El presente documento plantea una relación entre la fabricación del plástico y la
teoría del productor enfocado a la función de producción. La función de producción, es la función que muestra la cantidad máxima de un producto o varios productos que se puede obtener a partir de las distintas combinaciones de factores productivos, con una tecnología dada. El pasado 19 de enero durante el Foro Económico Mundial llevado a cabo en Davos, la Fundación Ellen MacArthur junto con el Centro McKinsey para Negocios y Medio Ambiente, presentaron el informe “The New Plastics Economy: Rethinking the future of plastics”. Más allá de la noticia difundida ampliamente en los medios, amenazando que para 2050 habría más plásticos en el mar que peces, este informe presenta una interesante visión de los flujos globales de empaques elaborados con plástico. Ofrece una estimación de los beneficios económicos por cambiar de un típico modelo lineal a un modelo de economía circular.
El informe reconoce que el plástico se ha convertido en el caballo de batalla de
la economía moderna, combinando propiedades funcionales sin rival con un bajo costo. Es por ello que su uso se ha incrementado 20 veces en los últimos 50 años, donde la producción paso de 15 millones de toneladas en 1964 a 311 millones en el 2014. Y se espera que se duplique en los próximos 20 años. Sin embargo, después de un primer ciclo de uso, 95% del valor de los empaques de plástico, entre US$80 a US$120 billones, se pierden de la economía. Y sobre todo 32% de los residuos de plástico se escapan de los sistemas de limpia y se “fugan”, acabando en el medio ambiente. Lo cual genera costos económicos significativos.
El sistema linear de bienes de consumo envía anualmente bienes por un valor
superior a los US$2.6 trillones a tiraderos y plantas de incineración. Cambiar a un modelo circular generaría una oportunidad económica de US$706 billones, de los cuales una porción significante sería atribuida al material de empaque. A esto quiero llegar a que una producción justificada del plástico va a dar pie para crear una economía de plástico efectiva después de su primer uso. Es decir, un mercado eficiente de reciclaje, a través de mejorar la recolección, clasificación y tasa de reprocesamiento. Estimular el desarrollo de una economía circular del plástico y de los empaques de plástico es una parte integral de la economía del futuro. Además de reducir drásticamente las fugas de material al medio ambiente, también los costos externalizados como son la degradación del medio ambiente, las emisiones de GEI y los impactos al medio ambiente por substancias amenazantes.