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El presidente de Perú disuelve el Congreso

La medida de Vizcarra, prevista en la ley, busca frenar la maniobra opositora para


hacerse con una mayor cuota de jueces afines en el Constitucional
Lima 1 OCT 2019 - 16:52 CEST

El presidente peruano, Martín Vizcarra, anunció durante la tarde del lunes 30


de setiembre la disolución del Congreso, dominado por la oposición
‘fujiaprista’ y sus aliados de derechas, tras una jornada que ha reflejado más
que nunca el choque entre el poder ejecutivo y el poder legislativo. El
mandatario peruano disolvió el Parlamento invocando artículo 134 de la
Constitución después de que éste le negara un voto de confianza ligado a una
reforma del procedimiento de designación de magistrados del Tribunal
Constitucional.

La oposición, liderada por Fuerza Popular, la formación de Keiko Fujimori, que


se encuentra en prisión preventiva por lavado de dinero, y el Partido Aprista,
llevaba días maniobrando para hacerse con el control de la Corte
Constitucional. "Que sea finalmente el pueblo quien defina a quién le da la
razón: si a la mayoría parlamentaria que hoy disuelvo y se ha opuesto al
Ejecutivo, o si le da la razón al Ejecutivo eligiendo una nueva mayoría”, dijo
Vizcarra.

El Congreso eligió a un magistrado del Constitucional —uno de los seis que


deben ser reemplazados por el fin de su mandato— en una votación
accidentada en la que se descartó debatir primero una moción de confianza
(vinculada a una iniciativa legislativa) anunciada el viernes 27 de setiembre
pasado por el Gobierno para modificar el sistema de designación de los jueces
del alto tribunal. Dado que el legislativo prefirió nombrar al magistrado sin tan
siquiera considerar la propuesta del Gobierno, Vizcarra anunció la disolución
del Parlamento y la consecuente convocatoria de elecciones para el próximo
26 de enero. "Desde el Congreso no se dio la prioridad que la cuestión de
confianza [proyecto de ley] merece y se eligió al primer miembro del tribunal
exprés en una dudosa votación”, explicó el mandatario peruano.

El presidente había lanzado el domingo un ultimátum al Congreso al anunciar


que lo disolvería si este lunes le negaba la confianza para poder reformar el
método por el que se designa a los magistrados del Constitucional: estos son
nombrados mediante resolución legislativa, con el voto de dos tercios de los
diputados de la Cámara. Con ese cambio en la ley, Vizcarra buscaba impedir
que ese alto tribunal fuera copado por jueces designados por la oposición
fujimorista, que tiene mayoría en el Congreso junto a sus aliados de derecha
y extrema derecha. Pero el Parlamento decidió finalmente pasar por alto la
propuesta del presidente e iniciar de inmediato el nombramiento del nuevo
magistrado, que, presuntamente, es mejor vistos por la oposición fujimorista.

"He decidido disolver el Congreso y convocar a elecciones parlamentarias"


anticipadas, dijo Vizcarra en un mensaje a la nación retransmitida por la
televisión, al agudizarse un choque de poderes iniciado hace tres años y
cerrarse las vías de entendimiento entre el Gobierno y el legislativo. "Es claro
que la obstrucción y blindaje [del Parlamento a las iniciativas del presidente]
no cesan y no habrá acuerdo posible [para cambiar la designación de jueces
del Constitucional]", aseguró Vizcarra, mientras centenares de manifestantes
congregados fuera del edificio del Parlamento celebraban su decisión. El
Congreso respondió horas después aprobando la suspensión temporal de
Vizcarra de la presidencia y designando en su lugar a la vicepresidenta
Mercedes Aráoz, en una sesión en que no participaron los parlamentarios que
apoyaron la decisión de Vizcarra.

Por la noche, las manifestaciones que apoyan el cierre del Congreso se han
replicado en varias ciudades, entre ellas Arequipa, Huaraz, Huancavelica y
Piura. A las 21.15, la mayoría parlamentaria —que hizo oídos sordos de la
decisión de Vizcarra de cerrar el Congreso y continuó con sus funciones
normalmente— ha encargado a la vicepresidenta, Mercedes Aráoz, que tome
juramento y asuma el cargo de "presidenta en funciones" después de haber
declarado la "incapacidad moral temporal" de Vizcarra. A esta sesión asistieron
86 de los 130 diputados, según el diario argentino Clarín. El exoficial mayor
del Congreso José Elice, sin embargo, indicó en declaraciones a la emisora
Radioprogramas que no existe "ninguna previsión constitucional ni
reglamentaria" para que se pueda llevar a cabo esa sustitución. Las fuerzas de
seguridad y el ejército reconocieron este lunes en un comunicado recogido
por Reuters a Vizcarra como el presidente legítimo de Perú.

De acuerdo con la Constitución de 1993, cuando el Congreso rechaza


considerar la confianza a dos proyectos de ley del mismo Gobierno, el
presidente puede disolverlo y convocar elecciones legislativas. El Parlamento
ya había rechazado una cuestión en septiembre de 2017 que, sumada a la de
ahora, cumple con los requisitos legales para que el presidente disuelva el
Parlamento y adelante los comicios. El presidente ha sostenido que esta
"medida excepcional" se enmarca dentro de sus facultades constitucionales y
"busca dar una solución democrática y participativa a un problema que el país
viene arrastrando hace tres años, dando fin a esta etapa de entrampamiento
político que ha impedido que el Perú crezca al ritmo de sus posibilidades",
dejando el futuro del país en manos de los ciudadanos.

Los ciudadanos veían la retransmisión de televisión del Congreso, cuya


mayoría opositora se resiste a acatar la disolución. "Estamos viendo que la
nombran [a Mercedes Aráoz] como presidenta. ¿Cómo es entonces?", se
preguntaba confundido un hombre de unos 60 años en un establecimiento
del Parque Universitario. La incertidumbre ahora es total, pues ninguna de las
dos partes reconoce a la otra.
'Caso Lava Jato'
La urgencia de la oposición por tener una mejor correlación de jueces afines
en el Tribunal Constitucional se debe, entre otros motivos, a que esta semana
el exdirector de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, volverá a declarar ante los
fiscales por el caso Lava Jato. Se espera que informe sobre otros políticos
peruanos a los que entregó dinero irregularmente, en forma de sobornos o
fondos para financiar la campaña electoral.

La semana pasada, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)


se hizo eco de las preocupaciones del Ejecutivo, de abogados
constitucionalistas y de sectores de la sociedad civil. La denuncia señalaba una
“elección exprés” para cambiar la correlación de votos en la alta corte, cuando
el tribunal ha empezado a dirimir recursos presentados por las defensas de
los principales políticos y expresidentes investigados por corrupción y lavado
de activos como parte del caso Lava Jato, relacionado a la constructora
Odebrecht.

“La Comisión observa que este proceso de selección se realiza en un contexto


político marcado por denuncias e investigaciones iniciadas sobre la
participación de funcionarios de diversas entidades del sistema judicial en
actos de corrupción, a través del tráfico de influencias, favorecimiento
personal, abuso de poder y prevaricato, entre otros", expresó la CIDH el
pasado jueves. "Así como por procesos de selección de operadores de justicia
que habrían sido afectados por la alegada existencia de un esquema de
corrupción y de tráfico de influencias”, concluyó.

¿CÓMO SE HA LLEGADO HASTA AQUÍ?


EFE (LIMA)

Esta crisis es el punto álgido de un conflicto abierto entre el Gobierno y el Congreso


desde las elecciones generales de 2016, que dejaron un Parlamento dominado con
abrumadora mayoría por el partido fujimorista Fuerza Popular, y la presidencia en
manos de Pedro Pablo Kuczynski. Fuerza Popular utilizó su poder en la Cámara para
presionar al Gobierno y para intentar gobernar desde el poder legislativo, lo que suscitó
el rechazo de la población.

El escándalo de corrupción de la constructora Odebrecht en Perú terminó en 2018 por


costarle el cargo de presidente a Kuczynski y llevó a la asunción de su vicepresidente
Martín Vizcarra, quien encaró el cargo con la misión de enfrentar la corrupción que
afecta gravemente a todo el país.

Así, Vizcarra promovió una serie de reformas que lo enfrentaron con el Congreso,
identificado como un organismo penetrado por la lacra de la corrupción y que por
acción u omisión boicoteó varios intentos de modificar normas y tomar medidas contra
los corruptos.

Para solucionar el bloqueo político, Vizcarra propuso en julio un adelanto electoral


para renovar tanto la presidencia (que él mismo ostentaba sin haber mediado
elecciones) como el Congreso, propuesta que sin embargo fue archivada sin debate por
la Comisión de Constitución del Parlamento, ampliamente dominada por los
fujimoristas.

Al mismo tiempo, los congresistas opositores iniciaron un procedimiento exprés y poco


transparente para renovar a varios magistrados del Tribunal Constitucional y ampliar
su cuota de influencia en la Alta Corte. La cuestión que planteó Vizcarra y que le fue
negada por la Cámara era precisamente para evitar esa maniobra. Y como la oposición
fujimorista le bloqueó (por segunda vez), Vizcarra ha decidido disolver el Parlamento,
medida que está contemplada en la ley, o y convocar elecciones para el 26 de enero
de 2020.

CONVOCAN ELECCIONES PARA EL 26 DE ENERO DEL 2020


El Poder Ejecutivo convocó elecciones para un nuevo Congreso para el domingo 26
de enero del 2020, según un decreto supremo publicado en la edición extraordinaria
de las Normas Legales del Diario Oficial El Peruano.

El dispositivo decreta además la disolución del Congreso de la República por haber


negado la confianza a dos Consejos de Ministros del gobierno elegido para el
periodo 2016-2021, manteniéndose en funciones la Comisión Permanente.

Asimismo, se revoca el mandato parlamentario de los congresistas que no integran


la Comisión Permanente y, además, carece de validez y eficacia jurídica “todo acto
relativo a la función parlamentaria realizado por los congresistas cuyo mandato ha
sido revocado”.

“Convóquese a elecciones para un nuevo Congreso para el día domingo 26 de enero


del 2020, para que complete el periodo constitucional del Congreso disuelto,
incluida la Comisión Permanente”, sostiene el dispositivo.

Cuatro claves para entender el enfrentamiento


entre Vizcarra y el Parlamento

El presidente de Perú, Martín Vizcarra, decretó el lunes la disolución "constitucional"


del Congreso y llamó a elecciones parlamentarias. Horas después, sin embargo, el
Congreso respondió aprobando la suspensión de Vizcarra de sus funciones
presidenciales durante 12 meses por "incapacidad temporal". Y juramentó a la
vicepresidenta Mercedes Aráoz como "presidenta en funciones" del país.

El país sudamericano, que ya atravesaba una larga crisis política por la corrupción,
quedó así sumido en una crisis institucional por el enfrentamiento entre el gobierno
y el Congreso. Te explicamos a continuación qué es lo que está pasando en Perú.

1. ¿Por qué decidió Vizcarra disolver el Congreso?

Vizcarra hizo pública su decisión de disolver el Congreso y convocar elecciones


legislativas para el próximo 26 de enero aplicando una norma constitucional que le
habilita a ello si la cámara le niega una cuestión de confianza a dos gabinetes
presidenciales.

El gobierno había planteado esta cuestión de confianza —la tercera en menos de un


año— sobre el proceso de selección de candidatos del Tribunal Constitucional (TC).
El argumento gubernamental era que el proceso de selección no era transparente
y no garantizaba la división de poderes en la nación.

El lunes, sin embargo, el Congreso —dominado por la oposición fujimorista y sus


aliados— decidió seguir con la agenda preestablecida de la sesión; es decir, elegir
primero a los miembros del TC y analizar después la cuestión de confianza planteada
por el Ejecutivo.
Tras el nombramiento de un nuevo magistrado para el TC —uno de los seis que
deben ser reemplazados por el fin de su periodo—, Vizcarra anunció la disolución
de la cámara y la consecuente convocatoria de elecciones legislativas.

El presidente daba por hecho que, con la votación del magistrado, la cuestión de
confianza le había sido denegada. Pero cuando ya el presidente había iniciado su
intervención pública, el Congreso votó otorgándole la confianza.

Es por esto que los opositores argumentan que el presidente no tenía derecho a
disolver la cámara y algunos hablan de "autogolpe".

Agregó que espera que "esta medida excepcional permita que la ciudadanía
finalmente se exprese y defina en las urnas y mediante su participación el futuro de
nuestro país".
Tras el anuncio, los responsables de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se
reunieron con Vizcarra para mostrar "su pleno respaldo al orden constitucional
y al presidente".

2. ¿Cómo se llegó hasta aquí?

La crisis es el reflejo de una abierta división entre el gobierno y el Congreso desde


las elecciones generales de 2016, cuando el partido fujimorista Fuerza Popular logró
la mayoría parlamentaria.

Vizcarra ha acusado a Fuerza Popular, dirigido por Keiko Fujimori -quien se


encuentra en prisión preventiva por acusaciones de lavado de dinero- de tratar de
usar las instituciones democráticas para su beneficio personal.

Asimismo se acusa al partido de utilizar su mayoría parlamentaria para hacerse con


el control del Tribunal Constitucional.

Congreso de Perú incluyó protestas y denuncias de algunos diputados.

Otra sombra que se cierne sobre el país es el escándalo de corrupción de la


constructora Odebrecht, que en 2018 le costó el cargo al presidente Pedro Pablo
Kuczynski y llevó a la asunción de Martín Vizcarra, su entonces vicepresidente.

Vizcarra ante eso promovió una serie de reformas para combatir la corrupción, las
cuales lo han enfrentado con el Congreso.
Y la cámara, a su vez, ha boicoteado varios intentos de tomar medidas contra la
corrupción y rechazado los pedidos del mandatario para llevar a cabo elecciones
legislativas.

Mientras tanto, la oposición en el Congreso inició el proceso para renovar a varios


magistrados del TC, lo cual culminó con la decisión de Vizcarra de disolver el
parlamento y convocar elecciones para el 26 de enero.

3. ¿Qué escenarios se abrieron tras la disolución?

La última vez que sucedió un hecho similar fue en 1992, cuando el entonces
presidente Alberto Fujimori alegó obstrucción del Parlamento en temas de seguridad
y economía. Sus críticos afirmaron que fue para tapar las investigaciones de
corrupción en su contra y consolidar su poder.

Más allá de ese precedente, la Constitución contempla que las elecciones para
conformar un nuevo Congreso deben realizarse dentro de los cuatro meses
siguientes a la disolución de la Cámara.

Elegido un nuevo Parlamento, este puede censurar al Consejo de Ministros o negarle


la cuestión de confianza después de que el presidente del ente haya expuesto los
motivos de la suspensión parlamentaria.

Si las elecciones no se celebraran en el plazo señalado, "el Congreso disuelto se


reúne de pleno derecho, recobra sus facultades, y destituye al Consejo de Ministros",
se lee en la Constitución.

La Constitución de Perú establece que el ejercicio de la presidencia puede quedar


vacante por "su permanente incapacidad moral o física, declarada por el Congreso".
Pero tras conocerse la disolución de este lunes, los diputados no solo no
abandonaron la Cámara sino que aprobaron una moción para suspender de sus
funciones a Vizcarra durante 12 meses.

A continuación, la vicepresidenta Mercedes Aráoz juramentó como "presidenta en


funciones" del país de manera temporal.
Sin embargo, el decreto publicado en el diario oficial del país subraya que "carece
de validez y eficacia jurídica todo acto relativo a la función parlamentaria realizado
por los congresistas cuyo mandato ha sido revocado".

En una noche de máxima tensión e incertidumbre, el Comando Conjunto de las


Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se reunieron en Palacio de Gobierno con
Vizcarra para reafirmar "su pleno respaldo al orden constitucional y al presidente",
informó la presidencia de Perú.
Finalmente, este martes Mercedes Aráoz renunció al cargo de vicepresidenta y, por
extensión, al encargo de actuar como "presidenta en funciones".

4. ¿Qué puede pasar ahora?

La renuncia de Aráoz dio un nuevo giro a la grave crisis política que vive Perú y
que agudiza el choque de poderes existente entre Congreso y gobierno.

El nuevo primer ministro peruano, Vicente Zeballos, calificó la renuncia de Aráoz de


"gesto democrático" en una entrevista con Canal N recogida por el diario La
República.

Sin embargo, evitó pronunciarse sobre la posibilidad de que esta salida pueda
llevar a la convocatoria de elecciones generales anticipadas, tal y como desea
Vizcarra.

"Las elecciones parlamentarias ya están convocadas y no hay marcha atrás en ese


sentido. [Sobre las elecciones generales] habría que ver el contexto de la carta [de
Aráoz], pero no puedo precisar en este momento", dijo Zeballos.

GLOSARIO
DISOLUCIÓN DEL CONGRESO
Constitución de la República del Perú. Artículo Nro 134

El Presidente de la República está facultado para disolver el Congreso si éste ha


censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros.

El decreto de disolución contiene la convocatoria a elecciones para un nuevo


Congreso. Dichas elecciones se realizan dentro de los cuatro meses de la fecha de
disolución, sin que pueda alterarse el sistema electoral preexistente.

No puede disolverse el Congreso en el último año de su mandato. Disuelto el


Congreso, se mantiene en funciones la Comisión Permanente, la cual no puede ser
disuelta.

No hay otras formas de revocatoria del mandato parlamentario. Bajo estado de sitio,
el Congreso no puede ser disuelto.
GOLPE DE ESTADO

Se conoce como golpe al acto y consecuencia de golpear, un verbo que hace


referencia tanto a los impactos físicos como a los de carácter simbólico. El Estado,
por su parte, es una modalidad que permite organizar a una sociedad de manera
soberana y coercitiva y con autoridad para regular el funcionamiento de
la comunidad dentro de un determinado territorio.

Al conjugar las definiciones de ambos términos surge la noción de golpe de Estado.


Se trata de una acción violenta llevada a cabo por fuerzas militares o rebeldes que
busca quedarse con el gobierno de un Estado. El golpe de Estado, de esta manera,
supone la sustitución de las autoridades existentes y el cambio de mando de las
instituciones estatales por imposición.
En concreto para establecer el origen del término tenemos que retrotraernos a la
Francia del siglo XVIII cuando comenzó a utilizarse aquel para referirse a todas
aquellas acciones de carácter violento que el rey llevaba a cabo sin tener en cuenta
las normas establecidas, moral y legalmente, en la sociedad. El hecho de que las
acometiera de esta forma se amparaba en que eran necesarias por el bien común.

El golpe de Estado constituye una violación y falta de reconocimiento hacia la


legitimidad constitucional ya que atenta contra las reglamentaciones legales de
llegada y permanencia en el poder. Es posible distinguir entre dos grandes tipos de
golpes de Estado: el golpe institucional es aquel que tiene lugar cuando llegan al
poder ciertos integrantes del propio partido en funciones, mientras que el golpe de
carácter militar es concretado por las fuerzas armadas. En las últimas décadas se ha
sumado la noción de golpe de mercado para hacer referencia a los cambios
institucionales que tienen lugar por la presión de grupos económicos en condiciones
de desestabilizar la economía.

CUESTIÓN DE CONFIANZA

La Cuestión de Confianza es un mecanismo constitucional por el cual el Poder


Ejecutivo puede consultar al Congreso de la República, sobre el tema que estime
conveniente, si aún cuenta con su confianza para seguir gobernando.

Presentación en el Congreso de la República

Para la presentación de la Cuestión de Confianza, el Presidente de la República


convoca a sesión extraordinaria del Congreso de la República. En esta sesión, el
Presidente del Consejo de Ministros, acompañado de su gabinete, expone las
razones de la solicitud frente al pleno del Parlamento.

A continuación, el Congreso debate sobre lo planteado y finalmente vota. Para ser


aprobada, la Cuestión de Confianza debe recibir el voto a favor de la mitad más uno
del número legal de congresistas (66 votos).

Según la Constitución Política del Perú, si el Congreso no aprueba la Cuestión de


Confianza o si el Presidente del Consejo de Ministros renuncia o es removido por el
Presidente de la República, se produce una crisis ministerial total y el gabinete en
pleno renuncia.

Cierre del Congreso

Si se censura o niega el voto de confianza a dos gabinetes de un mismo gobierno,


el Presidente de la República puede disolver el Congreso. El decreto respectivo
deberá incluir una convocatoria a nuevas elecciones congresales dentro de los 4
meses posteriores a la disolución.

La Constitución también precisa que la Comisión Permanente del Parlamento seguirá


en funciones y que el Congreso no puede ser disuelto en su último año de mandato.

Fuente: Constitución Política del Perú (Art. 118, 130, 132, 133, 134).

COMISIÓN PERMANENTE DEL CONGRESO

La disolución del Congreso, decretada el último lunes por el presidente Martín


Vizcarra, ha dejado al Legislativo reducido en sus funciones y también en su número.
La Comisión Permanente, que es el órgano que ya existía por designación del Pleno,
mantendrá sesiones durante los cuatro meses que la Constitución establece como
periodo máximo para la instalación de un nuevo Parlamento.

Esta Comisión Permanente es encabezada por quien fuera elegido presidente del
Congreso -en el caso actual, el legislador Pedro Olaechea- y sus tres vicepresidentes,
y tiene como miembros titulares a los representantes de cada bancada congresal. El
número de estos representantes puede variar de acuerdo a la proporción: así, un
grupo parlamentario extenso como Fuerza Popular puede tener hasta diez
representantes, como en efecto ocurre.
No puede ser disuelta, pero tampoco puede legislar

Según el artículo 45 del Reglamento del Congreso, este grupo no puede ser disuelto
por el jefe del Estado. Sin embargo, su “intocabilidad” no le garantiza un amplio
campo de atribuciones. De hecho, sus funciones, de acuerdo con el artículo 101 de
la Constitución, solo se reducen a tres principales porque no requieren del
funcionamiento del Pleno:

1. Designar al contralor general, a propuesta del presidente de la República


2. Ratificar la designación del presidente del Banco Central de Reserva y del
superintendente de Banca y Seguros.
3. Aprobar los créditos suplementarios y las transferencias y habilitaciones del
presupuesto.
4. Otras que le asigna la Constitución y las que le señale el Reglamento del
Congreso.

Entonces, una de las restricciones más notorias de una Comisión Permanente que se
queda sola tras la disolución del Parlamento es la de legislar. En el periodo de la
transición hacia un nuevo Congreso, solo el Poder Ejecutivo tiene facultad de legislar
mediante decretos de urgencia con fuerza de ley. Estos decretos pueden ser
examinados por la Comisión Permanente, pero al no haber Pleno, no podrían ser
discutidos de fondo para alguna modificación o derogación.

“Ante la disolución del Congreso, la función de la Comisión Permanente es recibir y


examinar los decretos de urgencia expedidos por el Poder Ejecutivo, los mismos que
elevará posteriormente al nuevo Congreso una vez que este esté instalado”, explicó
a RPP Noticias la abogada constitucionalista Erika García Cobián Castro.

El constitucionalista Raúl Ferrero Costa resaltó que la Comisión Permanente no


podría desaprobar decretos del Ejecutivo. “No podría porque no está entre sus
atribuciones directas, sino aquellas que le pueda asignar el Congreso, que en este
caso ha sido disuelto. La Comisión Permanente funciona ahora como un reemplazo
del Congreso, pero sus atribuciones son muy específicas”.

El ex magistrado del Tribunal Constitucional, Óscar Urviola Hani, señaló que la


Comisión Permanente actúa -en gran medida- como un órgano de administración.
“En cierta forma, esta Comisión tiene algunas atribuciones importantes, pero no
puede legislar en materias que no se le han delegado. Funciona, prácticamente,
como un ente administrativo mientras dura el receso y hasta que se elija un nuevo
Congreso, que tendrá también su propia y nueva Comisión Permanente”.
Martín Vizcarra: “Yo asumo la responsabilidad de
este acto de disolución”
Una semana después de haber disuelto el Congreso, el presidente Vizcarra afirma
que fue su última opción. Responsabiliza a Rosa Bartra por la situación y cuestiona
el accionar de Mercedes Araoz.

En su despacho presidencial y con un cuadro de Francisco Bolognesi de fondo,


conversamos con el presidente de la República, Martín Vizcarra, en su primera
entrevista tras decidir disolver el Congreso. En medio de la polémica por la
constitucionalidad de la medida, el mandatario afirma que respetaría un eventual fallo
del Tribunal Constitucional sobre la materia. Sus planes sobre qué hacer con la libertad
que significa estar cuatro meses sin Congreso aún no están claros.
—Hace cuatro días [la entrevista se hizo el viernes pasado] que tiene la suerte
de ser un presidente sin oposición. ¿Cómo se siente?

No necesariamente suerte. Es una situación sui géneris. En el Perú, es la primera vez


que se aplica esta prerrogativa que está establecida en la Constitución y que estamos
experimentando en el proceso, pero no es suerte. Nosotros, realmente, no
hubiéramos querido llegar a esta situación y hemos hecho todo el esfuerzo para
postergar una decisión tan difícil como esta hasta que ya no había otro camino que
aplicar [la disolución del Congreso].

—Pero siempre fue un escenario que contemplaron.

Como escenario sí, pero como una posibilidad muy remota. Yo dentro de mi perfil
soy dialogante, soy concertador. [Disolver el Congreso] entonces siempre es una
opción dentro de los diversos escenarios, pero era la que veíamos más lejana y más
difícil de implementar. Pero finalmente hemos pasado dos denegatorias de
confianza por alto. Recuerde cuando pedimos confianza por la bicameralidad, nos la
dieron pero luego distorsionaron nuestro proyecto y finalmente se rechazó la
bicameralidad. Segundo, con la inmunidad. Pedimos la cuestión de confianza para
no eliminar, sino corregir, mejorar, el concepto de la inmunidad. Igual, nos dieron la
confianza y no se hizo ninguna mejora. En esos dos aspectos, en la práctica, también
fue negada la confianza que nos dieron.
—Y no optó por disolver el Congreso, sino por pedir el adelanto de elecciones
y en su mensaje del 28 de julio dijo: “Esta solicitud la hago dentro del marco y
el respeto irrestricto a la Constitución Política del Perú”. ¿Mencionó eso porque
disolver el Congreso en ese momento no estaba dentro del marco de la
Constitución?

No, no. Lo que digo es que habiendo sido denegada la confianza por la inmunidad
en ese tiempo, también hubiese podido seguirse el camino que hemos seguido
ahora, pero optamos por lo que a nuestro juicio era una salida más ordenada y
programada: el adelanto de elecciones. O sea, no digo que lo otro no lo sea. Lo
podría haber hecho ahí, pero doy una alternativa como una muestra de que disolver
el Congreso era la última de las opciones que nosotros queríamos tomar.

—LA DECISIÓN DE DISOLVER—


—¿En qué momento tomó la decisión de declarar a “Cuarto poder” que sí iba a
disolver el Congreso?

Mire, todo el mes de agosto y todo el mes de setiembre hemos hecho el esfuerzo
de diálogo, de búsqueda de consensos para que el Congreso acepte el
planteamiento que le hicimos de adelanto de elecciones. Por eso nos sorprendió que
un jueves en una reunión de la comisión, de la noche a la mañana, así, de la noche a
mañana, se ponga a votación, porque ni siquiera hubo debate. Entonces, dijimos que
si este ha sido un esfuerzo nuestro por precisamente evitar la disolución del
Congreso, en la próxima oportunidad que nosotros presentemos un planteamiento,
ya nos han quitado todas las alternativas. No queda otra opción que la disolución
del Congreso. Entonces, estaba en marcha esta elección de los miembros del
Tribunal Constitucional […]. Nadie pedía quitarle la prerrogativa al Congreso de
elegir a los miembros del Tribunal Constitucional. Lo que se pedía es que se haga
plural, que se haga transparente, que se haga con un mínimo espacio de fiscalizar a
los candidatos para poder hacer llegar, si hubiera, tachas.

—Luego de varias repreguntas de Sol Carreño, usted termina diciendo que sí,
que disolvería el Congreso. Según entiendo, a usted le había llegado la
información de que lo querían vacar y que eso fue la gota que rebalsó el vaso
para tomar esa decisión.

En realidad, mi futuro inmediato o a mediano, largo plazo es realmente irrelevante


si lo comparamos con lo que es mejor para el país…
— ¿Pero es cierto que se enteró antes de la entrevista de que estaban alistando
ya un pedido de vacancia?

No, no. Ni antes ni después. Yo escucho desde el inicio de mi mandato de presidente


que en algún momento iban a usar este mecanismo que está también en la
Constitución. Planteamos un pedido de confianza para un hecho que es sumamente
significativo. No es una cuestión de confianza por un tema que sea superfluo o
innecesario, no. Estamos hablando del guardián de la Constitución: el Tribunal
Constitucional.

— Y esa era claramente una prioridad para su gobierno.

Claro, porque recuerde que está en la política de gobierno que tenemos. El primer
[eje de las políticas] es integridad y lucha contra la corrupción…

—Sin embargo, el mandato de los magistrados había vencido en junio. Tuvo


tres meses para poder plantear esa reforma y esa cuestión de confianza.

Pero es una potestad del Congreso que determine el procedimiento plural,


transparente, con participación ciudadana. Cuando ellos dicen “lo vamos a elegir en
un plazo perentorio, con este procedimiento”…, es ahí cuando decimos no. Pero si
en junio hubieran planteado que iban a elegir con ese procedimiento, en junio
hubiéramos planteado la cuestión de confianza.

—Pero la decisión de hacer la elección por invitación y no por concurso se tomó


en agosto…
[Nota de Redacción: En realidad fue en noviembre del 2018]

No. ¿Cuándo se eligieron a los 11 candidatos?

—Pero la forma de elección se definió en agosto. El método de elección que


ustedes cuestionan ya estaba planteado desde al menos un mes antes de que
mirasen el tema.

Pero no se aplicaba. Nosotros hemos levantado nuestra voz desde el momento que
eligieron a los 11 candidatos en media hora.

—¿La cuestión de confianza sobre el método de elección del TC no se hizo en


represalia por el archivo de adelanto de elecciones?
O sea, la actitud... no. A ver, el archivo de este proyecto de reforma constitucional
para las elecciones fue el jueves.

—Y el viernes presentaron la confianza.

Si es que el jueves íbamos a tener un nuevo cronograma para tener elecciones en un


corto plazo, obviamente íbamos a canalizar la forma de superar el entrampamiento
que teníamos, pero se fue al archivo. Como un hecho adicional y complementario,
ya teníamos nosotros, el día lunes, la convocatoria de la designación [de
magistrados] para presentar ese tema. Entonces, tomamos la decisión de plantear la
cuestión de confianza.

—Hubo algunas dudas sobre la constitucionalidad de la medida. Yo sé que


ustedes creen que está dentro del marco de la Constitución, pero hay algunas
voces de constitucionalistas reputados, expresidentes del Tribunal
Constitucional, que creen que no se puede hacer esta interpretación de la
denegación fáctica de la confianza. La OEA también ha recomendado que el TC
se pronuncie sobre el tema. ¿Usted cree que la Comisión Permanente debería
presentar una demanda competencial para aclarar el panorama?

Lo que yo creo es que todos debemos respetar la ley y la Constitución, y lo creemos


en función de la información legal y la precisión de muchos constitucionalistas.
Hemos visto catedráticos de reconocidas universidades que opinan sobre el tema,
donde dicen que está completamente claro que el proceso es correcto. No tengo
ningún problema. Ahora, también nosotros respetamos la competencia de todas las
instituciones. Así que, si en algún momento hay una opinión del Tribunal
Constitucional sobre este o cualquier otro tema, la acogeremos y la respetaremos.

—QUIEN TOMA LA DECISIÓN SOY YO—


—Ha habido varios cambios en el Gabinete Ministerial. Los primeros que se
filtraron fueron los del ministro de Economía, Carlos Oliva, y el del canciller de
ese entonces, Néstor Popolizio. ¿Por qué decidieron no continuar en el
Gabinete?

El ministro de Economía tiene una enorme responsabilidad y una gran carga laboral,
y también un trabajo de mucha presión y tensión. El ministro Oliva ya el 28 de julio
me dijo que por motivos de carácter familiar me iba a acompañar [solo] unos meses
más. Yo comprendí. [Los cambios] no son producto de la crisis ministerial que se
genera por la denegatoria de la confianza, sino que ya había un programa de
renovación que estaba pendiente. Es parte del proceso.
—El primer ministro Vicente Zeballos declaró en una entrevista en Canal N que
en el Gabinete hubo algunas voces que levantaron observaciones. Entre ellas,
sobre todo, la del entonces primer ministro Salvador del Solar. ¿Cuáles fueron
las observaciones de Del Solar a la propuesta?

No, mire. Como hemos conversado hace algún momento, este es un proceso inédito.
Sobre este procedimiento no hay nada escrito. Se tiene que ver qué se firma, quién
firma el documento, quién lo procesa, dónde se presenta. Todos esos detalles entran
a un análisis. Entonces, se dan diferentes opiniones al respecto.

—¿Cuáles fueron las observaciones puntuales de Del Solar?

Por ejemplo, quién firma, porque la decisión de la disolución del Congreso es una
decisión presidencial. O sea, quien toma la decisión soy yo. Yo tomo la decisión a
través de un decreto. ¿Qué dice la norma? Que cuando yo firmo un decreto tiene
que ser refrendado por un ministro. Entonces, quién refrenda. Sobre eso había una
discusión. ¿Refrenda el primer ministro o refrenda el ministro de Justicia? Quien toma
la decisión soy yo, porque alguien ha dicho que tenían que firmar todos los ministros.
No, este no es un acuerdo del Consejo de Ministros. Esta es una decisión presidencial.
Yo asumo la responsabilidad de este acto de disolución, porque está todo el proceso
al que hemos llegado y está plenamente justificado, legal y constitucionalmente.

Después de que el primer ministro Salvador del Solar se presentó y sustentó la


cuestión de confianza en el pleno con todo su Gabinete, vinieron aquí a Palacio de
Gobierno. Yo los esperé. Así como los acompañé a la salida de Palacio para que
vayan, los esperé al regreso y de ahí hemos estado en una sesión continua hasta que
di el mensaje disolviendo el Congreso. Después, hemos estado analizando y
debatiendo cómo implementar la medida, porque ya estaba la decisión tomada.

—La tomó usted.

Así es…

—Y se la comunicó al Consejo de Ministros…

La tomamos en conjunto, pero quien decide soy yo, porque finalmente es una
prerrogativa presidencial y así está en la Constitución. El presidente de la República
puede disolver el Parlamento y convocar elecciones.
—¿Algún ministro cuestionó la constitucionalidad de esta interpretación fáctica
[para disolver el Congreso]?

No, ninguno. Ahora, no es que hayamos dicho uno por uno: ¿estás de acuerdo?
Simplemente en esta reunión había el planteamiento de cómo se le implementa, de
si firma, quién firma; es un decreto, pero tiene que ser supremo…

—La logística, digamos.

La implementación.

—Este ha sido un momento histórico para el país, porque es la primera vez que
un presidente usa la prerrogativa constitucional de disolver el Congreso. ¿No le
preocupa que haya una sombra de duda cuando miremos de acá a 20 años
sobre esta medida?

No, en absoluto, porque van a ver que esta acción está correlacionada con las
acciones subsecuentes. ¿Cuándo es que se generan estas dudas? Cuando uno usa
alguna institución o herramienta legal para beneficiarse, para alargar un período,
para perpetuarse en el cargo, como ocurrió en 1992. Aquí hay una clara intención de
mi gobierno y mi condición de presidente de respetar explícitamente el plazo.
Nosotros de ninguna manera vamos a estar un día más allá del 28 de julio del 2021.

El presidente Martín Vizcarra brindó su primera entrevista a El Comercio tras la


disolución del Congreso. (Foto: Lino Chipana / El Comercio)

—ELECCIONES—
—¿Ahora sí podemos decir que el adelanto de elecciones generales al 2020 no
es una opción?

Desde que lo planteamos lo hemos puesto en manos del Congreso, porque la única
institución que puede modificar la Constitución es el Congreso de la República, y
para adelantar las elecciones se necesita una modificación de la Constitución. Ahora
no hay Congreso. El Congreso se va a elegir el 26 de enero. Entonces, ahora en la
práctica no hay forma de plantear un adelanto de elecciones. Ahora, uno puede decir,
en ese momento [cuando se elija al nuevo Congreso] lo hacemos. Hay que ver si en
ese momento se justifica, si hay tiempo para hacer el proceso. Puede que el
cronograma nos arroje [el proceso] hasta el año 2021 y ya entonces no tendría
sentido.
—Algunas personas están preocupadas por la calidad de parlamentarios que
podrían entrar en este ‘minicongreso’ de un año que se elegiría en enero. ¿Qué
expectativa tiene del Parlamento que se podría formar en el 2020?

Mire, yo siempre creo que hay peruanos que están dispuestos a trabajar por el Perú,
independientemente del plazo. Toda la ciudadanía debe hacer un esfuerzo de elegir
dentro de todas las posibilidades a los mejores candidatos.

—Usted no tiene un partido político, ¿cuál va a ser su rol durante esta campaña
electoral? ¿Va a mantenerse al margen?

Como gobierno, absoluta neutralidad. Las elecciones son el 26 de enero. Yo ya he


coordinado y le he pedido al nuevo canciller, Gustavo Meza-Cuadra, que
inmediatamente haga las gestiones y solicite que los organismos internacionales
más reconocidos acrediten una misión para que puedan verificar la transparencia de
este proceso electoral. Nuestro rol como gobierno es garantizar la limpieza y la
transparencia de este proceso electoral.

—MERCEDES ARAOZ—
— Mercedes Araoz, quien todavía es vicepresidenta, tuvo una participación
interesante en medio de la crisis de la disolución del Congreso. ¿Cuál es su
evaluación del rol de Araoz en estos días?

Yo soy ingeniero, no soy abogado, y exactamente no sé cuál es su situación legal


actualmente. Eso justamente le he pedido al primer ministro –él sí es abogado–, que
a través del Ministerio de Justicia vea exactamente cuál es su situación, porque yo
entiendo que hay cargos que son irrenunciables. Por ejemplo, un congresista de la
República ya no puede renunciar. Ahora ya no hay Congreso, porque se ha usado un
mecanismo de disolución. Pero el presidente de la República y los vicepresidentes sí
pueden renunciar. Entonces, si esa es tu voluntad, tu derecho, como ciudadano, no
creo que haya alguien que te lo vaya a impedir.

—Más allá del tema netamente jurídico –yo tampoco soy abogada–, ¿usted
creería que sí podría renunciar si eso es lo que quiere?

Yo creo que sí. Yo creo que a nadie lo pueden obligar a ejercer un cargo que no
desea. Yo creo que es un derecho de todo ciudadano renunciar a un cargo que no
desea ejercer.
Vizcarra discrepa de las acciones políticas y legales que tomó la vicepresidenta
Mercedes Araoz. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)

—¿Y cuál es su opinión respecto al accionar de Mercedes Araoz?

Yo siempre he tenido una relación de cercanía con la señora Araoz. Yo mantengo


esta estimación por ella, independientemente de que yo discrepo de los actos
políticos que ha tenido, políticos y legales, porque no se puede decir “he
juramentado, pero era de mentiritas”…

—Pero eso dijo…

Por eso, es un acto político y es un acto jurídico. Jurar ante una institución, ante
personas que en ese momento ya no tenían el rol de congresistas, porque ya se
había hecho el anuncio y firmado el decreto de disolución del Congreso. Que
después, un poco mirando en perspectiva, haya dicho: “Oye, lo que hice no era lo
correcto o lo hice presionada o me sorprendieron”. Yo no estoy de acuerdo con
todo ese accionar. Independientemente de eso, como persona yo mantengo la
estimación por la señora Araoz.

—¿Si Mercedes Araoz le decía que ella sí renunciaba junto con usted, usted
hubiese renunciado en lugar de disolver el Congreso?

No.

—¿Y por qué le preguntó entonces?

Yo quería saber simplemente. Yo le pregunté a la señora Araoz si en caso de que


un presidente deje de serlo, si se muere, si renuncia o si lo vacan. Si fuera
cualquiera de las tres, qué haría, nada más. Yo continúo, me dijo. Solamente era
para [tener la] información. Nada más.

—¿Por simple curiosidad?

Por simple curiosidad. Si yo en ese momento tenía la seguridad de que la


interpretación del Congreso era que si no hay presidente y no hay vicepresidente,
entonces se convocan elecciones generales, sí lo hacía [renunciaba]. Pero yo he
escuchado opiniones de congresistas diciendo que “si renuncia el presidente,
convocamos elecciones del presidente, pero el Congreso continúa”. Por eso nunca
estuvo dentro de mis posibilidades renunciar.
—LO QUE SIGUE—
— Tiene cuatro meses para hacer todo lo que no ha podido antes y siempre ha
querido, porque decía que este Congreso no se lo permitía. Ahora puede
legislar a través de decretos de urgencia, con ciertas limitaciones. ¿Qué va a
hacer en su gobierno en estos cuatro meses?

Vamos a continuar nuestro esfuerzo por tener resultados en beneficio de la


población. Pero como bien lo dice, no tanto es porque no tenemos Congreso,
porque tampoco vamos a hacer uso y abuso de los decretos de urgencia. Nosotros
vamos a hacer estrictamente lo que sea necesario en estos cuatro meses, pero
vamos a estar enfocados 100% en la función ejecutiva para mostrar una mayor
cantidad de resultados que si estuviéramos también distraídos precisamente en
entrampamiento político.

—¿Pero tiene algunas ideas puntuales sobre qué cosas le gustaría hacer?

Si bien no hay la obligación de una presentación del primer ministro en el


Congreso para dar su plan de trabajo, igual, yo le he pedido que prepare, y seguro
en dos o tres semanas va a haber un planteamiento de en qué se va a fortalecer el
accionar del Ejecutivo para tener mejores resultados en beneficio de la población.

—O sea, no hay un tema puntual que estaba siendo bloqueado por el


Congreso y que ahora ya pueden sacar, sino que van a elaborar un plan…

Es en general el entrampamiento. Es en general en todas las acciones, pero yo le


aseguro que vamos a hacer un programa de acciones, que vamos a dar a conocer
en todos los campos, para que se note el impacto en beneficio de toda la
población.

—¿Van a hacer cambios en el proyecto de presupuesto ahora que no lo tiene


que aprobar el Congreso?

Quizá algunos ajustes sí, pero respetando la disciplina fiscal, respetando la


responsabilidad con la que estamos acostumbrados a manejar nuestra economía.
Eso lo tiene absolutamente claro nuestra ministra María Antonieta Alva.

— ¿Va a haber más presupuesto para gobiernos regionales? ¿Más de lo que se


tenía pensado?
En lo que estamos haciendo el esfuerzo es en que los proyectos que son regionales
tengan su presupuesto desde el inicio del presupuesto regional, porque gran parte
de ello [del presupuesto] está en el ministerio y en los primeros meses del próximo
año recién se transfiere del ministerio a la región. En lo que estamos haciendo el
esfuerzo no es en crear más presupuesto, porque el presupuesto ya está, sino en
que parte de ese presupuesto que está en los ministerios aparezca en el
presupuesto inicial de apertura de los gobiernos regionales y locales.

— Rosa Bartra ha llamado a su gobierno “comunismo vizcarrista” y varios


miembros de la Comisión Permanente hablan del castrochavismo que se
avecina. ¿Qué dice a esos comentarios?

Después de toda la forma en que ha actuado la señora Rosa Bartra, no merece que
se le responda nada. Estamos en esta decisión porque ella archivó el proyecto de
adelanto de elecciones. Y luego ella hizo el pedido de adelanto de elecciones,
imagínese. Mire la inconsciencia de algunas personas cuando ejercen cargos de
autoridad. Nosotros siempre hemos dicho que, en este gobierno, para cada
decisión que tomamos ponemos al Perú primero. Aquí no, ven primero su interés.
Entonces, archivo el proyecto de adelanto de elecciones. Ahora, por otras
circunstancias son disueltos, y ahora sí [piden] adelanto de elecciones. ¿Se dan
cuenta de que solo se actúa en función de intereses personales? Con ese tipo de
actitudes no le respondo nada, ya el pueblo le ha respondido a ella.

— ¿Usted puede asegurar que su gobierno va a seguir defendiendo el libre


mercado?

La política económica del gobierno se sustenta en promocionar la inversión


privada. Por supuesto que fomentamos y alentamos la inversión privada con reglas
claras. Alentamos la inversión privada, siempre pidiendo una sustentación
ambiental y social. Es muy importante la inversión privada para nuestro gobierno.

—La Confiep es una de las instituciones que se han pronunciado en contra de


la disolución del Congreso. ¿Cómo recuperar la confianza del empresariado?

Una cosa es tener la confianza del empresariado y otra cosa es tener la confianza
de la Confiep. Nosotros sí tenemos la confianza del empresariado, que sigue
creyendo y que sigue invirtiendo en el Perú. Ahora, yo no recuerdo en el año y
medio del gobierno algún comunicado de la Confiep a favor del gobierno. Pero el
empresariado, y no estoy hablando simplemente de las grandes empresas, [sino
también] las pymes, sí confían en el gobierno, sí respaldan al gobierno y a ellas nos
estamos refiriendo y a todas para que se sigan dando las condiciones para que
sigan invirtiendo en el Perú.

—PROBLEMAS—
—La informalidad es uno de los grandes problemas del país.

[Asiente].

— Usted ha vuelto a nombrar a Edmer Trujillo ministro de Transportes y


Comunicaciones. El ministro Trujillo salió de la cartera la última vez después
de que ocurrió un incendio en un terminal de Fiori [que causó 17 muertes]. Se
reveló que había dado más de 100 licencias a terminales en el país. Él luego
declaró a este Diario que había muchas cosas que hacer en el ministerio, que
básicamente no se podía dar abasto para todo. ¿Por qué lo vuelve a poner en
la cartera?

En el tiempo en que estuvo, hizo una planificación y un orden de todos los


proyectos de infraestructura que tiene el Ministerio de Transportes; coordinó
estrechamente con todos los gobernadores regionales. [Ellos] son los que más han
reconocido su regreso a este cargo. Tiene razón, eso no solamente tiene que ver el
MTC, tiene que ver el tema legal, formal, reglamentario. Eso lo asumió
autocríticamente, que no dio la misma importancia al tema. Hay lecciones
aprendidas, con esa exigencia es que él retoma el cargo para continuar con todo lo
que estaba haciendo en coordinación, pero también poner todo el esfuerzo en
trabajar en estos temas que usted ha mencionado.

— Usted se había pronunciado en contra de que se devuelva el dinero de


Chaglla a Odebrecht. La procuraduría parece haber cambiado de opinión y
ahora está alineada con la fiscalía en que se devuelva el dinero a Odebrecht.
¿Qué opina de eso?

Somos respetuosos de la independencia de poderes. Respetamos lo que digan,


pero también tenemos derecho a opinar. Es lo que siempre hemos manifestado y
damos nuestra opinión con el mejor ánimo de que si los acuerdos pueden
perfeccionarse en algún momento, lo hagan. Nosotros hemos dicho que
finalmente lo que determine el Ministerio Público, y que luego convalide el Poder
Judicial, obviamente tenemos que respetarlo.

—Pero no les tiene que gustar.


No nos tiene que gustar. No tenemos que coincidir necesariamente.

—Su gobierno ha estado basado en el apoyo de la calle. Pero su popularidad


ha dependido también de la confrontación con el Congreso. ¿Siente que va a
estar a la altura de la expectativa de la ciudadanía para poder mantener el
apoyo popular sin un Congreso opositor?

Nosotros tenemos que estar a la altura de la responsabilidad que tenemos siempre,


con oposición o sin oposición. Tenemos que trabajar en función de las
convicciones que tenemos y una de ellas es la lucha contra la corrupción. Entonces,
cuando había que tomar y hacer acciones fuertes para luchar contra la corrupción,
lo hacíamos, y no lo hacíamos en función de que esto va a levantar nuestra
popularidad. Lo hacemos por convicción.

—EL 2026—
—¿Tiene intenciones de volver a postular a la presidencia en el 2026?

Está tan lejos que… Hablemos de aquí al 2021 primero. Y obviamente en el 2021 no
voy a postular.

—¿Le gustaría volver a ser presidente?

Primero tengo que terminar esta gestión.

—¿En otras circunstancias?

Quiero que todo mi esfuerzo, concentración, dedicación, esté abocado al año


2021… Después le prometo otra entrevista y hablamos del futuro.

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