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El mundo absorbente y psíquico de los niños

“El niño crea su propio su propia carne mental, utilizando


las cosas que se hallan en el ambiente. A este tipo de
mente la hemos llamado mente absorbente.”
María Montessori 1

En el diario acontecer de los niños, pocas veces aceptamos que estamos

dispuestos a observar su aprendizaje y no centramos nuestra atención de

cómo toma lo mejor que él considera y asume ese rol dentro de sus

proyecciones. Es un niño, por lo tanto absorberá cada proceso de manera

inconsciente, a pesar de todo esto el niño es un mundo absorbente por

naturaleza, sencillo y es capaz de hacernos entender lo complicado que

vivimos mientras ellos sorprendidos con cualquier descubrimiento, que

enseguida lo hacen saber, toman esto como un elemento esencial, como

lo explica María Montessori2, ellos emplean la educación como algo natural

y absorbente, una naturalidad secreta, capacitados para transformar su

vida de forma significativa.

Ante esto argumenta Montessori3 ¿Y cómo ocurre esto? Se dice: «Recuerda

las cosas»; pero, para recordar, hay que tener memoria, y el niño no tiene

memoria, también está por construir.

1
Montessori, M. “La mente absorbente del niño”. p. 22 Vol.1.Montessori-Pierson Publishing Company
2
Montessori, M. “La mente absorbente del niño”. Editorial Diana. México. 1986.
3
Ibíd. pág 42

1
Esta fijación en el cual el niño se desenvuelve de manera activa, es porque

en la edad adulta su capacidad de asombro y de absorber se va perdiendo

en la cotidianidad y en otros objetivos que se colocan al frente, es

conveniente decir que el niño en la educación pudiera perderse si antes no

tiene esta “memoria histórica”.

Debería tener la capacidad de razonar para darse cuenta de que la

construcción de una frase es condición necesaria para su comprensión.

Pero el niño no tiene la facultad de razonar, debe creársela4. Ahora bien,

¿cómo crea esa frase? ¿Cómo se asume el lenguaje? ¿Cómo crea un orden

específico, unas relaciones sociales? ¿Una capacidad dentro del

movimiento?, todo esto debería hacer parte del campo sensorial. Lo que

lleva a manifestar el doble sentido que tiene el hecho de la mente

absorbente, la idea de crear e imaginar, esa capacidad de vivir los estados

sensoriales y anímicos que lo lleven a descubrir de nuevo y a cada momento

todo el ambiente que lo rodea.

Basándonos en la mente absorbente del niño, nos damos cuenta que él

arma todos los elementos para crear, como una mente maestra todo un

universo simbólico para su uso.

Podemos decir que nosotros adquirimos los conocimientos con nuestra

inteligencia, mientras que el niño los absorbe con su vida síquica,

4
Ibíd. pág 42.

2
Simplemente viviendo.5 El niño aprende a hablar el lenguaje de su raza, es

una especie de química mental que opera en él. Asume su rol, su lenguaje,

sus cambios o fenómenos sociales los miniaturiza para su consumo personal,

es un mundo digestivo, que sube y baja nosotros somos recipientes; las

impresiones se vierten en nosotros, recordamos y las tratamos en nuestra

mente, pero son variadas impresiones como lo afirma Montessori6 “como el

agua es distinta del vaso”. El niño experimenta en cambio una

transformación. El niño es absorbido por el mismo como si fuera la boca de

un tubo sin fin, un universo sin fin, sin cambio y sin aspavientos.

Dentro de los periodos sensitivos encontramos el movimiento del niño. Pero

antes decimos que este periodo sensitivo lo encontramos en el estudio de

los animales y de los insectos de varios investigadores biológicos que se han

esforzado en escudriñar el grito sonámbulo de la mariposa y en como este

campo sensorial afecta la vida en el planeta. Recién nacido, yace

tranquilamente en su cama durante meses. Pero, transcurrido cierto tiempo,

camina, se mueve en el ambiente, hace algunas cosas, goza, es feliz. Vive

día a día, y cada día un poco más.7

En otro periodo sensitivo como el lenguaje, aprende a moverse y el lenguaje,

penetra en su mente con toda su complejidad, así como el poder de dirigir

5
Ibid pag. 43
6
Ibíd. pág. 43

7
Ibíd. pág. 44

3
sus movimientos según las necesidades de su vida. Pero esto no es todo,

aprende muchas otras cosas con sorprendente rapidez. Todo lo que se halla

a su alrededor, lo hace suyo, las costumbres, la religión, se fijan en su mente

de forma estable. Este periodo sensitivo de las relaciones sociales es la forma

en que el niño busca relaciones con los demás, es decir logra establecer

simbiosis con la gente con lo rodea con el ánimo de fomentar su proyección

como ser humano.

Es en este periodo sensitivo es donde se desarrolla el carácter8, es Por tanto,

ayudaremos al niño no porque lo consideremos un ser insignificante y débil

sino porque está dotado de grandes energías creativas, de naturaleza tan

frágil que exigen — para no ser menguadas y heridas9, una defensa amorosa

e inteligente. Queremos prestar ayuda a estas energías, no al niño pequeño,

ni a su debilidad. Por tanto, Se debe ayudar al niño como lo explica

Montessori10.

Por tanto, en resumen, se puede decir que las dos fuerzas del niño que son

la mente absorbente y sus periodos sensitivos, parecen transcurrir sin la

acción del adulto de manera directa y más aún su ocupación creadora. No

hay pie en el niño para una mente cerrada.

8
Montessori, M. (2015) El niño el secreto de la infancia. Vol. 4. Montessori Pierson publishing company.
9
Ibid. p. 45
10
Ibid. p. 46

4
BIBLIOGRAFIA

María Montessori. La mente Absorbente del niño. Editorial Diana. México.

1986.

Montessori, M. (2015) El niño el secreto de la infancia. Vol. 4. Montessori

Pierson publishing company.

Montessori, M. (2019) “La mente Absorbente del niño” Vol.1 Montessori-

Pierson Publishing Company

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