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Primera formulación freudiana del aparato psíquico

La podemos rastrear en la interpretación de los sueños

Esta formulación desde una concepción tópica supone una diferenciación en sistemas dotados
de características y de funciones diferentes, además de una disposición en un determinado
orden entre sí, lo que permite considerarlos como lugares psíquicos, otorgándoles por lo tanto
una representación espacial figurada.

La diferenciación va unida a una concepción dinámica de la teoría, estos lugares psíquicos se


hallan relacionados entre sí como un conflicto de fuerzas.

Utilizando un recurso didáctico para la descripción de esta tópica, Freud nos propone
representarnos la imagen de un iceberg, aquello que se nos representara de él será
comparable al sistema percepción-conciencia.

Esta figuración imaginativa nos permite inferir dos conceptos fundamentales: el de represión y
el de inconsciente.

Represión: es una fuerza de desalojo de aquellos contenidos que son vividos como
displacenteros para el sentir consciente. Se constituye como el determinante de la división
básica entre inconsciente y consciente. No destruye los contenidos displacenteros sino que
pasaran a formar parte del inconsciente, pero ya sea por desencadenantes internos o
externos, dichos contenidos pueden intentar retornar a la consciencia. Lo reprimido siempre
tiende a retornar, pero por efecto de la represión lo hace indirectamente en formas
inconscientes como síntomas, sueños, actos fallidos…

Las representaciones inconscientes están ligadas a una pulsión, que no viene de manera
consciente, lo hace a través de una idea. Podemos dar cuenta de la existencia de la represión a
través de la resistencia (defensiva), en actos o palabras, el sujeto vivenciará como ajeno a él los
contenidos inconscientes.

El inconsciente se va formando a partir de la represión. Freud habla de un proceso


denominado represión originaria, que es la base de la posterior represión, una representación
no puede ser reprimida si no lo es por la atracción de contenidos que ya son inconscientes
Los contenidos inconscientes están regidos por una legalidad propia de este sistema, tienen la
particularidad de ser:

Atemporales: los contenidos inconscientes no están ordenados temporalmente, no se


modifican por el tiempo, mantienen siempre la misma intensidad y fuerza.

Ausentes de contradicción: en el inconsciente se encuentran deseos que a nivel consciente


serian vividos conflictivamente por ser contradictorios.

Determinados por el principio de placer: tiene por finalidad evitar lo displacentero y procurar
el camino para darle libre acceso al placer.

Determinados por el proceso primario: los sueños no carecen de sentido sino que hay un
deslizamiento de este. El inconsciente tendrá la posibilidad de desplazar los valores que las
representaciones tienen, pudiendo condensarse en una nueva representación, con un nuevo
valor psíquico.

El otro modo es la condensación: varias representaciones expresadas por las cadenas


asociativas confluyen en una sola representación.

Tanto el desplazamiento como la condensación no son solo una manera de eludir la censura
sino una característica del pensamiento inconsciente: En él, las representaciones son visuales,
no están ligadas al lenguaje verbal, sino a lo que Freud denomino representación-cosa, a
diferencia del sistema preconsciente donde están ligadas al lenguaje verbal, que le permite al
sujeto tomar consciencia de los contenidos inconscientes (representación-palabra).

Sistema preconsciente: tiene las representaciones que actualmente no están en la consciencia,


pero con esfuerzo tienen acceso a ella, tiene lógica propia y las siguientes características:

Se rige por el proceso secundario: no admite el libre desplazamiento y la condensación,


cualquier representación no puede ocupar el lugar de otra y si ocurre, debe tener lógica.

Temporalidad: una organización cronológica de lo vivido, diferenciando las vivencias infantiles


y las actuales.

Principio de contradicción: intenta resolver conflictos que puedan ocasionar dos contenidos
que se contrapongan hasta lograr una solución

Principio de realidad: tiene una función reguladora con respecto al principio de placer.

La oposición entre proceso primario y secundario corresponde a la forma de circulación de la


energía psíquica el libre y ligada, a la oposición entre principio de realidad y principio de placer

CONCIENCIA: es un momento fugaz, donde las representaciones, una vez que acceden
voluntariamente a ella, dejan lugar a otros contenidos, esto permite un orden y una
discriminación en el pensamiento consciente del sujeto.

Cumple la función de diferenciar las percepciones internas y externas dentro del conjunto de
los fenómenos mentales. Será entonces un “lugar de percepción anímica” respecto a
pensamientos, recuerdos, sentimientos, sensaciones…
La relación con el preconsciente es que este cumple la función de almacenamiento de
recuerdos y vivencias. Como ambos sistemas participan de la misma legalidad, Freud se refiere
a ellos como sistema preconsciente-consciente.

Con respecto al psicoanálisis: como su finalidad es hacer consciente lo inconsciente, implica un


levantamiento de la represión integrando los contenidos inconscientes al sistema
preconsciente-consciente. Esto consiste en darle palabra a los contenidos inconscientes.

El pasaje de la representación-cosa a la representación-palabra será lo que permita la toma de


conciencia.

Freud señala que la toma de consciencia puede tener tres caminos: juicio adverso, sublimación
o satisfacción total o parcial de los deseos.

Cuando la represión es sustituida por un juicio adverso, puede que el sujeto haya producido
una represión sobre su infancia porque era demasiado débil, pero con su fortaleza actual
quizás pueda dominar lo displacentero, rechazándolo conscientemente.

Sublimación: es un mecanismo mediante el cual la energía de las mociones infantiles se deseo


no es bloqueada sino que se usa para otro fin.

Satisfacción total o parcial de las mociones libidinales: fueron reprimidas otorgando libre
acceso a los deseos otorgados en tanto ya no se contraponen con la actividad consciente del
sujeto.

Las formaciones del inconsciente: posee las características de ser un existente psíquico, de ser
reprimido, ser eficaz, y lo es tanto que produce efectos: sueños, síntomas, actos fallidos…

Por la represión, los contenidos inconscientes retornan deformados a la consciencia, su


legalidad y modo de funcionar es el desplazamiento y la condensación.

En la vida despierta los deseos se hallan sometidos por la censura. La disminución de la misma
al dormir permite que puedan manifestarse esos deseos. El sueño manifiesto se puede
considerar como una manifestación enmascarada de un deseo reprimido. Los sueños están
estimulados por deseos sexuales infantiles y actuales.

El sueño será entonces un cumplimiento de deseos, aunque su contenido puede ser engañoso,
las pesadillas, por ejemplo, lo que sucede allí es que se ha expuesto tan claramente el deseo
que lejos de ser aceptado es rechazado.

Actos fallidos: son aquellas acciones en las que no se obtiene el resultado esperado
conscientemente, sino que este se encuentra reemplazado por otro sin justificación aparente
alguna. El acto fallido no solo engloba las acciones aparentemente equivocadas, también los
lapsus linguae, olvidos, pérdida de objetos, errores en la lectura, escritura y funcionamiento
psíquico en general

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