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MITOLOGíA JURíDICA
DE LA MODERNIDAD 1
485
DR © 2006, Universidad Iberoamericana
486 Jurídica. Anuario
Seis Libros de la República, libro 1, cap. VIII, entre el Derecho vinculado a la equidad y
la Ley como mandatc del soberano.
En el capitulo de la obra reseñada, que lleva por titulo "Más allá de la Mitologia Juri-
dica de la Modernidad", se señala que fue en el siglo xvrn cuando se redujo el Derecho a la
Ley y se vinculó de manera necesaria al Derecho con el poder. De esta fonna, lo jurídico
adquirió una dimensión autoritaria: '"todo Derecho es Derecho de la autoridad". Sin em-
bargo, el especialista piensa que, más allá de la autoridad, el historiador del Derecho debe
reconocer que el Derecho es experiencia, y que dicha concepción resulta más compleja que
cuando se señala que es un conjunto de nonnas y sanciones de la autoridad.
Según el autor, en la visión tradicional del Derecho se ve sólo la norma como vo-
luntad imperativa de la autoridad, pero no la vida de la norma y su utilización por la
sociedad, y esto nos lleva a una separación entre la producción y la aplicación del Dere-
cho. Las perspectivas positivistas reducen así la complejidad del Derecho a normas y
sanciones y lo describen de una manera muy simple, como conjunto de normas y san-
ciones, separadas de la jurisprudencia a la que no le conceden valor alguno. Pero en
contra de la simplicidad del paradigma positivista contra el que se pronunciara Dworkin,
el autor señala que el Derecho es algo más complejo que la simple voluntad de la autori-
dad representada en normas; pues tiene que ver con las costumbres sociales y la vida
diaria del individuo. El Derecho es así ordenamiento de toda la sociedad que compone a
la unidad compleja y plural y que integra la diversidad social y no sólo un sistema de
reglas emitidas por la autoridad competente.
La interpretación sería así el elemento de la vida del Derecho que permite confor-
mar la realidad compleja de la norma más allá de su redacción sencilla. Grossi coincide
con una de las conclusiones fundamentales de la Hermenéutica Jurídica, cuando conside-
ra que la labor interpretativa es más creativa que meramente cognoscitiva, "es aplicación
más que norma".
La práctica del Derecho, a juicio de Grossi, nos ofrece ejemplos de la falsedad de
las concepciones positivistas tradicionales. El principio de legalidad se debilita y gracias
a las Cortes Constitucionales se voltean a ver los valores supremos del Derecho, a su
razonabilidad, más que a su texto. La sociedad moderna tan compleja ya no puede ser
regulada exclusivamente por normas legales sencillas y la legalidad formal se sustituye
por una legalidad constitucional conforme a valores. Asimismo, surgen nuevas fuentes
del Derecho desde la práctica cotidiana como lo atestigua el moderno derecho mercantil.
En el Capitulo titulado "Código: algunas conclusiones entre dos Milenios", el autor
establece que el Código tuvo la idea de romper con el pasado y de fundar un nuevo De-
recho para el futuro. Napoleón, con su Código Civil francés, quiso superar el Derecho
extraestatal anterior, que se alimentaba de los usos y costumbres de la sociedad, y recla-
mó la identificación del Derecho con la autoridad y con la Ley. Se superaba así el plura-
lismo con un monismo jurídico autoritario.
La característica de un código moderno es, según Grossi, la de fungir como una
fuente unitaria, completa y exclusiva del Derecho. Asimismo, intenta reducir el Derecho
a un sistema articulado de reglas. En algunos códigos como el austriaco se permiten, sin
embargo, los principios generales del Derecho como fuente supletoria del Derecho. Sus
reglas se caracterizan por la igualdad formal y por la abstracción. Sin embargo, con el
tiempo el texto impreso del código se va haciendo viejo, lo que obliga a múltiples refor-
mas o a su desarrollo mediante interpretaciones superando los textos. También la reali-
dad se hace más compleja y los códigos son cada vez más incapaces de nonnar la realidad.
Finalmente, el código como ley nacional tiene problemas para integrarse a la global iza-
clón. Bien se puede afirmar que, según el testimonio del autor, el código esta en una
profunda crisis.
Las aspiraciones de una reglamentación absoluta y perfecta que se hicieron valer en
los siglos XVIII y XIX han sido superadas definitivamente en el siglo XXI. Nuestro autor
nos refiere acertadamente que, hoy día el código funciona como una ley marco, esto es,
sólo estableciendo límites hacía afuera muy tenues, pero no definiendo los contenidos
concretos de regulación, los que sólo son posible determinar en vía de interpretación, de
reglamentaciones privadas complementarias y de ideales filosóficos, políticos y éticos
que cada vez resultan más regulares en la argumentaciónjudicial.
Dc esta forma, la perspectiva para el futuro, que ya se marca desde el presente, es el
regreso a un pluralismo jurídico en donde los particulares participen como protagonistas
activos de la organización jurídica y no como simples destinatarios de las normas con-
feccionadas por las autoridades. Las fuentes del Derecho del futuro serán cada vez más
privadas y, por 10 mismo, más sensibles a las necesidades del ser humano. Éstas son las
valiosas enseñanzas que nos deja Paolo Grossi.