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Misael Alejandro Ramírez López

Dios y el aborto

Introducción

El aborto se ha vuelto de lo mas común en nuestra sociedad en la actualidad,


algunos discuten y argumentan que es aceptable y algunos otros lo repudian, en
especial los creyentes. Resulta un trabajo de exhausto para aquellos que
defendemos una postura y el derecho a la vida.

Como cristianos, es nuestro deber ético y espiritual el mantenernos en pie de


guerra con la negación del aborto. A lo largo de estas líneas relataré lo
importante que es para nosotros el derecho al neonato.

Pero ¿Qué piensa Dios al respecto? Pues bueno, nosotros como portavoces del
cielo, imploramos que la gente haga conciencia de que el aborto no es agradable
ante los ojos del Padre ¿Las razones? A nosotros no nos toca decidir.

Lastimosamente hay cristianos levantando la voz y apoyando el aborto, esto


suele generar una seria confusión entre la población. Ya que si nosotros no
podemos ponernos de acuerdo ¿Por qué habrían de creernos lo que hablamos?
Por eso, es de suma importante que escudriñemos las escrituras y nos
pongamos en sintonía para alzar la voz por aquellos que aún no nacen y no
pueden defenderse.

Al final de este escrito cada quien seguirá pensando de una manera diferente
pero lo importante es sentarse a analizar la situación. No solo tomar decisiones
precipitadas sin estar bien informados sobre el tema. Además, comprender que
no somos los únicos involucrados en este tema, sino que el mayor de ellos es el
Padre y no podemos burlar su autoridad queriendo sobrepasarla.

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

¿Qué dice Dios sobre el aborto?

Cómo todo creyente sabe, la biblia es la voz de Dios para el pueblo. Por eso, es
importante escudriñar las escrituras para poder empaparnos del conocimiento
del Señor. Juan 5:39-40 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la
vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

Como cristianos debemos basar nuestra fe y nuestras vidas en la Palabra de


Dios. A pesar de que sabemos que nadie puede explicar científicamente cuando
comienza la vida, nosotros por la Biblia sabemos que Dios es el creador de todas
las cosas, y Él es la fuente de vida. Cuando Dios creó al primer hombre Adán,
no estaba vivo hasta que Dios “sopló en su nariz aliento de vida”, luego se
convirtió en un “ser viviente” Génesis 2:7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la
tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

De la misma manera, no es cierta combinación de materia química la que hace


que un niño no nacido viva, sino el aliento que Dios sopla en él. Y nadie sabe
cuándo Él hace esto. La vida es santa, pura e inmutable, por eso tenemos que
respetarla tal como respetamos a Dios, el dador de la vida misma. Es claro a
través de toda la Biblia que Dios sabe todas las cosas, tanto las de ahora como
las venideras, y lo ha sabido por la eternidad. De tal forma, Él conoce a cada
persona, cada vida –aún mucho antes de la concepción.

Dios no solamente conoce a cada individuo antes de que nazca, sino que
también tiene un propósito para todos y cada uno de ellos. Esto se expresa
claramente en el libro de los Salmos: “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me
hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas
son tus obras; Estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto
de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo
de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas
aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.”
Salmos 139:13-16

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

La ciencia en nuestros días ha hecho posible detectar muchas discapacidades y


“anomalías” en un feto en desarrollo desde una temprana etapa. Algunos
argumentan que un feto con una clara discapacidad nunca podrá tener una vida
plena, y lo mejor y más razonable sería terminar el embarazo.

La Biblia nos enseña que los seres humanos son creados a la imagen de Dios,
y que Él ha creado a todos y cada uno de nosotros con un propósito divino – a
las personas no les toca decidir quien vive y quien muere. Dios no muestra
parcialidad, incluyendo a los débiles, los desventajados y los niños que aún no
nacen. Él sigue siendo Su Creador. Terminar con la vida de alguien que no ha
nacido solo porque no es “perfecto” es querer tomar el rol de Dios, y ¿quién les
ha dado tal autoridad? “El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y
no nos dispuso uno mismo en la matriz?” Job 31:15.

El aborto como asesinato

El aborto causa dolor físico al feto de muchas maneras y literalmente detiene el


latido del corazón. Si el final de un latido marca una muerte, entonces ¿por qué
no medimos el comienzo de una vida al comienzo de un latido del corazón?
Incluso en la Biblia, el asesinato intencional o no intencional de un "feto" era una
ofensa criminal. En el Antiguo Testamento, causar la muerte o lesiones graves
de una madre embarazada o un niño no nacido se castiga con la muerte. "Si las
personas están peleando y golpeando a una mujer embarazada y ella da a luz
prematuramente pero no hay una lesión grave, el delincuente debe ser multado
independientemente de lo que exija el marido de la mujer y la corte lo permita".

Además, los diferentes métodos aplicados en el aborto son excesivamente


doloroso para el feto; algunos de esos métodos son: cuando se les inyecta una
solución salina, que quema el feto y este muere es sumamente dolores. O
cuando el feto vivo es descuartizado y sacado en pedazos con una pinza es algo
criminal. Hay casos donde se escucha él bebe llorando. Otros casos se acelera
el parto prematuro, pero él bebe nace si nace vivo y lo tiran en una mesa para
dejarlo morir. Esto es un ACTO totalmente barbárico. ¿Quién se va a levantar
como una voz en defensa del no nacido?

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

En algunos casos, el aborto se ha convertido en una forma de crianza selectiva.


Terminamos vidas que no encajan con nuestras preferencias culturales. Por
ejemplo, los niños con síndrome de Down son abortados a un ritmo alarmante.
O los niños con malformaciones físicas. La Biblia nos enseña que Dios valora la
santidad y la belleza de cada vida humana, y debemos hacer lo mismo.

Debemos levantar nuestra voz. No podemos hacernos de la vista gorda. Creo


que Dios nos hará responsables por lo que hicimos (o no hicimos) cuando se
trataba de defender los derechos de los no nacidos. Cuando valoramos las vidas
de los no nacidos, valoramos a la humanidad misma. Cuando permanecemos en
silencio, regalamos una parte de nuestra propia humanidad en el proceso.

No es tan simple el solo decir que se va a abortar, hay que recordar que es una
vida que es un hijo y al tiempo crecerá y se convertirá en uno de tus seres más
queridos. Resulta inconcebible imaginar que se practique tal atrocidad sin
ponerse a meditar en el futuro.

Pero ¿Qué pasa con los abortos espontáneos?

Muchos repudiamos el hecho de que alguien aborte pero cuando una persona
que está a favor de esto y nos pregunta sobre los planes de Dios en los abortos
que fueron de una naturaleza extraña y sin forzamiento ¿Qué argumentamos?

La Biblia no comenta expresamente sobre los abortos espontáneos. Podemos


estar seguros, sin embargo, que Dios tiene compasión de aquellos que han
sufrido a través de ellos. Él llora y sufre con nosotros, simplemente porque nos
ama y siente nuestro dolor. Jesucristo, el Hijo de Dios, prometió enviar Su
Espíritu a todos los creyentes de modo que nunca tengamos que pasar por
pruebas solos Jesús dijo en Mateo 28:20, “y he aquí yo estoy con vosotros todos
los días, hasta el fin del mundo."

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

Cualquier creyente que ha sufrido un aborto espontáneo debe tener fe en la


gloriosa esperanza de algún día ver a su hijo otra vez. Un niño no nacido no es
sólo un feto o un "pedazo de tejido" para Dios, pero es uno de Sus hijos. Jeremías
1:5 dice que Dios nos conoce mientras estamos todavía en la matriz.
Lamentaciones 3:33 nos dice que Dios "no aflige ni entristece voluntariamente a
los hijos de los hombres." Jesús prometió dejarnos un don de paz, a diferencia
de cualquier tipo que puede dar el mundo.

Romanos 11:36 nos recuerda que todo existe por el poder de Dios y está
diseñado para Su gloria. Aunque no inflige sufrimientos a nosotros para castigo,
Él permitirá cosas en nuestras vidas que podemos usar para darle gloria a Él.
Jesús dijo: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo
tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33.

¿Qué opinan los diferentes credos sobre el aborto?

Mientras que los budistas son los que muestran una mayor apertura al aborto, la
mayoría de los credos se opone a la interrupción del embarazo, por considerar
que la vida tiene una naturaleza divina, dada por Dios.

Aunque existen matices: los más radicales opositores son los Testigos de Jehová
que lo prohíben, sin excepciones hasta en caso de violación. Si existe riesgo de
vida, habrá que esperar al parto y la pareja podrá decidir salvar a la madre o al
bebe.

La Iglesia católica tampoco contempla las excepciones que hoy figuran en la ley:
creen que el embrión es una persona con iguales derechos que la madre. En
caso de que peligre la vida de la mujer, se pueden realizar tratamientos que
pongan en riesgo al feto pero que no tengan por objetivo interrumpir el embarazo.
Los mormones también se oponen al aborto en todas las situaciones, incluso en
caso de violación, incesto, anencefalia o si está en riesgo la vida de la madre.

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

En el medio, se encuentran las religiones que prohíben el aborto pero que lo


admiten en ciertas circunstancias. Es el caso de algunos grupos evangélicos, los
judíos, los musulmanes, que autorizan el aborto en dos de los casos que
contempla hoy la ley: violación o riesgo de vida para la mujer. Estos dos últimos,
requieren el pronunciamiento de una autoridad religiosa. La Iglesia Apostólica
Armenia además admite el aborto terapéutico en el tercer caso que prevé la ley:
riesgo para la salud de la mujer.

En una entrevista para la famosa empresa periodística “La Nación” varios de los
entrevistados buscaron correr el debate del aborto del plano de las creencias al
plano de la ciencia. Algo similar hizo el propio Papa Francisco, en el libro "Sobre
el cielo y la tierra", publicado cuando todavía era arzobispo de Buenos Aires. "El
problema moral del aborto es de naturaleza prerreligiosa, porque en el momento
de la concepción está el código genético de la persona. Ahí ya hay un ser
humano. Separo el tema del aborto de cualquier concepción religiosa. Es un
problema científico. No dejar que se siga avanzando en el desarrollo de un ser
que ya tiene todo el código genético de un ser humano no es ético"

La vida comienza a partir de la concepción, pero no se puede determinar en qué


momento comienza la persona, tal como planteó hace dos semanas el ministro
de Ciencia Lino Barañao. Sobre este punto están de acuerdo los evangélicos,
los católicos, la iglesia armenia, los mormones y los testigos de Jehová. También
los judíos, aunque ellos consideran que el status de vida de un embrión o un feto
no es el mismo del de la madre. En tanto los musulmanes creen que la insuflación
del alma ocurre entre los 40 y los 120 días de gestación.

Las respuestas de los líderes religiosos aportarán argumentos, al debate en el


que se zambullirán los legisladores en los próximos días. Aunque la mayoría de
los referentes dijo no haber sido consultado hasta el momento por los autores de
los proyectos de ley.

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

Los budistas

"El bebe dentro del vientre también es una vida, por lo tanto, abortar es matar.
Sin embargo, no es el odio lo que lleva a las mujeres a abortar sino el sentir que
ya llegaron a su último recurso". aporta Yun, y detalla cuál es la postura de ese
culto: aunque son defensores de la vida, ponen el foco en la situación de la mujer
y consideran que ni una ley, ni el Estado ni una creencia religiosa le puedan decir
a una mujer si debe continuar con un embarazo. "El aborto, no es un asunto que
la ley pueda resolver ni que los defensores de ella puedan establecer. La persona
que tiene más derecho para decidirlo es la madre del bebe y se debería respetar
esa decisión, ya que ella es quien soportará las consecuencias"

Los musulmanes

No existe referencia al aborto en el Corán. Sin embargo, será el Hadith, que es


la segunda fuente canónica del Islam, que estructura la tradición, la que aborda
el tema. Los musulmanes consideran que el aborto es haram, que significa
pecado, ya que la vida es un don sagrado de Dios, pero puede ser admitido por
motivos médicos entre los que incluyen las malformaciones en el feto.En una
consulta con las autoridades del Centro Islámico de la República Argentina sobre
su postura sobre el tema, pero al cierre de esta nota, no habían respondido el
cuestionario que se les envió. Según las publicaciones vinculadas a esa
comunidad, la norma general es que el aborto es ilícito pero se admite si existe
grave peligro para la madre o por malformaciones en el feto. También se explica
que existe diferencia entre el momento de la concepción y el instante de la
"insuflación del alma", que creen que ocurre entre los 40 y los 120 días. Antes
de este momento, el feto está en estado embrionario. El aborto debe realizarse
en esa etapa. Y debe existir un fallo de las autoridades religiosas.

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

Cristianos

Los evangélicos están divididos: algunos admiten el aborto como excepción, en


casos de abuso sexual y si está en riesgo la vida de la madre. "Es una solución
no deseada pero necesaria", apunta el teólogo Norberto Saracco, pastor de la
Iglesia Evangélica Pentecostal. Otros pastores consideran que abortar es matar,
en cualquiera de sus formas, ya que no se puede priorizar los derechos de una
persona sobre otra, porque consideran que el embrión no es sólo una vida, es
una persona. "El debate es si el embrión es una cosa o una persona. Se busca
cosificar al embrión para cauterizar el dolor natural que se puede sentir frente a
la decisión de abortar. Una mujer embarazada es madre. El aborto no cambia su
condición. Será la madre de un hijo muerto" plantea el pastor Gabriel Ballerini,
director de Bioética de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la
República Argentina (Aciera), que explicó cuál es la postura de una importante
parte de la iglesia evangélica: En contra del aborto, incluso en casos de violación
o riesgo para la mujer.

Sin duda, las opiniones son divididas entre los dintintos credos. Claro, esto solo
es para tener una nutrida información sobre lo que opinan las distintas religiones.
Aunque es importante mencionar que no todas comparten el mismo Dios.

Es nuestro caso como creyentes en Cristo Jesús, hacemos caso omiso de lo que
digan los musulmanes así como los budistas. Aunque es importante mencionar
que se coinciden en muchos aspectos con relación a este asunto tan
controversial sobre el aborto.

Consejo sobre el aborto (Según el estudio Gimbernat)

Sería nuestro mayor deseo que toda la discusión sobre la eticidad y la


legalización del aborto, que probablemente se instaurará pronto en nuestro país,
se desarrollase en un clima de serenidad y responsabilidad. El tema es
demasiado grave y complejo para que se afronte con resentimientos y
agresividades indebidas. Es un problema con graves implicaciones humanas y
en el que es fácil incurrir en demagogias, presentando como verdades y
argumentos definitivos y totales, lo que no son sino verdades parciales.

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

Desde nuestra fe cristiana nos oponemos al aborto porque consideramos que la


vida humana, en todo su desarrollo, es un valor primero en toda escala de
valores éticos, que debe ser salvaguardado; porque si existe una obligación de
proteger y defender la vida humana, esta obligación es aún más urgente cuando
se trata de una vida desamparada, que no puede hacer valer sus propios
derechos. Porque pensamos, finalmente, que el valor de la vida humana es tan
fundamental que debe ser cuidadosamente protegido, aun en aquellas
ocasiones en que no existe absoluta certeza, aunque sí argumentos serios, que
abogan por la calidad humana del embrión (como puede ser el comienzo del
embarazo).

Uno de los primeros autores cristianos que se opuso claramente al aborto, Aten
ágoras (siglo II), lo hacía en los siguientes términos: «Nosotros afirmamos que
las que intentan el aborto cometen un homicidio... ¿Porqué razón habíamos de
matar a nadie? Porque no se puede pensar al mismo tiempo que lo que lleva la
mujer en el vientre es un ser viviente y objeto, por tanto, de la providencia de
Dios y matar luego al que ya ha avanzado en la vida.» Este planteamiento está
muy presente en los primeros siglos de tradición cristiana. Uno de sus mejores
exponentes es quizá Tertuliano (160-240): «También es hombre el que lo va a
ser.» En contra del Derecho Romano, que sigue la concepción estoica, según la
cual el feto es parte del cuerpo de la madre (mulieris portio vel viscerum), para
el cristianismo, el nuevo ser que se está desarrollando en el seno de la madre
no es un mero apéndice de aquélla, ni un mero proceso biológico, sino una
realidad humana distinta, objeto ya de la providencia de Dios. En la formación de
ese nuevo ser veían los primeros pensadores cristianos la acción de Dios. Veinte
siglos de tradición cristiana seguirán esa misma línea de considerar al embrión
o al feto como un nuevo ser humano, distinto de la madre.

¿Ha sido superado este planteamiento por las nuevas aportaciones de la ciencia,
de la genética, de la embriología? ¿Es el embrión una parte o apéndice de la
madre, sobre el que puede disponer libremente, ya que «cada persona es dueña
de su cuerpo, y es ella la que tiene que determinar qué es lo que quiere hacer
con él», como afirma el profesor Gimbernat? Hace poco decía una profesora
universitaria que no puede admitir el aborto porque ha estudiado la carrera de

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

biología. Es verdad. La ciencia ha dado la razón al cristianismo y no al Derecho


Romano. El embrión no es, desde el momento de su formación, ni una parte del
cuerpo de la madre, ni un «coágulo de sangre», ni una «cosa» de determinados
milímetros (como afirma Gimbernat). Estos son planteamientos propios de la
embriología greco-romana, que han sido totalmente superados por la biología
actual.

Para la biología, la realidad que se constituye desde el momento de la


fecundación del óvulo por el espermatozoide, no es parte del cuerpo de la madre,
sino un verdadero cuerpo extraño, una realidad biológica distinta. El organismo
materno tendrá que desarrollar ingeniosos mecanismos para que no se produzca
un fenómeno de rechazo. La biología nos afirma que la nueva realidad que se
constituye por la fusión de las células germinales es un ser que lleva en su
complejísimo código genético, tanto las características propias de un ser
humano, como las que sirven para individualizar a cada sujeto humano. Puede
afirmarse que lo que cada uno de nosotros tiene más de singular, lo que hace
realmente de cada uno de nosotros un ser único e irrepetible en la. historia de la
humanidad estaba ya programado en nuestra primera célula-huevo. Todo el
complicado proceso de desarrollo embrionario será dirigido por esa nueva
realidad. Se trata de un verdadero organismo autónomo, que tiene sus propias
leyes de crecimiento y de desarrollo. La biología tiene que decir que ese nuevo
ser no es, en ninguna manera, una parte del cuerpo de la madre, sino una
realidad distinta, con factores genéticos humanos, que prefigura lo que será el
individuo humano ya nacido.

Este punto queda marginado al afrontar el problema del aborto casi únicamente
desde la situación de urgencia que se presenta a la mujer embarazada. La
gravedad de estas situaciones no puede minimizarse, pero no puede darse una
respuesta atendiendo únicamente a la parte afectada, la mujer embarazada, sin
tener en cuenta que se está gestando un nuevo ser -y no una cosa de tantos
milímetros-, y que precisamente por su indefensión reclama una protección
especial.

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

Por otra parte, zanjar todo el tema sobre el carácter humano o no humano del
embrión, refiriéndose a la formación de los órganos del mismo, sobre todo el
cerebro, apenas resuelve nada. El mismo dato de la formación del cerebro o del
comienzo de su actividad es ambiguo. La primera actividad eléctrica cerebral se
constata no a los tres meses de desarrollo embrionario, como afirma Gimbernat,
sino a los 43-45 días después de la fecundación. El trazado
electroencefalográfico es de tipo cortical a partir del tercer mes (Garbelli).
Unicamente puede hablarse de una actividad cerebral específicamente humana
a partir del sexto mes (Manouvrier). Al mismo tiempo, la formación del cerebro
es también gradual, estando ya delineados los hemisferios cerebrales y el
cerebelo cinco semanas después de la fecundación. Por tanto, si se toma la
formación del cerebro o el comienzo de su actividad como base para delimitar el
comienzo de la protección jurídica del feto, hay que preguntarse a qué grado de
formación o de actividad nos referimos. Al mismo tiempo es lógico preguntar por
qué no se protege con anterioridad al feto, ya que existen, antes de la formación
de su cerebro, serios argumentos biológicos que apoyan su humanidad.

Somos conscientes de que con todas estas afirmaciones no se ha resuelto el


problema ético o legal del aborto, ni puede hacerse en los reducidos márgenes
de este artículo. Lo que queremos subrayar es que en el planteamiento de
Gimbernat se prescinde casi exclusivamente de una parte del problema, al
reducirse únicamente a plantear el tema del aborto desde la perspectiva de la
madre, sin ponderar al mismo tiempo los derechos del nuevo ser, que la biología
obliga a tomarse en serio.

Tenemos que reconocer, como cristianos, la parte de culpabilidad que incumbe


a la Iglesia en la gestación o mantenimiento de dichas prescripciones. Sin
embargo, estas prescripciones no pueden presentarse en una relación causa-
efecto respecto al aborto. Tal es la conclusión que insinúa Gimbernat al afirmar
que tales prescripciones, o los que las han defendido, «han provocado cientos
de miles de abortos clandestinos, al imponer embarazos que se podrían haber
evitado».

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

En España, hubiera habido también en estos últimos años muchos miles de


abortos, aunque todas aquellas prescripciones legales no hubieran existido. No
puede discutirse que estas prescripciones, sobre todo la falta de acceso a los
anticonceptivos, han influido en un incremento de tales cifras. Pero no han
constituido, probablemente, la causa o el factor principal en el número de abortos
en nuestro país, como lo prueba la situación de otros países en que esas
prescripciones no existen desde hace tiempo.

La segunda objeción se refiere a la tesis insinuada por Gimbernat de que la


solución de las indicaciones en la legalización del aborto tiene como trasfondo,
aunque sea no verbalizado, la moral sexual católica. Ante todo, hay que probar
tal afirmación. Las indicaciones terapéuticas, eugénica y ética constituyen
situaciones en que el problema del aborto se presenta con una agudeza especial,
por entrar en conflicto valores sumamente importantes, sin tener que recurrir al
concepto de pecado o no pecado. Pero, sobre todo, porque no existe fundamento
para considerar la solución de las indicaciones como solución «católica». Todas
las numerosas y recientes declaraciones del magisterio de la Iglesia defienden
unánimemente fa vida humana embrionaria, sin distinguir indicaciones en que
sea lícito el aborto. Esta es también la postura de los moralistas católicos,
aunque va creciendo el número de los que admiten la indicación terapéutica, y
hay un pequeño grupo que tiende a admitir la indicación ética antes de la
anidación. En tales condiciones, argumentar contra la moral católica aduciendo
que ésta defiende la solución de las indicaciones, se cae por su base.

Evidentemente en distintas partes del mundo no comparten la sensación de


querer abortar. No resulta del todo grato ya que además de causar un dolor
emocional, resulta ser doloroso de una manera física y puede traer
repercusiones futuras en las prácticas.

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Misael Alejandro Ramírez López

Pero ¿Qué pasa si ya hiciste un aborto? Interesante pregunta

Millones de mujeres y hombres, tanto en la sociedad como en la iglesia, están


sufriendo bajo la culpa del aborto. Cerca de una de cada cinco mujeres que se
somete a un aborto en los Estados Unidos se identifica a sí misma como
cristiana-evangélica*. Esto significa que cristianos realizan un cuarto de millón
de abortos cada año. Muchos de los padres de estos niños son también parte de
nuestras iglesias.

Es contraproducente tratar de eliminar los sentimientos de culpa sin atender a la


causa de la culpa. Otros pueden decir: “No tienes nada de qué sentirte culpable”,
pero tú sabes que sí. Solamente negando la realidad podrás evitar los
sentimientos de culpa. Pero la negación te prepara para un colapso emocional
cada vez que algo te recuerde al niño que una vez llevaste. Necesitas una
solución permanente a tu problema de la culpa, una solución realista, no fingida.

Debido a que la Biblia ofrece esa solución, voy a citar de ella. Pídele a tu pastor,
líder de grupo de mujeres, o una amiga o familiar cristiana que te ayude a
entender.

La buena noticia es que Dios te ama y desea perdonarte por tu aborto, hayas
sabido o no lo que estabas haciendo. Pero antes de poder apreciar la buena
noticia, hay que conocer la mala noticia. La mala noticia es que hay una culpa
moral real y todos somos culpables de muchos delitos morales en contra de Dios,
de los que el aborto es solo uno. “Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la
gloria de Dios” Romanos 3:23.

Pecar es no estar a la altura de los estándares santos de Dios. Nos separa de


una relación con Dios Isaías 59:2. El pecado nos engaña, haciéndonos creer que
lo malo es bueno y lo bueno es malo Proverbios 14:12. “Porque la paga del
pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor
nuestro” Romanos 6:23.

Jesucristo, el Hijo de Dios, nos amó tanto que se convirtió en un miembro de la


raza humana para liberarnos de nuestro problema del pecado Juan 3:16. Se
identificó con nosotros en nuestra debilidad, sin ser contaminado por nuestro

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

pecado Hebreos 2:17-18; 4:15-16. Jesús murió en la cruz como el único digno
de pagar el castigo por nuestros pecados que demanda la santidad de Dios (2
Corintios 5:21. Y se levantó de la tumba, venciendo el pecado y conquistando de
la muerte 1 Corintios 15:3-4, 54-57.

Cuando Cristo murió en la cruz por nosotros, dijo: “Consumado es” Juan 19:30.
La palabra griega traducida como “consumado es” es la misma escrita en
certificados de deuda cuando eran canceladas. Significaba “pagado en su
totalidad”. Cristo murió para pagar en totalidad nuestra deuda.

Pongamos un ejemplo para quedar un poco más claro con este tema.

Suponiendo que una mujer con tres niños pequeños, y no veía cómo iba a cuidar
de un cuarto. Sin embargo, abortó (sin conocer de Dios) pero sintió un pesar
terrible en su vida y eso la llevó a un encuentro con el Rey ¿Qué sucede?

Jesucristo tenía la misma forma de pensar que Dios, por eso dijo: “No he venido
a llamar a justos, sino a pecadores a arrepentimiento” Lucas 5:32. Cuando
estamos arrepentidos de corazón por haber hecho algo mal y le pedimos a Dios
que nos perdone, él lo hace sin reservas, aun si se trata de pecados graves
(Isaías 1:18). Salmo 51:17dice: “Un corazón quebrantado y aplastado, oh Dios,
no lo despreciarás”.

Además de una conciencia limpia, Dios da paz interior a la persona que se


arrepiente cuando esta le ora con humildad. Filipenses 4:6, 7dice: “Por oración y
ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la
paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus
facultades mentales mediante Cristo Jesús.

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos


Misael Alejandro Ramírez López

Para concluir lo largo de este ensayo, es de suma importancia que recordemos


que como cristianos debemos mantenernos con una postura firme a nuestra
decisión, no doblegarnos ante lo que diga la sociedad sino lo que dice el Padre.
Este tipo de fenómenos sociales seguirán creciendo y surgiendo pero el pueblo
de Dios no debe mirar y envolverse de lo pecaminoso del mundo, sino de la
cobertura de Dios con su sabiduría.

¿Cómo puedo yo tomar juicio por mi propia mano? Simplemente no podemos,


Dios es quien se encarga, su palabra dice que suya es la venganza y ni a usted
ni a mí, nos compete esta parte.
Dios es bueno y su misericordia es eterno, por eso nuestra ética cristiana
siempre se debe de mantener al frente y visible para los demás. Hago la
invitación a que caminemos con el estandarte de Cristo, siendo personas
moralmente integras y entregadas al Señor, eso marca la diferencia entre
nosotros y el mundo, recordando siempre que, estamos aquí pero no somos de
aquí sino de las moradas celestiales.

Sin duda, es un tema que no es tan complicado de comprender; he incluso


muchos ya sabíamos la respuesta pero es necesario darlo a conocer para todo
lector que tenga acceso a estas líneas de hoy desarrollo para el instituto bíblico
Nicolás Pino extensión Escuinapa.

Ensayo sobre el aborto – Ética Cristiana Pastora: Tania Amistad Ramos

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