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En el siguiente ensayo abordaremos el tema de antropofilosoficas para una educación

física, cabe de recalcar que uno de las principales funciones en las que se enfoca la educación

física es el cuerpo y el movimiento. Enfatizaremos en esos dos grandes puntos que nos llevan

a sacar conclusiones acerca de la materia.

Un tema tan complejo como todo lo que se encuadra dentro de un concepto tan

amplificado y distorsionado como el de “educación", especificado por otro u otros tales como

“física” o “movimiento", a su vez complejísimos y en alguna manera indefinibles, es difícil

que pueda ser reducido a un esquema general —lógico y progresivo— de fines, objetivos,

contenidos.

Esta es la razón por la que algunos autores prefieren simplemente enumerar los contenidos

de la educación física (o educación por el movimiento), yuxtaponiendo en listas, aunque sean

largas, objetivos, fines, contenidos, sin diferenciación de niveles.

Estos expertos elaboran planteamientos teóricos “American Afiance for Health, Physical

Educadon and Recreation” de Estados Unidos, la cual enumera, tras metódicas

comprobaciones, veintidós factores o propósitos generales identificadores del contenido de

la educación física. Estos factores u objetivos están englobados en tres grandes metas:

1. El hombre dueño de sí mismo.

2. El hombre en el espacio.

2. El hombre en el mundo social.


Teniendo en cuerna estos y otros resultados obtenidos en parecidas investigaciones',

puede ser esclarecedor situarse a un nivel de reflexión que arranque de la realidad unitaria

antropológica que es el mismo hombre —sujeto receptor de la acción “educación física”—.

Las dos grandes realidades antropológicas de las que hay que partir para una identificación

de la cultura física -—de la que la educación física es parte propedéutica— son:

1) El cuerpo.

2) El movimiento.

1. El individuo conoce el mundo que le rodea a partir de su entidad corporal. El cerebro,

que trae innumerables posibilidades de realización futura, a partir de sus capacidades

recibidas genéticamente estructura sus patrones básicos vitales mediante experiencias

sensoriales.

2. El hombre vive en el movimiento. No sólo a niveles micro-somáticos, sino también

en los macro-somáticos el hombre parece que no subsistiría plenamente como tal hombre sin

la capacidad y la ejercitación del movimiento.

Gracias al movimiento el hombre multiplica las posibilidades y variedad de tales

estimulaciones. Sin el adecuado movimiento, sobre todo en los primeros años de vida, las

capacidades senso-perceptivas no alcanzan su adecuada maduración. Aun para el correcto

desarrollo de la facultad de pensar es necesario que el hombre ejercite en alguna manera sus

capacidades de movimiento.
Pude llegar a la conclusión que el cuerpo y el movimiento va de la mano, y gracias a estas

dos grandes funciones que posee el hombre podemos realizar o llevar acabo diferentes

actividades físicas ya sea con expresiones corporales y diferentes movimientos.

Jugamos un gran papel dentro de las instituciones y sociedad, ya que nosotros como

educadores podemos ser portadores de buena información para hacer buen uso de las

habilidades que posee cada persona.

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