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Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 1

Exigencias de la profesión del psicólogo en el ámbito emocional en los alumnos de


la Carrera de Psicología en la Universidad Tecnológica Intercontinental, Sede
Fernando de la Mora Turno Noche

Tesis de Grado

Héctor Vidal Benítez López

Universidad Tecnológica Intercontinental

Nota del autor:

Licenciatura en Psicología

hvbl1996@gmail.com
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Resumen

El propósito de esta investigación es analizar los niveles de las cualidades


emocionales consideradas como exigencias derivadas del ámbito emocional de la
profesión del psicólogo. En el estudio participaron 75 alumnos de la carrera de
Psicología de Universidad Tecnológica Intercontinental, de los cuales 50 pertenecen
al sexo femenino y 25 del sexo masculino de diferentes edades. Se utilizó el
muestreo por cuotas, dividiendo aleatoriamente la muestra en 15 alumnos por curso.
Se aplicaron test psicométricos estandarizados de empatía, autoestima, resiliencia
y asertividad. Se analizaron los niveles de dichas cualidades emocionales, estando
estas presentes en un nivel óptimo en los alumnos, principalmente la autoestima y
la resiliencia, no tanto así la asertividad y la empatía que presentaron niveles medios
y bajos en mayoría. Los resultados demostraron que no existe una notoria diferencia
entre los sexos, pero sí en entre los cursos. Se entiende que los niveles van
disminuyendo a medida que los alumnos se desarrollan, tanto personal como
profesionalmente, en el transcurso de la carrera indiferentemente al sexo de los
mismos.

Palabras clave: alumnos, niveles, cualidad emocional, Psicología, psicólogo.


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Marco introductorio
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Tema

Exigencias de la profesión del psicólogo en el ámbito emocional en los


alumnos de la Carrera de Psicología en la Universidad Tecnológica Intercontinental,
Sede Fernando de la Mora Turno Noche.

Planteamiento del problema

En el artículo nº 7 del Código de Ética de la Sociedad Paraguaya de


Psicología resalta que el psicólogo se compromete a asumir niveles elevados de
idoneidad en su trabajo, así como también con la obligación de reconocer los límites
de su competencia, estas competencias se podrían entender a niveles de
conocimientos teóricos, prácticos o también emocionales.

La cualidad emocional es un conjunto articulado de capacidades y


habilidades que un individuo necesita para desenvolverse en un ambiente
cambiante y surgir como una persona diferenciada, mejor adaptada, eficiente y con
mayor confianza en sí misma (cf. Salovey & Sluyter en Bisquerra & Pérez, 2007).

La competencia o cualidad emocional es un constructo amplio que incluye


diversos procesos y provoca una variedad de consecuencias. Salovey y Sluyter (en
Bisquerra et al., 2007) identifican cinco dimensiones básicas en las competencias
emocionales: cooperación, asertividad, responsabilidad, empatía, autocontrol.

Goleman, Boyatzis y Mckee (en Bisquerra et al., 2007), proponen tan solo
cuatro dominios, conciencia de uno mismo, autogestión, conciencia social y gestión
de las relaciones, dentro de las mismas se encuentran dieciocho competencias.

En relación a los trabajos realizados como estudiante a lo largo de la carrera


en conjunto con compañeros de distintos cursos, se presentaron más dificultades
emocionales que dificultades teóricas para la elaboración de dichos trabajos, por
ende, podría ser la exigencia principal del psicólogo, el manejo de sus propias
emociones.

Esto da a entender que los estudiantes de Psicología no conocen los niveles


de sus cualidades emocionales, lo que genera la dificultad ya mencionada para
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brindar un servicio profesional óptimo en un futuro próximo, el cual será perjudicial


para la profesión del psicólogo o un fracaso propio dentro del campo laboral

Entre las dieciocho competencias o cualidades mencionadas anteriormente,


de acuerdo con la experiencia propia y con los autores citados a continuación, se
puede resaltar cuatro de ellas, que estuvieron ausentes o poco presentes en los
alumnos durante las prácticas realizadas a lo largo de la carrera de psicología.

Según Wagnild y Young (1993) el buen manejo de las emociones exige un


buen nivel de resiliencia, en el campo de la Psicología, se ha estudiado el concepto
de resiliencia como un determinante para superar traumas y/o situaciones adversas,
así también los factores que hacen a una persona resiliente. Sin embargo, los
psicólogos en la actualidad aparentemente pocas veces tienen en cuenta sus
niveles de resiliencia para ejercer su profesión.

Para Rogers (1961) el psicólogo debe entender las inquietudes del paciente
de la manera adecuada, ponerse en su lugar para comprender el contexto del
paciente y guiarlo a que encuentre el apoyo que quiere brindarle el psicólogo, es
por ello que una cualidad requerida al psicólogo para llevar a cabo su trabajo es la
empatía.

La asertividad es parte primordial de las habilidades sociales, se puede definir


la asertividad como el grado en que una persona se puede comunicar con los demás
de manera que satisfaga los propios derechos, necesidades, placeres u
obligaciones hasta un grado razonable sin dañar los derechos, necesidades,
placeres u obligaciones similares de la otra persona y comparta estos derechos con
los demás en un intercambio libre y abierto.

La falta de autenticidad personal del psicólogo genera desconfianza en el


paciente, para Rogers (1961) es muy probable que la psicoterapia fracase porque
el psicólogo no posee un nivel de autoestima equilibrado para guiar un tratamiento
ni generar confianza en la persona que acude a él para buscar una solución a sus
problemas.
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Estas cualidades emocionales pueden ser clasificadas por niveles, los


psicólogos deben poseer un nivel óptimo de dichas cualidades para ayudar a las
demás personas a encontrar una solución al problema con el que se encuentra al
momento de acudir al profesional.

Preguntas de investigación

Consecuentemente se plantea en esta investigación la siguiente pregunta


central:

¿Cuáles son los niveles de las cualidades emocionales de los alumnos de la


Carrera de Psicología en la sede Fernando de la Mora Turno Noche consideradas
como exigencias derivadas del ámbito emocional de la profesión del psicólogo?

De la pregunta central se desprenden las siguientes preguntas específicas:

- ¿Cuál es el nivel de resiliencia de los alumnos de la Carrera de Psicología


en la sede de Fernando de la Mora turno noche?
- ¿Cuál es el nivel de empatía de los alumnos de la Carrera de Psicología
en la sede de Fernando de la Mora turno noche?
- ¿Cuál es el nivel de autoestima de los alumnos de la Carrera de
Psicología en la sede de Fernando de la Mora turno noche?
- ¿Cuál es el nivel de asertividad de los alumnos de la Carrera de
Psicología en la sede de Fernando de la Mora turno noche?

Objetivos

De la pregunta central, se desprende el siguiente objetivo general:

- Analizar los niveles de las cualidades emocionales del psicólogo en los


alumnos de la Carrera de Psicología en la sede Fernando de la Mora Turno
Noche consideradas como exigencias derivadas del ámbito emocional de la
profesión del psicólogo.
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De esa manera, los objetivos específicos de esta investigación consisten en:

Identificar los niveles que los alumnos de la Carrera de Psicología en la sede


Fernando de la Mora poseen en las siguientes cualidades emocionales:

- Resiliencia.
- Empatía.
- Autoestima.
- Asertividad.

Justificación

Sobre la base de lo desarrollado a lo largo de la Carrera de Psicología, a


través de realización de las prácticas psicoterapéuticas, estudios de casos,
aplicación de test y relacionamiento con alumnos de la Carrera de Psicología de
diferentes cursos, se pudo comprobar que varias personas presentan dificultades
emocionales en su desarrollo profesional.

Se cree que varios alumnos no demuestran cualidades básicas requeridas al


profesional de psicología, como la resiliencia, la empatía, una buena autoestima o
la asertividad, lo cual preocupa de sobre manera los posibles resultados negativos
que esto atraería al campo de psicología una vez que lo ejerzan.

Mediante esta investigación se pretende conocer el nivel de dichas


cualidades del psicólogo presentes en los alumnos de la carrera en la sede de
Fernando de la Mora, ya que estarán en sus manos la salud mental de sus
pacientes.

Por ello, es importante conocer su nivel de resiliencia, empatía, autoestima y


asertividad, para saber si los mismos corresponden a las exigencias de la profesión.
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Viabilidad y limitaciones

Esta investigación fue viable debido a la cantidad de antecedentes


encontrados con títulos relacionados al tema, una amplia información referente al
tema y sus conceptos, la disponibilidad de la muestra y su muy buena predisposición
en todo momento.

En esta investigación no se estudiaron los casos o sucesos experimentados


por los alumnos donde pusieron a prueba la resiliencia, empatía, asertividad o la
autoestima del mismo de manera directa.
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Marco teórico
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Antecedentes

En primer lugar se encuentra el artículo de los licenciados en Psicología


Maritza Ruiz, Bruno Jaraba y Lidia Romero, denominado La formación en psicología
y las nuevas exigencias del mundo laboral: Competencias laborales exigidas. En
este artículo presentan una investigación en donde participaron 60 egresados de la
carrera de psicología con el fin de conocer cuáles son las competencias exigidas en
el área de psicología a los profesionales, principalmente en cuanto a conocimientos,
habilidades y actitudes.

Dicha investigación obtuvo los resultados en cuanto a las exigencias


propuestas en el cuestionario, llegando a la conclusión de que los profesionales
deben seguir autoevaluándose periódicamente así como también seguir
fomentando el desarrollo de dichas competencias, ya que el campo profesional cada
vez se vuelve más exigente para los psicólogos.

El artículo se relaciona con esta investigación, ya que menciona diversas


competencias exigidas al profesional de psicología, entre esas las cualidades
tomadas para este mismo, que son la empatía como habilidad propia del psicólogo,
la resiliencia, la autoestima y la asertividad como actitudes que debería manejar el
psicólogo dentro del ámbito laboral.

En segundo lugar, se cuenta con el artículo de las licenciadas en Psicología


Silvana Best y Cristina Pairetti (2014) de la Universidad de Ciencias Sociales y
Empresariales en su sede de San Rafaela, Argentina, con el título La inteligencia
emocional en la formación del psicólogo. Este artículo tiene como objetivo explicitar
el proceso de construcción del problema de investigación que motiva el desarrollo
del proyecto Dispositivos pedagógicos de práctica profesional de pre-grado y
desarrollo de la inteligencia emocional planteado por las mismas.

En el marco de esta propuesta, los alumnos han realizado entrevistas


exploratorias a psicólogos que desarrollan su práctica en variadas áreas
profesionales y que cuentan con una trayectoria de por lo menos 10 años en el
ejercicio del rol. En dicha exploración se indaga sobre las habilidades generales que
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son requeridas en el ejercicio del rol del psicólogo más allá de la línea teórica o el
área de incumbencia profesional en la cual se desempeñe.

En la encuesta, se mencionaron con mayor frecuencia las siguientes


habilidades que se le exige al psicólogo: escucha activa, empatía, habilidades
comunicativas, capacidad crítica, conocimiento de los propios límites y la capacidad
analítica.

La relación de dicha investigación con este trabajo, se encuentra en que


según Best y Pairetti (2014) la principal exigencia de la profesión de la psicología
se centra mayormente en su inteligencia emocional o habilidades para el manejo de
sus propias emociones, demostrando en la investigación la importancia de dicha
característica para el buen desarrollo profesional.

En tercer lugar, se tuvo en cuenta los resultados de la tesis de grado


presentada en 2017 en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de
Asunción, titulada Nivel de resiliencia en empleados del área administrativa de una
empresa privada de Asunción por María Fernanda González Galeano y Daisy
Raquel Centurión Arellano.

En este trabajo se aplicó la Escala de Resiliencia (RS) elaborada por Wagnild


y Young en el año 1993, dando como resultado una diferencia estadísticamente
significativa tras comparar el nivel general de resiliencia según el sexo de los
participantes, siendo los hombres quienes presentaron mayores puntuaciones en la
escala. Seguidamente, también se presentaron variaciones según la edad ya que
se observó que el promedio de puntajes tendía a aumentar conforme aumentaba la
edad, desde los 18 a 30 años, hasta llegada la edad de 31 a 43 años, grupo de edad
en que se presentó el mayor nivel de resiliencia y, a partir de allí, dicho nivel volvió
a descender paulatinamente hasta el conjunto de edad de 44 años o más.

El trabajo se relaciona con esta investigación, ya que se centra en describir


los niveles de resiliencia en trabajadores, personas que deben estar preparadas
para ciertas adversidades que se presente a la empresa o como a ellos mismos
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dentro de ella, debiendo cumplir así un nivel de resiliencia óptimo para cumplir con
las exigencias del trabajo.

Un cuarto trabajo es el de María Soledad Flores Crispín (2008), de la


Universidad Nacional Mayor de San Marcos denominado Resiliencia y proyecto de
vida en estudiantes del tercer año de secundaria de la UGEL 03. Se trata de un
proyecto factible, la técnica de muestreo ha sido no probabilística, se seleccionó
una muestra de estudiantes de ambos sexos (Varones = 200; Mujeres = 200). La
investigación es de tipo descriptivo correlacional, se emplearon como instrumentos
de investigación la Escala de Resiliencia de Wagnild y Young (1993) y la Escala
para la Evaluación del Proyecto de Vida de García.

En esta investigación se pudo comprobar en cuanto a niveles de resiliencia


de los alumnos, que el 49,03 % de la muestra se ubica en el nivel Medio bajo y Bajo,
el 25 % restante de alumnos se ubica en el nivel Medio alto y Alto, mientras que el
nivel preponderante de resiliencia de los alumnos de la UGEL 03 es el medio (25,8
%).

De esta manera, se puede relacionar a la investigación en cuanto al nivel de


resiliencia en alumnos del nivel medio, los cuales podrían optar por la carrera de
Psicología como su proyecto de vida.

Se analizó otro estudio de Samuel Morales cuyo nombre es Estudio del nivel
de empatía y motivación de logro de los alumnos de la carrera de odontología de la
Universidad de Concepción, el cual tuvo como objetivo medir el grado de empatía y
motivación de logro de los estudiantes de la carrera de Odontología de la
Universidad de Concepción - Chile y determinar el grado de asociación entre estas
variables.

La investigación de Morales se relaciona a esta investigación en cuanto al


interés de medir la empatía de los alumnos de una carrera específica, donde su
principal ejercicio es tratar con personas de distintas cualidades.
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Cualidades emocionales de la profesión del psicólogo

La profesión del psicólogo presenta diversas exigencias en el campo laboral,


como ya lo mencionan Ruiz, Jaraba y Romero (2008) en su artículo. Para ello, el
psicólogo debe disponer de cualidades propias, ya sea en cuanto a conocimientos,
destrezas y control emocional, que es lo que nos incumbe. Las cualidades
emocionales son la base del buen manejo profesional del psicólogo, ya que la
función principal del psicólogo es orientar a buscar una solución a un problema
determinado.

En un mundo en el que crecientemente se atribuye una vital importancia a


las competencias blandas, estas serían las habilidades asociadas con la
personalidad de la persona, pero en el que sigue siendo priorizado el conocimiento
medible, resulta relevante establecer las posibles relaciones entre la mente
emocional y la mente intelectual. Asimismo, las competencias emocionales y
relacionadas con la personalidad son especialmente apreciables en las profesiones
en las que la atención al usuario, cliente o paciente es una de las principales tareas
del profesional. En la atención a sus pacientes, el profesional debe mostrar la
capacidad de controlar sus propias emociones y detectar, interpretar y manejar
correctamente las emociones de los demás, ya que éstas son un indicador de las
necesidades del paciente.

Las nuevas demandas planteadas por la sociedad globalizada hacen


inevitable que instituciones, organizaciones, profesionales, profesores y estudiantes
de forma conjunta sigan avanzando en el diseño de mecanismos de definición y
reconocimiento de los perfiles de competencias del Psicólogo (cf Gutiérrez, 2005 en
Ruiz et al., 2008)

Las competencias específicas o especializadas son propias de cada


profesión, donde los aspectos técnicos suelen ser predominantes. Por ejemplo, la
capacidad de un arquitecto para diseñar un espacio habitable en forma apropiada
a ciertos fines y clientes determinados, es un ejemplo de competencia de diseño, la
que a su vez es una competencia especializada (Ruiz et al., 2008).
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En otras palabras se puede plantear que las competencias son el conjunto

de saberes (saber, saber hacer, saber estar y saber ser – conocimientos,

procedimientos y actitudes) combinados, coordinados e integrados en el ejercicio


profesional. El manejo de cada uno estos saberes permite al individuo
desempeñarse con eficacia en cualquier contexto profesional (Tejada, 1999).

Al hablar de la profesión del psicólogo se puede expandir a diversos ámbitos,


ya sea en el ámbito clínico, laboral, educacional o cualquier área de la psicología,
donde en todas se estarían dando en común ciertas cualidades o habilidades o
competencias básicas la resiliencia, la empatía, la asertividad y el autoestima del
psicólogo al relacionarse con los pacientes.

Jennings y Skovholt (1999) refieren que las características emocionales de


los terapeutas incluyen: receptividad (tener conciencia de sí, ser reflexivo, no
defensivo, abierto a la retroalimentación), salud mental y madurez y cuidado de la
relación entre su salud emocional y el impacto que tiene sobre la calidad de su
trabajo. Las características de relación engloban: habilidades de relación fuertes
cultivadas inclusive antes de ingresar en la profesión, habilidades sociales
sofisticadas (calidez, respeto, cuidado, interés genuino) y la capacidad de poner
estas habilidades al servicio del establecimiento de una alianza de trabajo fuerte y
del desarrollo de la psicoterapia (Best & Pairetti, 2014).

No se encuentran diferencias significativas en relación a la definición de


cualidad emocional e inteligencia emocional, es más, se podría entender como
sinónimos. Pero autores como Goleman (1998) y Saarni (1999) lo conceptualizan
de manera separada, encontrando igual similitudes en ambas definiciones. Es por
ello que en esta investigación no dividí los conceptos, sino que los uní para obtener
información más clara en cuanto a las cualidades exigidas al psicólogo.

Las cualidades emocionales son la base para el desarrollo personal según


Saarni (1999), estas cualidades la define como un conjunto de competencias y
habilidades de la que una persona necesita para desenvolverse en un ambiente
cambiante y ser una persona mejor adaptada, eficiente y con mayor confianza en sí
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misma. La misma confirma que la emoción juega un papel primordial para el buen
desempeño personal y profesional.

Daniel Goleman (1998) estudió a fondo la inteligencia emocional, dividiendo


esto en ciertas cualidades las que crean a una persona emocionalmente inteligente.
Conceptualizando la inteligencia emocional como, la capacidad de identificar con
precisión nuestras propias emociones, así como las de los demás, la capacidad de
utilizar las emociones y aplicarlos a tareas, como el pensamiento y la resolución de
problemas, capacidad de gestionar las emociones, incluyendo el control de nuestras
propias emociones, así como la capacidad para animar o calmar a otra persona.

Para ser psicólogo se deben presentar ciertas cualidades y habilidades para


llevar a cabo una buena relación con el paciente, para generar confianza con el
mismo y obtener buenos resultados. Carl Rogers divide esas cualidades o actitudes,
siendo estas la empatía, la escucha activa y la autenticidad personal (Bados &
García, 2011). Se podría agregar una cualidad más y no menos importante, la
resiliencia, que juega un factor crucial para medir el manejo de las emociones en
general.

Para Rogers (1961) es importante establecer una alianza terapeuta-paciente


con el fin de llevar adelante la terapia y que haya un buen ambiente dentro de la
misma. Por ello, estas actitudes que ya mencionamos juegan un papel fundamental
para que esta alianza. Agregando a la resiliencia como una actitud de una persona
en ciertas situaciones, Masten y Powell (2003) indican que la resiliencia se refiere a
“patrones de adaptación positiva en el contexto de riesgos o adversidades
significativas”. Para ellos, la resiliencia sería la descripción de un patrón de conducta
general más que un rasgo propio de una persona. Por ello considera que lo más
apropiado sería decir “esta persona tiene un patrón resiliente”, o “esta persona
muestra las características de la resiliencia”.
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Resiliencia

Concepto

Resiliencia es un término que va tomando auge en ámbito de la psicología,


el término procede del latín, de la palabra resilium (volver atrás, volver de un salto).
Siendo el término resiliencia común a muchas disciplinas del ámbito de las Ciencias
Sociales y de las Ciencias de la Salud, no existe una misma definición para todas
las disciplinas.

Varios autores han trabajado para definir la resiliencia, pero resalta que casi
todos coinciden en una cosa, que la resiliencia implica una respuesta positiva ante
una adversidad o riesgo presentado y como nos adaptamos a la misma. Para no
presentar tantas diferencias o llenar de conceptos que podrían significar lo mismo,
opté por mencionar solo algunos.

Desde la perspectiva de la psicología, la resiliencia ha sido definida por una


serie de autores como un rasgo psicológico o cualidad que caracteriza a las
personas que tienen mayor capacidad para afrontar la adversidad (Wagnild &
Young, 1993).

Otros autores no definen a la resiliencia como una cualidad de la persona,


sino como una capacidad de adaptarse a una amenaza (Fergus & Zimmerman,
2005) ya que la misma puede ir cambiando a lo largo del tiempo en diversas etapas
de la vida y manifestarse como una conducta en algún momento de la vida.

La definición más aceptada o utilizada de resiliencia, por así decirlo, es la de


Garmezy (1991) que la define como la capacidad para recuperarse y mantener una
conducta adaptativa después del abandono o la incapacidad inicial al iniciarse un
evento estresante, incluso bajo este concepto se iniciaron ciertos estudios de la
misma. Otra semejante es la de Masten (2001) quien la ha definido como “un tipo
de fenómeno caracterizado por buenos resultados a pesar de las serias amenazas
para la adaptación o el desarrollo”.

Para Fergus y Zimmerman (2005) indican que la resiliencia se refiere al


proceso de superar los efectos negativos de la exposición al riesgo, afrontamiento
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exitoso de las experiencias traumáticas y la evitación de las trayectorias negativas


asociadas con el riesgo. Para que aparezca la resiliencia tienen que estar presentes
tanto factores de riesgo como de protección que ayuden a conseguir un resultado
positivo o reduzcan o eviten un resultado negativo.

La resiliencia entonces se podría entender para esta investigación como un


proceso que surge de lo cotidiano, por esa razón es inseparable de la influencia de
los elementos socioculturales y contextuales entre los que se desenvuelve la
persona (Masten & Powell, 2003). Se entiende que la resiliencia es fruto de una
larga historia de evolución, no sólo biológica sino también sociocultural, que ha ido
equipando a los humanos de herramientas para incrementar la capacidad
adaptativa de su funcionamiento. De hecho, la mayor parte de los investigadores
han asumido que la misma surge de interacciones múltiples y dinámicas entre el
organismo y el ambiente (Richardson, 2002).

Para Erikson, cada etapa de la vida presenta una crisis que implica un
conflicto diferente propio del proceso madurativo. Tales crisis se manifiestan en
momentos determinados a todas las personas, y se manifestará de modo pertinente
a cada contexto personal y sociocultural. Es lo que comúnmente se conoce como
crisis normativas (Saavedra & Villalta Paucar, 2008).

Características de la resiliencia

Polk (1997) realizó una revisión histórica del concepto de la resiliencia y sus
características. Al comienzo, la investigación psicológica conceptuó la resiliencia
partiendo del inapropiado y tan utilizado concepto de “fuerza del ego” de block.
Posteriormente la resiliencia ha sido conceptualizada, siguiendo a Polk (1997),
como un continuo y como un agregado de recursos, especialmente fuerza del ego,
intimidad social e ingeniosidad. También ha sido conceptualizada como un factor
que funciona como un mecanismo de protección consistente de factores
ambientales y constitucionales.

En su revisión Polk (1997) elaboró 26 características, los cuales redujo a seis:


atributos psicosociales, atributos físicos, roles, relaciones, características de
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solución de problemas y creencias filosóficas. A su vez los atributos físicos y


psicosociales fueron combinados, así como las relaciones y los roles, creando así
una clasificación de cuatro patrones para la resiliencia: el patrón relacional, el patrón
disposicional, el patrón situacional y el patrón filosófico. La combinación de dichos
patrones, completaría el constructo de resiliencia.

El patrón disposicional se refiere al patrón de los atributos del físico y a los


atributos psicológicos relacionados con el ego. Los atributos psicosociales incluyen
la competencia personal y un sentido del self, los atributos físicos son los factores
constitucionales y genéticos que permiten el desarrollo de la resiliencia. Estos
factores físicos incluyen la inteligencia, la salud y el temperamento.

El patrón relacional se refiere a las características de los roles y relaciones


que influencian la resiliencia. Este patrón incluye tanto los aspectos intrínsecos
como extrínsecos definidos como el valor de la cercana relación de confianza como
de una amplia red social. También, a nivel intrínseco, darle sentido a las
experiencias, tener habilidades en identificar y relacionarse con modelos positivos
y tener buena voluntad para buscar a alguien en quien confiar.

El patrón situacional se refiere a la aproximación característica a las


situaciones o estresores y se manifiesta como habilidades de valoración cognitiva,
habilidades de solución de problemas, y atributos que indican una capacidad para
la acción frente a una situación. El patrón situacional incluye la habilidad de hacer
una evaluación realista de la propia capacidad para actuar y de las expectativas o
consecuencias de esa acción.

El último patrón, el filosófico, se manifiesta por las creencias personales. La


creencia de que el autoconocimiento y la reflexión sobre uno mismo y los eventos
son importantes, contribuyen a este patrón. Hay también una convicción de que
posteriormente vendrán buenos tiempos y la creencia en hallar un significado
positivo en las experiencias (Becoña, 2006).

Garmezy (1993) considera que en una situación vital estresante hay tres
factores principales en relación con los individuos. El primero sería el temperamento
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y los atríbutos de personalidad del individuo, donde incluye el nivel de actividad, la


capacidad reflexiva cuando afronta nuevas situaciones y las habilidades cognitivas.
El segundo se encuentra en las familias, especialmente en las más pobres, como
cariño, cohesión y presencia de algún cuidado de un adulto, como un abuelo o
abuela que asume un rol parental en ausencia de padres responsivos o cuando hay
problemas maritales entre los padres. Y, el tercero, la disponibilidad de apoyo social
en sus múltiples formas, como una madre sustituta, un profesor interesado, una
agencia que le ayuda, una institución que proporciona cuidados o los servicios de
una iglesia, por ejemplo (Becoña, 2006).

Empatía

Concepto

El concepto se ha socializado mucho, si bien el diccionario de la Real


Academia no incluye la palabra empatía hasta su 21 edición en 1992, cambiando
su definición en la edición 22 del año 2001: “Identificación mental y afectiva de un
sujeto con el estado de ánimo del otro”. El concepto se ha socializado tanto que ha
dado pie a acepciones confusas, a un uso inflacionado y vago, usándose con
frecuencia para evocar cualquier tipo de connotación positiva en las relaciones
(Bermejo, 2012).

El primer autor en traducir el término Einfühlung por Empathy fue Titchener


en 1909. Al diseñar el Estructuralismo americano, el concepto de Einfühlung
describía la capacidad de conocer la conciencia de otra persona y razonar de
manera análoga a ella, de un proceso de imitación interna, siendo que, a través de
esta capacidad, personas con el mismo nivel intelectual y moral podrían entenderse.

Hasta el primer decenio del siglo XX, la empatía era un concepto de interés
unido a la filosofía estética y con Tichener, Scheler y Stein se convierte en objeto
de la reflexión filosófica y psicológica. Anteriormente se refería también a los objetos
inanimados, como una obra de arte. Posteriormente el término penetró en Europa,
procedente de las escuelas psicológicas de Estados Unidos, y se unió rápidamente
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a un concepto operativo fundamental para cualquier práctica psicoterapéutica


correcta (Bermejo, 2012).

Se trata de la comprensión íntima del otro, del mundo interno del otro, tal
como éste lo vive, aunque no sepa con claridad cómo lo vive. Es la percepción del
otro en uno, como alguien que no soy yo, pero que me resulta tan familiar como lo
soy para mí mismo.

Es una vivencia paradojal, porque a diferencia de la transferencia, no es una


proyección (y por lo tanto inconsciente) sino la vivencia de otro como otro en mí. No
es una identificación sino la impresión de la vivencia del otro como si fuera mía, con
la posibilidad de discriminarme de ella y continuar siendo yo mismo y él, él,
separados y juntos a la vez (Rogers, 1961).

Para Rogers, uno podría hablar de una comprensión empática cuando uno
va más allá de una comprensión "externa" de los pensamientos y sentimientos de
la otra persona, llegando a entenderla "desde adentro". Esto implica sensibilizar al
terapeuta a la cuenta del cliente, aprender y comprender sus estados internos, sin
juzgar la subjetividad del otro (Rodrigues, Pereira, Roazzi, 2009).

Según el sociólogo estadounidense Jeremy Rifkin (cf en Bados & Garcia,


2011) la empatía es un concepto único y relativamente nuevo en el vocabulario de
cualquier lengua humana hasta ahora hablada, y se empieza a emplear apenas en
el año 1909. Cuando se habla de empatía se hace referencia a una habilidad tanto
cognitiva como emocional o afectiva del individuo, en la cual este es capaz de
ponerse en la situación emocional de otro (Bados, García, 2011).

La empatía implica en primer lugar entrar en el marco de referencia del otro


y comprender sus sentimientos, percepciones y acciones; es decir, ver las cosas no
como son objetivamente o como las vería uno mismo de estar en el lugar de la otra
persona, sino tal como la otra persona las experimenta. La empatía, en su nivel más
alto, implica no sólo comprender los pensamientos y sentimientos expresados por
la persona, sino también captar las implicaciones emocionales, cognitivas y
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conductuales que aquellos tienen en su vida. Es lo que se ha definido como


comprender el significado más allá de lo que el otro expresa (Bados, García, 2011).

Características de la empatía

Como citan Decety y Jackson (2004), al haber realizado una investigación


descubrieron que las expresiones faciales son poderosos estimuladores
emocionales, porque producen en el observador emociones similares a las que se
expresan. Además, la imitación de expresiones emocionales puede hacer que el
sujeto sienta las emociones correspondientes a lo que se está imitando, incluso si
no hay ningún estímulo que provoque emociones en ese momento.

Una persona empática es también alguien que cuenta con una buena
capacidad de escucha, leer pistas no verbales, artista en la combinación del arte de
saber hablar y saber callar, todo lo cual le facilita el camino para influenciar y regular
de manera constructiva las emociones de los demás, beneficiando así sus
relaciones interpersonales. (Bermejo, 2012).

Por otro lado, las personas que poseen poca actitud empática tienen
dificultades para leer e interpretar correctamente las emociones de los demás, no
saben escuchar, y muchas veces son ineficientes leyendo las señales no verbales,
razón por la cual pueden evidenciar una torpeza social, al aparecer como sujetos
fríos e insensibles. Los individuos que manifiestan incapacidad empática no saben
leer su entorno social, por lo que –algunas veces sin proponérselo– dañan la
intimidad emocional de quienes tratan, pues al no validar los sentimientos y
emociones del otro, este se siente molesto, herido o ignorado.

Pero digamos sin dudar que proceder con empatía no significa estar de
acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como
propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien,
sin dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus
propias motivaciones. En realidad, la legítima presentación del desacuerdo con otra
persona debería tener su base en la actitud empática. A través de la lectura de las
necesidades de los demás, podemos reajustar nuestro actuar y siempre que
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 22

procedamos con sincero interés, ello repercutirá en beneficio de nuestras relaciones


personales (Bermejo, 2012).

Para Rogers (1961), un terapeuta debe tener una estimación positiva y sobre
todo empatía hacia el cliente, de eso se trataba su terapia enfocada o centrada en
el paciente. La empatía permite al terapeuta poder escuchar mejor al paciente y
entender sus sentimientos y emociones. Comenta que es una habilidad que puede
ir desarrollando en la vida cotidiana.

Autoestima

Concepto

Existen varios conceptos de autoestima dentro de la literatura, varios autores


le dieron un significado a esta definición o constructo. Esto se debe a su gran
complejidad, es difícil encontrar un solo concepto que defina exactamente a la
autoestima, es el ello que tomé solo algunos autores.

Carl Rogers (1961) definió la autoestima la autoestima como la composición


experiencial constituida por percepciones que se refieren al Yo, a las relaciones con
los demás, con el medio y la vida en general, así como los valores que el sujeto
concede a las mismas. Este concepto es sumamente subjetivo, se podría entender
que cada uno forma su autoestima de acuerdo a su percepción del mundo.

William James, en 1980, en su libro Principles of psychology, definió la


autoestima en cómo se compara con los demás en cualquier tema que eligiese.
Menciona que está determinado por la proporción entre nuestra realidad y nuestras
supuestas potencialidades, por lo tanto que define que la fórmula de la autoestima
es cuando nuestras pretensiones es nuestro denominador y el éxito nuestro
numerador (Branden, 1993).

Otro que estudió la autoestima fue Stanley Coopersmith, en su famoso libro


The antecedents of Self-esteem donde la define como la evaluación que efectúa y
generalmente mantiene el individuo con respecto a sí mismo. Expresa una actitud
de aprobación o desaprobación e indica en qué medida el individuo se cree capaz,
importante, digno y con éxito. En resumen, la autoestima es un juicio personal de
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 23

dignidad, que se expresa en las actitudes del individuo hacia sí mismo (Branden,
1993).

Lo que hace a una persona autentica es la autoestima que esta pueda tener,
la autoestima es la experiencia para ser aptos en la vida y las necesidades de la
vida, específicamente consiste en dos puntos: a) Confianza en nuestra capacidad
de pensar y de afrontar los desafíos básicos de la vida, y b) confianza en nuestro
derecho de ser felices, el sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho
a afirmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de nuestros esfuerzos
(Branden, 1993).

La autoestima influye directamente en el comportamiento de los individuos


se incide en la promoción del bienestar psicológico, pues la forma en que se evalúa
a sí mismo el individuo tiene repercusión en todas las áreas del desarrollo social,
emocional, intelectual, conductual y escolar.

La autoestima es una poderosa fuerza que está dentro de nosotros.


Comprende mucho más que ese sentido innato de autovalía que presumiblemente
es nuestro derecho al nacer, esa chispa que los psicoterapeutas o maestros intentan
avivar en aquellos con quienes trabajan (Branden, 1993).

La génesis de la autoestima

Coopersmith propuso cuatro factores: auto-percepción, conducta, cognitivo y


contexto inmediato, para que estos factores sean completos, se pasó por una
secuencia que él denominó como “Génesis de la autoestima”. Son tres fases por la
cual la autoestima se forma en una persona, ya desde temprana edad. De acuerdo
con lo propuesto por Coopersmith, la génesis de la autoestima tiene la siguiente
secuencia:

a) autorreconocimiento: el cual surge hacia los dieciocho meses de edad,


cuando el niño es capaz de reconocer su propia imagen en el espejo.

b) autodefinición: la cual aparece a los tres años de edad, cuando el niño es


capaz de identificar las características que lo describen a sí mismo, inicialmente en
términos externos y, hacia los seis o siete años, en términos psicológicos,
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 24

introyectando ya el concepto del yo verdadero (quién es) y el yo ideal (quién le


gustaría ser). Mientras mayor sea la diferencia entre el yo verdadero y el yo ideal,
más baja será la autoestima.

c) autoconcepto: el cual se desarrolla en la edad escolar, entre los 6 y 12


años. Es el sentido de sí mismo que recoge las ideas referentes al valor personal.
Dentro de este contexto, la autoestima es el sentimiento, positivo o negativo, que
acompaña al autoconcepto (Alonso, Murcia, Murcia, Herrera, Gómez, Comas, Ariza,
2007).

Características de la autoestima

Características de la baja autoestima. Según lo señalan Rosenthal y


Simeonsson “las personas con baja autoestima muestran una identidad cambiante,
inestable y abiertamente vulnerable a la crítica o al rechazo, lo que verifica su
inadecuación, incompetencia y falta de valía” (Rice, 2000).

Estas personas no confían en su propia persona, son temerosas al iniciar


algo precipitándose al pensar que no lo lograrán, huyen de cualquier trabajo en
equipo ya que ellos mismo se minimizan, son temerosas y por su no valoración se
aíslan de los demás. Piensan que son ignorantes, incapaces de sobresalir, que no
pueden liderar un grupo y buscan un representante para hacerlo. Además, no tienen
el control sobre su vida y dejan manipularse por otras personas, son reprimidos y
no se muestran como son ya que tienen miedo al rechazo.

Con respecto a los estudiantes, su autoestima puede ser variable


dependiendo al tipo de situación en el que se encuentra. En algunas oportunidades
se puede convertir en algo más serio ya que puede afectar en su rendimiento
académico y tener depresión. Esto va a depender mucho quienes lo rodean. Lo más
cercano es la familia. Si el núcleo familiar presenta muchos problemas o si en el
colegio existen conflictos todo esto puede llevar a que el estudiante tenga un bajo
autoestima (Santrock 2002).

Características de alta autoestima. Para Molina, Baldares y Maya (1996)


Todo ser humano con alta autoestima tiene las siguientes características: La
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 25

persona de alta autoestima no es más que el mismo, se valora, se respeta, se


conoce, no se cree la persona perfecta ya que sabe reconocer que como todo ser
humano tiene defectos; sin embargo, esto no lo hace menos que los demás.

También considera que toda persona ganadora y exitosa es capaz de lograr


sus metas y objetivos y sentirse plenos al poder lograrlo. Manejan una buena
relación con los demás y consigo mismos.

Tener un buen autoestima involucra que podemos ser felices porque no


vivimos pendiente de nadie, podemos desarrollarnos libremente en nuestro entorno
social y dentro de nuestra familia.

Asertividad

Conceptos

Los orígenes de la palabra “asertividad” se encuentran en el latín asserere o


assertum, que significa “afirmar” o “defender”. Es con base en esta concepción que
el término adquiere un significado de afirmación de la propia personalidad, confianza
en sí mismo, autoestima, aplomo y comunicación segura y eficiente (Rodríguez &
Serralde, 1991).

Pick y Vargas (1990) afirman que para ser asertivo se necesita aceptarse y
valorarse, respetar a los demás, permanecer firmes en las propias opiniones,
comunicar con claridad y directamente, en el lugar y momento adecuados y de
forma apropiada, lo que se quiere o se necesita decir.

Alberti (1978), desde su punto de vista la Asertividad es el conjunto de


conductas emitidas por una persona en un contexto interpersonal, que expresan los
sentimientos, actitudes, deseos, opiniones y derechos de esa persona de un modo
directo, firme y honesto, respetado al mismo.

Walter Riso (1988) describe la conducta asertiva como aquella conducta que
permite a la persona expresar adecuadamente (sin medir distorsiones cognitivas o
ansiedad y combinando los componentes verbales y no verbales de la manera más
efectiva posible) oposición (decir no, expresar en general sentimientos negativos) y
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 26

afecto (dar y recibir elogios, expresar sentimientos positivos en general) de acuerdo


a sus intereses y objetivos, respetando el derecho de los otros e intentando alcanzar
la meta propuesta.

Salmurri (2004), define a la asertividad como la habilidad que permite al


individuo expresar sus propios sentimientos, pensamientos u opiniones, de una
manera adecuada respetando los derechos de los demás, es decir expresar
sentimientos y deseos positivos y/o negativos sin negar los derechos de nuestro
entorno.

Existen varias habilidades que se han relacionado con el éxito laboral, entre
ellas está la asertividad. Según Roberto Opazo, “una persona es asertiva cuando
tiene un estilo de comunicación abierto y desenvuelto, cuando es capaz de expresar
en forma directa lo que piensa y siente, cuando es capaz de defender con decisión
y firmeza sus opiniones y derechos, sin atropellar los derechos de los demás”
(Opazo, 2004).

Características de la asertividad

Riso (2002), se refiere concretamente a los indicadores expresivos verbales y no


verbales de la asertividad. Los explica de la siguiente manera:

- Mirar a los ojos: La mirada huidiza es típica de las personas inasertivas. La


persona asertiva no escapa a la mirada, la sostiene el tiempo suficiente para
establecer un buen contacto. Cuando se esquiva la mirada, generalmente se
experimenta desconfianza porque se presume que la otra persona tiene algo
que esconder o bien, que ésta no nos valida como su interlocutor.
- El volumen de la voz: Las personas que se sienten intimidadas por figuras
de autoridad suelen bajar el volumen de su voz, al considerar que de esa
forma el impacto de su mensaje no ofuscará al receptor la receptora. Quienes
son inasertivos emplean un volumen de la voz demasiado bajo, lo que,
además de dificultar la comunicación, provoca que se vean como personas
tímidas o inseguras.
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 27

- Modulación y entonación de la voz: La entonación comunica e implica


interés. Si el interlocutor es parco, la persona se siente poco apreciada.
Cuando alguien habla con una entonación pobre y sin modulación afectiva,
se experimenta aburrimiento, desconexión y pereza de responder.
- Fluidez verbal: Esta requiere espontaneidad y seguridad. Los tiempos muy
prolongados para dar una respuesta, debido a que se piensa demasiado,
generan angustia en la persona que está esperándola. Las personas
inseguras o inasertivas consideran que cada pregunta es un problema que
deben resolver. Emplean diversos recursos inadecuados, tales como
muletillas, silencios entre una frase y otra, repeticiones y aclaraciones
innecesarias, reiteradas disculpas e insinúan en vez de afirmar. Cuando se
conversa con alguien que carece de fluidez verbal se siente impaciencia y
desesperación.
- La postura: Comunica actitudes y la persona inasertiva, con su sola
presencia física, da la impresión de que lo único que desea es no molestar.
Es difícil acercarse afectivamente a una persona que no se acepta a sí
misma. La sumisión generalmente produce rechazo.
- Los gestos: El gesto es la entonación del cuerpo. Acompaña físicamente al
lenguaje y completa su sentido. Es lenguaje no verbal. Es en el rostro donde
más se manifiesta lo que la persona es. Cuando se observa a alguien no solo
se miran sus ojos, también las cejas, la boca, las comisuras. Los gestos de
las personas no asertivas suelen estar desfasados respecto del lenguaje
hablado. Existe cierta ambigüedad en el mensaje; por ejemplo, pueden
manifestar verbalmente que están alegres, pero su rostro muestra tristeza.
Con mayor frecuencia, las expresiones gestuales de estas personas suelen
ser frías, impasibles y serias. Cuando se está frente a una persona con poca
expresión gestual, se siente desconcierto, incertidumbre, desconfianza.

Asertividad en el contexto de la psicología

La asertividad se ha aplicado a distintas esferas dentro de la práctica


psicológica y clínica, por las ventajas que permite en el funcionamiento interpersonal
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 28

efectivo (Caballo 1993). A la vez la asertividad es percibida en forma diferente,


según la cultura a la que pertenezca el individuo (Yoshioka, 2000).

La comunicación asertiva concede en la práctica, una serie de beneficios que


se traducen en el bienestar personal y del paciente, lo cual se va a reflejar en una
sana relación con el paciente y con los demás. Esto sirve de manera a que se pueda
llevar adelante la terapia u orientación realizada, establecer un buen rapport y
generar confianza en la otra persona.

Las personas no asertivas o asertivas indirectas son personas que no están


orientadas hacia el trabajo y a la maestría a diferencia de las personas asertivas a
quienes les gusta realizar tareas difíciles y buscan la perfección, tienen una actitud
positiva hacia el trabajo en sí y son muy competitivas en sus relaciones
interpersonales. La cual se busca identificar la asertividad en los alumnos de
psicología para logra en ellos una mejor orientación al logro de una mejor
comunicación en su desarrollo profesional.

Cuadro de variables

Variable Concepto Dimensión Indicadores Operacionalización

Conjunto Resiliencia. - Ecuanimidad Escala de resiliencia


articulado de - Sentirse bien de Wagnild y Young.
capacidades solo.
y habilidades - Confianza en
que un sí mismo.
individuo -
Cualidades necesita para Perseverancia.
emocionales desenvolvers - Satisfacción.
de la e en un Empatía - Empatía Escala básica de
profesión ambiente cognitiva. empatía.
del cambiante y - Empatía
psicólogo surgir como afectiva.
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 29

una persona Autoestima - Satisfacció Escala de


diferenciada, n consigo Rosenberg.
mejor mismo.
adaptada, - Valía
eficiente y personal.
con mayor Asertividad - Conductas de Escala de Asertividad
oposición y
confianza en de Rathus.
defensa
sí misma
- Expresión de
(Saarni,
opiniones y
1999). sentimientos

- Iniciar y
mantener
conversacione
s.

.
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 30

MARCO METODOLOGICO
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 31

Tipo de investigación

En esta investigación se utilizó el enfoque cuantitativo, es decir, aquel, en el


que se recogen y analizan datos cuantitativos sobre variables y se estudian las
propiedades y fenómenos cuantitativos. Los estudios de esta clase pretenden la
descripción o explicación (dependiendo del nivel) de una realidad social vista desde
una perspectiva externa y objetiva (cf. Hernández Sampieri, Fernández Collado,
Baptista Lucio, 2004). Su intención es buscar la exactitud de mediciones o
indicadores sociales con el fin de generalizar sus resultados a poblaciones o
situaciones amplias. Trabajan fundamentalmente con el número, el dato
cuantificable.

Diseño de la investigación

El diseño de la investigación es no experimental. La investigación no


experimental es la que se realiza sin manipular deliberadamente variables, lo que
se hace en este tipo de investigación es observar fenómenos tal y cómo se dan en
su contexto natural, para después analizarlos (cf. Hernández Sampieri, Fernández
Collado, Baptista Lucio, 2004)

Nivel de conocimiento esperado

El nivel de los datos que fueron obtenidos a través de este estudio es


descriptivo. La investigación no experimental descriptiva tiene como objetivo
indagar la incidencia y los valores en que se manifiesta una o más variables. El
procedimiento consiste en medir en un grupo de personas u objetos una o
generalmente más variables y proporcionar su descripción (cf. Hernández Sampieri,
Fernández Collado, Baptista Lucio, 2004).

El universo, muestra y muestreo

El universo se define como grupo humano constituido por personas que


comparten características demográficas, culturales, étnicas o relacionadas con
hábitos de vida, etc, que tienen relevancia para las variables de estudio y que,
además, de manera conjunta o por separado, deben ser consideradas al plantear
las preguntas del estudio y al evaluar sus resultados. Por lo tanto, puede definirse
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 32

a la Población o Universo como un conjunto de individuos que guardan similitud


entre sí en los aspectos que son relevantes para los objetivos de la investigación
(Pineda, Alvarado & Hernández, 1994).

En esta investigación el Universo está constituido por los alumnos y alumnas


de la Carrera de Psicología de la Universidad Tecnológica Intercontinental de la
Sede de Fernando de la Mora Turno Noche, cuyo número asciende a 130.

La muestra es el subconjunto de la población o conjunto de unidades de


análisis, que permite inferir, estimar o extrapolar los resultados de la observación y
medición a la población total (Pineda, et al, 1994).

En este caso no se calculó el tamaño de la muestra, debido al tipo de


muestreo, del que se va a va hablar a continuación, sino que se tomó como muestra
a 75 alumnos de la Carrera de Psicología de la Universidad Tecnológica
Intercontinental de la Sede de Fernando de la Mora Turno Noche.

El muestreo es el método utilizado para seleccionar a los componentes de la


muestra del total de la población. Consiste en un conjunto de reglas, procedimientos
y criterios mediante los cuales se selecciona un conjunto de elementos de una
población que representan lo que sucede en toda esa población (Pineda, et al,
1994).

Para esta investigación se escogió el muestreo no probabilístico por cuotas:


como ya se había mencionado, es no probabilístico porque el carácter de esta tesis
es descriptivo al igual que el nivel esperado de datos.

Se utilizó una variedad del muestreo no probabilístico que es por cuotas


porque tiene una representatividad mayor que en caso del muestreo de
conveniencia y hasta posee un pequeño grado de aleatoriedad. De esta manera la
muestra fue dividida en subgrupos de acuerdo a cada curso de la Carrera, cuyo
tamaño fue 15 alumnos y alumnas de cada uno del 1º al 5 año, con el fin de conocer
el nivel estimativo de cualidades emocionales estudiadas.

Las “cuotas” fueron conformadas por alumnos de la Carrera de Psicología de


la UTIC, Sede Fernando de la Mora, Turno Noche y se distribuyen cuanto sigue:
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 33

1-er año = 15 alumnos

2º año = 15 alumnos

3-er año = 15 alumnos

4º año = 15 alumnos

5º año = 15 alumnos

TOTAL: 75 alumnos.

Técnicas e instrumentos

La técnica a utilizada fue la encuesta. Para García (1993) es una técnica que
utiliza un conjunto de procedimientos estandarizados de investigación mediante los
cuales se recoge y analiza una serie de datos de una muestra de casos
representativa de una población o universo más amplio, del que se pretende
explorar, describir, predecir y/o explicar una serie de características.

Los instrumentos fueron cuatro, consistentes en cuestionarios


estandarizados para cada dimensión de la variable a investigar. Dichos
instrumentos serán los siguientes:

- Escala de Resiliencia de Wagnild y Young.

La Escala fue elaborada para identificar el grado de resiliencia individual de


adolescentes y adultos, y consta de 25 reactivos que son puntuados en una escala
con formato tipo Likert de 7puntos, siendo todos los ítems calificados positivamente,
fluctuando los puntajes entre 25 a 175 puntos. Cubre cinco (05) áreas o perspectivas
de la resiliencia: Satisfacción personal (4ítems), ecuanimidad (4 ítems), sentirse
bien solo (3 ítems), confianza en sí mismo (7 ítems), perseverancia (7 ítems) y
satisfacción personal (4 ítems).

- Escala Básica de Empatía.

Esta escala sirve para evaluar la dimensión de la empatía. Se ha traducido y


adaptado de la Basic Empathy Scale de Darrick Jolliffe y David P. Farrington. La
escala puede aplicarse de forma que el adolescente evalúe de forma independiente
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 34

la empatía afectiva y cognitiva, además de la empatía global. La versión definitiva


de esta escala está compuesta por nueve ítems que deben ser puntuados en una
escala comprendida entre 1 (Totalmente en desacuerdo) y 5 (Totalmente de
acuerdo). Ofrece dos puntuaciones parciales de empatía afectiva y cognitiva.

- Escala de Rosenberg.

La escala consta de 10 ítems y estará destinada a medir la autoestima. Los


ítems están redactados en forma de frases, de las cuales cinco están enunciadas
de forma positiva y cinco de forma negativa para controlar el efecto del
consentimiento en la autoadministración. Este test tiene por objeto evaluar el
sentimiento de satisfacción que la persona tiene de sí misma.

- Escala de Asertividad de Rathus.

La escala de asertividad de Rathus consta de 30 ítems. Se refiere a


conductas donde el sujeto tiene como objetivo expresar opiniones, peticiones o
negación ante determinadas presiones de otros.

Descripción del procedimiento de análisis de datos

Se procesaron los datos mediante la aplicación de test psicométricos


estandarizados cuyos datos se asentaron en una matriz de datos confeccionada en
la planilla Excel.

El análisis de datos se efectuó a través de la estadística descriptiva,


calculando las frecuencias y los porcentajes de las variables estudias

La representación de los resultados se efectuó a través de tablas bi variables,


al igual que en gráficos de barras compuestas.
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 35

MARCO ANALITICO
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 36

Datos demográficos de la muestra

Figura 1. Sexo de los encuestados por curso

14

12

10

8
Masculino
6 Femenino

0
Primer año Segundo año Tercer año Cuarto año Quinto año

Como se puede observar en la figura, la mayoría de los estudiantes


encuestados son del sexo femenino. Dando a entender que, en la carrera,
predomina el sexo femenino.

Figura 2. Edad de los encuestados

30

25

20

15

10

0
de 18 a 21 de 22 a 25 de 26 a 29 de 30 o más
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 37

De acuerdo con la figura, se puede observar que hay mayoría en el rango de


22 a 25 años en relación a los demás rangos de edad de los estudiantes
encuestados. Así también, se observa una leve diferencia entre los rangos de 26 a
29 años y de 30 o más años.

Resultados de aplicación del test de empatía

Tabla 1. Empatia afectiva por curso y niveles

Niveles de empatía afectiva


Curso Bajo Medio bajo Medio alto Alto
1º 6 7 1 1
2º 5 3 6 1
3º 9 1 2 3
4º 4 4 3 3
5º 13 1 1 0
Total 37 16 13 8

Se puede observar que el nivel bajo de empatia afectiva es predominante en


los alumnos encuestados, mientras que el nivel alto esta presente en la minoría.

Tabla 2. Empatia cognitiva por curso y niveles

Niveles de empatía cognitiva


Curso
Bajo Medio bajo Medio alto Alto

1º 4 1 6 4

2º 4 1 4 6

3º 4 1 4 5

4º 3 2 5 5

5º 4 3 1 5

Total 19 8 20 25
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 38

Se observa que la mayoría de los alumnos poseen un nivel de empatía


cognitiva alto, mientras que solo 8 de ellos poseen un nivel de empatía cognitiva
medio bajo.

Tabla 3. Nivel de empatía general

Niveles de empatía general


Curso

Bajo Medio bajo Medio alto Alto

1º 4 4 6 1

2º 3 4 5 3

3º 6 1 4 4

4º 4 3 4 4

5º 9 3 2 1

Total 26 15 21 13

Se puede observar que los niveles bajo y medio alto de la empatía general
de los alumnos son parejos, con una leve mayoría en el nivel bajo, estos con una
diferencia marcada en relación a los niveles medio bajo y alto.
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 39

Resultados de aplicación del test de autoestima

Tabla 4. Autoestima cursos y niveles

Cursos Niveles de autoestima

Bajo Medio Elevado

1º 0 2 13

2º 1 2 12

3º 0 2 13

4º 2 3 10

5º 1 3 11

Total 4 12 59

Se puede observar que la mayoría de los alumnos encuestados presentan


ampliamente un nivel de autoestima elevado.

Figura 1. Nivel de autoestima por sexo

1
88%
0.9
0.8 74%
0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
18%
0.2 12%
8%
0.1
0
0
Bajo Medio Elevado

Masculino Femenino
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 40

Se observa que en ambos sexos predomina el nivel de autoestima elevado,


siendo ausente el nivel bajo en el sexo masculino. Esta diferencia se ve marcada
en relación el nivel medio, siendo el nivel bajo ausente en el sexo masculino y
presente en un porcentaje muy menor en el sexo femenino.

Resultados de aplicación del test de resiliencia

Tabla 5. Resiliencia por curso y niveles

Curso Niveles de resiliencia

Baja Media Media alta Alta

1º 0 1 8 6

2º 0 1 8 6

3º 1 1 3 10

4º 1 0 5 9

5º 0 0 11 4

Total 2 3 35 35

Se puede observar que el nivel alto y medio alto son parejos, siendo dichos
niveles amplia mayoría en relación a los niveles bajo y medio.
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 41

Figura 2. Nivel de resiliencia por sexo

60% 56%

48%
50%

40%
34%
32%
30%

20%

8%
10%
4% 4%
2%
0%
Baja Media Media alta Alta

Masculino Femenino

Como se puede observar en la figura, en el sexo masculino es predominante


el nivel alto, con cierta diferencia en relación al nivel medio alto. En cuanto a las
mujeres, el predominante le nivel medio alto sin ser tan amplia la diferencia con nivel
alto. Así también se observa que el nivel medio se encuentra presente en la minoría
de ambos sexos. Mientras que el nivel bajo está presente en solo dos personas,
uno por cada sexo.

Resultados de aplicación del test de Asertividad

Tabla 6. Asertividad por curso y niveles

Curso Niveles de asertividad

Def. Muy Inasertivo Inasertividad Asertivo Muy Def.


Inasertivo Inasertivo confr. Asertivo Asertivo
1º 0 0 3 9 2 0 0
2º 0 0 1 10 4 0 0
3º 0 3 1 9 2 0 0
4º 0 0 4 7 4 0 0
5º 0 1 3 10 1 0 0
Total 0 4 12 45 13 0 0
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 42

Se observa que el nivel de asertividad confrontativa esta presente en la


mayoría de los encuestados, siendo ausente en los mismos los niveles
definitivamente inasertivo, muy asertivo y definitivamente asertivo.

Figura 3. Nivel de asertividad por sexo

0.7
64%

0.6 58%

0.5

0.4

0.3

0.2 18%
16% 16% 16%

0.1
6%
4%
2%
0 0 0 0 0
0

Masculino Femenino

Se observa claramente que el nivel de asertividad confrontativa es


predominante en ambos sexos. También se puede observar lo parejo que se
encuentran ambos sexos en cuanto a nivel asertivo e inasertivo. Resalta y hasta
llama la atención que solamente 2 % del sexo del femenino sea del nivel muy
asertivo y en el sexo masculino no esté presente tal nivel.
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 43

Comentarios y recomendaciones
En esta investigación se pudo analizar los niveles de las cualidades
emocionales de los alumnos, los datos obtenidos en esta investigación demuestran
que no existen diferencias notorias entre hombres y mujeres en cuanto a sus niveles
de las cualidades emocionales estudiadas, aunque sí existen diferencias entre los
cursos. La autoestima y la resiliencia son las cualidades con mayor nivel en los
alumnos encuestados, observándose que en ambos sexos y en todos los cursos,
hay una diferencia marcada en comparación a los niveles bajos. Sin embargo, los
resultados de los tests de empatía (con sus sub grupos) y asertividad arrojaron
niveles de relativamente bajos en la mayoría de los alumnos encuestados.

Por lo tanto, se puede entender que los alumnos encuestados presentan


buena aptitud para ejercer la profesión del psicólogo, pero que deben mejorar en su
asertividad y empatía, los cuales según Rogers (1961) son cualidades que el
psicólogo debe manejar sin dificultades para llevar adelante la terapia.

Esto genera ciertas dudas en cuanto a la evolución de las cualidades


emocionales de los alumnos para el ejercicio de la profesión del psicólogo, por eso
recomendaría hacer un seguimiento a los alumnos de la carrera de Psicología de la
Universidad Tecnológica Intercontinental para observar su evolución desde que
ingresan a la universidad hasta que terminen la carrera, esto de acuerdo a los
resultados obtenidos que demuestran que los alumnos del quinto año presentan
niveles menores en casi todas las cualidades en comparación a los otros cursos.
Cornisa: EXIGENCIAS DE LA PROFESIÓN DEL PSICÓLOGO… 44

Referencias
Alberti, R.; Emons, M. (1978). Su derecho perfecto: Una guía de la conducta
asertiva, California, Estados Unidos: Ediciones Imacte

Alonso Palacio, L., & Murcia Gandara, G., & Murcia Gandara, J., & Herrera Pertuz,
D., & Gómez Guzmán, D., & Comas Vargas, M., & Ariza Theran, P. (2007).
Autoestima y relaciones interpersonales en jóvenes estudiantes de primer
semestre de la División Salud de la Universidad del Norte. Barranquilla.
Colombia.

Bados López, Arturo; García Grau, Eugeni. (2011) Habilidades terapéuticas.


Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos
Facultad de Psicología, Universidad de Barcelona. Recuperado de
http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/18382/1/Habilidades%20terap%
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