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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MORELOS

LICENCIATURA EN ENFERMERÍA
TERCER SEMESTRE “A” VESPERTINO

PROCESO DE ATENCIÓN ENFERMERÍA APLICADO A UN PACIENTE


CON FRACTURA SUPRACONDILEA FEMORAL IZQUIERDA

DOCENTE: L.E. JUAN C. MARTINEZ MARTINEZ

ALUMNO: MONTES DE OCA QUEBRADO LUIS ALFONSO

ZACATEPEC MORELOS, DICIEMBRE DEL 2018


CONTENIDO

 Introducción
 Objetivos
 Objetivo General
 Objetivos Específicos
 Justificación
 Marco Teórico
 Factores De Riesgo
 Signos Y Síntomas
 Plan de Cuidados de Enfermería
 Conclusión
 Bibliografía
INTRODUCCIÓN

La enfermería es una ciencia en la que cada día se crean nuevos


conocimientos sobre la atención y prevención de enfermedades, una
herramienta de gran ayuda para lograr esto es el proceso de atención
enfermería.
El plan de atención enfermería es un proceso sistematizado, y de
suma importancia para los profesionales de enfermería en la atención
integral del paciente. En este caso clínico el plan de atención de
enfermería se realizó a través de la recolección de datos, entrevista,
examen físico, elaborado de diagnóstico, planificación de las
acciones, ejecución de estas mismas y al finalizar se realizó una
evaluación de estado de salud del paciente. La necesidad de elaborar
este proceso de atención enfermería fue para detectar los factores de
riesgo que existen en el paciente y así fomentar el cuidado, la
promoción de la salud, la prevención de las enfermedades, mejorar la
calidad y estilo de vida. Al analizar estos factores y realizar mismo
diagnostico ayudo a reforzamiento de conocimientos adquiridos
durante mis primeras practicas del tercer semestre en el Hospital
General de Zacatepec No 5 contrarrestando la dificultad de distinguir
diversos diagnósticos.
OBJETIVO GENERAL:

Aplicar un proceso de atención enfermería a un paciente con fractura


supracondilea femoral izquierda para mejorar su estado de salud y
aumentar sus años de vida por medio de técnicas de valoración, de
análisis y deducción para llegar al manejo adecuado de nuestro
paciente en mis primeras practicas durante el mes de noviembre y
diciembre en el Hospital General de Zacatepec.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
 Realizar los planes de cuidado de acuerdo a los patrones
alterados.
 Proporcionar los cuidados necesarios para el paciente con
fractura supracondilea femoral izquierda y ayudarlo a incorporase
de nuevo a su vida.
 Identificar factores de riesgo que pongan en peligro a nuestro
paciente.
 Detectar signos y síntomas adversos que puedan complicar el
estado de salud de nuestro paciente.
 Dar una adecuada enseñanza sobre la patología y el manejo de la
misma tratando de contestar las mayores dudas que nuestro
paciente pueda tener.
JUSTIFICACIÓN

El motivo de realizarle a un paciente este Proceso de Atención


Enfermería es para poder determinar cuidados de Enfermería en base
a los diagnósticos reales o potenciales de salud de acuerdo a su
patología. Nuestras intervenciones serán puestas en práctica para
poder brindarle una buena calidad de vida a nuestro paciente y poder
brindar satisfacción parcial o total de su salud.

También se pretende que la paciente adquiera conocimientos previos


antes de la intervención quirúrgica para que mejore totalmente su
cuidado. Es necesario estudiar la patología de nuestro paciente para
tener en claro que cuidados necesita.
MARCO TEORICO

Fractura del extremo distal del fémur


Dr. BARTOLOMÉ T. ALLENDE

Resumen: Se presentan 26 fracturas recientes y complejas del


extremo distal del fémur, tratadas con reducción lo más anatómica
posible, osteosíntesis estable con clavo placa de 95 grados y
movimiento precoz en pacientes adultos o ancianos.
Se las divide en Grupo I: fracturas producidas por un traumatismo
violento, con frecuencia expuestas, complejas, interarticulares, en
adultos jóvenes (33,7 años) con buena calidad ósea. En la mayoría de
los casos indicamos osteosíntesis estable más autoinjerto óseo. Grupo
II: fracturas producidas por un traumatismo leve, generalmente
ancianos (75 años) con mala calidad ósea, más frecuente en mujeres.
La osteosíntesis puede estar indicada después de evaluar prolijamente
al paciente y a la fractura; de realizarla, el cirujano debe tener suficiente
experiencia en osteosíntesis; para obtener estabilidad es conveniente
agregarle injerto óseo, que da mayor soporte estructural, compresión,
y en ciertos casos metilmetacrilato.
La osteosíntesis se efectúa por un abordaje amplio levantando el
mecanismo extensor, que facilita el diagnóstico correcto, la reducción
anatómica y estabilización, sin aumentar la morbilidad postoperatoria.
En casos bien seleccionados, la osteosíntesis estable mejora el
resultado funcional cuando está bien indicada y realizada, y se
comienza precozmente con rehabilitación, como lo demuestra el 78,5%
de resultados buenos o excelentes que tuvimos con un seguimiento
entre 2 y 19 años.
La fractura del extremo distal del fémur es una lesión traumática
importante que deja con frecuencia como secuela deformación,
inestabilidad, limitación del movimiento y alteración degenerativa. Se
localiza en los 9 cm distales del fémur 7 (o en un cuadrado cuyo lado
tiene el mismo largo que la parte más ancha de la epífisis.
Esta fractura se presenta en niños, adultos jóvenes o ancianos y se
produce por un traumatismo en hueso normal o patológico. Debe ser
diferenciada puesto que tiene un mecanismo de producción, una
fisiopatología, calidad ósea, lesiones asociadas, tratamiento y
pronóstico diferente.
Desilusionados con el tratamiento incruento en las fracturas
inestables, desplazadas e intraarticulares, se comienza a principios de
la década del '70 a indicar con mayor frecuencia cirugía en casos bien
seleccionados y, gracias a un buen estudio preoperatorio, mejor
instrumental quirúrgico, mayor experiencia con el tratamiento
quirúrgico y nuevos conceptos en rehabilitación, se comprueba
ventajas pero también las limitaciones del tratamiento3-6,10,12,13 . Con
las técnicas quirúrgicas actuales y los nuevos materiales e
instrumentos de osteosíntesis, que son regularmente modificados, se
obtienen mejores resultados que los que se conseguían anteriormente.
El tratamiento quirúrgico tiene los riesgos de ser abusado y mal
realizado; tiene complicaciones y limitaciones.
MATERIAL Y MÉTODO
Entre 1973 y 1988 se trataron 26 fracturas desplazadas inestables y
conminutas del extremo distal del fémur en 24 pacientes adultos o
ancianos con reducción anatómica, osteosíntesis estable con clavo
placa de 95 grados, y movimiento precoz, con un seguimiento de más
de dos años.
No se incluyen: pacientes operados después de los 45 días del
accidente, en los que se empleó algún otro método de osteosíntesis;
los que no volvieron a control postoperatorio; los con fracturas
patológicas, fracturas en niños o fracturas en pacientes con reemplazo
total de rodilla.
La edad varió entre los 15 y los 93 años (promedio 49,6 años); catorce
eran mujeres y diez varones. La edad promedio para varones fue de
35,2 años y para mujeres de 59,9 años.

Clasificación
Seguimos la clasificación de la AO, que se basa en el estudio
radiográfico: fracturas del extremo distal del fémur3, 4 . Se las divide
en Tipo A — extraarticular—, Tipo B —articular parcial— y Tipo C —
articular completa—. Estos tipos principales de fracturas son divididos
en grupos y subgrupos siguiendo una escala progresiva de severidad
(Al, A2, A3; B1, B2, B3; C1, C2, C3)6, 8.
En esta clasificación es importante considerar : la edad del paciente, o
sea fractura en el adulto joven, en el anciano, y con o sin patología
previa o asociada, factores éstos que influyen en el tratamiento y el
resultado final.
La complejidad y desplazamiento de la fractura dependen de la
severidad, del mecanismo de producción del traumatismo y de la
calidad ósea. Teniendo en cuenta esto las hemos agrupado en:
Grupo I: En 15 pacientes la fractura se produjo por un traumatismo
directo y violento; de éstos, 9 eran varones; el promedio de edad fue
de 33,7 años.
Hubieron siete fracturas expuestas; una fue Tipo I, cinco Tipo II y una
Tipo III-A (Clasificación de Gustilo2 ). La osteosíntesis se efectuó entre
los tres y quince días de acuerdo con la evolución de la herida; en la
actualidad indicamos con mayor frecuencia la osteosíntesis en el
tratamiento primario de la fractura.
Once pacientes tenían fracturas asociadas, generalmente múltiples,
siete en el mismo miembro y de éstos, cinco a nivel de la rodilla (cuatro
fracturas de rótula y una del extremo proximal de la tibia) uno
presentaba fractura bilateral. En los quince pacientes la osteosíntesis
se realizó entre el segundo y decimoquinto días después del accidente;
la mayoría de las fracturas asociadas fueron tratadas en el mismo acto
quirúrgico; no se realizó ninguna patelectomía total para no interferir
con el movimiento precoz.
En los últimos diez pacientes operados, a la osteosíntesis se le agregó
autoinjerto óseo para rellenar defectos óseos y en la cara interna de la
región diafisometafisaria.
En quince rodillas la fractura era intraarticular completa, una tenía una
fractura extraartícular y una articular parcial del cóndilo externo (B3 -
fractura de Hoffa).
Un paciente presentó parálisis del ciático poplíteo externo que
recuperó totalmente. Ninguno presentaba patología previa en su rodilla
y todos tenían buena calidad ósea.

Grupo II: En nueve pacientes la fractura se produjo por un


traumatismo leve, en ocho fue por caída y en uno al intentar reducir una
artroplastia de cadera luxada; de éstos, ocho eran mujeres con
promedio de edad de 75 años; el único paciente varón tenía 65 años y
estaba en prolongado tratamiento con corticoides por su artritis
reumatoidea. Tres pacientes presentaban lesiones asociadas: uno
fractura bilateral, otro fractura de cuello de fémur y el último luxación
de una artroplastia total de cadera, ambas en el mismo lado. Cuatro
pacientes presentaban fracturas previas de cadera ya tratadas.
La osteosíntesis se realizó en ocho pacientes durante los primeros tres
días después del accidente; simultáneamente se efectuó la
osteosíntesis de cadera en uno y la reducción quirúrgica de la
artroplastia luxada en otro. En el paciente con fractura bilateral la
osteosíntesis se realizó en el mismo acto quirúrgico, 45 días después
del accidente, por su tardía derivación.
En cuatro rodillas a la osteosíntesis se le agregó homoinjerto óseo y
en una autoinjerto de hueso.
En tres pacientes se realizó osteosíntesis compuesta con
metilmetacrilato intramedular a nivel de la fractura diafisometafisaria
porque no se pudo obtener una osteosíntesis estable por la mala
calidad ósea, con fracturas A2, A3 y Cl; en uno de éstos se agregó
también homoinjerto óseo en la cara interna del fémur y en otro se
colocó también metilmetacrilato en la osteosíntesis de la tuberosidad
anterior de la tibia para permitirle deambulación precoz.
En cinco rodillas la fractura fue extraartícular (A2-A3) y en cinco
articular completa (C1-C2-C3). En la mayoría de los casos la fractura
fue más compleja que lo que se diagnosticó en el preoperatorío.
Cuatro pacientes tenían patología previa en su rodilla, tres un proceso
degenerativo y otro una lesión secundaria a su artritis reumatoidea,
pero conservaban una aceptable interlínea articular y buen movimiento
activo antes del accidente. Los nueve pacientes tenían osteoporosis.
En este grupo no hubo fractura expuesta.
Tratamiento
El tratamiento dependerá de: una evaluación completa del paciente, del
mecanismo que produjo la lesión, de la presencia o no y extensión de
las lesiones en partes blandas, del examen prolijo de la patología
osteoarticular con buenas radiografías de frente, perfil, oblicuas, con
tracción y de ser necesario tomografía lineal y/o TAC (para conocer la
complejidad y estabilidad de la fractura, el compromiso de la
articulación y la calidad del tejido óseo), de la presencia o no de
fracturas asociadas, lesiones vasculares, nerviosas o ligamentarias,
del tiempo transcurrido desde el accidente, de la cooperación, edad y
necesidades del paciente, de lesiones osteoarticulares preexistentes
en esa rodilla o en otras articulaciones. Se debe tener en cuenta
también la experiencia del cirujano, el adecuado instrumental
quirúrgico y un buen programa de rehabilitación.
Con estos datos, si el cirujano cree, previo meticuloso estudio
preoperatorio, que con cirugía puede obtener reducción anatómica,
osteosíntesis estable y duradera, con un fémur bien alineado, y
comenzar precozmente con movimiento, indicamos tratamiento
quirúrgico de la fractura, que nos dará una rodilla indolora, estable y
móvil, como para terminar con una articulación con función normal y
duradera.
La osteosíntesis rígida no es aplicable a todo tipo de fractura
supracondílea, pero sin duda es un método de gran utilidad porque
alivia el dolor, facilita la enfermería y rehabilitación, reduce la
hospitalización y disminuye la incapacidad.
El objetivo es obtener la máxima función de la rodilla; para esto es
importante mover precozmente en forma suave y progresiva la
articulación, con apoyo diferido. La función favorece la cicatrización y
regeneración del hueso, cartílago y tejidos blandos adyacentes,
disminuyendo la atrofia de todas las estructuras anatómicas y las
adherencias. Una inmovilización prolongada de la rodilla es mala,
especialmente si tiene una fractura intrauricular.
Indicación de osteosíntesis estable:
Fractura reciente inestable, fractura compleja y/o fractura intraarticular
donde no se puede restaurar una adecuada congruencia articular en
paciente con buena calidad ósea, cuando no se puede obtener
alineación del miembro, cuando hay lesión vascular que necesita
reparación, paciente con fracturas o luxaciones asociadas del mismo
miembro, poli-traumatizado donde la reducción y estabilización de la
fractura es importante para la función de la rodilla y el manejo total del
paciente.

Contraindicaciones de osteosíntesis estable:


Fractura infectada, ciertas fracturas con graves lesiones y pérdida de
sustancia en partes blandas y/o hueso, paciente en mal estado general,
fractura compleja intrauricular en paciente anciano con osteoporosis,
en quien por la calidad y severidad de la lesión ósea se hace muy difícil
una osteosíntesis estable, aun agregando metilmetacrilato.
En la estabilización de la mayoría de las fracturas del extremo distal del
fémur se debe solidarizar el segmento epifisometafisario con la diáfisis,
lo que se puede obtener de diferentes formas, de acuerdo con las
características de la fractura epifisaria y preferencia del cirujano, con:
un clavo placa angulado con perfil en U de 95 grados, con una placa
angulada con tornillo de compresión condíleo de 95 grados o con una
placa condílea qué se adapta a la cara inferoexterna del fémur con
tornillos distales epifisarios de compresión .
Cuando se coloca un clavo placa es conveniente que la epífisis tenga
buena calidad ósea y lo suficientemente sana para poder introducir en
forma delicada la rama horizontal y dar estabilidad. En fracturas
intraarticulares se recomienda agregar tornillos de compresión en la
epífisis para mejorar la estabilidad. Técnicamente es la osteosíntesis
más difícil, pero la más estable.
La placa con tornillo de compresión condílea ocasiona menor lesión
ósea al introducir la rama horizontal, pero es necesario resecar hueso,
cosa que a veces no es conveniente; se coloca sobre un alambre guía,
que da compresión y estabilidad; en la fractura intercondílea se
aconseja agregarle tornillos de compresión interfragmentaria en la
epífisis.
En ciertas fracturas intrauriculares muy distales y conminutas (C3) se
recomienda el empleo de placas condíleas de apoyo, diseñadas
anatómicamente para ser utilizadas en el extremo distal y externo del
fémur, que permite la colocación de tornillos de compresión epifisarios
dirigidos en diferentes direcciones, de acuerdo con la ubicación de los
fragmentos óseos. Es de fácil aplicación, pero de las tres la más
inestable; en fracturas muy conminutas se debe agregar una placa en
la cara interna.

Tratamiento quirúrgico
Después de buenas radiografías de frente y perfil, si se piensa realizar
tratamiento quirúrgico colocamos, en jóvenes, tracción esquelética
supra maleolar y se toman nuevas radiografías con tracción.
La cirugía se realiza lo antes posible, previo meticuloso plan
preoperatorio que facilita la correcta selección de los materiales de
osteosíntesis, reducción y estabilización de la fractura, acortando el
acto quirúrgico.
Urgencias quirúrgicas son: fractura expuesta, fractura con lesión
vascular o con síndrome compartimental.
Plan quirúrgico preoperatorio y cirugía:
Teniendo como modelo la radiografía de la rodilla sana que se invierte,
se dibuja el contorno del fémur y se llevan al dibujo los trazos de
fracturas y defectos óseos; esto se realiza en la proyección de frente y
de perfil. Con esta reconstrucción se planea la osteosíntesis. Se marca
la ubicación y número de tornillos de compresión dinámica necesarios
para estabilizar las fracturas intraarticulares, la ventana para la aleta
condílea del clavo placa, y se dibuja la placa sobre la diáfisis del fémur;
esto nos permite seleccionar el largo de la aleta condílea y de la placa
lateral; por lo menos los cuatro tornillos proximales de la placa lateral
deben ser colocados en diáfisis femoral sana. Si el plan quirúrgico es
difícil de dibujar en el papel, la osteosíntesis deseada será difícil.
La cirugía se realiza con el paciente en decúbito dorsal, en mesa
quirúrgica normal con la rodilla en flexión de 45 grados. El campo
quirúrgico incluye todo el miembro inferior y la cresta ilíaca. Operamos
con campo exangüe, empleando una técnica quirúrgica atraumática,
preservando al máximo la circulación de todas las estructuras
anatómicas.
En las fracturas extraarticulares (Tipo A) el abordaje se puede efectuar
por ina incisión lateral; el extremo distal llega hasta 4 cm. por debajo
de la superficie articular. Preferimos generalmente un abordaje más
extenso, que nos permite diagnosticar y evaluar fracturas difíciles de
interpretar por radiografías, reducirlas y estabilizarlas con mayor
facilidad, restaurando la alineación del fémur, la correcta colocación de
la osteosíntesis en los tres planos, examinar la superficie articular de
la rótula y evaluar la estabilidad obtenida con la osteosíntesis. La
incisión es anterolateral, sigue el borde lateral de la rótula, del tendón
rotuliano y de la tuberosidad de la Tibia (Fig. 1). La extensión proximal
depende del tipo y localización de la fractura y distalmente se extiende
hasta cuatro dedos por debajo de la tuberosidad de la tibia. Se secciona
longitudinalmente la fascia lata, levantamos el vasto externo del
tabique intermuscular y de la cara anterolateral del fémur hasta su
inserción en rótula, seccionamos el alerón rotuliano externo abriendo
longitudinalmente la cápsula articular y sinovial, se libera el tendón
rotuliano y la tuberosidad anterior de la tibia, se marca un rectángulo
desde la inserción proximal del tendón rotuliano de aproximadamente
6 cm de largo por 2,5 cm de ancho; antes de levantar la osteotomía se
hacen dos perforaciones en el centro del rectángulo, donde irán los
tornillos para reinsertar la tuberosidad de la tibia. El tamaño del
segmento óseo debe ser lo suficientemente grande para incluir toda la
inserción del tendón rotuliano y permitir una adecuada distancia entre
los tornillos, así como entre éstos y los bordes de la osteotomía. Se
levanta el fragmento óseo con el tendón rotuliano; después de
separarlo de la grasa prerrotuliana que queda unida a la tibia se reclina
proximal-mente y hacia adentro el extremo distal del mecanismo
extensor, dejando ampliamente expuesta la región lesionada del fémur
y la rótula (Fig. 2).
La osteotomía de la tuberosidad de la tibia está contraindicada cuando
la lesión de los tejidos blandos vecinos es importante, en ciertas
fracturas de la tibia donde la cortical posterior en la región
metafisodiafisaría está rota, en fracturas muy desplazadas y complejas
de rótula, en rupturas del extremo distal del cuadríceps o en niños; en
estos casos levantamos el mecanismo extensor por una zetaplastia del
tendón rotuliano o a través de la fractura de la rótula.
Preferimos la osteotomía de la tuberosidad de la tibia porque es un
procedimiento simple, la cicatrización se hace de hueso contra hueso,
se compromete menos la circulación de la rótula y de los tejidos
vecinos y se puede reinsertar el fragmento óseo en forma bien estable,
aun en pacientes ancianos.
Estudiando los trazos de fractura se comienza reduciendo
anatómicamente la superficie articular; los fragmentos óseos se fijan
provisoriamente de acuerdo con su tamaño con clavijas de Kirschner
y/o Davier hasta colocar por la cara externa los tornillos, cuyo diámetro
variará de acuerdo con el tamaño de los fragmentos óseos, teniendo
cuidado que sus extremos no lesionen o queden en contacto durante
el movimiento con e) cartílago articular de la tibia o la rótula, y que no
interfieran con la colocación de la rama horizontal del clavo placa.
Terminada la osteosíntesis de la fractura intraarticular, reducimos y
alineamos anatómicamente el segmento episometafisario con la
diáfisis del fémur, marcamos con perforaciones hechas con una mecha
de 1 mm la ventana y trayecto por donde pasará el ala condílea del
clavo placa, que se coloca en el medio del cuadrante anteroinferior de
la epífisis del fémur a 2 cm de la superficie articular, siguiendo una
dirección paralela a la superficie articular distal y anterior; hacia
adentro, y ligeramente hacia atrás 12 la rama horizontal debe quedar
perpendicular al eje longitudinal del fémur (Figs. 2 y 3). Por esta
ventana se introduce con suavidad un escoplo condíleo hacia la
cortical interna; con la graduación en el escoplo se mide el largo que
deberá tener la rama horizontal del clavo placa, y en fracturas
intercondíleas se coloca un tornillo de compresión interfragmentaria
por delante. Se comprueba que el fémur esté bien alineado en los tres
planos y que el escoplo siga el eje longitudinal del fémur y está ubicado
perpendicularmente a la diáfisis. Retiramos el escoplo y se introduce
el clavo placa definitivo, previamente seleccionado; reducimos
nuevamente la fractura solidarizando la diáfisis sana del fémur con la
placa lateral y se aplica compresión a nivel de la fractura
diafisometafisaria. Se comprueba la reducción obtenida y la alineación
del extremo distal del fémur; se rellena toda cavidad ósea con
autoinjerto óseo corticoesponjoso y colocamos los tornillos. El tornillo
más distal es de esponjosa o maleolar y sigue la dirección de acuerdo
con el trazo de fractura del cóndilo interno, generalmente
pósterointerno, dando compresión a nivel de la fractura.
Todo fragmento óseo cuyo tamaño lo permita se fija con tornillo. Se
coloca injerto óseo en la cara interna del fémur en la zona de fractura
diafisometafisaria.
Se reduce la rótula, el tendón rotuliano y la tuberosidad de la tibia, a la
que se fija con dos tornillos; es imprescindible una osteosíntesis
estable para comenzar con movimientos activos y pasivos (Fig. 3).
Colocamos drenajes aspirativos intraarticulares y se sutura por planos
la sinovial y la cápsula articular, los alerones de la rótula y el tendón de
la fascia lata con la rodilla flexionada, para mantener el cuadríceps en
su posición anatómica, aumentando la estabilidad del mecanismo
extensor.
En ancianos con mala calidad ósea usamos homoinjerto
corticoesponjoso para rellenar la cavidad medular, dando más
estabilidad estructural a la osteosíntesis en la cara interna del fémur.
Siliski y colaboradores 14,15 recomiendan, en ancianos con fracturas
complejas, aplicar compresión a nivel de la fractura metafisaria,
produciendo una impactación con acortamiento del miembro pero
creando estabilidad con la osteosíntesis.
En ciertas fracturas complejas en ancianos con mala calidad ósea, en
las que no se puede obtener buena estabilidad, se indica como
alternativa osteosíntesis compuesta con metilmetacrilato intramedular,
que debe quedar a más de 2 cm de la superficie articular (Fig. 4); el
cemento no debe ser empleado en la epífisis para estabilizar fracturas
intraarticulares complejas.
En fracturas cerradas damos antibióticos en el preoperatorio y
postoperatorio durante las primeras 48 horas; en fracturas expuestas,
de acuerdo con el esquema de tratamiento de toda fractura expuesta.
Una infección es una complicación muy seria.
Instauramos preventivamente tratamiento anticoagulante.

Postoperatorio: Sólo el cirujano que efectuó la osteosíntesis


conoce la estabilidad obtenida, y por lo tanto es el que mejor puede
programar la rehabilitación postoperatoria.
En ningún paciente se empleó inmovilización con yeso u ortesis.
Terminada la operación se aplica vendaje con moderada presión,
manteniendo la rodilla flexionada. Recomendamos el empleo de una
férula de movimiento pasivo continuo de rodilla en el postoperatorio
inmediato, especialmente en pacientes ancianos. El plan de tratamiento
postoperatorio dependerá de la estabilidad obtenida con la
osteosíntesis, del estado de las partes blandas, del estado general del
paciente, de su cooperación y del compromiso de los otros miembros;
no autorizamos la descarga del peso del cuerpo hasta la consolidación
clínica y radiográfica de la fractura. En un paciente de 91 años con una
fractura intraauricular compleja se realizó osteosíntesis compuesta en
la fractura de fémur y en la tuberosidad de la tibia para permitirle la
marcha precozmente a las dos semanas, por problemas personales
(Fig. 4).

REHABILITACIÓN

Tratamiento fisioterapéutico
Desde el día siguiente a la intervención se indican los movimientos
vendados (movimientos que generan presión en el foco de fractura) y
se enseñan las posiciones correctas de acuerdo a las necesidades
antálgicas y ortopédicas. Mediante sesiones cortas y repetidas,
durante las cuales debe prevalecer la ausencia de dolor, se busca
«pulir» la articulación mediante movilizaciones pasivas y activas
asistidas de poca amplitud.
Tiene por objetivo prevenir las complicaciones post-operatorias
tardías, mantener trofismo muscular y mejorar rangos articulares.
restituir la funcionalidad de las actividades de la vida diaria y de la
marcha.

▪ Primera fase
En el aspecto muscular se utilizan técnicas de estimulación para
mejorar eventuales hipotonías. La calidad de la contractilidad muscular
se mantiene mediante contracciones estáticas, primero solas y
después alternadas y/o rítmicas, de los músculos agonistas-
antagonistas peri articulares.
- Ejercicios isométricos de cuádriceps: Ayudan a reestablecer la fuerza
del cuádriceps, que es el principal estabilizador dinámico de la rodilla.
Pueden ser hechos en cualquier sitio a cualquier momento. Contraer el
cuádriceps, presionando la cara posterior de la rodilla, contra una
superficie como la cama o una almohada pequeña, 5 segundos y
relajar. Realizar 4 sesiones diarias, con 20 repeticiones en cada sesión.
- Bombeo con el tobillo: Ayudan a reducir la inflamación. Flexionar y
extender el tobillo lentamente. Realizar hasta 50 repeticiones cada hora
que este despierto, manteniendo la pierna en alto.
- Alzar recta la pierna hacia el frente y de lado: Ayuda a fortalecer los
grupos musculares que intervienen en la estabilidad de la rodilla.
Levantar la pierna hasta un ángulo de 45º aproximadamente y bajarla
lentamente, 10 repeticiones cada vez, hacer 4 sesiones diarias (No debe
esforzarse demasiado).
Todas las sesiones en esta fase deben de finalizar con el uso de
crioterapia, para controlar la inflamación que se generará en la
articulación.

▪ Segunda fase
- Movilizaciones de la rodilla: Uso de bicicleta estacionaria para
promover la movilización de la articulación, sin darle carga aún.
- Ejercicios de carga leve: Ejercicios de puente en tarima para comenzar
a darle carga a la articulación. Apoyo bilateral y unilateral. (Anexo 14)
- Ejercicios de estiramiento: A tolerancia, estiramiento de cuádriceps e
isquiotibiales, para ganar rango articular

▪ Tercera fase
- El aprendizaje del apoyo contacto es largo. En una primera etapa, la
marcha se practica entre barras paralelas. El paciente debe aprender a
levantarse deslizando el miembro operado sobre la cama para
levantarse del lado sano. El terapeuta debe enseñar al paciente a
pensar el movimiento antes de realizarlo. Una vez superada esta fase
profiláctica comienza la marcha con apoyo simulado adecuado. El
apoyo contacto (llamado «apoyo simulado» o «paso virtual»), además
de su interés desde el punto de vista mecánico en lo que se refiere a la
descarga de la cadera, permite mantener el esquema de marcha.
- Cuando se trata de una persona mayor que no puede controlar la
fuerza de apoyo del miembro operado, se utiliza la técnica de retorno
progresivo a la posición vertical mediante plano inclinado.
- El principal criterio de control en la reanudación del apoyo es el dolor.
A menudo es la expresión de una lesión incipiente en el foco de fractura
y obliga a practicar radiografías de control para descartar una
impactación o un desplazamiento secundario. Además de la utilización
del plano inclinado, el apoyo progresivo puede hacerse en hidroterapia,
previa extracción de los hilos y de la aplicación de un apósito adhesivo
de protección. En la práctica, la bipedestación progresiva mediante
inmersión xifoidea en agua equivale al 40 % del peso corporal, es decir,
el 20 % en cada miembro. El empuje hidrostático facilita la circulación
de retorno y ayuda a resorber los edemas por estasis; con chorros de
agua submarinos de presión variable se provoca un efecto sedativo y
miorrelajante que facilita los movimientos habitualmente dolorosos.
- En esta fase las sesiones comienzan con liberación miofascial de la
musculatura cercana a la rodilla y terminan con el uso de corrientes
analgésicas como la corriente interferencial.
- Se mantiene el uso de crioterapia al finalizar la sesión para controlar
la inflamación.

▪ Cuarta fase
- Trabajos específicos de fortalecimiento de cuádriceps e isquiotibiales
concéntricos y excéntricos progresivamente.
- Marcha con muletas, para mejorar el apoyo en la articulación.
- Ejercicios de marcha y carga de rodilla en piscina.
- Continuar con ejercicios de estiramiento para mantener y aumentar el
rango de movimiento.
- Utilización de agentes físicos para provocar analgesia y controlar la
inflamación.

▪ Quinta fase
- Ejercicios de fortalecimiento de miembro inferior con peso corporal
(sentadillas, zancadas) y con máquinas (extensión y flexión de rodilla,
elíptica).
- Marcha y saltos dentro de la piscina.
- Apoyo unipodal y ejercicios de estabilidad unipodal.
- Marcha sin ayuda biomecánica y ejercicios de cambio de dirección.
- A medida que incrementen los ejercicios en cantidad e intensidad se
deberá de manejar la inflamación con el uso de corrientes y crioterapia.
Los ejercicios de estiramiento también deben de mantenerse e
incrementar su intensidad paulatinamente (a tolerancia del paciente).

RESULTADOS
Veintitrés pacientes fueron evaluados clínica y radiográficamente, con
un seguimiento que varió entre los 2 y 19 años (promedio 7,8 años); un
paciente fue incluido por considerarlo de interés: tenía 91 años con 8
meses de evolución (Fig. 4); en el último examen las fracturas estaban
consolidadas, caminaba sin dolor y con movimientos normales para su
edad.
En el examen clínico alejado se evaluó el dolor, marcha, dificultad para
las actividades normales, amplitud de movimiento, estabilidad,
alineación de la rodilla y del fémur comparada con el lado sano,
acortamiento y deformación. En el estudio radiográfico se consideró la
reducción obtenida, la unión de la fractura, aflojamiento o ruptura de la
osteosíntesis, alineación del fémur y disminución de la luz articular.
En dos pacientes con diagnóstico preoperatorio de fractura
extraarticular se observó durante el procedimiento quirúrgico,
levantando el mecanismo extensor, que presentaban fracturas
intraarticulares: una era C2 en una anciana y otra B3 en un paciente de
46 años (Fig. 5). En un paciente con diagnóstico preoperatorio de
fractura C1 se comprobó que presentaba una fractura C3 compleja.
El tiempo promedio de consolidación de la fractura fue de 14 semanas,
siendo más rápida en pacientes jóvenes y con autoinjerto.
No tuvimos ninguna infección aguda en la osteosíntesis del extremo
distal del fémur; en dos pacientes se infectaron otras fracturas tratadas
en el mismo acto quirúrgico, después de la supracondílea.
Hubieron dos tromboembolias, en pacientes tratados preventivamente
con anticoagulantes, venda elástica y ejercicio-, uno fue una señora de
91 años en la que se realizó osteosíntesis compuesta, presentando los
síntomas y signos de esta complicación vascular en el miembro
traumatizado a las dos semanas de operada, cuando había sido dada
de alta y comenzaba a caminar; el otro, un paciente de 46 años con
fractura A2 y B3 en el fémur izquierdo con parálisis del ciático poplíteo
externo y una fractura intraarticular compleja del platillo tibial derecho
(A1-C3); ambas lesiones fueron tratadas simultáneamente con
osteosíntesis y autoinjerto óseo a las 48 horas del accidente,
presentando a los diez días del postoperatorio una trombosis venosa
profunda en el miembro derecho con la fractura de tibia, la que se
infectó y terminó artrodesándose; la fractura de fémur evolucionó
clínica y radiográficamente hacia un retardo de consolidación con una
amplitud de movimiento completa; a los nueve meses la fractura estaba
consolidada clínica y radiográficamente; a los 24 meses de la
osteosíntesis comienza con dolor, edema en el extremo distal del fémur
y fiebre, sin compromiso articular. Curó de su infección con
debridamiento quirúrgico y extracción del material de osteosíntesis
extraarticular, dejándose los tornillos intraarticulares para no abrir la
articulación. El germen aislado fue el mismo que produjo la infección
en la otra rodilla. En la actualidad, 36 meses después de la
osteosíntesis, la fractura está consolidada, con una rodilla indolora y
con función normal (Figs. 5A-B, 5C, 5D).
Tuvimos una seudoartrosis en un paciente de 65 años con artritis
reumatoidea en tratamiento con corticoides, con una fractura A3 en la
que no se colocó injerto óseo; recuperó el movimiento activo normal y
caminó con descarga total del peso del cuerpo desde el quinto mes; al
octavo mes de la osteosíntesis se rompió el clavo placa a nivel
metafisario, tratándoselo satisfactoriamente con extracción del
material de osteosíntesis roto y colocándose cuatro clavos de Rush
desde ambos cóndilos femorales más autoinjerto óseo.
Dos pacientes presentaron parálisis del ciático poplíteo externo; uno
ingresó con la parálisis y no se recuperó, y al otro se le diagnosticó
después de la cirugía (era un traumatizado y se recuperó totalmente).
En ninguno de los dos casos se exploró quirúrgicamente la lesión
nerviosa.

Una paciente de 67 años, obesa, diabética, con escara sacra y fractura


bilateral, en un lado tipo C2 con lesión del ciático poplíteo externo y del
otro lado tipo A3, muy poco cooperativa, fue operada 45 días después
del Figura 5A-B accidente por derivación tardía.; se obtuvo una
osteosíntesis estable con reducción anatómica; se agregó abundante
homoinjerto óseo, terminada la cirugía, bajo el efecto de la anestesia
general; tenía buenos movimientos pasivos. La paciente se alivió de
sus dolores, lo que facilitó su inmovilización; las fracturas
consolidaron en cuatro meses pero terminó con marcada" limitación
de los movimientos, no recuperando la parálisis del ciático poplíteo. En
ningún momento intentó recuperar los movimientos de sus rodillas ni
caminar; a pesar del pobre resultado funcional, la estabilización de las
fracturas permitió la movilización sin dolor de esta paciente obesa y
poco cooperativa.
En un paciente de 81 años con fractura C3 fue difícil restaurar la
anatomía por lo complejo de la lesión, mayor de lo evaluado con los
exámenes radiográficos, y lograr la estabilización, por la mala calidad
ósea. Se utilizó abundante homoinjerto óseo para rellenar la cavidad
medular en la región epifisometafisaria y en la cara interna del fémur
en la región diafisometafisaria. Se obtuvo una reducción buena y
estable. En el postoperatorio se empleó durante los primeros diez días
una máquina de movimientos pasivos con una amplitud de O a 90
grados. Paulatinamente fue perdiendo movimiento, permaneciendo la
rodilla ca- liente y edematizada. A los cuatro meses presentaba
limitación del movimiento, con buena evolución radiográfica de la
fractura y de la superficie articular; a los ocho meses se observa el
comienzo de destrucción en la superficie articular del fémur, que fue
en aumento, lo que hizo que a los doce meses se retirara el clavo placa
con los tornillos (el examen bacteriológico fue negativo); 32 meses
después del traumatismo la fractura está consolidada, con alteraciones
en la superficie articular del fémur (Figs. 6A, 6B y 6C), limitación del
movimiento de -10 a 60 grados, caminando con bastón y ayudada por
bastón.
En tres pacientes ancianos se empleó osteosíntesis compuesta; en dos
de éstos se colocó homoinjerto en la cara interna del fémur y en uno se
le agregó también metilmetacrilato a la osteosíntesis de la tuberosidad
de la tibia para permitirle la marcha precoz con descarga del peso del
cuerpo (Fig. 4).
No hubo alteraciones de importancia funcional en el eje del extremo
distal del fémur. La patología osteoarticular, previa al accidente, no
influyó en el resultado final.
En la evaluación final se siguió la clasificación de Neer y colaboradores
9. El 78,5% de las rodillas tuvieron resultado bueno o excelente, con
una amplitud de movimiento promedio de 100 grados.
Hasta la fecha se retiraron seis clavos placas: uno por molestias con el
material de osteosíntesis de la rótula, extrayéndose en el mismo acto
quirúrgico todos los cuerpos extraños; otro por un importante y rápido
deterioro de la superficie articular del fémur; un paciente solicitó la
extracción por un requisito para entrar en la carrera militar; dos por
indicación de rutina, y el último por una infección extra-articular en el
lugar del clavo placa a los 24 meses de la osteosíntesis, que curó con
la limpieza quirúrgica y extracción del material de osteosíntesis extra
articular; fue examinado a los 16 meses de la última intervención
quirúrgica, con una función normal de su rodilla, sin dolor (Fig. 5). El
promedio del intervalo entre la osteosíntesis y su extracción fue de 27
meses. En los otros pacientes no se la retiró por no creerlo necesario.
Ninguno de los 6 pacientes tuvo complicaciones relacionadas con este
procedimiento.
En tres pacientes se retiró el material de osteosíntesis de la rótula por
molestias.
En ningún paciente fue necesario osteotomía, liberación del
mecanismo extensor, patelectomía, artrodesis, artroplastia o
amputación.

DISCUSIÓN

Las fracturas del extremo distal del fémur son traumatismos poco
frecuentes, generalmente complejos y difíciles de tratar.
En las publicaciones de los últimos años el tratamiento comienza a
inclinarse por la cirugía, con diferentes técnicas quirúrgicas y
osteosíntesis.
Cuando se indica tratamiento quirúrgico debemos recordar que peor
que una fractura articular inestable es una fractura más inestable y/o
infectada.
Esta presentación se basa en el análisis de 26 fracturas desplazadas
inestables tratadas con osteosíntesis con clavo placa de 95 grados y
con un seguimiento promedio de 7,9 años.
De las 23 rodillas operadas que recuperaron buen movimiento (más de
100 grados), la máxima amplitud se la obtuvo dentro de los dos
primeros meses; en los dos primeros casos se realizó movilización
pasiva muy suave bajo anestesia general durante las primeras tres
semanas. Obtenida la máxima amplitud de movimiento, éste no
disminuyó con el tiempo. A excepción de una paciente de 81 años con
una fractura C3 compleja en la que se empleó abundante homoinjerto
óseo para rellenar un defecto en la región epifisometafisaria y presentó
una destrucción progresiva de la superficie articular del fémur hasta la
extracción del material de osteosíntesis.
El resultado final tuvo buena relación directa con la reducción, la
estabilidad y la cooperación del paciente. La reducción y estabilidad
dependieron de la complejidad y localización de la fractura, de la
calidad ósea -y de la técnica quirúrgica empleada, y dentro de ésta el
abordaje es muy importante. Levantamos la parte distal del mecanismo
extensor, en 15 casos por osteotomía de la tuberosidad de la tibia, en
4 por tenotomía en V invertida del tendón del cuadríceps, en uno por
zetaplastia del tendón rotuliano; en las seis rodillas restantes el
abordaje fue lateral (eran fracturas extraarticulares). No tuvimos
complicaciones con ninguno de estos abordajes; preferimos el que
levanta la tuberosidad de la tibia porque es un procedimiento simple
que permite una exposición amplia del extremo distal del fémur y de las
superficies articulares, al terminar la intervención quirúrgica. La
tuberosidad de la tibia queda bien estabilizada por los tornillos de
osteosíntesis y por la reparación de todas las estructuras que
mantienen el cuadríceps en su posición anatómica, aun en pacientes
ancianos, no aumentando el tiempo quirúrgico (Fig. 7).
La cirugía debe hacerse lo antes posible, después de un cuidadoso
plan preoperatorio, con el paciente estabilizado, y se debe contar con
instrumental apropiado.
En los últimos pacientes, a la osteosíntesis le agregamos injerto óseo
(preferimos autoinjerto); en pacientes ancianos usamos homoinjerto
para disminuir la morbilidad y aumentar la estabilidad de la
osteosíntesis.
En ancianos con fracturas complejas se debe evaluar bien al paciente,
sus necesidades personales, expectativa de sobrevida, la calidad ósea
y la fractura, que generalmente tiene una lesión osteoarticular más
importante de lo que se diagnosticó, y con estos datos se analizan los
distintos tratamientos posibles.
De indicarse cirugía, es conveniente seleccionar bien el material de
osteosíntesis y estar preparados para emplear metilmetacrilato si no se
obtiene una estabilidad. En caso de duda es prudente contraindicar la
osteosíntesis estable.
La deambulación con descarga del peso del cuerpo se autoriza cuando
la fractura está consolidada clínica y radiográficamente.
El fin del tratamiento es restaurar lo antes posible en forma estable la
anatomía del extremo distal del fémur y de los tejidos vecinos, para
comenzar precozmente con la recuperación de la función del miembro.
Una reducción anatómica y estable es una condición necesaria pero no
suficiente para obtener un buen resultado funcional duradero; hace
falta movimiento precoz, cooperación del paciente y consolidación de
la fractura.
El éxito de los resultados obtenidos se debió a una cuidadosa
selección y evaluación preoperatoria, a una técnica quirúrgica
meticulosamente programada, con un abordaje amplio, y a una
rehabilitación postoperatoria supervisada por el cirujano.
HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD

Historia Natural de la Enfermedad: Fractura Distal de Fémur Izquierdo


Periodo Pre patogénico Periodo Patogénico

Definición: Fractura de fémur en la


parte distal.

Agente: Físico mecánico por caída en la arena.

Huésped: Persona de la tercera edad con una


alimentación inadecuada y con sobrepeso.
Se observa con frecuencia elevada de fracturas
de fémur en individuos de 60 años de edad debido
a la fragilidad de sus huesos por osteoporosis.

Ambiente: Geográfico: Arena de la playa de


Acapulco y olas de mar con fuerza intensa.

CONTINUA……
PREVENCION PRIMARIA
PROMOCION PARA LA SALUD
1.- Promover y orientar a las comunidades acerca de las visitas
periódicas al médico. En este caso el medico hace un examen de salud,
revisa el funcionamiento orgánico y llega al diagnóstico de salud;
basados en los hallazgos de la historia personal del individuo,
formulara indicaciones para modificar habito u otras condiciones que
pudieran estar acumulándose con peligro para la salud del individuo.
PREVENCION SECUNDARIA
DIAGNÓSTICO PRECOZ
Una vez condicionado el traumatismo de virtual a intenso, se instala la
fractura y el dolor en cadera afectada, referido a rodilla ipsolateral,
incapacidad absoluta para la movilidad en todos sus arcos, la
deformidad en la región, acortamiento y rotación medial de la
extremidad pélvica lesionada y la crepitación ósea nos obliga a
considerar una fractura intertrocantérica.
PREVENCION TERCIARIA
REHABILITACION
El programa de rehabilitación comprende medidas para mejorar y
mantener el estado físico general del individuo. Corrección de
deformidades que restringen la rehabilitación, los movimientos
pasivos y ejercicios activos ayudan al paciente a reanudar el cuidado
de si mismo.
REHABILITACIÓN FÍSICA
Tiene por objeto devolver al individuo su condición de ser
independiente y útil a través de la fisioterapia. Para lograr dicha meta
es necesario un programa de ejercicios según la tolerancia del paciente
a los mismos, tan pronto el paciente pueda hacerlo, se insistirá en que
camine, se le darán instrucciones para el uso apropiado de
aditamentos. Se le enseñara porque es tan importante conservar la
postura corporal adecuada y como lograrlo.
ERIK ERIKSON
Mi paciente tiene 60 años, podemos observar que sale de la etapa
de generatividad frente a estancamiento y entra a la etapa de
integridad frente a desesperación.
Generatividad frente a estancamiento

(Desde los 40 hasta los 60 años aproximadamente). Periodo


dedicado a la crianza de los niños la tarea fundamental aquí es
lograr un equilibrio apropiado entre la productividad y el
estancamiento la productividad es una extensión del amor hacia el
futuro. Tiene que ver con una preocupación sobre la siguiente
generación y todas las demás futuras: teniendo y criando los hijos,
la enseñanza, la escritura, la inventiva, las ciencias y las artes, el
activismo social complementan la tarea de productividad. Al final,
estas personas tampoco logran contribuir algo a la sociedad. Esta
es la etapa de la “crisis de la mediana edad” se pregunta “¿Qué
estoy haciendo aquí?”.
Integridad frente a desesperación

(Desde aproximadamente los 60 años hasta la muerte). Esta última


etapa, la delicada adultez tardía o madurez la tarea primordial aquí
es lograr una integridad con un mínimo de desesperanza Primero
ocurre un distanciamiento social, desde un sentimiento de
inutilidad existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el
cuerpo ya no responde como antes, junto a las enfermedades,
aparecen las preocupaciones relativas a la muerte. Los amigos
mueren; los familiares también parece que todos debemos
sentirnos desesperanzados; como respuesta a esta desesperanza,
algunos mayores se empiezan a preocupar con el pasado. La
integridad yoica significa llegar a los términos de tu vida, y por
tanto, llegar a los términos del final de tu vida. La tendencia mal
adaptativa es llamada presunción. Cuando la persona “presume”
de una integridad yoica sin afrontar de hecho las dificultades de la
senectud.
HISTORIA CLINICA
Paciente de sexo masculino de 60 años de edad, originario de
Coatlán del río, de estado civil casado, con escolaridad secundaria,
de ocupación, pensionado, acude a la religión católico, portador de
padecimientos crónicos de DM2 y has con evolución de tres años,
niega toxicomanías, con vida sedentaria.
Ingresa a hospitalización a cargo del servicio de traumatología y
ortopedia.
Diagnostico medico: Fractura distal de fémur izquierdo.
Diagnostico social: paciente de la sexta década de la vida,
integrado a familia extensa, de nivel sociocultural bajo, con rol de
esposo, padre, abuelo y proveedor, con red de apoyo familiar por
parte de su núcleo.
A la entrevista se encuentra acompañado por su hija n. o.g., a quien
se entrega reglamento del hospital, se orienta sobre importancia
de contar con familiar acompañado en horarios de visita,
importancia del lavado de manos y técnica de lavado de manos, se
orienta sobre donación de sangre.
Paciente refiere el día de ayer a las 17:00 horas al estar en el mar
lo golpeo una ola por la espalda, sufriendo caída, con apoyo en las
rodillas, con limitación para permanecer de pie.
Se encuentra paciente de edad aparente a la cronológica,
neurológicamente integro, cooperador, normo hidratado con leve
tinte ictérico en escoleras, ruidos cardiacos de adecuado tono e
intensidad, campos pulmonares bien ventilados, sin integrar
síndrome pleuropulmonar, abdomen globoso; sin datos de
irritación peritoneal, ni puntos dolorosos con normo perístasis,
con férula de inmovilización de miembro pélvico izquierdo, con
adecuado llenado capilar resto sin compromiso. Radiografía
anteroposterior y lateral con fractura de tercio distal de fémur
izquierdo.
NOTA DE PREALTA / ALTA DEL
SERVICIO DE TRAUMATOLOGIA Y
ORTOPEDIA

Fecha de ingreso: 14/11/18


Fecha de egreso: 01/11/18
Diagnóstico de ingreso: Fractura supracondilea femoral izquierda.
Diagnóstico de egreso: Reducción cerrada y colocación de fijador.

Se trata de paciente masculino de 60 años de edad el cual es


ingresado al sufrir golpe por una ola, siendo golpeado por detrás,
sufriendo caída con apoyo de rodillas, limitando la movilidad.
Los rayos x con reporte de fractura supracondilea femoral
izquierda, manejándose de manera conservador por antecedente
de enfermedad renal crónica, así como diabetes mellitus, el cual se
coloca yeso, metiendo a quirófano para reducción cerrada y
colocación de fijadores, saliendo de quirófano sin ningún incidente
durante el procedimiento, saliendo con signos vitales normales.
Actualmente estable, a la E.F: neurológico integro, cardiopulmonar
sin compromiso, abdomen asigno lógico, extremidad inferior
izquierda con fijadores, con pulsos periféricos normales, con
ligero edema maleolar, resto normal.
con mejoría clínica, se decide su egreso de este servicio, no exento
de complicaciones.
plan:
1. alta del servicio de traumatología y ortopedia.
2. alta abierta a urgencias las 24 horas.
3. cita a la consulta externa de traumatología y ortopedia en 2
semanas.
VALORACIÓN POR PATRONES FUNCIONALES

PATRON 1
PERCEPCION-MANEJO DE SALUD
El Paciente no percibe que su estado de salud no es el óptimo ya
que trabaja, tiene el rol de padre de familia, no acude
constantemente al hospital, sus hábitos higiénicos no son muy
buenos por el cabello largo, barba descuidada, no cubre todo su
esquema de vacunación, el paciente refiere no uso de drogas.

PATRON 2
NUTRICIONAL-METABOLICO
El paciente tiene sobrepeso, presenta diabetes tipo 2
descontrolada, no tiene horarios específicos de sus comidas, su
piel presenta manchas en la frente y con ligera pigmentación
ictérica

PATRON 3
ELIMINACION
El paciente va con regularidad a defecar, no presenta sangre en
sus heces, no utiliza laxantes, las micciones de la orina son
normales, la coloración de la orina es amarillo claro, no presenta
problemas de micción.
PATRON 4
ACTIVIDAD-EJERCICIO
Paciente realiza de manera normal sus actividades cotidianas
como caminar, vestirse y trabajar, pero no realiza ningún deporte
y procura no correr debido a que se cansa con facilidad.
El paciente presenta sonidos cardiacos sin alteraciones, no
presenta isquemia ni arritmia.

PATRON 5
SUEÑO-DESCANSO
El paciente tiene dificultad para dormir por las noches debido a que
le preocupa un taxi que tiene en su casa, el cual alguien más lo está
trabajando y no le da su servicio adecuado, tiene siestas cortas
durante el día, no utiliza medicamentos para dormir, se le nota
cansado durante la entrevista.
PLAN DE CUIDADOS DE ENFERMERÍA

Identificación:

Nombre: _J.S.O.C_ Edad: _60 AÑOS_ Sexo: _MASCULINO_ Servicio: _TRAUMATOLOGIA_ No. Cama: _C 20_

Dx. Médico: _FRACTURA SUPRACONDILEA FEMORAL IZQUIERDA_ Fecha: DICIEMBRE 2018_

Estado de Salud: ADULTO MAYOR CONCIENTE CON 20 DIAS DE HOSPITALIZACION, POSTOPERADO DE REDUCCION CERRADA Y COLOCACION DE
FIJADOR, TIENE LOS SIGUIENTES MEDICAMENTOS CIPROFLEXACINO, DICLOFENACO Y PARACETAMOL, TIENE DIETA BLANDA POR LO QUE EL
PACIENTE HA BAJADO DE PESO, NO PRESENTA DOLOR Y COOPERA CON EL PERSONAL DE ENFERMERIA.

Dominio: 11 Clase: 1 infección Integridad tisular: piel y membranas mucosas


seguridad/protección

RESULTADO ESCALA DE
DIAGNÓSTICO DE ENFERMERÍA (NANDA) INDICADOR PUNTUACIÓN DIANA
(NOC) MEDICIÓN

Etiqueta (problema)(P): Riesgo de infección Mantener en: Aumentar a:

Definición: Vulnerable a una invasión y multiplicación de


organismo patógenos, que pueda comprometer la salud.
Tejido 1-Grave 2 4
cicatricial
Dominio: II 2-Sustancial
Salud
fisiológica 3-Moderado 1 3
Eritema
4-Leve
Factores relacionados (causas)(E):
5-Ninguno 2 4
Enfermedad crónica (Diabetes mellitus) y procedimiento Integridad de
invasivo. Clase: (L) la piel
Integridad ________ _______
tisular
Total: 5 Total: 11
CLASE: L control de la
CAMPO: 2. Fisiológico piel/heridas
INTERVENCIONES (NIC) Cuidados del sitio de incisión
complejo

ACTIVIDADES DESCRIPCIÓN DE ACTIVIDADES FUNDAMENTACIÓN DE ACTIVIDADES

Inspeccionar el sitio de incisión por Se realizará la inspección a través de la La valoración de la herida proporciona la
si hubiera eritema, inflamación o observación para poder detectar eritema información necesaria para tomar las
signos de dehiscencia o alrededor de la herida o signos de infección. decisiones adecuadas con respecto al
evisceración. manejo de la herida. Las decisiones se
deben basar en la causa subyacente de
Se llevará a cabo la vigilancia de manera la herida.
Vigilar el proceso de curación en el diaria la región de la incisión.
Los objetivos de los cuidados deben
sitio de la incisión.
centrarse en resolver los problemas que
pueden presentar la herida y en crear
Se va a realizar la curación de la herida diario, unas condiciones que permitan la
Limpiar la zona que rodea la con una solución antiséptica para prevenir progresión de la herida hacia la
incisión con una solución infección en el paciente. cicatrización.
antiséptica apropiada.
Se deben establecer plazos de tiempo
límites para cada uno de los objetivos
definidos.
Una metodología sencilla consiste en
clasificar la herida según el color del
tejido del lecho ulceral.
EVALUACIÓN: Paciente se encuentra orientado, tranquilo, cooperativo, ha bajado de peso debido a la alimentación que lleva
durante su estancia en el hospital, no presenta infección en la herida, tampoco presenta alteraciones en sus signos vitales,
obtuvo una calificación diana inicial de 5 elevada a 11, paciente se va de alta en donde su familia le realizara la curación diaria
de su herida.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

NANDA Diagnósticos Enfermeros (2015-2017)


NOC Clasificación de Resultados de Enfermería 5ta Edición
NIC Clasificación de Intervenciones de Enfermería 6ta Edición
http://www.auxiliar-enfermeria.com/dossiers/guia_heridas.htm

ELABORADO POR: Montes de Oca Quebrado Luis Alfonso


CONCLUSIÓN

El proceso de enfermería se vuelve día con día un instrumento de


trabajo muy importante que nos permite identificar las
necesidades y llevar a cabo los cuidados, como profesionales de
la salud nos impulsa para seguir preparándonos a lo largo de
nuestra carrera, adquiriendo nuevos conocimientos para
proporcionar atención de calidad, adecuada y sistematizada en los
pacientes con fracturas.

Concluyo con el presente proceso de atención enfermería que los


objetivos propuestos durante la realización de este proceso si se
lograron de manera satisfactoria, ya que al ejecutar cada uno de
los cuidados de enfermería, dieron como resultado una mejoría al
paciente.
BIBLIOGRAFÍA

1. Bostman OM: Refracture after removal of a condylar plate from


the distal third of the femur. JBJS 72-A: 1013-1018, 1990.
2. Gustilo RB, Merkow RH, Templeman D: Current concepts review
the management of open fractures. JBJS 72-A: 299-304, 1990.
3. Johnson KD, Hicken G: Distal femoral fractures. Orthop Cli North
Amer 18 (l)i 115-132, 1987.
4.http://www.aaot.org.ar/revista/1993_2002/1993/1993_1/580111.
5.http://repositorio.uigv.edu.pe/bitstream/handle/20.500.11818/185
5/TRAB.SUF.PROF.%20OCA%C3%91A%20RIOS%2C
6. NANDA Diagnósticos Enfermeros (2015-2017)
7. NOC Clasificación de Resultados de Enfermería 5ta Edición
8. NIC Clasificación de Intervenciones de Enfermería 6ta Edición
9. http://www.auxiliar-enfermeria.com/dossiers/guia_heridas.htm

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