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La evaluación psicológica en atención clínica

¿Cuáles son las problemáticas identificadas en la paciente que pudieran estar asociadas al motivo de consulta?

Tomando el episodio que observamos en el video de “In treatment” Sophie se logra identificar que uno de los motivos de la paciente es
que fue remitida al psicoanalista, con el fin de alejar la idea de que no solo fue un accidente de transito si no certificar si hubo algo más
allá para que fuera provocado.
En el momento de la entrevista notamos que el paciente tiene un tipo de personalidad Narcisa que puede ser producto a problemas en
su infancia pues su forma de ser fue muy insensible, otros detalles encontrados en su personalidad fue el que se quería hacer daño a si
misma , se nota que no se quiere y ha tratado de atentar con su vida, también se le olvida los episodios que realmente fueron traumáticos
en su vida, lo difícil es que el paciente es cerrado en información importante para conocer realmente los motivos de consulta pero se
denota que tiene inconvenientes familiares y enojo contra su madre.

¿Qué hipótesis preliminares se pueden plantear para la evaluación inicial del caso?

a. Culpa frente a sucesos ocurridos en el pasado y los cuales la siguen atormentando en el presente.
b. agresividad e intimidación en el momento que se habla de temas relacionados con sus familiares.
c. Se evidencia que la manera de actuar frente a los demás es por los problemas que se han presentado con sus familiares.

¿Qué herramientas de evaluación psicológica pueden ser implementadas para la validación de las hipótesis preliminares del caso?

Una de las herramientas es el genograma: permite recolectar información precisa sobre lo sucedido y también de sus familiares pues son
factores que hacen que el paciente se comporte de esa manera particular.
La entrevista: La entrevista es crucial para que podamos recolectar datos que sean de relevancia para el paciente y en cuanto a su
comportamiento, forma de hablar y demás situaciones que se puedan presentar podemos ir orientando a nuestro diagnóstico.

Referencias:
https://www.dailymotion.com/video/x5akxpq.
Formulación de caso Clinico.ppt (cartilla-modulo semana 5).

La nueva serie de televisión de HBO olé: IN THERAPY – EN TERAPIA que ya tuvo éxito en Norteamérica,
despegó promisoriamente en México la primera semana. Gabriel Byrne es un excelente, magnífico actor
irlandés que hemos visto en películas tan diferentes como Miller’s Crossing (1990) de los hermanos Coen,
Spider (2002) haciendo el papel del padre del niño psicótico que mata a su madre, End of days (1999) dónde
interpreta uno de los mejores Satanás de que tenga memoria la historia del cine (vencido por el Gobernator
Scharzenegger), ó Stigmata (1999) en la que aparece como sacerdote luchando contra las fuerzas del mal, el
mismísimo Vaticano, y la ambición de un sacerdote muerto, avaricioso de poder.

En la televisión, encarna el papel de Paul Weston, un psicoanalista norteamericano que trata a sus pacientes
una vez a la semana de lunes a jueves (Laura, Alex, Sophie y el matrimonio de Jake y Amy) y que el viernes se
enfrenta a su supervisora y ex analista Gina, para relatar lo que le acontece y sucede, no sólo en el escenario
de su consultorio, sino en el seno de su hogar.

El melodrama está dirigido y planeado por Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez, y es la
adaptación de una exitosa serie israelí “Be 'Tipul”, que tiene un esquema novedoso respecto de otras series
que ha producido HBO como, por ejemplo, la exitosa Sex and the City. En primer lugar, porque sus novelas
son – generalmente – semanales y esta serie pasa casi todos los días, en segundo lugar, por su duración
breve de media hora ó menos y en tercer lugar, por la temática que es muy singular, sobre todo por tratarse
de una serie en que el contexto del psicoanálisis es el escenario en el que se llevan a cabo las historias.

Llama la atención que se produzca una serie de televisión con éstas características, pues para muchos el
psicoanálisis en los Estados Unidos, sería historia del pasado y no interesaría al público en general,
acostumbrado a las terapias breves, alternativas, o los simples fármacos recetados sin mayores escrúpulos
por el gremio psiquiátrico.

Sin embargo, la serie ha tenido éxito por una parte por la curiosidad del público por entrar al misterio de
una sesión analítica y saber lo que allí sucede, por otra, por lo bien armadas de las historias y su
desenvolvimiento en los tiempos establecidos. Es bueno, ser el hijo de Gabo y tener una oportunidad como
ésta, mejor todavía aprovecharla y hacer un producto interesante.

Dentro de las limitaciones dramáticas de la telenovela, nos gusta ver que Paul – siendo médico – no ha
sacado su recetario para prescribir Prozac ó Valium (¡Píldoras mágicas!), y se ha dedicado a escuchar a sus
pacientes. Sobre todo la primera semana, en la que intervino bien poco, cuál debe esperarse de un analista
que está más bien para ser el facilitador para que corra la palabra del paciente y se despliegue la historia de
su pasado, a fin de que, pueda rehistorizar su vida.

Puede objetarse, que hace demasiado uso de su propia subjetividad, cuenta a sus pacientes sus opiniones
personales y se comporta como un robot en el tono monocorde de su voz, además de que se comporta igual
con todos. Su supervisora y analista Gina (Dianne West) es más desenvuelta, menos tiesa y más intuitiva –
diríamos, confiada en el Inconsciente – en sus intervenciones.

De hecho, quizá ilustre bien, el lugar al que ha llegado el psicoanálisis en los Estados Unidos: prácticamente
el olvido de los factores infantiles en juego en la neurosis, énfasis en el aquí y ahora, falta de análisis de la
transferencia negativa y énfasis en el uso de la transferencia positiva, uso habitual y excesivo de la
contratransferencia y aplicación del sentido común sobre el analítico que conduce a la búsqueda de
“razonar” con el paciente sobre su situación, frecuencia demasiado espaciada de las sesiones, contratos
presididos por las exigencias de una aseguradora que determina las condiciones del tratamiento. Otro
detalle más: todas las terapias se realizan frente a frente.

Muchas de éstas modificaciones al modelo más ortodoxo del análisis ya las han ido aplicando algunos
analistas mexicanos, exigidos por lo que cavilan es la sobrevivencia dentro de la amplia oferta terapéutica
imperante. Un colega y ex – maestro mío, el Dr. B. me comentaba en nuestra correspondencia, lo difícil que
es llevar a cabo un análisis en regla, y de lo escasos que resultaban los pacientes con una demanda de
análisis bien clara.

Como dato curioso, la publicidad de HBO al hablar de Paul Weston dice: “Al entrar en la enrevesada mente
de un hombre que ofrece consejos a otras personas para ganarse la vida, In Treatment ofrece un retrato
complejo de los expertos en que confiamos en busca de una perspectiva”. Simplemente da risa,
precisamente porque lo que no proporciona un psicoanalista es consejos… quizá el psicólogo lo haga… no el
psicoanalista.

¿Qué más podríamos criticar en él? Paul actúa siempre con aire de aprobación y comprensión frente a sus
pacientes, no hay nada enigmático en él y su consultorio es una simple extensión de su casa. Es fraterno,
paternal, hasta condescendiente con ellos. Sus remarcaciones de discurso parecen en general adecuadas
pero evita aplicar siempre lo que es una verdadera interpretación en el contexto ortodoxo freudiano. Se
comprende que es una serie de televisión y no una verdadera sesión analítica, pero este modelo teatral nos
puede servir para comentar y comparar con una sesión real. Aunque siempre será difícil describir una sesión
real, porque ésta depende del tratamiento en particular, puesto que en psicoanálisis el caso por caso, es la
regla y no puede hablarse de un modelo perfecto que sirva como ideal. Los mismos Escritos sobre Técnica
en Freud se asemejan a recetas de cocina, en las que no hay más que referencias generales como un puño
de sal, un chorrito de aceite, y no medidas precisas que den siempre los mismos resultados.

Con todos estos problemas, y arriesgándome a ser criticado por mis colegas, diré que en un tratamiento
analítico habitual, uno debiera esperar:

Más frecuencia de las sesiones, menos dilación entre una y otra. El uso del diván en muchos de los casos.
Menos angustia -- ninguna en realidad -- por parte del terapeuta (aunque si no, no sería telenovela) que no
haría intervenir sus sentimientos en la escucha. Dirección de la cura, que implicaría exploración de ciertos
aspectos infantiles que aquí aparecen muy superficialmente en los relatos de la mayoría de los pacientes
que se remiten a contar sus desdichas en el contexto cotidiano, sin relacionarlas con su pasado.
Precisamente uno de los puntos fundamentales de una terapia psicoanalítica, es el relato en un análisis del
pasado infantil como una manera de entender lo que se es de adulto.

Pese a todos estos defectos, y las demás críticas que puedan formularse (para algunos colegas lacanianos les
parecerá que soy demasiado blando con la maqueta de análisis que allí se formula[1]), la serie, a pesar de
todo, marcha y demuestra que hay interés por el psicoanálisis aún en Norteamérica, y que el modelo
terapéutico ofrecido por los analistas es confiable y curativo, preferible al empastillamiento psiquiátrico ó
las terapias cosméticas.

Pero, hay que remacharlo, las intervenciones son creíbles: acontecimientos, circunstancias y ocurrencias
entre analizantes y analista son verosímiles… con todas las críticas que puedan hacerse.

Las sesiones de supervisión de Paul los viernes son las más telenovelescas y las menos probables en un
control real. Allí se mezclan los sentimientos de Paul y su actuar terapéutico – al punto del “contra acting
out” – de una manera que revelaría falta de análisis y necesidad de reingresar a un tratamiento, no una
sesión de charla semanal con una ex – maestra y amiga que intenta ayudarle mezclando dos papeles que
son bien diferenciados en la práctica: control y análisis.

Necesita, sin duda, algo más que una supervisión, sus problemas llaman a un análisis en forma. Un último
detalle, ésta analista retirada (Gina), queda poco claro por qué se retiró y porque tomaría de nuevo a este
paciente.

En cualquier caso, es agradable ver series que cambien un poco lo establecido y que exploren otras
dimensiones del drama y del alma, se adentren en un contexto poco conocido y expuesto a la luz como lo es
el del psicoanálisis. Se ve bien, que los guionistas han realizado su tarea e investigado sobre el desarrollo de
un análisis, no descartamos que alguno de ellos haya pasado por uno tal y cómo lo hizo Di Stephano el
guionista de la Psicosis de Hitchcock. Esperamos que para muchos chicos que estudian psicología pueda ser
medianamente motivante, para acercarse más al psicoanálisis e investigar el dispositivo no sólo con
curiosidad, sino con pasión.

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