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Bienvenid@s a nuestra séptima semana de trabajo, en la cual abordamos las siguientes

temáticas:

 Explotación indiscriminada de los recursos naturales.


 Migraciones masivas
 Situaciones fronterizas
 Las minorías étnicas

-A partir de estas problemáticas, construye un esquema que recoja:


a) La Problemática
b) ¿Dónde se manifiesta?
c) ¿Qué la provoca?
d) Como se podría reducir o erradicar.

Redacta un informe sobre;

1.- Explotación indiscriminada de los recursos naturales.


Se considera recursos naturales a aquellos bienes o servicios brindado por la
naturaleza sin alteraciones por parte del ser humano. Desde el punto de vista
de la economía, los recursos naturales son valiosos para las sociedades
humanas por contribuir a su bienestar y a su desarrollo de manera directa
(materias primas, minerales, alimentos) o indirecta (servicios y más).
Problemas como el uso de agro químicos en el cultivo de alimentos, la
deforestación, erosión del suelo, contaminación de las aguas subterráneas y
expulsión de gases que pueden afectar la capa de ozono. Todos estos
problemas también tienen consecuencias negativas y es difícil poder
eliminarlas en un abrir y cerrar de ojos. Un ejemplo es la privatización de
recursos como el agua y el aire, todo esto lo hacen para la gente que vive en
lugares donde ya se están agotando y deben pagar por obtener dichos
recursos de forma segura,. Además, aquí se encuentra presente el factor
economía que es aprovechado por los poderosos para obtener dinero y no se
da una buena distribución de la riqueza. También en estos casos, muchas
personas deciden irse a las zonas donde aún existe el recurso que están
perdiendo y esto provoca sobre población. Este es otro de los problemas que
más afecta al medio, porque entre más personas haya en un lugar mayor es la
cantidad de recursos que deben ser tomados y esto se convierte en un ciclo
que no parará de afectarnos.

La vida vegetal y animal ha sido utilizada por el hombre por siglos, sin
embargo, la constante explotación indiscriminada de estos recursos por la
sociedad, podría causar daños al propio hombre y a la vida vegetal y animal.

Los siguientes usos irracionales provocan grandes deterioros en la naturaleza:


El quemado y tala de las vegetaciones.
La eliminación de la cubierta vegetal en laderas.
El uso prolongado de los mismos cultivos en un mismo terreno.

Los suelos son perturbados por la erosión antrópica, que es provocada por la
intervención directa del ser humano por el mal uso que hace.

Recursos no renovables

Los recursos no renovables son recursos naturales que no pueden ser


producidos, cultivados, regenerados o reutilizados a una escala tal que pueda
sostener su tasa de consumo. Estos recursos frecuentemente existen en
cantidades fijas ya que la naturaleza no puede recrearlos en periodos
geológicos cortos.

Se denomina reservas a los contingentes de recursos que pueden ser


extraídos con provecho. El valor económico (monetario) depende de su
escasez y demanda y es el tema que preocupa a la economía. Su utilidad
como recursos depende de su aplicabilidad, pero también del costo económico
y del costo energético de su localización y explotación.

Algunos de los recursos no renovables son: el carbón, el petróleo, los


minerales, los metales, el gas natural y los depósitos de agua subterránea, en
el caso de acuíferos confinados sin recarga.

La contabilidad de las reservas produce muchas disputas, con las estimaciones


más optimistas por parte de las empresas, y las más pesimistas por parte de
los grupos ecologistas y los científicos académicos. Donde la confrontación es
más visible es en el campo de las reservas de hidrocarburos. Aquí los primeros
tienden a presentar como reservas todos los yacimientos conocidos más los
que prevén encontrar. Los segundos ponen el acento en el costo monetario
creciente de la exploración y de la extracción, con sólo un nuevo barril hallado
por cada cuatro consumidos, y en el costo termodinámico (energético)
creciente, que disminuye el valor de uso medio de los nuevos hallazgos.

2.- Migración masiva.


Resumen Una exploración de las relaciones entre desarrollo y migración
internacional en la región conformada por los países de América del Norte y
Centroamérica, que persigue promover una reflexión que contribuya al examen
de opciones de política para el futuro próximo.
Teniendo presente la variabilidad histórica de las relaciones entre ambos
procesos —expresada en la heterogeneidad de condiciones económicas,
sociales, políticas y culturales existentes en los diferentes países se examinan
las influencias recíprocas entre los procesos de desarrollo y la migración
internacional, poniendo atención a la evolución demográfica, la dinámica de la
economía, la situación sociopolítica, las condiciones ambientales, las reformas
de orden institucional y las relaciones entre las sociedades de la región.
Se destacan los principales rasgos del desarrollo de los países
centroamericanos y México, una subregión que en los últimos 35 años
experimentó profundos cambios, que se vieron acompañados por fluctuaciones
en las tendencias de la migración internacional. También se describen los
principales aspectos del actual escenario de desarrollo en la región en su
conjunto, proclive a la transición hacia un nuevo período de crecimiento
económico que podría seguir dando lugar a la migración.
Posteriormente se examinan los principales rasgos de la migración en las
últimas tres décadas, describiendo los patrones migratorios, las tendencias de
la migración y los perfiles socio-demográficos de los inmigrantes interregionales
en los Estados Unidos, principal país de recepción y se procede a un análisis
detallado de los distintos factores del desarrollo que inciden en la migración: la
dinámica demográfica, la oferta de trabajo, demanda laboral, factores de orden
político, social y condiciones ambientales.
Por último, se procede a analizar algunas consecuencias de la migración
sobre el desarrollo de las zonas de origen y destino de los migrantes. En
procura de un punto de vista realista, se propone que los gobiernos de la
región se preparen para un período de ordenamiento y adecuación de los flujos
migratorios futuros a las necesidades del desarrollo nacional y regional. Esta
tarea puede beneficiarse de la creciente voluntad política en favor del
establecimiento de acuerdos bilaterales y multilaterales, de la común aspiración
en pro de una mayor equidad social y de la consolidación de los regionalismos
abiertos.
El actual escenario de mayor estabilidad sociopolítica y económica permite que
la migración sea considerada como un tema de prioritaria importancia y que
puedes ser objeto de políticas coordinadas. A la luz de los cambios producidos
en las diversas dimensiones del desarrollo en los países de la región, los
intentos por restar movilidad a la población parecen no tener asidero y, por el
contrario, pueden tener costos económicos, sociales y políticos muy elevados.

3.- Situación fronteriza.

A la conflictividad social de América Latina, que tiene sus ejemplos


extremos en la guerra civil de El Salvador y en la permanente actividad
guerrillera de Guatemala y Colombia, se han sumado durante los últimos
meses media docena de enconados litigios fronterizos que suponen una
nueva amenaza para la paz casi siempre frágil de este continente. La
reciente guerra entre Perú y Ecuador por un antiguo contencioso
territorial puede ser sólo un anticipo de nuevos enfrentamientos de
carácter nacionalista.

La mayoría de estos conflictos nacen al término de las guerras de


independencia contra España, fruto de la falta de límites precisos entre
las antiguas capitanías generales, que básicamente dieron origen a las
naciones americanas.Este es el caso del Beagle, el de Perú-Ecuador, el
de Venezuela-Guyana y el de la isla colombiana de San Andrés, que
Nicaragua reclama para sí. El conflicto entre Nicaragua y Honduras tiene
distinto origen: aquí no hay reclamaciones de territorio, sino el
enfrentamiento entre dos sistemas políticos opuestos y la acusación
nicaragüense de que el Ejército hondureño protege las incursiones
armadas de los contrarrevolucionarios somocistas. Finalmente,
Venezuela y Colombia se disputan las aguas del golfo de Venezuela, que
encierran una gran riqueza petrolera.

No se hace referencia aquí a algunas reclamaciones históricas, como la


salida al mar de Bolivia, que, por ahora, parecen esperar mejores días.
Sólo se recogen los seis conflictos que semejan hoy volcanes en
erupción.

Honduras-Nicaragua

Hoy es la frontera más «caliente» de América Latina. Algunos militares


hondureños, alentados por medios de comunicación ultraderechistas no
ocultan su proclividad a una guerra de castigo contra los
sandinistas.Ambos países tienen una frontera común cercana al millar de
kilómetros, trazada en gran parte en virtud de un arbitraje de Alfonso XIII
a comienzos del presente siglo. Una gran parte de esta frontera no hace
sino separar selvas deshabitadas a ambos lados. Los enfrentamientos
han tenido por escenario la zona próxima, al Pacífico, a ambos lados del
río, Guasaule.

El verano de 1979, tras el triunfo sandinista, se instalaron aquí más de


4.000 ex guardias somocistas. Los campamentos iníciales fueron
desmantelados, pero la mayoría se quedó en la zona y desde aquí
efectúan incursiones a territorio nicaragüense. Unas veces, para saquear
y robar ganado. Otras, simplemente, para atacar a las patrullas
sandinistas.

Nicaragua asegura que desde la caída de Somoza se han producido más


de cien bajas en las milicias sandinistas a manos de estas bandas.
Honduras replica que una frontera tan extensa le resulta incontrolable.

Los sandinistas insisten en que el Ejército hondureño protege a los


somocistas cuando éstos son perseguidos por los soldados
nicaragüenses. Con fuego de fusiles y a veces de artillería, los
hondureños cubren la retirada de los ex guardias después de sus
incursiones.

Por su parte, el Ejército de Hónduras arremete contra Nicaragua porque


las tropas del país vecino violan una y otra vez su territorio.
En lo que va de mes se han registrado un mínimo de tres encuentros
armados entre fuerzas uniformadas de los dos países. Los propios
partidos políticos hondureños, que están elaborando una constitución
que les permita convocar elecciones a fines de año, han pedido al
Gobierno del general Policarpo Paz que controle a los somocistas
residentes en el país, a fin de evitar una eventual guerra que daría al
traste con el proceso democrático en marcha.

La situación se ha enconado tanto que el presidente mexicano, José


López Portillo, se ha ofrecido a mediar en una negociación para
normalizar las relaciones.

Nicaragua-Colombia

El Gobierno sandinista planteó el pasado año una reclamación sobre la


isla de San Andrés y dos islotes adyacentes, basándose en su mayor
cercanía a la costa nicaragüense que a la de Colombia. La reacción del
Gobierno de Julio César Turbay fue de una increíble violencia. Llegó a
amenazar con la guerra. El Gobierno nicaragüense replegó velas y
afirmó que en ningún caso pensaba llevar adelante su demanda por la
vía de las armas. En un claro intento de reafirmar su soberanía sobre la
isla, el presidente colombiano viajó poco después a San Andrés y
anunció inversiones importantes para mejorar los servicios de esta isla.

Colombia-Venezuela

En este caso no son tierras lo que se disputan, sino las aguas del golfo
de Venezuela, que encierran una gran riqueza petrolífera todavía no
cuantificada, precisamente por tratarse de una zona en litigio. Este golfo
es una continuación del mar interior de Maracaibo, de donde extrae
Venezuela la mayor parte de sus hidrocarburos. Misiones de los dos
países negociaron durante el pasado año un tratado para solventar sus
diferencias. Al principio, cada cual exigía prácticamente todo el golfo.
Después de una infinidad de reuniones, se llegó a un principio de
acuerdo, consistente básicamente en el trazado de una línea
equidistante.

Pero el acuerdo quedó varado en la presidencia venezolana. Luis


Herrera Campins resumió hace unos días su posición en los siguientes
términos: «En efecto, se alcanzó un principio de acuerdo entre las dos
comisiones, pero yo he defendido siempre que no se firme el tratado
mientras no exista en el pueblo venezolano un consenso sobre su texto.
Y ese consenso todavía no existe». Lo que sucede es que no se sabe
con exactitud dónde está el petróleo, y el cambio de un grado en el
trazado, de la línea de separación puede suponer la perdida de millones
de dólares.
Militares venezolanos y colombianos se han mostrado en extremo duros
y, en ocasiones, han llegado a defender posiciones abiertamente
belicistas para resolver lo que cada uno considera un expolio del vecino.
La falta de límites favorece a Venezuela, que está explotando ya pozos
petrolíferos en el golfo,

Varios políticos han llegado a proponer la exploración y explotación


conjunta del petróleo submarino, pero los gobernantes temen la ira
popular. La opinión pública de los dos países se encuentra enardecida
contra sus vecinos, y una eventual guerra contaría seguramente con el
apoyo de las mayorías.

Venezuela-Guyana

Si los sentimientos populares fueran determinantes de las guerras, un


enfrentamiento entre Colombia y Venezuela seria casi inevitable por el
dominio de un pequeño golfo. Con Guyana existe un contencioso
territorial sobre 150.000 kilómetros cuadrados (casi la tercera parte de
España), pero en este caso el tema no ha calado realmente en la opinión
pública. La zona en litigio es la cuenca del río Esquivo, que el imperio
británico ocupó mientras Bolívar luchaba contra los españoles. Este
territorio nunca perteneció, de hecho, al Estado soberano de Venezuela,
pero sí a la capitanía general que dio origen a este país. Desde la
ocupación británica, el Gobierno venezolano ha mantenido su
reclamación, primero ante la metrópoli, y luego, ante el Gobierno de
Guyana. Venezuela, que se precia de ser el único país del mundo que
nunca ha sostenido una guerra con sus vecinos, ha elegido el camino de
la denuncia permanente en lugar de la amenaza bélica.

Las autoridades guyanesas han iniciado un programa de desarrollo del


Esquivo qué ha merecido una airada protesta venezolana. La cancillería
de Caracas ha enviado por todo el continente misiones especiales para
explicar el origen de su reclamación territorial. También esta zona del
Esquivo parece propicia para el petróleo, máxime después de haberse
encontrado grandes yacimientos en el delta del Orinoco.

Perú-Ecuador

La delimitación de fronteras entre estas dos naciones ya ha provocado


dos guerras, siempre con desastrosos resultados para el Ejército
ecuatoriano. El último enfrentamiento tuvo lugar a finales de enero,
cuando cada Gobierno acusó al otro de invasión. El frágil alto el fuego
alcanzado entonces no ha resuelto la vieja disputa. Perú dice que, de
acuerdo al convenio firmado en Río de Janeiro en 1942, los límites están
perfectamente definidos, excepto en un tramo de 72 kilómetros, que, en
su opinión, deberían completarse en negociaciones bilaterales. Ecuador
se niega a aceptar los límites de Río de Janeiro porque le fueron
impuestos bajo la presión de las armas (un tercio del país había sido
ocupado por el Ejército peruano), y exige que se renegocie toda la
frontera común.

Para dificultar aún más el tema, del territorio reclamado por Ecuador
extrae Perú la mayor parte de su petróleo.

Argentina-Chile

El canal del Véale es otro punto de permanente conflicto entre Argentina


y Chile desde el siglo pasado. El arbitraje papal parece condenado al
fracaso, una vez que Argentina ha reiterado su oposición a que Chile
tenga acceso territorial al Atlántico sur. La propuesta del Papa concedía
a este país la soberanía sobre algunas pequeñas islas que tienen
vertiente atlántica. Por razones estratégicas, parece probable que
Argentina prefiera diferir indefinidamente un acuerdo antes de aceptar
esta proposición, en tanto que Chile se niega a reconsiderar el texto. Los
dos países parecen haber optado por una guerra de espionaje que ya ha
provocado varias detenciones y el cierre de su frontera común.

Un general argentino ha sido sancionado por defender públicamente la


guerra, y otros militares de este país no ocultan su convicción de que les
bastarían unos pocos días para ocupar la vecina nación. Fuentes
militares occidentales no comparten este punto de vista. Chile posee una
poderosa fuerza aérea que, en caso de una guerra abierta, podría causar
serios daños en un país como Argentina, que concentra a la mitad de sus
habitantes en tomo a Buenos Aires.

En el conflicto del Véale también ha surgido el petróleo como elemento


distorsionador. Argentina ha descubierto importantes yacimientos de
crudos pesados en el extremo sur de la costa atlántica, y parece seguro
que estas bolsas petrolíferas se prolongan hasta el Véale

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