demostrar la existencia de Dios no desarrolla argumentos elaborados y sistemáticos


y aunque estén en su mano los razonamientos basados en el consenso histórico (la creencia
en la divinidad en todas las culturas y épocas) y el argumento basado en el orden
existente en el mundo que obliga a admitir una inteligencia superior, Dios, creadora de
dicho orden, la principal prueba de que San Agustín utiliza proviene, de su teoría sobre la
iluminación, partiendo del interior del hombre, quien encuentra dentro de sí mismo unas
ideas inmutables que no pueden proceder de él ni del mundo sensible que son mutables,
teniendo que admitir la existencia de un ser inmutable del cual proceden. De ahí que para
San Agustín, como para Platón, el atributo fundamental de Dios sea la inmutabilidad.
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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Para explicar la creación del mundo, defendió la idea de que Dios creó todas las cosas a
partir de la nada conforme a las Ideas Ejemplares contenidas en su propia esencia. Pero la
"omnipotencia" de este Dios creador no podía ser entendida por la mentalidad griega, para
la cual, la creación ex nihilo, resultaba ininteligible y absurda, pues de la nada... nada puede
ser producido. El cristianismo (y San Agustín) dotó a Dios de un poder sin precedentes:
Dios es causa del mundo y lo crea de la nada. San Agustín introdujo la concepción de la
trascendencia, para describir la diferencia absoluta entre el ser creado y el creador.

Gnoseología Agustiniana
San Agustín está convencido de que la verdad puede ser conocida, y deja de esta
manera atrás la posición escéptica, que él mismo había asumido años antes. Para refutar el
escepticismo, San Agustín desarrolla una ‘duda metódica’ muy parecida a la de Descartes.
Aunque uno podría dudar de la existencia del mundo exterior, de ninguna manera puede
dudar de su propio dudar, de la existencia como ente que duda. La fórmula agustina es la
siguiente: Si fallor, sum (si soy capaz deequivocarme es que existo). Esta duda anti
escéptica anticipa el adagio cartesiano cogito ergo sum. A partir dela evidencia de mi
existencia como ser que piensa (o que se equivoca), yo puedo llegar a las certezas de mis
pensamientos y de la existencia del mundo.
La duda anti-escéptica ya nos demuestra que el modelo gnoseológico que emplea
San Agustín es un modelo intelectualista, parecido al modelo platónico. Los conocimientos
no provienen de los sentidos (sensualismo), porque éstos nos dan solamente impresiones
mutables e inseguras. Pero tampoco la razón es la fuente de conocimiento, ni el criterio
último de verdad o falsedad. La razón juzga sobre los contenidos provenientes desde afuera
mediante los sentidos, pero esto lo hace a base de un criterio inmutable que trasciende tanto
los sentidos como la razón. La razón necesita un paradigma absoluto y eterno de ‘verdad’
que solamente puede ser Dios mismo. Una corrección importante del modelo platónico que
insiste en la capacidad intrínseca del intelecto para captar la verdad, por la misma eternidad
y hasta divinidad del nous.

Antropología Agustiniana

El ser humano es un compuesto de cuerpo (materia) y alma (forma). Por supuesto que la
realidad más importante es el alma, dentro de la más estricta tradición platónica,
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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concibiendo el cuerpo como un mero instrumento del alma. El alma es una sustancia
espiritual y, tal como nos la presenta Platón en el Fedón, simple e indivisible. Asume todas
las funciones cognoscitivas de las que la más importante será la realizada por la razón
superior, ya que tiene como objeto la sabiduría (y es en ella en donde se da la iluminación).
Además de las funciones propias de la inteligencia le corresponden también las de la
memoria y la voluntad, adquiriendo ésta última un especial protagonismo en su
pensamiento, al ser considerada una función superior al entendimiento.

El alma es inmortal, pero a diferencia de lo que ocurría en el platonismo no es eterna. Los


argumentos para defender la inmortalidad proceden del platonismo: siendo el alma de
naturaleza simple no puede descomponerse, ya que no tiene partes; por lo que ha de ser
indestructible, inmortal. Por lo que respecta a la explicación de su origen San Agustín
oscila entre dos posiciones: el creacionismo y el generacionismo o traducianismo. Según la
primera Dios crearía el alma con ocasión de cada nuevo nacimiento de un ser humano (lo
que plantearía problemas a la hora de explicar el pecado original ¿Crearía Dios almas
imperfectas, manchadas por el pecado original?).

Según la otra teoría el alma se transmitiría de padres a hijos al ser generada por los padres,
igual que éstos generan el cuerpo (de este modo se podría explicar la transmisión del
pecado original, pero plantearía el problema de la unidad y simplicidad del alma individual
¿Transmitirían los padres una parte de su alma a sus hijos? ¿Quedaría entonces la suya
fragmentada? etc.)

Ética Agustiniana
El hombre es fundamentalmente imago Dei (imagen de Dios), y como tal es bueno
en todos sus aspectos creados. Pero la inclinación equivocada del alma (no del cuerpo) hace
oscurecer esta condición de ‘imagen’, aunque sigue existiendo el deseo hacia Dios. El
hombre recién llega a su plenitud y perfección en la visio Dei que es idéntica a la felicidad
(beatitudo). El camino hacia este fin es un proceso de interiorización y de espiritualización
cada vez más radicales. He aquí el comienzo de una larga tradición de ‘mística’
(contemplación) como camino predilecto de salvación en reemplazo de la tradición
evangélica de la ‘acción’ y exteriorización. Para San Agustín, Dios está presente en primer
lugar en mi propia alma, y no es el prójimo el que me necesita.
Para San Agustín la facultad más noble en el hombre no es su razón, sino su
voluntad y su libertad. Con esta concepción se opone a una larga tradición racionalista, que
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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subordina la voluntad a la razón, tanto en la corriente platónica como aristotélica. Así trata
de refutar filosóficamente el determinismo antropológico latente de la filosofía antigua, que
hace seguir al hombre ciegamente su propia ‘naturaleza racional’. San Agustín insiste en la
voluntad de ‘querer’ (velle) y ‘no-querer’ (nolle); cada ‘querer’ implica a la vez un ‘no-
querer’. El fundamento de tal apertura volitiva es la libertad, que no es determinada ni por
la misma razón. EL único guía de la libertad es el amor, que impide una perversión de la
misma. De ahí la famosa frase de San Agustín: «Ama y haz lo que quieras».
En los últimos años, San Agustín se dedicó al tema de la relación entre libertad y
gracia, sobre todo en controversia con el racionalismo de Pelagio y del semipelagianismo.
Pelagio enfatiza la importancia del libre albedrío y de la ‘naturaleza’ humana para llegar a
la salvación; la gracia es simplemente la ‘perfección’ de las obras realizadas por el hombre.
Pero para San Agustín, el pecado original ha cambiado totalmente la ‘condición natural’ del
hombre: Adán antes podía ‘no pecar’ , pero después esto ya es posible. Sólo la gracia divina
mediante el logos como Verbo encarnado- hace posible el rescate de la naturaleza humana.
La gracia no anula la libertad para hacer el bien, sino que libera al libre albedrío de la
posibilidad de hacer el mal

La Pedagogía de San Agustín

Principio pedagógico.
Un principio pedagógico agustiniano es más la libera curiositas que la meticulosa
necessitas. Es decir, más la afición libre que la obligada exigencia. Lo expresa S. Agustín
por experiencia propia. Mas la educación –educere, sacar de– es dura labranza que empeña
frutos de verano, pero se hace con no pequeños sacrificios de invierno y entrega
perseverante. “Educar significa sacar el corazón del formando de una situación de presente
para llevarlo más allá, hacia su futuro como persona y como miembro de una comunidad

Objetivo inequívoco de Agustín fue formar personas. Y personas cristianas, razón


última de toda su antropología. Sus valores fueron los de la persona. Empezando por la
búsqueda de la verdad, estuviera donde estuviere: La verdad no es mía ni tuya para que sea
tuya y mía.

“Los alumnos enseñan a través de sus maestros lo que aprenden de ellos, y los
maestros aprenden en aquellos lo mismo que les enseñan. Por la identificación que confiere
el afecto mutuo se hacen nuevas en ambos las antiguas verdades trasmitidas”
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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El oficio de maestro será trasmitir ciencia y sabiduría para llevar a la Sabiduría. “¿Y
qué debemos entender por sabiduría sino la Sabiduría de Dios?” ¿Y qué es la sabiduría de
Dios sino la Verdad? Donde encontré la verdad allí encontré la verdad.[9] Y la verdad
consiste en una suprema Medida –summum modum–. O, con la multisecular palabra
escolástica, sublimada, la adaequatio. Y siendo suprema y perfecta, es también verdadera
Medida. Medida y Verdad coinciden. Quien por la verdad, pues, viniere a la suprema
Medida, beatus est, ese es el hombre feliz. Esto es poseer a Dios –Deum habere–. Y eso es
gozar de Dios –Deo frui–. Porque Dios es la medida del hombre. Y nadie puede llenar al
hombre, sino el que creó al hombre.

No descuidará la cultura, ni la ciencia, ni la elocuencia ni la retórica para la vida


espiritual. Todo es puesto al servicio de la salvación. Lo intuyó claramente Sta. Mónica
para su hijo. Lo ejerció admirablemente en toda su obra S. Agustín.

Lo decisivo es la formación de la voluntad. Para que los tiempos sean mejores,


formemos voluntades buenas. Nos sumus tempora; quales sumus, talia sunt tempora. Serán
los tiempos como los hagamos nosotros. Utinam non abundarent mali, et non abundarent
mala: Si no abundaran los malos, no abundarían los males. “Homines sunt voluntates” (Civ
Dei XIV, 6), ha quedado como universal máxima culta, en el sentido de que la voluntad y la
disciplina son capaces de lo que parece inalcanzable. O dicho como sentencia: Hacer puedo
lo que quiero, si quiero hacer lo que puedo (Ep. 10, 1). Y al endeble propósito refranístico
del año nuevo, vida nueva, p. ej., se le opone agustiniana y palmariamente el inconcuso
hecho como pedagogía y como fruto: A vida nueva, año nuevo. Bene vivamus, et bona sunt
tempora: Vivamos bien, y solo entonces será verdad aquello de “próspero año nuevo”.[13]
No se imponga, pues, la actitud fatalista, ni la simple ocurrencia; sino iluminar cualquier
circunstancia desde perspectiva inteligente y propósito responsable

El estudio y el saber no pueden menos que conducir a la sabiduría de Dios. Los


saberes que no conducen a Dios, no solo desconocen la fuente, sino que no alcanzan su
meta. O sea: es saber muy poco, o es un pobre saber. Y ciencia tan alta, nos la enseñó ya
temprana y sencillamente la quintilla popular:

Es la ciencia consumada
el que el hombre en gracia acabe,
que al final de la jornada
aquel que se salva sabe
y el que no, no sabe nada
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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Enseñanza agustiniana

La enseñanza y la pedagogía agustiniana está sembrada a través del anchísimo campo de


sus obras. Hay muchos estudios y muy valiosos sobre los principios, método, pautas y aplicación de
la rica pedagogía del Hiponense. S. Agustín recogió lo mejor de la pedagogía griega y latina; y la
cristianizó al poner a Cristo como fundamento y culmen de toda enseñanza y de todo aprendizaje de
sabiduría.

En tres obras se halla tratado principalmente el tema de la educación y la enseñanza.


La primera es el libro De Magistro, (c. 389) escrito, en Tagaste, al año o poco más, de venir
bautizado de Milán. Es un diálogo entre Agustín y su hijo Adeodato. Este, con apenas
quince años y su ingenio, aventajaba a muchos varones doctos y graves: “Vos sabéis,
confiesa Agustín ante Dios, que son suyas todas aquellas sentencias que puse en su boca,
cuando corría sus dieciséis años”.[15]

La enseñanza, dice en De Magistro, se realiza por el lenguaje que el maestro


trasmite al discípulo. ¿Pero se da esta trasmisión?

No entramos aquí en la teoría tan influida de platonismo y desarrollada en De


Magistro sobre el aprendizaje. Si un alumno aprende la definición de una idea, dice S.
Agustín, es porque, de alguna forma, poseía en la mente la idea propuesta. Si no, nada
entendería. Por tanto la palabra en la enseñanza es insuficiente. ¿Se puede enseñar? Sí,
claro. ¿Aprender? Por supuesto. El alumno aprende de las palabras, de los demás signos y
de los gestos.

Pero de modo principal, en virtud de una propiedad de la mente, por una intuición
en la que se manifiesta la Verdad. Comprendemos las cosas en nuestra inteligencia, no por
la voz exterior de quien nos habla, sino consultando interiormente la voz que habla en
nuestra mente. El maestro exterior es más bien un ministro. El verdadero Maestro es
Jesucristo.

Agustín con mejores recursos que el mismo Sócrates, quiere ante todo que el
alumno aprenda su maieusis, su propia mayéutica, y por el conocimiento del profesor, la
confianza captada por el alumno y el arte director del maestro, sea el alumno quien
mayéuticamente vaya alumbrando la verdad. No siempre será posible alcanzar este parto
natural, pero en aquellas cosas que previamente hay que aprender, es bueno encontrarles la
relación de conveniencia para el mayor conocimiento universal. Le advierte a su discípulo
que observando la reacción de sus oyentes descubrirá que sacan algún provecho de su
discurso.
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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Ordenar en rectitud nuestra vida para que sea eficaz y fructífera nuestra enseñanza.
Parece mero consejo moral; no sería poco. Pero es, ante todo, método pedagógico y
especialmente agustiniano. Y estar seguros –certa cognitio– de la certeza que les
trasmitimos, y firmes –solida scientia– en la seguridad en que nos apoyamos Contamos con
la certeza teórica de los principios; se requiere la firme convicción en ellos. Conociéndose a
fondo y siendo honrado a cabalidad, Agustín, en otra de sus concisas expresiones, rezaba
así: Non certior de Te, sed firmior in Te. Su certeza sobre Dios ya era suficiente; su firmeza
en Él aún no era bastante

La Escolástica

Antecedentes
 Con la dinastía de los carolingios (a partir del siglo VIII), el tiempo de confusión y
de luchas permanentes entre los pueblos europeos llegó a su fin y se estableció un
orden político más estable. Con Carlomagno (768-814), quien fue coronado en el
año 800 por el Papa León III, empezó el Sacro Imperio Romano Germánico. Por
esta estabilidad pudo empezar a desarrollarse una actividad fructífera de las
ciencias, y en especial de la filosofía, pero ahora dentro de un marco mucho más
escolarizado
 En el Renacimiento carolingio, podemos distinguir tres etapas, cada una relacionada
con una personalidad filosófica.
o La generación de Carlomagno (781- 814) fue protagonizada por Alcuino de
York
o la de Ludovico Pío (814-840), por Rábano Mauro ( Él recibió el título de El
preceptor de Alemania)
o la de Carlos el Calvo (840-877), por Juan Escoto Eriúgena
 La dialéctica y la anti dialéctica, Los dialécticos confían en la razón para entender la
verdad de la fe; los antidialécticos apelan a la autoridad de los santos y profetas,
limitando la tarea de la filosofía a la defensa de las doctrinas reveladas.
 Escuelas urbanas, A partir del siglo XI, la sociedad medieval se convirtió, de una
sociedad cada vez más campesina, en una sociedad urbana. Las ciudades tomaron su
importancia sobre todo del comercio incrementado entre las diferentes regiones, de
las sedes episcopales y de la actividad intelectual. En los siglos XI y XII existían
sobre todo esos tipos de enseñanza: las escuelas monacales o abaciales, dirigidas
por las órdenes existentes, y las escuelas catedralicias o capitulares, dirigidas por los
respectivos obispos
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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 Filosofía árabe y judía tiende a interpretar racionalmente la verdad revelada que


para los árabes está contenida en el Corán y, al igual que la escolástica latina, toma
de la filosofía griega los instrumentos necesarios para esta interpretación. La ciencia
árabe utiliza también los resultados de la ciencia antigua y siempre que le es
posible, los continúa y enriquece.

Filosofía Escolástica Alta


En el ambiente universitario se desarrolló pronto una filosofía (emergida
como facultad de las artes liberales) escolarizada con un currículo determinado y
métodos específicos, que ya fue anticipada por los filósofos de los siglos X a XII.
Por este método escolástico, la filosofía de la Edad Media Alta recibe el nombre
generalizado de ‘filosofía escolástica’.
‘Escolástica’ es entonces, en sentido estricto, no una cierta corriente o época
filosófica, sino un método aplicado a la filosofía que se caracteriza por la aplicación
de un sistema de conceptos, distinciones, análisis de proposiciones, técnicas
argumentativas y métodos de discutir a la investigación y enseñanza universitaria.
En esto la lógica (como lógica vetus et nova) tenía un impacto fuerte, aplicándola al
debate filosófico y teológico.
El apogeo de la alta escolástica, en la segunda mitad del siglo XIII, fue
dominado por los filósofos que pertenecían a las dos órdenes mendicantes nuevas,
la Orden de Santo Domingo y la Orden de San Francisco.
La Orden de Santo Domingo, los dominicos, fue fundada en 1216 por Santo
Domingo de Guzmán (1170- 1221), llamada también la ‘orden de los predicadores’.
Muy pronto surgieron entre los dominicos teólogos y filósofos de fama, que
ocuparon cátedras en las nuevas universidades de París y Oxford Egidio. Los
dominicos más famosos en París fueron San Alberto Magno y Santo Tomás de
Aquino.

La tradición de los dominicos enfatizó una filosofía aristotélica-averroísta, y


se inclinó hacia una gnoseología empirista.
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

17

Santo Tomás De Aquino

Vida de Santo Tomás


Tomás nació como menor de siete hermanos cerca de Nápoles e ingresó a la
temprana edad de cinco años como oblato al monasterio benedictino de Montecasino. Para
los estudios de artes liberales ingresó a la Universidad de Nápoles, donde tomó contacto
con el aristotelismo. Contra la resistencia de su familia, ingresó en 1244 a la Orden de los
dominicos.
En 1245, se fue a París para estudiar teología bajo la dirección de San Alberto
Magno. Se trasladó con su maestro a Colonia para terminar los estudios teológicos como
baccalaureus en 1250. En 1256 obtuvo el título de magister theologiae, pero por las pugnas
en la Universidad de París, un año más tarde asumiór la cátedra de los dominicos, y enseñó
teología y elaboró algunos de sus escritos más importantes.
En 1259 se fue a Italia para asumir cargos de su Orden; estuvo en diferentes lugares
de la Península, hasta regresar en 1269 a la cátedra parisina. Entonces se enfrentó a los
averroístas latinos (Siger de Brabante) y se distanció del agustinismo neoplatonizante.
Redactó sus obras más voluminosas, como también comentarios a Aristóteles. En 1272
regresó a Nápoles, y en camino hacia el Concilio II de Lyon, falleció en 1274 en el
monasterio de Fosanova. En 1323 fue canonizado.

Gnoseología Tomasiana
La gnoseología tomasiana es en el fondo una gnoseología aristotélica ampliada;
Santo Tomás reitera la doctrina empirista de la tabula rasa, y niega cualquier forma de
‘ideas innatas’, en oposición a la tradición platónica de San Agustín y San Anselmo. Todo
el conocimiento proviene de los sentidos y es sujeto a la misma efectividad de parte de los
entes y su esencia. Esto es la consecuencia de una ontología realista, que considera la
facultad cognoscitiva en primera instancia como algo ‘receptivo’, y la realidad como algo
‘efectivo’. Los sentidos `reciben’ los datos objetivos, y presentan la imagen sensitiva
interior (especie sensitiva impresa) o el fantasma (phantasma) al intelecto, que también es
en un primer momento potencialidad (intellectus passivus). El intellectus agens interfiere
activamente en el procesamiento de la forma sensitiva, por medio de un proceso
abstractivo. Así, el intelecto es capaz de captar la misma esencia o forma, inherente al ente

Santo Tomás rechaza tanto el iluminismo agustiniano como la doctrina del


‘intelecto agente único’ (monopsiquismo). Más bien es el intelecto humano individual
(alma individual) que es capaz de un conocimiento verdadero, sin apoyo ‘sobrenatural’,
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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aunque el intelecto mismo es una participación de la luz divina en nosotros, pero a raíz de
la creación, es decir, por vía natural. El intelecto entonces tiene una capacidad activa y no
solamente pasiva de recibir. Sin embargo, Santo Tomás insiste en la unidad del intelecto
agente y paciente, en oposición al averroismo. La actividad principal consiste en el proceso
de abstracción, el juicio y el raciocinio. El conocimiento proveniente de los sentidos se
constituye por vía inductiva. Entre conocer sensitivo e intelectivo existe una continuación,
y trata de resolver de esta manera el crux metaphysica medieval.

Teología Tomasiana

El conocimiento filosófico de Dios siempre es indirecto e imperfecto. Por lo tanto,


el hombre no tiene conocimiento a priori de Dios, como lo afirmó San Anselmo. No existe
ninguna idea innata en el intelecto humano, ni la idea de ‘Dios’. Así el único camino hacia
Dios es el camino indirecto por su manifestación en la creación, que podemos conocer
mediante nuestra experiencia (a posteriori). Los argumentos de Santo Tomás son entonces
demostraciones cosmológicas (porque presuponen el mundo cósmico) o a posteriori
(porque presuponen la experiencia de este mundo).

Santo Tomás desarrolló cinco vías (quinque viae) para demostrar la existencia de
Dios sobre la base de la sensación y el raciocinio. Todas las vías parten de una experiencia
concreta, que relaciona un momento con otro (causalidad); la cadena de causas no puede
ser llevada hasta lo infinito porque resulta ser contradictorio. Entonces tenemos que afirmar
un primer momento, que es el principio de todo. Aunque en el orden gnoseológico, los
entes corpóreos son lo primero, en el orden ontológico su elemento final (Dios) es lo
primero.
La primera vía parte de la experiencia del movimiento(argumento cinético) y
concluye la existencia necesaria de un primer movedor, que a su vez ya no es movido por
otro (motor inmotus).
La segunda vía parte de la experiencia de la causalida deficiente (argumento causal)
y concluye la existencia necesaria de una primera causa y no causada por otro (causa prima,
causa incausta, causa sui).
La tercera vía parte de la experiencia de la contingencia(argumento modal) de los
entes y sucesos yconcluye la existencia necesaria de un ente necesario como fundamento de
todo lo contingente (ens necessariun).
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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La cuarta vía parte de la experiencia de diferentes grados de perfección (argumento


jerárquico) de los entes y concluye la existencia necesaria de un ente perfectísimo como
norma absoluta para los grados de perfección (ens perfectissimum).
La quinta vía parte de la experiencia de la finalidad (argumento teológico) inherente
a los entes y concluye la existencia necesaria de un último fin como convergencia de todos
los fines relativos (fines ultima).

Antropología Tomasiana
En la antropología, Santo Tomás encuentra grandes dificultades al adaptar la
doctrina hilemórfica de Aristóteles a la doctrina cristiana. Afirma con el Estagirita que, para
el ser humano, el alma es la forma del cuerpo. Así insiste en la unidad sustancial del
individuo humano, compuesto por forma (alma) y materia (cuerpo). El alma representa la
forma sustancial del ser humano, que es una sola (contra los agustinianos, en especial Juan
Peckham). El problema surge con la cuestión de la inmortalidad del alma. Para Aristóteles,
la muerte significa el fin de la substancia individual, porque la forma nunca puede existir
sin su complemento, la materia. Lo único que persiste, es un alma universal y divina
(monopsiquismo).
Santo Tomás quiere salvar la inmortalidad individual del alma para garantizar la
responsabilidad personal y la culpabilidad individual del punto de vista de la escatología
cristiana. Insiste entonces en la pluralitas del intelecto humano, contra los averroístas. Por
eso, la forma en la substancia ‘hombre’ tiene un aspecto que no tiene en otros entes; es el
aspecto intelectual (parte intelectual del alma), que trasciende en cierto modo el nexo
imprescindible con la materia (cuerpo). Así el alma es relativamente independiente del
cuerpo, aunque el ser humano sin cuerpo es imperfecto y deficiente. La muerte significa la
separación del alma del cuerpo, para resultar una ‘substancia imperfecta y deficiente’. Este
problema se resuelve con la resurrección de la carne, donde la substancia se completa.
El fundamento para la solución tomasiana está en su distinción entre esencia y
existencia, que trasciende la distinción hilemórfica. La esencia tiene tanto aspectos
formales como materiales; así, con la muerte no desaparece con el cuerpo toda la esencia.
La substancia ‘ser humano’ sigue existiendo, porque la muerte no toca la composición
fundamental de esencia y existencia, sino solamente la parte material de la esencia. Como
la materia (materia quantitate signata) es el principio de individuación, el alma
desmaterializada sólo garantiza la ‘inmortalidad individual’ por la resurrección de la carne.
Con respecto a las substancias espirituales (ángeles), éstas también están compuestas por
esencia y existencia; sin embargo, tiene que haber otro principio de individuación (porque
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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carecen de materia). Este es la forma sustancial, con el efecto de que cada ángel es una
especie propia

Ética Tomasiana
La ética tomasiana es teleológica, porque considera la finalidad de los actos
humanos como fundamento para la normatividad. Cada ente tiene una finalidad interior
(entelequia), que lo orienta hacia su destino determinado por el creador. Cada ente trata de
actualizar lo que contiene potencialmente; la propia potencia del hombre es su felicidad que
tiene que actualizar. Este fin solamente puede ser actualizado con la visio beatifica, la
contemplación eterna de Dios. El fundamento para esta ética eudaimónica (eudaimoneia:
‘felicidad’) es Dios como fines ultima. Este fin sirve como norma para el comportamiento
humano.
Esta norma se expresa en la ley eterna de Dios, que se revela en su creación como
una manifestación de su voluntad. Así la normatividad divina se expresa como ley natural,
tanto en lo objetivo (naturaleza extra-humana) como en lo subjetivo (naturaleza humana).
La conciencia moral, que es un aspecto mismo del entendimiento, es capaz de conocer esta
ley, y de actuar de acuerdo a la voluntad divina eterna e inmutable. Santo Tomás actualiza
la doctrina platónica y aristotélica de las virtudes: una ‘virtud es un hábito de vivir según la
ley natural orientándose en el último fin. Hay que distinguir las virtudes intelectuales o
diagnósticas (comprensión, sabiduría, ciencia), éticas o cardinales (prudencia, templanza,
fortaleza, justicia) y teologales (fe, esperanza, amor).
Santo Tomás afirma la doctrina de la no-sustancialidad del mal, y lo define como
privatio boni, conforme con la tradición agustiniana. Esto es una consecuencia directa del
optimismo ontológico, que afirma la ‘bondad’ principal del ser (bonum et ens
convertuntur).
Así el ‘mal’ en sentido estricto es un ‘no-ser’, un defecto del ser y del bien. La
privatio no es solamente ausencia, sino una corruptio del ser; en este sentido, todo mal es
una ‘corrupción’ de la creación que en sí misma es buena.

La pedagogía tomista.

Tomás de Aquino puede considerarse como el pensador medieval que realiza la


síntesis más apreciable del pensamiento antiguo. De ahí su carácter representativo del
pensamiento clásico, que es el motivo principal de su inclusión en el temario
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

21

Santo Tomás fue un profesor de Teología. Para resolver las cuestiones teológicas de
las que se ocupaba recurría a distinciones y conceptos filosóficos —principalmente de
carácter aristotélico—: al hilo de esta filosofía formula su concepción pedagógica. Más que
de una “filosofía de la educación”, en Tomás de Aquino debe hablarse de una doctrina
pedagógica derivada de su pensamiento filosófico.

Su contribución pedagógica consiste principalmente en: a) su noción de educación;


b) el contenido de la formación moral; c) su concepción de la enseñanza y de la formación
intelectual.

La noción de educación.

La definición de educación es: “conducción y promoción de la prole al estado perfecto


del hombre que, en cuanto hombre, es el estado de virtud”. Este enunciado comporta los
siguientes elementos:

 Conducción: significa la guía u orientación del educador; el crecimiento o


desarrollo humano es asistida por el educador que le procura ayuda para el
cumplimiento de su fin propio, esto es, para que sea el mejor y más adecuado
desarrollo del hombre.
 Promoción: la educación no produce ni construye nada en el educando; sólo
favorece —pro-mueve o mueve a favor— el crecimiento intrínseco en la naturaleza
del educando; esto implica que la actividad educativa debe contar con el dinamismo
propio del educando, no imponiéndoselo, aunque sí corrigiendo las desviaciones
que puedan darse. Esto último exige un conocimiento o sentido de la finalidad.
 Prole: la educación tiene un carácter natural, y no artificial; es considerada como
prolongación de la generación y de la nutrición de la prole; de esta consideración
dimanan dos tesis: una es la titularidad primaria de los padres en la educación: éstos
son los primeros y principales responsables de la educación; la otra es la duración
indefinida de la educación por toda la vida, en cuanto continuación perfectiva en la
existencia de la nutrición.
 Estado perfecto: la educación, obviamente, no otorga la vida, pero sí el estado de
vida adecuado al hombre. Aquí, “perfecto” no significa “óptima y completamente
acabado”, sino el mejor posible; “perfecto”, sobre todo, significa perfectible. La
educación coadyuva a promover el mejor estado de vida para el hombre.
 En cuanto hombre: el perfeccionamiento humano se funda en la naturaleza del ser
humano; no se establece desde ninguna instancia extrínseca a lo que él es. Esta
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

22

afirmación se establece desde la doctrina metafísica de la participación en el ser y


desde la doctrina antropológica de la perfectibilidad del ser humano, que se
perfecciona a sí mismo al tiempo que perfecciona el mundo natural que le rodea.
 Estado de virtud: esto supone dos cosas: la primera es que la “virtud” es, sobre todo,
el aumento y la posesión de la capacidad operativa, o sea, la potencia mejorada de
obrar y hacer, según la cual el ser humano actúa del mejor modo posible y es dueño
de su actuación —implícitamente se está aludiendo a la libertad—; la segunda es
que el “estado de virtud” alude al sentido de la finalidad: el fin es que el hombre
actúa del mejor modo según su naturaleza, según lo que es él, y según quien es él.

En los textos tomistas el término “educación” está emparejado frecuentemente con los
de “nutrición” e “instrucción” (enseñanza). Esto expresa la consideración unitaria respecto
al perfeccionamiento humano: en lo material, la educación se vincula a la nutrición, que
reporta el bien al cuerpo; en lo espiritual, se vincula a la instrucción o enseñanza que
promueve el bien del espíritu.

La educación, entonces, no es algo fortuito o accesorio para el hombre, aunque fuera


un añadido de suma importancia, sino que es algo estrictamente necesario para el hombre,
pues sin ella, no daría cumplimiento pleno —o perfecto— a su ser. Históricamente, es la
primera vez que aparece esta valoración suprema de la educación. Desde ella se hace
posible una afirmación de la educación como bien común a todos, y no sólo para una élite;
aunque Tomás de Aquino nunca se pronunció a este respecto, lo que es comprensible en la
sociedad radicalmente clasista de su época.

La formación moral.

Según lo dicho sobre el estado de virtud, formación moral significa formación de las
virtudes morales. Desde la doctrina antropológica tomista, la formación moral sería en rigor
la formación de las virtudes más propiamente morales, en cuanto que corresponden al
desarrollo perfectivo de los apetitos naturales o potencias apetitivas humanas:

Apetito concupiscible........................templanza

Apetito irascible................................fortaleza

Apetito racional.................................justicia
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

23

Este esquema de formación de la virtudes, según la doctrina moral tomista, aboca


en la virtud de la prudencia, que es moral por su materia e intelectual por su forma; esto es,
tiende a un bien como toda virtud moral, pero su acto propio no es apetecer o querer, sino
elegir. Entonces, atendiendo a la prudencia como culminación de la formación moral, el
esquema anterior podría expresarse así:

Educación de la afectividad............................templanza y fortaleza

Educación de la voluntad................................justicia

Educación del entendimiento práctico............prudencia

Según la posesión de la potencia que entraña la virtud, la formación moral implica


el dominio de los apetitos susodichos, pero entendiendo debidamente la noción de
“dominio”:

Dominio despótico: es el que tiene la razón sobre el cuerpo, por el que las manos,
los pies o cualquier otro órgano corporal obedecen inmediatamente los dictados racionales
—salvo en caso de enfermedad.

Dominio político: es el que tiene la razón sobre los apetitos, pues éstos pueden
oponerse a los dictados racionales, ya que no sólo dependen de la razón, sino también de la
sensibilidad, que no es racional.

El dominio de la virtud sobre los apetitos es de carácter político, no despótico. Esto


significa que no debe —ni puede de hecho, aunque lo intente— reprimirlos, sino que debe
guiarlos y excitarlos (conducirlos y promoverlos) al bien. Además, según la unidad de ser y
de vida del hombre, es propio de esos apetitos el ser conducidos por la razón hacia el bien;
es lo propio de su naturaleza.

Entonces, la formación moral consiste en la repetición de actos apetitivos que


tienden al bien. Ésta es la vía para desarrollar las virtudes morales, en cuanto que son
hábitos operativos buenos. Las virtudes morales no consisten en un saber, sino en un
habitual apetecer recto. De esta manera, las virtudes morales van conformando la segunda
naturaleza, no contradictoria, sino complementaria con la primera u originaria naturaleza.

¿Cómo se suscitan los actos que deben reiterarse para el desarrollo de las virtudes
morales? Por dos vías básicas: la doctrina y el ejemplo.
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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 Doctrina: no es la enseñanza de un saber teórico, sino de un saber práctico; no se


trata de enseñar qué es la virtud, sino cómo obrar de modo acorde con el bien. Debe
darse esta enseñanza en la formación moral por cuanto el hombre es un ser racional,
y debe conocer los motivos de su acción; por ello mismo, la doctrina debe ser
adecuada al conocimiento de los motivos para actuar que pueda tener y comprender
el educando; por eso será diversa, por ejemplo, según la edad. No obstante, siendo
indispensable, la doctrina no es suficiente por sí sola.
 Ejemplo: además de la doctrina se precisa la vía eminente del ejemplo. No se trata
de discutir o discurrir sobre casos “ejemplares”. Ejemplo, aquí, significa acción,
situación, o incluso una entera conducta moralmente imitable, esto es,
ejemplificante, en el sentido de que mueve a obrar análogamente. Por eso, respecto
a la repetición de actos, es más eficaz que la doctrina que se enseña con palabras; el
ejemplo, en cambio, se muestra a sí mismo.

Otras vías menos directas son las sanciones, esto es, los premios y los castigos, pero
entendidos en sentido formativo, y no jurídico: no son sanciones morales o jurídicas a las
conductas, sino medios para su corrección, necesaria en cuanto que se desvían del bien.

La formación intelectual.

Consiste en la formación de las virtudes intelectuales, pero partiendo de dos virtudes


primarias o dadas naturalmente; esto es, que obran por sí mismas: el intelecto o hábito de
los primeros principios teóricos y la sindéresis o hábito de los primeros principios prácticos

La formación intelectual se realiza de dos maneras: por descubrimiento (inventio) o


por enseñanza (disciplina). Para Tomás de Aquino, aunque aprender por descubrimiento es
perfectamente posible, resulta preferible la enseñanza por dos razones: se gana tiempo y,
sobre todo, se aprende de modo seguro mediante el saber del maestro.

La enseñanza es una ayuda, y el maestro es la causa coadyuvante del aprendizaje del


discípulo. La relación entre enseñar y aprender no es la de una transmisión o transfusión de
ideas del maestro al discípulo, sino una presentación de los procesos racionales mediante
los cuales se adquiere el saber: no se trata de que el discípulo acoja y reedite las ideas y
conceptos del maestro, sino que reproduzca en sí mismo el proceso de adquisición del saber
mediante la ayuda del maestro.

El discípulo tiene una capacidad o potencia activa para adquirir el saber; mediante
ella, puede aprender por descubrimiento (inventio). Pero esta potencia activa es compatible
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

25

con la ayuda del maestro mediante su enseñanza. En este proceso de reproducción de los
procesos racionales se adquiere el saber al tiempo que se desarrollan las virtudes
intelectuales.

El arte del maestro es análogo al del médico. Éste, propiamente, no cura, sino que
sólo asiste y potencia a los procesos naturales en el organismo del paciente, que es quien
realmente se cura. Así se realiza el principio de que el arte sigue a la naturaleza (ars
imitatur naturæ), propio de la filosofía clásica de raíz aristotélico-tomista.

El proceso del aprendizaje mediante la enseñanza se establece en tres momentos, según


lo que hace el maestro, que consiste en:

 exponer los principios del saber a la consideración del discípulo;


 llevar dichos principios a sus conclusiones propias;
 proponer ejemplos sensibles que los ilustren y permitan la formación de imágenes
en el discípulo.

Por último, debe señalarse que Tomás de Aquino no establece una separación o
disyuntiva absoluta y excluyente entre virtudes morales y virtudes intelectuales. Por eso, en
la génesis o desarrollo de éstas cuentan también aquéllas, y especialmente dos de ellas: la
estudiosidad, que modera el afán y el trabajo de saber, y la docilidad, que busca y recibe el
consejo para saber.

Paralelo de San Agustín y Santo Tomas


San Agustín de Hipona Santo Tomás de Aquino
Existe una sola y única verdad
Gnoseología

La única verdad es revelada por la La única verdad que existe puede


religión; y la razón puede contribuir a ser conocida desde la razón y
conocerla mejor desde la fe y la filosofía auxilia y
puede colaborar con la fe
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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Los conocimientos no provienen de los La razón conoce verdades


sentidos (sensualismo), porque éstos naturales (del mundo) y la fe
nos dan solamente impresiones conoce las verdades reveladas (de
mutables e inseguras. Pero tampoco la Dios y todo lo espiritual)
razón es la fuente de conocimiento, ni
el criterio último de verdad o falsedad.
La razón necesita un paradigma
absoluto y eterno de ‘verdad’ que
solamente puede ser Dios mismo El conocimiento proveniente de los
sentidos se constituye por vía
inductiva
Podemos deducir la existencia de un Se basa en 5 argumentos que
ser supremo ordenador a partir del ayudan a deducir la existencia de
orden observable en el mundo o del Dios: Movimiento, Causalidad
consenso universal de la creencia en eficiente, Contingencia de los
dioses Seres, Perfección de los Seres y
Orden Cosmológico

Dios es el fin al que tiende la vida del Los 5 argumentos conducen a Dios:
hombre Hay un “primer motor” causante
de todo: Dios. Hay una “causa
encausada” que origino todo: Dios.
El único ser necesario es Dios. El
Teología

único que reúne las cualidades de


perfección (belleza, bondad y
grandeza) es Dios. El mundo tiene
orden y una finalidad, y no puede
La creación es el resultado de un acto ser ordenado por si solo, el que
libre de Dios. ordena es Dios
Las esencias de todas las cosas creadas
se encontraban en la mente de Dios
como ejemplares o modelos de las
cosas tanto de las creadas en el
momento original como de las que
irían apareciendo con la posterioridad
es decir, todo lo posible pero no
existente

El ser humano fue hecho a imagen y semejanza de Dios


Antropología

El ser humano es un compuesto sustancial de cuerpo y alma; representando


el cuerpo la materia y el alma la forma
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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Las ideas solo se pueden conocer El alma regula todas las funciones
mediante una especial iluminación que vegetativas, sensitivas y racionales
Dios concede al alma del hombre y determina su
corporeidad.
La realidad más importante es el alma El alma se sigue concibiendo como
principio vital y como principio de
conocimiento.
El cuerpo es un instrumento del alma. Es el ser humano el que vive y
El alma es una sustancia espiritual conoce, el que razona y entiende,
simple e indivisible que asume las el que imagina y siente; todo esto
funciones cognoscitivas es imposible sin tener un cuerpo,
por lo que este ha de pertenecer al
“hombre” con el mismo derecho
que le pertenece al alma

El conocimiento sensible se obtiene a Todo nuestro conocimiento


través de los sentidos y genera comienza con los sentidos que
opiniones. El conocimiento racional originan una imagen concreta y
inferior se obtiene del contacto de la particular que origina una idea
razón con el mundo y genera ciencia o abstracta y universal
conocimiento mientras que el
conocimiento racional superior se
obtiene exclusivamente de la razón y
genera sabiduría

El objetivo o fin último al que tienden todas las conductas o acciones


humanas es llamado felicidad(Eudomonica y Teleológica)

El mal no es una forma de ser, sino su privación; no es algo positivo, sino


Ética

negativo: carencia de ser, no-ser. Todo lo creado es bueno, ya que el ser y el


bien se identifican.

Por la trascendencia del alma, la felicidad no puede ser algo que se consiga
exclusivamente en el mundo terrenal, sino algo que trasciende la vida
terrestre; es decir, solo podrá ser alcanzada en la otra vida por lo tanto, la
vida del hombre no se agota en esta tierra
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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Hay que tener en cuenta que es Toda acción tiende hacia un fin
necesaria la gracia de Dios para poder
alcanzar la felicidad, lo que hace
imposible considerar la salvación como
el simple efecto de la práctica de la
La felicidad se dirige hacia la
virtud
contemplación de la primera causa
y principio del ser: Dios
Método pedagógico se basó en Ordenar en rectitud nuestra vida para que
sea eficaz y fructífera nuestra enseñanza

Educar significa sacar el corazón del Educar significa conducir y


formando de una situación de presente promover de la prole al estado
para llevarlo más allá, hacia su futuro perfecto del hombre que, en
como persona y como miembro de una cuanto hombre, es el estado de
comunidad virtud

Formación moral orientada al bien


Comprendemos las cosas en nuestra La formación intelectual se realiza
inteligencia, no por la voz exterior de de dos maneras: por
quien nos habla, sino consultando descubrimiento (inventio) o por
interiormente la voz que habla en enseñanza (disciplina).
nuestra mente.
Educación

El alumno aprende la definición de una Cono lo había dicho en su


idea porque poseía una alguna noción gnoseología somos una tabla en
de dicha idea propuesta blanco y los alumnos aprenden por
descubrimiento o enseñanza del
maestro

quiere ante todo que el alumno Para Tomás de Aquino, aunque


aprenda su maieusis, su propia aprender por descubrimiento es
mayéutica, y por el conocimiento del perfectamente posible, resulta
profesor, la confianza captada por el preferible la enseñanza por dos
alumno y el arte director del maestro, razones: se gana tiempo y, sobre
sea el alumno quien mayéuticamente todo, se aprende de modo seguro
vaya alumbrando la verdad mediante el saber del maestro

El oficio de maestro será trasmitir el maestro es la causa coadyuvante


ciencia y sabiduría para llevar a la del aprendizaje del discípulo
Sabiduría
Pensamiento de San Agustín y Santo Tomás

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REFERENCIAS

 http://ec.aciprensa.com/wiki/Agust%C3%ADn_de_Hipona:_Profesor,_Maestro,_Pedagogo
 http://www.pearltrees.com/andrea036987/historia-pedagogia/id6314038/item64839248
 Historia de la filosofía tomo 2
 historiadelapedagogia_abbagnano_visalberghi1
 tema4patristica

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