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Presentado Por:
CODIGO. 52.919.289
TUTOR
SEBASTIAN CORRALES
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Antecedentes
Si de algún modo los colombianos quisiéramos explicarnos las razones que dieron origen a
la violencia de los últimos cincuenta años en nuestro país, tendríamos que empezar por la
tierra. Si bien no ha sido el único factor determinante, también es cierto que sí ha sido
común el hecho de que todos los actores del conflicto han luchado por tenerla, tal y como lo
señala el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), “la apropiación, el uso y la
tenencia de la tierra han sido motores del origen y perduración del conflicto armada” (2013,
21).
Desde principios del siglo XX se registra cómo en Colombia la tenencia de la tierra ha sido
motivo de conflicto. Principalmente, la generación de este se dio como consecuencia de
prácticas monopolistas por parte de capitalistas que se fueron apropiando de la tierra,
dejando así el campesino sin ningún derecho a la misma y convirtiéndolo en un mero peón
al servicio de éstos. Así mismo, la ausencia de políticas estatales que intervinieran tanto en
evitar estas prácticas, como en regular lo relacionado con la apropiación de los llamados
terrenos baldíos: “las caracterizaciones de los primeros decenios del siglo XX presentan un
panorama de tensiones generadas por la monopolización de la propiedad, el desorden de las
formas de apropiación de las tierras baldías y la ausencia de legitimidad de la propiedad
(…)” (Fajardo, 2014, 8).
Precisamente, esta tensión generada por las apropiaciones de los grandes terratenientes,
produjo una de las primeras movilizaciones en favor de la tenencia de la tierra por parte de
los indígenas caucanos, encabezada por Quintín Lame. Este, indígena Páez, impulsó un
movimiento tanto en el Cauca como en otros departamentos, a fin de lograr que a los
indígenas se les reconociera el derecho ancestral sobre la tierra, e igualmente igualdad
política que les permitiera llegar al Congreso de la República y gestionar leyes que les
favorecieran.
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Este movimiento, no obstante la fuerza que alcanzó a adquirir, fue reducida por los dueños
de las haciendas (directamente afectados) que, con la anuencia del Estado, también
disolvieron varios resguardos indígenas y se apropiaron de sus tierras. Así, este conflicto
entre los grandes dueños de la tierra y campesinos e indígenas, no sólo se mantuvo durante
estos años, sino que se agudizó en la medida en que se diversificaron los intereses sobre la
tierra y por ende nuevos actores entraron a formar parte del mismo.
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Tierra y post-acuerdo
Sin duda, uno de esos temas complicados que van a tener que enfrentar es el relacionado
con la tierra. Si bien el gobierno ha iniciado una campaña de restitución de tierras, para
lograr ser efectivo en este objetivo, deberá poder hacer frente a al menos dos obstáculos. En
primer lugar, lo relativo a lo que se conoce como “compradores de buena fe”; es decir,
personas que legalmente compraron tierra que en algún momento fue robada a campesinos
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y que tras un complejo entramado legal se legalizó y se vendió. En segundo lugar, lo que
tiene que ver con los terrenos baldíos.
Ahora bien, en el marco del post-acuerdo, se puede decir que el último acuerdo logrado
entre las FARC y el gobierno colombiano si bien establece principios generales en cuanto a
lo que se ha denominado una reforma agraria, y estos entran a modificar, no entraña
reformas sustanciales en lo que se refiere a la mecánica establecida para solicitar la
restitución de tierras.
Los terrenos baldíos es otro tema crítico. Ahora mismo cursa en el Congreso de la
República el Proyecto de Ley 157 de 2016 que busca fortalecer derechos de quienes hayan
tomado control de estos, pero es necesario decir que este proyecto favorece principalmente
a grupos económicos que han venido apropiándose de estos terrenos.
Es importante anotar que la ley no sólo contempla la restitución efectiva de las tierras, sino
que en caso tal se da un proceso de acompañamiento y apoyo al campesinado a fin de que
pueda desarrollar proyectos productivos que les permitan una calidad de vida real. Así
mismo, si bien este es un proceso que tiene poderosos opositores, ya se han dado procesos
de restitución efectiva de tierras (Granada, Antioquia; Sotará, Puracé, Caldono y otros
municipios del Cauca) que permiten pensar que de algún modo el mecanismo legal
implementado es efectivo. De algún modo, está en la comunidad misma y en el apoyo tanto
oficial como no oficial (ONGs) lograr más logros en este propósito.
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CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFÍA
Centro Nacional de Memoria Histórica. (2013). ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra
y dignidad, Informe general. Recuperado de www.centrodememoriahistorica.gov.co
Fajardo, D. (2014). Estudio sobre los orígenes del conflicto social armado, razones de su
persistencia y sus efectos más profundos en la sociedad colombiana. Bogotá: Universidad
Externado de Colombia.