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INTRODUCCIÓN
Me llamo Rafael Fernández Haba, nací en la aldea de La
Portera a las 10 de la mañana del 6 de Agosto de 1920. Mi padre se
llamaba Modesto Fernández Pedrón y descendía de las Casas de
Eufemia, y mi madre Luisa Haba Navarro, era de La Portera.
“ENFERMEDADES”
A los doce años, un día fui a por la burra que teníamos en un
campo detrás de la casa para que pastara y le diera el sol y el aire,
algo habitual. Cuando le quito la cuerda que tenía atada, subo a ella, y
en ese momento aparecen unos chicos de mi edad, con unas varas y
palos. Empezaron a pegarle, a lo que la burra reaccionó corriendo a
toda velocidad, en un giro, yo caí al suelo, rompiéndoseme el brazo
izquierdo por el codo. En esa época no teníamos médico en la aldea,
pero si había quien se atrevía a hacer las veces de médico. En mi
caso me atendieron la Sra. Ramona Ramos y su hermana, pero no
consiguieron mucho. Entonces me llevaron a Requena al médico,
donde me atendió el Dr. Antonio Romero, quien tenía lo mismo de
“burro” que de corpulento, era una de las personas mas grandes que
“Memorias”. Rafael Fernández…………………………………………….2
conocía. Don Antonio me escayoló el brazo con un gran yeso, que era
el remedio más popular de entonces.
vivido, allí cabrían unas 4000 vides que estaban sin plantar, pero con
derechos de riego – parte de la carretera antigua hasta el río Magro.
“SIN AGUA...”
Estas cinco aldeas (La Portera, Los Pedrones, Campo Arcís, Los
Duques y Casas de Eufemia) solicitaron presupuesto a técnicos del
sector. La cantidad oscilaba entre 11 y 12 millones de pesetas, con
todo incluido: Bomba, caseta, tuberías, electricidad en alta tensión,
transformadores, depósitos para acumulación, etc,…
con éxito. Hoy podemos disfrutar de esa agua que tanto anhelábamos
entonces.
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Los dueños de esta Finca son Doña Milagro Pérez Perón, y sus
esposos Don José María Puchades, tiene la carrera de abogado. Esta
finca dispone de gran cantidad de agua hay un estanque enorme. Una
balsa inferior, mas una gran mina pegada al cultivo que se le ha
sacado mucho agua, y no se le nota merma.
Este mes que pasamos bajo los olivos, con la única protección
del tronco y las ramas, cogíamos del campo lo más suave y blando
para ponerlo de almohada, y solo una manta la noche que hacía más
frío. Se venía Felipe Cárcel, y al estar juntos y con dos mantas, lo
pasábamos mejor.
Una vez se cumplió el mes que pasamos bajo los olivos, nos
trasladaron a un lugar a unos kilómetros de distancia, donde se
encontraban las oficinas de la brigada. Mi compañía pertenecía a la
XVII Brigada Mixta, 68 Batallón. Se componía de 4 batallones: 65, 66,
67 y 68.
Volvió a mandar a otro carro para repetir igual, pero en casa era
muy poca la que quedaba para nuestras caballerías, el carro en la
Puerta y los hombres para cargar en aquel momento les dice mi
madre: es poca la que queda y es para mis caballerías, dejó la puerta
abierta y se puso detrás y dijo que el primero que pase, ese no sale,
“Memorias”. Rafael Fernández…………………………………………….22
Lo pensamos todo y nos dijo “Todas las fuerzas que están allí
son del partido comunista y detienen a todo el que pasa, si intentáis
salir os echarán el alto, y si no contestáis la consigna tienen orden de
disparar”. Este soldado vino con buenos fines para aconsejarnos lo
mejor, cuando se despidió de nosotros nos deseó buena suerte y nos
advirtió que si pensábamos continuar había dos controles, uno
enseguida y el otro donde se desviaba la carretera que conduce a
Aranjuez.
Una vez nos dieron libertad para salir por el patio, hablábamos
con unos soldados y nos informaron de las noticias que daban por la
radio, y de los fuertes combates que aún quedaban en Torrelodones,
en la Casa de Campo y en el Río Manzanares y en al Casa Real. Al
día siguiente nos dijeron que el río era del color de la sangre. ¡cuánto
pudo pasar por esos lugares!
Nos destinan a una vaguada al otro lado del Puente Rio Jarama,
nos llevan a una chavola para descansar y continuar sin saber a
donde pertenecíamos. De la cena, nada de nada.
Todo esto sirvió de una forma para así todo aquel que tenía
miedo el mismo se metió donde lo esperaban. Se dijo que cuando
este barco llegó a alta mar fueron echados al mar. No lo puedo afirmar
pero eso quedo en la memoria de muchos. El barco dijeron que se
llenó a tope.
Este día, después de la marcha que nos dieron y los débiles que
nos encontrábamos llegamos a completar los 50 km, gracias a los
chuscos que pudimos comer pasamos la noche en el pueblo que nos
detuvieron, “Perales de Tajuna”. Continuamos andando hasta poder
llegar a casa, la carretera estaba completa de personal, unos iban
hacia Valencia y otros hacia Madrid.
dejarle mal recuerdo por una noche pero no hubo manera ll tuve que
aceptar.
para evitar que nos pudieran localizar. Cuando más tranquilos nos
encontrábamos, creyendo que el peligro había pasado nos echa el
alto una patrulla. Todos, menos nosotros continuamos haciéndonos
los despistados, pero vemos que cargan los fusiles y se los apoyan en
el hombro, nos indican poner las manos arriba, así lo hicimos una vez
mas nos tienen bajo su dominio nos cachean, a mi me quitan el reloj,
unos guantes y cada uno lo que le apetecía. La primera obra que hay
a la derecha nos van metiendo a todos los que cojan. Esta obra ere
los molinos de Utiel.
unos con otros yo, solo bebí un sorbo, pero no parecía agua, salía
como si fuera barro.
Otra cosa típica que había eran los puestos que había en las
calles dedicados a hacer fritura de pescado de distintas variedades.
Comprábamos el pan, lo partíamos y por 1 peseta con cincuenta
céntimos también comprábamos boquerón bien frito y calentito. Entre
el pan y el pescado te quedabas como nuevo. Y si te quedaba dinero
te tomabas un chatito y terminabas satisfecho; eso sí no faltaban
cantinas para este menester.
Con el jefe que estuve mas de dos años de chofer, que vivía en
una zona residencial llamada Ciudad Jardín, compuesta de sótano
muy amplio y un piso, pasaba una carretera que ahora no recuerdo a
“Memorias”. Rafael Fernández…………………………………………….40
Los veranos se hacían por este barrio unos buenos bailes al aire
librea y solíamos frecuentar, las hijas, el Luis y muchos más de la
calle, pasando unas noches muya agradables.
Maruja tiene una hermana mayor que siempre está diciendo que
no salga conmigo, que solo voy con ella por pasar el tiempo, pero está
tan colada que no hay forma de hacer caso a los consejos que le da.
Son tantas veces las que me viene a buscar que al guardia que esta
en la puerta le digo que le responda que no estoy, me marcho donde
tenemos los coches a charlar con los compañeros.