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UNIVERSIDAD NACIONAL ANDRÉS BELLO

FACULTAD DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS SOCIALES


ESCUELA DE PSICOLOGÍA

La experiencia de inmigración y la
constitución del self en niños y niñas
inmigrantes.

Autoras: Daniela Bozo Cárcamo.


Rocío Rivadeneira Velásquez.
Camila Rojas Tapia.
Profesor guía: Rodrigo Cornejo Portilla.

Viña del Mar, Chile.


2019.
Planteamiento del problema

Recientemente, Chile ha sido uno de los destinos más concurridos para la inmigración
latinoamericana, por lo que, hoy en día comparte en su población una multiculturalidad que
integra diferentes países, de los cuales, los principales en la proporción total de
nacionalidades inmigrantes en el país son: Perú (25,2%), Colombia (14,1%) y Venezuela
(11,1%), a estos les siguen países como Bolivia, Argentina y Haití (CENSO, 2017). Aunque
algunas de estas nacionalidades comprenden dentro de una mayor o menor escala en la lista
de inmigrantes en Chile, en la actualidad todos ellos son parte del país, por lo que recibir y
acoger la nueva población migratoria es un desafío cultural, institucional y político que debe
comprenderse desde la inclusión y la integración de las personas como parte de la sociedad
(OBIMID, 2016).
La migración internacional corresponde a un fenómeno que, durante siglos, ha
impactado a gran parte de la población mundial y que en los últimos años se ha hecho
presente en la demografía Latinoamericana. El fenómeno migratorio es complejo, puesto que
está relacionado con diversos factores, principalmente económicos, políticos y sociales, que
afectan de manera directa el desarrollo de la vida de los individuos y sus familias.
Pueden existir muchas razones por las que los individuos migran, en la mayoría de
los casos por una necesidad, más que por una opción, ya sea por crisis políticas que pueden
estar afectando la economía del país, mejores condiciones de trabajo y salario o mejor calidad
en la educación y salud. Sin embargo, todas estas causas tienen algo en común, y es la
búsqueda de una mejor calidad de vida para el desarrollo del individuo y la familia que lo
acompaña. Ante esto, muchos gobiernos tienen como propósito integrar la migración a los
planes nacionales de desarrollo y las estrategias para la reducción de la pobreza. No obstante,
la realidad es que estos gobiernos muestran una escasa capacidad para hacer frente a los
síntomas de la crisis sobre la inmigración (Segundo Foro Iberoamericano sobre migración y
desarrollo, 2010).
Dentro de la experiencia migratoria se pueden ver alteradas las condiciones,
emociones y comportamientos de los inmigrantes, influyendo directamente en su estado de
salud, sentimientos de satisfacción y bienestar. Entre estas dificultades podemos encontrar
la separación familiar y cultural, la disminución de la calidad de vida, las dificultades del
lenguaje y la comunicación. Es así, como el inmigrante no solo vive un proceso de migración
e integración externo, sino que también vive un proceso de migración interna, una
experiencia migratoria personal, de un carácter tanto adaptativo como emocional. Los retos
que el sujeto debe enfrentar al llegar a un país nuevo requieren que el individuo pueda
moldearse a favor de la cultura, ya que se va a enfrentar a un nuevo contexto donde sus
habilidades, defensas y dificultades van a jugar a favor o en contra de factores físicos y
psicológicos que influyen en la experiencia interna y emocional que desata la inmigración
(Ferrer & otros, 2014). Cuando esta experiencia se vive de manera angustiante o
desagradable, se podrían generar problemas como el estrés postraumático, ansiedad o
depresión a raíz del duelo migratorio. En este escenario “la familia, y en particular sus
miembros más débiles —las mujeres y los niños— viven usualmente con la migración una
situación de alta vulnerabilidad; es decir, un aumento de los riesgos y la posibilidad de que
sus derechos se vean dañados o su integridad afectada.” (CEPAL, 2003, p.5)
Esta vulnerabilidad se desarrolla en contextos de inestabilidad económica, privación
de acceso a la educación y necesidades básicas, todo esto sumado a la incertidumbre sobre el
estado de sus familiares y la pérdida de coherencia del ambiente y la unidad familiar, estrés
y soporte materno. Los riesgos mencionados con anterioridad ponen en evidencia la alta
probabilidad de vulnerar los derechos de las personas en el proceso migratorio y en particular
la de los de los niños y niñas. Entre ellos se podrían ver afectados los derechos relacionados
con: la identidad y la familia; la protección contra el abuso y la discriminación; la educación;
y finalmente, a tener una vida segura y sana (UNICEF, 2014). Se hace evidente entonces,
que la experiencia de migración tendrá un efecto importante en el ciclo de la vida infantil,
debido a que muchas veces los niños y niñas pueden vivir esta experiencia como un trauma,
ya que emigrar significa en gran medida abandonar todo lo que hasta entonces es familiar y
soportar la soledad. “La migración es un cambio de tal magnitud que pone en riesgo la
identidad. La pérdida de objetos es masiva, incluyendo los más valorados y a los cuales están
ligados recuerdos e intensos afectos: personas, lugares, idiomas, costumbres, trabajo, medio
social y cultural” (Jarast, 2002, p.1); es por esta razón que, para los niños con experiencias
de inmigración, aceptar nuevas realidades conlleva un arduo trabajo, donde la adaptación por
parte del migrante implica en algunos casos negar sus raíces étnico-culturales, sus orígenes,
familias, amigos, y a veces los vínculos más frecuentados y necesarios en la infancia, lo que
podría provocar una discontinuidad en el sentido de sí mismo que adquiere el niño a lo largo
de la vida. El resultado de un progreso sano en la etapa infantil y su desarrollo va a lograr en
él un “estado de unidad”, el cual corresponde a la integración del yo y de sí mismo, un sentido
de continuidad y de representación de uno mismo, nos referimos a una realidad psíquica
personal conocida como self (Winnicott, 1960).
A partir de esto, parece relevante y necesario abordar el proceso migratorio desde la
experiencia de inmigración ya que implica una situación de profundo cambio y duelo. Cada
día, la psicología y particularmente el psicoanálisis, pone mayor atención en la salud mental
y las consecuencias que sufre la vida psíquica de los sujetos tras la experiencia migratoria.
El estudio del cambio por el cual pasan los inmigrantes, como acoplarse a culturas nuevas,
adquirir nuevas costumbres, significados y entendimientos sociales, debe contar con el apoyo
de disciplinas como la psicología que permita facilitar el desarrollo de este grupo poblacional,
de manera que esta experiencia tenga una base preventiva ante los conflictos y dificultades
que puedan presentarse en el proceso de adaptación (Ferrer & otros, 2014).
Si bien, se desconoce la cifra exacta de los niños y niñas Latinoamericanos que
emigran, “se estima que una de cada cinco personas sería un niño, niña o un adolescente,
pero en estos números no se incluye a los niños que han sido dejados atrás por padres
migrantes ya sea uno o los dos, o a los niños que nacen de padres migrantes.” (CEPAL, 2010,
p.6). Una consecuencia de lo anterior es que una gran parte de niños, con la ilusión de
reencontrarse con sus familias, emigran solos de sus países con el deseo también de alejarse
de las pocas oportunidades que ofrece su país, las situaciones de violencia y explotación que
pueden estar viviendo, y la baja calidad de vida. A ello se suma el hecho de que los flujos
migratorios están compuestos en muchos casos de padres y madres que buscan la salvación
económica de sus familias en riesgo del deterioro que se da en la continuidad vincular con
los hijos. El soporte emocional para éstos cae entonces del lado de abuelos, tíos, o hermanos
mayores quienes gestionan como pueden la responsabilidad de estas delegaciones en
contextos socioeconómicos de riesgo y donde la ausencia de la figura del padre es
habitualmente una realidad extendida (Arriagada, 2009, p.2). Como fue mencionado
anteriormente, una de las partes más afectadas dentro de este proceso son los niños, quienes
muchas veces viven: duelos sin elaborar, abandono de aspectos culturales y sociales que antes
eran familiares, sentimientos de identidad amenazados, sensación de rechazo por parte de la
sociedad receptora, nostalgia y frustración. De esta manera, es preciso mencionar que el self
es considerada la única base para el descubrimiento y el sentimiento de existir, el cual se
caracteriza por la creatividad, el gesto espontáneo y principalmente el sentimiento de una
existencia auténtica (Winnicott, 1960). Por lo que, el efecto que puede tener la experiencia
de inmigración en etapas tempranas de la vida representa un dilema importante en cuanto a
la continuidad del sí mismo y la constitución del self a lo largo de la etapa infantil. Commented [1]: Ojo con los párrafos muy largos.
Deben acortarlos más. Por otra parte, el planteamiento
del problema debe ser reducido a no más de 1 plana y
media.

Pregunta de investigación

¿Cómo afecta la experiencia de inmigración en el proceso de constitución del self de


niños y niñas inmigrantes del Colegio República de Colombia de Viña del Mar?

Objetivos

Objetivo general:

- Analizar cómo afecta la experiencia de inmigración en la constitución del self de


niños y niñas inmigrantes del colegio República de Colombia de Viña del mar.

Objetivos específicos:
- Describir la noción de inmigración y las particularidades de la inmigración en nuestro
país.

- Describir la noción de self y su papel en el desarrollo emocional del niño desde la


teoría de Donald Winnicott.
- Comprender cómo se constituye el self en la experiencia de inmigración internacional
de niños y niñas del Colegio República de Colombia de Viña del Mar.
- Analizar en el impacto que genera la experiencia de inmigración en la constitución
del self en sujetos entre 8 y 11 años del Colegio República de Colombia de Viña del
Mar.
Marco metodológico

Tras el recorrido histórico, tanto en el contexto mundial como nacional revisado en


el apartado anterior, conjuntamente con la definición de conceptos relevantes para la
problemática propuesta sobre cómo afectan las experiencias de inmigración en el proceso de
constitución del Self de niños y niñas que viven el proceso de niñez media, asimismo visto
desde perspectivas sociológicas, biomédicas y psicosociales, es que queda por definir y
revisar los aportes que la teoría psicoanalítica puede hacer respecto a la estructuración del
aparato psíquico, el recorrido de la constitución del Self, el concepto de identidad, y duelo
migratorio, siendo estos los conceptos fundamentales que serán desarrollados. Al respecto,
la siguiente investigación tiene como objetivo principal estudiar y entender cómo afecta la
experiencia de inmigración en el proceso de constitución del self de niños y niñas inmigrantes
del colegio Republica de Colombia de la Ciudad de Viña del Mar, Chile.
Este tipo de estudio será de carácter cualitativo, desde donde se recabará información
por medio de la realización de entrevistas breves a los niños y su respectivo apoderado con
la finalidad de establecer el contexto en el que se encuentra el niño o niña, para luego dar
paso a la aplicación de pruebas proyectivas gráficas. Tomando lo propuesto por Hammer
(1982) referente a las pruebas proyectivas gráficas, estas tendrán el objetivo de obtener la
producción personal de una recreación simbólica del mundo interno, y las huellas presentes
que puedan haber relacionadas con la estructuración del yo, considerando también que la
actitud frente a las pruebas podrá dar una completud a los aspectos gráficos obtenidos de los
niños y niñas del colegio de República de Colombia, que estén viviendo la experiencia de
inmigración en la ciudad de Viña del Mar.
Para el desarrollo de este trabajo, se utilizarán fuentes de información que permitirán
describir y comprender en un primer momento el fenómeno de constitución del self vinculado
a la experiencia migratoria de niños y niñas inmigrantes en Chile. Para esto, se revisará la
perspectiva sociológica propuesta por Iskra Pavez (2013) y Bhabha (1996) debido a su
colaboración en temáticas sobre la experiencia migratoria. De esta misma forma, se revisarán
los postulados de Sigmund Freud (1905), con el objetivo de hacer un recorrido sobre el
proceso de la constitución del sujeto infantil y las etapas que debe transitar, además de la
noción de duelo expuesto en “Duelo y melancolía” (1917). Posteriormente, se abarcará el
proceso de construcción del self propuesto por Donald Winnicott (1965) a lo largo de sus
obras, complementado con lo planteado por León Grinberg (1984), en relación con la
migración y su relevancia en la continuidad del sí mismo, el self y la identidad.
Respecto a las pruebas gráficas que se realizarán en la investigación, se aplicará en
primer lugar la prueba gráfica HTP (casa, árbol, persona de Buck), con el objetivo de
observar la imagen interna que los niños y niñas tienen de sí mismo, de su ambiente y de las
experiencias emocionales e ideacionales ligadas a su desarrollo. En segundo lugar, se llevará
a cabo la prueba del dibujo de la familia con el fin de comprender con más precisión, cómo
se sitúan estos niños y niñas que viven el proceso de inmigración, en su ambiente familiar
y/o en ambientes significativos para ellos, y qué recursos utilizan para adaptarse a las
adversidades que puedan estar viviendo. Por último, se realizará la prueba de la persona bajo
la lluvia con el propósito de conocer la proyección de los sistemas defensivos de los infantes
frente a estímulos externos, es decir, de qué manera se defienden ante posibles amenazas
provenientes de ambientes hostiles.
Para llevar a cabo las entrevistas y pruebas gráficas descritas anteriormente, se
contactó a la municipalidad de Viña del Mar para poder acceder a una muestra de alumnos
de entre 8 y 11 años del Colegio República de Colombia debido a su alto índice de matrículas
de alumnos inmigrantes. Lo anterior, a través de una carta de consentimiento que informará
el propósito de la investigación y las actividades que acompañarán a esta, como son la
realización de entrevistas y pruebas proyectivas gráficas, además de explicitar de qué manera
será utilizada la información obtenida que entregarán las actividades realizada con los
alumnos. El documento, además, garantizará que el alumno o alumna junto con su apoderado
sean informados y puedan acceder de manera voluntaria a la realización de una anamnesis
breve a alguna figura parental, una entrevista breve y la aplicación de pruebas proyectivas
gráficas al alumno o alumna. Todo esto luego de haber comprendido la información que se
les ha dado sobre los objetivos de la investigación, los beneficios para el infante, las posibles
molestias en cuanto a la ocupación de sus tiempos, sus derechos y responsabilidades en
cuanto a su participación. El consentimiento informado deberá ser leído y firmado por el
colegio, el alumno o alumna y su apoderado.
Estado del arte

Estadísticas migratorias actuales

El año 2017, se determinó que las personas que residen en un país diferente al de su
lugar de nacimiento representan el 3,4% de la población total, es decir, hoy en día hay
aproximadamente 258 millones de personas migrantes. También, se estima que hay alrededor
de 50 millones de migrantes irregulares y 68.5 millones de personas desplazadas de sus países
de origen a raíz de situaciones tales como, persecución, conflictos, violencia y violación de
los derechos humanos (OIM, 2018). Las principales razones por las cuales las personas eligen
o se ven impulsados a residir en un país diferente al de su territorio natal se debe a una
confluencia de factores, entre ellos se encuentran la esperanza de una vida larga y saludable,
la búsqueda del desarrollo educacional y un nivel de vida digno. Entre los países de América
Latina y el Caribe, Chile ocupa el primer lugar en cuanto al nivel de desarrollo humano con
un valor de IDH de 0,843 (dentro de una escala de medición de 0 a 1) y se ubica en el lugar
44 a nivel mundial. (PNUD, 2018). El país ha tenido un crecimiento económico rápido y que
ha permitido reducir considerablemente los porcentajes de pobreza debido a su marco
macroeconómico, lo cual resulta llamativo para los países vecinos.
A nivel nacional, hasta el año 2002 el porcentaje de población inmigrante en Chile
alcanzaba un 1,3%. Sin embargo, estos porcentajes han aumentado considerablemente, ya
que según el Censo 2017, esta cifra alcanza un 4,35% de la población total, en donde la
población de inmigrantes que llegaron al país entre el 2010 y el 2017 comprenden el 66,7%
de la cantidad total de inmigrantes en Chile. Por otro lado, en los años 90, gran parte de las
personas que viajaban a Chile en busca de una nueva residencia eran argentinos
representando un tercio de la población total inmigrante. Mientras que entre el año 2000 y
2009, esto cambió drásticamente y la mayoría de la población inmigrante pasó a ser
proveniente de Perú, alcanzando casi la mitad del total de inmigrante en Chile (INE, 2017).
Recientemente, Chile ha sido el destino de muchos extranjeros que antes no consideraban a
nuestro país como una opción. Las cifras según la nacionalidad de los inmigrantes
internacionales entre el año 2010 y 2017 evidencian una variabilidad en la distribución de la
población extranjera en el último tiempo, siendo Perú, Colombia, Venezuela, Haití y Bolivia
los países de inmigrantes más representativos en Chile. Lo cual indica que no solo la
población inmigrante ha aumentado, sino que también, se ha incrementado la variedad de
nacionalidades de las personas extranjeras que residen en el país.
Hasta la fecha, el estudio más reciente referente a personas extranjeras residentes en
Chile, realizado en diciembre del 2018, en colaboración de múltiples departamentos de
extranjería y migración, estima que hay 1.251.225 residentes habituales extranjeros en el
país, esto representa el 6,67% de la población total del país. Tomando en cuenta los datos del
Censo 2017 y 2018, existe un aumento de 505.453 personas inmigrantes en Chile, lo cual
equivale a un aumento del 40,39%.
Por otra parte, a diferencia de los datos expuestos del año 2017, la cantidad de
población extranjera de venezolanos sobrepasa a Perú, con un 23% y alcanza el primer lugar
con respecto al total de personas extranjeras residentes en Chile. Con relación al margen de
edades que representa dicha población, el 10,27% tiene entre 0 a 14 años, el 86,95% tiene
entre 15 a 64 años y de 65 años o más representa el 2,78% restante. Esta proporción da
cuenta también de la migración de grupos familiares, ya que los menores que ingresan al país
son miembros de una familia inmigrante (INE, 2018). Actualmente, la gran mayoría de la
población inmigrante reside en la región Metropolitana, Antofagasta, Tarapacá y Valparaíso.

Legislación y políticas públicas

Chile vive actualmente un proceso histórico de cambio en relación a la adecuación


del fenómeno migratorio, es por esto que recién el año 2018 las preocupaciones en cuanto a
la administración y legislación de esta situación tomaron parte concreta en cuanto a la
actualización de las normativas pertinentes sobre la inmigración en Chile en el Seminario de
Migraciones en Chile, donde la cámara del senado, la OIM, diputados y parlamentarios, se
reunieron para exponer el panorama actual, la nueva ley de migraciones, políticas públicas y
derechos humanos de migrantes.

A partir del flujo migratorio vivido en Chile en los últimos años, el Gobierno de Chile
en conjunto con el Ministerio de interior y seguridad pública instala la “Nueva ley de
migración” el año 2018, con el propósito de una migración segura, regulada y ordenada y la
lucha en contra del tráfico de migrantes, debido a consecuencias como la precariedad laboral
y habitacional, el abuso del sistema y el incremento de la trata de personas. El proceso de
regularización migratoria llama a todos aquellos extranjeros que residen actualmente en el
país y que no hayan cumplido con el proceso presencial legal correspondiente al registro y
procesamiento de la solicitud de Visa de residencia en Chile, del cual, de lo contrario, será
expulsado (Gobierno de Chile, 2018). Al respecto se propone que:

“El Estado reconoce a los extranjeros la igualdad ante la ley, la plenitud de sus
derechos laborales y el acceso a la salud y la educación parvularia, básica y media al
igual que a todos los nacionales. Los residentes podrán solicitar la reunificación
familiar, así como enviar remesas a sus familiares. Se promoverán los derechos
humanos del migrante, su no criminalización y el debido proceso.” (Gobierno de
Chile, 2018).

Proceso de inmigración en Chile, la experiencia migratoria

Existe un fuerte movimiento migratorio a nivel mundial que surge a partir de


diferentes fenómenos culturales y sociales de grande impacto durante el siglo XX y XXI.
Hay movimientos significativos en este rango de tiempo de la historia universal que propicia
y continúa influyendo en los flujos migratorios. Dentro de estos, se encuentran las
migraciones transoceánicas debido a la reorganización de los estados europeos, a partir de la
Segunda Guerra Mundial millones de personas han tenido que huir debido a los conflictos en
busca de estabilidad; la crisis económica de 1930, la cual forzó a muchas familias y personas
a cambiar su estilo de vida buscando ingresos monetarios en diferentes ciudades, por su
consecuencia en los sectores rurales; entre otros se encuentra la pobreza, el terrorismo, la
desigualdad étnica y las crisis sociales que viven actualmente países como en el norte de
África, Venezuela y Siria. Una gran parte de la población mundial comenzó a migrar el año
2008, a raíz de la crisis económica y social que se comenzó a desarrollar en diversas regiones
del mundo, situación que generó un impacto importante en los países más industrializados,
azotando sus sistemas financieros y economías, lo cual repercutió rápidamente en los
mercados globales. En efecto de ello, los países Latinoamericanos se vieron afectados
también en sus economías, por lo que “la recesión ha significado la interrupción de más de
seis años consecutivos de crecimiento económico y de logros de los indicadores sociales más
importantes de América Latina” (Segundo Foro Iberoamericano sobre migración y
desarrollo, 2010, p.4). De acuerdo con la información entregada por el CEPAL (2009), hasta
el año 2003 el desempleo regional Latinoamérica había sido reducido en un 11%, sin
embargo, tras la crisis económica, hubo un retroceso exponencial en este ámbito, alcanzando
en el año 2008 un deterioro del 8,3% en la tasa de desempleo, y por consiguiente un aumento
en la pobreza e indigencia. Lo que llevó a muchas personas de países vecinos en
Latinoamérica a optar por migrar de sus países en busca de una mejor calidad de vida. Las
Naciones Unidas reconocen por primera vez en septiembre del año 2015, que la población
migratoria es una parte integral del desarrollo sustentable a nivel mundial (IOM, 2018).

Por otro lado, es necesario generar una distinción entre los conceptos de migración,
emigración, inmigración y desplazados, que constituyen la totalidad del movimiento
migratorio en el mundo. El migrante internacional es definido como “toda persona que
cambia de país de residencia habitual. El país de residencia habitual es aquel en el que vive
la persona, es decir, el país en que la persona tiene una vivienda donde normalmente pasa los
períodos diarios de descanso.” (Naciones Unidas, 1999). De igual forma, "este término se
aplica a las personas y a sus familiares que van a otro país o región con miras a mejorar sus
condiciones sociales y materiales y sus perspectivas y las de sus familias." (OIM, 2018, p.1)

Existen múltiples conceptos asociados al fenómeno migratorio, que dan cuenta de los
movimientos específicos que realizan las personas al cruzar las fronteras, por lo que resulta
necesario precisar de acuerdo con el “Glossary on migration” la distinción entre el concepto
de emigración e inmigración. Aunque ambos giran en torno al concepto de migrante, la
diferencia radica en una cuestión de referencia situacional donde el emigrante pone el foco
en la persona que abandona su hogar de residencia, y el inmigrante desde la perspectiva de
un individuo que ha llegado a un nuevo destino para establecerse en él. Por último, el
concepto de desplazados se refiere a las personas que han sido forzadas a dejar su país de
residencia habitual o de origen debido a persecuciones, conflictos, violencia generalizada,
violación de derechos humanos, entre otras razones (OIM, 2019).

Perspectiva sociológica del proceso migratorio


Desde de una perspectiva sociológica, por lo general se pretende abordar el fenómeno
migratorio más allá de la posibilidad de adaptación o exclusión de los sujetos respecto del
nuevo entorno social. Hay un énfasis especial en la construcción de la noción de inmigrante,
situándose como una figura en dilema entre la identidad y alteridad, a propósito de las
diferencias con el resto de la población autóctona de un país. De acuerdo con lo propuesto
por diferentes autores, el sujeto migrante se define en términos de no-pertenencia, en donde
se acopla al grupo mediante la exclusión, es decir, está físicamente presente en los contextos
sociales, sin embargo, no pertenece como tal al círculo social, ya que trae consigo aspectos
que no provienen del grupo. Existen supuestos básicos culturales, sociales, morales, estéticos,
etc., que generan una crisis en cuanto a las pautas de contacto cultural, ya que las diferencias
entre el sujeto extranjero y el anfitrión generan en una primera instancia un quiebre en las
dinámicas sociales. Esto, debido a que no se comparten desde siempre las mismas
características, por lo que, un inmigrante se instala como un ente ajeno en cuanto al territorio
y la historia vivida. Por lo que, el estatus de inmigrante supone dos ejes, en un primer lugar
la experiencia objetiva de inmigrante, ya que el sujeto evidentemente se asienta en un
territorio desconocido, y otro, que corresponde al subjetivo, que supone el proceso de
enfrentar un contexto cultural completamente diferente. Hay factores determinantes que
facilitan o dificultan el proceso migratorio. Entre estos encontramos principalmente: familia,
trabajo y redes sociales, y pese a que pueden verse involucrado muchos más, para integrar
todos estos estímulos nuevos y desconocidos por el sujeto migrante, favoreciendo los
procesos de arraigo y familiarización del entorno y las personas, sin necesariamente dejar
atrás todo lo anteriormente aprendido e internalizado (Schutz, 1998). Al respecto, ha habido
distintos autores que proponen conceptos específicos para describir este fenómeno de
entrelazar lo “nuevo” y lo “viejo”; sin embargo, no logran abarcar toda la fractura que implica
el fenómeno migratorio, ya que no siempre se logran unir ambos mundos: el origen y el
destino. Por el contrario, Bhabha (1996) propone la noción “tercer espacio”, que alude a la
vivencia de los inmigrantes, quienes experimentan la sensación de no pertenecer totalmente
a ningún lugar, no están por completo en su país de origen ni en el de destino. Este tercer
espacio implica la posición de una cultura parcial, como un tejido conectivo entre culturas:
que determina la imposibilidad de introducción completa por parte de los extranjeros y los
límites que hay entre las diferentes culturas. El “entre-medio” trata del espacio
desconcertantemente parecido y diferente al mismo tiempo, proponiendo al sujeto social
constituido mediante la hibridación cultural, es decir, una mezcla de entre diferentes culturas Commented [2]: Horroroso. Una página entera sin
punto aparte.
debido a los límites de territorio y tradición. Finalmente, propone que hay una “inscripción
del sujeto minoritario en algún lugar entre lo demasiado visible y lo no suficientemente
visible nos devuelve a la idea de la diferencia cultural y la conexión intercultural” (Bhabha,
1996, p. 99).

Dentro de la población que migra hacia los distintos países del mundo, podemos
encontrar un segmento importante, que son los niños y niñas, quienes también experimentan
los procesos de movilidad familiar, asentándose en destinos desconocidos e incorporándose
un nuevo ambiente social. A los cuales se les dificulta el proceso de inserción social, ya que
desconocen aún más el entorno al que se están incorporando, sumado a que en algunos casos
pueden no contar con algunos de los elementos que apoyan y permiten sobrellevar este
proceso de mejor manera. En el contexto escolar, están aún más expuesto dentro de un
espacio social de alteridad, de diferencia y de la no pertenencia social y cultural, lo que se
define dentro de contexto de “infancia migratoria”. Deben desarrollar mecanismos que les
permitan “integrarse”, acomodarse y adecuarse a las normas y valores vigentes, ya que
necesitan ser aceptados por sus pares (Pávez, 2013). Dentro del contexto escolar, los niños y
niñas chilenos son percibidos como “atrevidos y desafiantes” por los pares inmigrantes,
despertando en estos últimos un sentimiento de añoranza y de idealización del país de origen
y como este los hacía sentir, pese a ello, una vez superado el proceso inicial de asentamiento,
los extranjeros requieren de la tranquilidad de ser vistos como iguales, por lo que asumen
prácticas vigentes en los niños y niñas locales que incluso en algunos casos pueden ser
contradictorias a las normas originales.

La migración implica una ruptura en diferentes niveles para el sujeto visitante, donde
el apoyo en el ambiente familiar genera un sostén importante para los distintos miembros,
permitiéndoles acceder de alguna forma una negociación y adaptación mutua. Pese a que la
cualidad de extranjero es una condición otorgada por nativos, es decir, estará determinada
por la cultura del país receptor, ambas partes del fenómeno se ven involucrados
ineludiblemente ya que no se trata de un proceso lineal particular de inmigrantes, sino de uno
mucho más complejo donde ambos actores y sus características particulares se entrecruzan.
Salud mental inmigrante

Con el pasar de los años, la migración se vuelve cada vez más común en
Latinoamérica, por lo que algunos países han comenzado a proponer cambios para mejorar
la protección legal de los infantes que migran. Esta situación no se aleja de la realidad chilena,
ya que en las últimas décadas el fenómeno migratorio ha tomado fuerza y ha dejado de ser
invisible para el país, y a pesar del alto porcentaje de inmigrantes que comprende el país, la
salud mental es un tema decisivo y pertinente al hablar de la adaptación cultural que
compromete la integración de esta población a las distintas regiones de Chile. “Es oportuno
mencionar que, en Chile, no existe a la fecha conocimiento respecto a la salud mental de la
población inmigrante la que es necesaria para la definición de políticas de salud hacia esta
población” (Rojas, 2008, p.5).
El concepto de salud mental se entiende como; “la capacidad de las personas para
interactuar entre sí y con el medio ambiente, de modo de promover el bienestar subjetivo, el
desarrollo y uso óptimo de sus potencialidades psicológicas, cognitivas, afectivas y
relacionales, el logro de sus metas individuales y colectivas, en concordancia con la justicia
y el bien común” (MINSAL, 2017, p.31). Dentro de las obligaciones de una nación se
encuentra el deber de facilitar el cuidado y protección de la salud de todos los ciudadanos, la
salud mental es uno de los elementos fundamentales al relacionarse con la calidad de vida,
las capacidades de trabajo, expectativas y relaciones sociales, de manera que logra contribuir
a la sociedad. Sin embargo, en Chile no existe conocimiento nacional ni regional en cuanto
al estado, estimación o percepción de la salud mental inmigrante. Y es así, como “el Estado
ha fallado en el principio de Igualdad y No discriminación, especialmente en lo relativo al
resguardo de los derechos de personas pertenecientes a diversos grupos al momento de tener
una enfermedad mental:” (MINSAL, 2017, p.47). Es decir, en Chile no hay políticas públicas
exclusivas para la salud mental inmigrante y es responsabilidad de las instituciones
nacionales generar programas de salud mental y cuidado, para prevenir los trastornos
mentales y mejorar la calidad de vida de aquellos que ya los padecen. Sin embargo, la salud
mental de estos está incluida dentro del plan nacional de derechos humanos al ser
considerados parte de la población residente en Chile con respecto a los derechos humanos
de los habitantes internacionales, respetando el derecho y acceso garantizado a la salud, como
beneficios FONASA, AUGE y GES. (Gobierno de Chile, 2018).
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Chile en conjunto con el Ministerio
de Salud realizado el año 2008, sobre el “Diagnóstico y factibilidad global para la
implementación de políticas globales de salud mental para inmigrante de la zona norte de la
región metropolitana”, se rescató información respecto al estado de salud mental de los
inmigrantes en cuanto a patologías y sintomatología de población infanto-juvenil y adultos.
Respecto a los resultados del análisis, se identificó que cerca del 90% de los adultos
calificaron su salud mental como buena o regular, siendo un porcentaje muy bajo, donde sólo
el 0,7% determinó tener una “muy mala salud”, lo cual no representa un porcentaje
significativo de acuerdo con el análisis llevado a cabo por los investigadores. De las personas
que declaran tener una mala salud mental el 76,9% menciona que consultaron a un
especialista o pidieron ayuda, donde solo el 3,6% de estos presenta Trastorno por Estrés
Postraumático (TEPT), que corresponde a la patología más común entre la población adulta
inmigrante. Mientras que, con respecto a la población infantil, los resultados son mucho más
alarmantes; un 32,4% de los escolares percibe tener un problema emocional o de
comportamiento del cual necesita ayuda, sin embargo, de acuerdo con el relato de los
apoderados este asciende a un 36,1%, siendo cerca de la mitad de la población infanto-juvenil
escolares entre 6 a 10 años quienes más perciben estos problemas. Lo cual representa una
diferencia estadísticamente significativa. Dentro de los trastornos más comunes en esta
muestra se encuentran: Trastornos del ánimo, Trastornos de ansiedad y maltrato físico y
emocional, ya sea en sus países de origen o en Chile (Rojas, 2008). Como hallazgos es
importante destacar que la prevalencia de trastornos mentales de la población infanto-juvenil
que corresponde a un 29,3%, la cual es muy superior a la población adulta.
Los escolares participantes del estudio dieron testimonio de que la discriminación era
un problema que les provocaba angustia, estrés y dolor emocional, y que esta era proveniente
de sus pares chilenos calificados como principales agresores. Es por esto, que la entrada a los
primeros días de clases sería considerada una etapa difícil y dura, y como agravante de esto,
la dificultad para afrontar la trayectoria migratoria de sus padres y el proceso de reunificación
familiar que lo acompaña. Por otro lado, dentro de las problemáticas de la salud mental en
los inmigrantes en general, se contempla una barrera que tiene que ver con la desinformación
sobre sus propios derechos y de los funcionarios de salud. Todo esto acompañado también
de problemas en el financiamiento de algunas atenciones y el no cumplimiento de metas
programáticas.
A propósito del fenómeno social migratorio, cada día, la psicología y particularmente
el psicoanálisis, pone mayor atención en la salud mental y las consecuencias que sufre la vida
psíquica de los sujetos tras la experiencia migratoria. Como fue mencionado anteriormente,
una de las partes más afectadas dentro de este proceso son los niños, quienes muchas veces
viven: duelos sin elaborar, abandono de aspectos culturales y sociales que les eran familiares,
sentimientos de identidad amenazados, sensación de rechazo por parte de la sociedad
receptora, nostalgia, frustración, entre otros. Al respecto, es preciso mencionar que la
experiencia migratoria es vivida de diferentes maneras dependiendo de varios factores que
pueden estar involucrados, tales como: momento evolutivo por el cual transita el niño, calidad
de los primeros vínculos con las figuras de apego, si hubo o no separación de los padres con
sus hijos, que tan largo fueron estos períodos de alejamiento, despedidas cuidadas y
elaboradas, y la posibilidad de establecer lazos de apego con otras figuras de cuidado
(Arriagada, 2009).

Particularidades de la niñez

A lo largo de los años el concepto de "niñez" se ha ido construyendo progresivamente


según los diversos cambios que se han manifestado física, cultural y socialmente en el mundo
y en las distintas culturas, considerando también que antes de la modernidad el niño o niña
era visto por los adultos como un "adulto por crecer" quien debía ser educado para ser parte
funcional de la sociedad, es decir, ser un aporte ya sea para trabajos físicos en el caso de los
varones, o para procrear numerosas veces en el caso de las mujeres. “A través del tiempo han
ido cambiando las ideas de la sociedad sobre la naturaleza de los niños y la forma en que
deben ser tratados. La definición de la niñez varía mucho según las sociedades (Meece, 2000,
p.12). Hoy en día el panorama ha cambiado ya que gracias a la modernidad, las diferentes
culturas han ido cambiando el concepto que tienen de la niñez considerándola ahora un
constructo de y expectativas diferentes a las de la realidad adulta, esto teniendo en cuenta la
convención internacional de los derechos del niño que se llevó a cabo por la asamblea general
de las naciones unidas en el año 1989 que "Articula un conjunto de derechos para todos los
niños y niñas, sobre la base de cuatro principios fundamentales: la no discriminación; el
interés superior de la infancia; el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo; y el
respeto por la opinión de los niños y niñas" (UNICEF, 2005).

La convención permitió definir a la niñez como un espacio separado de la edad adulta,


en donde los niños y niñas son titulares de sus propios derechos y, por lo tanto, no son
receptores pasivos de la caridad, sino protagonistas con la facultad para participar en su
propio desarrollo. En Chile al igual que en el mundo este concepto ha ido mutando
positivamente con el objetivo de proteger a los niños, niñas y adolescentes a través de
políticas que buscan cambiar la noción de niñez como "sujeto de derechos", buscando la
protección integral, haciéndose cargo de los infantes más vulnerados, la igualdad de derechos
con los adultos y entre sus pares y nuevas políticas sociales, reformas educacionales e
iniciativa des de participación política y social que permitirán la visibilidad de los niños y
niñas en el espacio público y privado (Chávez, et al., 2018).

La muestra definida para este estudio abarca la etapa de la niñez experimentada entre
los 8 y 11 años, debido a la particularidad de este tiempo en el desarrollo, donde los cambios
corporales, habilidades motoras, desarrollo sexual y hormonal se viven de manera notoria y
rápida. Y sobre todo porque durante esta etapa, llamada niñez intermedia, el crecimiento
cognoscitivo toma un rol fundamental en el desarrollo de la capacidad de control y
comprensión emocional sobre sí mismos, los niños se vuelven más conscientes de los
sentimientos e intenciones propias y del resto, y desarrollan emociones más elaboradas como
la empatía, la vergüenza y la autoestima debido a la inclusión al mundo social. Desde una
mirada biomédica, se describe a la niñez media como la etapa que se vive entre los 6 y 11
años. “Los cambios corporales entre estas edades son drásticos los niños crecen entre cinco
y siete centímetros y medio y casi duplican su peso” (McDowell, Fryar, Odgen y Flegal,
2008). Debido a lo anterior, durante este período hay un aumento en la alimentación, una
reducción en las horas de sueño, una nueva adquisición de habilidades motoras reflejada en
deportes y actividad física, un aumento en la relación e interacción con sus pares y una notoria
diferenciación de género debido a los cambios hormonales. (Papalia, 2012).
A nivel de desarrollo cognitivo comienzan a haber diferencias del pensamiento y
razonamiento moral respecto a las etapas anteriores. A los 7 años los niños y niñas se integran
a la etapa de operaciones concretas donde pueden resolver problemas concretos a través del
razonamiento e integrar múltiples perspectivas de una situación en particular; "En la etapa
de las operaciones concretas los niños tienen una mejor comprensión que los niños
preoperacionales de los conceptos espaciales, la causalidad, la categorización, los
razonamientos inductivo y deductivo, la conservación y el número." (Papalia, 2012, p.292).
El pensamiento lógico y flexible dependerá tanto del desarrollo neurológico como de la
experiencia de adaptación al ambiente. Además, propondrá 3 etapas del desarrollo moral
nombrando a la primera etapa preoperacional (2 a 7 años), en donde los niños y niñas
obedecen estrictamente a la autoridad, categorizando las cosas únicamente entre lo bueno y
lo malo. La segunda etapa consistirá en las operaciones concretas (7 a 10 años) pudiendo
considerar varios puntos de vista de alguna situación por ende sus juicios morales serán más
flexibles. Por último, llegará la etapa del desarrollo moral (11 a 12 años) cuando hay un
razonamiento formal de las cosas permitiendo obtener la empatía con la finalidad de
igualdad. (Piaget, 1932).
En cuanto a lo psicosocial, los niños y niñas en este periodo de sus vidas van tomando
conciencia de sus sentimientos y de los demás, pueden regular mejor sus emociones gracias
a sentimiento de vergüenza, orgullo y culpa, que, si bien son considerados generalmente
como negativos, ayudan a regular las conductas impulsivas características de la primera
infancia. Según Harter (1993), las emociones influyen en la noción que tienen de sí mismo y
podrán entender de mejor manera las emociones contradictorias.
Es importante tener en consideración que el contexto social y cultural tendrán una
importante relación en el desarrollo de la niñez. Para Vygotsky (1987), el conocimiento no
se construirá de manera individual, sino que será construido entre varios, postulando que, si
bien el desarrollo de la niñez trae consigo ciertas funciones elementales como la percepción,
la memoria, la atención y el lenguaje, estas llegaran a su maduración a través de la interacción
con otros individuos.
El primer contacto que tienen los niños con otros individuos es con sus padres o
cuidadores, lo que será de gran relevancia para autores como Winnicott, Klein, Malher y
Bowlby, quienes desde distintas aristas postulan que las relaciones vinculares madre-hijo
serán la base para el desarrollo emocional, afectivo de la niñez y su futura personalidad en la
adultez. Si bien en la niñez media, los niños y niñas comienzan a ser cada vez más
independientes y pasan más tiempo con sus amigos o en actividades extraescolares, la familia
sigue teniendo un papel fundamental en el desarrollo sobre todo cuando de castigos y reglas
se trata.

La niñez para el psicoanálisis

Para poder comprender en profundidad la experiencia de inmigración, y de qué


manera esta influye en la constitución del self de los niños y niñas que viven este proceso, es
importante revisar los aportes de la teoría psicoanalítica que permitan definir desde la base
la constitución de la psique infantil.
A lo largo de sus obras, Freud se preocupa de hacer una distinción entre el "ser adulto"
y "ser niño" para poder explicar la constitución del aparato psíquico, y como este "ser" se
desarrolla siguiendo el camino de la maduración de las etapas del cuerpo biológico. Es así
como define los estados del sujeto psíquico (infancia, latencia, pubertad, adolescencia,
madurez). Precisamente en su obra "Tres ensayos de la teoría” en 1905, en un inicio, en la
etapa oral el placer sexual estará ligado a la excitación bucal y de los labios, teniendo directa
relación con la alimentación; "La actividad sexual no se ha separado todavía de la nutrición,
ni se han diferenciado opuestos dentro de ella. El objeto de una actividad es también el de la
otra; la meta sexual consiste en la incorporación del objeto, el paradigma de lo que más tarde,
en calidad de identificación, desempeñará un papel psíquico tan importante." (Freud, 1924,
p.180), por lo que el niño vivirá y amará a través de lo oral, y la madre le proporcionará
mediante los senos protección y alimento. Lo anterior significa una atmósfera de mutualidad
entre madre e hijo y resultara una alta recompensa para el placer libidinal.
La segunda etapa corresponderá a la organización sádico-anal, en donde habrá por
primera vez una diferenciación en la vida sexual de los niños, pero aún no se les puede separar
completamente en femenino y masculino; "En esta fase, por tanto, ya son pesquisables la
polaridad. sexual y el objeto ajeno. Faltan todavía la organización y la subordinación a la
función de la reproducción." (Freud, 1924, p.180). Desde esta fase se irá constituyendo la
relación del niño con el mundo externo. Luego de lo anterior, terminará la etapa pregenital
del desarrollo psicosexual y los genitales comenzaran a tomar el papel rector. En esta etapa
fálica, las pulsiones serán satisfechas principalmente en el cuerpo propio. En un principio es
desde el varón que se comienza a vislumbrar los límites más marcados para diferenciar al
niño del adulto, esto a través del concepto del Complejo de Edipo, que corresponderá al
fenómeno central del período sexual de la primera infancia, y a su consiguiente sepultación
para alcanzar el periodo de latencia.
Este proceso constitutivo se vive de diferente forma en el niño y la niña. En el niño,
este fenómeno comienza en su edad temprana con la investidura de objeto a la madre,
teniendo como foco principal, el pecho materno, y a la vez esta elección de objeto se originará
y sostendrá sobre la identificación con el padre. Habrá un cambio cuando los deseos sexuales
hacia la madre son reforzados, es decir, el deseo y los sentimientos tiernos hacia ella serán
intensos, por lo que el padre se convertirá en un obstáculo para que este deseo persista y un
poderoso rival que peleará por la atención y el amor de la madre; "La identificación-padre
cobra ahora una tonalidad hostil, se trueca en el deseo de eliminar al padre para sustituirlo
junto a la madre. A partir de ahí, la relación con el padre es ambivalente; parece como si
hubiera devenido manifiesta la ambivalencia contenida en la identificación desde el
comienzo mismo." (Freud, 1923, p.33). esta posición hostil que toma el niño respecto al padre
hará surgir el Complejo de Edipo.
Este complejo tendrá su fin cuando el niño se dé cuenta de que las niñas no tienen
falo, y, por ende, llegará a la conclusión de que fue castrada por lo que cobrará sentido la
amenaza de castración, la que pondrá fin a toda la satisfacción que puede darle este complejo.
Esto provocará el retiro de la investidura de los objetos parentales la que se sustituirá por la
identificación con el padre, el que será introyectado como Superyó y es así como la libido
que se dirigía hacia los padres se desexualiza y se sublima. A partir del sepultamiento del
Complejo de Edipo el niño se adentrará en el periodo de latencia, el cual significa un periodo
de calma emocional e intelectual, y de exploración social ya que la libido que salió de sus
objetos de amor primarios debe ser redirigida a otros aspectos de su vida.
El periodo de latencia tendrá la particularidad de otorgar dos tiempos a la elección de
objeto, Freud dice; "la elección de objeto se realiza en dos tiempos, en dos oleadas. La
primera se inicia entre los dos y los cinco años, y el período de latencia la detiene o la hace
retroceder; se caracteriza por la naturaleza infantil de sus metas sexuales. La segunda
sobreviene con la pubertad y determina la conformación definitiva de la vida sexual." (Freud,
1905, p.181-182). Estos dos tiempos serán constitutivos y primordiales para la formación y
desarrollo del aparato psíquico y sus implicancias para el periodo de la niñez.

Self, duelo y su relación con la inmigración

Como fue mencionado anteriormente el fenómeno migratorio implica un proceso de


adaptación e integración del nuevo entorno en el que se insertan los sujetos inmigrantes, “Los
emigrantes en el barco, habiendo dejado atrás el mundo que conocían se dirige hacia un
mundo que no pueden visualizar aun en forma realista. Lejos de toda costa, viven en un
estado irreal, solo compartido por sus compañeros de viaje [...]” (Gringberg & Gringberg,
1984, p.91). Este proceso implica una serie de pérdidas y sufrimientos respecto de lo que es
dejado atrás, lo cual se vive de manera individual por cada persona, dependiendo de los
diferentes recursos personales y ambientales con los que se cuente. Podemos encontrar las
redes de apoyo, nivel de integración social, las condiciones de vida actuales y anteriores a la
migración.
Freud, en “Duelo y Melancolía” en 1917, desarrolló la noción del duelo,
describiéndolo como un afecto penoso que tiene una manifestación exterior y se desarrolla
como una reacción frente a la pérdida de un objeto amado, donde el sujeto en las diferentes
etapas de su vida puede vivenciar diferentes pérdidas que le resulten tremendamente
significativas y dolorosas. Estas pérdidas despliegan la elaboración de un proceso de duelo,
ya que se retira la libido del objeto perdido en lo psíquico, lo cual constituye una paso lento
y sufrido, donde cada recuerdo o expectativa que la libido anudaba al objeto son clausurados,
sobreinvestidos y se ejecuta el desasimiento de ésta al no ser proyectada hacia otro objeto. Si
bien el autor se refiere a la pérdida de un objeto amado, abre la posibilidad de que este objeto
de amor pueda ser representado mediante una abstracción, como puede ser la patria, libertad,
un ideal, etc. Ya que, de igual forma, la pérdida de uno de estos puede significar un
sufrimiento intenso para el sujeto.
El duelo se vive de manera consciente y trae consigo varias desviaciones de la
conducta normal, sin ser considerado como un estado patológico, implica un extrañamiento
de la realidad y una pérdida de interés sobre el mundo exterior. De la misma manera que
ocurre con los inmigrantes, quienes luego de haber idealizado su país de destino antes de la
llegada, se ven enfrentados a una realidad completamente distinta, donde incluso son tratados
con hostilidad y sancionados, generando un quiebre respecto de sus expectativas y sueños de
mejorar la calidad y condiciones de vida. Este quiebre, genera sentimientos de tristeza y
añoranza de su país de origen y la calidez que este les ofrecía, pese a las dificultades
económicas, sociales y ambientales que este puede estar viviendo, ya que, es donde se
encuentra por lo general todo lo que es familiar para el sujeto: familia, un entorno laboral o
escolar conocido, idioma, costumbres, entre muchos otros. La esperanza y expectación se
puede ver disminuida y reemplazada por una necesidad de adaptación y aceptación de la
nueva realidad, y además de la integración del hecho de estar distanciados respecto del país
de origen (González, 2005).
El duelo migratorio implica una reorganización interna que puede afectar la
personalidad previa del sujeto, sus características psicológicas predominantes, el momento
vital en el que se encuentra, abriendo la posibilidad a generar una crisis personal (Gringberg
& Gringberg, 1984). De acuerdo con lo propuesto por Gringberg, aborda el proceso
migratorio como un acontecimiento potencialmente traumático, que se prolonga en el tiempo
constituyendo deprivaciones físicas y afectivas, como también separaciones de figuras
representativas para el sujeto. Esta crisis puede ser desencadenada por las migraciones o a
consecuencia de ellas, lo cual inscribe una ruptura que constituye un momento de mayor
debilidad deteriorando la continuidad del sujeto en la relación con el entorno. Al respecto,
resulta pertinente abordar la noción de falso y verdadero Self propuesta por Winnicott, ya
que propone al verdadero Self como la posibilidad de dar continuidad a la experiencia de sí
mismo, relacionado directamente con la capacidad individual de vivir subjetivamente en el
mundo. Este proceso comienza desde las etapas más tempranas del niño y se continúa
desarrollando a largo de toda la vida. Las diferentes vivencias, van impactando la vida
psíquica del sujeto en mayor o menor medida, dependiendo de la calidad de la relación con
la figura materna durante los primeros años de vida, y de un ambiente lo suficientemente
facilitador y contenedor que permita desplegar distintas capacidades del niño, ya sea la
creatividad, espontaneidad, capacidad de jugar y relacionarse socialmente. Es decir, la
posibilidad de ser va a depender de las condiciones del ambiente cuidador (Winnicott, 1965).
De ahí, que: “un inmigrante privado, con la pérdida prolongada de objetos confiables en el
ambiente, también sufre una disminución de su capacidad creativa. Depende de sus
condiciones para elaborar esa deprivación y superarla, el que pueda recuperar sus
habilidades.” (Gringberg & Gringberg, 1984, p.26). Es decir, basados en lo propuesto por
Winnicott, el ambiente contenedor ha adquirido la cualidad de perturbador y amenazante,
abriendo espacio para rupturas psíquicas que se generan a partir de experiencias traumáticas
que traen como consecuencia la pérdida de la capacidad de simbolización y la necesidad de
recurrir a defensas más primitivas. Cuando esto ocurre, el falso Self adquiere protagonismo,
como un recurso de protección para sobrevivir por sí mismo en un mundo hostil, funciona
como una máscara para el verdadero self quien a raíz de estas amenazas busca evadir la
aniquilación.
El trauma según Winnicott puede ser abordado desde lo normal y lo patológico, ya
que varía desde la capacidad de aceptar las normas sociales y convencionales, hasta
reemplazar el sí mismo verdadero habitando el mundo de forma impersonal respectivamente.
En el caso de los niños expuestos a migraciones, esta experiencia se puede situar como
traumática, amenazando la continuidad del self, ya que “Una ruptura del ambiente inmediato
del niño en esta etapa lo vuelve incapaz de desplegar toda la variedad de síntomas apropiados,
o lo obliga a adecuarse a algún aspecto del medio o a identificarse con él, perdiendo así
experiencia personal” (Winnicott, 1971, p.149). Por lo que la migración es uno de los
escenarios en la vida que pueden generar una gran desorganización psíquica y afectiva en el
sujeto, donde va a depender de la capacidad de elaboración de estas pérdidas, como se supere
el duelo migratorio. Commented [3]: Cuál es su propuesta de Marco
teórico? Dónde van a explicar la noción de Self en sus
articulaciones al Yo, al Narcisismo?
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http://revistas.iue.edu.co/index.php/Psicoespacios

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