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COMENTARIO AL PASAJE BIBLICO EFESIOS 6: 10-20

Carta del Apóstol Pablo a los Efesios.


LA ARMADURA DE DIOS

ESCRITO POR: DELMIDES FRANKLIN VILLANUEVA PATIÑO


AL PROFESOR: STEVEN CHALELA
DISCIPULADO IGLESIA CUADRANGULAR CENTRAL
OCTUBRE DE 2019
INTRODUCCION
Efesio (hoy en ruinas) era la segunda ciudad más importante del imperio
romano después de Roma. Capital de la provincia romana de Asia y
residencia oficial del gobernador de la provincia de Asia. Con una
población cercana a 500.000 personas está situada en la costa del
Mediterráneo y era corredor comercial y cultural con el Interior de Asia
Menor.
En su aspecto religioso cobra gran importancia el hecho de ser también el
centro de reunión pagano más visitado de toda Asia. Allí fue erigido el
templo mayor a la diosa Artemisa también conocida como Diana. El
templo de Artemisa era más grande que el Partenón de los dioses en la
ciudad de Roma y el peregrinar a dicho templo trajo un auge comercial a
la ciudad de Éfeso. Sus habitantes dependían mucho de ese mover
idolatra a la diosa Diana y la atmosfera divina dio para que allí se
practicara toda clase de actividades paranormales de hechicería,
adivinación, cultos sexuales y toda clase de concupiscencia espiritual. Así
que Éfeso era ciertamente una sinagoga de satanás.
Dos siglos después de su fundación (siglo V d.c.) el templo de Artemisa fue
semidestruido por los godos y derribado por los cristianos ortodoxos,
religión que se levantó liderada por Juan Crisóstomo y que sincretizo el
culto a la diosa Diana con la devoción a María la madre de Jesús quien
según tradiciones vivió sus últimos días en Éfeso cuidada por el Apóstol
Juan. Según la tradición María ascendió a los cielos y Juan fue enterrado
en Éfeso de lo cual existe hoy día ruinas de la casa de María y la tumba
donde se dice estar los restos del Apóstol Juan. Éfeso pasó a ser desde
entonces uno de los centros de devoción Mariana de la religión católica.
¿Cómo pudieron hacer ese sincretismo? Pues, aprovecharon los dones de
Artemisa que también era diosa protectora de la virginidad por su
renuncia a contraer matrimonio con otros dioses y con mortales. Tenía un
sequito de multitud de ninfas y el poder de enviar o sanar enfermedades
a las mujeres con sus flechas. Tenía el poder dado por Zeus de cambiar de
nombre y ayudar en el parto a las mujeres. Asi, el cristianismo ortodoxo
aplica a la imagen de Artemisa o Diana la de María como madre de Dios
siendo virgen siempre virgen y con el poder de cambiar a múltiples
nombres: Virgen María, Virgen del Carmen, Virgen de la Macarena, Virgen
de Guadalupe, Virgen de la caridad del cobre, Virgen Morena y así
sucesivamente según aplica y con poder para sanar enfermedades y
auspiciadora de los trabajadores Asi como diana era diosa de los esclavos
y personas de la clase media.
El Libro de los Hechos de los Apóstoles hace referencia a dos visitas de
Pablo en Éfeso. La primera fue breve (hechos 18), pero la segunda se
prolongó por tres años (Hechos 19: 1 y 20:1-3), en un periodo cuya
duración indica la importancia de la obra misionera allí realizada.
La carta escrita por Pablo a los efesios tiene un carácter doctrinal y
exhortatorio a la iglesia como cuerpo de Cristo y una sólida enseñanza
acerca de la salvación por la Gracia de Dios en la Fe de Jesucristo (nombre
que es sobre todo nombre que se nombra aquí en la tierra como en el
cielo) y no por obras de la Ley.
Concluye la carta con una exhortación a luchar contra el mal y para tal
lucha invoca la figura militar de la armadura de Dios que hallamos en el
capítulo 6: 10-20 que es el objeto de esta investigación esperando que el
Espíritu Santo nos enseñe nuevos aportes eficaces contra las huestes de
las tinieblas para la victoria de la Iglesia de Jesucristo.
LA ARMADURA DE DIOS
El Apóstol Pablo tenía claro su rol dentro del Reino de los cielos y no
ignoraba las maquinaciones de satanás: 2 Timoteo 4: 7 He peleado la buena
batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe.

Él sabía que, además de la doctrina y las instrucciones de conducta que


debía asumir la iglesia de Jesucristo, existe (pero en toda la Tierra) una
guerra entre el Reino de Dios y el reino de las tinieblas, y en la ciudad de
Éfeso más que en cualquier otra parte en ese momento. Por esta razón da
la orden de fortalecerse en el Señor y en el Poder de su fuerza (El Espíritu
Santo) y vestirse de toda la armadura de Dios para poder estar firmes
contra las asechanzas del diablo. Esta visión esta infundida también por el
salmo 18:32 “Dios es el que me ciñe de poder” y 34-35 Quien adiestra mis
manos para la batalla, El arco de broce y el escudo de tu salvación. Asi,
todo buen soldado debe preparar su morral de campaña, su traje de
guerra y sus armas. Preparemos pues vestimenta de guerra con nuestras
armas espirituales:
1. LA VESTIMENTA DE GUERRA Efesios 6:10 “fortalézcanse en el Señor
y en el poder de su fuerza”.
La fuente de nuestra fortaleza es Jesucristo y la acción poderosa de
su obra, descrita Asi por el mismo Apóstol en Efesios 3:16 “Dios os
de el ser fortalecidos con poder en el hombre interior”. Esta fuente
de poder es inagotable y tiene efecto eterno. Isaías 40:29-31 lo
describe Asi
A: Esfuerza al cansado: esto habla del nuevo ánimo que imprime la
fe al nuevo creyente que viene trabajado y cansado a los pies de
Cristo.
b. Multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas: habiendo
intentado salvarnos a nosotros mismos por nuestras propias
fuerzas y desgastados por haber usado nuestras armas carnales
para enfrentar al enemigo; ahora por medio de Jesucristo nos
convertimos de simples mortales en un guerrero inmortal de
múltiples poderes y recursos Asi:
EL PODER DEL CORDERO DE DIOS que quita el pecado de nosotros.
EL pecado es como una enfermedad parasita que chupa de nuestras
fuerzas vitales para él poder sobrevivir. Y lo que hace Dios es
quitarnos esa garrapata asquerosa de pecado y cargarla en (sobre
de) Jesucristo. El Cordero de Dios también nos provee un nuevo
vestido, lo que llama pablo la coraza de Justicia. Es aquel abrigo de
pieles con que Dios vistió a Adán antes de sacarlo del confortable
Edén para que enfrentara las consecuencias de su pecado, también
lo vistió Juan el bautista en el desierto. Al invocar el poder del
CORDERO DE DIOS nos ceñimos LA CORAZA DE SU JUSTICIA.
EL PODER DE LA SANGRE que Jesús derramo hasta la última gota para
redimirnos de satanás. Jesús rompe el yugo de esclavitud, nos desata y
nos da comer de su propia carne, alimento vivo, verdadero pan del cielo y
nos da a beber de su propia Sangre. Ocurre un trasfusión divina de sangre
por aquella que nos chupo el pecado. Renovación de plaquetas
espirituales, capacidad de sanar las heridas con rápida cicatrización y
capacidad de inmunidad ante las acechanzas satánicas. Lo que llama Pablo
“el escudo de la fe”. Es aquella sangre con la que Moisés pinto los dinteles
de su casa para que el ángel de la muerte no entrara en su casa. Invocando
el PODER DE LA SANGRE DE JESUS tomamos EL ESCUDO DE NUESTRA FE.
EL PODER DE SU MUERTE nos hace inmortales porque el muere por
nosotros. Su muerte libera nuestra mente del miedo a la misma. Su
muerte es el pago de nuestras transgresiones, y anula las sentencias
acusatorias de satanás ante Dios que nos sujetaban a un futuro incierto.
Por su muerte sabemos que somos salvos, no iremos al infierno, él fue por
nosotros, su muertes marca el fin del imperio satánico de la muerte y es
el YELMO O CASCO DE NUESTRA SALVACION que cubre nuestra mente.
EL PODER DE LA RESURRECCION nos da seguridad y confianza que si El
murió y Dios lo resucito por su obediencia mediante el Espíritu (o sea por
su fidelidad), también nosotros seres resucitados a novedad de vida, es
decir, vamos a la guerra con la certeza que Dios nos entregará al enemigo
en nuestras manos porque Él ha vencido al mundo. Y si morimos (al viejo
hombre) Dios nos resucitara con mayor poder (nuevo hombre, nuevo
nacimiento), Invocando el PODER DE LA RESURRECCION nos ceñimos con
el CINTURON DE LA VERDAD que ciñe la coraza del nuevo discípulo.

EL PODER DE LA ASENCION ahora resucitados nos delega autoridad sobre


los poderes antagónicos. Pablo lo discierne en Efesios 2; 6 cuando dice que
Dios nos hace sentar en los lugares celestiales juntamente con Cristo Jesús
para mostrar las abundantes riquezas de su Gracia. Ya no estamos bajo el
poder del maligno, ahora nosotros estamos por encima de él autorizados
en el nombre de Aquel que está sentado en el Trono de la Gracia
(Hechos16: 16-24).
EL PODER DEL EVANGELIO DE LA PAZ (Calzados los pies con el apresto
del Evangelio de paz). Determina una orden (vayan y hagan discípulos de
Cristo, vayan y prediquen el evangelio) y un camino: la Fe en Cristo. Un
objetivo: el Reino del cielo. El evangelio y quien lo lleva es como aquel
mensajero que era enviado por los reyes más poderosos a sus enemigos
para que se rindieran antes de la confrontación de guerra para evitar
pérdidas humanas. Es el ofrecimiento de Dios para hacer la paz y se
sometan a Jesucristo antes que venga el dia malo, el dia de juicio y de
guerra. Isaías lo describe en 52:7 Cuán hermosos son sobre los montes los pies
del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del
que publica salvación, del que dice a Sion: !!Tu Dios reina!.

El Evangelio es calzado necesario para enfrentar los terrenos pedregosos


de la guerra (dureza de corazón y aflicciones), los espinos y cardos (los
afanes y engaño de las riquezas de este mundo) como trampas enviadas
por el enemigo, el lodo cenagoso o inclemente sol en tierra árida.
La importancia que el Apóstol Pablo da al Evangelio de Cristo (Efesios
1:13) no debemos tenerla por menos sino aún más resaltarla en nuestros
días donde el Evangelio ha sido alterado con filosofías huecas (Nueva Era
o filosofía del yo cristo, gnosticismo cristiano, yoga) y sabiduría humana
(psicología del ser, Neurociencia, positivismo, iluminismo) ya que es por
la fe en el Evangelio bíblico que el creyente se convierte en nueva
criatura, no por letra escrita como mandamiento enseñado por
hombre(Testigos de Jehová) ni por obras de buena intención (católicos,
hinduistas) sino por el poder y el sello del Espíritu Santo para el dia de la
redención final. El Evangelio es la Palabra de Dios y La Verdad empeñada
hasta el cumplimiento de la promesa de salvación. Y El Espíritu Santo (y
recibirán Poder) que viene por creer en el Evangelio es el adelanto que
confirma esa promesa.

Hasta aquí nos hemos colocado la vestimenta de guerra, ahora vamos


por las armas de nuestra milicia espiritual:
LA ESPADA DEL ESPIRITU (Efesio 6:17b) que es la Palabra de Dios. El
creyente que no toma la biblia para escudriñarla, meditar en ella y hacer
conforme a lo que ella dice no está apto para la pelea, será vencido con
facilidad en combate. El diablo conoce la Palabra de Dios pero con el fin
de tergiversarla (“con que Dios dijo que no comieras de ningún árbol del
huerto” génesis 3:1; cuando Dios había dicho que podía comer de todo
árbol del huerto). Una espada en manos de un neófito puede convertirse
en su propia arma de muerte. El discipulado es la preparación para el uso
correcto de La Palabra de Dios (Juan 8:31-32) ya creyendo en Jesús por el
Evangelio ahora debemos conocer su Palabra para hacernos verdaderos
discípulos y entonces LA Verdad será Espada para hacernos libres.
LA ORACION en todo tiempo (Efesios 6:18) es el andar en El Espíritu. En
una guerra cuando te enfrentas cuerpo a cuerpo con el enemigo es muy
difícil percatarse de donde te vienen los golpes, solo por la guía del
Espíritu podemos identificar de donde viene el ataque. La estrategia de
guerra, el momento adecuado para atacar, la confianza para penetrar el
campamento enemigo (1 de Samuel 14), todo se consigue en oración. La
oración es también ungüento para sanar heridas (velad con
perseverancia y toda suplica por todos los santos). La oración es fuente
de poder, facilita nuestra expresión para hablar y llena nuestra boca de
palabra adecuada para dar a conocer el misterio del Evangelio. Pero la
oración es también un arma de guerra para atacar al enemigo a la
distancia, es como una jabalina o catapulta que envía la palabra para
destruir y aniquilar al enemigo. LA ORACION desata el poder del tercer
cielo (Mateo 26:52 Guarda tu espada en su vaina, pues todos los que
empuñan espada, a espada morirán. 53 ¿Acaso piensas que no puedo
pedir ayuda a mi Padre, y que él me enviaría ahora mismo más de
doce legiones de ángeles?
CONCLUSION: (Efesios 6:11-13). La armadura de Dios nos hace estar
firmes contra las asechanzas del diablo. Las asechanzas del diablo son
aquellas artimañas diabólicas (los demonios) que intentan desestabilizar
nuestra fe en Cristo. Aunque el diablo ya fue derrotado por Jesús en la
Cruz y habiendo vencido el poder del diablo que era el aguijón de la
muerte resucitando de entre los muertos, aun la lucha continua ahora
por la Iglesia para rematar las huestes del maldad que intentan retomar
lo que Cristo ya redimió a precio de sangre. El diablo y sus asechanzas
son como la mafia del narcotráfico o la mafia de la corrupción
gubernamental, que a pesar que se encarcele al capo o al líder sus
alteremos (principados, potestades y gobernadores de las tinieblas)
siguen delinquiendo en nombre de su señor. Asi nosotros, La Iglesia en el
Nombre de Jesucristo debemos resistir hasta el dia en que El Señor
Venga con llama de fuego a quemar la cizaña y nos encuentre firmes
vestidos de toda su armadura dándole saludos a nuestro General de
soles.

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