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DIA DE DUARTE

26 enero 1980.
INTRODUCCION

La biografía del General Juan Pablo Duarte y Diez,


el Padre de la Patria, permanecerá incompleta por mu-
cho tiempo, quizás para siempre; y ello se debe a la ca-
rencia de noticias sobre determinadas facetas de su exis-
tencia que impiden que los historiadores reconstruyan
su vida de la manera más completa posible. Desafortuna-
damente, no hubo un biógrafo que se encargara de dejar
a la posteridad, con lujo de detalles, la trayectoria de ese
hombre ejemplar que todo 10 dió en aras de la libertad
de su pueblo. Sólo su devota hermana, la señorita Rosa
Duarte, dejó unas escasas aunque valiosísimas notas que
intituló: Apuntes para la historia de la isla de Santo Do-
mingo, y para la biografía del general dominicano Juan
Pablo Duarte y Diez, códice generalmente conocido co-
mo el Diario de Rosa Duarte, que ha sido el punto de
partida para escribir la biografía del maestro. No cabe
duda de que Duarte había comenzado a escribir su pro-
pia biografía; pero lamentablemente no la concluyó.
Los apuntes de Rosa Duarte revelan que ella utilizó ma-
nuscritos de su hermano, pues hay pasa,jes en que es ella
quien se refiere a Duarte en tercera persona, y otros en
los que es él quien habla. Rosa también dejó unos Borra-
dores de los Apuntes que contienen datos que no apare-
cen en estos últimos, por 10 cual ambos manuscritos han

1
sido de no poca utilidad en la ardua tarea de ofrecer una
versión de la vida de Duarte 10 más acorde posible con la
verdad histórica.
Además de los Apuntes, existen algunos breves es-
critos del General Duarte tales como cartas, poemas y
un Proyecto de Constitución que son fuente de obliga-
da consulta para poder comprender la vida del creador
de la nacionalidad dominicana. A estos documentos, po-
demos agregar los Apuntes para la Historia de los Trini-
tarios, fundadores de la 'República Dominicana, escritos
hacia 1887 por el trinitario José María Serra, yen los
cuales aparecen frases atribuídas a Juan Pablo Duarte.
En base a estos documentos, a las cartas de los ami·
gos de Duarte que se conservan, ya las versiones de algu-
nos coetáneos suyos que le trataron muy de cerca, es
que se ha podido reconstruir la esencia de todo cuanto
se sabe actualmente acerca del ilustre fundador de La
Trinitaria y padre de la República Dominicana.
Duarte, en su época, no sólo fue un revolucionario
en todo el sentido de la palabra; sino que, además, fue
un intelectual preocupado por su pueblo v un verdadero
humanista. No dejó abundantes escritos(l); pero cuanto
de él se conserva -que es bien poco- revela que el hom-
bre poseyó una vasta erudición que puso al servicio de
las máyorías. Desde hace varios decenios circula un Idea-
rio de Duarte, brillantemente compilado por el docto
historiador Don Vetilio Alfau Durán, en el cual se reco-
ge la esencia del pensamiento duartiano. Estimamos, sin
embargo, que además del Ideario se impone ofrecer una
especie de antología del pensamiento del maestro que
permita al lector determinar por qué Duarte dijo tal ex-
presión, a quién se la dirigió, por quién la dijo, en fin, las

2
circunstancias históricas que 10 indujeron a manifestarse
como 10 hizo. De esta manera, pensamos, Duarte se tor-
na más humano a los ojos del pueblo; su obra deviene
más real; y se evidencia su trayectoria inintelTUmpida de
revolucionario en defensa del pueblo dominicano.
Deber cívico y patriótico, y no otra cosa, es el es-
tudio del pensamiento duartiano, cuya esencia naciona-
lista aún no ha perdido vigencia. Porque no cabe dudas
de que todo cuanto fluyó de la pluma de ese "hombre
singular que nos dio el don supremo de una patria, en-
cierra una profúnda enseñanza".f2)

J.D.B.

1832

Juan Pablo Duarte regresa a la isla de Santo Domin-


go después de varios años de ausencia(3), pues su padre
le había enviado a Europa para que continuara sus estu-
dios. Desde 1822 los dominicanos estaban gobernados
por los haitianos y la Universidad había sido clausurada.
Un grupo de amigos y familiares recibieron al joven
Duarte, quien entonces tenía 19 años de edad. El Dr.
Manuel María Valverde, al verlo, le preguntó por lo que
más había llamado su atención durante su permanencia
en Europa. La respuesta de Duarte fue: "los fueros y li-
bertades de Barcelona; fueros y libertades que espero
demos nosotros un día a nuestro patria". (4)

1835

Refiere José María Serra en su Relación que en este


año, a raíz de la muerte del capitán Javier Miura, se pro-
dujo un incidente en perjuicio de su amigo Wenceslao de

3
la Concha a quien correspondía suceder al fenecido mi·
litar. Pero sucedió que el gobernador Carrié nombró a su
hijo Samí, y Serra, disgustado con esa infamia, se dedicó
a escribir pasquines incitando a la población a rebelarse.
Serra se mantuvo solo, en esta actividad hasta que un día
su amigo Juan Pablo Duarte llegó a su casa y al descubrir
que era él quien escribía los pasquines, decidió unirsele
y juntos iniciaron una intensa campafia para concienti-
zar a los dominicanos sobre las necesidades de rebelarse
contra los haitianos. Serra sei'hJa que ambos duraron
más o menos tres afias en las actividades conspiratorias
hasta que cierto día, Juan Pablo se le acercó y le dijo:

1838

"Nada hacemos, querido amigo, con estar excitan-


do al pueblo y conformamos con esa disposición, sin AG,
cerla 3eroir para un fin positivo, práctico y trascenden-
tal. Entre los dominicanos y los haitianos no es posible
fwión. Yo admiro al pueblo haitiano desde el momento
en que, recomendo las páginas de su historia, lo encuen-
tro luchando desesperadamente contra poderes excesi-
vamente superiores, y veo cómo los vence y cómo sale
de la triste condición de esclavo para constituirse en na-
ción libre e independiente. Le reconozco poseedor de
do. virtudes eminentes, el amor a la libertad y el valor;
pero los dominicanos que en tantas ocasiones han verti-
do &,onosamente su sangre, lo habrán hecho para sellar
14 afrento. de que en premio de sus sacrificios le otorguen
... dominadores la gracia de b.esarlcs la mano? ¡No más
humillación! ¡No más vergüenza! Si los espafl.oles tiell·en
.. mOllCl"lllía espafl.ola, y Francia la suya francesa; IÍ
".,.101 laaititUlOs han cOlUtÍilJ,ído la Repúbliu. Haitia-
na, por qui I&an de estar Ltlst'fominicanos sometidos, ya

4
a la Francia, ya a E.paffa, ya a lo. mismo. haitiano., .in
pensar en constituirse como lo. demás? ¡No, mil vece.!
¡No más dominación! ¡ Viva la República Dominica-
OO,,!(5)
Después de estas palabras, Duarte le explicó a Serra
sobre los planes revolucionarios que había concebido.
Era necesario, le dijo, crear una sociedad secreta que se
llamaría La Trinitaria porque estaría compuesta por
nueve miembros fundadores quienes, a su vez, formarían
una base triple de tres miembros cada una. Los nueve in-
dividuos asumirían un seudónimo a fin de protegerse de
las autoridades haitianas., y debían poner en práctica un
sistema de comunicación que sólo ellos entenderían. La
existencia de esa agrupación política debía ser un secre·
to inviolable, y todo trinitario estaba obligado a hacer
propaganda constante y debía procurar atraer nuevos
miembros para eJ grupo.
El 16 de julio de 1838, Duarte y ocho amigos se
reunieron en la casa de doña Josefa Pérez de la Paz, y
allí dejaron establecida la histórica sociedad La Trinita-
ria. En esa memorable reunión, Duarte dijo a los presen-
tes:
"Amigos mio.: unidos aqui con el propó.ito de ra-
tificar el que habíamos concebido de conspirar y hacer
que el pueblo se subleve contra el gobierno haitiano, a
fin de constituirnos en Estado libre e independiente con
el nombre de República Dominicana, vamos a dejar em-
peñado nuestro honor y vamos a dejar comprometida
nuestra vida. La situación en que nos coloquemos será
muy grave, y tanto más cuanto que en entrando ya en
este camino, retroceder será imposible. Pero ahora, en
este momento hay tiempo todavla de rehuir toda clase
de compromiso. Por lo tanto, si alguno quisiera separar-
se y abandonar la causa noble de la libertad de nuestra

5
querida pGtrio..•. (6)
En ese momento todos los presentes interrumpie-
ron a Duarte y le ratificaron su decisión de luchar por la
proclamación de la República. Fue entonces cuando
Duarte extrajo de uno de sus bolsillos un pliego que to-
dos debían firmar con su sangre; pero antes de ese so-
lemne acto, los presentes tO'maron el siguiente juramen-
to, escrito por Duarte:
"En el nombre de la santísima, augustísima e indi-
visible Trinidad de Dios Omnipotente: juro y prometo,
,por mi honor y mi conciencia, en manos de nUeltro pre-
sidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vi-
da y bienes a la separación definitiva del gobierno haitia-
no y a implantar una república libre, soberana e inde-
pendiente de toda dominación extranjera, que se deno'
minará República Dominicana; la cual tendrá su pabe-
Uón tricolor en cuartos, encamados y azules, atravesado
con una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconoci-
dos los Trinitarios con las palabras sacramentales: Dios,
Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el mundo.
Si tal hago, Dios me proteja; y de no, me lo tome en
cuenta, y mis consocios me castiguen el perjurio y la
traición- si los vendo". (7).
Inmediatamente después del juramento, los trinita-
rios firmaron el histórico pliego anteponiendo una cruz
al nombre de cada cual. Duarte entonces les dijo:
"No es la cruz el signo del padecimiento; es el sím-
bolo de la redención; queda bajo su éjida, constituida la
Trinitaria, y cada uno de sus nueve socios obligado a re-
construirla, mientras exista uno, hasta cumplir el voto
que hacemos de redimir la Patrin del poder de los hai-
tianos".(8)

6
1843

Mientras se encontraba reunido un grupo de domi-


nicanos 'en casa de Manuel Joaquín del Monte con el
propósito de arribar a un acuerdo entre,todas las faccio-
nes que luchaban contra los haitianos, alguien de los
afrancesados sugirió una idea que lesionaba el ideal tri-
nitario, y Duarte de inmediato se opuso señ.alando que:
"Todo sentimiento de mejora en que el sentimien-
to nacional se postergue a la conveniencia de partidos,
debe siempre reprobarse, porque puesto en ejecución
constituye delito de lesa patria". (9)
A raíz de esa reunión los trinitarios fueron denun-
ciados ante las autoridades haitianas, las cuales desata-
ron una tenaz persecusión en contra de ellos. Algunos
fueron hechos presos, otros pudieron ocultarse, y Duar-
te, junto con otros, tuvo que ahandonG' 11 isla estable-
ciéndose en Venezuela.
En septiembre de 1843 experimentaba Doarte su
primer exilio en Venezuela. Algunos amigos venezola-
nos le sugirieron que se inscribiera en la Universidad a
fin de que se examinara y se recibiera. de Doctor en De-
recho, pero él no aceptó la idea, de acuerdo con sus pa·
labras, porque:
"Mi pe~miento, mi alma, yo todo, no me perte-
necía: mi carísima Patria absorbía mi mente, Uenaba mi
corazón y sólo viviría para. ella... !,~10)
En noviembre de 1843, Sánchez y Vicente Celesti-
no le escribieron a Duarte pidiéndole ayuda, aunque fue·
ra "a costa de una estrella del cielo", para realizar la re-
voo..ción. Pero en febrero 4 de 1044, cWlllde ya Baltla
que le era casi imposible consegttir la ayuda económica
'iUe necesitaba para el movimiento liberador, le escriJÑó

7
a su familia la histórica carta en que le decía:
"El único medio que encuentro para reunirme con
Uds. es independizar la patria; para conseguirlo se nece-
sitan recursos, recursos supremos, y cuyos recursos son,
que Uds. de mancomún conmigo y nuestro hermano Vi-
cente ofrendemos en aras de la patria lo que a costa del
amor y trabajo de nuestro padre hemos heredado. Inde-
pendizada la patria puedo hacerme cargo del almacén, y
a más, heredero del ilimitado crédito de nuestro padre, y
de sus conocimientos en el ramo de marina, nuestros ne-
gocios mejorarán y no tendremos por qué arrepentimos
de habemos mostrado lignos hijos de la patria". (ll)

1844

La República Dominicana se proclamó el 27 de fe-


brero de 1844 gracias a los esfuerzos de los Trinitarios y
del pueblo dominicano que nunca retiró su apoyo. De
inmediato el nuevo gobierno envió por Duarte, que de
Venezuela se había trasladado a Curazao, quien arribó al
país el 15 de marzo. Dice Serra en su Relación que cUQ.n-
do Duarte desembarcó y se vio en medio de su familia y
amigos, pudo decir a todos con gran alegría:
"Un día, viendo gemir a mi Patria bajo el yugo de
un pueblo invasor, concebí el pensamiento de quebran-
tar sus hierros, y os pedí vuestra cooperación; la prestas-
teis y hoy la Patria es libre; bendito sean todos los que
han realizado transformación tan gloriosa. Ahora todos
debemos propender a hacer que esta libertad sea fecun-
da en bienes. Haremos feliz a Nuestra Patria? ¡Ah!
¡Maldito sea todo aquél que ahora ni nunca ocasione su
. "JI2)
desgracw.... -\
En el mes de julio, a proposición de Ramón Matías
Mella, los pueblos del Cibao proclamaron a Duarte Presi-

8
dente de la República,. honrosa designación que el patri-
cio rechazó porque no había sido producto de unas elec-
ciones generales. No obstante, Duarte dirigió una misiva
a los habitantes de Puml> Plata en la cual les decía:
"Sensible a la honm que acabáis de hacerme, dis-
pensándome vuestros !fUfragios para la primera Magis-
tratura del Estado, nada me será más lisonjero que saber
corresponder a ella Uenando el hueco de vuestras espe-
ranzas, no por la gloria que de eUo me resultaría, sino
por la satisfacción de veros, cual lo deseo, libres, felices,
independientes y tmnquilos, y en perfecta unión y ar-
monía. llenar vUe$tros destinos, cumpliendo religiosa-
mente los deberes que habéis contraído para con Dios,
para con la PattilJ, para con la Libertad y para con vo-
sotros mismos.
"Me habéis dado una prueba inequívoca de vuestro
amor, y mi corazón agradecido debe dárosla de gratitud.
Ella es ardiente como los votos que formo por vuestra
felicidad. Sed felices, hijos de Puerto Plata, y mi corazón
estará satisfecho aún exonerado del mando que queréis
que obtenga; pero sed justos lo primero, si queréis ser
felices. Ese es el primer deber del hombre; y sed unidos,
y asi apagáreis la tea de la di.'1cordia y venceréis a vues-
tros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré
la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros li-
bres, felices, independientes y tranquilos". (13)
Poco tiempo después de'los sucesos del Cibao, en
agosto, Duarte se veía forzado junto con varios compa-
ñeros, a abandonar la República Domínicana desterra-
dos por el dictador Pedro Santana. La noche en que él
y sus amigos embarcaron para Hamburgo, aparece des-
crita en este Romance suyo:

Era la noche sombría,

9
r sllenclo.a, y de calma;
Era una noche de oprobio
Para la gente de Ozama.
Noche de mengua y quebranto
Para la Patria adorada.
El recordarla tan solo
El corazón apesara.
Ocho los m (seros eran
Que mano aviesa lanzaba,
En pos de sus compafleros
HacÚlla extranjera playa.
Ello. que al nombre de Dios,
Patria y Libertad se alzaran;
EUo. que al Pueblo le dieron
La independencia anhelada,
Lanzado. fueron del 'Suelo
Por cuya dicha lucharan;
Pro.crito., sí, por traidore.
Lo. que de lealtad sobraban.

Se les miró descender


A la ribera callada,
Se le. oyó despedirse,
y de su voZ' apagada
Yo recogí los acentos
Que por el aire vagaban.(14)

Una vez en Hamburgo, Duarte fue presentado a la


Logia de Oriente. Hizo muchos amigos. Aprendió ale-
mán y concluyó estudios de geografía universal. En no-
viembre de 1844, escribió:
"Debo a la alta sociedad hamburguesa, o si se quie-
re., a la aristocracia, muchas pruebas de estimación y
respeto; el considerar que estaba sufriendo por mi pa-

10
trÜJ, me atrajo muchas simpatías hasta en el bello sexo.
Las hamburguesas son afables, pero lo que las hace más
amables es que unen la amabilidad al decoro".(15)
Al siguiente mes se trasladó a Saint Thomas en
donde se unió a varios dominicanos que le hicieron múl-
tiples sugerencias que él rechazó por tratarse de asuntos
individu~es y no patrióticos. Allí se enteró de todas las
vicisitudes que había experimentado su amado pueblo
en los pocos meses de vida independiehte que llevaba.
"Entonces supe -escribió- que ni Rivier había
atropellado ni expulsado a tantas familias dominicanas
como lo estaba haciendo Santana, que a mi familia, es
decir, mi anciana madre con cuatro niñas, que la mayor
apenas contaba con 16 años, y cuatro niños, el mayor
de 13 años eran vigilados por el batallón del coronel Ma-
tías Moreno ... Allí también supe que se había reunido
la Constituyente y por mayoría de votos había salido
electo Presidente y que el Jefe de las tropas que cerca-
ban la casa de San Cristóbal, el General Linares se había
presentado en el lugar de las sesiones y dicho a los con-
gresantes: que Santana era el elegido, o no quedaba uno
con vida. Después de una discusión y unos tiros de re-
vólver al aire se eligió a Santana Presidente... ". (16)

1845

El 27 de febrero de 1845, en el primer aniversario


de la Patria, qía único en los fastos de nuestra historia,
el Presidente Santana lo celebró haciendo fusilar a María
Trinidad Sánchez, Andrés Sánchez y otras dos personas
acusados de conspirar contra el Estado. Duarte, al refe-
rirse a esa fecha tan significativa para él y los trinitarios,
escribió lamentándose:
"En mi ciudad natal santificaban tan memorable

11
día los Galos cubriendo de sangre y luto mis amantes la-
res y arrastrando cuatro nobles víctimas a infando supli-
cio". (17)

1862

Duarte se enteró mediante una carta familiar que


Santo Domingo era colonia espafiola. Decidió empuñar
las armas de nuevo y regresar a la tierra nativa para lu-
char por el rescate de la libertad. En agosto, estando en
Venezuela recibió proposiciones para que se presentara
ante el Cónsul Espafiol y le ofreciera sus servicios a Es-
paña, que la Reina, en cambio, lo nombraría Capitán
General de Santo Domingo. De ese modo terminaría la
guerra e incluso sus hermanos iban a tener la oportuni-
dad de salir de la pobreza en que vivían desde hacía
años. Duarte fue incapaz de trocar la gloria por una po-
sición burocrática y por dinero, porque:
"Los sufrimientos de mis hermanos me eran suma-
mente sensibles, pero más doloroso me era ver que el
fruto de tantos sacrificios, tantos sufrimientos, era la
pérdida de la Independencia, de esa Patria tan cara a mi
corazón, y en lugar de- aceptar la opulencia que nos de-
gradaba acepté con júbilo la amarga decepción que sabía
me aguardaba el día que no se creyeran útiles ni necesa-
rios a particulares intereses mis cortos servicios". (18)

1863

Cuando Duarte fundó La Trinitaria, sus compañe-


ros lo nombraron General ell Jefe de los Ejércitos de la
República y Director General de la Revolución Domini-
cana, rango que el patricio rea:-umió en ese momento en
que se disponía venit a Santo Domingo para integrarse a

12
la guerra restauradora. El creó, pués, un Estado Mayor y
expidió nombramientos militares en favor de varios de
sus compafieros de lucha.
En diciembre 14, nombró Agente de Negocio~ en
Curazao y demás Antillas al Coronel Francisco Saviñón
"para que desplegando su actividad y patriotismo haga
cuanto esté en la esfera de sus facultades a favor de la
salvación de nuestra Patria y restauración de la Indepen-
dencia Nacional o seaI
autonomía....
"Cuando a usted le sea posible (y ojalá que fuera lo
más pronto) el verse con nuestro &ompatriota y amigo el
cjudadano Manuel María Gautier me le saludará muy
afectuosamente y procurará entenderse con él sobre la
base de nuestr~ sistema !lue es la fusión entre todos los
buenos dominicanos". (1'J)
En diciembre 25, le escribe a Pedro Alejandrino Pi-
na, por medio de Manuel Rodrí~ez Objío, entonces su
Secretario, y le dice que éste le informará sobre "cuanto
se ha hecho, se está haciendo y puede hacerse en obse-
quio de la augusta y santa causa de nuestra amada Pa-
. (20)
tna...
Al capitán David León lo nombró Agente Secreto
por el entusiasmo y espontaneidad con que ofreció sus
servicios "a la santa causa de la Restauración dominica-
na".(21)

1864

El 28 de marzo, Duarte arribó a Guayubín y de in·


mediato escribió al Gobierno Restaurador explicando
que había sido .condenado al ostracismo por los enemi-
gos de la Patria, y que tan pronto se enteró de que ésta
necesitaba de sus servicios decidió retomar:
"Arrojado de mi suelo natal por ese bando pamci-

13
da(22) que empezando por proscribir a perpetUldad a
los fundadores de la República ha concluido con vender
al extranjero la patria cuya independencia jurara defen-
der a todo trance; he arrostrado durante veinte aÍíos la
vida nómada del proscrito sin que la Providencia tuviese
a bien realízar la esperanza, que siempre se albergó en mi
alma, de volver un día al seno de mis conciudadanos, a
consagmr a la defensa de sus derechos políticos, cuanto
aún me restase de fuerza y vida.
"Pero sonó la hora de la gran traición en que ells-
cariote(23) creyó consumada su obra y sonó también
para mí la hora de la vuelta ala Patria.
"El Señor allanó mis caminos y a pesar de cuantas
d(fícultades, y riesgos se presentaron a mi marcha, héme
al. fin con cuatro compañeros más en este heróico pue-
blo de Guayub ín dispuesto a correr con vosotros del
modo que lo tengáis a bien.• todos los azares y vicisitudes
que Dios tenga aún reseroados a la grande obra de la
Restauración Dominicana, que con tunto denuedo eomo
honra y gloria habéis emprendido... "(24)
A pesar de que el Gobierno Provisono de la Repú-
blica, en la persona de su Vicepresideme Ulises Espaillat,
le manifestó a Duarte el "indecible Júbilo" conque veía
su retorno a la Patria, no tardó e.n nombrarlo en misión
especial en Venezuela, designacion que el Patricio recha-
zó porque:
"El mal estado en que se encuentra mi salud no me
permite a.ceptar por ahora el alto honor que se pretende
ha-cerme, pues a más de exponerme a gastar en medici-
nas y facultativos los fondos que IJ mi disposición se pu-
siesen para el viático, no podría desempeñar el cargo con
aqueUa regularidad, acierto y presteza que requieren las
circunstancias, la dignidad del Gobierno y mi propio
h onor... "(25)

14
El fundador de la República había vuelto a la pa-
tria a luchar, a quedarse en ella, a demostrar una vez más
que era ante todo un patriota. Si había tenido que vivir
en el destierro, ahora que podía permanecer libremente
en su patria, ¡cómo iba a desear marcharse! Pero su pre-
sencia en el país había suscitado recelos políticos entre
ciertas personas que veían en su nacionalismo intransi-
gente un obstáculo a sus intereses personales. Y se espar-
ció el rumor de que su presencia era motivo de disencio-
nes en el seno del gobierno. Ante esa situación Duarte
optó por aceptar el cargo para el cual se le había desig-
nado el 14 de abril, demostrando una vez más que po-
seía un alto sentido del sacrificio en bien de las mayo-
rías. En efebto, al dirigirse a Espaillat en carta, expresó:
"El deseo de participar de los riesgos y peligros que
arrostran en los campos de batalla los que con las armas
en la mano sostienen con tanta gloria los derechos sa-
crosantos de nuestra querida Patria, y la falta de salud
qu.e experimentaba al recibir la nota de fecha 14 del que
c¡¡.rsa, por la cual se me ordenaba alistarme para empren-
der vio.tje a ultramar, 'nI? compelieron con harto sentl"
miento de mi Cfm),.~Ó': tI. renu:nciar al alto honor .~d'e .se
nlé dispensaba en la unportante misión que se tmtO tÚ!
encomendarme; pero al ver el modo de expresarse, con
respecto a mi vuelta al país, el Diario de la manna, S6
han modificado completamente mis uJeas y estoy dis-
puesto a recibir vltestras órdenes si aún me Juzgareis apa-
rente para la consabida comisión, pues si he vuelto a mi
patria despué& de tantos afios de ausencia ha sido para
servirla con alma, vida y corazón, sienao cooJ. i1lt1ei,upr'e
fui motivo de amor entre todos los verdaderos '¡iÜlmUU'-
canos y jamás piedra de escandalo, ni ma!1:lana de la a"."í-
cordia. No tomo este. reso1udim. por que t~ma (lM~ !!:!lla-
laz articulista logre ¡f;J ;()b¡'et(jl de desunirnv3",

15
que es necesario parur con tiempo los golpes del enemi~
150 que pueda dirigirnos el enemigo y neutralizar sus
efectos".(26)
Duarte abandonó el país en junio de 1864 para no
volver a verlo jamás. Después de su ausencia las disencio-
nes políticas en el gobierno restaurador se agudizaron.
El presidente Pepillo Salcedo fue derrocado ellO de oc-
tubre de 1864 y le sucedió Gaspar Polanco. Tan pronto
Duarte se enteró de esos sucesos, dejó de representar al
gobierno de Polanco, el cual, evidentemente no recono-
ció.
1865

En carta de marzo 7, el Patricio le expresó al Minis-


tro de Relaciones Exteriores, Teodoro Heneken, que a
partir del cambio de gobierno ocurrido en Santo Domin-
go en octubre de 1864, habían cesado sus funciones co-
mo representante oficial de la República ante el gobier-
no venezolano. No obstante su decisión de alejarse de la
política mediocre que entonces imperaba en Santo Do-
mingo, Duarte reafirmó su patriotismo en un extenso
memorandum en el que ofrece consideraciones muy
importantes sobre la política de España en América; las
pretensiones yankófilas de Buenaventura Báez; y emite
juicios acerca de política dominicana que hasta el pre-
sente no han sido cuidadosamente estudiados por los in-
teresados en nuestra historia política. Duarte, además,
analiza la situación conflictiva que existía entre las cua-
tro potencias imperialistas de la época: España, Francia,
Inglat{;rra y Estados Ulúdos. ¡ El patricio sabía que exis-
tía una pugna interimperiaJi8ta por los territorios de
América!, y denunció a 103 t1"aidores que por satisfacer
intereses personales eran c"paces de vender la patria al
mejor postor. He aquí las paJ:iliras del maestro:

16
UNo he dejado ni dejaré de trabajar en favor de
nuestra Santa Causa haciendo por ella como siempre
más de lo que puedo, y sino he hecho hasta ahora todo
lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre
en su obsequio, es porque nunca faUa quien desbarate
con los pies lo que yo hago con las manos.
''Por la nota 26 de octubre, No. 1O, quedo impues-
to de las razones del G(Jbierno respecto de su conducta
con los traidores, y no púedo menos que decir a Ud. que
mientras no se escarmiente a los traidores como se debe,
los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víc-
timas de sus maquinaciones. El gobierno debe mostrarse
justo y enérgico en las presentes circunstancias o no ten-
dremos Patria y por consiguiente libertad ni independen-
cia nacional.
"Por la nota fechada 10 de diciembre próximo pa-
sado, No. 37 veo que ''la memoria que se me anunció
(por la No.2) no me ha sido remitida por haber conti-
nuado hasta hoy las negociaciones relativas a la paz con
España, bien que por el intermedio') del GL Geffrard".
Quiera Dios que estas paces y estas intervenciones no
terminen (cual lo temo y tengo más de un motivo para
ello), en guerras y en desastres para nosotros o mejor
diré, para todos! V. desengáfiese, Sr. Ministro, nuestra
Patria ha de ser libre e independiente de toda Potencia
extranjera o se hunde la isla".
"Mucho se habla en Europa y América sobre el
abandono de la isla de Santo Domingo por parte de Es-
pafia y aún hay quien lo afirme como si estuviera en el
secreto de los Gabinetes; otros afirman que el abandono
no será total sino a reserva de quedarse con la Península
de SamaRá, que es lo mismo (en mi opinión) que aplazar
la ocupación total para tiempo más oportuno. Pero sea
el abandono total o parcial, digan lo que quieran sobre

17
el particular, los arpigos o enemigos de la República Do-
minicana y aún los de la España, este abandono me pa-
rece una Conseja con que entretener a los crédulos y con
la cual se pretende adormecer a los dominicanos y aun al
gobierno, para caer repentinamente sobre nuestro suelo
y como caerá el ejército expedicionario que al efecto se
organiza en España; no hay, pues, que dormirse yen vez
de ponerse a creer en paparruchas, el Cob. debe tomar
sus medidas para recibir al enemigo que según se dice
atacará por tres puntos diferentes, si ya no es que sea
(digo yo) por cuatro, y los cuales (supongo) deberán ser
Montecrist~ Puerto Plata, Samaná y el Sur...

"Aun hay más: Báez dizque dice en Curazao ...,'que


en el Cibao se trata de una nueva anexión a los Estados
Unidos, y que esto los hace estar tan orgullosos; otros
suponen un partido haitiano y aun hay quien hable de
un afrancesado; de aquí proviene acaso que los periódi-
cos extranjeros, que en realidad no están muy al cabo de
nuestras cosas, afirmen (sin ser cierto) que en Santo Do-
mingo hay cuatro o más partidos y que el pueblo se
halla como si dijéramos en batalla: esto es falso de toda
falsedad; en Santo Domingo no hay más que un pueblo
que desea ser y se ha proclamado independiente de toda
potencia extranjera, y una facción miserable que siem-
pre se ha pronunciado contra esta ley, contra este que-
rer del pueblo dominicano, logrando siempre por medio
de sus intrigas y sórdidos manejos adueñarse de la situa-
ción y hacer aparecer al pueblo dominicano de un modo
distinto de como es en realidad; esa fracción o mejor di-
remos esa facción(27) ha sido, es y será siempre todo
menos dominicana; así se la ve en nuestra historia repre-
sentante de todo partido antinacional y enemiga nata
por tanto de todas nuestras revoluciones y si no, véanse
ministeriales en tiempo de Boyer, y luego Rivieristas, y

18
aun no había sido el27 de febrero cuando se les vio pro-
teccionistas franceses y más tarde anexionistas america-
nos, y después españoles y hoy mismo ya pretenden po-
nerse al abrigo de la vindicta pública con otra nueva ane-
xión, mintiendo así a todas las naciones la fe política
que no tienen, y esto en nombre de la patria, ellos que
no tienen ni merecen otra patria sino el fango de su mi-
serable abyección. Ahora bien, si me pronuncié domini-
cano independiente, desde el16 de julio de 1838, cuan-
do los nombres de Patria, Libertad, Honor-nacional se
hallaban proscriptos como palabras infames, y por ello
merecí (en el año 43) ser perseguido a muerte por esa
facción entonces haitiana, y por Riviere que la prote-
gía, y a quien engañaron; sl después en el año 44 me
pronuncié contra el protectorado fmncés ideado por
esos facciosos y cesión a esta potencia de la Península
de Samaná(28) mereciendo por ello todos los males que
sobre mí han llovido; si después de veinte años de ausen-
cia he vuelto espontáneamente a mi Patria a protestar
con las armas en la mano contra la anexión a España lle-
vada al cabo a despecho del voto nacional por la super-
chería de ese bando traidor y parricida, no es de espe-
rarse que yo deje de protestar (y conmigo todo buen do-
minicano) cual protesto y protestaré siempre no digo
tan solo contra la anexión de mi Patria a los Estados
Unidos sino a cualquiera otra potencia de la tierra, y al
mismo tiempo contra cualquier tratado que tienda a me-
noscabar en lo más mínimo nuestra independencia na-
cional y cercenar nuestro territorio o cualquiera de los
derechos del pueblo dominicano.
"Otro sí y concluyo: visto el sesgo que por una par-
te toma la política franco-española y por otra la anglo-
americana y la importancia que en sí posee nuestra isla
para el desarrollo de los planes ulteriores de todas cuatro

19
Potencias, no deberemos extrutf.ar que un dÚJ se vean en
ella fuenas de cada una de ellas peleando por lo que no
es suyo. Entonces podrá haber necios que por imprevi-
sión o cobardía ambición o perversidad correrán a ocul-
tar su ignominia a la sombru de esta o aqueUa extrutla
banderu y como UewuIo el caso no habrá un solo domi-
nicano, que podrá decir yo soy neutral, sino que tendrá
cada uno que pronunciarse contra o por la patrill, es
bien que yo os diga desde ahoru (más que sea repitién-
dome) que por desesperuda que sea la causa de mi patria
siempre será la causa del honor y que sieml!.re estaré dis-
puesto a honrar su ensena con mi sangre". (29)
Se puede afinnar que los juicios que anteceden fue-
ron los últimos que Duarte emitió en su condición de
político militante, activo. La concepción de la política
que el Padre de la Patria había asimilado era muy pura.
La tradición recogió esta frase de Duarte que pone de
manifiesto que él fue un científico del arte de gobernar:
"La poUtica no es una especulación; es la ciencia
más pura y la 'más digna, después de la Filosofía, de ocu-
par las inteligencias nobles".
En marzo y mayo de 1865, Duarte establecíó con-
tacto por correspondencia con el poeta Félíx María del
Monte, su amigo y compañero de La Filantrópica. Se
trata -de dos cartas que ameritan reproducirse casi ínte-
gras, pues constituyen parte de los últimos testimonios
del Patricio acerca de su inconmensurable amor por los
dominicanos y por el país.
"Querido amigo. Va a serie tal vez muy extrutlo el
ver una letru mía, después de tantos atlos de ausencia;
pero no por eso quiero dejar de escribirte estas Uneas,
pues si bien dice Young, "que cual las flores se cierran a
la caída de la tarde así el coruzón del hombre en la tarde
de la vida", el mío aún ha permanecido abierto al amor

20
de mi Patria y a los encantos de la amistad, y hallándo-
me aún dispuesto y como en los primeros dfas de mi
adolescencia, sacrificarlo todo en sus aras. Qué quieres?
'Yo habré nacido para no amar sino a esa Patria tan dig-
na de mejor suerte y a sus amigos que son los míos,
cuando después de tan amargas pruebas, ni siquiera he
pensado en quebrantar mi juramento'(30) Pero termi-
nemos aquí, y conténtate con saber que aún vive el teso-
rero de la Sociedad Filantrópica, y vive para su Patria,
para sus amigos y consocios. Un día, en medio del infor-
tunio más negro, recomando a las palabras de '"Paz,
Unión y Amistad" con que se cerraba nuestra Sociedad,
dije: '"Pasaron los días/ de paz y amistad,/ de amor y
esperanza,/ de fina lealtad.
Las glorias pasaron,/ la gala y primor.../ Quedaron
recuerdos/ de amargo sabor!...
"Hoy pienso que Uegará un día en que podamos
decir:
Tornaron los dífU/ de paz y amistad.••
"A lo menos yo estoy resuelto a hacerlos tornar.
He tenido el placer y la satisfacción de ver y conocer al
Padre Meriño, el cual me ha dado noticias de tí y de
otros amigos. Ya sabrás cómo fui a Santo Domingo. No
podía hacer otra cosa: El grito de agonía del Mártir del
Cercado(31) y sus ilustres compañeros fue a herir mis
OMOS al fondo del Apure, y estaba en mi deber protes-
tar con las armas en la mano contra eso que han llamado
Anexión, y vengar a mis compañeros....
"Los asuntos patrios siempre seguirán bien. Esta si-
tuación, aunque no lo parezca, es tliolenta, y no promete
un desenlace f4n suave y natural como lo esperan los ne-
cios que representan en esta comedia, cuyos papeles se
han repartido ello. mismo., habiendo quien está hecho
cargo de dos y tres papeles; por si acaso, que esto llaman

21
tener previsión y mientras tanto se agita y buUe el malo,
qué hace el bueno? se estará quedo? SerÚJ un crimen,
del cual se nos podrÚJ acusar ante la historia, a nosotros,
repito, los individuos de la Sociedad Filantrópica. Félix,
no hay reposo ya para nosotros sino en la tumba; y pues
que el amor de la patria nos hizo contraer compromisos
sagrados para con la generación venidera, necesario es
cumplirlos o renunciar a la idea de aparecer ante el
tribunal de la Historia con el honor de hombres libres,
fieles y perseverantes...
"Tú escribe y trabaja bastante, y trabajemos, quise
decir, por y para la Patria, que es trabajar para nuestros
hijos y para nosottos mismos. Sí, caro amigo, trabaje-
mos sin descansar; no hay que perder la fe en Dios, en la
justicia de 1U).estra causa, y en nuestros propios bríos,
pues nos condenarÚJmos, por cobardes, a vivir sin Patria,
que es lo mismo que vivir sin honor! Aprovechemos el
tiempo, y cuenta siempre con la invaritfble amistad de tú
socio, el Geneml Juan Pablo Duarte". (32)
Esta es una respuesta a Del Monte y ,;ümo se puede
apreciar en ella [¡¡uarte fusbgó energicamente '2l los 'len-
pro-yanki
de-patria, especial'J'~nte lA la facclofl(jftile enca-
bezaba Buenaventura Báe'l:
"Tienes razón ,y mucha en aconsejam~e. cual lo ha-
ees, diciéndome: consérvate bueno, conserva tu cabeza,
y tu corazón: tienes razón, repito, porque nunca me fue
tan necesario como hoy el tener salud. corozón y juicio;
hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran con-
tra la lrolad de 14 Patria. Contristan el corazón del bueno
Jr pretenden trastornar el juicio del Puebú~, con sus pla-
n<e3 oroditorios r ~¡bermidas, para que éste delpedaée a
;;¡JI más fieles serorám"tell ,1 bañarse <i;W~" ¡infames!, en
ia Mlngre de IasV?Lctilnn$, gozó.rwm'e en el infortunio de
la Patria. Procuraré conservarme fluerJ<iJ;, coruervaré mi

22
corazón y mi cabeza, si, mi buen amigo, asi lo aconsejan
mis amigos, asi lo exige el honor, así lo quiero yo; por-
s
que pienso que Dios ha de concederme bQtante fortale-
za para no descender a la tumba sin dejar a mi Patria li-
bre, independiente y triunfante.
".•. los providencialistas son los que salvarán la Pa-
tria del infierno a que la tiene condenada los ateos, cos-
mopolitas, orcopolitas (allá va esa expresión aventurada
queriendo significar ciudadanos del infierno).
"... Todo es providencial y el crimen no prescribe
ni que-da jamás impune. Un 12 de julio, el del 43, entró
Riviére en Santo Domingo y los buenos patricios fueron
encarcelados o perseguidos hasta el destierro por haber
querido salvar a su Patria, y el 12 de julio del año en-
trante entró el orcopolita Santana(33) y los patriotas
fueron encarcelados o lanzados a un destierro perpetuo
por haber logrado salvar la patria y no haber querido
venderla al extranjero; un 27 de febrero del año siguien-
te el infame parricida arrastra al patíbulo a la virtud, a la
inocencia misma(34) como si hubiese querido castigar
en el dominicano el arrojo de h.aberse proclamado inde-
pendiente; ·un 19 de marzo triunfó la Cruz y los iscario-
tes (malos dominicanos) ~scribas y fariseos proclaman
triunfador a Santana(35), y el 19 de marzo del año si-
gujente Satanás y los lscariotes arrojaron del suelo natal
a una familia honrada y virtuosa(3ó) sólo por contarse
en ella hijos dignos de la Patria, crimen imperdonable
por el iscariote; finalmente esta familia infeliz llega a La
Guaira, el 25 de marzo de 1845, lugar de su destierro, y
el 25 de marzo de 1864 salta en tierra en Montecristi el
General Duarte sin odio y sin venganza en el corazón...
Qué más se quiere del patriota? Se quiere que muera le-
jos de su Patria, él que no pensó sino en rescatarla; y con
él sus deudos, sus amigos, sus compañeros, sus compa-

23
trici08 que no sean bastantes viles para humillarse y ado-
rar el poder satánico que aduefiado de la situación hace
más de veinte afios dispone a su antojo del honor, de la
vida, de las propiedades, de los mejores servidores de ese
pueblo heróico hasta en el sufrimiento y tan digno de
mejor suerte? Pues no, no...
"Los enémigos de la Patria, por consiguiente nues-
tros, están todos muy acordes en estas ideas, destruir la
"nacionalidad aunque para eUo sea preciso aniquilar a la
nación entera y cerrarnos las puertas de la patria, pues
no somos mtÍI que unos ambiciosos que independizamos
nuestro pueblo sólo por ambición y no tuvimos talento
para hacer nuestra la riqueza ajena, mientras que ellof
son los hombres honrados y virtuosos quienes han teni-
do la habilidad de hacerlo todo, hasta llamar al extran-
jero...; en Lo que no están de acuerdo nuestros libertos
es en Lo del amo que quieren imponerle al pueblo, pues
ya tú dices (y es cierto) que Benigno Rojas(37) no es
sino yanqui, :r Báez que no es sino haitiano-galo-español,
y Lavastida(38) y Alfaus(39) y Manueles son yanquis:
Bticz dizque dice que Bobadilla no es sino Pandora, Me-
litón(40) es todo, menos dominicano, dice José Portes
que se halla en Saint Thomas, y añade a esto que siendo
Senador, para que se callara la boca cuando la Anexión,
Santana le regaló una casa. ¡Pobre Patria!... (41)
1869
En Octubre 29, desde Caracas, Duarte le escribió al
historiador José Gabriel García agradeciéndole el envío
de unos libros. N.o cabe dudas de que García le había so-
licitado al patricio alguna Relación sobre su papel en la
politica dominicana, pues Duarte, al final de su misiva,
le promete recoger apuntes y escribir sobre los hechos
en que se vio involucrado.

24
"Muy estimado
"De suma complacencia nos han sido su muy apre-
ciable fechada en esa a diez de los corrientes y los dos li-
britos que la acompañaban y de que usted me hace pre-
sente, que conseroaré como el más grato y satisfactorio
a mi corazón. Ambas cosas son y serán siempre para no-
sotros del más alto aprecio y satisfacción, pues nos reve-
lan que con patricios tales como Ud. y el padre Meriño
nuestros trabajos no serán perdidos para la posteridad,
cuando hoy mismo hay quien se defiique a utilizarlos;
así lo poco o mucho que hemos podido hacer o hiciéra-
mos aún en obsequio de una Patria que nos es tan cara,
y tan digna de mejor suerte, no dejará de tener imitado-
res y este consuelo nos acompañará en la tumba. Seguid,
jóvenes amigos, dulce esperanza de la patria mía, seguid
con tesón y ardor en la hermosa carrera que habéis em-
prendido y alcanzad la gloria de dar cima a la grandiosa
obra de nuestra generación política, de nuestra indepen-
dencia nacional, única garantía de las libertades patrias.
Seguid, repito, y vuestra gloria no será menor por cierto
que la de aquellos que desde el 16 de julio de 1838 vie-
nen trabajando en tan santa empresa bajo el lema vene-
rando de Dios, Patria y Libertad, que son los principios
fundamentales de la República Dominicana.
"Tan luego como las circunstancias me lo permitan
me ocuparé seriamente en recoger apuntes y traer a la
memoria los hechos pasados y tendré mucho gusto en
poner a usted al corriente de todos los que nos concier-
nan y merezcan la atención del historiador". (42)
Estos párrafos pertenecen a la última carta que el
Patricio Duarte escribiera. Su salud le impidió cumplir la
promesa que le hiciera al historiador García y siete años
después, en julio 15 de 1876, Duarte murió en Caracas,
Venezuela. Sus restos mortales fueron trasladados a San-

25
to Domingo en 1884 y depositados en la Capilla de los
Inmortales de la Catedral Primada de América. Desde el
11 de abril del año 1894, mediante decreto No.3392 ex-
pedido por el dictador Lilís, fue oficialmente design .do,
junto con Sánchez y Mella, como Padre de la Patria...

PROYECTO DE LEY FUNDAMENTAL (*)


DIOS PATRIA Y LlliERTAD

Nos, los infrascritos, nombrados por los Pueblos,


Representantes legítimos de la Nación Dominicana, reu-
nidos en augusta Asamblea Legislativa, en el nombre de
Dios, Supremo Autor, árbitro y regulador de las nacio-
nes, y en uso de las facultades que para ello se nos han
conferido, visto el proyecto de Ley Fundamental some-
tido a nuestra consideración por... hemos adoptado y
decretamos la siguiente Constitución del Estado.

Capítulo lo.

De la Ley

Art. lo. Leyes la regla a la cual deben acomodar


sus actos, así los gobernados como los gobernantes.

Art. 20. Para que esta regla merezca el nombre de


Ley Dominicana y deba, por tanto, ser acatada y obede-
cida como tal, es necesario que en la forma que esta
Constitución prescribe sea: lo. propuesta por autoridad
a quien ella acuerde ese derecho; 20. discutida, adoptada
y decretada por el Congreso Nacional (de que se hablará
más adelante) como se explicará en su lugar; y 30. san-
cionada y promulgada por el Poder Ejecutivo, según y
como se establece en esta misma Ley Fundamental.

26
ban ser tenidos por ley internacional deben, ademú, ,.
antes de SU sanción y promulgación por el Poder tjecuti.
vo, 8er ratificado8 por el Gran Consejo Nacional de que
se hablará después.

Art. 40. Las ordenanzas municipales, para que ten·


gan fuerza de ley en BUS respectivos grandes municipios,
deben ser aprobadas por el Congreso Nacional, cual se
dirá en la 2a. parte de esta C0ll8tituci6n, cuando Be trate
del Fuero Municipal.

("') Este Preyecto de Ley fundamental apareció pubJfcado étI el


No.164 de Letru ., Ciencias en 1889. En elio en 1935, oon motivo del
trabajo de in¡reIb en la Academia de la Historia del Licenciado Emilio
Rodríguez Demerlai, que toca en dióho trablijo el Proyectó alUdido.

Art. 50. L08 acuerd08, reglamentos etc.; de 1u au·


toridades; tanto nacionales como municipales o locales
tendrán fuerza de ley siempre que el dictarlas esté en el
círculo de sus atribuciones y no extralimiten me 1a<lU1.
tade8.

Art. 60. Siendo la Independencw Nacional la fuen-


te y gamntía de las libertades patt"klt, la Ley Supretnd
del Pueblo Dominicano es y lem íaempre ,u UÍlt13fiéla
polítita Como Nación libre e itideptlfitlÍ8fité d~ itldd lit);
minaci6n, protectorado, intetventU1n e Íliflutntlit e."
tmnjem, cual la concibieron loí Fundttdt'1reí de nlulItm
asocwción poUtica al decir (el 16 dejuli{j álJ lIJaB)
DIOS, PATRIA Y LIBERTAD, REPUBL1CA DOMINI·
CANA, y fue proclamada el27 de !ebrero de 1844, sien·
do desde luego, así entendida por todos los Púeblos, cu-
yos pronuncwmientos confirmamoí y rati/iCfJfñOS hoy;
declarando además que todo gobé17UJnte o gobernado

27
que la contraríe, de cualquier modo que sea, se coloca
ipso facto y por sí mismo fuera de ley.

Art. 70. Toda ley no declarada irrevocable es dero-


gable y también refonn able en el todo o en pal'te de ella.

Art. So. Para la derogación de una ley se guardarán


los mismos trámites y formalidades que para su forma-
ción se hubieran observado.

Art. 90. Toda ley no derogada clara y terminante-


mente se considerará vigente;. sin que valga el decir que
"ha caducado 'O caído en desuso", ley que no haya sido
derogada.

Art. 10. La ley no puede tener~ ni podrá jamás te-


ner, efecto retroactivo.

Art. 11. Ninguno podrá ser juzgado sino con arre-


.glo a la ley vigente y anterior a su delito; ni podrá apli-
cársele en ningún caso otra pena que la establecida pOI'
las leyes y en la forma que ellas prescriban (12 bis).

Art. 12. Lo que la: ley no prohibe, ninguna persona,


sea o no sea autoridad, tiene derecho a prohibirle (véase
arto 12 bis).

Art. 13. A la voz de "favor a la ley" todo domini-


cano, sea o no sea autoridad pública está obligado a acu-
dir al socorro del que invocó el favor de la ley, so pena
de ser castigado por su omisión según y como lo dispon-
gan las mismas leyes.
Art. 14. Y con mayor razón.si el que invocare el fa-

28
vor fuere agente público todo transeúnte está obligado a
prestarle mano fuerte so pena de ser castigado como ya
se ha dicho.

Art. 15. La leyes la que dá al gobernante el dere~


cho de mandar e impone al gobernado la obligación de
obedecer; de consiguiente, toda autoridad no constituí-
da con arreglo a la leyes ilegítima y por tanto no tiene
derecho alguno a gobernar ni se está en la obligación de
obedecerla.

De la nación dominicana y de los dominicanos.

Art. 16. La Nación dominicana es la reunión de to-


dos los dominicanos.

Art. 17. Debiendo ser la Nación dominicana, como


se ha dicho en el Art. 60., siempre libre e independiente,
no es ni podrá ser jamás parte integrante de ninguna otra
Nación, ni patrimonio de familia ni de persona alguna
propia y mucho menos extraña.

Art. 16. (sic). La ley así como le niega a la autori-


dad ilegítima la soberanía mmanente, que es la que re-
gula los negocios domésticos, le niega también la tran-
seúnte, que es la que representa a la Nación en su co-
rrespondencia con los otros Estados; y de consiguiente
todo tratado o pacto celebrado por esta autoridad ile-
gítima es nulo y en ninguna manera obligatorio para la
Nación aún cuando lo en él estipulado no hubiera sali-
do de la esfera de las facultades cometidas por las leyes
a la autoridad legítima.

De la Nación dominicana

29
Art~ 17. (sic). La Nación dominicana es la reunión
de todos los dominicanos.

Art. 18. La Nación dominicana es libre (art. 60.) e


independiente y no es ni puede ser jamás parte integran-
te de ninguna otra Potencia, ni el patrimonio de familia
ni persona alguna propia ni mucho menos extraña.

Art. 19. La soberanía dieha inmanente (art. 160.) Y


la transeúnte, reside esenciahnente en la Nación; es inad-
misible y también inagen~ aún para la misma Nación,
'que usando de eRa no acuerde a sus Delegados (que son
el gobierno legítimo), sino el derecho de su ejercicio
para gobernar en bien con aneglo a las leyes y en bien
general de los asociados y de la Nación misma.

Foja 4a.

Art. 20. La Nación está obligada a conservar y pro-


teger por medio de sus Delegados y a favor de leyes sa-
bias y justas la libertad personal, civil e rndividual, así
como la propiedad y demás derechos legítimos de todos
los individuos que la componen; sin olvidarse para con
los extraños (a quienes también se les debe justicia) de
los deberes que impone la filantropía.

De los dominicanos.

Art. 21. Son dominicanos los que obtienen esta


cualidad o por nacimiento o por haber obtenido del Go~
Memo cédula de nacionalidad con arreglo a la ley.

Los domiBicanos por nacimiento son:


1). AqueHos que descendiendo por ambas líneas de
padres dominicanos hayan nacido en territorio
nacional; o a bordo de buques nacionales en al-
ta mar o surtos en puerto nacional o extranje-
ro, amigo, enemigo o neutral o en territorio ex~
tranjero siempre que su ascendiente sea agente
del Gobierno o se halle fuera del país con licen-
cia de él; y los hijos de éstos.
20. Los nacidos de padre o madre dominicanos en
el territorio, buques, etc..
30. Los hijos de los extranjeros etc..
Art. 22. Todos los extranjeros naturalizados.
Del territorio nacional

Art. 23. El territorio dominicano, cualesquiera que


sean sus límites, se dividirá para su administración en
cuanto a lo civil en grandes municipios y éstos en can-
tones, y éstos en partidos.
En cuanto a lo judicial en juzgados municipales (di-
chos de circuito) y éstos en juzgados cantonales, y éstos
en juzgados de partido.
En cuanto a lo eclesiástico la arquidiócesis se divi·
dirá en tantas vicarías cuanto sean los grandes munici-
pios y éstas en tantas feligresías o parroquias ~uantas se
tenga por conveniente.

En cuanto a lo militar en distritos o comandanCIas


generales y éstos en comandancias de plaza, y éstas en
secciones.
En cuanto a la marina se dividirá en departamentos
o comandancias generales de marina, éstas en comandan-
cias particulares y éstas en capitanías de puerto.
En cuanto a lo económico o hacienda, en adminis-
traciones principales, éstas en delegaciones de hacienda
y éstas en subdelegaciones.

31
En cuanto a sus poblados, en cíudades, villas y al-
deas o pueblos o lugares.

Foja Sa.

Art. 24. Leyes especiales fijarán los límites de estas


divisiones y subdivisiones, y determinarán lo concernien-
te a su organización o e:obiemo

De la religión.

La religión predominante en el Estado deberá ser


siempre la Católica, Apostólica, sin prejuicio de la liber-
tad de· conciencia, y tolerancia de cultos y de sociedades
no contrarias a la moral pública y caridad evangélicas.

Del Gobierno.

Art. (sic). Puesto que el Gobierno se establece para


el bien general de la asociación y de los asociados, el de
la Nación dominicana es y deberá ser siempre y antes de
todo, propio y jamás ni nunca de imposición extraña
bien sea ésta directa, indirecta, próxima o remotamente;
es y debera ser siempre popular en cuanto a su origen,
electf,no en cuanto al modo de organizarle, representati-
voe" cuanto al sistema, republicano en su esencia y res-
ponsable en cuanto a sus actos. Una ley especial deter-
minará su forma, véase la segunda parte.

Art. (sic). Para la mejor y la más pronta expedición


de los negocios públicos se distribuye en Poder Munici-
pal, Poder Legislativo, Poder Judicial y Poder Ejecutivo.

Art. 20. (sic), Estos poderes llámanse constitucio-

32
n/Ilesporque son y.nanran SIempre oe ser conSlltUlOOSt
80 pena de ilegitimidad, con arreglo a la constitución y
no de otra manera.
(Foja 6a.)

Disposiciones Generales.

(En blanco)

(Fojas 7a. y 8a.)

(En blanco)

(Foja 9a. vuelta)

Art. (25) Una vez de promulgada la ley en losluga-


res respectivos se supone sabida de todos y es, por tanto,
obligatoria para todos.

Art. (26) Se prohibe recompensar al delator y al


traidor por más que agrade la traición y aún cuando ha-
ya justos motivos para agradecer la delación.

Nota:
Acerca de la inamovibilidad de los jueces y de otros
funcionarios públicos se hablará en la segunda parte.

(Foja 10)

Art. 12. bis. La ley, salvo las restricciones del dere-


cho, debe ser conseroadora y protectora de la vida, liber-
tad, honor y propiedades del individuo.

Art. 13. Cuando por efecto de una ley de reconoci·

33
da utilidad pública le redundare a un tercero daño o per-
juicio, la equidad natural ordena que se le acuerde y se
le acordará una indemnización que compense el daño re·
dundado.

Art. 13 bis. Ninguno podrá ser juzgado en causas


civiles ni criminales por ninguna comisión sino por el tri-
bunal competente determinado con anterioridad por la
ley.

lo. Ningún poder de la tierra es ilimitado etc., ni el de


la ley taro poco.

20. Todo poder dominicano está y deberá estar siem-


pre limitado por la ley y ésta por la justicia, la cual
consiste en dar a cada uno lo que en derecho le per-
tenezca.

30. Toda ley supone una autoridad de donde emana y


la causa eficiente y radical de ésta es, por derecho
inherente esencial al pueblo e imprescriptible de su
soberanía, en virtud de cuyos poderes sus Delega-
dos reunidos en Congreso o Asamblea legislativa es-
tablecen la regla que viene a llamarse ley.

NOTAS:
(1) Los escritos de Duarte comprenden sus cartas, el Proyecto de Cons-
titución, sus poemas y notas insertas en el Diario de su hermana Ro-
sa; los mismos han sido publicados por el Instituto Duartiano. Véase
el volúmen I de la serie de publicaciones de esa prestigiosa entidad.

(2) Alfau Durán, Vetilio: Venas de Duarte en los Apuntes de Rosa


Duarte, pág. 278.

34
(3) Duarte se ausentó de la isla en 1827.

(4) Duarte, Rosa: Apuntes para la Historia de la Isla de Santo Domingo


y para la Biografía del General Dominicano Juan Pablo Duarte y
Diez. Instituto Duartiano, Vol. I Edición y notas de E. Rodríguez
Demorizi, C. Larrazábal Blanco y V. Alfau Durán. Editora del Cari-
be, C. por A., Santo Domingo, R.D., 1970. Pág. 42.

(5) Serra, José María: Apuntes para la Historia de los Trinitarios, funda-
dores de la República Dominicana. Santo Domingo, Imprenta de
García Hnos., 1887, 23 pp. Reproducido en el Boletín del Instituto
Duartiano. año n, No. 4, abril-junio, 1970.

(6) Serra, José María: Ibídem.

(7) El juramento tri!litario fue conservado por Félix María Ruiz, quien
lo recordó ytl en el ocaso de su vida.

(8) Serra, José María: Op. Cit.

(9) Serra, José María: Op. Cit.

(10) Duarte, Juan Pablo: Borradores... pág. 150.

(11) Duarte, Rosa: Apuntes... pp. 68-9.

(12) Serra. José María: Op. Cit.

(13) Duarte, Rosa: ibídem, p. 85.

(14) Duarte, Juan Pablo: Versos de Duarte, p. 274.

(15) Borradores... p. 162.

(16) Borradores... p. 163. Duarte se refiere aquí a los incidentes que en-
volvieron la proclamación de la primera Constitución dominicana,
votada por el Congreso Constituyente el6 de noviembre de 1844 en
la ciudad de San CristóbaL Los constituyentes trabajaron en un cli-
ma de presión que impidió la confección de una Carta Magna demo-
crática en sus principios fundamentales, pues Santana se las arregló
para hacer intercalar en el texto el fatídico Artículo 210 que le con-
fería al Presidente electo poderes plenipotenciarios para actuar se-
gún sus criterios personales. Véase: "Constitución Política, 1844-
1942" vol. 1, pág. 6. Colección Trujillo, 1944. Dirigida por Manuel
Arturo Peña Datlle.

(17) Duarte, Rosa: Apuntes... p. 95

(18) Apuntes, p. 165.

35
(19), 20 Y 21):( Archivo de Duarte, pp. 221-2.

(22) Con la expresión bando parricida, Duarte aludía a Santana, Boba-


elilla. Caminero, Báez y consortes.

(23) Duarte llamaba IBc:ariote a Santana, por la traición que éste había
cometido en perjuicio del pueblo Dominicano.

(24) Carta de Duarte a los Señores Individuos del Gobierno Provisorio,


en Archivo de Duarte", pág. 226.

(25) Carta de Duarte al Señor Alfredo Deetjen, Ministro de Hacienda y


Encargado de Relaciones Exteriores' del Gobierno Restaurador.
Cf. "Archivo... , pág. 230.

(26) Carta de Duarte al General Ulises Espaillat, Ministro de Relaciones


Exteriores y Vicepresidente del Gobierno Restaurador. Véase, "Ar-
chivo..., pág. 231.

(27) La facción a que alude Duarte era el mismo grupo de Santana, Bo-
badilla, Del Monte, Báez, Caminero y otros.

(28) Duarte siempre se opuso a la cesión de la Bahía de Samaná a cambio


de un protectorado, pues según su concepción ese paso no era más
que una precondición para la ocupación total del territorio domini-
cano por parte del país protector. En ::arta fechada en Cuman4, di-
ciembre 25, 1845, su invariable amigo Juan Isidro Pérez, el Ilustre
Loco, ofrece pruebas de esa actitud nacionalhta de Duarte cuando le
dice: "Sí, Juan Pablo, la historia dirá: que fuí:;te el Mentor de laju·
ventud contemporánea de la patria; que conspiraste, a la par de sus
padres, por la perfección moral de toda ella; la historia dirá: que
fi¡ist-e d Apóstol de la Libertad e Independ<Jncia de tu Patria; ella
dirá que no le trazaste a tus coml'atriotas el ejemplo de abyección e
ignominia que le dieron los que te expulsaron cual a otro Arístides;
y, en [m, Juan Pablo, ella dirá: que fuiste el único vocal de la Junta
Central Gubernativa, que, con una honradez a toda prueba, se opuso
a la enagenación de la península de Samaná, cuando, tus enemigos,
por cobardía, lIbyección e infamia, querían ,'>acriticar el bien de la
patria por su interés particular. La oposición a la enagenación de la
península de Samaná, es el servicio más importante que se ha presta-
do al país y a la revolución". Cf. Cartas al Padre de la Patria, Institu-
to Duartiano, Vol. V. Selección de Emilio Rodríguez Demorizi y
presentación de Pedro Tronooso Sáu(;hez. Editora del Caribe, C. por
A., 'Santo Domingo, R.D. 1970.

(29) Carta de Duarte al Ministro de Relaciones Exteriores de República


Dominicana, Sr. Teodoro Henek.cn; v~: "Archivo... pp 258·64.

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(31) Refiérese a Francisco del Rosario Sánchez, inmolado en El Cercado,
San Juan de la Maguana, e14 de julio de 1861.

(32) Carta de Duarte a Félix María del Monte. Cf. "Apuntes... pp. 138-
140.

(33) Era costumbre de Duarte llamar a Santana: Santanan o Satanás, y


para referirse a él creó el término orcopolita, queriendo significar:
"ciudadano del infierno".

(34) Alude al asesinato de María Trinidad Sánchez y compañeros de in-


fortunio.

(35) Sc refiere aquí al triunfo del ejército dominicano en la Batalla de


Azua, el 19 de marzo de 1844. Victoria que Santana se apropió pa-
ra sí, relegando a un plano secundario a soldados como Antonio
Duvergé, Francisco Soñé y otros.

(36) Se refiere a sú madre y hermanos, injustamente desterrados por San-


tana en marzo de 1845.

(37) Benigno Filomeno de Rojas.

(38) Miguel Lavastida

(39) Antonio Abad y Felipe Alfau

(40) Melitón Valverde

(41) Carta de Duarte a Félix María del Monte. Véase, "Archivo... pp.
268-72.

(42) Carta de Duarte a José Gabriel García, Cf. "Cartas al Padre de la Pa-
tria".

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