Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
ASUNCIÓN - PARAGUAY
AÑO 2019
Introducción
Cristo se presenta como aquel que había de venir según la historia y los
profetas. “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros…” (Jn. 1, 14).
Descendió de los cielos para asumir la naturaleza humana, despojándose de sí
mismo, hasta el momento crucial para lo cual había venido, y en cuya acción
se consumó el plan perfecto, su muerte y posterior resurrección. El cual, siendo
de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. “Sino que se
despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los
hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo,
obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le
otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua
confiese que Cristo Jesús es SENOR para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2,
6-11). De lo que se despoja aquí no es de algo tan simple, sino que el Hijo se
despojó de la “igualdad” con el Padre, haciéndose partícipe del mundo humano
y se da a sí mismo. Jesús no dejó de ser Dios mientras cumplía su ministerio
en el mundo, pero sí se despojó de su gloria celestial y de verle cara a cara a
Dios, así como también dejó de lado su autoridad independiente. Mientras
estuvo en la tierra, en la naturaleza humana, Cristo se sometió íntegramente a
la voluntad del Padre. El Hijo se hizo “uno” a la naturaleza humana y se humilló
a sí mismo. Por lo dicho, pasó de recibir adoración y glorias en el cielo a ser un
humano más en la tierra que luego fue condenado a morir en la cruz. Así
también, la muerte de Cristo se puede entender como el “darse” de Dios, una
forma extrema y pura del amor divino: “…habiendo amado a los suyos que
estaban en el mundo, los amó hasta el extremo” (Jn. 13, 1).
¿Porque Juan usa la palabra VERBO para hacer referencia al señor Jesús?
Heráclito define al LOGOS como ‘’la razón universal’’, una ley cósmica que
gobierna el mundo y al universo. Este ‘’Logos cósmico’’ es un poder, una fuerza
activa que crea, unifica y mantiene unidas todas las cosas. es una entidad
fundamentalmente racional, que está presente en cada organismo vivo de la
naturaleza y del Universo.
Juan presenta un concepto nuevo, aunque emplea el lenguaje de ellos. Juan
presenta al LOGOS en la persona de JESÚS como Aquel que es eterno y que
es responsable por la creación de todo.
Es en la persona de Jesucristo que se expresa el LOGOS. Jesucristo REVELA
a Dios para los hombres. Es el Verbo (LOGOS) (Juan 1:14,18; Mateo 11:27;
hebreos 1:3).
NO es la palabra hablada por Dios sino una PERSONA que revela la mente de
Dios a la vida del ser humano.
1. EL VERBO Y SU DIVINIDAD:
a. Su eternidad ("En el principio era el Verbo").
2. EL VERBO Y SU ORIGEN
"En el principio era el Verbo". Una frase que define 1 cosa fundamental:
1º. En sentido temporal, o sea, de tiempo. En este caso quiere decir principio,
comienzo, origen de una cosa (Lucas 1:2; Marcos 1:1; 1 Juan 1:1).
2º. Se utiliza en sentido de posición, rango o importancia. O sea, uno que ocupa
un lugar de preeminencia, uno investido de autoridad y relevancia. En este caso
se emplean las palabras castellanas que tienen sus raíces en “arqué”: príncipe,
principado, dominio, regidor, soberano, archipiélago, archivo, archiduque, etc.
Se emplea para referirse a personajes de importancia; por ejemplo, en Lucas
12:11 se traduce la palabra “arjé” como “magistrado”, en Tito 3:1 se traduce
como “gobernantes o príncipes”, en Judas 6 se traduce como “dignidad”, en
Efesios 1:21, 3:10, y Colosenses 2:10 se traduce como “principados”.
3º. La Biblia utiliza la palabra “arjé” en el sentido de origen de las cosas, causa
primera, principiador y originador, fuente. En toda la literatura griega la palabra
“arjé” se utiliza también en estas tres formas y con el mismo significado.
1
Osorio herrera Bayron León, Cuestiones Teológicas, Medellín Colombia, 2014,
ese suceso que se describe en términos de ‘vaciamiento’ (anonadamiento) y
‘abajamiento’ es ‘dar de lado’ a la ‘igualdad con Dios’ (ἴσα θεῷ) por lo que toca
a la valiosa posesión de la ‘gloria’
2
Ibid. Pág. 351
pecado y admitir ciertas limitaciones… en su modo de actuar sobre la creación.
Lo propio del amor creador es no sólo la autodonación sino también la
autolimitación, ni sólo el afecto a los otros sino también el respeto a su singular
naturaleza. Si aplicamos esta idea a la relación del Creador con los seres por
él creados, lo que se sigue es una restricción de la omnipotencia, la
omnipresencia y la omnisciencia divina para dar espacio vital a los seres que
ha creado.
"Haya pues este mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús,
3
Ibid. Pág 352
El cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse,
¡Si el favor más grande del cielo en bien a este planeta fue!: la encarnación del
Hijo de Dios (Mt. 1:23). Y si este razonamiento es lógico – bíblico, podríamos
decir que el corazón del texto de Filipenses 2: 5-8, se encuentra en el verso 7:
"se despojó a sí mismo ": Puntualizando. "La expresión "despojó" es
una traducción del verbo Kenoo (griego) que significa literalmente vaciar, tal
como lo traduce la Biblia del Peregrino "se vació de sí". Esto ha sido llamado
comúnmente como la kenosis de Jesús…"[7]
Términos medios: Como cosa a qué aferrarse, se despojó así mismo. (vers. 7).
¡Empecemos!
2. "forma de Dios": El termino griego morfé "es una palabra que significa la
expresión plena y verdadera del ser en cuestión Pablo utiliza cuidadosamente
la palabra . morfé con el participio presente para indicar que la naturaleza que
Cristo posee continuamente es el carácter específico o la sustancia esencial de
Dios" En efecto, Cristo es la plena manifestación de Dios.
"Cualquier forma que esa manifestación hubiera podido tomar fue poseída por
Cristo, quien de esa manera existió como uno con Dios. Esto coloca a Cristo
en igualdad con el Padre y muy por encima de todo otro poder" . "El estatus
que Dios poseía lo poseía también Jesús. Por tanto, ya que la naturaleza de
Jesús es la naturaleza de Dios, Jesús es Dios"[15].
3. "Igual a Dios": El término isa (gr.) "equivale literalmente a ser las mismas
cosas que Dios es" "Jesús era igual, isos, a Dios. Es decir, "La frase establece
definitivamente el lugar de Cristo en relación con Dios. El Hijo es colocado junto
al Padre, en pie de igualdad y en ninguna forma inferior Col. 2:9
La Kénosis en el Vaticano II
4
Vaticano II, Ad Gentes art.3
5
Arí Antonio, UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS FACULTAD DE TEOLOGÍA, Su debilidad es nuestra
gloria Una síntesis teológica desde la kénosis, Madrid, España, 2015, Pág. 78
objeto de fe sin más, al lado de las personas divinas (credo in Deum), sino que
queda vinculada decididamente a la experiencia del Espíritu, y proclamada
como lugar y modo necesarios del acto de fe.
6
Ibid. Pág 80
La Kénosis y la trinidad en los Padres de la Iglesia
La era considerada post apostólica, siglo II, debe enfrentar dos grandes
desafíos: las persecuciones y la emergencia de nuevas articulaciones religiosas,
que en su expresión más evidente fue el sincretismo gnóstico.
Uno de los aspectos básicos y fundamentales de esta Regla que presenta San
Ireneo es que existe un solo Dios Omnipotente. Otro de los aspectos significativos
de esta Regla es que el Único Dios hizo todas las cosas visibles e invisibles por
medio de Nuestro Señor Jesucristo. Todo esto lo plantea para contrarrestar el error
de los gnósticos que no es, como ellos dicen, uno el Creador, otro el Padre del
Señor, un tercero el Padre del Hijo, un cuarto el Cristo de las regiones superiores
que habría permanecido impasible. Esta Regla permite que el hombre pueda
conocer las leyes de la creación y entender que todo lo creado es obra de Dios (la
Trinidad).
San Ireneo afirma que es tan grande la firmeza de los Evangelios, sobre todos
los puntos mencionados (la fe en un solo Dios Creador; el testimonio de los
patriarcas; los profetas; Cristo; los Apóstoles...), que los mismos herejes dan
testimonio de los Evangelios a nivel Doctrinal". A pesar de que también acusan la
autoridad de la Escritura a nombre de la Tradición, Ireneo defiende la verdad de la
Escritura, diciendo que la forma predicada es verdadera y que corresponde a la
predicación apostólica."
"El Artista de todas las cosas es el Verbo", como dice San Ireneo citando el
Antiguo Testamento: "El Verbo se sienta sobre querubines" (Sal 80,2) y él "contiene
en sí todas las cosas" (Sab. 1,7). Expresa como David le ruega que venga
"muéstrate tú, que te sientas sobre querubines" (Sal 80,21). Indica que los
Querubines se han manifestado bajo cuatro aspectos que son imagen de la actividad
del Hijo de Dios (Ap. 4,7)". Así compara la unidad que debe tener los cuatro
evangelios sobre los que reposa la actividad de Dios.
La “Didaché” (Διδαχή του Κυρίου δια των δοδεκα αποστόλων τοις εθνεσιν) “La
instrucción del Señor a los gentiles por medio de los doce Apóstoles.": los primeros
apóstoles presentaban la trinidad desde el bautismo de Cristo en el Jordán, con lo
cual utilizaron como fórmula para este sagrado sacramento, bautizando en nombre
de los integrantes trinitarios.
Es importante que quede claro que creemos que hay un solo Dios. Las
tres personas de la Trinidad son Dios, pero no son tres dioses. Más bien, ellos
comparten la misma sustancia divina. Tres personas, una sola sustancia divina.
Ese es el lenguaje aprobado por la Iglesia.
Esta herejía es propagada por Oriente unos años después del Conc. De
Nicea (a. 325). Afirma que el Espíritu Santo es una mera criatura, un ángel más
de los que sirven a Dios y que sólo se diferencia de los otros en que tiene mayor
grado de perfección. S. Atanasio descubre a los nuevos herejes y les llama
«tropicistas», pues interpretaban con tropos o metáforas los pasajes de la S. E.
contrarios a sus opiniones. Consideraban a la tercera persona de la Stma.
Trinidad como subordinada al Padre y al Hijo, o más bien como una criatura del
Hijo. Estas ideas se difundieron entre los semiarrianos, tanto los rígidos como
los más transigentes, ya que se acoplaban a lo que ellos decían acerca del Hijo,
en quien no reconocían más que una criatura semejante al Padre.
Existe, pues, una Trinidad, santa y perfecta, de la cual se afirma que es Dios
en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que no tiene mezclado ningún elemento
extraño o externo, que no se compone de uno que crea y de otro que es creado,
sino que toda ella es creadora, es consistente por naturaleza y su actividad es única.
El Padre hace todas las cosas a través del que es su Palabra, en el Espíritu Santo.
De esta manera queda a salvo la unidad de la santa Trinidad. Así, en la Iglesia se
predica un solo Dios, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. Lo
trasciende todo, en cuanto Padre, principio y fuente; lo penetra todo, por su Palabra;
lo invade todo, en el Espíritu Santo.7
Los tres capadocios expusieron sus enseñanzas sobre este tema siguiendo la
dirección especulativa de la Escuela de Alejandría, que coincide substancialmente
con la de San Atanasio. Mediante sus investigaciones y precisiones en contra de
las doctrinas heréticas, los Padres Capadocios hicieron dar un paso de gigante a
la teología trinitaria y cristológica. Esto no quiere decir que ya no fuesen posibles
nuevos avances, pero al menos en lo esencial quedó fijada la expresión del dogma
católico.
La fórmula básica que utilizaron y su significado terminológico fue fijado por San
Basilio: en la Trinidad hay una ousía (esencia) y tres hipóstasis (personas). La
ousía significa la esencia o entidad substancial de Dios, mientras que las hipóstasis
son los tres sujetos o personas que subsisten sin confusión en esa única Esencia.
7
Fragmento de la carta de San Atanasio a Serapión
8
Fragmento de la carta de San Atanasio a Serapión
Las tres hipóstasis, por tener una sola ousía,son homoousioi (consubstanciales).
San Gregorio de Nacianzo abrió una nueva vía de investigación sobre la verdad
trinitaria: hay una completa identidad entre las Personas excepto en la relación
de origen. Esta doctrina fue profundizada por el Niseno, que distinguió
nítidamente entre las acciones ad extra –cuyo principio es uno y común a las tres
Personas– y las procesiones ad intra. Precisamente estas procesiones son las
relaciones opuestas que distinguen y constituyen a las Personas divinas.
Por último, cabe señalar el gran esfuerzo teológico de San Gregorio de Nisa por
impugnar el triteísmo y defender la absoluta unicidad de Dios, sin rechazar por
ello la trinidad de Personas. Explica que el término Dios designa la esencia y no
la persona. Por tanto, hay que usarlo siempre en singular, pues la ousía es única,
aunque las Personas que se identifican con esa ousía sean tres.
Aunque cada uno de los que llama el Señor a formar parte de su pueblo sea
llamado en un tiempo determinado y aunque todos los hijos de la Iglesia hayan
sido llamados cada uno en días distintos, con todo, la totalidad de fieles, nacida
en la fuente bautismal, ha nacido con Cristo en su nacimiento, del mismo modo
que ha sido crucificada con Cristo en su pasión, ha sido resucitada en su
resurrección y ha sido colocada a la derecha del Padre en su ascensión.
Cualquier hombre que cree –en cualquier parte del mundo–, y se regenera en
Cristo, una vez interrumpido el camino de su vieja condición original, pasa a ser
un nuevo hombre al renacer; y ya no pertenece a la ascendencia de su padre
carnal, sino a la simiente del Salvador, que se hizo precisamente Hijo del
hombre, para que nosotros pudiésemos llegar a ser hijos de Dios.
9
Oficio de Lectura, 31 de diciembre, De los sermones de san León Magno, papa.
Pues si él no hubiera descendido hasta nosotros revestido de esta humilde
condición, nadie hubiera logrado llegar hasta él por sus propios méritos
Por eso, la misma magnitud del beneficio otorgado exige de nosotros una
veneración proporcionada a la excelsitud de esta dádiva. Y, como el
bienaventurado Apóstol nos enseña, no hemos recibido el espíritu de este
mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, a fin de que conozcamos lo que
Dios nos ha otorgado; y el mismo Dios sólo acepta como culto piadoso el
ofrecimiento de lo que os ha concedido.
Que los que no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano,
sino de Dios, ofrezcan, por tanto, al Padre la concordia que es propia de hijos
pacíficos, y que todos los miembros de la adopción converjan hacia el
Primogénito de la nueva creación, que vino a cumplir la voluntad del que le
enviaba y no la suya: puesto que la gracia del Padre no adoptó como herederos
a quienes se hallaban en discordia e incompatibilidad, sino a quienes amaban
y sentían lo mismo. Los que han sido reformados de acuerdo con una sola
imagen deben ser concordes en el espíritu.
Uno de los grandes exponentes de la Teología del silo XX, alguien en cuya
doctrina estaba impregnada fuertemente la influencia de la filosofía alemana de
la primera mitad del silo XX es Karl Rahner.
Dios se hace hombre, para que el hombre se haga Dios, ¡Seréis como dioses!
(Gen.3-5)
10
Barrios Fernando, estudio "Teología trascendental y praxis. Una reflexión desde el
legado de Karl Rahner", Teología y Vida, Vol. XLIII (2002) 467-502_
poco audaces que pusieron de manifiesto el carácter definitivamente
"antropocéntrico" _y ya no solo "antropológico"_ que él asignó a tal giro, y que
no dejan lugar a dudas sobre la radicalidad de su planteamiento. Para Rahner
el tema del hombre no ha de ser considerado como uno más entre otros, sino
como la cuestión que debe dominar "el conjunto" (das Ganze) de la teología
dogmática.
Pero ¿por qué postular con tanto vigor este giro antropológico? Tres son
básicamente los motivos que, para Rahner, lo hacen, en definitiva, "necesario".
En primer lugar, un motivo que surge desde la teología misma y su objeto: el
hecho de que, en ella, como en todo conocimiento "espiritual", la pregunta por
el objeto es también necesariamente pregunta por el ser del "sujeto
cognoscente", porque este "debe traer consigo apriorísticamente el horizonte
de la posibilidad de un tal conocimiento”. Y dado que Dios no es un objeto entre
otros en el ámbito de la experiencia aposteriorística del ser humano, sino "el
fundamento originario y el futuro absoluto de toda la realidad", solo puede ser
concebido en la teología como el norte o destino absoluto en alemán (das
absolute Woraufhin) de la trascendentalidad del hombre. Y una teología así
entendida y enfocada es, pues, necesariamente una "antropología
trascendental". Lo dicho se aplica a la noción cristiana misma de Revelación,
por cuanto esta comporta, como "momento interno y condición de posibilidad"
de su acogida por parte del hombre, el "horizonte trascendental-ilimitado del
espíritu humano"
Por todo lo dicho, para Rahner la referida determinación debe ser realizada
concretamente como un "giroimperativo hacia un método trascendental-
antropológico en la teología"
La Poética de Kenosis
La Kénosis, tiene efecto directo en la filiación adoptiva del hombre por parte de
Dios, que lo convierte en heredero de la vida eterna, o vida verdadera, o vida
en Plenitud.
En Juan 10:10, Jesús dijo, "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia.” A diferencia de un ladrón, el Señor Jesús no viene por razones
egoístas. Viene a dar, no a recibir. Viene para que las personas puedan tener
vida en Él que es significativa, útil, alegre y eterna. Recibimos esta vida
abundante el momento que lo aceptamos como nuestro Salvador.
Bibliografía
1. Osorio herrera Bayron León, Cuestiones Teológicas, Medellín
Colombia, 2014, Pág. 351