Dossier: La Revolución Rusa en la historia intelectual latinoamericana
La revolución como presente
Filosofía y política en la Revista de Filosofía
María Carla Galfione
conicet / idacor-unc
Como en tantas revistas culturales de la época, cación; un presente, el de la revolución bol-
la revolución bolchevique fue tema de varios chevique; y un saber, la filosofía, en el mo- artículos en la Revista de Filosofía. Cultura, mento de sus definiciones iniciales en la Ciencia, Educación. Además de mostrar su Argentina dentro de los marcos de legitima- apoyo y una posición afín con el acontecimiento, ción institucional. La recurrente aparición de esos artículos se ocuparon de analizarlo acen- referencias a la revolución en el índice de una tuando diversas aristas, pero, fundamental- publicación que se propone establecer algu- mente, de volverlo objeto de interés de una nas condiciones para la filosofía académica publicación que pretendía cierto nivel de es en las primeras décadas del siglo xx nos in- pecificidad. Diversos textos se ocupan en sus vita a pensar sobre ese cruce: cómo y por qué páginas de la revolución y la vuelven cuestión esa presencia, y en qué medida esta era tam- de interés y de posicionamiento más teórico bién parte de la definición disciplinar que se que político. Se configura en torno de ella un buscaba.1 temario filosófico: el vínculo entre la revolu- La Revista de Filosofía, publicada entre ción y la guerra, su lugar en la historia, su ca- 1915 y 1929, creada por José Ingenieros y rácter necesario y su valor social, la matriz cuya línea editorial se desprende de su mar- historiográfica que sus lecturas impulsan, sus cada influencia, fue la expresión de un intento implicaciones para pensar la democracia mo- por precisar algunas condiciones básicas para derna, su carácter inconcluso, su fuerza mítica. un saber que esperaba consolidarse y preten- En nuestro trabajo, recorremos esas diversas día alcanzar algún grado de autonomía como tematizaciones intentando con ello dar cuenta tal en la universidad.2 Por ambas característi- de la lectura que desde sus páginas se hizo del acontecimiento. El objetivo de fondo que guía ese recorrido es la posibilidad de advertir un 1 Retomamos la idea de Sarlo, para quien las revistas cul- vínculo entre esa reflexión sobre la revolución turales son una intervención sobre el presente. Allí, inten- tamos pensar que la delimitación y la definición de ese y los intereses por definir un perfil y un queha- presente es parte del objetivo de esas revistas. El presente cer determinado para la filosofía que se dispu- no es algo dado, sino algo puesto por estas. Cf. Beatriz taba entonces en el espacio académico. Sarlo, “Intelectuales y revistas: razones de una práctica”, en América-Cahiers du criccal, Nº 9/10, 1992. Tres cuestiones se reúnen: una revista, la 2 La Revista de Filosofía (rf) se publica en Buenos Ai- Revista de Filosofía. Cultura, Ciencia, Edu- res, de manera bimensual, con una cantidad aproximada
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cas, puede ser inscripta en un marco más am- pone de manifiesto un modo de comprender plio, en el que encontramos revistas como la la filosofía misma.3 A diferencia de perspecti- Revista Argentina de Ciencia Política o la Re- vas como la de Luis Rossi, que observa, a pro- vista de Derecho, Historia y Letras, por nom- pósito de este desplazamiento hacia la polí- brar algunas de las más relevantes. Se trata en tica, una pérdida de la revista en el marco del estos casos de emprendimientos editoriales, proceso general de “especialización”, nos importantes por su duración y peso relativo, animamos a verlo aquí más bien como un llevados adelante por intelectuales ya consa- ajuste y precisión del sentido que venía pro- grados, tanto en el ámbito cultural cuanto en poniendo.4 La revista dio un lugar a los acon- el académico, que, sin duda, hacen de su perfil tecimientos históricos que consideraba rele- teórico la línea editorial predominante, pero vantes y los leyó haciendo de esto un ejercicio que, además, intentan establecer algunas defi- filosófico y elaborando con ello una propuesta niciones básicas en relación con ciertos sabe- para la filosofía. res, como se trasluce en sus títulos. En ese Cabe aclarar que los autores son variados y marco, la revista de Ingenieros se manifiesta con trayectoria teórica, pero, principalmente, también en otra dirección y esto nos conduce trayectorias políticas diversas. Y esta mirada al eje de nuestro trabajo. A partir de 1918 co- general de la revista sirve para reconocer la mienzan a aparecer en sus páginas artículos particularidad de los textos en los que se ana- vinculados directamente con el análisis de su- lizó el suceso soviético. Son muchos, aunque cesos históricos de orden local, nacional e in- en lo que sigue, en pos de la brevedad, hemos ternacional. El objeto de esas incorporaciones elegido los más significativos, con el objetivo es, más que informar, avanzar en un análisis de elaborar una síntesis de lo que, considera- teórico que tiende a vincularse con los desa- mos, es la posición y la apuesta de la revista. rrollos de la revista en general. Ahora bien, esa variedad no jaqueó nunca, se- Así, si la Revista de Filosofía puede ser gún nuestra lectura, cierta unidad que primó leída como la expresión del positivismo ar- en la revista. En efecto, hemos constatado que gentino y de sus pretensiones sobre el campo en los pocos casos en los que existió algún filosófico, luego de esa fecha esa pretensión desacuerdo entre la línea editorial y los artícu- –con la que consideramos que hay que discu- los, ese desacuerdo fue explicitado y la última tir principalmente por la escasa precisión del palabra la tuvo el director. Pero esto no ocurre mote “positivismo” y por lo que su uso im- al referirse a Rusia. En los artículos sobre la plicó– se vuelve un poco más difusa. Y es jus- revolución las diferencias no son importantes, tamente en ese marco que comienza a temati- ni producen discusiones. Al contrario, aten- zarse la revolución bolchevique y a tomarse diendo al contenido, parecería que la variedad posición frente a esta. Lo que nos interesa de autores y trayectorias se diluye desde el mostrar es que esa tematización, además de momento en que notamos que toda asevera- vincularse con un conjunto mucho más am- plio de revistas, con otras características, que en la época saludaban el acontecimiento ruso, 3 Es fundamental recordar la nota editorial que abre el primer número de la revista, bajo la rúbrica de su direc- tor: “Para una filosofía argentina”, en rf, año i, Nº 1, enero de 1915. de entre 150 y 200 páginas por número. Su director es 4 Cf. Luis Rossi, “Los proyectos intelectuales de José José Ingenieros desde 1915 hasta 1923, en que la direc- Ingenieros desde 1915 a 1925: la crisis del positivismo y ción comienza a ser compartida con Aníbal Ponce. la filosofía en la Argentina”, en José Ingenieros y Aníbal Luego de la muerte de Ingenieros, en 1925, Ponce conti- Ponce, Revista de filosofía. Cultura - Ciencia - Educa- nuará solo con la tarea, hasta su cierre a fines de 1929. ción, Bernal, unq, 1999, p. 25.
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ción contundente de un articulista que no otro aspecto: como apertura de un porvenir en forma parte del grupo más próximo a Ingenie- una historia en decadencia; como expresión de ros es inmediatamente respaldada en otro artí- una voluntad humana capaz de cambiar el culo, ya sea por el director o bien por uno de curso del mundo; y, en ambos casos, como en- sus colaboradores más cercanos. Pero, puede sayo de un modelo, alternativo al vigente, para aclararse, esa variedad también habla y no nos pensar la relación entre la historia de los hom- interesa anularla en la unidad de la publica- bres y las ideas que la mueven o la acompañan. ción, ni remarcando una vez más la centrali- En relación con lo primero, la decadencia dad de su director. A lo largo de sus páginas se constata a partir de la guerra, no solo por su no solo se afirman ideas o se postulan argu- poder destructivo sino también porque es pro- mentos. Los artículos están firmados y esos ducto de ideas y políticas corrosivas. La civi- nombres tienen una referencia, que también lización occidental es en parte causa y en dice algo de la revista, máxime cuando se des- parte producto de la contienda. Un articulista cubren ausencias importantes. frecuente de la revista, Nicolás Besio Mo- Reconocer las diferentes trayectorias y pro- reno, se refiere al “espejismo del progreso cedencias, en especial políticas, de los autores material y científico”, que ya no podía escon- que participan permite señalar algunas de las derse como tal. Y advierte que es esa la razón opciones de la revista. No entraremos con de- por la cual la revolución puede ser conside- talle en este aspecto, pero una lectura atenta a rada una justa y natural reacción. los nombres que incluimos puede, segura- En un artículo de 1924, Julio V. González, mente, advertir un sentido de ciertas afinida- autor cercano a Ingenieros y que también pu- des. Que esa variedad sea reunida por la revista blicó asiduamente en la revista, ponía como al referirse a un suceso político y que esa refe- eje de su análisis en torno a Lenin la tensión rencia sea parte de la argumentación intrínseca entre la guerra y la revolución: la guerra había de la revista, en la medida en que sirve a la dejado una profunda destrucción moral que definición disciplinar, da cuenta de la posición obligaba a buscar nuevos principios orienta- política con la que coquetea la publicación. dores, que difícilmente podían encontrarse en Como se verá, algunas de las afirmaciones más Europa. Por eso Rusia aparecía como pro- contundentes sobre Rusia están en manos de mesa. La revolución era una novedad, que sa- autores con un fuerte compromiso político y lía de un pasado oprobioso y de un presente que no formaban parte del núcleo duro de au- crítico, para ofrecer otro rumbo. La revolu- tores de la revista. Si esas aseveraciones cons- ción era el inicio de una “nueva era”, de una tituyen mojones singulares en la elaboración “era de renovación integral”, decían los auto- de una definición de filosofía, valerse de voces res, valiéndose de una noción tan común relativamente distantes del proyecto es un como controvertida. guiño que avanza también en otra dirección. Y desde esa mirada, el porvenir se encar- En lo que sigue, repasamos algunos de los naba en espíritus nuevos y avanzados, opuestos principales artículos sobre el tema, como par- al reaccionarismo. En efecto, los autores mos- tes de ese todo que es para nosotros la Revista traban que el enfrentamiento que la revolución de Filosofía; ese es el contexto en el que co- suscitaba no era una guerra, sino la manifesta- bran sentido cada una de las intervenciones, si ción de las diferencias entre un espíritu de re- bien quedan afuera varios artículos y otros mo- novación y uno de conservación. Y mientras la dos posibles y fructíferos de considerarlos. En injusticia social fuera el principal objetivo de la revista, la revolución aparece analizada los conservadores, no podía hablarse de enemi- desde diferentes ángulos que privilegian uno u gos iguales enfrentados: “En la historia viva,
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los servidores de un despotismo no son iguales inmutable. Punyet se apoyaba en Engels para a los rebeldes que lo combatieron […]. Miente sostener que el cambio debía darse como toda historia muerta que tiene igual sanción irrupción violenta. Y, contra el Partido Socia- para los mártires que para los verdugos”.5 lista, agregaba: “Nada de fatalismo”, porque Ahora bien, esa explicación de la revolu- los cambios en la evolución social, afirmaba, ción se asentaba explícitamente en la revista los hacen los hombres.7 en una opción historiográfica, con una traduc- Hubo otros artículos en esa dirección, aun- ción concreta en la defensa del maximalismo. que con tono menos radicalizado.8Allí, el ma- Los dos autores que allí estuvieron más pró terialismo era la clave de lectura para el acon- ximos a lo que fue el proceso de constitución tecimiento, el cambio era violento y tenía al del Partido Comunista, contemporáneo a la proletariado por protagonista. En sintonía con publicación de esta revista, fueron los voceros ese “nada de fatalismo” que vociferaba Pun- más sólidos de esa posición: Kantor en enero yet, los otros autores conjugaban la matriz de 1919 y Punyet Alberdi a fines de 1926.6 materialista con un fuerte voluntarismo. En la Postulado y reafirmado explícitamente por es- revolución, las condiciones materiales, unidas tos autores, el materialismo se constituía en la a ciertas voluntades, hacían pensable un mo- matriz básica de toda consideración histórica delo económico, social y político nuevo, que que hiciera la revista y, por supuesto, de su mi- renovaba completamente el horizonte. rada de la revolución. Kantor, valiéndose de Hay, sin embargo, en la revista una excep- Marx, Engels y Lenin, remarcaba la importan- ción que confirma la regla: proclamándose a cia de la revolución social como origen y con- favor del maximalismo, en el mismo número dición del cambio: las clases sociales y sus en que se publicaba el artículo de Kantor, Inge- intereses ocupaban el centro de la disputa. Y nieros marcaba una tensión con aquellas afir- en un relato detallado de los sucesos rusos ex- maciones. En la línea de “Ideales viejos e idea- plicaba la tensión entre maximalismo y mini- les nuevos”, incluido en el número de julio de malismo no como movimientos contradicto- 1918, sostenía en otro artículo, de noviembre: rios, sino como expresiones de momentos y “las aspiraciones maximalistas serán necesa- necesidades diferentes. Si bien el maximalista riamente distintas en cada país, en cada región, podía entender las reformas progresivas como en cada municipio, adaptándose a su ambiente vía de aproximación al cambio esperado, una físico, a sus fuentes de producción, a su nivel vez que el proletariado se ponía en marcha, la de cultura y aún a la particular psicología de acción era contundente y las reformas mini- sus habitantes”.9 Y agregaba que, gracias a la malistas un atentado contra la clase. revolución, podíamos encontrar en algunos En la misma línea, Punyet Alberdi años después citó in extenso el Manifiesto Comu- nista y recordó la centralidad de las condicio- 7 Punyet Alberdi, “Qué es el comunismo”, en rf, año xii, nes sociales imperantes, para rechazar cual- Nº 6, noviembre de 1926, p. 408. Sin querer avanzar más allá de las posibilidades del artículo, es interesante notar quier apelación a abstracciones de carácter cómo los recursos de autoridad varían entre los autores: mientras que González se vale de Tolstoi, Guede, Lenin, Jaurés, Ossip-Lourié, Wells, Gorki, entre otros, Kantor y Punyet referencian a los padres fundadores Marx y En- 5 José Ingenieros, “Historia, progreso, porvenir”, en rf, gels, principalmente. año ix, Nº 2, marzo de 1923, pp. 243-244. 8 Entre otros, se destaca el de Gabriel Moreau, “Las revo- 6 Con ambos autores sucede lo que mencionamos arriba: luciones francesa y rusa”, en rf, año viii, Nº 6, noviembre son autores de escasa participación en las páginas de la de 1922. revista, pero cuya opinión queda inmediatamente refren- 9 J. Ingenieros, “Significación histórica del movimiento dada por otros textos de autores con mayor participación. maximalista”, en rf, año v, Nº 1, enero de 1919, p. 157.
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años “un nuevo régimen democrático que osci- viques era juzgada en función de la experien- lará entre los ideales minimalistas enunciados cia que producía. El devenir necesario y natu- por Wilson y los ideales maximalistas formula- ral de una filosofía de la historia positivista se dos por los revolucionarios rusos”.10 tensionaba, no solo con aquel voluntarismo, Si esa afirmación puede ser leída como un sino también con los requisitos que se impo- modo de darle importancia a las particularida- nían al conocimiento de la historia. des de cada presente y, por ello, como una La revolución era resultado de un conjunto diferencia con el comunista, es también inte- de ideas que, surgido al calor de la realidad, resante porque permite dar cuenta de las va- generaba transformaciones a ser probadas en riaciones y definiciones de la revista. Meses la experiencia. Y por ello no es casual que se después de la publicación de ese número se hablara con insistencia de “experiencia rusa”. firmaba el Tratado de Versalles y el tema re- Se establecía una relación estrecha entre las cién iba a ser retomado por la publicación en ideas y los hechos: aquellas nacen de estos y mayo de 1920. Entonces, “La futura sociedad sobre estos se aplican, intentando ofrecer res- de las naciones”, de Orzábal, se presentaba puestas. Por eso, se esperaban algunos resul- como condena irrebatible al imperialismo tados que permitirían ir evaluando las conse- yanqui, mientras que “La democracia funcio- cuencias.11 Ingenieros era claro: nal en Rusia”, de Ingenieros, celebraba el mo- delo político de los soviets. Si la revista pro- [N]o es general que los ideales se realicen ponía una lectura optimista del acontecimiento totalmente como han sido pensados antes ruso desde 1918, era en este número de mayo de entrar al terreno de la experiencia. Todo de 1920 en el que parecían sentarse propia- ideal es una hipótesis perfeccionable en la mente las bases de lo decible: ya no aparece- práctica. Las luchas por la elevación moral rán artículos a favor de Wilson y el minima- y material de la humanidad han sido siem- lismo y la crítica que había inaugurado Kantor pre inspiradas por ideales; es necesario se traducía en la distancia definitiva de la re- tenerlos para orientar el camino, sin pre- vista respecto del parlamentarismo. juicios a estar dispuestos a contralorearlos Ahora bien, el hecho de que los aconteci- durante la marcha, como los navegantes mientos del ‘17 pudieran encontrar alguna que de tiempo en tiempo determinan su explicación en la historia, así como que estos posición para rectificar el rumbo.12 implicaran en todas las lecturas una verdadera renovación, no significaba que se presentara La de la experimentación era una condición la revolución como algo acabado. En sintonía recurrente en la revista y excedía la tematiza- con las condiciones epistemológicas de toda ción de la revolución; era una apuesta fuerte disciplina científica, la acción de los bolche- por un tipo de conocimiento y un método que se extendía a la historia y la filosofía.13
Este texto data de noviembre de 1918 y fue presentado
como conferencia a raíz del fin de la guerra. 11 Nicolás Besio Moreno, “Resonancias morales de la 10 Ibid., p. 159. Terán lee estos desarrollos de Ingenieros revolución mundial”, en rf, año vi, Nº 6, noviembre de como la expresión de una advertencia sobre la “no im- 1920, p. 348. portabilidad de modelo soviético a América Latina” (O. 12 J. Ingenieros, “Enseñanzas económicas de la revolu- Terán, José Ingenieros: pensar la nación, Buenos Aires, ción rusa”, en rf, año vi, Nº 6, noviembre de 1920, pp. Alianza, 1986, p. 93). Si bien esta lectura está justifi- 272-273. cada, porque se elabora a la luz de textos de 1924, cabe 13 M. Carla Galfione, “Filosofía y ciencia en la Revista todavía una ambigüedad en los textos previos al desen- de Filosofía: condiciones de una reconciliación”, en La- canto respecto del wilsonianismo. tinoamérica, Nº 59, México, 2014/2.
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Hay diferencias, no obstante, en lo que se Podríamos seguir recorriendo artículos y pro- concebía como motor real de los cambios: poner otras líneas de lectura que complejicen irrupciones radicales de las “minorías activas”, más el panorama, pero lo que vimos hasta para Ingenieros; resultado del “protagonismo aquí permite ofrecer al menos algunas conclu- obrero”, en palabras de Punyet; o producto del siones preliminares. La tematización de la re- “idealismo de la filosofía bolchevique”, según volución en la revista, considerando algunas González. Con todo, las referencias al origen de sus aristas, muestra cómo esta se configura del levantamiento mostraban en general la como acontecimiento histórico que reclama conciliación entre la fuerza y las ideas. Para una reflexión filosófica. Con ella se despliega los autores de la revista, como lo resume Kan- una concepción de la historia pero también de tor: “los grandes movimientos humanos […] la filosofía. Este intento de pensar esa historia siempre necesitaron de grandes ideales”.14 nueva es, mirada desde otro ángulo, un intento Con aquellos desacuerdos, se construía una de encontrar y ejercitar una definición para la mirada de la historia alejada del determi- filosofía. Las preguntas nacen de esa expe- nismo, pero también de abstracciones y va- riencia y también sus respuestas. gos utopismos. La variedad de autores y trayectorias, que Se introducía, también en la revista y en mencionamos en un comienzo como un as- diálogo con aquella voluntad de definir las pecto en absoluto menor de este recorrido, “ideas”, la referencia a algunas fuerzas espiri- avanza en la misma dirección. La filosofía no tuales que, sin embargo, no se advertían como es una valoración políticamente aséptica y la problemáticas para la argumentación general. inclusión de uno u otro autor también da cuenta El director de la revista lo decía en términos de esto. Paralelamente, otras revistas de la de “fe en ideales”,15 de “fe en el porvenir”, de época, que discutían con la revista de Ingenie- una “conciencia moral de la humanidad [que] ros, buscaban también delimitar un campo ha asumido ciertos caracteres de un verdadero para la filosofía y parte de esa definición se misticismo”.16 Y con él lo decían otros auto- elaboraba partiendo de la distancia entre filo- res de un modo más categórico: Mandolini, sofía y política.17 El argumento para justificar Castiñeiras, Barrenechea y también Julio V. esa separación era siempre teórico; sin em- González. Ante una humanidad devastada y bargo, en el escenario político sus autores se una filosofía condenada por los pronósticos distinguían de aquellos que reunía la Revista de Spengler y de Nietzsche, la mirada hacia de Filosofía. Algunos levantaban la bandera Rusia descubría nociones nuevas: el “alma del socialismo ético y se acercaban al Partido rusa”, un pueblo “apóstol de una nueva reli- Socialista, otros ensayaban definiciones de un gión social”; una “idealidad mística” que perfil más conservador.18 Advertir esas afinida- anunciaba con “labios proféticos” una nueva des quizá contribuya en algo a la clarificación dirección para la civilización; un “mito” que era soporte y posibilidad del cambio. 17 Cf. “Intenciones”, en Valoraciones. Humanidades, crítica y polémica, Nº 1, 1923. 18 Cf. A. Eujanián, “El novecentismo argentino: refor- 14 Moisés Kantor, “El problema social y la revolución mismo y decadentismo. La revista cuaderno del Colegio maximalista en Rusia”, en rf, año v, Nº 1, enero de Novecentista, 1917-1919”, Estudios Sociales, vol. 21, 2º 1919, p. 130. semestre de 2001, y F. Rodríguez, “Inicial, Sagitario y 15 J. Ingenieros, “Enseñanzas económicas…”, op. cit., p. Valoraciones. Una aproximación a las letras y a la polí- 453. tica de la nueva generación americana”, en Sosnowski, 16 J. Ingenieros, “Las fuerzas morales de la revolución”, S. (ed.), La cultura de un siglo: América latina en sus en rf, año vii, Nº 2, marzo de 1921, p. 280. revistas, Madrid/Buenos Aires, Alianza, 1999.
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de sus disputas filosóficas. En algún sentido, Kantor, Moisés, “El problema social y la revolución maximalista en Rusia”, en Revista de Filosofía, v, Nº 1, podemos pensar con Terán que el escenario enero de 1919. pone ante nosotros el cruce de dos caminos di- fíciles de transitar al mismo tiempo: el de “la Mandolini, Hernani, “El alma rusa y la revolución”, en Revista de Filosofía, xiii, Nº, 5 septiembre de 1927. lógica del discurso, por un lado, y las razones de realidad y de la toma de posición política Mariátegui, José Carlos, “Hechos e ideas de la revo- lución rusa”, en Revista de Filosofía, año xii, Nº 6, por el otro”.19 Recorrerlos y entrecruzarlos po- noviembre de 1926. dría mostrarnos que la disputa por la defini- Moreau, Gabriel, “Las revoluciones francesa y rusa”, en ción de la filosofía en la Argentina en esas pri- Revista de Filosofía, viii, Nº 6, noviembre 1922. meras décadas del siglo es al mismo tiempo Orgaz, Raúl, “La esencia de la revolución”, en Revista una disputa por la elección de un presente ante de Filosofía, xiv, Nº 3, mayo de 1928. el cual la filosofía está dispuesta a pararse. o Orzábal Quintana, Arturo, “La situación actual de Ru- sia”, en Revista de Filosofía, vii, Nº 3, mayo de 1921. Bibliografía —, “La futura sociedad de las naciones”, en Revista de Filosofía, vi, Nº 3, mayo de 1920. Besio Moreno, Nicolás, “Resonancias morales de la revolución mundial”, en Revista de Filosofía, vi, Nº 6, Pittaluga, Ricardo, Soviets en Buenos Aires. La izquier- noviembre de 1920. da de la Argentina ante la Revolución en Rusia, Buenos Aires, Prometeo, 2016. Castiñeiras, Alejandro, “El mesianismo del pueblo ruso”, en Revista de Filosofía, ix, Nº 1, enero de 1923. Punyet Alberdi, M., “Qué es el comunismo”, en Revista de Filosofía, xii, Nº 6, noviembre de 1926. Eujanián, Alejandro “El novecentismo argentino: refor- mismo y decadentismo. La revista cuaderno del Colegio Rossi, Luis, “Los proyectos intelectuales de José Inge- Novecentista, 1917-1919”, Estudios Sociales, vol. 21, 2º nieros desde 1915 a 1925: la crisis del positivismo y la semestre de 2001. filosofía en la Argentina”, en José Ingenieros y Aníbal Ponce, Revista de filosofía. Cultura - Ciencia - Educa- Ingenieros, José, “Enseñanzas económicas de la revolu- ción, Bernal, unq, 1999. ción rusa”, en Revista de Filosofía, vi, Nº 6, noviembre de 1920. Sarlo, Beatriz, “Intelectuales y revistas: razones de una —, “Las fuerzas morales de la revolución”, en Revista práctica”, en América-Cahiers du criccal, Nº 9/10, 1992. de Filosofía, vii, Nº 2, marzo de 1921. Rodríguez, Fernando, “Inicial, Sagitario y Valoracio- —, “Significación histórica del movimiento maximalis- nes. Una aproximación a las letras y a la política de la ta”, en Revista de Filosofía, v, Nº 1, enero de 1919. nueva generación americana”, en Sosnowski, S. (ed.), La cultura de un siglo. América latina en sus revistas, —, “Historia, progreso, porvenir”, en Revista de Filoso- Buenos Aires, Alianza, 1999. fía, ix, Nº 2, marzo de 1923. Terán, Oscar, José Ingenieros: pensar la nación, Buenos Aires, Alianza, 1986. 19 O. Terán, José Ingenieros: pensar la nación, op. cit., Zum Felde, Alberto, “La renovación de occidente”, en p. 83. Revista de Filosofía, xiv, Nº 1, enero de 1928.