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La modernidad significa muchas cosas, y su advenimiento y su avance pueden evaluarse

empleando diferentes parámetros:

Sin embargo, un rasgo de la vida moderna y de sus puestas en escena sobresale


particularmente, como “diferencia que hace toda diferencia”, como atributo crucial del
que derivan todas las demás características. Ese atributo es el cambio en la relación entre
espacio y tiempo. (Zygmunt, B. (2000) pag.14)

Es en este sentido, que con la fragmentación de tiempo y espacio, llego la idea de modernidad,
una idea que llego a transformar de una forma violenta la relación entre el ambiente y el hombre,
donde esa distancia recorrida en una unidad de tiempo paso a depender de la tecnología, de los
medios de transporte, donde los limites de velocidad pudieron ir en contra de lo establecido, es
decir, solo el cielo empezó a hacer el límite, y con esa idea la modernidad hizo un esfuerzo
imparable y acelerado por alcanzarlo.

Es por ello que el tiempo moderno se ha convertido en el arma para la conquista del espacio, y
de esta forma ha logrado una desintegración como lo expone Bauman, tanto de la trama social y
el desmoronamiento de las agencias de acción colectiva suelen señalarse con gran ansiedad y
justificarse como efecto colateral de un poder cada vez mas móvil, escurridizo, y fugitivo.

De esta manera proyectando la imposibilidad de creer en la humanidad y además que no somos


capaces de lograr cambios en nuestro contexto sin separar la idea de espacio/tiempo para
construir diferentes modelos que vayan acorde al contexto, y así descentralizar la idea de un
modelo hegemónico como es el de la modernidad. Donde el impulso modernizador conlleva a
una critica compulsiva de la realidad, esta logra exponerse por la falta de autoestima que la
sociedad ha logrado permear en los individuos, es decir que la sociedad moderna ha llegado a
imponer y hacer creer que solo existe esa única verdad de “desarrollo” persiguiendo una
perfección que ha creado ella misma donde, por habitar un mundo pluriverso jamás podremos
encajar en ese único modelo opresor de las diferencias.

Es por ello que la idea de ese proyecto modernizador no ha dejado mas que la dicotomía entre
sociedad e individuo, la cual solo responde a unas necesidades individuales y egoístas de los seres
humanos que solo obedecen a una idea de mercado y explotación, que se logra hacer evidente
en la destrucción masiva que se ha desencadenado sobre el ambiente, el ecosistema, solo por
perseguir una idea de “desarrollo” que va en contra de toda forma de vida. Es por ello que como
seres humanos vivimos diariamente el peligro de caer en la autorreprobación y el autodesprecio
algo que no es nada sencillo de sobrellevar en la sociedad moderna, ya que hemos puesto nuestra
mirada en nuestro propio rendimiento, es decir una mirada individualista desviada totalmente
del espacio social, donde logra desaparecer que las contradicciones individuales son producidas
de forma colectiva, implantando en el hombre la necesidad de individualidad para remediar su
situación por medio de su acción, olvidando la acción colectiva para seguir atados a una constante
invisibilización ya que, “todas las soluciones auténticas deben estar alineadas e ir a la par de la
individualización de las tareas y responsabilidades para que resulten viables y sensatas”.
(Zygmunt, B. (2000) pág. 44)

Dejando de esta forma una sociedad que no es autónoma, sino que en nuestra actualidad la
sociedad responde a unos principios estratégicos respecto a los que tienen el poder ya que estos
solo responden a el escape, la evasión, colocando en evidencia su estado ideal que es la
invisibilidad, así que solo persiguen su propio bienestar olvidando las coyunturas y los desastres
que dejan en la sociedad, es por ello que han logrado que en el espacio publico cada vez
encontremos menos temas públicos, porque a este modelo de modernidad no le interesa mas
que su propio bienestar, logrando dominar a los individuos para que respondan a sus necesidades
y no a las diferentes problemáticas sociales.

Teniendo en cuenta que nuestra sociedad persigue “alcanzar” un proyecto modernizador siendo
este la única vía para salir del atraso y dejar de ser “subdesarrollados” donde es el Estado el que
copia e impone esta idea de modelo de desarrollo y además es participe de este, el cual toma las
ideas de este modelo como verdaderas y por ende replicándolas en la sociedad para llegar al
“desarrollo”. Es en este sentido, que un modelo moderno no se podría hablar de individuos
autónomos y menos de una sociedad autónoma ya que nuestras decisiones responden a unas
ideas que son impuestas y la autonomía, exige una autoconstitución deliberada y reflexiva sobre
nuestra vida cotidiana, sobre nuestras decisiones que responden no solo a un miembro, sino que
esa autonomía debe ser ejercida por el conjunto de sus miembros.
Por ello creo la necesidad de que en nuestro ejercicio profesional debe primar la emancipación
humana, el reconocimiento de esos individuos que tiene que empezar hacer vistos como actores
sociales capaces de generar transformaciones, es decir, poder reconectar el abismo que ha hecho
la modernidad entre la realidad en la cual vive el ser humano y el posible ser humano que controla
los recursos con su autodeterminación y no que sea supeditada por los que creen tener el control,
es por ello que el reconocer las diferentes formas de vida y de estar en el mundo nos permitirá
como lo expreso boaventura “crear un mundo donde quepan muchos mundos”.

Además, lo único que ha logrado alcanzar el modelo de modernidad ha sido tener un mundo
estrechamente controlado, en el cual la libertad individual no solo está hecha polvo, sino que
ofende gravemente a la gente que esta entrenada y manipulada para obedecer órdenes y seguir
rutinas prefijadas donde creen que estan ejerciendo su autodeterminación y no que solo están
siendo explotados por unos intereses globalizantes.

Teniendo en cuenta lo anterior, la modernidad ha logrado una conexión entre el consumismo


precario y la desintegración de los vínculos humanos, donde el tiempo y el espacio van separados,
ya que solo estamos siendo programados para consumir a un tiempo rápido y que además
nuestras relaciones responden a necesidades instantáneas ya que, la modernidad instaura un
modelo en el cual todo debe llevarse a cabo en una fracción muy breve de tiempo logrando
romper los vínculos comunitarios para convertirnos en individuos.

Es por ello que el modelo modernizador pretende alcanzar el desarrollo en ideas solo de
consumismo, tecnificación entre otros factores que responde a este, desencadenado la nueva
soledad del cuerpo y de la comunidad siendo estas el resultado de importantes cambios que se
han construido en procura de una modernidad liquida, la cual ha eliminado la responsabilidad
que tiene el Estado para con la comunidad, es decir, para ser el proveedor de certeza y seguridad
de estos.

De esta forma el reto esta en dejar de ser unos frágiles individuos condenados a vivir dentro de
una realidad absorbente que estimula la ausencia del pensamiento, para poder ser fácilmente
dominados por el modelo modernizador, sino que seamos actores de nuestra propia realidad, y
no dejemos a la suerte nuestras decisiones para poder emanciparnos y liberarnos de la falsa idea
de autonomía que nos ha hecho creer el modelo de desarrollo.

A manera de conclusión, hemos discutido como poder hacer resistencia a este modelo
modernizador desde nuestra profesión de trabajo social ya que, la profesión esta instaurada en
la división socio-técnica del trabajo y que por ende es asalariada respondiendo a necesidades
institucionales que muchas veces dejan de lado los principios a los cuales responde la profesión
como son la igualdad, justicia social, la protección de los derechos humanos, entre otros, a los
cuales desde esta idea de desarrollo muchos de ellos son pasados por alto por parte de estas
instituciones, logrando tecnificar nuestro ejercicio profesional.

Además, ha sido desde la academia el lugar donde muchas veces se sigue perpetuando este
modelo de desarrollo por medio de una educación bancaria, que sigue perpetuando el
antropocentrismo y el valor de la razón, dejando a la suerte muchas veces nuestras decisiones de
poder crear alternativas al desarrollo y de darle voz a los diferentes actores desde un enfoque
intercultural que propende por una ecología de saberes y no solo desde un saber científico.

Por ello nos surge la pregunta ¿Dónde queda nuestra formación ética y política en la realidad
social capitalista donde las instituciones que nos contratan responden a modelos de desarrollo?
Talvez la academia nos forme para generar transformaciones con la comunidad, pero cuando
salimos a campo y ser unos profesionales asalariados, es que nos damos cuenta que esos
intereses ya no responden a unas necesidades colectivas, sino que nadamos a contracorriente
con lo que las instituciones quieren de forma individualista y con el tiempo que establecen, ya
que es un tiempo a corto plazo para agilizar los procesos para que estos no impliquen grades
costos.

También, como profesionales nuestra apuesta esta en reconocer y potencializar las diferentes
resistencias que se han construido como alternativas al desarrollo, donde han sido las diferentes
comunidades las que han luchado por el cambio de una sociedad, ya que, más que una sociedad
sostenible el cual mira el ambiente solo como recurso económico, sino que ellos le aportan a una
sociedad sustentable. Por ello creo que tanto por parte de la academia como de los profesionales
tenemos mucho que aprender de estas diferentes formas de vida que han contribuido para hacer
resistencia a este modelo modernizador que pretende invisibilizar las formas de ser, saber y estar
en el mundo.

BIBLIOGRAFIA:

Zygmund. B. (2000). “modernidad liquida”. Fondo de cultura económica de Argentina S.A. El


Salvador: Buenos Aires Argentina.

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