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El Programa Formación Docente Situada ha propuesto, a través del Primer Círculo de Equipos
Directivos, el análisis de instrumentos de observación entre los que se priorizó la observación
de clases.
Parte del liderazgo del equipo directivo es decidir dónde mirar, para ello es necesario realizar un
seguimiento de los resultados de aprendizaje para identificar qué grados, secciones o áreas
disciplinares requieren apoyo, necesitan un análisis de sus prácticas pedagógicas. Ante la
posibilidad de utilizar la observación de clases como el instrumento para recabar datos que
permitan el análisis y reflexión sobre las prácticas pedagógicas, es necesario interpelarse sobre:
“Puede observarse para constatar teorías, para describir situaciones, para identificar conductas,
para reflexionar sobre las situaciones de enseñanza.
Cada uno de estos sentidos direcciona el modo de observar y el uso que, a posteriori, se haga
de lo observado.
(…) En la escuela se suele asociar la observación con los procesos de evaluación y control. Sin
embargo, consideramos que el acto de observar puede constituir una herramienta poderosa
para la reflexión en y sobre la acción docente.
Una definición de De Ketele (1984) expresa que la observación es un proceso que precisa
atención voluntaria y selectiva en función del objetivo que se quiere lograr. Se trata, entonces,
Esta definición "clásica" de este autor permite advertir la complejidad del fenómeno de la
observación. Observar con atención significa concentrar selectivamente la mirada y, como
ocurre en toda selección, dejar muchas cosas fuera del foco.
Es por este motivo que tal vez la intencionalidad sea una de las características más relevantes
de este proceso, ya que identifica, por un lado, la función que tiene la observación y, por otro,
precisa aquellos aspectos en los cuales focalizar [no se puede observar todo y es necesario
delimitar el campo sobre el cual esta se efectuará]” (Anijovich y otros, 2009)
2. ¿Qué momentos implica la observación?
Ante la observación de clases debemos tener presente que se trata de una observación
situacional, lo cual “implica una renuncia a una comprensión total y completa de lo observado.
Tal como plantea Nicastro (2006), no se trata de congelar hechos, fenómenos, prácticas en un
aquí y ahora, se trata de entender que las situaciones observadas nunca son completas y
siempre son cambiantes” (Op. cit.)
• El momento de preparación.
Ante el diseño del instrumento de observación, resulta efectivo priorizar aquellos aspectos que
se consideren más relevantes para el objetivo de la observación:
Silvina Gvirtz (2016) plantea que en una buena escuela todos los/as estudiantes aprenden
contenidos socialmente significativos y, que este objetivo refiere directamente a la propuesta
pedagógica. Y, explicita tres indicadores para evaluarlo: la calidad de las planificaciones, calidad
de las clases y de los trabajos en los cuadernos/carpetas/netbooks, y tipo y calidad de
evaluaciones.
En esta oportunidad retomamos sus aportes en cuanto a la calidad de las clases y de los trabajos
en los cuadernos/carpetas/netbooks, como un indicador posible al momento de realizar
observaciones de clase. La mencionada autora explicita que:
“(…) este indicador nos ayuda a poner el ojo en lo que sucede en las clases. La
planificación puede ser muy buena, pero es en las clases donde efectivamente se dirimen los
aprendizajes de los alumnos. De aquí que observar qué realiza en concreto el docente dentro del
aula, qué propuestas pedagógicas les acerca a los alumnos, qué actividades les propone son
fuentes valiosas de información. Algunas preguntas que nos interesa responder analizando estos
indicadores son: ¿reflejan los cuadernos/carpetas nuestra propuesta pedagógica? ¿Se construye
aprendizaje a partir de los errores? ¿Se respeta la heterogeneidad?
Es importante recordar que los criterios de evaluación son aspectos que voy a tener en cuenta
al evaluar, sobre los que se va a emitir un juicio valorativo. A su vez ellos pueden contemplar
dimensiones y subdimensiones a que permiten ir precisando las facetas a considerar.
Es fundamental que este concepto sea trabajado con claridad con los E.D antes de que
comiencen su trabajo en la formulación de la rúbrica.
Recuperando el cuadro planteado en las agendas para que los E.D. elaboren la rúbrica de
evaluación, entre los aspectos a orientar para su consideración se pueden mencionar:
Continuando con los aportes de S. Gvirtz, otro elemento clave a considerar es la observación de
los cuadernos / carpetas de clase para cotejar lo allí plasmado con lo planificado y con lo
observado. Ella propone, a modo de ejemplo la siguiente rúbrica.
https://www.youtube.com/watch?v=ShlEPX6_NUM&list=RDQM-4YsgNLk2bg&start_radio=1
https://www.youtube.com/watch?v=y6TzvbP8ekc
Bibliografía:
Anijovich, R y Cappelletti, G. (2009) Cap. 3:“La observación: educar la mirada para captar la
complejidad” en Transitar la formación pedagógica, ED. PAIDÓS.
Gvirtz, Silvina (2016), “El decálogo para la mejora escolar”, ED. Ciudad Autónoma de Bs. As.,
Granica.